41. Revelaciones
No sabía qué tanto se había acostumbrado a la presencia de calor a su lado, a una caricia y una sonrisa vaga al despertar, hasta que lo primero con lo que se encontró al abrir los ojos fue con la mismísima soledad.
La ausencia de ello le había dejado con la amarga sensación de que, en realidad, un nuevo día no siempre lo repara todo.
Las noches eran oscuras y profundas para él, por lo que iniciar un nuevo día siempre le permitía olvidar la noche anterior. Pero este no era el caso.
Había tenido éxito en su intento de que Jihyun no fuese empujado por su preocupación e insistiera en hacerle compañía. Tuvo que sonar demasiado convencido y seguro para que el mayor asintiera con la cabeza y desistiera de la idea de quedarse a dormir con él. Estaba nervioso, demasiado, y no quería que su hermano estuviese al pendiente de la más mínima señal de inestabilidad para traer nuevamente a colación el tema de su medicación.
Necesitaba estar solo, aunque no era lo que realmente quería. Su malestar le llevaba a buscar estar lejos de la atención de cualquiera incluso aunque hubiera querido que Jihyun estuviese ahí para confortarlo.
Cuando esa mañana sus compañeros de fraternidad le preguntaron sobre Jungkook, habían aceptado la excusa que Jihyun le había dicho que utilizara. Sin embargo, podía jurar que algunos le habían escudriñado con la mirada. Quizás habían notado su extraño nerviosismo. Tal vez sus hombros estaban demasiado tensos al igual que su expresión, la cual intentaba ser relajada y sonriente como siempre, pero no lograba completar tal objetivo.
Quizás sabían lo que estaba pasando por su cabeza mientras intentaba ocultarlo.
Intentó mantenerse ocupado, lejos del alcance de miradas no agradables. Había intentado leer algún libro de su biblioteca, pero el concentrarse era difícil. Su mente estaba por todos lados, disparando en diferentes direcciones sin concretar nada. Era como intentar hablar y pisarse con sus propias palabras, pero dentro de su cabeza.
A pesar de que había sido claro con que él "estaba bien", Jihyun se apareció en la casa de todos modos, y Jimin, en su interior, agradeció que siempre supiese que lo necesitaba, aunque no se lo dijera.
Llegó y, como siempre, fue recibido con calidez por todos los Alphas de la casa que estaban preparándose para una larga jornada de apetitosa comida a la barbacoa, luego de haber limpiado el desastre que la fiesta de Halloween había dejado.
Como siempre, la casa era un flujo constante de gente saliendo y viniendo, sobre todo siendo domingo, donde se daba lugar para reunirse, pasar el rato y comer.
Al igual que la noche anterior -y otras últimas ocasiones- se había mantenido lo suficientemente callado, levantando sospechas. Rápidamente respondía que simplemente no había logrado dormir bien y hacía el esfuerzo sobrehumano de fingir que no era nada más complicado.
Cuando sus compañeros se olvidaban de su extraño actuar, él volvía a caer en la espiral de su mente, pensando en las razones por las cuales Jungkook se había ido de su lado, y cuestionándose a qué se había referido con "No sabes todo lo que he pasado aquí este último tiempo". Su tono de voz y las palabras puestas de esa manera habían sido un reclamo, y aunque generalmente estaba siempre al pendiente de que Jungkook estuviese bien, hacía tiempo que se había dejado abrumar por su mente y eso no le había permitido ver mucho más allá de sus narices. No lo había notado del todo hasta ese momento. En ocasiones era difícil darse cuenta de lo tanto que comenzaba a retraerse en su propia cabeza. Finalmente, lo notaba cuando ya había estado el suficiente tiempo desconectado de su entorno.
Sus pesadillas, la distorsión de sus sentidos, su ansiedad y el vacío, habían estado jugando con él por un largo tiempo en mayor o menor medida. No sabía cómo había iniciado aquella explosión de las peores cualidades de su condición mental. ¿Qué había disparado tantas manifestaciones turbulentas?
Si tenía que pensar en situaciones que le habían generado estrés en aquel último tiempo, habían sido principalmente tres; el insistente acoso de Sungwoon, la intención de Jackson de drogar a Jungkook para acostarse con él, y el suicidio de Taemin.
Cuando tenía diez años, la muerte de su madre le hizo sumergir en un terror demasiado grande. Repentinamente, su principal fuente de protección y amor había sido arrancada de su lado, como si el techo de su refugio hubiera sido derribado en medio de una guerra a causa de un bombardeo. Estaba solo, a la intemperie, bajo los ojos amenazantes del mundo exterior. Él sentía que alguien podía herirle en cualquier momento, porque el mundo fuera era demasiado horrible y siniestro.
El curso de sus pensamientos fue interrumpido cuando sintió una mano pasarse por el dorso de su cuello. Sus hombros se tensaron, pero al ver de quién se trataba su postura volvió a relajarse, sintiéndose aliviado.
- ¿Cómo has dormido? - Jihyun le preguntó.
- Bien.
Era mentira.
No había logrado dormir en toda la noche. Había estado escuchando golpes sobre su puerta, levantándose para atender, pero, una vez que la abría, el pasillo estaba oscuro y solitario como siempre.
Apoyó sus caderas contra la encimera mientras Jihyun mantenía su mano sobre él aún.
- Hmh, te ves demasiado cansado. ¿Cómo te sientes hoy?
- Bien.
- Que sólo me respondas eso hace que no te crea, ¿Lo sabes? - cuestionó con una ceja alzada y pellizcando su cuello con los dedos levemente. Jimin revoleó un poco sus ojos, expresando su fastidio.
- Estoy bien, deja de preocuparte tanto.
- Bueno, quizás si tomaras el hábito de decirme cómo te sientes, no tendría que estar todo el tiempo persiguiéndote para asegurarme de que estés bien.
Las cortas uñas de Jihyun jugaron contra su piel, arrastrándose muy suavemente. El tacto viraba desde leves y afectuosos rasguños, hasta el roce de sus yemas.
No sabía si amar eso o sentirse irritado por el hecho de que Jihyun supiera cómo hacerle sentir mejor. Y que además siempre tuviera razón.
Era un hábito que tenía, de tocarle a cada instante, pero más justificado cuando buscaba calmarle, asegurarle que podía bajar la guardia con él.
Jihyun había sido siempre importante para él por ser su hermano mayor, pero la muerte de su madre le volvió tan vulnerable y afligido que el mayor se convirtió en su nuevo refugio. Era quien tenía siempre las palabras exactas, y el afecto justo para hacerle sentir querido y que valía la pena. Era difícil sentirse seguro y confiar en las personas cuando el mundo era tan amenazante, por lo tanto, el papel de su hermano mayor había sido determinante para crecer sintiendo que alguien estaba allí para protegerle.
La cuestión de la atracción sexual había sido simplemente un efecto adverso
Su hermano se acercó más a él para abrazarle, rodeando su cintura con sus brazos y simplemente apoyando sus mejillas juntas. Giró su rostro, y su nariz rozó su pómulo. Jimin no se movió, simplemente cerró sus ojos. Sintió los labios de Jihyun sobre su piel y luego el contacto se deshizo.
El mayor revolvió en los estantes de la cocina en busca de algo para comer. Jimin le vio apoderarse de una bolsa de papas fritas, abriéndola y colocándose a su lado, también apoyado contra la encimera.
- ¿Te ha llamado? - preguntó con tono casual.
- No. Creo que nunca lo hará.
- No está bien lo que te hizo, dejarte así sin más... - dijo intentando medir el enojo en su voz.
- Yo le hice lo mismo hace un tiempo atrás. Cuando me fui al campamento sin avisarle, cuando me purgué - su tono fue bajo para evitar que cualquiera de sus hermanos pudiera escuchar algo si pasaba por la cocina. Por suerte para él, estaban entretenidos en el parque trasero. Sus voces y risas se oían de fondo - Al volver, él estaba hecho un desastre... por mi culpa. Tuvimos sexo por primera vez, entré en pánico por lo que había hecho y le dejé solo, durante días, sin responder a sus mensajes, sin decirle a dónde me había marchado - Jimin seguía sintiendo esa espina de remordimiento al recordar lo inseguro que había hecho sentir al pelinegro al irse sin dar explicaciones.
- Ahora entiendo - dijo luego de soltar un sonido de asentimiento.
- ¿Qué cosa?
- Pareces haberlo aceptado. No te estás resistiendo a la idea de que él te dejó. Crees que te lo mereces. Hasta pareces tranquilo.
- Sólo porque estás aquí. Me siento inestable sabiendo que él ya no está. Pero estando tú aquí, estoy seguro. Si no lo estarías, quizás me sentiría como cuando mamá murió. Sin ayuda ni remedio.
- Pero eso no volverá a pasar. Siempre estaré contigo.
Asintió con la cabeza, aceptando la promesa de su hermano, y agradeciendo que fuera así.
Antes de que Jungkook llegase a su vida, no se había detenido a pensar mucho en su madre. Los primeros años habían sido dolorosos, pero luego se había acostumbrado a la falta de ella. Con Jihyun le bastaba, y había logrado mirar hacia delante con su ayuda. Había logrado vivir.
Pero cuando Jungkook llegó, con sus inseguridades y el dolor por la muerte de su propia madre, Jimin tuvo pensamientos más recurrentes respecto de su pasado. Los eventos que su novio había pasado le recordaban siempre a su madre, y más cuando éste hablaba de lo mucho que la extrañaba, desvelándose por las noches.
- Cada vez que Jungkook me hablaba de su madre, yo le daba consejos e intentaba hacerle sentir bien y seguro. No quería que se lamentase, no quería que tuviera miedo como yo lo tenía en ese entonces. Supongo que empaticé con él por ello, y conectamos en algún punto, sin esperar esto realmente. Es por eso que yo mismo me sorprendí de cómo me involucré con él.
- Nunca me hablaste de eso.
- No tuve la oportunidad - se encogió de hombros y luego siguió hablando - Me hizo incluso pensar más en ella. De alguna manera, creo que la había borrado de mi memoria. Y me di cuenta que hay muchas cosas que no logro recordar con claridad, sólo tengo flashes. Quizás tú lo recuerdes mejor ya que eras mayor.
- Tal vez. Es cierto que eras pequeño. Ni si quiera yo recuerdo muchas cosas - masticó un puñado de papas fritas que se había llevado a la boca y le ofreció al pelinaranja acercándole el paquete.
- ¿Cómo te sentiste cuando mamá murió? - preguntó, siguiendo con la charla mientras aceptaba tomar algunas papas.
- Estuve triste. Se sentía... irreal. Pero a penas papá me contó la noticia, lo primero que me dijo fue que tenía que cuidar de ti. Que yo era tu hermano mayor y me necesitabas.
Jimin no sabía cuál era la perspectiva de Jihyun, nunca habían hablado en profundidad del tema. Era cierto que, como hermano menor, siempre había sido asistido por el mayor, quien siempre le escuchaba y consolaba, dejándose a sí mismo para lo último.
- ¿Recuerdas cómo fue el tiempo antes de que mamá fuera al hospital?
- Algo caótico. Era cuando ellos solían pelear.
- Ni si quiera recuerdo por qué peleaban.
- Siempre tenían diferencias - recordó - tú siempre quedabas en medio de las discusiones. Papá decía una cosa y mamá otra.
- Suena típico de cualquier familia - dijo, y escuchó un sonido vacilante de la boca de Jihyun, mezclándose con el crujido de una papa que acababa de meter en su boca.
- A mamá no le gustaba cómo papá pensaba. A mí me confundía bastante - se rió, pero Jimin le observó con curiosidad, esperando que ampliara su discurso - Una vez, mientras jugábamos en casa, mamá se enojó con papá y siguieron la discusión en la cocina.
- ¿Por qué discutían?
- Estábamos explorándonos. Yo recuerdo que no era la primera vez, pero las veces que ella lo veía me agarraba fuerte de la mano y me alejaba de ti. Me decía que no te tocara. Para ser honesto, me daba miedo y me confundía. Papá nunca había tenido problemas con ello, él siempre decía que estaba bien, que era común que ambos sintiéramos curiosidad por el cuerpo del otro. Y así era como las discusiones entre papá y mamá comenzaban - Jimin le escuchó y observó con atención. Se preguntaba si era posible que sus padres se hubiesen divorciado si su madre no hubiese fallecido. Podía comprender que hubiera conflicto, era difícil que dos mentalidades tan diferentes pudieran encontrar un punto de equilibrio - Supongo que por eso las iniciaciones nunca eran en casa, hasta que ella falleció. No creo que ella haya sabido de ellas, al menos no de la mía.
- Recuerdo que mamá me decía que no debíamos tocarnos, pero no recuerdo mucho más que eso. Para mí era solo un juego, hasta que comenzamos a crecer y ya nos tocábamos por razones diferentes.
Jihyun asintió ante eso, sonriendo un poco al notar el cosquilleo en su estómago. El conocerse a sí mismo en compañía de Jimin había sido agradable, y la sensación de seguridad que ambos sentían al estar en sintonía le había provocado nostalgia. Cuando nadie les veía, todo parecía fluir naturalmente, y se sentía bien al poder sentirse como lo hacía, hasta que la mirada prejuiciosa del mundo se interponía.
- Mamá me hacía sentir culpable - interrumpió el silencio que se había prolongado unos segundos - Su mirada era... de disgusto. Y me dolía no saber por qué me miraba así. Luego crecí y saqué mis propias conclusiones, y entendí que era porque siempre me vio como una mala influencia para ti.
- ¿Te sentías culpable? - Jimin se sorprendió ante la confesión, alzando ambas cejas - No sabía que te sentías mal en ese entonces...
- Tampoco es tan importante.
- ¿Cómo es que siempre logras que yo te cuente todo, pero tú nunca me cuentas nada? Sólo recién me entero de que mamá te hacía sentir mal - incluso aunque su tono era de reproche, su hermano se rio despreocupado, encogiéndose de hombros como si sus sentimientos no importasen.
- Cuando crecimos, intenté alejarme de ti, antes de tu iniciación, pero insistías en buscarme y, además, estabas triste por mamá. Al no estar ella, comenzamos a pasar más tiempo juntos que antes, y volvimos a explorarnos, pero yo ya era un preadolescente, mis hormonas estaban por las nubes, así que intentaba contenerme. No hacía nada a menos que tú quisieras. Fue duro. Fue... - negó con la cabeza, teniendo dificultades para expresar lo que tenía en mente - Tenía sentimientos encontrados. Sentía cosas que no podía entender.
- ¿Qué cosas?
Jimin había sido capturado por la conversación más de lo que esperaba, hallando cosas que desconocía en la experiencia de su hermano.
No obstante, su celular comenzó a sonar y a vibrar en el bolsillo de su pantalón, interrumpiendo el momento íntimo que se había formado entre ambos. Con su mano sacó el celular de su bolsillo y cuando observó la pantalla vio el nombre de Jungkook en ella.
Su corazón comenzó a latir y automáticamente se alejó de la encimera, sintiéndose nervioso por estar recibiendo el llamado de su chico cuando pensaba que no sucedería.
Atendió la llamada, sintiendo que su corazón subía a su garganta por los rápidos latidos, esperando escuchar su voz con ansias.
- Creí que no llamarías - dijo al poner el celular contra su oreja. Una sonrisa se le escapó.
- Hola, Jimin... - la voz de Jungkook fue baja y tullida - Dije que lo haría.
- Cierto - sonrió más grande - Pero pensé que lo decías para deshacerte de mí. ¿Cómo has pasado la noche? ¿Dónde estás? ¿Estás bien? - preguntó ansioso.
- Sí, estoy bien. Con Yoongi - respondió. Jimin suspiró aliviado, y cuando iba a hablar, Jungkook se adelantó - ¿Estás solo?
- Estoy... con Jihyun ahora - no sabía qué tan contraproducente era decirle la verdad, pero lo prefirió de todos modos, no quería seguir generando estragos en su confianza. Cuando se formó un prolongado silencio del otro lado, se preocupó - Jungkook...
- ¿Estás en la casa? ¿Puedes salir? Quiero hablar contigo... y necesito que no haya nadie a tu alrededor.
- ¿Qué-
- Por favor - le suplicó firmemente, cosa que plantó la semilla de la preocupación en Jimin.
- De acuerdo...
Giró su rostro para mirar a su hermano, quien parecía intrigado por la llamada. Jimin le dijo que saldría un rato para hablar, y esperó que no le siguiera -afortunadamente no lo hizo-, porque la actitud de Jungkook le había puesto más nervioso que antes, y no quería que su hermano sospechara que algo estaba mal e interviniera.
Jimin salió de la cocina, atravesó la sala y luego el hall, hasta finalmente abrir la puerta del frente y salir al parque delantero.
Una vez que estuvo solo, pasando el césped y quedándose de pie en la acera, volvió a hablar con Jungkook.
- Ya he salido. Estoy solo.
- Bien... - hizo una pequeña pausa que a Jimin le provocó incomodidad y urgencia - Es importante que nadie sepa de esto, de momento, ¿entiendes?
- No... no estoy entendiendo - expresó. Estaba seguro que la incertidumbre se había notado en su voz incluso para Jungkook que no estaba para verle moverse ansioso sobre su lugar.
- Entenderás cuando te lo explique, aunque no sé bien cómo hacerlo. Yo... quiero asegurarme de que sabes bien dónde estás. Estoy casi seguro de que no eres consciente realmente de lo que pasa, pero si lo estás, entonces esta será la última vez que hablemos.
El corazón de Jimin se saltó varios latidos, y una ola de nerviosismo le sacudió de pies a cabeza. ¿Por qué estaba sintiendo que el piso se movía debajo de él?
No le gustó escuchar el ultimátum de Jungkook, pero tampoco le gustó lo que dijo antes de eso. ¿Estaba seguro de que no era consciente de lo que realmente pasaba? No había nada que le diera más ansiedad como una afirmación tan ambigua.
- Pero, si no sabes nada de lo que voy a contarte, quiero que sepas que voy a ayudarte, porque te amo de verdad.
- Bebé, estás a punto de hacer que tenga un ataque de ansiedad - soltó una risa nerviosa, esperando que sonara como una broma a pesar de que hablaba en serio - ¿Qué sucede?
- Anoche me preguntaste qué hacía en el segundo piso. Estaba... escapándome.
- ¿Escapándote?
- Kai y los demás me buscaban para acostarse conmigo - Jungkook parecía haber apostado a iniciar con la tensión alta, sin rodeos en absoluto - Yo no quería, se los hice saber hace semanas, a Jackson incluso, cuando me llevaron a un ritual que ellos dijeron ser de sanación, pero todo lo que pude ver fue cómo violaban a una chica luego de drogarla con lo que creo fue una alta dosis de afrodisíacos - Jimin se quedó quieto, procesando lo que escuchaba del otro lado y con su boca medio abierta - Y antes de que digas algo, no, no me comeré el cuento de que eso iba a ayudarla en algo. Dios santo, Jimin, ellos parecían depredadores, y ella apenas podía responder de sus acciones. Yo estaba paralizado del miedo, más aún cuando me incitaron a unirme. Me negué por completo.
- ¿Cuándo sucedió eso? Estamos juntos todo el tiempo.
- La noche que Key se acercó a ti a decirte que Jihyun no podía ir a con los iniciados, y tuviste que ir en su lugar. No es sorprendente que luego me dijeras que, al llegar allí, te topaste con que Jihyun estaba presente.
El mayor recapituló los hechos de esa noche. Había sido la misma noche que había enseñado a Jungkook la receta de lemon pie de su madre y Key les había interrumpido para avisarle que Jihyun necesitaría un reemplazo con la práctica de los iniciados.
Una punzada en el estómago le hizo ahogar un gruñido cuando recordó que, al llegar a la junta, Jihyun estaba allí. Le había parecido extraño, pero no le había dado la importancia suficiente.
Apretó sus labios, mordiendo el interior con sus dientes y escarmentándose a sí mismo por las conclusiones a las que estaba llegando.
- Key hizo que te fueras para que me dejaras solo con ellos. Él me llevó a la cabaña del fondo. Allí pasó todo.
- Yo... no tenía idea de esto. No... puedo comprender por qué él lo hizo a mis espaldas.
- Te lo ocultó. Supongo que ellos no te querían presente. Quiero creer que tú hubieras evitado que sucediera, y ellos lo vieron venir. Prefirieron evitar un posible conflicto.
Esa misma noche, luego de esa junta, Jackson le había pedido a Jimin que tenía que lograr que Jungkook aceptara tener sexo con ellos. Incluso le había dicho que utilizara afrodisíacos con él si se negaba.
Había sufrido un ataque de ansiedad minutos más tarde.
Había intentado no darle vueltas al asunto, pero el pánico se desató por sí solo. No quería aceptar lo que Jackson le estaba pidiendo, pero su cuerpo había reaccionado, haciéndole ver lo que realmente pensaba de lo que estaba ocurriendo. Él no quería someter a Jungkook a nada que él no quisiese, y lo que Jackson le había pedido había encendido todas sus alarmas.
- Pude salirme cuando terminó, sintiéndome muy mal, y Taemin estaba conmigo esa noche en el baño porque me descompuse, y él sabía todo lo que estaba ocurriendo.
- ¿Taemin? - frunció el ceño, y el sentimiento de pesadez que siempre hundía su pecho al recordarle volvió a hacerse presente.
- Tuvimos confianza un tiempo antes de que él muriera. Tú no lo sabías, no podías saberlo. Porque como ves, hay personas en las que no se puede confiar.
- Jungkook, me estás mareando. No logro comprender hacia dónde va esto...
- Taemin sospechaba cosas, y creo que sabes de algunas. Específicamente sobre Kai y Taesun. ¿Sabías que él pensaba que Taesun no se suicidó?
- Taemin tenía sus propios problemas... No le culpo por tener rencor hacia Kai, pero culparle de algo así...
- ¿Qué te hace pensar que no pudo haber sido así? Creo que Taemin conocía a Kai mucho mejor que tú.
- Se supone, Jungkook, que como Alphas no ponemos en duda la lealtad de nuestros hermanos. Juramos confiar y tener el mismo objetivo de crecer y triunfar.
- No es así para todos. No es así para Key, quien te mintió para alejarte de mí. Y estoy seguro que lo mismo va para Jackson y Kai.
Jimin tragó duro. La realidad de que Key había logrado alejarle de Jungkook aquella noche, también evidenciaba que Jackson había tenido todo que ver con eso, interesado en hacer que Jungkook cediera ante él y el resto. Era un complot, y no podía negarlo luego de que la versión de Jungkook y la suya encajaran la una con la otra para hacer cobrar sentido a los hechos que habían ocurrido.
- No son buenas personas, Jimin. Taemin quería hacer justicia y no iba a rendirse hasta demostrar la verdadera naturaleza de Kai, quien por cierto abusó de él múltiples veces y no es extraño que haya intentado ir por mí este último tiempo. Ayer fue por mí, por eso me escapé.
- Yo... lamento haberte dejado solo otra vez, pero... estaba teniendo un mal momento.
- Ya no importa.
Sí importaba, importaba demasiado. Jungkook había estado sintiéndose amenazado constantemente, y él no había sido lo suficientemente perceptivo como para sospechar algo.
No quiso interrumpir más su relato, le permitió que hablara y expresara su pesar mientras él caminaba por la acera, yendo y volviendo sobre sus propias pisadas y mirando a su alrededor, sintiéndose nervioso de que alguien pudiese escuchar su conversación.
Jungkook siguió hablando, y Jimin siguió hundiéndose en un mar de confusión y desgracia.
El menor había tenido la certeza de que Taemin había sido asesinado, y eso le retorció el estómago. También era una acusación demasiado severa, pero no lo expresó cuando Jungkook dijo "Y hay pruebas de ello, además de que Taemin me juró que nunca se suicidaría".
Kai era un tipo complicado, y aunque había compartido tiempo con él, Jimin sabía que la razón por la cual se llevaban bien era porque él prefería tenerle de amigo que de enemigo. Tenían confrontaciones de vez en cuando, y le molestaba la manera en la que parecía cuestionar cada cosa que hacía últimamente. Jimin tenía la sensación de que Kai quería descubrir qué escondía, qué tramaba. Temía que supiera que Jungkook había perdido su virginidad con él, que había mentido. Kai se regocijaría por ello, diciendo que él no era un verdadero Alpha, que no estaba hecho para ser sublíder, que era un traidor.
Nunca había querido verlo, pero el miedo que había despertado en él el no haber podido encontrar a Chim la noche anterior era una prueba de que creía a Kai capaz de hacer cosas realmente malas.
Cuando Jungkook profundizó en los detalles de su anterior noche, Jimin sintió el miedo y la confusión mezclándose en su pecho.
- ¿Una pistola? - Jimin detuvo su andar de manera brusca y se giró para mirar hacia la casa. Lo que estaba oyendo era descabellado - Eso no tiene sentido.
- Sí que lo tiene. Lo tendrá cuando sepas qué había dentro de las memorias y discos duros.
- ¿Te los has llevado? - inquirió con sorpresa. No podía creer tal hazaña. No podía creer que todo eso había estado ocurriendo en la vida de Jungkook sin que él tuviese ni una puta idea de ello.
- Sí, Yoongi me ayudó a revisar su contenido. Hay todo tipo de documentación de Alpha chi lambda y sus miembros.
- Eso... es confidencial - acusó..
- Claro que lo es. Había fotografías, pero también videos. Muchos videos, Jimin. Y yo... intenté no ver más de lo que debía.
- ¿De qué hablas? Maldición, Jungkook - la forma en la que el pelinegro le hablaba le estaba acelerando el pulso y haciendo sudar - Dime de una vez qué mierda pasa.
- Hay carpetas llenas de videos, con su respectiva fecha y el nombre de los Alphas involucrados. Contenido altamente gráfico. Si tenía mis dudas, luego de ver todo eso no me ha quedado ninguna. Allí vi un video de mi iniciación. Todo el ritual estaba registrado al igual que el ritual de iniciación de todos los Alphas. También estaba el tuyo, Jimin. El video de tu iniciación y videos de tus juntas con iniciados.
El mundo cayó en un sordo silencio, incluso aunque la brisa pudiese mover las hojas de los árboles haciéndolas crujir y el clima estaba frío, Jimin no pudo sentir nada más que el latido de su corazón volviéndose loco en su pecho. Su cabeza sintió una punzada, y el sudor frío se acentuó.
No era posible. No. No tenía sentido.
Miró en todas direcciones. Queriendo encontrar palabras para decir algo mientras sus pensamientos se tropezaban entre sí. ¿Por qué existirían videos como esos? ¿Por qué habría memorias con videos de algo que no le incumbía a nadie más que a él?
Negó con la cabeza a pesar de que Jungkook no lo viese. Negó para sí mismo. Negó y se rio, sin poder aguantar el retorcijón en su estómago.
- No digas estupideces - soltó duramente - Nada de lo que dices tiene sentido, porque no entiendo por qué algo así estaría en un video, en una puta memoria en el cajón de Jackson con una pistola.
- Sé que esto es confuso, pero están ahí, Jimin... - volvió a asegurar - Estabas con Jihyun... ambos en una habitación, rodeados de personas con túnicas. Ellos les estaban viendo y... me sentí terrible de que tuviesen que pasar por algo así.
- No - negó con la cabeza nuevamente, intentando disipar la duda que inundaba su mente. Se quería convencer de que Jungkook le estaba mintiendo por alguna razón que él desconocía - Tú no has visto eso. No existe ningún video. Nadie pudo haberlo grabado.
- No eres solo tú, estamos todos allí. Es pornografía, Jimin. Esos videos están allí porque algo deben hacer con ellos, probablemente se los venden a alguien. Pero eso no es todo.
- ¿Sabes? Esto me parece una locura - otra risa salió de su boca, no era forzada, era incluso natural, como una exhalación, necesaria e involuntaria - Lo que sea que hayas visto, no soy yo, ni Jihyun. Nadie nos ha grabado, nadie ha vendido ni una puta mierda a nadie, eso fue íntimo, fue un jodido ritual familiar. Nadie más que mi padre y unos pocos miembros lo presenciaron. Así que cállate la puta boca.
- Jimin...
- No voy a escucharte.
- Jimin, hay videos de muertes. Por Dios, comercializan muertes, violaciones... sexo. Han matado gente y lo han grabado. Taesun y Taemin están allí.
La mano de Jimin que sostenía el celular contra su oreja comenzó a temblar y a sentirse resbaladiza por el sudor. Apretó su mano con fuerza, tanta que sus dedos dolían contra la dureza del celular. Si hubiese tenido la fuerza suficiente, lo hubiera destrozado con su mano sin dudarlo.
Sus ojos se vieron imposibilitados de parpadear. Su boca y expresiones habían quedado inmóviles al igual que todo su cuerpo, con sus pies estancados en el suelo.
Su estómago se retorció, empujando hacia arriba y su pecho se apretó hasta un punto donde sentía que ya no podía aguantarlo.
- ¿Jimin...?
- Gracias a mi familia... pude dejar de sentirme vulnerable. Gracias a que soy un Alpha he logrado sentirme fuerte y dejar de ser miserable e inservible. Y tú... ¿Crees que puedes venir y destruirme de esta manera? - su voz estaba estrangulada, de la rabia y el dolor que comenzaba a sentir punzando desde su pecho - Eres un jodido mentiroso. Buscas venganza por haberme visto con Jihyun...
- No es eso. En serio, tienes que creerme.
- ¿Piensas que no sé lo que haces? Quieres manipularme, quieres volverme en contra de todos, quieres... quieres verme sufrir y castigarme - sus palabras salían catapultadas fuera de su boca, rápido y con torpeza - No podrás destruirme, quieres meterte en mi cabeza, quieres dañarme, pero ni se te ocurra a venir por mí, o seré yo quien te destroce.
- Jim-
No escuchó más su voz, su celular cayó, deslizándose finalmente de su mano y cayendo al suelo.
Ambas manos temblaban compulsivamente y su respiración ya era inaguantable. Comenzó a hiperventilar, sintiendo una enorme presión en sus pulmones, como si éstos se hubiesen llenado de agua. Intentaba que las inhalaciones fuesen más profundas, pero él no tenía control sobre ellas.
Soltó gemidos de dolor, mientras sus ojos se enrojecían y los temblores de su cuerpo le llevaban a perder el equilibrio, sintiendo que se caía al vacío. Su estómago empujaba, pero, aunque tocía nada lograba salir.
Estaba por morir, lo sabía. Y aunque eso resolvería todos sus problemas, no podía evitar tener miedo. Si moría allí sería doloroso, morir ahogado y de un ataque al corazón. Hubiera preferido cualquier otra cosa, pero no así, no sin aire, no con su pecho aplastándose y su corazón punzando en cada latido.
Pero, a pesar de que el pánico le había paralizado, un pensamiento le atravesó la mente.
Quizás todo eso había sido nada más y nada menos que una estrategia para hacerle perder la cabeza, para verle sucumbir ante el pánico porque no había manera que hubiese vivido en una mentira. Porque conocía a todas esas personas desde hacía años. Se había criado con ellas.
Querían matarle de un infarto. Querían verle morir y probablemente lo gozarían. Jungkook era uno de ellos, de las personas que querían acabarle. Él era quien lo había iniciado todo para quemarle la cabeza. Quizás él era el que debía morir y cuya muerte tenía que ser grabada. Grabada y vendida a millones de personas. Y...
Jimin.
- ¿Qué mierda quieres? - se giró al oír que alguien le hablaba. Un hombre desconocido le sostuvo del brazo. Su voz se escuchaba un tanto lejana a pesar de estar a un paso de él.
Te están vigilando, Jimin. Estuvieron esperando el momento indicado. Terminarás igual que esas personas.
- ¿Por qué harían eso? - dio un paso atrás pero el hombre le siguió, sin soltarle el hombro - Yo no les he hecho nada. No le hice nada a nadie.
Es porque eres tú, Jimin. Ellos saben quién eres, te han estado observando siempre. Finalmente están aquí. ¿Lo recuerdas? Van a cortarte la cabeza como lo hicieron con ella.
- ¿A... quién?
Su voz temblorosa apenas pudo pronunciar bien aquella simple pregunta. El miedo le heló hasta los huesos, y sentía que, si no corría en ese momento, no llegaría a tiempo a escapar de lo que fuese que se estaba acercando.
La mujer de ese video, Jimin.
* * *
Bueno, a veces actualizo rápido (?
Gracias por leer y tenerme paciencia.
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