49. El día después
Mientras el doctor se encargaba de quitar los puntos de su mano, Jungkook observaba su palma y los hilos siendo tironeados y removidos en segundos. Pensó que dolería, pero la molestia era leve. La cicatriz aún estaba enrojecida, sin embargo se había cerrado y sanado lo suficiente como para remover las suturas. Era una herida bastante grande y se veía aún más fea con las suturas en ella, como si fuese un muñeco de trapo o algún monstruo desagradable de un cuento de terror.
¿Cuántas cicatrices llevaba ya en su cuerpo? Todas con el mismo origen. Su iniciación, su pacto con Jimin, y la noche de su ritual de sacrificio. Todas pertenecientes a Alpha chi lambda. Tal vez una parte de él siempre pertenecería a ellos.
El doctor le dio algunas palabras de ánimo por finalmente haber terminado el cuidado de su herida. Jungkook se despidió dándole las gracias y dejando el consultorio.
Al salir al pasillo del hospital, Yoongi le esperaba tomando un café.
Él y su amigo habían estado quedándose en Seúl, alquilando una habitación de hotel. Levaban allí una semana y por cuestiones legales era conveniente para Jungkook quedarse en Seúl hasta que pudiese ser libre de los interrogatorios y de tener que testiguar. Aunque él no quería quedarse, le había resultado más fácil la tarea gracias a que su mejor amigo decidió acompañarle. Éste no tenía problema en hacerlo, su trabajo a distancia le permitía poder seguir siendo productivo siempre y cuando tuviese su laptop a la mano.
Esas semanas no habían sido fáciles. De hecho, pensaba que tal vez habían sido de las más duras de su vida. Su padre había sido comprensivo –increíblemente- y eso había ayudado a que se sintiera un poco menos agobiado. Sin embargo, sentía que si su madre estuviese ahí ella le sostendría de otra manera. Ella siempre sabía qué hacer y le brindaba calma. Tal vez no tenía todas las respuestas, pero era una mujer tan compasiva que siempre sonaba correcto lo que fuera que dijera.
Sabía que todas las madres son un mundo, pero podía jurar que era algo del instinto materno lo que hacía que ella fuese más proactiva y protectora que su padre. Tenía un talento por hacerle sentir contenido. Tal y como Jimin se sentía con la suya.
Pero si su madre hubiese estado ahí, en realidad nada de eso hubiese ocurrido. Su destino hubiera sido otro, y no hubiera errado tanto al momento de elegir hacia dónde ir.
Las primeras semanas no fueron fáciles. Jungkook no quería hablar con nadie al respecto. Yoongi y su padre lo intentaban para hacerle sentir acompañado. Porque sabían que el pelinegro tenía miles de pensamientos bombardeando su mente y que no era fácil estar en una situación como esa, hablando con fiscales, abogados y agentes de policía. Todo era demasiado, pero aun así se negaba a decir una sola palabra, porque en sus adentros sentía que tanto su mejor amigo como su padre pensaban algo como "Te lo dije". Apestaba que tuvieran razón, que él hubiera sido tan ingenuo para meterse en terreno pantanoso cuando había sido advertido que no lo hiciera. Su padre era demasiado sobreprotector y eso lo había vuelto aún más desobediente –sumado a la influencia rebelde de Jimin y su libertinaje- pero si no le hubiese alejado quizás hubiera logrado darse cuenta antes de tiempo que algo estaba mal.
Bueno, ¿a quién quería engañar? Yoongi había sido claro con su juicio ante su primera visita a la casa y de todas formas él no le había escuchado.
Se sentía tan estúpido, tan ingenuo e inmaduro de haber dado todo de sí mismo a una causa tan infame.
A los pocos días de aquella noche él había asistido a la indagatoria. Jimin había sido llamado por el juez a la corte para que diera su declaración de los hecho de esa noche porque una causa se había abierto para investigarle por intento de homicidio.
Jimin no se saltó detalle alguno. Su historia se oía sólida. Él respondía y relataba con calma y claridad. Para Jungkook era irritante que estuviese tan tranquilo. Él no podía parar de mirarlo. Por la posición en la que se encontraba, podía verle el costado de su rostro únicamente, un poco de refilón. Tenía las manos esposadas sobre la mesa, acompañado de su abogado en la silla contigua.
Hacía una semana había estado a punto de matarle, le había llevado a un lugar en medio de la nada, en el bosque, para tenderle una emboscada. Había sido, por lejos, la situación más desequilibrante que había vivido. Había superado sus límites de tolerancia, había llorado y suplicado, para luego enterarse que todo había sido planificado.
Jimin había querido tenderle una trampa a las personas que le habían mentido durante toda su vida y que habían terminado con la vida de dos de sus compañeros, a quienes había estimado mucho. Quería acabar con las personas que le habían jodido la cabeza, quería que los vieran en el acto y no tuviesen forma de escaparse de una sentencia. Porque incluso en los videos que había como evidencia, la identidad de los participantes era desconocida por estar siempre portando máscaras o capuchas que tapaban sus rostros. Cualquiera podría decir quiénes eran cada uno de los involucrados, pero no había manera de corroborarlo.
Jimin había ido por todo, sin dudar un solo segundo. Había enviado mensajes a Jihyun esa noche para que llamase a la policía. Los mensajes eran evidencia que fue proporcionada al fiscal y al juez. Jimin no temía al momento de hablar, no le temblaba la voz, incluso aunque sus manos estuviesen esposadas y tuviese que esperar encarcelado por el veredicto del juez.
En cambio, Jungkook temblaba por completo a cada segundo. Su médula espinal de inundaba de escalofríos y todo su ser se sentía inestable. Sentía enojo y desilusión. Había pensado que iba a morir. Iba a ser malditamente asesinado por su novio esa noche.
No pudo evitar recordar cómo las manos de Jimin se cernían al cuchillo ensangrentado frente a él, listo para hacer un movimiento que le quitase la vida; cortarle el cuello o rasgarle de manera dolorosa cualquier otra parte del cuerpo hasta que se desangrara. Él, Jimin, la persona que le había amado y jurado no lastimarle.
- Pase lo que pase, yo te amo ¿Entiendes? Nunca... te haría daño. Nunca lo haré.
Fue lo que le dijo esa noche. Él había estado absorbido por el pánico como para analizar esas palabras. Sólo había logrado recordar que Jimin le había dicho que hiciera copias de los archivos.
Entonces, todo tenía sentido, y la coartada de Jimin frente al juez era sólida.
Cuando el juez estableció falta de mérito por no haber suficientes pruebas que demostrasen que él iba a ejecutar ese homicidio, se dejó claro que la investigación continuaría porque había otros cargos de los que se lo había culpado.
Jimin fue acompañado por un oficial que le sostenía del brazo mientras salían de la sala de juicio. Caminaron rodeados de personas, reporteros preguntando todo tipo de cosas y queriendo tener alguna palabra del chico arrestado que se estaba robando toda la atención por su singular caso de pertenecer a un culto.
Jungkook siguió la marea de gente rápidamente. Yoongi le llamó, pero él no estaba dispuesto a escuchar ni a detenerse.
Se hizo su camino hacia Jimin, tomando desprevenido al oficial y al mismo imputado. El puño de Jungkook se estrelló contra el rostro del mayor y las voces se alzaron caóticamente a su alrededor.
Más oficiales de policía aparecieron para alejarle de Jimin, empujándole hacia atrás. A Jungkook le cayeron lágrimas por las mejillas, sus nudillos habían tenido un impacto tan fuerte que apenas sentía dolor, sólo calor, pero más cercano al entumecimiento. La furia inundaba su expresión desgarrada.
Jimin levantó la cabeza, llevando sus manos esposadas a su rostro. En su mejilla había un corte de donde salía sangre que corría hasta su mentón. Su expresión era de sorpresa, impactado por haber recibido un golpe de la persona que menos lo hubiera imaginado. Porque Jungkook no era así, nunca le había visto utilizar la violencia, sabía que no le gustaba hacerlo y nunca lo haría. Pero la había utilizado con él, específicamente.
Toda la gente se interpuso, rodeando a Jungkook y queriendo respuestas de él también. Las cámaras escupían flashes molestos constantemente, y los micrófonos se aparecían por todos lados buscando atención. No volvió a ver a Jimin, pero fue suficiente ver su mirada afligida antes de que le alejaran para darse cuenta que todo se había acabado. Estaban rotos.
Los reporteros eran molestos, y no dejaron de hacer preguntas picantes luego de ese espectáculo. Por un lado, quería que desapareciesen, pero por otro le importaban una mierda.
La gente se preguntaban cómo él y las personas que eran engañadas por grupos sectarios terminaban dejándose llevar por ideas tan descabelladas. Porque sí, la gente hablaba de él, porque él estaba en la maldita televisión en esos momentos, en las malditas revistas.
Toda su vida había sido conocido por el resto como el chico cristiano que había terminado el secundario sin novia y siendo virgen. El chico mojigato que era aburrido y por eso no tenía amigos.
Vivió con el fantasma de aquella percepción ajena para luego cumplir los diecinueve años y ser visto como "El chico que casi muere luego de formar parte de una secta sexual". Era patético, humillante y ciertamente desafortunado. Yoongi y su padre le decían que no prestara atención a los comentarios de la gente o los titulares de los medios, que no les diera importancia. Pero no podía evitar sentir vergüenza al salir a la calle y que alguien le reconociese de esa manera.
Para su fortuna, había personas en la televisión que se encargaban de informar a otras; psicólogos especialistas en casos como el suyo que se tomaban el tiempo de aclarar por qué se había dejado arrastrar por una secta. Porque, además, al hacerse conocido su caso y el arresto de los miembros de Alpha chi lambda que habían estado aquella noche en lo que iba a ser su ritual de sacrificio, más personas se hicieron presentes para contar sus historias.
"El sexo era... sólo parte del proceso. Se suponía que estabas allí para un cambio radical en tu vida y tú solo... intentabas lo que fuera para sentirte un poco diferente. Al principio me repetía lo que ellos me decían; 'Si quieres abrirte al cambio, debes abrir tu mente. ¿Cómo planeas encontrar algo diferente si sigues buscando en el mismo lugar que siempre?'. Tenía sentido, entonces me dije a mí misma 'Quizás luego de esto me sienta diferente. Quizás luego de esto lo entienda'. Pero al final nunca lo hacía, nunca me sentía mejor".
Ese era el testimonio de una víctima que había sido abusada por miembros de la fraternidad. Ella no había derramado ni una sola lágrima durante su discurso en el estrado, pero sin dudas se estaba tensa y decaída. Jungkook podía comprender esa sensación de abatimiento y completa resignación. Era como si ella estuviese admitiendo la culpa de haberse dejado engañar. Porque, ¿cómo no culparse? Las señales eran claras, pero no se habían permitido verlas.
"Sucede que el ser humano es un ser sociable por naturaleza y por esta razón el sentido de pertenencia es muy importante en nuestras vidas. Todas las sectas funcionan de la misma manera; aquello que no es natural y no forma parte de nuestras vidas es la solución a nuestros problemas, porque es lo único que no hemos probado aún. Si eres lo suficientemente vulnerable como para bajar la guardia y no respetar tu intuición, entonces eres una presa perfecta. Los miembros de los cultos saben a quiénes pueden manipular y cómo. Si la vida va a mejorar, entonces no importa si tienen que entregar sus cuerpos para ello o hacer cualquier otro tipo de práctica que vaya en contra de su sentido común, porque la desesperación por llenar el vacío o cambiar eso que se siente mal es más fuerte".
Jungkook se sorprendió de lo valientes que eran las víctimas de animarse a hablar y contar con lujo de detalles lo que habían sufrido, cómo había sido cada paso dentro de la fraternidad un real padecimiento.
"Era un lugar donde parecía que a todos les importaba lo que pensabas y lo que sentías, donde todos querían ayudarte. Cada vez que me sentía mal, o que algo no estaba bien, mi mente ya estaba acostumbraba a decirme que era yo el del problema, que era yo quien se sentía así porque no estaba dispuesto a cambiar realmente. Porque ellos se veían y actuaban como buenas personas todo el tiempo, como si hicieran un gran esfuerzo en intentar ayudarte con lo que necesitabas. Y yo sentía que si no había una mejoría era porque no lo había intentado lo suficiente. Entonces, les debía algo a cambio... porque había decidido ser parte de eso, y eso implicaba seguir sus métodos"
"Sanación, le llamaban. Hablaban de cosas que parecían tener sentido... era muy científico, de hecho. Hablaban sobre cómo nuestro cuerpo tenía en su naturaleza el buscar placer constantemente, en cómo los químicos que producen efectos positivos en nuestro sistema eran liberados durante el sexo, y eso podía potenciarse estando con más personas, haciendo del sexo algo cotidiano, algo que fuera una forma de unir a las personas y aumentar su conexión entre ellas. Así que... terminé haciendo cosas que realmente no quería, una y otra vez".
A Jungkook se le estrujaba el estómago cada vez que escuchaba todo lo que otras personas decían. Tanta desilusión y decepción junta en personas que habían quedado destruidas por dentro. Personas que iban a terapia para enfrentar lo que habían tenido que pasar.
- Jungkook, ¿cuánto tiempo estarás viendo las noticias? – su amigo sonaba algo molesto, pero más que eso parecía desesperanzado – Vayamos a beber algo, a caminar, lo que sea – propuso, escuchándose en su voz la súplica.
Jungkook no respondió. Sus ojos ni si quiera se dirigieron a su amigo, se mantuvieron observando fijo a la pantalla como ya hacía horas. Su espalda estaba contra el respaldo del sofá de la habitación del hotel, sus rodillas contra su pecho y sus brazos cruzados.
Repentinamente, la pantalla se apagó, tornándose negra. Sólo así, el menor desvió su mirada para ver a su amigo mirándole con cansancio y con el control remoto en la mano.
- Vamos, te hará bien salir. ¿Sabes? No pensé estar de acuerdo con tu padre alguna vez en mi vida, pero tiene razón con que necesitas salir y despejarte, alejarte de las noticias y todo eso. Cuando tengan que citarte te llamarán, ¿está bien? – usó el tono de voz más suave y comprensivo que había encontrado. Esperó una respuesta, pero Jungkook no tenía expresión alguna en su rostro, y tampoco dijo nada. En cambio, se puso de pie, tomó el control remoto nuevamente de la mano de su amigo, volvió a su lugar en el sofá y prendió la televisión una vez más.
Yoongi exhaló rendido, frotándose los ojos con los dedos. Prefirió no seguir insistiendo, era en vano y la resignación era todo lo que le quedaba en esos momentos. Salió de la habitación luego de decir "Bien, haz lo que quieras" y cerró la puerta.
Jungkook recordaba haber pensado, en algún punto, que su vida no podía empeorar. Irónicamente, lo había terminado haciendo.
Jungkook era humano y estaba sufriendo los efectos severos del estrés prolongado.
Había golpeado a Jimin en la cara frente a camarógrafos, periodistas y policías. Estaba enojado, enfurecido. Había temido por su propia vida en vano. Había sufrido, había pensado en cuánto de dolorosa sería su muerte. Había visto su vida a punto de ser arrebatada por la persona que más amaba. Había sido entregado y traicionado, y eso le había dolido más que el corte en la palma de su mano, más que cualquier otra cosa.
Así que no era extraño que su vida se hubiese detenido y pasase sus días sentado en el sofá viendo las noticias y perdido en sus pensamientos.
Una tarde se presentó en la penitenciaría de Seúl y Jimin abrió grandes sus ojos cuando le vio del otro lado del vidrio. Tomó asiento y esperó, observándole con cautela y expectativa a que dijera por qué estaba visitándole.
Jungkook no pudo decir nada, sintió el calor y la agonía escalar dentro suyo. Soltó un grito ofuscado y golpeó el vidrio una vez, haciendo retumbar un ruido seco y feo que no había sonado bueno para sus nudillos. El dolor fue fuerte pero no suficiente.
Volvió a golpearlo, ésta vez repetidas veces con ambas manos.
- ¡Para ya! - Gritó Jimin del otro lado, poniéndose de pie y enfrentando a Jungkook. Un guardia apareció y alejó al menor del vidrio, reprendiéndolo por su comportamiento y diciéndole que si seguía comportándose así iba a tener que sacarlo de allí.
- ¡Déjame! – le gritó al hombre, pasando de él y golpeando una vez más en la dura superficie.
- ¡Basta! ¡Vas a hacerte daño! – volvió a intentar Jimin.
- ¿Daño? – Jungkook se detuvo para preguntar. El guardia tenía una mano sobre su brazo, tironeando para controlarle - ¿Crees que esto me hace daño? – sus ojos se entrecerraros, sus dientes estaban apretados. Su garganta estaba tan apretada que su voz salía acongojada por el llanto reprimido - ¡¿Crees que esto me lastima?! – preguntó alzando la voz y congelando a Jimin con su actitud nada digna de él - ¡Puedes cortarme un puto brazo y dolerá menos que la mierda que hiciste! ¡Cualquier cosa es mejor que esto!
- Tenía que hacerlo...
- ¡Podrías haberme dicho lo que planeabas!
- Te hubieras opuesto... hubieras intentado detenerme. Ni si quiera Jihyun sabía de qué se trataba, sólo sabía que algo haría para reparar las cosas.
- ¿Reparar? ¿Crees que has reparado algo? – preguntó, su voz rompiéndose al igual que su expresión – Estás... jodidamente preso...
- Tarde o temprano iba a suceder.
- Tú no deberías estar aquí.
- Si la justicia decide que sí, entonces debo estarlo – Jungkook negó con la cabeza.
- Tu padre debería estar ahí, y todos los demás.
- Ya lo estarán.
- Eres... maldito un idiota.
- Nunca te vi tan enojado... - Jimin apoyó su frente contra el vidrio y su aliento empañó parte de éste – Lo siento...
- Cállate.
- Te amo.
Jungkook negó con la cabeza, sus lágrimas aun cayendo. El oficial le volvió a sostener del brazo, repitiendo que si no se calmaba tenía que retirarse. Jungkook se soltó del agarre, moviendo su brazo con fuerza y se dirigió al oficial con un tono irritado y su mirada hechando fuego.
- Déjeme en paz – soltó, nuevamente sorprendiendo a Jimin por su actitud. Tomó la silla del respaldo, alejándola de la pequeña mesa contra el vidrio y se sentó, tapando su rostro y limpiando sus lágrimas en el proceso.
- Jungkookie...
- Dije que te callaras.
Jimin cerró sus labios, apretándolos y aguantando la necesidad de disculparse mil veces. Había visto a Jungkook dolido muchas veces, deprimido y ansioso, pero jamás enojado hacia él. Sin embargo, era estúpido de su parte sorprenderse, en realidad ya se había anticipado a eso. Estaba seguro de que Jungkook no le perdonaría luego de engañarle de esa manera, de hacerle pasar un infierno para ejecutar su plan.
Cuando fue internado luego de su último brote, despertó y lo primero que hizo al ver a Jihyun fue decirle todo lo que Jungkook le había dicho por teléfono. Todas las mentiras de su familia habían quedado al descubierto.
- ¿Cómo puedes estar tan seguro de que no está mintiendo?
- ¿Por qué no lo haría? No tiene razones para mentirme con algo así, ¿qué ganaría con ello? Además... los flashbacks de cuando era niño... son la prueba de que las cosas siempre fueron así. Mis alucinaciones... mis brotes, mi ansiedad. Todo. Todo tiene sentido ahora.
Jihyun era escéptico, pero también confiaba en Jimin, en que él realmente había recordado lo que había despertado el miedo y la desesperación cuando era pequeño.
No fue difícil que su hermano cooperase con él, aunque mantuvo los detalles fuera de su alcance, porque si Jihyun sabía que planeaba montar una emboscada y terminar arrestado, le hubiera detenido sin dudar y no le hubiera ayudado. De hecho, era la razón por la cual su hermano se había enojado con él al enterarse de todo y verle esposado.
En resumidas cuentas, todos estaban enojados con él. Aun así, sentía que había hecho lo correcto. De lo contrario nunca se terminaría. Los Alphas -incluido su padre- seguirían haciendo de las suyas y escabulléndose de la ley. Ahora iban a tener que mantener un perfil bajo, ser cuidadosos y cooperar con la investigación de la policía. Algunos ya habían sido procesados porque existían pruebas en su contra, así que sólo era cuestión de tiempo para que todos fueran cayendo.
- Me he callado por demasiado tiempo – inspiró con fuerza y exhaló – Cuando te acercaste a mí yo pensaba que había llamado tu atención. Pensaba "Bien, algo debo tener para gustarle". Me tomó tiempo aceptarlo, pero lo hice porque te metías en mi cabeza todos los días, y desde que me habías besado todo fue escalando. Me hablabas de sexo todo el tiempo, me hablabas de las orgías, me hablabas de lo tan maravillosa que era la filosofía de los Tamonistas. Me vendiste una idea y yo la compré. Estuviste tan cerca y al pendiente de mí hasta que tuvimos sexo, y a partir de allí todo fue una locura. Mi iniciación. Entrar a una maldita tienda, amenazar a muerte a personas inocentes y robar. No pude quitarme eso de la cabeza durante días, y quizás hubieran sido más de no ser que las cosas comenzaron a ponerse jodidas, desde esa noche donde Jackson y el resto violaron a esa chica y yo comprendí que querían hacer lo mismo conmigo – negó con la cabeza como si aún no pudiese creer que las cosas habían sido realmente así - Lo único que querían era que tuviera sexo con ellos, querían corromper a alguien más. Y eso lo iniciaste tú – sus ojos se clavaron en los de Jimin y el mayor pensó en que nadie nunca le había mirado de esa manera tan dolida y rencorosa - Es lo que has hecho, lo vienes haciendo desde siempre, atraes a las personas y les muestras que todo se trata de sexo y que eso es lo que necesitan – tomó algo de aire, su pecho estaba comprimido. El hablar de todo lo que había callado se sentía como un tsunami en su interior, arrasando con todo – Agradezco haber tenido relaciones sexuales por primera vez con alguien por quien tuve sentimientos, pero no puedo evitar pensar que todo eso fue una estrategia para hacerme parte de la fraternidad.
- No lo fue – se apresuró a negar la suposición – Me interesaste de verdad.
- Era tu compañero de cuarto, Jimin, yo era una presa fácil, estaba bajo tu influencia constantemente, siendo alejado de mi padre cada vez más. Tenías sexo con otras personas casi cuatro veces por semana y me hablabas de ello como si fuese algo normal. Me influenciaste por casi un año entero. Era normal para ti, no te interesaba nadie en específico, ¿y quieres que crea que yo logré que cambiaras?
- Admito que al principio eras igual que el resto. Yo... - se mordió el labio inferior y restregó sus manos sobre su rostro antes de volver a mirarle – Me sentía atraído a ti, despertabas mi curiosidad, eras alguien nuevo que tenía algo diferente a las personas que me rodeaban. Eras... más inocente que cualquiera que hubiera conocido antes, y para mí eso era extraño. Eras callado, retraído, pero lindo. Admito que mi pensamiento inicial fue que quería que te unieras a nosotros, e inicié mis acercamientos por ello, pero si no hubiera tenido sentimientos por ti, no hubiera decidido acostarme contigo, hubiera seguido las reglas, todo como siempre lo hicimos. Si no estabas preparado para ser un Alpha hubiera perdido mi interés en ti, pero no sucedió.
- Entonces ¿Admites haber reclutado gente?
- ¿Por qué me haces preguntas de fiscal?
- Porque necesito saberlo.
- ¿Qué quieres que diga? – se encogió de hombros - Alpha chi lambda era mi mundo, mi vida. Todo tenía sentido si se relacionaba a ello, era obvio que quería que las personas que me rodeaban entendieran el mundo en que yo vivía y compartirlo.
- Compartir el sexo no consentido...
- Nunca fue mi intención... hacer que las personas hicieran algo que no querían – la mirada de Jimin era sincera, Jungkook la conocía bien. Sus ojos reflejaban la culpa de saber lo que había hecho y que había sido parte de algo que había lastimado a muchas personas – Cuando sucedió lo de Taemin... en ningún momento pensé que Jackson y el resto tuvieran algo que ver, pero fue la primera vez en la que pensé que quizás no debería haberle presionado para arreglar las cosas con Kai teniendo sexo.
- No tenían sexo, Kai abusaba de él.
- ¡Lo sé! – alzó la voz con desespero – Pero... se suponía que debía funcionar. Siempre había funcionado... era... era lo que nos decían. No era la gran cosa. ¿Cuántas veces hacemos algo por compromiso? ¿Cuántas veces decimos que "Sí" cuando queremos decir "No"? ¿Cuántas veces hacemos lo que otros quieren? ¡Miles de veces! ¿Por qué el sexo sería diferente? ¡Teníamos que hacerlo! Así como tus padres te han incitado a creer en algo de lo que nunca estuviste seguro y aún así continuaste rezando, a mí me han enseñado esto. Pero... al final sí era la gran cosa. Al final es algo que te hace sentir como mierda. Lo entendí cuando Sungwoon comenzó a acosarme. Me sentía aterrado – Jungkook cerró sus ojos y negó con la cabeza.
- Aún no puedo creer que nunca me dijiste nada... - se lamentó nuevamente, recordando que Jimin casi había sido violado en la casa la noche de Halloween.
- No sabía lo que el sexo sin consentimiento era capaz de hacer en la mente de alguien.
Jungkook entrecerró sus ojos. Había una gran probabilidad de que Jimin hubiera sido abusado incontables veces sin saberlo. Desde que se había iniciado hasta el final, durante todo su recorrido por la vida sexual y su iniciación a las prácticas sexuales en grupo. No era posible que quisiera estar con todas esas personas, que disfrutase de cada uno que le tocaba y se adueñaba de su cuerpo. Sólo había visto pocos segundos de un video donde Jimin estaba en una de esas juntas. Se le había apretado el estómago y el pecho, se había sentido tan angustiado por el hecho de ver que Jimin hacía eso tres veces por semana, sin saber que lo estaban filmando para comercializar esos videos.
Sintió el gusto amargo de ese recuerdo en su garganta, esperaba no vomitar. Era desagradable y desgarrador.
- Tenías sexo con los iniciados por compromiso, creo que es obvio que no era algo que deseabas hacer.
- Yo estaba bien con eso.
- Eso no suena mejor – Jungkook presionó y Jimin exhaló lleno de resignación, sin intenciones de provocar una discusión.
- Bueno, ¿importa si quiera? Estoy en prisión ahora, mi pasado da lo mismo a esta altura.
- No da lo mismo, por algo estás aquí y estás siendo juzgado. Tu pasado importa, y será lo que defina los años de tu condena.
- La justicia hará su trabajo. Mi testimonio no importa demasiado frente a víctimas que han sido abusadas durante las prácticas de las que fui responsable – se encogió de hombros, bajando la mirada y centrándola en sus dedos entrecruzados – Yo ya he contado mi versión de la historia. La corte tiene todo lo que necesita de mí.
Aquel primer mes sólo había salido a la calle para testiguar.
La investigación se había abierto inmediatamente, el caso estalló al saberse que un chico de diecinueve años había sido secuestrado, llevado a un bosque e inducido a una clase de ritual que culminaría en su asesinato. La mayoría de la gente lo veía como una barbaridad, mientras que otros lo veían como una bizarra historia de terror, ajena a ellos. Había demasiadas miradas al respecto y no era agradable estar en medio de ellas.
Había tenido varias citaciones con fiscales, abogados y policías en el centro de detención más grande de Seúl. Viajaba cada vez que necesitaban sus declaraciones y por ese motivo, al acercarse el día del juicio, decidió hospedarse por un tiempo en la ciudad, aportando más información al caso. No era emocionante, ni divertido participar, pero era necesario.
Los policías y fiscales que le hacían preguntas eran diversos. Algunos tenían tacto y eran amigables, otros eran más insensibles y exigentes. Él respondía a todo lo que le preguntaban, a veces con mejor predisposición, otras no tanto. Era tedioso y abrumador tener que hurgar en su mente llena de memorias que prefería olvidar, para obtener una respuesta a las preguntas. Pero debía hacerlo, se recordaba que él y las víctimas lo merecían. Y los bastardos que habían arruinado todo también.
Le mostraban fotografías de personas para identificar quiénes eran y qué rol cumplían en la fraternidad, si creía que eran víctimas o si se trataba de cómplices.
Fue incómodo cuando una de las fotografías que fue puesta frente a él era nada más y nada menos que una de Jimin.
Miró la imagen sin decir nada, manteniendo sus brazos cruzados y su espalda contra el respaldo de la silla.
El fiscal Han, a cargo de la investigación de Alpha chi lambda, le cedió un momento de silencio, pero al ver la falta de interés en hablar por sí solo, fue directo con su interés.
- Park Jimin. Háblanos de él. Sabemos que era visto como el sublíder del grupo, pero tenemos dudas de qué es lo que implicaba para él tener ese cargo. Espero puedas evacuar nuestras dudas respecto a su función en el culto – Jungkook levantó sus ojos, la mirada del fiscal era inquisitiva y expectante.
- Él era quien tenía la capacidad de dirigir a cualquiera que no fuese Jackson. Jimin siempre tenía la atención de todos y era hijo de uno de los fundadores. Eso hacía que la gente le reconociera como un segundo líder. Él siempre hablaba de la filosofía de la fraternidad, así que era su tarea hacer que las personas se interesaran en ello. Además, era responsable de los iniciados, con quienes tenía sexo – mencionó lo último con el resentimiento pesando en su voz.
- ¿Por qué crees que Jimin tenía esa tarea? La de tener relaciones sexuales con los iniciados.
- Era su responsabilidad. "Compromiso" le llamó él. Simplemente lo eligieron a él, como si... hubiera nacido para eso – pensar en eso era inquietante y escalofriante, pero la triste infancia de Jimin sólo le hacía pensar en las intenciones maliciosas ocultas de los adultos que estuvieron a su alrededor - Supongo que... es la razón por la cual fue criado con gran influencia del sexo – se tomó su tiempo para hablar al respecto. El fiscal esperaba pacientemente en cada pausa mientras Jungkook intentaba reunir los pedazos de su mente que se disipaban en imaginar la terrible realidad que Jimin había vivido - Su sexualidad fue desarrollada desde pequeño, igual que su hermano. Así que alguien debía encargarse de atraer a las personas vulnerables utilizando el sexo, y él tenía ese rol.
- ¿Estás diciendo abiertamente que él manipulaba a las personas con sexo?
- No – negó de inmediato. El fiscal permaneció en silencio, estudiándole por varios segundos – No, él no era realmente consciente de ello.
- ¿Qué te hace creerlo? – indagó – Ahora mismo está siendo investigado porque hay personas, víctimas, que han asegurado que él estuvo vinculado en varios sucesos donde ocurrieron abusos, tanto de menores de edad como de adultos.
- Soy consciente de ello, pero él fue entrenado de esa manera.
- Igual que Jackson.
- Jackson jamás vio ni verá que hay algo malo con la manera en la que piensa. Fue cómplice y responsable de violaciones y asesinatos. No son comparables, Jimin dejó en claro con sus acciones que acepta que todo lo que sucedió y lo que hizo está mal.
- Pero los videos y los testimonios de las víctimas lo dejan como cómplice. Y el ser cómplice de inducir a personas a prácticas sexuales no consentidas no juega a su favor – Han hizo una pausa, mirando a Jungkook atentamente. Como éste permaneció en silencio, al parecer sin tener nada más que defender, el hombre volvió a hablar – Mira, Jungkook, no soy el encargado de defender a Jimin, sólo busco información y que se sepa la verdad.
- ¿Y dejará que alguien inocente sea culpado de algo que no hizo?
- No, como dije; la verdad se sabrá. Y si Jimin es inocente, entonces será sólo cuestión de tiempo hasta que la investigación lo demuestre, pero yo trabajaré con este caso y las víctimas que han realizado sus denuncias, para hallar a los verdaderos culpables. Si Jimin es inocente, no tienes por qué preocuparte entonces.
Sí que tenía de qué preocuparse, porque Jungkook sentía que Jimin era inocente porque él conocía su ser, sus intenciones, sus angustias y sus pesares. A pesar de estar enojado, dolido y confundido, siempre tenía en mente que Jimin había sido dañado y empujado a vivir de una manera que le había llevado a verse comprometido con la ley. Algunos dirían que Jimin había abusado de su poder y utilizado la filosofía Tamonista para aprovecharse de las personas vulnerables como los otros implicados lo habían hecho.
- Sólo quiero que recuerde que Jimin fue engañado, por su padre y sus compañeros, los que sí sabían de los asesinatos y los videos grabados sin consentimiento. Jimin sólo es una víctima que fue convertido en un peón. Están las evidencias de su trauma, le han diagnosticado trastorno de estrés postraumático. No se olvide de eso.
El diagnóstico de Jimin había cambiado, favoreciendo la compasión en la policía y la fiscalía. Luego de conocer todos los detalles de su historia y ser tratado por los profesionales de psiquiatría de la cárcel donde se encontraba, su diagnóstico fue sumado a la investigación junto con todos los antecedentes de manifestación de su trastorno.
- No lo hago – él asintió, cerrando su carpeta llena de documentación entre sus manos – Y la información que nos das desde tu experiencia nos ayuda mucho para avanzar con la investigación. Eres, además de Park Jihyun, la persona que al parecer ha logrado conocer la verdadera personalidad de Jimin – exhaló, poniéndose de pie – Pero, te soy sincero, el panorama para él no es bueno, no obstante, si acepta hacer un trato, puede que su condena no dure diez años.
- ¿Diez años?
La mente de Jungkook se puso en blanco, quiso ponerse de pie, pero no tuvo las fuerzas suficientes para hacerlo.
¿Así de terrible era su pronóstico? Nunca lo habría imaginado. Iba a... volverse loco algún día.
Se llevó las manos a su rostro, tapándoselo y ahogando el llanto en sus palmas. Sintió la mano del fiscal posarse en su hombro y dando un leve apretón. Intentaba darle ánimos, pero parecía ser más por lástima.
* * *
Buenas gente bella.
Les dejo nuevo cap. Fue bastante largo,poniendo algunas cosas en perspectiva y contextualizando lo que es todo lo que vino después de las cosas dieran un giro, "el día después", todas las consecuencias que dejó el legado de Alpha chi lambda.
Seguiré trabajando en el próximo capítulo.
Gracias por el apoyo, nos leemos!
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