25. Las Cabañas



El predio "Las Cabañas" era un complejo de numerosas edificaciones tanto de hospedaje como de actividades típicas de campamentos, donde se realizaban seminarios y cursos dictados por miembros experimentados de Alpha chi lambda.

En su primer campamento, Jungkook sólo había visitado una extensión del predio, una sección más exclusiva del mismo donde sólo había estado allí con sus compañeros.

Por lo tanto, al llegar a Las Cabañas, el predio se veía imponente entre los árboles y grandes extensiones de césped donde podían verse lugares reservados para infinidad de actividades y juegos. Se veían personas de todas las edades, pero por sobre todo jóvenes, llegando en micros e instalándose en sus cabañas conforme éstas les eran asignadas.

Si bien se dictaban actividades durante todo el año, ésta era una ocasión especial. El complejo cumplía cuarenta años desde su fundación y, por ende, todos los relacionados a la fraternidad habían hecho todo lo posible para poder formar parte de aquel aniversario con amigos y familiares.

La filosofía de Las Cabañas era dar la posibilidad a las personas de encontrar su ser interior conectando con ellos mismos y otras personas por medio de actividades que ejercitaban tanto la fuerza como el intelecto. Los líderes se encargaban de enseñar diversas herramientas para el desarrollo personal, a tal punto que a lo largo de los años los programas de búsqueda personal y trabajo en equipo adaptados a distintas disciplinas se adaptaban al perfil de cualquier persona que estuviese buscando dar un cambio positivo a su vida, y por esta razón eran populares.

Jungkook estaba maravillado con la cantidad de gente que había presente. Nada tenía que ver con el campamento anterior. En Las Cabañas había tantas personas como las había en el campus de su universidad. Se sentía entusiasmado, era algo completamente nuevo y desafiante para él, sin mencionar que esa semana finalmente seríasu tan esperada iniciación.

La noticia le había caído de sorpresa la semana anterior y no había podido esperar a que el campamento llegase. Sin embargo, a pesar de su emoción al respecto, debía mantenerse enfocado en ello, era un momento importante que debía tomar con seriedad, pero también quería disfrutar del buen ambiente que ya estaba percibiendo. Los jóvenes -de su edad o más- se veían vivaces, mostrando sus sonrisas, cantando canciones y sacando fotografías o grabando videos. A pesar de ya ser otoño y el clima estaba algo fresco, las vibras de campamento de verano no se iban del lugar, explotaban por todos lados y era refrescante e impulsador.

Cada vez se sorprendía más de la extensión del mundo donde se había metido y reconfirmaba que, efectivamente, Alpha chi lambda no era simplemente una fraternidad.

Jungkook entró a su cabaña seguido de Jimin, quien cerró la puerta con seguro detrás de él. Cuando se miraron no pudieron evitar sonreír con complicidad y diversión.

- Nuevamente juntos – destacó.

- Sí, no se te hará fácil escaparte de mí – Jimin caminó hacia él con cautela como un gato aproximándose a su presa, manteniendo la sonrisa en su rostro. Claro que no estaba bajo discusión, ellos iban a compartir habitación donde fuera que estuvieran.

- ¿Y si no quiero escaparme? – dejó que Jimin se acercase a él todo lo que quiso, al borde de tocar sus narices, y con sus comisuras suavemente elevadas intentó mantenerse imperturbable – Al final, aprovecho cada oportunidad de encerrarme contigo.

- Cierto, pero si quieres tu espacio...

- Claro que no – aclaró de inmediato y rio – si fuese por mí, viviría pegado a ti.

Al oírlo, la sonrisa de Jimin se ensanchó y sus ojos se achinaron, siendo evidencia de la felicidad contenida en su pecho y que había logrado rebalsar. Miró hacia abajo, soltando una risa tímida, y el corazón de Jungkook latió fuerte.

Con el pasar del tiempo, Jungkook pudo descubrir que Jimin tenía de aquellos momentos donde parecía que su niño interior emergía, dejando atrás las características miradas intensas y confiadas para dar lugar a actitudes poco comunes pero que apreciaba cada vez que podía verlas.

- El sentimiento es mutuo – dijo Jimin al levantar su rostro nuevamente. Jungkook le miró con sus ojos brillando y le besó sin dejar aguardar más al afecto.

Unos golpes en la puerta les hicieron volver al mundo real de repente. Se separaron y a regañadientes Jimin se alejó para atender a quien había llamado.

Incluso aunque estuviesen en una habitación para ellos dos solos era imposible tener privacidad, aunque eso lo sabía mejor que nadie. Los campamentos no eran vacaciones, solía estar más ocupado incluso que en época de exámenes. Si quería tener privacidad con el pelinegro entonces debía realmente pensar en tener vacaciones juntos. Le gustaba la idea, demasiado.

Jungkook le siguió, y cuando abrió la puerta el chico del otro lado esbozó una gran sonrisa, abriendo sus brazos y abrazando a Jimin sin darle tiempo para terminar de abrir la puerta.

- ¿Cómo ha estado el mejor hermano del mundo? – Jihyun le palmeó la espalda tan fuerte que parecía querer hacerle escupir los pulmones.

- Soy el único que tienes – respondió Jimin entre risas y quejas por el abrazo tan abrumador – De sangre al menos.

- Bueno, ya sabes a qué me refiero – se carcajeó y alejó de él, acariciándole el cabello con cariño antes de desviar su mirada al pelinegro – Hey, Jungkook, bienvenido a Las Cabañas – se aproximó a él para también estrecharle en un abrazo un poco más tranquilo que a su hermano – ¿Estás emocionado? Te convertirás en Alpha finalmente – le palmeó el hombro y Jungkook le sonrió con algo de timidez por la atención que estaba recibiendo.

- Sí, estoy emocionado, pero también nervioso.

- No te preocupes, todos han estado al borde de cagarse en los pantalones, es normal – soltó como si no fuese la gran cosa.

- Hey, le asustarás – Jimin quiso codearle, pero su hermano lo esquivó y alzó las manos en defensa. Jungkook sólo podía reír al ver la interacción de ambos. Tener un hermano de sangre, con quien se había criado toda su vida, parecía ser algo divertido.

- Lo siento, sin presiones. En fin, vine a traerles la lista de actividades y reglas - les extendió un pilón de hojas - Nada de llegar tarde o saltearse horas – les apuntó con el dedo.

- como usted diga, señor – el pelinaranja torció los ojos.

A Jungkook le daba ternura la forma en la que Jimin se comportaba con su hermano cerca. El orgullo en su mirada a veces viraba hacia la molestia cuando el mayor le trataba como a un niño. Era ese complejo de hermano mayor que de seguro había aparecido en él al momento del nacimiento de Jimin.

El mayor le sonrió, dedicándole una mirada antes de volver a mirar a Jungkook. Les deseó suerte en la nueva jornada de actividades y se fue para continuar su recorrido por el resto de las cabañas vecinas, saludando a la gente al pasar y siendo muy acatado por todos como si nadie pudiese pasar por su lado sin detenerse a hablarle.

- Sin dudas, el ser sociable es cosa de los Park... - resaltó Jungkook ante lo evidente, apoyado al marco de la puerta mientras observaba a Jihyun caminar con total comodidad entre la gente. Jimin se rió por la observación y soltó un sonido en desacuerdo – ¿Qué? ¿Ahora dirás que no eres popular? – alzó las cejas.

- Al menos no tanto como él.

- Pero lo eres.

- Él tiene algo especial – se apoyó contra la puerta, guardando sus manos en los bolsillos de su pantalón y enfrentando a Jungkook – De todas las personas que conozco, simplemente tiene algo que hace que todos le presten atención.

- La mayoría de los Alphas son así – concluyó.

- Sí, pero él simplemente no sabe lo que es que le digan que no – sonrió con un leve encogimiento de hombros – Él siempre fue el hijo consentido, y mi ejemplo a seguir.

- Jimin... - Jungkook murmuró de repente.

Al tener su atención hacia afuera, desde allí podía ver un auto estacionado demasiado lujoso a lo lejos. Entrecerró los ojos, intentando dilucidar si aquel hombre que sus ojos veían era quien creía que era.

- Ese sujeto... me suena conocido.

El mayor miró en la dirección indicada por Jungkook y asintió con la cabeza.

- Sí, es Yun Hojung, miembro de la Asamblea nacional del país.

- ¿Qué hace un político como él aquí? – Jungkook estaba anonadado, no pensaba que estuviese en lo correcto al sospechar que era una figura pública.

- Te sorprenderías al ver cuántos políticos forman parte de Alpha chi lambda – expresó con orgullo – De hecho, incluso actores y celebridades de todo tipo también son parte. Han participado de donaciones y programas de verano y promoción de las actividades para los más jóvenes. Es muy bueno tener el apoyo de ellos. La mayoría son amigos de hace muchísimos años, conocidos de mi padre y el señor Wang.

- Increíble... – miró a Jimin boquiabierto – Me sorprende cuántas personas hay involucradas.

- Bueno, no soy el único que ha visto a la gente encontrar su lugar en el mundo gracias a Alpha chi lambda, así que la voz se fue corriendo a lo largo de los años.

Muchísima gente se había iniciado en Alpha chi lambda en sus épocas de Universidad y había terminado por formar parte de un enorme grupo de personas intentando ayudar a otros a encontrar su camino.

Algo que había comenzado como una simple fraternidad, había logrado extenderse como más que eso en la vida de personas que ni si quiera habían iniciado su recorrido como universitarios. La evolución de Alpha chi lambda era lo que la había vuelto algo importante.

Aquello hacía mucho sentido para Jungkook luego de haber sabido cada vez un poco más de la historia de la fraternidad y de saber que los señores Park y Wang habían sido quienes lograron llevar todo a un nivel mayor con los programas y enseñanzas.

- Los ideales de mi padre y de Wang fueron tan novedosos en su momento que lograron captar la atención de muchísimas personalidades importantes que invirtieron dinero para que esto creciera. Por eso somos orgullosos de ello.

Era ciertamente fascinante. No había otra manera de describirlo.

Inclinó un poco su cabeza y frunció el ceño cuando una duda se plantó en su cabeza.

- Todas las personas de aquí... ¿Son Tamonistas?

- No. Sólo los miembros del círculo más íntimo, los más leales, ya que no todos tienen el nivel de compromiso o confianza en sus compañeros como para poder pertenecer. Son aquellos que pasan por la iniciación, los que tienen la marca.

- Yun Hojung, ¿Él la tiene?

- Sí, él la tiene.


El primer día de campamento había sido tranquilo, no obstante, las actividades exigentes no tardaron en llegar.

Jungkook experimentó por primera vez el ayudar a dirigir a uno de los grupos durante las actividades de uno de los primeros días. Había estado acompañando a Hoseok durante horas, siguiendo al pie de la letra todas sus indicaciones y siendo algo así como un asistente para aprender sobre el comportamiento de liderazgo.

Él nunca había creído llegar a verse dirigiendo a un grupo de personas, y aun así hizo todo lo posible para adaptarse a la situación. Se sintió bien al poder desenvolverse mejor de lo que esperaba.

Había estado todo el día trabajando duro en el campamento. Llegó a la habitación exhausto, pero satisfecho de sus logros. El haber logrado estar a la par de uno de sus compañeros le había hecho dar cuenta de cuánto había avanzado desde que se había separado de su padre.

Su padre. ¿Qué sería de él en ese momento? No había vuelto a hablar con él ni con Yoongi, y aunque admitía que les extrañaba, sentía que era mejor así. No necesitaba de sus malas vibras en aquellos momentos. Sólo necesotaba a Jimin, quien se había vuelto su único soporte.

Se tiró en la cama boca arriba y exhaló relajando su cuerpo.

Jimin le observó y sonrío con cierta expresión de compasión. Podía notar que estaba muy cansado y esforzándose demasiado, pero estaba feliz de verle mejorar día a día. A pesar de que Jungkook seguía siendo un chico introvertido, había comenzado a desarrollar otros aspectos de su personalidad, pudiendo notar que cada vez sus posibilidades y capacidades eran más grandes.

Le felicitó por su duro trabajo.

- Creo que moriré antes de iniciarme – Jimin soltó una carcajada mientras se encargaba de juntar la ropa sucia en un cesto.

- No seas exagerado – se acercó y sentó a su lado, acariciándole la mejilla – Lo estás haciendo muy bien. Te dije que sería duro.

- Pensé que sólo era el día de la iniciación.

- Es la semana del infierno, claro que es duro – le dijo con obviedad.

- ¿En serio existe eso? – enarcó una ceja, y al obtener un sonido de afirmación del otro suspiró agotado – Creí que era sólo cosa de películas.

- Claro que no – se inclinó y le besó – Prepárate para otra noche intensa.

- Me voy a quedar sin hígado si sigo tomando alcohol.

- Bueno, veré si puedo salvarte de eso, pero no prometo nada.

Una de las tradiciones que tenían en la semana infernal era hacer juegos nocturnos, a la luz de la fogata- o no- luego de haber bebido más alcohol que el que su cuerpo podía soportar.

Jungkook se despertaba con jaquecas tan severas que debía medicarse por las mañanas para poder soportar el día sin sentir que su cabeza estaba a punto de estallarle en pedazos.

Sus ojeras estaban más que presentes, no estaba acostumbrado a tanta exigencia. Al menos la comida era buena y le permitía mantenerse sano durante el día para soportar los excesos de la noche. A veces sentía que sus hermanos eran demasiado severos, había visto cómo trataban a otros iniciados, pero luego reconocía que valía la pena cuando les felicitaban por haber aguantado tanto.

No era sano, pero era necesario para desarrollar carácter y fortaleza.

Aunque estuviese hasta las dos de la madrugada bebiendo y pasando pruebas como ponerse a hacer lagartijas o series de abdominales y saltos mientras estaba ebrio, tenía el deber de levantarse a las seis de la mañana para comenzar con sus obligaciones sin rechistar.

Cada vez que parecía demasiado agotado y sin fuerzas, sus hermanos le animaban a seguir sin importar qué. Le repetían que así podía ser lo suficientemente fuerte como para pasar la prueba de su iniciación y convertirse en un Alpha de verdad. Que si no lo lograba sentiría el peso de haber fallado.

No podía fallar, lo tenía claro. No había llegado tan lejos para nada. No tenía a Jimin a su lado, teniendo expectativas sobre él, para luego decepcionarlo.

Quizá su antiguo "yo" hubiese desistido, pero para éste Jungkook rendirse no era una opción.

Abrió los ojos al escuchar los sonidos de golpeteos en la puerta. Dio todo de sí para despegarse de la cama como si su cuerpo hubiese aumentado 40 kg.

Al abrir la puerta se encontró con el hermano de Jimin, quien le sonrió y pidió si podía hablar un momento con su hermano, a lo que él simplemente sonrío y asintió, cediéndole el paso a Jihyun y dejando la habitación para sumarse al resto de sus compañeros que preparaban la fogata fuera.

Jimin dejó de acomodar la ropa sucia y se sentó sobre el sofá que estaba contra una de las paredes de la cabaña. Miró a su hermano, esperando que hablase primero.

- ¿Ya te han dicho sobre la iniciación de Jungkook? – preguntó el mayor, acercándose a su hermano y tomando asiento a su lado, quien frunció el ceño y negó con la cabeza.

- ¿Ya se sabe cómo será?

- No aún, sólo están especulando. Jackson y los demás están pensando en ello.

- Suena a algo serio – rió, pero el tono nervioso fue evidente en su voz.

- ¿Te molesta algo de ello? – inquirió alzando una ceja.

- ¿Qué? No. Claro que no – se apresuró a negar.

Jimin carraspeó, su voz sonaba algo entumecida. No iba a admitirlo frente a su hermano, pero la realidad era que no le gustaba ver lo tan cansado que estaba Jungkook. Estaban siendo bastante duros con él, y aunque sabía que había sido así para todos los miembros, simplemente no le gustaba ver a su chico de esa manera. Lo mucho que podía hacer era acompañarle y darle consejos, pero no más. Era jodido, deseaba tener una mirada algo más objetiva, pero no podía evitarlo cuando era la primera vez que tenía sentimientos por uno de los iniciados.

Si así estaba siendo la semana infernal, el pensar en la iniciación le ponía ansioso porque sabía que podía ponerse realmente jodido. Pero de todas formas sabía que Jungkook podría enfrentarlo, que sería capaz de confiar en todos a pesar de que lo que fuera que le pidiesen que hiciera. No quería que se hiciese para atrás.

- No te ves muy convencido – Jihyun rió con algo de diversión, la cara de su hermano estaba casi blanca. Éste sonrió un poco y negó con la cabeza, fingiendo que simplemente no tenía importancia.

- Sólo estoy cansado, eso es todo.

- Siempre te sobre exiges ¿eh? Debes relajarte más – le dio una palmada en el torso del cuello, apretándole un poco – No eres nuevo en esto.

- Lo sé, es tonto que esté cansado. Quizás sea por los exámenes de este semestre, demasiado estrés y todo eso...

Torció su boca en una sonrisa un tanto frágil.

La mano sobre su nuca se deslizó, alejándose de él y haciéndole creer que su hermano se pondría de pie y se iría, pero fue en ese mismo instante donde sintió sus labios sobre la piel de su cuello. El calor y el tacto familiar nunca fallaban en estremecerle.

Un sólo toque se volvió una serie de besos en su cuello, haciéndole sentir la humedad de su lengua y algunos mordiscos.

- Ji-Jihyun - se removió en su lugar, intentando separarse un poco pero el lugar que restaba entre su hermano y el final del sofá era de una pulgada.

- ¿Qué sucede? – se separó para mirarle a los ojos.

- Alguien puede vernos... Jungkook puede entrar y-

- ¿Y qué? – su hermano lució enojado de repente. Jimin se relamió los labios, sintiéndose nervioso y sin poder mirar a su hermano a los ojos – No es como si a los demás les importara, y Jungkook ya será un Alpha en unos días.

- Pero...

- Relájate. Que les den, no tiene nada de malo que quiera darle placer a mi hermano. Lo hago porque te quiero.

Cuando Jimin hizo contacto visual quedó atrapado en los ojos de Jihyun y no pudo emitir palabra alguna. La mirada de su hermano le hacía saber que su comportamiento le había parecido extraño, y no quería volver a expresar que le preocupaba que Jungkook les viese, porque estaría poniendo en tela de juicio todo en lo que ellos creían. Estaría cayendo en los prejuicios que los Tamonistas tanto intentaban desmantelar.

Suspiró al momento que Jihyun se inclinó un poco sobre su cuerpo para besarle del otro lado del cuello. La mano izquierda del mayor estaba sobre su pierna, acariciándole suavemente el muslo.

Poco a poco comenzó a bajar hacia su clavícula y a desabrochar los botones de su camisa que estorbaban cubriendo su piel.

¿Qué pensaría Jungkook si les viera? ¿Podría comprenderlo?

Si no lo comprende, es su maldito problema. Si no lo comprende, es la persona equivocada. Nadie puede juzgar lo que haces ni lo que sientes. No dejes que juzguen a tu familia. No dejes que te hagan pensar que esto está mal. No lo está.

Mordió con fuerza su labio cuando un gemido quiso salir de su boca. Sintió la boca húmeda de Jihyun sobre uno de sus pezones, lamiendo y chupando con lentitud tortuosa. No pudo evitar que todo su cuerpo temblara. Su torso había quedado al descubierto, siendo trabajado por los labios ajenos.

Se tensó por completo, sujetándose a la tela del sofá, cuando sintió la mano del mayor contra su entrepierna, acariciándole y cortándole el aire que entraba a sus pulmones.

Su respiración estaba agitada, su cuerpo estaba ardiendo y su miembro endureciéndose bajo su ropa y contra la mano de su hermano mayor. Los dientes se cernían alrededor de sus pezones al punto que el dolor se mezclaba con la excitación.

Poco a poco sentía su mente a punto de explotar.

El cosquilleo en su vientre se intensificó y arañó cada vez más hacia abajo, haciéndole moverse contra la mano de Jihyun.

Y la puerta volvió a hacer ruido. Luego de tres knocks seguidos, alguien gritó del otro lado.

- ¡Jihyun! ¿Estás ahí? Te necesitamos aquí afuera.

El chico se alejó de Jimin un poco y respondió a su compañero, diciéndole que sí estaba allí y que ya saldría de inmediato.

Pero los knocks eran aún más fuertes y rápidos dentro del pecho de Jimin. Su corazón se había disparado al oír la puerta. Sus ojos estaban abiertos como platos y su boca entreabierta con expresión de pánico.

Cuando su hermano se puso de pie fue que se cacheteó mentalmente para reaccionar de inmediato y se apresuró a abotonarse la camisa nuevamente y acomodarse el pantalón que Jihyun había logrado desacomodar al bajar su cierre y deshacer el botón. Intentó tragar algo de saliva, pero su boca y garganta estaban secas.

Jihyun le sonrió, disculpándose por tener que irse de repente. Le acarició el cabello y se fue, dejándole solo finalmente.

Un quejido ahogado salió de su garganta al ponerse de pie y correr al baño. Cerró la puerta de un golpe y se sostuvo del lavabo. Se miró al espejo, su rostro estaba blanco y sudoroso, por lo que se echó agua en la cara varias veces. Su pecho también estaba apretado y aunque respirase lo más hondo posible le estaba constando una enormidad calmarse. El agua caía por su rostro hasta su cuello. La vista comenzaba a nublársele y su cabeza a sentirse un tanto liviana. Otro ataque.

Sacó su frasco de pastillas de la cabina del baño y con agua de la canilla tragó una. Cerró los ojos y permaneció un tiempo aún sostenido de la loza y respirando profundamente.

No sabía por qué se había puesto así, había sentido que su corazón se aceleraba tan rápido que podía llegar a detenerse en cualquier momento. La sensación en todo su cuerpo también parecía surrealista.

Supuso era porque estaba demasiado agotado. Sí, eso le había dicho a Jihyun después de todo.

- ¿Jimin?

La voz de Jungkook se escuchó del otro lado de la puerta con dos golpecitos sobre ésta. Aquello le hizo sobresaltar y tomar la toalla rápidamente para secarse el rostro y estar en condiciones. Se miró al espejo, se veía terrible. ¿En qué momento había terminado así de pálido?

Su preocupación por la iniciación de Jungkook había logrado que su estrés aumentara. Necesitaba descansar antes de seguir comportándose tan raro.

Negó con la cabeza, intentando alejar la confusión en su mente y se dispuso a salir del baño.

El menor le vio salir, pero cuando iba a decirle algo notó que algo le ocurría. Inmediatamente se preocupó y se acercó a él, apoyando sus manos en sus hombros.

- ¿Qué sucede? Te ves... pálido - sus ojos brillaban con consternación y Jimin sonrió para no preocuparle.

- Sí, estoy bien, sólo estoy cansado, creo que el cuerpo está comenzando a pasarme factura.

- ¿Por qué no te recuestas un rato y descansas? Tienes tiempo hasta que terminen de armar la fogata fuera.

- Debería ir a ayudar. Y, de todas formas, eres tú quien necesita descansar – le acarició el mentón tiernamente, sonriéndole.

- ¿Y si descansas conmigo?

- Hmh – canturreó - ahora suena interesante – sonrió.

El hecho de que ambos necesitaban descansar fácilmente podía ser utilizado como excusa para pasar tiempo a solas, así que aprovecharían la situación para ambas cosas.

Ambos se recostaron en una de las camas, abrazados y sin perder la oportunidad de mimarse.

Para ese momento el corazón de Jimin ya estaba tranquilo. Era la paz que se formaba cada vez que sólo estaban ellos dos. Donde fuera que ellos estuviesen, todo se volvía tranquilo.

Ambos permanecían con sus ojos cerrados, por momentos los abrían para mirarse mutuamente y sonreírse, mientras conversaban. A veces reían, otras se quedaban en silencio, luego seguían hablando de cualquier cosa que se les ocurriera en el momento.

Mientras hablaban sobre el campamento, sus compañeros y la fraternidad, Jungkook decidió preguntar sobre un tema que hacía tiempo le tenía intrigado. Desde que había entrado a aquella casa, siempre sintió curiosidad por su compañero Taemin. Las actitudes del chico le llamaban la atención por no ser semejantes a las del resto de los Alphas, parecía poner siempre una barrera entre él y los demás en los momentos donde no estaba borracho como en las fiestas. Una vez que había preguntado al respecto, pudo saber que algo tenía que ver con su relación con Kai.

- ¿Taemin? ¿Qué sucede con él? – a Jimin le llamaba la atención que el menor le preguntase por él. Ambos muchachos se llevaban bien, pero no era como si Taemin fuera alguien que hiciera amigos.

- ¿Aún no ha podido solucionar ese problema? Me refiero a lo que le pasa con Kai.

- Oh, eso... - pensó por unos segundos y luego suspiró – Bueno, sigue sin mejorar mucho. Le está costando demasiado.

- ¿Y no ha probado con terapia?

- Pues es lo que hace, está yendo con un terapeuta amigo de mi padre. Mi terapeuta, de hecho. Pero el problema de Taemin es que tiene un bloqueo – Jungkook soltó un sonido de entendimiento ante eso.

Se sentía mal por ver a Taemin tan ido. No le conocía del todo como a otros miembros, pero desde que Jimin le había comentado que tenía un problema con Kai que no podía solucionar, entendió el porqué de su mirada desmotivada y sus hombros caídos.

Jimin hacía un tiempo también le había contado que cuando él había tenido que huir de campamento repentinamente –al día siguiente a su primera vez juntos- Kai y Taemin habían ido también con aquel grupo. Ambos estaban en una misión juntos, para mejorar su confianza y reconstruir el lazo que se había roto. No había querido especificarle qué era lo que había sucedido entre ambos chicos porque era un tema delicado como para estar divulgándolo por ahí, y después de todo era cuestión de ellos dos.

Así que, comprendió que había algo a lo que Taemin no podía hacerle frente.

- Cuando una persona está bloqueada no se permite seguir adelante. Comienza a tener conflictos internos y a ponerse trabas. Ahora mismo Taemin quiere mejorar, pero por momentos rechaza la ayuda que le damos, porque está negado a arreglar sus asuntos con Kai.

- ¿Y Kai? ¿Qué dice él?

- Él no tiene problemas con Taemin. Sólo le molesta no poder tener la confianza que tenían antes. Le hiere que Taemin se comporte de esa manera con él y le rechace. Taemin está sufriendo, pero no acepta que él mismo se está causando todo ese sufrimiento.

- Suena muy duro... - se compadeció por el duro rato que su compañero estaba pasando. Suspiró, y se giró para quedar sobre el cuerpo de Jimin y mirarle, con sus manos cruzadas sobre el pecho del mayor – Pero si él no quiere salir de ello... seguirá bloqueado.

- Kai hace lo posible, pero Taemin sigue manteniendo rencor hacia él. Cuando deje de culparle por cosas que no fueron de su responsabilidad, entonces allí podrá volver a ser el mismo de antes.

Siempre se preguntaría cuál era la razón por la cual el chico no podía perdonar a Kai. Qué era lo tan terrible que había sucedido. No entendía bien cuál era su relación. Desde que les había visto -accidentalmente- teniendo sexo juntos, pensó que eran pareja, pero a la luz del día no se comportaban como una. Ellos ni si quiera se dirigían la palabra, tampoco se miraban o interactuaban de ninguna manera aparente. Jungkook tenía la impresión de que probablemente se trataba de una historia de amor fallida, de alguna traición o infidelidad que Taemin no podía perdonar.

De todas maneras, incluso aunque la intriga y la preocupación le hacían detenerse en pensar las razones por las cuales el chico se resistía a mejorar, sabía que tenía que concentrarse en sí mismo. La semana infernal no acababa y faltaban sólo dos días para su iniciación.

Aún no sabía cuál sería su tarea, pero eso estaba pronto a saberse. 






* * *





Buenas, gente bella.

Acá les traigo otro cap. Como pueden ir viendo, hay varias cosas dando vueltas, y lo único que puedo decir es que esto va a explotar bastante.

Hay varias situaciones que se están tejiendo, y la pregunta es: ¿Qué va a ser lo que explote primero?

Nos leemos.






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