9. El mundo de afuera

Jungkook se preguntaba cómo había terminado por pasarse una hora hablando con Jimin como si se tratase de jugar video juegos con Yoongi. Pero lo que más se cuestionaba era en qué momento había aprendido a mantener una conversación sin que se sintiera incómodo, dejando que el tiempo pasase como si en realidad no existiese.

Hacía varios minutos que el silencio se había asentado. La voz de Jimin había dejado de oírse, sus risas por lo bajo y su voz algo rasposa por el sueño y el cansancio también. Terminó rindiéndose ante los encantos de Morfeo y sus ojos se cerraron. Su cuerpo estaba tendido sobre la cama de Jungkook desde hacía media hora y cuando se quedó dormido el menor simplemente permaneció en sigilo, observando y escuchando la respiración calma de su hyung.

Estaba boca abajo con sus codos hundidos en el colchón, el sueño apenas tocaba a su puerta, el hablar con Jimin le había mantenido bien despierto y ahora que estaba dormido sentía que el silencio le arrullaba.

Los ojos de Jimin se habían cerrado en un momento determinado y no volvieron a abrirse.

Jungkook solía tener siempre cosas en su cabeza rondándole no dejándole dormir, y por primera vez era capaz de compartirlas con alguien que quería escucharlas. Pensó en que había sido un tanto egoísta. De una u otra forma parecía que le había incitado al mayor a quedarse despierto sólo para entretenerle y que le resolviera todas las incertidumbres en su cabeza. Mientras que el mayor parecía estar lo suficientemente cansado como para dormirse de un minuto a otro en su cama.

Jimin se había ido aquella noche como tantas otras, pero la diferencia era que ya sabía a qué se debían esas escapadas nocturnas. El pelinaranja había ido a algún lugar a acostarse con alguien.

¿Había tenido relaciones con una chica? ¿Con un chico?

Un conjunto de imágenes mentales se desplegaron en ráfaga dentro de su mente y le hicieron ruborizar por la descarada actitud de su cabeza. El imaginarse a Jimin con una chica podía llegar a interpretarlo como algo natural, pero el imaginárselo con un chico ya era otro nivel.

De no haber sido porque él había visto a sus dos compañeros, Taemin y Kai, en medio del acto sexual, no hubiese si quiera tenido ninguna clase de herramienta para imaginarse cómo podía ser el sexo entre hombres. No recordaba si quiera habérselo planteado. Cuando Yoongi había salido del closet él sólo quería que su amigo fuese feliz y se sintiese cómodo consigo mismo, pero nunca había hablado de temas sexuales con él. 

No era que no supiese cómo los hombres lo hacían, pero jamás había tenido si quiera una imagen mental al respecto. Esos pensamientos no eran comunes en su mente, hasta ese instante.

Era en esos momentos de su vida que, con dieciocho años, comenzaba a plantearse cuestiones que anteriormente eran impensadas. Él no tenía una mirada sexual de la vida, no era como los chicos de su edad. Él no le veía el doble sentido a las cosas si quiera, era como le habían criado en su familia.

Toda su vida supo que el tener relaciones era para poder concebir vida, no era extraño que tuviese esa manera de pensar si había sido fuertemente influenciado por las creencias de un ámbito cristiano.

Entonces, los hombres que tenían relaciones con otros hombres, si no podían concebir un hijo, ¿Para qué lo hacían? Todos los jóvenes de su escuela vivían hablando de lo bueno que era el sexo, y él no podía comprenderlo. ¿Cómo era tener sexo con una chica? ¿Cómo era tenerlo con un chico?

Jungkook observó el rostro dormido de Jimin y se preguntaba qué era lo que él hacía cuando estaba con algún chico. ¿Jimin tenía pareja? Él no parecía estar en una relación, sino probablemente ya habría conocido a la persona con la que él salía, suponía le invitaría a la casa en cualquier momento que quisiese. Quizás le vería como a Ten y Taeyong, siempre con esa persona a su lado.

Sus ojos bajaron a ese par de labios abultados, muy sutilmente abiertos. No, Jimin no tenía una pareja, o sino no le hubiera dicho que quería besarlo hacía semanas atrás.

Jimin realmente quería besarle y aun así Jungkook no podía aceptar esa idea. No entendía cómo se sentía, ni tampoco sabía lo que sentiría si eso sucediese. ¿Qué era lo interesante de besar a las personas?

¿Si besaba a alguien lo descubriría?

En cierto punto, como con todo en su vida, él pensaba que probablemente no le encontraría lo interesante a besar a alguien incluso luego de intentarlo. Él se sentía tan diferente y tan distante a todo el resto de las personas que como el bicho raro que era probablemente no comprendería lo curioso de besar. Probablemente aquello no le generaría nada en su interior como todo el mundo aseguraba. Siempre sentiría que algo estaba mal con él, que algo le faltaba. Eso era la raíz de su tendencia a aislarse de otros.

Pero a pesar de eso, no podía evitar que el bichito de la curiosidad le picara. Captaba su atención el pensar en qué era lo que estaba fuera de las paredes de su hogar, qué era lo que había fuera de la iglesia, de la casa de Dios y de las palabras de su padre. Fuera de su cerebro, amoldado como lo habían querido las personas que le criaron.

Ahí afuera había un mundo completamente aterrador lleno de cosas que tenían el potencial de corromperle, pero que poco a poco llamaba su nombre haciéndole dar cada vez un paso más adelante hacia lo desconocido.

Y entonces, a pesar de que Jungkook miraba a Jimin con una intensidad tan inmensa que pensaba tenía la capacidad de despertarle con la energía de su mirada y las vibraciones de sus pensamientos, logró levantar su mano derecha con sigilo. El aire se retuvo en sus pulmones y no parpadeó ni un solo segundo hasta que sus dedos, índice y anular, apoyaron sus yemas sobre la mejilla de Jimin.

La calidez se sintió inmediata, al igual que las veces que Jimin le tocaba. Deslizó con sumo cuidado sus dedos por el lado del rostro del mayor, sintiendo la forma de su pómulo hasta llegar a la línea de su mandíbula, bordeándola entonces hasta su mentón.

Su respiración volvía paulatinamente, un poco más con cada segundo mientras seguía el movimiento involuntario de sus dedos con su mirada. Sus dedos temblaron especialmente cuando se detuvo en su mentón, a unos dos centímetros de su boca.

Su corazón tamborileaba en su pecho, su respiración susurraba al igual que la de Jimin por sus labios entreabiertos.

Fue cuando decidió levantar sus ojos que encontró las obres avellana de Jimin mirándole.

El corazón se le detuvo y alejó su mano inmediatamente como si hubiese tocado agua hirviendo.

Todo su cuerpo se llenó de las ganas de esconderse.

Entonces Jimin sonrió, y el tamborileo volvió a oírse fuerte. Tenía miedo de que Jimin también fuese capaz de escucharlo.

- ¿Por qué dejaste de tocarme?

La voz le sonó a curiosidad con una mezcla de queja. Los párpados de Jungkook revolotearon por un segundo en donde su voz no podía salir. Jimin lo notó y le tomó de la mano, el tacto era suave.

- Me gusta – susurró el pelinaranja, llevando la mano del menor a su rostro nuevamente.

Jungkook no dijo nada, sólo observó cómo su mano volvía a tocar el rostro ajeno, ésta vez comenzando desde su frente. Pasó a su cabello, sintiendo la suavidad de aquel color anaranjado, haciendo contraste con la blancura de sus dedos finos y largos. Jimin llevó su mano hacia abajo, bordeando su ceja, su cien y nuevamente sintió la pendiente del pómulo hacia la mandíbula.

Jimin tenía los ojos cerrados y ahora Jungkook no sólo miraba sus dedos viajar sino también la vista panorámica del rostro de Jimin relajado y suspirando como si estuviese respirando gracias a su tacto.

Tenía las comisuras levemente levantadas, Jungkook entendía que era porque le gustaba lo que sentía, le gustaba sentir que él le tocaba y la idea también le agradó. Él pensó que sólo Jimin tenía ese poder, el de acariciarle y hacerle paralizar, hacerle sentir como si sus pies se elevasen del suelo de a poquito.

No lo sabía hasta ese momento, el gran poder que tenían unas simples caricias.

Tragó duro cuando Jimin llevó sus dedos hacia sus labios haciendo que Jungkook los sintiera tan claramente. Las yemas de sus dedos parecían lijas si las comparaba con la suavidad de esos labios, como si tocase raso o seda. Como si estuviesen hechos del más refinado algodón egipcio.

El menor miraba fascinado, hundiéndose en la sensación, siendo absorbido por las llamaradas del calor humano en sus dedos, propagándose luego por todo su cuerpo.

El dedo índice de Jungkook delineó el labio superior bajando hacia la unión con el inferior y pasando a este para sentir su mullidez. Absorto en la sensación, vio los labios de Jimin abrirse un poco más y sus dientes se cerraron sobre su dedo.

Como resultado, su cuerpo ardió, sintiendo un calor abrumador que jamás había sentido. Un calor que no le permitía reaccionar, un calor que le dejó inmóvil observando los dientes de Jimin haciendo presión sobre su dedo, sin hacerle daño, pero sí socavando algo dentro de él.

Sintió la calidez del aliento de Jimin y luego volvió a respirar cuando sus dientes le soltaron.

El mayor cerró los ojos y besó castamente la yema del dedo índice del menor, y luego la del dedo medio. Alejó la mano de sí mismo y abrió los ojos viendo que Jungkook estaba perplejo, parecía incluso como si hubiese abandonado su cuerpo. Sus mejillas estaban coloradas, pero a pesar de ello no había atinado a alejarse.

A la mañana siguiente Jungkook despertó tarde y Jimin ya se había ido a la universidad.

Permaneció todo aquel día y los siguientes pensando en esa noche, en cómo había terminado por tocar el rostro de Jimin, sus labios, y sus dientes delicadamente sobre sus dedos.

Era extraño, era singular, y él no podía dejar de pensar en que no sabía qué sentir. Se había quedado perplejo por la gracia del rostro ajeno, de aquellos ojos cerrados y expresión que daba la bienvenida a sus caricias.

Era agradable acariciar a alguien y el compartir aquella paz y silencio, como si las palabras no hubieran sido ya necesarias si tenían el tacto para comunicarse.

Sin embargo, cuando no estaban en su habitación a solas, todo volvía a ser igual que siempre.

El chico parecía compenetrarse en aquellas charlas tan extensas e interesantes, pero al otro día era como si todo siguiese igual que siempre. Él pensaba que incluso podían llegar a ser amigos, la convivencia y el interés de Jimin en él les había llevado a acercarse más y más. Pero, aunque Jungkook escuchara a Jimin hablar de que él era especial y lindo, de que gustaba de él, Jimin tenía su vida, sus amigos, su pareja o lo que fuese, mientras que Jungkook no tenía nada.

Jungkook no era nada ni nadie.

Jimin era el chico popular y sociable que tenía la atención de todo el mundo, que se pasaba gran parte del tiempo fuera de la casa, y que además tenía a una especie de pareja o cómplice con quien solía pasar aquellas noches.

Jungkook había tenido su mente demasiado ocupada con pensamientos sobre Jimin y sus salidas nocturnas.

El pelinaranja iba a tener relaciones con alguien, con una chica o un chico, y entonces de tan sólo pensar en eso le invadían la cabeza esas imágenes de sus dos compañeros haciendo eso y se imaginaba a uno de ellos siendo Jimin.

Se sentía terrible por pensar aquellas cosas, tenía hasta pavor que su madre pudiera descubrir sus pensamientos en donde fuera que ella estuviese.

Le atormentaba e incluso así su mente seguía sin encontrar un punto final.

No obstante, se tomó algunos días para pensar en todo aquello y cuando no vio salida de ese callejón decidió tomar cartas en el asunto antes de seguir enloqueciendo por el tema, porque a veces notaba que pasaba demasiado tiempo, incluso horas, pensando en Jimin y su posible "pareja". En Jimin y el sexo. En Jimin y todo.

Una charla con su amigo Yoongi le aclararía todas las dudas.

- Es muy extraño que me preguntes esto. ¿Sucedió algo? – su amigo parecía estar comiendo del otro lado de la línea, hablaba con la boca llena.

Era la hora del almuerzo, pero Jungkook no había comido nada aún. Su estómago estaba totalmente cerrado por el nerviosismo que manejaba hacía días. Suspiró y decidió relajar un poco los hombros.

- Jimin... él... suele salir de noche, a la madrugada, y luego vuelve aquí a dormir. Cuando le pregunté qué hacía me dijo que salía a hacer "eso". Es decir...-

- ¿Sale a follar? – completó.

- Sí.

- Bueno, es algo normal en sus veintes. El sexo es algo placentero para cualquier persona, entre hombres el objetivo no es otro más que sentir placer y conectarse por medio de ese momento. En caso de las parejas heterosexuales sucede lo mismo, pero también puede ser para tener hijos. Lo que no nos hablan en la iglesia es sobre eso, Jungkook; el placer. Así que, respondiendo a tu pregunta, hoy en día el sexo es principalmente para disfrutar del placer, ya sea con alguien por quien tienes sentimientos o alguien que simplemente te atrae.  

- ¿Y los besos? ¿Qué se siente besar a alguien?

- Qué preguntas extrañas me haces... - dijo extrañado – No lo sé, se siente bien, es agradable. Debes pasar por ello para comprenderlo, pero cuando te gusta alguien quieres besarlo y también tocarlo.

Aquello último hizo que Jungkook sintiera algo de vergüenza. Por suerte su amigo no podía verle.

El querer besar y tocar a alguien por gustar de esa persona le recordó a Jimin, quien había dicho que gustaba de él, que quería besarlo y claramente también aprovechaba cualquier oportunidad para tocarle. Con el tiempo, a Jungkook se le hizo algo tan normal que ya no se sentía incómodo, de hecho era agradable.

Sí, era agradable. Entonces, ¿Los besos se sentían igual de bien?

Si los besos se sentían así, ¿Cómo se sentiría tener relaciones con alguien?

Oh, esa simple pregunta puso de cabeza el estómago de Jungkook, retorciéndosele un poco.

Movió su cabeza y cerró los ojos para alejar los pensamientos innecesarios, sin poder creer que su mente se había desviado tanto del tema principal.

- ¿Jungkook?

- P-perdón, ¿dijiste algo? – tartamudeó tontamente, dándose cuenta que su amigo seguía presente.

- Sólo digo que Jimin es joven y claramente es una persona sexualmente activa. Yo también lo hago, aunque no tan seguido como él – rió – No tengo pareja, pero de vez en cuando veo a algún chico con el que ande hablando por redes sociales y ambos queramos pasar un buen momento.

- Y... ¿Tienes relaciones con ellos?

- Sí.

- ¿Cómo... se siente?

- Se siente increíble – su amigo lo dijo con una satisfacción y entusiasmo que se sintió completamente ajeno al sentimiento.

Claramente él no sabía cómo se sentía algo "increíble". Jamás había experimentado algo que le hiciera sentir de esa manera.

- ¿Por qué?

- Uhm... - Yoongi sonó confuso, probablemente buscando cómo responder – Bueno, simplemente porque si alguien te gusta y te atrae entonces cuando le besas y tienes la oportunidad de tener sexo, puedes esperar que ambos la pasen bien. El placer es parte de nuestros cuerpos y es una sensación única, por lo que compartirlo con alguien lo hace mejor ¿Qué sientes cuando te masturbas?

Y la vergüenza volvió a atacar a Jungkook.

Él siempre se sentía extraño cada vez que se masturbaba, no era algo con lo que se sintiese cómodo. Sentía cierta culpa al hacerlo, era raro. Por alguna razón en la iglesia nunca hablaban de ello y todo lo que pasase en aquella "zona" era altamente íntimo y todos parecían fingir que no existía, mucho menos del sexo.

Jungkook tenía erecciones ocasionales, como aquellas apenas despertaba e intentaba que se le bajasen solas, pero otras veces no le quedaba otra que tocarse.

Cuando estaba por llegar a la explosión y liberación del dolor de su entrepierna, sentía cómo el fuego se concentraba en su estómago, se llenaba de cosquillas y podía sentir que era placentero hasta que se corría, y entonces sentía vergüenza de sí mismo. Sentía que estaba mal lo que hacía.

Yoongi no era así, aunque le había dejado bien claro que antes, cuando estaba en la iglesia aún, sí era frecuente sentirse culpable de los momentos donde su cuerpo reaccionaba, culpable de gustar de chicos, culpable de sentirse curioso y querer saber más de aquello que les ocultaban.

- No tiene nada de malo, Kook. No dejes que te atormente, es algo que todos necesitamos. Cuando a mí me gusta un chico se me hace imposible no sentir deseo sexual por él, querer tocarlo y tener relaciones.

- ¿Siempre que alguien te guste... quieres tener sexo con ellos?

- Puede cambiar según la persona, pero me atrevo a decir que en la mayoría de los casos es común que si alguien te gusta quieras tener relaciones con esa persona en algún momento, aunque no todo gira alrededor del sexo, hay personas asexuales de hecho, pero para algunas personas el sexo es muy importante.

Nuevamente Jungkook pensó en Jimin. Pensó en que el chico era tan abierto con su vida sexual que claramente era de esas personas que tomaban el sexo con bastante prioridad. Pero entonces, el pensar en Jimin le llevó a otro sitio que terminó por drenar el poco control que le quedaba.

- Yoongi... eso... - se relamió los labios - Si Jimin gusta de mí... eso significa que él quisiera... que él quiere... ¿eso?

El silencio fue demasiado incómodo para el menor, pero no podía esperar menos, su amigo probablemente había quedado atónito por su pregunta. Tal vez porque le parecía tonta, o quizás osada, pero entonces éste rió un poco.

- Sí, Jungkook. Probablemente él quiere acostarse contigo.

Jungkook se mordió el labio inferior con tanta fuerza que le dolió, pero no tanto como su estómago.

- Oh, dios – soltó estresado, provocando una carcajada del otro lado de la línea – ¡No te rías! ¿Cómo quieres que mire a Jimin a la cara ahora?

- Como siempre lo haces, que yo te haya abierto los ojos no significa que él ya no te haya estado mirando de esa manera, porque justamente de eso se trata. Le gustas desde que te lo dijo, y siendo él alguien sexualmente activo, lamento decirte que te confirmo en un cien por ciento que quiere follarte – Jungkook se frotó el rostro con frustración - O quizás quiere que le folles, eso no lo sabemos – el menor se había congelado en medio de la habitación al escuchar a su amigo - ¿Sigues ahí o te acaba de agarrar un colapso mental?

- Nunca... nunca pensé en... eso...

- ¡Deja de decir "eso"! Ya no sé de qué hablas.

- Quiero decir que nunca pensé en cómo lo hace Jimin...

No, lo último que quería era hondar en el tema con ese lujo de detalles. Y no esperaba llegar a ese punto, ni si quiera lo había pensado como una posibilidad porque no había reparado en debatirse algo así. ¿Por qué pensaría en eso? No tenía un propósito en su mente.

Hasta ese momento.

- Si le preguntas seguro te responde sin problemas.

- ¡¿Estás loco?! ¿Quieres que me muera de la vergüenza?

- Más bien quiero que te la quites. Por lo que pude notar de Jimin cuando hablé con él y por lo que me dices es alguien con quien es fácil hablar de estas cosas, aunque seguramente se pondrá cachondo si le preguntas algo de eso, teniendo en cuenta que le gustas – el pelinegro arrugó la nariz.

- ¿Cachondo...?

- Claro. Querrá follarte aún más - soltó bromeando.

Jungkook cortó la llamada, lanzando su celular a la cama en menos de un segundo.

Respiró agitadamente con sus ojos abiertos como platos.

¿Cómo esperaba su amigo que pudiese seguir viviendo en esa casa de ahora en más?

¿Cachondo? ¿Jimin se sentía así respecto a él? Jungkook no era un chico que pudiese provocar esa clase de sensaciones en alguien más, ¿cierto? Estaba seguro que nunca nadie iba a desearle en la vida.

Ah, era demasiado tentativa la idea de mudarse en ese momento. Quería tirarse por la ventana y no volver jamás.

Era claro que para su amigo no era la gran cosa, incluso parecía divertirle la situación. ¿Pero a él? A él la situación se le hacía abrumadoramente mortificadora. Sentía un dolor en el estómago tan grande que era casi lo mismo que sentía cuando estaba por rendir un examen. Los nervios le estrujaban el abdomen.

Su teléfono celular comenzó a sonar y vio el nombre de su mejor amigo en la pantalla. No contestó. Realmente no quería hablar del tema, estaba demasiado afectado como para seguir hablando de ello. Necesitaba espacio, no estaba listo para hacerle frente, su ansiedad se lo pedía a gritos.

No sabía qué era exactamente lo que le ponía así, justo en ese instante ya no podía pensar con claridad, sus pensamientos eran un enjambre sin sentido acompañado del cosquilleo en su estómago y las ganas de arrancarse el cerebro. Si antes no tenía hambre, entonces en ese instante las ganas de alimentarse disminuyeron a valores bajo cero.

Lo mejor que pudo hacer fue decidirse a salir de la casa para ir a la universidad. Recordó que había unos libros que tenía que buscar para uno de sus exámenes así que aprovechó la oportunidad para ir a la biblioteca y enfocarse en otra cosa.

Cuando se adentró al lugar y luego de que se perdió entre las estanterías llenas de libros, comenzó a buscar en la sección que él necesitaba. Libros de álgebra y cálculos matemáticos. Yoongi le había recomendado algunos que él decía eran bien gráficos y claros. Jungkook últimamente estaba demasiado distraído pensando en cosas que no debía, así que necesitaba libros que fueran al grano y le permitiesen ir a un ritmo más rápido para contrarrestar su baja de productividad.

Pudo encontrar los libros que su amigo le había indicado, pero continuó paseándose. Caminó por uno de los pasillos para buscar algo más y miró a su alrededor, se escuchaban voces de personas por lo bajo, pero en aquel pasillo no había nadie. Aprovechó a ponerse de cuclillas para llegar a los libros que había más debajo en la estantería. En todo aquel lugar había cosas relacionadas a la psicología, pero a él no le interesaba la psicología en sí, sino aquella mini sección donde vio libros dedicados a una rama de aquella ciencia; la sexología.

Miró con detenimiento todos esos libros y se mordió el interior de su labio inferior sintiéndose invadido por la indecisión. Quería poder tomar uno de esos libros y leerlo con libertad, cualquier persona normal lo habría hecho, para eso estaban allí, pero a él le daba demasiada vergüenza que pudieran verle leyendo sobre sexo.

La vergüenza estaba tan entretejida en su carne que siempre terminaba ganando todas las batallas por cansancio, pero esta vez exhaló fuerte y se decidió.

No es la gran cosa, Jungkook, sólo abre el maldito libro y léelo.

Volvió a exhalar, esta vez más pausadamente.

Permaneció sentado en el suelo de aquel pasillo con su espalda contra la estantería por varios minutos y se encontró con muchas cosas que desconocía, como los conceptos de sexo, género y orientación sexual, los cuales despertaron su curiosidad.

A medida que se animó a adentrarse en la lectura, comenzó a ver que había todo un abanico de posibilidades en cuanto a la sexualidad y la forma de percibir la misma en una persona. Eso le recordó a una de sus charlas con Jimin sobre cómo las presiones sociales enviaban a las personas a pensar que lo normal era ser heterosexual, que lo correcto era gustar del sexo opuesto.

En un país tan conservador como Corea, la mayoría de las cosas relacionadas al sexo y la orientación sexual eran temas tabúes, y sumado a la influencia cristiana que el pelinegro había recibido, sus conocimientos sobre aquellos temas eran inexistentes.

También leyó sobre la fluidez sexual, el género no binario, el género fluido. Era la primera vez que tenía una aproximación a esa información, y se preguntaba por qué en la iglesia tenían el afán de censurar la existencia de todo una comunidad de personas con características de género y sexuales tan diversas. ¿Por qué era tabú? ¿Por qué era pecado? 

No entendía qué tenía todo eso que ver con Dios y su causa. ¿En qué podía afectar al cristianismo la sexualidad libre? 

Detuvo su lectura al momento que escuchó pasos acercarse, quedándose inmóvil con el libro en sus manos. Una persona pasó por allí mirando en las estanterías recorriendo los libros y pasó de él sin prestarle la más mínima atención.

Suspiró aliviado y se relajó para seguir leyendo.

"¿Qué es lo normal?" era el encabezado de una sección del libro.

En el primer párrafo pudo encontrarse con que según estudios científicos hay una amplia gama de variaciones en el sexo, género y orientación sexual en humanos y que incluso algunas de estas se presentan en otros animales. 

"Más de quinientas especies de animales presentan orientación sexual homosexual o bisexual". Jungkook estaba impactado.

El contenido del libro no sólo era interesante, sino también estaba escrito de una manera que la lectura se volvía fluida y dinámica. Pasó un largo tiempo leyendo, sin darse cuenta que dos horas volaron como si nada desde que había llegado a la biblioteca, ya era tiempo de volver. Tomó prestados los libros que necesitaba para estudiar y dejó el lugar camino a su casa.

Cuando llegó a su hogar se sorprendió al encontrar en la sala a Ten, conversando con un chico que le parecía conocido. Juraba era el mismo que había tocado la puerta de su habitación buscando a Jimin, aquella primer noche de su estancia. 

Era un chico de tez blanca y cabello negro, ojos bien rasgados, labios abultados y linda sonrisa. Recordó instantáneamente que él había tenido que dar la cara por el pelinaranja sin si quiera conocerle para que el chico no le encontrara.

"Tan sin vergüenza" pensó por sus adentros, comprendiendo que eso era muy digno de Jimin ahora que le conocía mejor.

Jungkook saludó a ambos chicos y muyamablemente Ten le pidió que le hiciera compañía al chico mientras él preparaba algo para merendar. El menor no había comido nada hasta entonces, así que le parecía buena la idea de la merienda.

El chico frente a él le sonrió y se presentó como Sungwoon, pareciendo confiable por su expresión amable. Se comodó en u asiento y apoyando sus codos en sus piernas, estrechó los ojos y habló.

- Tú eres el compañero de habitación de Jimin, ¿cierto? – dijo, al parecer intentando hacer memoria.

- Sí, soy yo.

- Ah, me parecías conocido – soltó una risa divertida – Debe ser difícil convivir con Jimin y su mal genio.

Jungkook inclinó un poco su cabeza. Se preguntó a qué se refería el chico con "mal genio". No pensaba que Jimin fuese ese tipo de persona, más bien siempre parecía mantener una actitud agradable frente a cualquiera.

- A veces suele enojarse mucho – elevó sus cejas mientras reía. El menor intentó pensar en algún momento donde hubiera visto a Jimin enojado y realmente no había nada en su memoria para rescatar.

- Él suele ser muy bueno... - expresó con sinceridad – Nos llevamos bien, nunca le he visto enojado.

- ¿No? – interrogó, viéndose sorprendido.

Jungkook asintió. El chico soltó una carcajada, viéndose incrédulo.

- Es porque eres nuevo. Jimin siempre es así con los nuevos, les trata bien y luego se olvida de ellos.

El silencio se hizo presente entre ambos porque Jungkook no supo qué contestar. ¿Qué sucedía entre ese chico y Jimin?

Quiso pensar en algo para decir, pero el ruido de la puerta del frente y el sonido de las llaves interrumpió el silencio. Jungkook giró su rostro y parte de su cuerpo para ver hacia el hall, apreciando a Jimin llegando. Éste miró al menor y luego atrás de éste, notando a Sungwoon.

Jungkook pudo notar con claridad cómo la expresión de Jimin expresaba disgusto. No quería ver a ese chico.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top