18. Sentir la incomodidad

El cansancio era palpable, el menor por momentos se quedaba dormido entre tarea y tarea, o en los recreos. Sus hermanos le despertaban lanzándole algo o con empujones para que se espabilara. Él sonreía y si faltaba un rato más para ponerse en actividad seguía durmiendo otro rato.

Era el anteúltimo día y du cuerpo pedía descanso urgentemente, al igual que su mente. Sin embargo, jamás se había sentido tan contento. Aunque no había sido perfecto en todas las actividades, le había ido bien en varias. Por ejemplo, pudo descubrir un talento oculto en kayak, tal parecía que sus brazos eran más fuertes de lo que esperaba y el remar le había llevado a quedar en segundo lugar en una carrera contra sus compañeros.

Sin embargo, había acumulado algunas faltas por haber perdido en varias ocasiones y quedarse durmiendo una siesta durante la cena. A pesar que le habían dado crédito por no rendirse, él sabía que debía pagar su fracaso.

Jungkook comprendía la ciencia que yacía bajo los principios de aquella gran familia, porque comenzaba a sentirlo cada vez más fuerte en su interior. No había manera que con todo ese entrenamiento hubiese un Alpha débil e inseguro de sí mismo. Era como construir su propia personalidad y sus habilidades como una muralla, acomodando los ladrillos poco a poco pero con precisión y consistencia.

Y Jackson y los Alphas repetían: "La clave del éxito", para que se le grabase en la cabeza.

Según el líder, las personas nacían y a lo largo de su camino sus partes permanecían desintegradas por completo gracias a las cosas que la sociedad les implantaba de pequeños. Así era como luego de adultos todos terminaban enfrentándose a miedos, inseguridades, falencias, miles de cuestiones que lo único que lograban era alejarlos de su real potencial. Eran elementos limitantes que no les permitían ser ellos mismos y amarse como tales, basados en prejuicios y un montón de otros "adornos" sin valor o significado alguno.

De allí venía la intención de Alpha chi lambda, era el lugar indicado para la persona que quisiera quitarse de encima todos los pesos sociales, todas aquellas bolsas de escombros que ni si quiera les pertenecían.

Jungkook ya lo creía así, el nacer y ser criado en un ambiente religioso tan rígido y devoto le había llevado a adoptar más cosas de quienes le rodeaban que fundar su persona a partir de su propia perspectiva. Gracias a la fraternidad había decidido que quería encontrarse a sí mismo.

Aun así, no todo era color de rosas. Jungkook era el nuevo, una clase de outsider en el campamento, y a pesar de que le habían tratado como a uno más, claramente él sentía las presiones de intentarlo con más esfuerzo que el resto. Sus compañeros hacían todo lo posible por acompañarle y no dejar que él se rindiera en las actividades. El levantarse temprano y comenzar con la energía a tope le suponía un gran esfuerzo, pero verse capaz de hacerlo le daba la motivación justa para superar las exigencias.

Le recordaba a los campamentos militares, pero con un ambiente mucho más amigable y divertido. Los chicos no perdían sus sonrisas ni dejaban de reír incluso a pesar de estar en medio de una competencia.

Pero que sea el nuevo no le ponía en una posición fácil, justamente era lo que le había llevado a fracasar en algunas pruebas y a tener que aceptar una prenda por parte de sus hermanos.

Todos se habían reunido al final del pequeño muelle del lago, sobre las tablas de madera que se utilizaban para amarrar los botes.

Jungkook miró a sus compañeros con los ojos bien abiertos, pero por sobre todo era a Kai a quien le devolvía la mirada mientras este se encogía de hombros en respuesta.

- Debes... estar bromeando, ¿cierto? – fue lo que a Jungkook le salió decir con una risita nerviosa al final. Kai sonreía, pero su mirada desafiante le había saber que no bromeaba para nada. Se cruzó de brazos y negó con la cabeza. Jackson apoyó su mano en el hombro de Jungkook.

- No eres el primero ni el último, Kook. Ya te contaremos nuestras experiencias en la fogata.

- ¿A caso tienes vergüenza? – Key sonrió, dedicándole una mirada inquisitiva, rebuscando en la expresión tímida de Jungkook – Vamos, hermano, que no tienes nada que nosotros no tengamos – dijo entre risas seguido por el resto.

- Todos... ¿han hecho esto? – quiso saber con detalle para no sentirse tan mal.

- Pues no, de hecho tuvimos que hacer cosas peores.

- Pero nada como lo mío – Jin aprovechó la oportunidad para recordarles el rencor que aún guardaba.

- ¿Jodes? ¿Quieres que te recuerde lo que me hicieron hacer? – soltó Kai queriendo desafiarle fingiendo una mirada desconcertada, provocando risas en todos.

- Ya, ya. Tendrán tiempo de competir con sus historias en la fogata. Ahora – Jackson volvió a mirar al menor – Realmente no eres el único. Es sólo una tontería y tradición de los campamentos, al igual que de muchas fraternidades.

Para ese momento, Jungkook se lo pensó unos segundos, pero tampoco era que tuviese mucho por reflexionar, sabía que no tenía opción. Había dado todo de sí mismo para los entrenamientos y aquella era una prueba que sabía era de fuego. Porque todos habían hecho cosas así, se trataba de jugar bajo sus reglas.

Era más de lo que él con su mente mundana podía pensar. Era más de lo que su mente con prejuicios tontos le dictaba. Se trataba de la confianza, se trataba de confiar ciegamente en quienes eran sus compañeros y serían sus hermanos una vez que fuese admitido en la fraternidad.

Suspiró y se volteó dándole la espalda a sus compañeros y mirando hacia el lago justo frente a él. Ante sus pies el agua ondeaba con calma.

Jimin se acercó a Kai rápidamente, quien estaba detrás de todos mirando con atención. Le agarró del brazo y le habló al oído en un murmuro.

- ¿Qué demonios hacen? ¿Quieren espantarle?

- ¿Qué sucede, Jiminie? Es sólo un juego – rió por lo bajo.

- Es... demasiado pronto. Jungkook no es así, si lo acorralas...

- Nadie está acorralándolo, Jimin – le miró con el ceño fruncido – Me extraña de ti, deberías estar divirtiéndote.

- Sólo digo que no hagan tonterías que le pongan incómodo.

- La vida se trata de sentir la incomodidad, ¿No es lo que siempre han dicho Jackson y tú? – arqueó una ceja – No puedes lograr nada quedándote en tu zona de confort.

Jimin puso los ojos en blanco y le soltó el brazo, detestaba que usaran sus propias palabras en su contra. Cruzó sus brazos en torno a su pecho y miró a Jungkook, sin poder despegar entonces sus ojos de él.

El pelinegro comenzó a quitarse la camiseta con el movimiento lento de sus manos. La deslizó por encima de su cabeza y tiró hacia atrás. Sus compañeros no tardaron en hacer comentarios referidos a sus hombros anchos y cintura definida. Sus mejillas se ruborizaron al instante. Se quitó las zapatillas y las medias, dejando todo a un lado.

Apretó sus labios sintiéndose nervioso de muerte cuando puso sus manos en el borde superior de sus shorts y los bajó, inclinándose hacia delante para levantar sus pies uno por uno y quitarse la prenda por completo, quedando sólo con sus bóxers puestos. Suspiró armándose de valor, cerrando sus ojos y tomando el siguiente paso.

Lentamente bajó sus bóxers, los deslizó por sus piernas y se los quitó. A sus espaldas escuchó desde silbidos y aplausos hasta palabras sucias. Su corazón latió rápido, sintiéndose raro. Sabía que le estaban mirando, incluso aunque tapara su entre pierna con sus manos y sólo le viesen de atrás, sentía vergüenza. Demasiada.

Entonces escuchó la voz de Jackson acercarse.

- Siempre con la cabeza en alto, Jungkook.

Se mordió los labios fuertemente hasta sentir dolor y el sabor a sangre llegar a su lengua.

Levantó su mentón y miró hacia el otro lado del lago, tratando de enfocarse en ello y no en su desnudez, aunque era difícil siendo tan obvio el aire que sentía en sus glúteos descubiertos.

- ¿Cuánto eres capaz de confiar en tus hermanos, Jungkook? – el líder habló - ¿Cuánto crees que estás dispuesto a dar por nosotros? ¿Cuánto planeas arriesgar? - Sintió la mano de Jackson contra su hombro una vez más – Mírame – le dijo y él giró su rostro para enfrentar los ojos del mayor - ¿Te sientes vulnerable por estar desnudo? Responde con sinceridad.

- Sí.

- ¿Por qué?

Jungkook podría haber dicho muchas cosas a esa pregunta, como el hecho de que era simplemente por estar desnudo, es decir, se suponía que no debía estar así frente a ellos ni frente a nadie, porque lo que había bajo sus pantalones era algo que toda la vida le habían enseñado era íntimo y nadie más debía ver. Porque sentía vergüenza de que alguien más le viera de esa manera. Porque así le habían enseñado a sentirse, a que podían ver a través de él sólo por verle desnudo.

Pero realmente no sentía que tuviesen sentido ninguna de esas justificaciones, porque al final no eran una razón concreta y justificable.

- No lo sé...

La respuesta salió como un murmuro y Jackson asintió en respuesta, era la contestación que se imaginaba que el menor le daría.

- Estar desnudo no te hace vulnerable si tú no lo crees – soltó una risa relajada, todo el lugar se había quedado en silencio, de aquellos característicos que se formaban cuando Jackson tenía la palabra – Lo que nos hace vulnerables está dentro nuestro, y nadie lo verá si no permitimos que lo vean, si elegimos quiénes queremos que nos vean y quiénes no. La gente podrá vernos con ropa, o desnudos, ¿Y eso qué les dice sobre nosotros? Absolutamente nada – se tocó el pecho con su dedo índice – Lo importante está aquí. Somos los dueños de nuestro destino, de nuestras decisiones y de lo que queremos que los demás vean de nosotros mismos. Incluso aunque estuvieses vestido nada cambiaría, Jungkook, porque si eres inseguro de ti mismo, sentirás como si estuvieses desnudo frente a cualquiera aún con tus ropas puestas.

Jackson dejó de hablar y Jungkook no supo qué más decir. No tenía palabras ni nada que valiese la pena como para refutar lo que había dicho.

Su cuerpo desnudo frente a todos sus compañeros había pasado a estar en un segundo plano en cuanto las palabras de Jackson habían entrado una por una en su cabeza y removido varias piezas en ella. Parecía que había elegido las palabras precisamente para él.

Las sensaciones agobiantes que había sentido a lo largo de su vida se resumían a sentirse desencajado del resto y completamente vulnerable a la mirada ajena, a las críticas y las risas. Y entendió que Jackson tenía razón. En el pasado no había estado desnudo frente a nadie en ninguna ocasión y aquello no le había protegido de sentirse expuesto.

Fue necesario comprender eso para darse cuenta que si se sentía vulnerable por el hecho de estar mostrando su cuerpo se trataba de una cuestión meramente superficial, porque su real vulnerabilidad recaía sobre algo más profundo, sobre sus defectos y la interminable lista de cosas negativas que encontraba él en su persona. Si lo pensaba mejor, prefería que le vieran desnudo antes que notaran todas las cosas que le apenaban de él.

Todas las cosas que no le gustaban y que quería cambiar estaban remitidas a lo que guardaba dentro suyo y no quería cargar con eso toda su vida. No cuando había conocido a gente que podía ayudarle. No cuando había conocido a un chico que ahora le gustaba y quería impresionar.

Jungkook terminó su tarea, luego de las palabras de Jackson, miró hacia el agua y saltó al lago, sumergiéndose en él por completo, sintiendo el agua fría traspasar toda la superficie de su cuerpo y su cabeza vaciándose de todas las preocupaciones que había tenido un segundo atrás, enfriándose por completo.

Escuchó desde abajo del agua a sus compañeros festejando su valentía.

Jimin, por su lado, suspiró y reprimió una sonrisa, sintiéndose aliviado de que las palabras del mayor habían logrado calmar al pelinegro.

Kai volvió a mirarle y por lo bajo le habló con tono curioso.

- Jimin... ¿Jungkook es virgen?

El pelinaranja miró a su compañero por varios segundos sin ser capaz de dar una respuesta. A pesar de ser simple, y claramente Kai esperaba sólo un "Sí" o un "No", Jimin no planeaba que se notara que lo estaba pensando demasiado.

- No, no lo es.

- ¿No lo es? – su tono expresó gran incredulidad – Vamos, que emana esas vibras a más no poder – dijo gracioso.

- Él me dijo que no lo era – se encogió de hombros – Pero después de todo no es mi asunto. Ni el tuyo.

- Claro que no, sólo estaba curioso.

- La curiosidad mató al gato, Kai.

El nombrado le miró con una sonrisa burlesca y luego se alejó. Jimin meditó el hecho de haber sido tan brusco, pero el tono de amenaza le había salido solo y ni si quiera sabía cuál era la razón. Y eso sin mencionar que le había mentido deliberadamente a su hermano.

Sostuvo el toallón en su mano, y agradeció que sus hermanos se habían alejado en camino hacia las cabañas para comenzar a preparar la leña para la fogata. Se agachó en cuclillas sobre el muelle y miró hacia abajo, Jungkook se sumergía en el agua y nadaba como si estuviese completamente solo y nadie le estuviese viendo. Se veía lindo. Todo lo que hacía era lindo.

El menor emergió del agua y tiró su cabello hacia atrás. Había hecho el esfuerzo de olvidarse del mundo por un rato. Su cuerpo se había acostumbrado a la temperatura del agua, le había venido perfecto el chapuzón, porque hasta hacía unos segundos todo lo que necesitaba era un baldazo de agua fría para quitarse su vergüenza, para digerir las palabras de Jackson y el hecho de estar siendo visto completamente desnudo frente a casi diez hombres.

Miró a la otra orilla, desde ese ángulo parecía más alejada que desde arriba en el muelle. Todo se trataba del punto de vista, de la perspectiva. ¿De qué manera había estado viendo al mundo y a las personas toda su vida?

- Jungkookie – escuchó detrás de él y se giró inmediatamente a ver hacia arriba del muelle. Por un segundo había olvidado que alguien podía estar viéndole – Sal de ahí o te enfermarás.

- No está tan fría ahora.

- Menudo chapuzón te gastaste – sonrió.

- Supongo que luego de que todos me mirasen el culo el chapuzón no era la parte más difícil – se sumergió un poco y volvió a salir para ver la sonrisa ladeada de Jimin.

- Y qué culo...

- Ya entiendo lo que sienten las mujeres... - soltó con sarcasmo haciendo al pelinaranja reír.

- Si te decían cosas era sólo para provocarte e incomodarte, a ellos les da igual verte desnudo o ver a cualquiera de nosotros desnudo. Ellos te ven como un hermano.

- ¿Y tú cómo me ves?

El tono le había salido un tanto provocador, y Jimin quedó perplejo. Él le miró con inocencia y no sabía si era honesta o si estaba usándola en su contra. ¿Jungkook se daba cuenta de las cosas que provocaba en él? Es decir, lo que realmente provocaba en él. Ese deseo desenfrenado que le quemaba en las manos, como una granada a punto de explotar. Porque si estaba haciendo esa carita a propósito, no sabía con quién estaba jugando.

Sonrió, no pudo hacer menos.

- ¿Cómo te veo cómo? – alzó una ceja, queriendo que fuese más específico con sus propias palabras.

- Ellos sólo ven un simple cuerpo desnudo, porque me ven como su hermano, ¿Y tú? – se acercó un poco más, quedando bajo los ojos de Jimin - ¿Qué pensaste cuando viste mi cuerpo?

- En lo mucho que quiero hacerte mío.

Jungkook se relamió los labios y fue cuando recordó que había sangrado un poco antes de tirarse al agua. Los ojos de Jimin tenían el poder de sostenerle la mirada sin que le pesara ni un poco, pero él aún trataba de acostumbrarse. Si hacía una pregunta descarada, debía esperar una respuesta descarada, ya conocía ese juego, pero le había sorprendido demasiado, más por el tono de voz sedoso de Jimin. Le había puesto el vello de punta.

Decidió no responder a eso, de momento. En realidad, quería responder con otra pregunta, pero no quería hacerlo ahí.

Salió del lago, subiendo hacia la plataforma de madera y caminó hacia Jimin, a quien se le caía la baba de tan sólo mirarle.

El mayor le tendió el toallón que llevaba en su mano y aceptándolo lo envolvió alrededor de su cintura.

Jungkook miró como sus compañeros se acercaban y algunos entre trotes, ruidosos como siempre, le palmearon la espalda, abrazaron y batieron su cabello en modo de premio por haber pasado la prueba sin rechistar.

Debía admitir que se sentía aliviado, y que realmente no había sido para tanto. Era más el peso que él mismo llevaba frente a la situación que lo que realmente era. Sus compañeros no habían buscado humillarle, habían querido ponerle a prueba, a tanta presión que no le quedase otra que superarlo. Así había sido toda esa semana de campamento.

Sonrió tranquilo y contento al ver la positividad que sus compañeros emanaban gracias a su hazaña y se dirigió hacia su cabaña para cambiarse, seguido de Jimin. Éste se apoyó en el marco de la puerta, pero fue arrastrado dentro por el mismo Jungkook, cerrando la puerta de un golpe.

- Jungkook... - el mayor jadeó por la sorpresa de tener a Jungkook a centímetros de él, casi pegado a su cuerpo.

- ¿Cómo planeas hacerme tuyo?

- Oh... ¿en serio hozas preguntarme algo así?

- Quiero saber.

- ¿En serio no lo sabes ya? – sonrió, siendo interrumpido por un beso de Jungkook – Por dios... no me beses.

- Vamos... díme cómo me harías tuyo.

Jimin sentía que la respiración se le cortaba, nadie le había puesto tan al límite con simples palabras y un solo beso. Jungkook era algo que él no podría descifrar ni en mil años. Lo que fuera que había encontrado en él, no pensaba si quiera que existía. Algo así, algo tan puro y arrasador. Tan absurdamente demoledor, aplastante en el buen sentido de la palabra, si es que lo tenía.

- Me adueñaría de ti haciéndote todas las cosas sucias que puedas imaginarte... tocándote, besándote, y... metiéndome dentro de tu cuerpo, Jungkook.

- Quieres hacérmelo...

- Sí, quiero hacértelo, siempre he querido hacértelo – afirmó con su respiración agitada mezclándose con la de Jungkook, sus labios rozándose íntimamente.

Estás jugando con fuego. Y vas a quemarte, Jimin.

Jimin quiso golpearse la cabeza.

El menor se quitó la toalla de la cintura y le besó con intensidad, queriendo impregnarse de sus labios mullidos.

- Quiero que me hagas tuyo...

- No. Jungkook– se separó un poco de él y le miró seriamente – No sabes lo que estás pidiéndome.

- Sí que lo sé. Quiero tener sexo contigo, Jimin.

Jimin parpadeó varias veces, las palabras se le habían atascado en la garganta. Ahora sí que estaba jodido.

- No... no quieres. No creo que sea el momento – su tono sonó poco convincente y Jungkook le inspeccionó con la mirada.

- Es... ¿Porque soy virgen?

- No, no es...bueno, sí. No, en realidad no – exhaló frustrado y negó con la cabeza – Quiero decir, no es el lugar, ni el momento, ¿de acuerdo? Sólo... es mejor que no.

- Entonces... ¿No quieres? – Jungkook se separó aún más de él, sintiéndose tonto por haberse animado a pedirle algo como eso. Pensaba que Jimin se sentía igual que él, pero tal parecía que no le había gustado la idea.

- No es eso... - tomó su rostro con sus manos y besó sus labios despacio – Es que... no estamos preparados, ¿comprendes?

- No... no comprendo.

- Que antes debemos pensarlo mejor...

- ¿Realmente lo piensas mucho antes de acostarte con varias personas a la vez?

Oh. Se le había salido solo de la boca.

Apretó sus labios, preguntándose cómo demonios había logrado decir algo como eso porque no era su idea ser explícito respecto a lo que pensaba de Jimin y su relación con otras personas. Ni si quiera él lo sabía con claridad. No lo sabía hasta ese momento, lo mucho que le molestaba pensar en Jimin con otros.

Peor fue cuando su hyung frunció el entrecejo y se le quedó mirando con duda.

- Eso es otro asunto, Jungkook. No tiene nada que ver con lo que tú y yo hacemos.

- ¿Cuál es la diferencia? ¿No me deseas tanto como a ellos? Pensé... que te gustaba...

- ¿Pero qué demonios estás diciendo?

- Yo... no lo sé. L-lo siento.

Tomó la toalla del suelo y volvió a taparse por completo, evitando que Jimin le siguiera viendo así.

Lo que había vivido hacía unos minutos en el lago frente a sus compañeros le había dado una descarga de adrenalina que le hizo sentir que era capaz de cualquier cosa. Pero había sido una estupidez querer arriesgarse. Al fin y al cabo, era mejor no intentarlo antes que terminar siendo rechazado, sintiéndose fatal.

Jimin al parecer tenía que pensarlo varias veces antes de querer acostarse con él, y sin embargo parecía salirle tan natural el ir a encontrarse con desconocidos o quienes demonios fuesen para follar como si nada.

- Jungkook – Jimin se acercó por detrás, abrazándole por la cintura y posando sus labios en su cuello cálido y suave, el agua ya se había secado – Me gustas, Jungkook. Me gustas muchísimo. Me gustas tanto que no sé qué hacer ni cómo sentirme. Me gustas tanto que siento que podría explotar mi pecho. Me gustas tú, tu personalidad, tu cuerpo. Y si te dije que quiero hacerte mío es porque realmente es así, porque me muero por hacerlo. Muero por hacértelo.

- Entonces házmelo...

- No puedo...

- ¿Por qué?

Al mayor ya comenzaba a dolerle la cabeza. Él simplemente no estaba apto para estar con Jungkook, no le correspondía a él tomar su cuerpo, era una cuestión de reglas. Claro que él lo sabía desde el principio, siempre se habían manejado las cosas de esa manera y jamás había tenido problemas con ello, menos siendo un sublíder. Pero simplemente tuvo que cagarla y poner sus manos encima del pelinegro, y lo hizo lo suficiente como para que ahora el chico le estuviese pidiendo tener relaciones. No había esperado llegar a tener un efecto así en él de esa manera, tan rápido y sin vacilarlo. Era cierto que había estado hacía tres meses construyendo aquella relación de confianza entre ambos con el objetivo de que Jungkook se sintiese bienvenido y con ganas de formar parte de Alpha chi lambda.

No quería que se sintiese rechazado, porque sería absurdo teniendo en cuenta lo tanto que realmente lo deseaba, pero no debía llegar más lejos de lo que ya lo había hecho.

- Lo siento, lo hablaremos cuando estemos en casa, ¿si? Ahora cámbiate y prepárate para que podamos cenar, hoy es la última noche.

Jimin había dejado la cabaña y Jungkook sintió que el silencio era todo lo que le quedaba. Intentó respirar con calma, se había sentido fatal la caída. Pensaba que estaba yendo en buena dirección, a buen puerto donde su hyung le aceptaría de la misma manera que lo hacía siempre. Encontrarse con un muro macizo frente a él le había descolocado y dejado incluso atontado.

Para cuando se reincorporó todos estaban afuera con las llamas flameando en la fogata, reunidos como una familia, hablando algunos y otros cantando y bebiendo.

El sol ya se había ocultado, pero tras las montañas aún se veía una línea luminosa que contrastaba con el cielo que comenzaba a tornarse lleno de estrellas.

No tardaron en tenderle un vaso de cerveza e invitarle a sumarse.

Baekhyun y Onew estaban tocando la guitarra interpretando canciones que el resto de sus compañeros pedían y eran acompañados por Key tocando unos tambores con las palmas de sus manos marcando el ritmo.

Jungkook se juntó con Ten y el resto de los más jóvenes, bebió mientras observaba de lejos a Jimin, quien cantaba entre risas en compañía de Jackson y Kai.

En ese mismo instante, donde perdía sus sentidos en todo lo que Jimin hacía, era donde se daba cuenta que nunca había sentido a su corazón latir realmente.

Miraba a Jimin y anhelaba tanto que girara su rostro y le mirara para encontrar sus ojos juntos. Anhelaba una simple sonrisa dedicada a su persona para que le hiciera sentir que estaba pensando lo mismo que él.

Nunca se había sentido así, sin aire y con el corazón casi desbocándose en su pecho por sentir más de él, por tenerle cerca y que le mirase, que le diese su atención.

No sabía cómo había terminado sintiéndose tan desaforado por él, no sabía en qué momento había terminado cavando tan dentro suyo, tan en lo profundo hasta llegar al interior de su pecho. No sabía si habían sido sus palabras alentadoras, su inteligencia, esa manera tan natural de sonar fascinante y audaz, o si habían sido sus sonrisas y su mirada llena de descaro.

No sabía qué había sido ni cómo había logrado tenerle de esa manera, porque cuando Jimin le había dicho que gustaba de él había pensado que era lo más extraño que había escuchado y quizás había sido ese momento donde su corazón había empezado a cambiar el significado de sus latidos, o tal vez la primera vez que le había tocado, o aquella ocasión donde se habían besado y por primera vez sintió un mundo nuevo abrirse ante él.

Dolía y ni si quiera sabía qué era lo que él y Jimin tenían. Ni si quiera sabía si en realidad tenían algo. Lo único que sabía era que había desatado sentimientos en forma de torbellino que no podía controlar.

Y fue cuando Jimin finalmente desvió su atención del resto para dirigirla sólo a él que se sintió reivindicado en el mundo nuevamente. Era lo suficiente para hacerle olvidar quién había sido él alguna vez. Aquel chico inseguro, sin gracia y deprimido que solía ser.

Porque Jungkook ya no sería el mismo de siempre.





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