35. ¿Qué es lo que ocultas?
Luego de un poco más de 24 hs, Taemin fue encontrado a los pies de un edificio de doce pisos. Su muerte había sido provocada por el impacto de haber caído de la azotea.
Al momento del entierro, parecía que había mucha más gente interesada en cuchichear y decir cosas como "Qué lamentable", más que simpatizar realmente con el difunto. Las personas hablaban, especulando sobre el estado mental del joven que había saltado de un edificio para quitarse la vida al no poder superar la muerte de su hermano, siguiendo sus mismos pasos.
Jungkook no podía reconocer ni a la mitad de la gente allí. La mayoría serían conocidos, familia, amigos, y todo el resto puros Alphas. Algunos lloraban, otros llevaban en sus rostros miradas inmutables y duras, en ocasiones idas.
Miró hacia todas direcciones para poder interpretar qué era lo real en aquel ambiente, con aquella atmósfera que podía verse típicamente de luto para cualquier otra persona que lo mirase desde afuera, menos para Jungkook.
Intentaba no mirar mucho a Kai, pero su corazón palpitaba nervioso y su mente no dejaba de intentar procesar si el chico en cuestión había tenido algo que ver. Pero, si era sincero, era el sospechoso que encabezaba su lista. Permanecía casi desinteresado en lo que ocurría, y supuso que de la misma manera se había comportado cuando había muerto Taesun.
El grupo de los mayores actuaban como cualquiera de las otras personas; desagradados por lo sucedido, pero Jungkook sabía que quizás podrían estar fingiendo.
¿Cómo lograría sobrevivir así? No podía confiar en nada de lo que veía. Sin embargo, lo que más le importaba era saber si Jimin había estado involucrado o no.
Un hecho a su favor era que habían pasado todo el tiempo juntos. Taemin desapareció por la noche, y Jimin había estado en la casa desde la tarde –luego de sus clases- hasta el otro día. Había pasado todas esas horas con Jungkook, y, además, su reacción ante descubrir lo que le había pasado a uno de sus hermanos de fraternidad parecía ser genuina.
Mientras estaban en el cementerio, sus ojos se mantenían aguados y rojos, soplando su nariz con un pañuelo. Había estado pegado a él lo más posible, buscando abrazos y que le sobara la espalda. También había estado hablando con alguno de sus hermanos, frases cortas como "Esto es una mierda" o "Debimos haberlo visto venir". Jimin se veía convencido de que había sido efectivamente un suicidio. Y es que de cierta manera todo cuadraba. Taemin había estado sufriendo desde que Taesun había muerto, había sido sometido a rituales de sanación para que pudiera salir adelante y liberar a Kai del rencor. Para los Alphas, Taemin era un chico demasiado herido por el abandono de su hermano que buscaba un culpable para no aceptar que Taesun estaba lo suficientemente mal como para arremeter contra su propia vida.
- Pobre Taemin. Supongo que estaba condenado desde que Taesun murió.
La voz de Kai le provocó un estremecimiento en todo el cuerpo. Su tono había sonado frívolo, si es que no era su imaginación.
Jimin se despegó de Jungkook y le miró por unos segundos antes de refregarse los ojos.
- Quizás, hicimos las cosas mal... deberíamos haber... parado con todo.
- ¿Parado con qué? – Kai arqueó una ceja. Su tono de voz sonó brusco, intimidante. Jungkook mantuvo la respiración como si con eso pudiese pasar desapercibido.
- Las prácticas... los rituales. Él... no quería...
- Hay muchas cosas que no queremos, Jimin, y sin embargo debemos hacerlas para mejorar. Si Taemin no creía en sus hermanos, ese fue su problema, no nuestro. Se le metió una idea absurda en su cabeza y me acusó sin prueba alguna de haberle hecho algo terrible a mi propio novio – soltó una risa irónica y negó con la cabeza, dejando ver su gran molestia - Él mismo se comió la cabeza y creó su propio infierno. No seas idiota.
Kai se alejó, caminando para unirse con otros de sus hermanos y dejando a Jimin sin nada más para decir, sólo en silencio, secando sus lágrimas. Jungkook no pudo evitar sentirse débil ante la situación, ante Jimin ni ante todo lo que ocurría.
Taemin había estado vivo hacía horas atrás, había estado por un largo tiempo intentando descubrir lo que le había ocurrido a su hermano. Le había ayudado a él a darse cuenta de muchas cosas y a estar alerta. Y Taemin ya no estaba.
La gente realmente podía desaparecer en un abrir y cerrar de ojos, sin previo aviso.
Eso le recordó a su madre, y a la de Jimin.
La muerte era lo único irreversible ¿cierto? Y por más que el concepto de una vida eterna después de la muerte era hermoso y poético, sin importar de qué religión o filosofía fueses devoto, en esos instantes no había consuelo que valiera, ni si quiera para alguien tan fuerte y determinado como Jimin, incluso a pesar de haber mostrado su faceta vulnerable.
Jimin siempre había tenido las palabras indicadas para él, para hacerle sentir confiado, inteligente y bello. Las palabras indicadas para no recordar a su madre con tristeza. Las palabras indicadas para no odiarse a sí mismo por ser como él era.
- No te culpes... - decidió abrazarle fuerte – Taemin una vez me dijo que tú realmente te preocupabas por él. Si él... se quitó la vida... fue porque estaba herido, y tú no ibas a poder sanarlo. Ya está hecho... pero tú no tuviste nada que ver.
En parte era cierto, aunque Jungkook sabía que no había sido un suicidio, sintió dentro de su corazón que no había sido culpa de Jimin.
Su momento de intimidad duró unos minutos, hasta que Jihyun se acercó con la intención de ver cómo se encontraba Jimin. Jungkook lo tomó como una oportunidad para alejarse un poco del tumulto de gente, con la excusa de querer darles a los dos hermanos un poco de tiempo para ambos.
El día estaba un poco nublado pero el césped siempre parecía brillante en los cementerios. Las lápidas eran todas del mismo material de granito gris, pero con distintas formas.
Aprovechó a respirar hondo, tomando aire por su nariz, llenando su pecho y soltando por la boca.
La gente ahora se veía a la distancia y sólo algunos pocos paseaban por allí y pasaban por su lado para continuar con su visita a los difuntos.
¿Cómo debía seguir todo después de que Taemin había muerto?
Estaba haciendo lo posible por no perder la cabeza tras saber que había probabilidades de que estuviera viviendo con un asesino en la misma casa. Empeoraría las cosas si se dejaba llevar por el pánico.
Mientras se perdía divagando en su cabeza y prestando atención a sus compañeros de fraternidad desde cierta distancia, alguien se paró a su lado haciéndole sobresaltar por la sorpresa.
- ¿Te asusté? Lo siento – dijo Sungwoon poniendo sus manos al frente.
El menor sólo negó con la cabeza, haciéndole entender que no era la gran cosa.
Jungkook generalmente no tenía ganas de hablar con nadie, entablar una conversación consumía demasiado de su energía. Pero en este caso, donde se trataba de Sungwoon, menor era su interés en si quiera intentarlo.
- Me sorprende que tú y Jimin estén realmente juntos. Él nunca se interesa por nadie – rió, fingiendo una simpatía que para Jungkook no iba con su persona. A pesar de no haber hablado en profundidad con el chico en cuestión, él ya se había dado cuenta de sus malas intenciones desde su primera conversación – Así que, quería disculparme contigo. De haber sabido que lo de ustedes era tan serio, no hubiera enviado esos mensajes con fotografías y demás a Jimin.
- ¿Mensajes? – giró su rostro para prestar atención, al contrario, y no pudo evitar que su entrecejo formara un surco. No dijo más, pero su expresión fue suficiente para Sungwoon.
- No me digas que Jimin no te lo dijo – hizo una expresión exagerada que esperaba mostrar sorpresa y luego rió – Pensé que si eran novios probablemente lo sabías – Jungkook estaba mudo mientras su cabeza hacía el esfuerzo de entender la situación, pero el irritable tono de voz del contrario le hacía sacar humo por las orejas – Le envié algunas fotos y videos a Jimin. Esperaba que nos divirtiéramos un rato, pero a él no le pareció buena la idea. En cambio, me acusó con Jihyun. No quería meterme en problemas, pero Jihyun me golpeó. ¿Lo ves? ¡Aún tengo marcas! – indignado, señaló su rostro y lo acercó a Jungkook, quien se alejó para mantener la distancia, pero pudo ver leves rastros de golpes repartidos en su cara.
Jungkook no lograba ver su propia expresión, pero sus ojos estaban completamente oscurecidos, y si pudiese estaría echando fuego por ellos. Tenía ganas de haberle dicho "Te lo mereces", pero prefirió no responder. Sin embargo, de haber sido un poco más valiente, hubiese estrellado sus puños contra el rostro ajeno por la rabia.
Sungwoon no borró su sonrisa de su cara y su actitud despreocupada. Se encogió de hombros.
- No son hombres con los que puedan arreglarse las cosas hablando. Los hermanos Park. Ambos son bastante... violentos.
- Jimin no es violento. Él jamás golpearía a alguien.
Jimin era un chico que, gracias a su forma de ver el mundo, solía inspirar el aura de una persona prudente, positiva y tranquila. A pesar de las cosas que le afligían, Jungkook sabía que Jimin era una de las personas más centradas y maduras con la que se encontró en su vida, era razonable y muy analítico.
- ¿No lo es? Deberías haber visto cómo golpeó a Mingyu. ¿O eso tampoco te lo contó? – su mueca divertida le demostraba al menor que él se jactaba de saber cosas sobre Jimin.
- Mingyu fue quien estuvo mal. Se burló de la familia de Jimin y le insultó.
- ¿Quién te dijo eso? ¿Jimin? – inquirió. Al no obtener respuesta soltó el aire con una expresión cansina y se acercó un poco más a Jungkook – Mira, niño, Jimin no es lo que tú crees. Te recomiendo que no creas en todo lo que te dice, porque en aquel partido eso no fue lo que pasó. Crees conocerle, pero no lo haces. Jamás hubo insultos por parte de Mingyu y su equipo, yo estaba en primera fila. Oí y observé todo. Pregúntale a cualquier Alpha, aunque supongo que la mayoría cubrirán a Jimin.
- No creo en nada de lo que dices – se defendió.
A pesar de que sabía que Sungwoon quería molestarle y tocar puntos sensibles por satisfacción propia o para que él se alejase de Jimin, era difícil no ponerse nervioso ante la idea de que quizás pudiese estar diciendo la verdad. En aquella altura de su situación, Jungkook ya no sabía qué camino tomar.
- Bien, no me creas si quieres, pero es una pena que no te des cuenta. Puedes preguntarle a él, aunque quizás vuelva a mentirte – desvió su mirada de Jungkook y se concentró en los dos hermanos hablando – Y supongo que tampoco sabes lo de Jimin y Jihyun – volvió a mirar al menor. Éste lo miraba con los ojos entrecerrados y con una vibra recelosa en ellos – Pensé que Jimin iba en serio contigo, pero por lo visto te esconde muchas cosas. Jimin y Jihyun tienen una relación muy peculiar. Bueno, no es mi deber contarte esto, así que espero que Jimin y tú puedan resolver sus cuestiones de confianza – sonrió apretando los labios y le dio una palmada en el hombro – Nos vemos en otra ocasión. Espero no sea en un entierro, ¿cierto? – rió y se alejó de él.
La figura de Jungkook estaba tiesa, como si no hubiese podido procesar el bombardeo de información –dudosa- que le había dado Sungwoon. Partiendo de la base de que era una persona de no fiar, Jungkook podía haber elegido no creer en las cosas que decía.
Sin embargo, en algo estaba de acuerdo. Tenían problemas de confianza en su relación, porque Jungkook estaba dudando. Jungkook estaba tambaleándose entre dos opciones: creerle a un despechado Sungwoon o no.
Tomó aire profundamente y exhaló esperando aclarar su mente. Recordó a Taemin en ese momento, quien había pasado por abusos psicológicos y físicos sólo para poder descubrir en algún momento cómo había sido asesinado su hermano. Sabía que Taemin tenía miedo, pero la mayor parte del tiempo lo veía con determinación al hablar y expresar que tenía un objetivo claro que no planeaba abandonar. Había casi destruido su salud mental, y se había arriesgado hasta el punto de que le quitaron la vida –Jungkook no tenía duda que había sido así- porque él quería hacer justicia. Lamentablemente, las cosas no habían salido bien.
A pesar del final trágico, había sido inspiradora la manera en la que había hecho todo lo posible por separar sus propias necesidades y sentimientos, como quien camina sobre brazas descalzo, con un autocontrol tal que el sufrimiento era menos importante que su cometido.
Jungkook no podía dejarse nublar por el miedo, necesitaba su mente clara como el cielo en días despejados para poder encontrar el hilo.
- Debe haber un hilo del cual tirar...
Recordó las palabras de Taemin.
Quizás había cosas que, a él como recién iniciado, no le incumbían, pero lo que sí le incumbía era todo lo relacionado con Jimin y la parte de su vida que éste mismo estaba escondiendo de quien se suponía era su novio. ¿Serían, acaso, las cosas que Jimin le había dicho que le contaría cuando estuviese listo?
Fuese lo que fuese, debía comenzar de alguna manera, y principalmente debía intentar actuar lo más normal posible para que nadie notase lo que estaba intentando hacer. Un paso en falso y podía costarle caro, incluso la vida.
Iba a tener que pensar seriamente cuál sería su próximo paso, pero las circunstancias le decían que no iba a poder hacerlo solo.
El primer par de días luego del fallecimiento de Taemin habían sido desagradables para Jungkook. Algunos Alphas simplemente habían continuado con sus vidas como si nada, otros habían tomado el hábito de recordar ciertos momentos buenos de Taemin entre medio de charlas casuales. Era lo poco que había notado Jungkook desde que intentaba estar lo menos posible en presencia de todos sus hermanos.
Las charlas con Ten, Taehyung y Hoseok seguían siendo agradables para él, quizás porque había algo detrás de la forma en la que los chicos eran que le hacía sentir en cierta medida seguro. Era con sus hermanos más grandes con quienes tenía complicaciones, básicamente con aquellos que habían estado aquella noche en la cabaña, quienes solían ser más cercanos a Jackson.
Jimin, por su lado, parecía que había sido duramente golpeado por lo que había ocurrido con Taemin. Jungkook no sabía si eso le aliviaba o le hacía sentir terrible. Bueno, era ambas. Lo dejaría en un cincuenta y cincuenta.
El chico expresaba su pesar, lo mal que se sentía al haber perdido a uno de sus hermanos, a alguien que había intentado ayudar a mejorar. El menor podía ver cómo Jimin parecía confundido, genuinamente debatiéndose por qué las "maravillosas" herramientas terapéuticas de Alpha chi lambda no habían logrado hacer a Taemin avanzar.
Jungkook tenía ganas de gritarle desesperado: "¡Obviamente no iba a mejorar! ¡Eso estuvo terriblemente mal!". Si Taemin no hubiese sido explícito frente a Jungkook y aclarado el hecho de que él jamás hubiese atentado contra su propia vida, el menor nunca hubiera pensado en que había sido un homicidio. Si bien las pruebas forenses eran irrefutables porque evidenciaban que el cuerpo del chico había perdido funcionalidad por el fuerte impacto tras caer desde un doceavo piso, cualquier "beneficio de la duda" al caso era refutado gracias a la nota de despedida que había dejado el chico.
Pero como Jungkook había tenido relación con Taemin el último tiempo antes de su muerte, podía saber con seguridad que su suicidio había sido montado y que alguien asquerosamente desquiciado le había arrojado de la azotea de un edificio. También hubiera podido pensar que no había aguantado los repetidos abusos de poder de Kai, pero por mucho que Taemin había sido arrinconado hasta el punto de gritarle a Kai que le dejase en paz o incluso haberle pedido a Jimin que lo alejase de él, Jungkook había visto la determinación y la fuerza del chico por continuar vivo para resolver el caso de la muerte de su hermano.
Taemin no se había rendido. A Taemin lo habían quitado del camino.
Pero, ¿Del camino de quién?
Si bien Kai era el primer sospechoso, esto simplemente se debía a las sospechas previas del mismo Taemin. Sin embargo, Jungkook no podía negar que las actitudes de Kai eran las de un narcisista de primera, quien no reconocería sus errores ni aunque le amenazaran de muerte, y quien además parecía haber tenido una fijación por jugar con la salud mental y voluntad del hermano mayor de los Lee.
Todo eso era una mierda muy jodida, y Jungkook tenía que lidiar con eso solo porque no estaba lo suficientemente seguro de que Jimin aceptara sus sospechas y sus descreencias en la filosofía de su familia. Su tan querida y sagrada familia.
Que el pelinaranja estuviese pensando que los métodos de la fraternidad no habían logrado mejorar el estado mental de Taemin sólo decía una cosa: Nacer en un ambiente como Alpha chi lambda aseguraba un lavado de cerebro penetrante.
A diferencia de Kai y los mayores, quienes parecían ser conscientes de las intenciones que había detrás de sus discursos motivacionales y decidían aprovecharse de personas vulnerables con ello, la creencia de Jimin en su familia era real y profunda. Taemin pensaba de la misma manera cuando expresó que Jimin parecía sinceramente preocupado por él y decidido a ayudarle. Pero Jungkook no podía atreverse a ir con Jimin sin tener pruebas contundentes, o podría desatar el caos y perderle para siempre.
Había cosas que estaban demasiado mal. Tras todo lo ocurrido era posible ver que había un notable abuso de poder, donde personas de mentalidad fuerte y terminante encontraban los puntos débiles de otros para sacar ventaja. Lo escalofriante era saber que Jimin había hecho lo mismo con él, en cierta medida. Se había metido en los recovecos de su corazón roto, y los había unido. Le había hecho sentir especial e indispensable, simplemente porque Jungkook vio el espacio para hablar y contar al mayor todas sus inseguridades y razones de su depresión. Pero él podía sentir que aquello era el Park Jimin sublíder de Alpha chi lambda, aquel que utilizaba su propio cuerpo para sembrar el interés en las personas que se acercaban a la fraternidad. Pero incluso así, debajo de aquella máscara Jungkook había logrado ver a alguien vulnerable y herido.
Entonces, tenía que hacer algo para poder demostrarle que las cosas estaban mal. Que aquello no era un ambiente saludable para estar, y que no sería de extrañar si resultaba ser la razón o detonante de los problemas de ansiedad de Jimin.
Si Kai era un sospechoso, Jungkook sabía que al menos lo era del caso de Lee Taesun y Lee Taemin, sin embargo, éste último había dicho que no había sido sólo su hermano quien había dudado de las intenciones de la fraternidad y había tenido un trágico final. Había otras personas, aquellas que habían muerto o desaparecido, cuyas identidades Jungkook desconocía, pero le daban el pie para saber que no podía ser sólo Kai el responsable.
En cuanto a los hermanos Lee, él claramente había tenido cuestiones personales con ambos, pero lo más probable o más lógico de pensar era que otros miembros también habían estado bajo la tarea de "dar su merecido" a las personas que no eran tan devotas y cambiaban de parecer a lo largo del camino. Y todas las flechas apuntaban al líder de aquella generación de Alphas; Wang Jackson. Y si Jungkook miraba más hacia arriba, esto claramente podría llegar a mayores, pero meterse a investigar si Park Seung y Wang Ruiji tenían bajo su poder un séquito de personas que eran capaces de matar a otros por sus creencias ya era arriesgarse demasiado. Si Jungkook se metía con la familia de sangre de Jimin, saldría perdiendo definitivamente, y tampoco podría hallar una razón por la cual dos personas exitosas arriesgarían su reputación por una causa tan inconsistente como esa.
La biblioteca siempre había sido un buen lugar para aislarse de cualquiera de sus conocidos y pensar con mayor claridad.
Luego de pasarse dos horas con un libro que ni si quiera había leído y sólo había puesto frente a él sobre la mesa de una de las esquinas para fingir que estaba concentrado leyendo, llegó a la conclusión de que necesitaba lograr que Jimin viese lo que realmente estaba ocurriendo.
Soltó el aire con fuerza provocando un sonido ronco y pesado. Apoyó su espalda sobre el respaldo de la silla, estirando sus piernas y dejando caer sus brazos a los costados de su cuerpo. Estaba rendido al agotamiento. Las palpitaciones se habían vuelto recurrentes, más de lo habitual, pero extrañamente se había acostumbrado a ello, al igual que al sudor persistente de sus manos.
Miró hacia la ventana a su lado, como siempre observando a los alumnos caminar de un lado a otro, algunos en grupos y otros solitarios. Cuando pensaba que tenía un grupo donde pertenecía, al final se encontraba totalmente solo. Las únicas personas que reamente le querían, su padre y Yoongi, habían sido pateadas lejos, apartadas por completo por su capricho de querer ser independiente y que le dejaran aventurarse en su vida de adulto solo, sin intervenciones.
Su padre había vuelto a llamarle, preocupado por él, pero Jungkook había cortado la llamada cuando el hombre quería saber cómo estaba su vida, y en otras ocasiones ni si quiera le había contestado. Ahora se sentía mal por ello, al igual que por haber tratado agresivamente a su mejor amigo cuando había intentado advertirle de las personas que le rodeaban. Se sentía como un idiota.
Un pobre y solitario idiota.
Tomó en sus manos su teléfono celular y durante unos cortos segundos pensó en enviarle un mensaje a Yoongi, pero no tenía el suficiente coraje para hacerlo aún.
Se sentía solo y agotado. Muerto. Cansado de que las cosas no pudiesen salirle bien por una vez.
Escribió un mensaje en la pantalla de su celular y lo envió sin dudar.
"¿Estás en la Uni? Estoy en la biblioteca y te quiero aquí".
Permaneció esperando, mirando al chat por unos minutos sin querer despegar sus ojos de la pantalla. La emoción burbujeó en él cuando apareció "En línea", ansiando la respuesta.
"Hmm... podría escaparme antes de tiempo. También quiero verte".
Jimin estaba en clases, y saber que él las interrumpiría sólo para ir a verle le había hecho sonreír. Sólo faltaba una hora para que terminase su jornada de estudio y fuese a casa, pero Jungkook no podía evitar acudir a él cada vez que se sentía decaído.
"Generalmente te diría fueras responsable y te quedaras hasta el final... pero hoy me siento egoísta. Quiero estar contigo y lejos de todos."
Lejos de tus hermanos.
"¿Estás cariñoso?"
Jungkook sonrió de lado.
"Sí."
Jimin tardaba un poco en responder.
"¿Entonces debo ir y lidiar con ello? Puede que tenga problemas, la biblioteca no es el mejor lugar para que nos pongamos cariñosos..."
"Sólo serán unos besos... mientras estamos escondidos entre las estanterías llenas de libros".
"Como unos adolescentes escondiéndose para que sus padres no los atrapen... suena bien. No hay que hacer ruido. Prometo empujarte despacio contra las estanterías."
Jungkook acalló una risa apretando sus labios.
- Tonto... - murmuró.
- ¿A quién le dices tonto? – la voz le hizo despegar sus ojos del celular. Sonrió al ver a Jimin parado a sólo dos metros de él y con una ceja alzada.
- Adivina.
- Me hago una idea – se acercó a él, inclinándose a su altura, apoyando una mano sobre el respaldo de su silla y la otra sobre la mesa para unir sus labios en un beso corto pero afectuoso - ¿Qué leías? – inclinó su cabeza mientras daba una mirada al libro abierto sobre la madera de la mesa - ¿Física cuántica? – soltó un silbido largo – Mierda, que seas tan inteligente es caliente.
- No es como si hubiera prestado demasiada atención – se encogió de hombros – Terminé rindiéndome y pensando en ti, como siempre.
- Me encanta – sonrió orgulloso, tomando asiento a su lado, acercando aún más la silla – Pero, en serio, ¿en qué pensabas?
- De todo un poco...
Era una buena manera de ponerlo. Si bien no podía decir explícitamente las cosas que rondaban en su cabeza, también tenía ciertos asuntos pendientes como, por ejemplo:
- Jimin, ¿has estado recibiendo mensajes de Sungwoon?
El tono que utilizó fue tranquilo y cauteloso, buscaba entonar la pregunta con cierta curiosidad en lugar de que sea de forma acusatoria. Últimamente debía ser precavido con Jimin, no quería ponerle en un aprieto ni tampoco lograr que perdiera la confianza en él, si es que la tenía.
Le había chocado el enterarse que no le había dicho algo como eso, porque no era digno de Jimin, al menos no del Jimin sublíder de la fraternidad. Ese Jimin lo hubiese compartido con él, soltado un par de insultos hacia Sungwoon, expresando su disgusto y desaprobación, y se hubiera reído al final, quitándole importancia. Pero, en cambio, había decidido guardárselo. Así que, algo de aquello le había hecho sentir vulnerable, al punto que no había querido compartirlo con su propio novio, pero sí lo había hecho con su hermano.
El mayor permaneció sorprendido, probablemente preguntándose cómo sabía eso.
- Sungwoon me lo dijo hace dos días, en el cementerio. Me dijo que te envió fot-
- Sí, pero bloqueé su número luego. No te lo dije para que no te preocuparas por algo tan tonto – se rió luego de entornar los ojos y mirar hacia el borde de la madera de la mesa, donde comenzó a hacer un surco con la uña de su pulgar.
- No creo que haya sido tonto... me dijo que le contaste a Jihyun. Y que Jihyun fue a golpearle – Jimin dejó su pulgar quieto y giró su cabeza para volver a mirarle.
- ¿Jihyun le golpeó?
- Sí.
- Ese idiota... - bufó – Le dije que no hiciera nada.
- ¿Qué te envió Sungwoon exactamente? Parece que enojó mucho a Jihyun.
- Fotos... videos – soltó un sonido entre sus dientes, que pretendía ser una risa, pero sonó como una exhalación temblorosa – Videos de él... masturbándose – Jungkook notó la incomodidad con la que hablaba respecto del tema y la fuerza y dedicación con la cual clavaba la uña de su pulgar contra la madera – Jihyun se enojó y supongo que fue a golpearle. Pero no tenía idea, él no me lo dijo.
- Sungwoon... maldito bastardo de mierda – la sangre le hirvió y levantó su mano para acariciar la nuca de Jimin. En parte para reconfortarlo y también para calmarse a sí mismo. No era usual ver a Jimin tan indefenso, tan nervioso por una situación que no podía manejar, hasta el punto que su hermano había tenido que tomar represalias – Me alegra que Jihyun le haya dado su merecido.
- No puede contra su genio de hermano mayor – torció los ojos de una manera que le pareció adorable al menor.
- Háblame... de tu relación con Jihyun.
El pelinaranja volvió a despegar sus ojos de la mesa para dedicarle una mirada extrañada con el ceño fruncido. Jungkook sabía que quizás sonaba raro, y tal vez el tono de su voz le había delatado un poco. Había sonado demasiado interesado, como un detective intentando hurgar por información.
No quería dejarse llevar por las cosas que había dicho Sungwoon, pero la forma en la que había hablado de la relación peculiar –así la había llamado él- de ambos hermanos le hizo sentir intrigado.
- Ya te he hablado muchas veces de él...
- Lo sé, pero... me da curiosidad lo que es tener un hermano. Siempre hablas tan bien de él... realmente tienen una conexión. Pero nunca me contaste nada malo de él.
- ¿Malo? ¿A qué te refieres? – la expresión de Jimin era rígida al igual que sus hombros.
- No lo sé, tú dime. Esas cosas que mucha gente se queja de sus hermanos – rio para liberar la tensión del ambiente – Algo que él haya hecho que te molestara, o que te hiciera enojar... alguna pelea o-
- Dije que no – soltó cortante - No hay nada que me haya molestado nunca.
Jungkook dejó su boca abierta, sus palabras siendo cortadas de raíz por el tono defensivo de Jimin. No había querido que eso se tornara en una mala conversación, no esperaba haber apretado algún botón. No entendía qué había hecho mal si quiera.
- Lo siento – dijo despacio – No pensé que te molestaría... - Jimin negó con la cabeza.
- No, lo siento. No quise sonar enojado – se movió sobre su asiento, enderezando su postura y mirando a Jungkook esta vez con toda su atención, olvidándose del pequeño surco sobre la madera – Quiero decir... no lo sé... Jihyun y yo... - sus palabras se trabaron en su garganta y luego soltó el aire – Quizás son cosas tontas las que me molestan. Como... lo sobreprotector que es, o esa cosa de los hermanos mayores que siempre destacan en todo y tú te sientes un poco tonto a su lado – rió, ésta vez haciendo a Jungkook sentirse más relajado – Pero, él y yo hemos pasado por... muchas cosas juntos. Demasiadas – volvió a dirigir su atención a la mesa, inclinándose sobre ésta y jugando con el libro en sus manos – Dijiste que realmente tenemos una conexión... supongo que es por eso. A veces siento que Jihyun es como... un alma gemela para mí. Es... ese tipo de persona que me entiende con sólo mirarme a los ojos. No hace falta que diga nada, él sabe lo que necesito.
- Vaya... - Jungkook sintió todo su cuerpo estremecerse con un suave cosquilleo recorriendo su columna. No tenía más palabras - ¿Es normal que me sienta celoso?
- No seas tonto – Jimin se rio y le empujó el costado con su codo – Dejemos de hablar de Jihyun. He venido aquí por unos besos cariñosos – se inclinó, acercándose a Jungkook y éste lo recibió con besos entreverados con sonrisas.
El pelinegro estiró su brazo para posar su mano sobre la nuca de Jimin y jugar con los mechones de pelo de la zona, acariciando y tironeando despacio mientras se besaban.
Ambos se dejaron llevar por el silencio y la calma de estar contra los labios del otro, sintiendo el calor y la humedad de sus lenguas que daban pequeños lengüetazos como si fuesen hechos con timidez e inocencia.
Jungkook se dijo a sí mismo que más tarde pensaría cómo seguir, pero mientras tanto quería vaciar su mente y llenarse de Jimin para sentir que todo estaba bien y que las cosas no estaban al borde de irse al infierno.
* * *
Hola, gente bella ✨
En la historia hay varias cosas pasando, varios huecos aún por cubrir, pero la muerte de Taemin es un detonante para aclarar la situación que hay detrás de la fraternidad, donde no sólo susceden abusos en algunos rituales, sino también homicidios. Jungkook ya está seguro de dónde está parado, y es claramente no del lado de la fraternidad, o al menos no del lado de los miembros que parecen controlar cómo las cosas funcionan ahí. Por eso, cada pequeño dato que puede obtener conversando con Jimin, le acerca o le aleja de la conclusión de si puede confiar en él o si en realidad es igual a los demás.
También las cosas que pasan desde el punto de vista de Jimin van a ir entendiéndose mejor.
Por mi lado, estoy un poco baja de energías, así que me tardo en escribir, estoy tratando de hacer de todo un poco, sin morir en el intento. Sepan disculpar mi bajo rendimiento.
Nos leemos en el próximo capítulo. Gracias por el apoyo!
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