Capitulo I "La llegada"
Valle de la villa de Borodino/Rusia/1812
Las fuerzas de la Gran Armee, se estaban preparando para avanzar sobre las posiciones rusas, tras el choque inicial entre la caballería franco alemana, y los cosacos y jinetes rusos, el ejército tenía muchas ventajas sobre los rusos en lo que respecta a números, y disciplina. Mientras que los rusos tienen la ventaja de sus posiciones fortificadas atrás de la villa de Borodino, siendo los caminos sobre los vados, y la ciudad, los únicos cruces para atacar a los rusos. Entonces, de la nada, tanto para los franceses, como para los rusos, apareció una neblina que tenía aspecto siniestro, cubriendo todo el campo de Borodino, haciendo que todos se dispersaran, pero nadie notó que parte de la Gran Armee, se iba corriendo sin direcciones, dejando regimientos separados unos de otros, y entre el desorden en la retirada, la Guardia Imperial, junto con unos regimientos de las fuerzas aliadas, y francesas, siendo estos unos nueve regimientos, fueron desvaneciendo, y dejando al mariscal Murat, desconcertado cuando noto que los regimientos 1º de Cuirassier y 1º y 2º de Carabiniers, desaparecieron en la nada, dejando un número inferior de soldados desaparecidos, y la gran cantidad de soldados aún presentes, muy lejos de Borodino. Pero lo que dejo a los hombres de la Gran Armee, asustados, o en otros términos, desconcertados y sin aliento, la guardia Imperial, junto con el propio Emperador, Napoleón Bonaparte, habían desaparecido, siendo junto con el Mariscal Michel Ney, Berthier, y el Mariscal Davout, eran unas de las figuras de la Gran Armee, en notarse desaparecidos. Haciendo que la operación de invasión de Rusia, fuera reemplazada por una orden de retirada ordenada, para regresar a las fronteras de antes de la invasión, y dejando en regencia el trono de Francia, hasta que el hijo del Sire, fuera mayor de edad, y reclamase el trono de su desaparecido Padre.
Desconocido
Al notar la tierra del lugar, era un valle con bosques pequeños, y no había río pasando por una villa, y mucho menos había una villa. Para las fuerzas de los Gendarmes d'Elite, esto era raro, incluso para mi, el campo era de tonos cafés en las hierbas, los árboles eran de tonos rojos en sus hojas, y la tierra no tenía la misma composición que la tierra en los campos rusos, está estaba más hecha para bosques, mientras que la dé Rusia era para praderas con ríos a su alrededor, no sabía que esa neblina muy espesa podría hacer eso, se tenía la sospecha de ser obra de Dios, o del Diablo, no importaba, solo importaba juntarse con el resto del ejército, y marchar otra vez a Moscú, o si era posible, regresar a Paris. Cuando estoy de cabalgata, junto con los Gendarmes d'Elite, que eran los únicos soldados que me acompañan, veo que algo está moviendo desde esos árboles, casi todos los Gendarmes, se alertaron, preparando las carabinas para disparar, cuando salieron unos Cuirassiers del Primer Regimiento, si no me equivoco, por las marcas rojas en el cuello, era claro indicio de ser miembros del regimiento, pero eso no era lo impresionante, sino que al frente de ellos, iba el Mariscal Ney de frente con ellos, tenía que preguntar el porqué. "Mariscal Ney, por que está con esos Cuirassiers que son de la reserva bajo el mando del Mariscal Murat"
"Aunque quisiera no tener que ser juzgado por el emperador, ellos me encontraron tras que desapareciera la niebla que nos segó de la vista de los rusos, cuando me vieron, junto a estos extraños árboles en medio de la llanura de ese pueblucho de nombre Borodino, incluso el general Eclaz se sintió extraño por no estar en tierra rusa, pero debe haber ocurrido algo, que incluso para el Sire, debe preocuparlo, pero no se tiene idea de que pudo ocurrir" Respondió el Mariscal Ney, ante la evidente situación de no estar en tierras rusas, y que si los pocos hombres que no se juntan, se podrían alterar por eso, supe que tendría que movernos hacia dónde estaba el Emperador, para poder reorganizar las fuerzas que estén disponibles para la campaña. Así que deje en claro la siguiente acción que se tendría que hacer. "Mariscal Ney, tendremos que encontrar al Sire, y reorganizar las fuerzas para poder marchar hacia Moscú, y derrotar a los rusos"
"De acuerdo Mariscal Berthier, que es mejor movilizarnos hacia el Sire, y ver cómo está la situación en estos momentos" Tras eso, los Cuirassiers de Ney, junto con mis Gendarmes, se prepararon para moverse hacia dónde estuviera el Sire.
Desconocido/Afueras del bosque
Las tropas están alertas, aún siendo tierra desconocida, ellos están alerta por cualquier cosa que pase, desde la Legión, hasta la Vieja Guardia, todos con sus mosquetes listos, no tenía idea de dónde estábamos, pero prefiero que Bessieres esté con los Chasseur explorando que está pasando ahí afuera, solo tenia que esperar junto con el resto del mando de la Gran Armee, y de la guardia en este sitio, de donde sea que fuera la parte de la tierra, solo tenía que esperar. "Sire, os lo ruego, tiene que estar en el cuadro de la Guardia, mientras que Bessieres, está explorando, y buscando al resto de la Gran Armee, o si es posible, nos dirá qué pasó con los rusos" Dijo el comandante de la Vieja Guardia, el Mariscal Lefebvre, siendo él, junto con los otros comandantes de la guardia, estaban dentro de los cuadros de la Guardia, para así quedarse fuera de peligro, y estar atentos de cualquier ataque de los cosacos que llegasen. "Y dejar que mis hombres mueran ahí afuera ante los rusos?, estás loco si crees que dejaré que mis hombres sean presa de esos salvajes cosacos, o que sean prisioneros de los rusos, solo tenemos que estar alertas hasta que llegue en resto de nuestras tropas" Respondí con mi idea clara de llegar a Moscú, junto a todos mis hombres, o los que quedasen después de la batalla en Borodino, pero no iba a marchar solo sobre Moscú, necesitaba mi ejército, también solo quedaba muy poco para lograr ahogar a la infecta Inglaterra en su madriguera. 'Solo espero que no estemos muy lejos de Moscú, eso arruinaría mi dominio sobre Europa' Ese pensamiento pasaba por mi cabeza, no podía perder en Rusia, tenía que obligar al Zar Alejandro a inclinarse ante mi, y ganar el último aliado comercial que le quedaba a Inglaterra, y así, controlaría a esa ramera en su madriguera. Entonces, las ramas se sacudieron, sacándome de mis pensamientos, todos tenían sus pistolas listas, además de los mosquetes de los granaderos y fusileros, estaban listos para disparar, hasta que aparecieron uniformes de los Legionarios Portugueses, quienes junto con miembros de los Carabiniers a Pied de Westfalia, y Granaderos de la guardia de mi hermano, Jérôme llegaron, junto con dos el regimiento que me envió mi hermano Joseph de españoles, quienes junto a ellos venían un regimiento de hesianos de la guardia a pie, que fueron puestos en reserva, para proteger el tren de artillería del primer cuerpo, siendo estos dos últimos marchando junto al Mariscal Davout, quien parecía que no tenía intención de decir una palabra de lo que pasó, su mirada de desconcierto, era notoria, cómo fue en mi caso, algo extraño estaba pasando ahora. "Mariscal Davout, dime que paso en el campo de batalla?" Mi pregunta le dio al Mariscal, una expresión de, '¿que estaba preguntando?'.
"Sire, no hubo batalla en Borodino, solo fue la carga inicial de la caballería de Murat contra los rusos, no hubo más combate antes de que apareciera esa niebla que nos trajo acá, solo tenemos los pocos hombres que parecen haber aparecido con nosotros. Pero aún no sabemos que pasó con el resto de la Gran Armee, o los Mariscales que estábamos ahí, pero con los hombres, tanto de Ney, como los míos, y de los generales Junot, y Eugen, podríamos ser los que quedamos de la Gran Armee, incluso solo seamos una fracción en estos momentos" Eso me alertó, 'ser lo ultimo de mi gran ejército', eso nunca pasara, si tengo que rehacer mi gran ejército, de la nada con mi propia guardia, lo haré, no perderé ante los rusos, incluso si tengo que morir en gloriosa carga para no ser vendido hacia los ingleses. "Mariscal Davout, quiero que los hombres de los regimientos de Velites, Granaderos de la Guardia de Westfalia, y Carabiniers a Pied, y los Legionarios Portugueses, y el regimiento español, sean adjuntos a las brigadas de la Joven, y la Vieja Guardia, ya no pertenecerán a los cuerpos I, III, IV, y VII, ahora son parte de la Guardia, ahora tienen que estar a mis órdenes, junto con los regimientos que encontremos para que no sean desmembrados por la falta de suministros, o por no tener a sus oficiales superiores al mando en condiciones, y que no sufran desgaste hasta que nos reencontremos con el resto la Gran Armee" Tras esas palabras, el resto de los hombres de la Gran Armee, se dispusieron para recibir nuevos estandartes. Pero nunca esperaron tal honor, ahora tengo más hombres en la Guardia, solo queda esperar a que aparezcan más regimientos, y hombres de los otros cuerpos,, si alguno llegara hasta donde sea que fuera este lugar. Tras eso, el Mariscal Lefebvre, ordenó que los nuevos regimientos se formasen es cuadro, y estuviesen en alerta ante cualquier movimiento, ahora, el Mariscal Davout, estaba bajo mi mando directo, al ser reasignado en la Guardia Imperial, ahora era miembro de mis fuerzas, no era un comandante independiente, ahora tendría que quedarse como segundo al mando de Bessieres, como el resto del nuevo cuadro de comandantes de la Guardia.
La luz del sol se estaba esfumando, no quedaba muchas horas del día, solo tendríamos que hacer las tiendas de campaña, y refugiarnos para no morir congelados en el frío de la noche. Viendo la posición del sol, diría que era alrededor de las siete, tirando un poco más de esa hora, tal vez, éramos los únicos miembros de la Gran Armee, en esta tierra desconocida. Pero entonces, apareció Bessieres, junto con Berthier, y Ney, quienes detrás de ellos venían los regimientos 1°, 2° de Carabiniers, y el 1° de Cuirassiers, del II cuerpo de caballería, de la reserva bajo el mando de Murat, ahora estaban bajo el mandos de Ney, siendo alguien muy impetuoso en la caballería, pero que lo deje al mando del III cuerpo, pero ahora, él comandaba las brigadas de caballería pesada de la segunda division de caballería, quienes estaban bajo sus generales, Beaumont, Richter, y Dornes, que, ahora tendrían que reforzar la caballería de la Guardia Imperial, siendo Ney, quien tendría que comandar esta nueva division de caballería de la Guardia, mientras que Bessieres, se quedaria con la Division original, teniendo que ser renombrada de caballería, a caballería ligera, pero eso tendra que ser un asunto para más tarde, ya con Davout, y Berthier, la reorganización, y mantenimiento de la Guardia, podría mejorar. Pero ahora, las tiendas de campaña tendrían que ser levantadas para esta noche, teniendo los regimientos de Granaderos, y Velites, junto con los Fusiliers Grenadiers la misión de hacer patrullas, para que podamos dormir algo tranquilos, en este bosque que nos daba mala espina a todos los presentes.
Desconocido/Bosque/ 1er día tras la neblina
No puedo creer que el Sire nos llamara a todos los Mariscales a su tienda, tendría que ser algo importante si nos llamo a todos a estar presentes en su tienda, pero era obvio que algo estaba pasando. Cuando estaba a medio camino de la tienda del Sire, vi como los Mariscales Berthier, y Ney, estaban esperando en la entrada, tal vez me esperaban, aún tengo presente la rivalidad que tenían, tanto Ney, como Berthier con mi persona. Pero esto no podría importarme menos, ya que era indispensable para él Sire, así que, cuando llegue frente a ellos, nos miramos por un rato. "Y bien?, quien entrará primero a la tienda de nuestro Emperador?" Esta pregunta tenía connotación sería, ya que, el primero en entrar, sería el primero en hablarle a nuestro Sire, haciendo que él sienta más respeto a alguno de nosotros. "Iré yo, ya que soy el más directo en el asunto de nuestra ubicación actual" Respondió Berthier, tengo que darle la razón, el es el jefe de topografía de la Guardia Imperial, y de, posiblemente, esta expedición a tierras muy desconocidas. "No, iré yo primero, ya qué hay que preparar a la caballería para nuevos embates, y no permitir que nos destrocen al primer contacto con el enemigo" La sugerencia de Ney era válida, hasta cierto punto, ya que, si bien teniendo a la caballería reorganizada, nos permitiría más maniobravilidad para ver qué sucede, y estar a su vez, con una fuerza de choque lista, no era necesario hacerlo de prisa. "Yo sugiero que el Mariscal Berthier sea el primero en hablar con el Sire, ya que, si nos preparamos para un ataque, sin saber cómo es el terreno, o incluso si seguimos en Rusia, sería una pérdida de tiempo, y recursos, ya que sin forraje para los caballos, y sin materiales para mantener la pólvora, nuestros esfuerzos de evitar un enfrentamiento con el enemigo serían infructuosos"
Esto enfurecido a Ney, pero se calmó por el hecho de que era cierto el punto de Berthier, así, fuimos hacia la tienda del Emperador, y en la entrada, estaban esperando dos granaderos de la Vieja Guardia, con sus mosquetes al hombre y levantados, demostrando que estarían esperando el momento de disparar. Cuando entramos, Berthier fue quien preguntó si estaba el Sire, a lo que el Mariscal Bessieres respondió "Nuestro Sire está en su tienda de dormir, arreglándose para estar presente con nosotros, solo debemos esperar" Así, esperamos un poco, y cuando salió, no podíamos creer lo que veíamos, nuestro Sire, nuestro emperador, estaba un poco más joven, cómo si el peso de la guerra se hubiera esfumado, se parecía un poco a cuando estaba en Eylau, con el abrigo verde de cazador, y la casaca grande y gris, que siempre utilizó para los días posteriores a la primavera, verlo así, era un alivió para nuestros temores de que estuviera enfermo, y no pudiera dirigir a la Gran Armee, así nos quedamos viéndolo, hasta que él habló. "Discúlpenme por esta pregunta, y a la vez sugerencia pero, me podrían de dejar de mirar a su de fijamente?, es como si estuvieran viendo un fantasma, o a alguien que se sanó de inmediato" Las palabras del Sire, nos sacaron del trance, era cierto que teníamos que estar concentrados en lo que vinimos a decir al Sire. "Mil disculpas Sire, es solo que, verlo así, cuando estuvo en Eylau, nos impresionó a todos, es como si el peso de la guerra se le hubiera removido de se persona"
"Créanme cuando les digo esto, no me tomo a la ligera que rejuvenecí a si de fácil, sin ningún sorpresa para mi, me aterra decir que, incluso con esto, mi deber con Francia, habrá crecido gravemente si tengo que saber que no estamos cerca de Moscú. Pero sepan esto, nada impedirá que Francia sea la gran potencia que siempre estuvo destinada a ser" Las palabras del Sire me llenaron el corazón, su lealtad a Francia era inquebrantable, aún jugando los juegos de la política, nunca olvidaba a Francia. Esto no solo me enorgulleció a mi, si no también a Ney, quien no podía dejar de sentir ese amor de devoción al Emperador. Pero Berthier era el único con mirada amarga, parecía que lo que iba a decir no le agradaría a ninguno de los presentes en la sala. "Entonces lamentó ser el pájaro de malas noticias Sire, pero dudo que estemos cerca siquiera de Moscú"
"Que quieres decir Berthier?" Pregunto nuestro Sire, esperando respuesta del jefe del estado mayor de la Guardia Imperial. "A que ni siquiera estamos en suelo ruso, o en Bielorrusia, y mucho menos en suelo Europeo, Sire" Eso nos estaba alarmado a todos, pero el propio Emperador exigió la respuesta, con un tono algo más autoritario. "Que quieres decir, Mariscal Berthier?" Entonces, Berthier soltó la verdad. "Digo que ya no estamos en la tierra, Sire"
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