16. Una boca húmeda y cómoda
Jimin se encargó de cerrar las cortinas de las ventanas para que nadie pudiese ver lo que fuera a suceder dentro de su cabaña, además, ya había oscurecido y era momento de cerrarlas para prevenir el pasaje de luz por la mañana.
Mientras tanto el menor le observaba parado en medio de la habitación, estático sin saber qué más hacer. El contrario se giró a verle y se acercó a él con pasos tranquilos. Tan tranquilo que casi parecía no expresar emoción alguna, en cambio, Jungkook podría haber perdido la visión y desmayarse por la fuerza con la que las emociones se revolvían.
Cuando el pelinaranja estuvo casi pegado a él retuvo el aliento.
- Respira - le sonrió dulce.
- Estoy... nervioso... - fue lo que alcanzó a expresar con su voz ahogada. Jimin quería devorárselo justo allí.
- Tranquilo, no haré nada que no se sienta bien... y si quieres que me detenga sólo tienes que decirlo.
Ladeó un poco su cabeza para posar castamente los labios sobre los del menor, sobre esa superficie tersa pero temblorosa. Le sostuvo de las mejillas con firmeza para darle seguridad y profundizar el beso, donde sus lenguas se encontraron y lamieron por un tiempo prolongado.
- Quiero besarte mucho más, Jungkook... quiero comerte entero, lamerte, hacerte llorar del placer – le susurró sobre los labios, dejando besos en ellos, luego recorriendo hasta la comisura y bajando hacia su mentón – Eres tan bonito que quiero hacerte de todo... - besó su cuello y mordió despacio, escuchando un jadeó sorpresivo en respuesta – Quisiera... borrar todos los lunares de tu cuerpo con mis besos.
Lamió repetidas veces el lunar en su cuello, haciendo círculos con su lengua y haciéndole temblar.
Se separó para mirarle nuevamente a los ojos. Jungkook luchaba para mantenerle la mirada, sin embargo, no podía evitar mirar hacia otro lado por algunos segundos para descansar su corazón.
- Vi que tienes dos bonitos lunares en tu muslo... ¿Me dejarías besarte ahí?
El pelinegro palideció. ¿En qué momento había notado esos dos lunares allí? La mueca de Jimin en una sonrisa traviesa le hizo sentir sus piernas temblar, hizo todo lo posible por no caer. Subió y bajo la cabeza, asintiendo lentamente.
El beso en su cuello se había sentido aterradoramente bien, toda su piel se había erizado y había atinado a juntar un poco sus hombros.
Tragó duro cuando Jimin se agachó, poniendo sus rodillas contra el suelo y apoyando sus manos a los lados de sus piernas, acariciando su piel en sube y baja lentamente. Sus manos eran cálidas y muy expertas a la hora de acariciar, sabían cómo estremecerle.
Apoyó sus labios abultados contra su muslo, arriba de su rodilla, y él se mordió el labio fuertemente porque todo su cuerpo tembló por una ola de calor que había emergido desde su vientre.
Jimin lamió en profundidad esos dos pequeños puntos en la piel levemente salada por el sudor de haber estado jugando fuera. Sostuvo con ambas manos su muslo por detrás y comenzó a desviar los besos hacia el interior y subiendo, levantando el borde del short que se interponía con su nariz y rozando su piel, sintiendo el aroma de Jungkook. Éste ahogó un gemido que vibró en su garganta, todo su vientre inferior se revolvió y su miembro se sacudió instantáneamente por sentir la lengua de Jimin subiendo por su muslo y tentando llegar a su ingle.
Se detuvo y sólo ahí pudo volver a respirar con normalidad.
- Jungkookie... - le sonrió desde abajo viendo que tenía los ojos tan negros y brillantes, su labio inferior rojo de tanto mordérselo. Era una obra de arte, y quería verlo aún más excitado, perdiendo la cabeza. Así que haría lo que tenía planeado para él – Quiero hacerte algo especial, ¿me dejarías?
- ¿Qué es...?
- Dame tu mano.
Con duda, obedeció al pedido y le tendió la mano derecha. Jimin le tomó de la muñeca y no tardó ni un segundo en llevarse su dedo índice a la boca.
Sus ojos café se conectaron con los negros del menor y éste quedó hipnotizado viendo cómo su hyung chupaba su dedo con movimientos muy lentos y succionando. Lo metía y lo sacaba suavemente como un chupete. No pudo evitar sentir su miembro palpitar, pero fue peor cuando dejó su dedo y le sonrió antes de decir:
- Quiero hacerte eso, pero aquí – dijo apoyando su mano derecha sobre la entrepierna contraria. Jungkook permaneció perdido, pero Jimin fue demasiado explícito después – Quiero chupártela.
No esperaba algo así.
Nunca le habían hecho algo como eso, jamás en la vida, pero no iba a mentir, se lo había imaginado alguna que otra vez. Luego de haber visto videos porno en su "investigación" sobre el sexo, aquello era una práctica de lo más común, pero nunca pensó que pudiese realmente saber cómo eso se sentía. Jungkook tenía siempre esa sensación de que nunca llegaría a experimentar ese tipo de cosas con alguien más. Pero al final, la oportunidad estaba frente suyo.
Tenía miedo, pero a la vez el dolor en su miembro le hacía saber lo tanto que ansiaba aquella idea. No era cualquier cosa que un chico como Jimin quisiera chupársela, era como un milagro que un chico tan atractivo y con experiencia sexual de sobra tuviese interés en él.
¿En serio quería hacerlo?
Se avergonzó demasiado con el pensamiento, además ni si quiera se había vuelto a duchar.
- Pero... estoy todo sudado...
- No me importa, eso lo hace más excitante... me gusta tu sabor, Jungkook, el de tu piel limpia y el de tu piel sudada... tienes además un aroma demasiado delicioso, se me hace agua a la boca de pensar en probar cómo sabes aquí abajo.
Jungkook casi se ahoga con su propia saliva, por reflejo se llevó su mano a su entrepierna, las palabras de Jimin eran poderosas, le habían provocado una punzada incómoda que no pudo evitar apretarse para intentar calmar la sensación.
- ¿Te excita que te hable así? – preguntó, inclinando la cabeza – A mí también me excita hablarte así... - le besó el muslo una vez más – Estoy duro, Jungkookie... y es de tan solo pensar en lo mucho que quiero tener tu polla en mi boca... por favor, déjame probarte e inundarte de placer...
- Me da... vergüenza – admitió apenado.
- Relájate... no hay nada de lo que tengas que avergonzarte... déjate llevar, quiero que lo disfrutes y te olvides de todo, que sólo te centres en ti y en mí, en lo que te hago sentir. Que no te de vergüenza jadear, llamar mi nombre, pedirme por más. Hazlo. Me volverás loco si lo haces, quiero que lo hagas, Jungkook.
Las manos de Jimin estaban posadas en sus caderas y le miraba desde abajo con unos ojos tan atrapantes y convincentes que podría asegurar que con sólo una mirada podía convencerle de saltar de un edificio, arriesgarse a todo y mucho más. De alguna manera le hacía sentir como si fuese el principio de algo grande, de algo más grande que él. Más grande que ambos.
Y aunque oliese a peligro por lo desconocido, él lo quería. Comenzaba a querer todo lo que Jimin tenía para ofrecer.
Asintió lentamente y se ganó una sonrisa como premio.
- Mantén levantado el borde de tu camiseta – le pidió con tono suave.
Hizo lo que le dijo y levantó su prenda dejando al descubierto parte de su abdomen. El pelinaranja depositó un beso bajo su ombligo y comenzó a deslizar hacia abajo su short y sus bóxers.
Aquella era la primera vez que alguien le veía completamente desnudo.
El mayor bajó hasta sus muslos las prendas y miró la dureza del miembro de Jungkook, tieso por completo y levantado contra su vientre.
Dijiste que sólo probarías un poco. Dijiste que sólo sería un beso. Un beso y no más.
Jimin se mordió el labio inferior, su corazón comenzaba a latirle fuerte. Jungkook se había tapado el rostro con parte de su camiseta. Tenía al chico casi desnudo frente a sus ojos, duro por él.
Respiró pesado. Y se inclinó hacia delante.
Detente. Ahora.
El color le subió a la cara al menor sintiendo demasiado calor, el cual se hizo aún más intenso cuando sintió la lengua de Jimin sobre él.
Soltó un jadeo de la impresión, dando un leve sobresalto. Jimin había abierto la boca, sacado su lengua y dado una marcada lamida contra su glande, degustando el pre-semen que claramente se había manifestado fuera de su cuerpo porque había estado excitado desde que le había besado.
La sensación había sido aguda e intensa, la humedad y la suavidad de la lengua de Jimin era tan escurridiza que le había hecho palpitar el placer en su cuerpo.
Fueron unos pares de lamidas lentas y él intentaba no retorcerse, pero su cuerpo reaccionaba sin más a la sensación tan nueva.
- Me encanta... - jadeó Jimin, su aliento caliente dio de lleno sobre su miembro, y luego sintió sus labios besando su piel y succionando, dando chupones a lo largo del falo.
Jimin jugueteó por un buen rato, olvidándose de los pensamientos intrusivos de su cabeza, siendo liderado por la lujuria y las ganas de recorrer con su lengua toda la piel sensible de Jungkook.
Cuando rodeó todo su pene con su boca, sus labios se cerraron sobre él, suaves pero poderosos, una combinación matadora, Jungkook sintió un fuego tan fuerte que le hizo dudar de la estabilidad de sus piernas. Gimió sin poder guardárselo y mordiendo la tela blanca de su camiseta para amortiguar los sonidos que inevitablemente comenzaba a vocalizar como si fuese un rezo; constantes y compulsivos.
Ahora no sólo era la mirada de Jimin la que le tragaba, sino su misma boca, le estaba devorando el miembro y se sentía tan terriblemente explosivo e intenso que no sabía si quería alejar a Jimin o enterrarse aún más en esa boca tan húmeda y cómoda.
Con el pasar de los segundos, Jimin sentía que no podía parar. Los quejidos entonados de manera erótica de Jungkook, incluso aunque él no lo hiciese apropósito, le encendían y motivaban a tomarle con más fuerza. Quería darle todo eso, quería que temblara de esa forma tan hermosa y genuina.
Desde sus caderas llevó sus manos hacia el trasero del menor, sintiendo la agradable forma de sus glúteos, pero el dueño se encargó de tomarle las manos y devolverlas hacia su cadera, impidiéndole que le apretara las nalgas.
Jimin tuvo que reprimir una risita, le había parecido un gesto tan inocente, adorable. Jungkook era algo que nunca había visto ni probado, sin dudas.
El pelinegro sintió que sus piernas perdían fuerza. En definitiva, no podía ya mantenerse en pie, todo su cuerpo estaba perdiendo estabilidad porque la boca de Jimin ensalivando su pene con movimientos audaces de su cabeza y volviéndolo agradablemente resbaladizo le estaba generando tantas descargas eléctricas que todo en él temblaba.
- Ji-jimin... ahh... yo... – apretó los hombros del chico para no dejarse caer. Le costaba hablar y respirar sin gemir – N-no puedo... no puedo mantenerme de pie... - estaba sudando, le costaba hilar las palabras, sus ojos se cerraban por el placer. Jimin deslizó el pene fuera de su boca, provocando un sonido húmedo – Por favor... dame un respiro.
El nombrado se separó de él, dejando su miembro y dedicándole una sonrisa comprensiva. Jungkook intentó controlar su respiración, sentía que le faltaba energías en todo el cuerpo.
- Recuéstate en el suelo – la voz de Jimin fue suave. Jungkook hizo lo que le dijo, recostándose sobre le suelo de madera y descansando su cuerpo conmocionado.
Sintió las manos de Jimin acariciarle las piernas y dejando besos en ellas.
Por Dios, sentía que era capaz de derretirse en ese instante.
Levantó un poco su torso para ver la cabeza de Jimin entre sus piernas nuevamente y volviendo a devorarle por completo, subiendo y bajando contra su miembro, engullendo su falo hasta que éste tocaba con el glande su garganta doblando en el arco del fin de su paladar. Imposible que una persona se llevase algo hasta allí sin ahogarse o tener arcadas, pero Jimin parecía disfrutarlo. Jungkook hizo el esfuerzo de alzar la cabeza para mirar cómo la cabellera de Jimin, despeinada pero brillante, caía sobre su frente sudada.
Húmedo, cálido y suave. Jungkook se retorció sobre el suelo de madera, queriendo apresar la cabeza de Jimin entre sus piernas, pero manteniéndose al margen, moviéndolas inquietas y balanceándose de lado a lado cuando las pulsaciones de su pene se hicieron más fuertes e insoportables. El calor azotándole y el placer hirviendo en su vientre, cosquilleando y vibrando de forma violenta para propagarse por todo su cuerpo.
Arqueó la espalda, empujando su cabeza contra la madera lo más que pudo y sintiendo sus ojos yéndose hacia atrás.
- Voy...-v-voy a c-correrme... Jimin... quítate...– Jimin hizo más presión y aumentó la velocidad – ¡Jimin!
Dobló sus rodillas, acercándolas a su abdomen y sostuvo a Jimin del cabello y tironeó para separarle, pero el mayor no iba a detenerse hasta que él se corriera en su boca.
Jungkook gimió su nombre desesperado varias veces más, y para Jimin fue lo mejor que había escuchado en mucho tiempo, culminando todo con el sabor de la victoria, Jungkook viniéndose contra su garganta y en su lengua, desbordando el semen de su boca.
Todos los músculos de Jungkook tiritaron llenos de excitación y el alivio le inundó, al igual que aquella vez cuando se había frotado contra Jimin y liberado ese dolor en su entrepierna que le hacía perder la cabeza.
Respiró agitando, intentando tomar todo el aire posible. Las gotas de sudor resbalaban por su frente y cuello, se sentía levemente mareado, probablemente por la conmoción del orgasmo que le mantenía flotando en su mente, en la exquisita sensación tan cálida y húmeda de la boca del mayor.
El silencio era sólo interrumpido por su respiración y por los leves movimientos de Jimin. Miró al mayor, sonrojándose por ver cómo se relamía los labios en su comisura para retirar por completo los restos de semen. Había ingerido todo como si nada, incluso su miembro había quedado más que limpio. Decir que estaba avergonzado era poco, pero no podía dejar de mirar a Jimin ni por un segundo, sus labios brillantes y rojos resaltaban en contraste de su piel pálida. Sus mejillas también estaban algo coloradas.
Con un tacto cuidadoso, Jimin lentamente subió su ropa interior y luego su short, acomodándole las prendas como si nada hubiese sucedido.
El pelinaranja se recostó a su lado y giró su rostro para verle, encontrándose con la mirada atenta de Jungkook. Era como si estuviese preguntándole algo, o quizás sólo le miraba perplejo por lo que había hecho. Pero, por sobre todo, la dulzura de sus ojos era lo que más destellaba, derritiendo todo en su interior.
- Estuviste genial, Jungkook – sonrió - Me encanta cómo gimes, cómo reacciona tu cuerpo... tan sensible y hermoso. Y además tan rico – y ahí Jungkook desvió sus ojos con timidez.
- No quería... acabar dentro de tu boca, no es... limpio.
- Era lo que más quería que hicieras – le sonrió asegurándole que era cierto. Jimin se mordió el labio sensualmente y se acarició el bajo vientre – antes de hacértelo ya me estaba poniendo duro al anticiparme.
- ¿E-estás... éstas duro ahora? – tartamudeó un poco al tomarle desprevenido.
- Sí, lo estoy, demasiado – se movió un poco y Jungkook pudo apreciar el gran bulto haciendo presión contra el pantalón deportivo – Así es como me tienes. Y duele. ¿Te molesta si me toco ahora? En frente de ti.
Los ojitos de Jungkook permanecieron bien abiertos y estáticos sobre el rostro de Jimin.
Sintió vergüenza de sus propios pensamientos. Porque éstos le decían que quería verlo, quería ver a Jimin tocándose.
Se relamió los labios, pero no pudo responder, porque Jimin ya había deslizado lentamente su mano por su vientre, levantando su camiseta y acariciándose el bulto sobre el pantalón. Bajó su mirada para ver cómo se tocaba, y eso era todo lo que el mayor quería, que le viera bien desde el primer hasta el último segundo.
Jungkook vio cómo se bajaba el pantalón y su ropa interior, su miembro golpeó contra su vientre y los ojos del menor siguieron el movimiento con detalle y haciéndole quedar boquiabierto. Un jadeo se le escapó cuando Jimin comenzó a tocarse sin pudor alguno, apretando su miembro con fuerza desde la base y subiendo a la punta, haciendo un fuerte y rápido vaivén allí para luego volver a descender hasta la base.
Estaba rojo e hinchado, las venas resaltaban llamativas contra la sensible piel, transparentándose por completo. Jimin movía su piel de arriba abajo y Jungkook la observaba cubriendo y descubriendo su glande. Éste estaba casi morado y brillante, humedeciéndose por el fluido que escurría de su hendidura.
Sólo levantó su mirada cuando Jimin gimió roncamente, arrastrando un sonido por su garganta cuando se apretó y frotó fuerte, removiéndose sobre la madera y teniendo los ojos entrecerrados. Sus labios entreabiertos eran constantemente lamidos por su lengua juguetona. Se veía tremendamente sexy así, Jungkook no pensó que ver a alguien masturbarse lo encontrase tan fascinante. Quizás era sólo porque se trataba de Jimin.
Jimin gemía sin guardarse ni un solo sonido, estaba tan excitado que quería que Jungkook escuchase todos los ruidos lascivos que él podía hacer, incluso el húmedo sonido de su mano moviéndose sobre su pene.
- Me excita tanto que me estés viendo... - jadeó corto de aire – Me excita mucho... - sonrió un poco y arqueó un poco su espalda, cerrando sus ojos con fuerza – Siempre que me masturbo pienso en ti...
Jungkook no se esperaba eso, su corazón comenzó a latir desenfrenado.
- Pienso en cómo se vería tu cuerpo desnudo, en mi boca besándote todo, lamiéndote el cuello, el vientre y luego chupándotela. Pienso en tu boca en mi polla, en lo lindos que se verían tus finos labios rodeando todo mi pene. La forma en la que me la chuparías, tan dulce y suave. Y luego te imagino mordiéndome, mordiéndome fuerte y...- la voz le tembló al sentir un sacudón de su miembro en su mano, aumentando el ritmo – y me corro sobre tus labios y tu boca – gruñó alto, endureciendo el agarre, apretando y frotando sobre el glande hasta que eyaculó salpicando finos hilos de semen contra su propio vientre. Sus abdominales se contrajeron, sus caderas se levantaron hasta dejar soltar todos sus fluidos sobre su piel.
Su pecho subió y bajó repetidas veces mientras cerraba sus ojos y se relajaba por completo aún con su miembro contra su estómago.
El menor tenía la boca y garganta secas. Sus ojos no se permitían parpadear en lo más mínimo, miraba el miembro rojo de Jimin, luego su cara con sus labios abiertos y volvía a bajar. No tenía si quiera espacio en su mente para pensar en otra cosa que no fuese cómo se veía Jimin luego de aquel orgasmo, sudado y agitado. Tampoco podía evitar mirar con intensidad su miembro. Por momentos quería tocarlo, pero no se animaba a hacerlo. Estaba seguro que se sentiría caliente y suave por su textura, pero duro por la excitación a pesar de estar bajando ya un poco.
Le gustaba, le gustaba mucho lo que veía, no había otra forma de justificar aquella atracción tan inminente y demoledora. Todo en Jimin le hacía sentir así, cada vez iba en aumento, como si no pudiese tener un fin próximo a verse. Se encontraba con aquella sensación sin límites que le absorbía con locura.
Tanto era así que se inclinó sobre él sin dudarlo para sumir a ambos en un beso tan profundo como los latidos de su corazón, como sus pensamientos llenos de Jimin retumbando en su cabeza, y como sus sentimientos brotando de su propio pecho.
* * *
Hola, gente bella 💙
La edición de los caps me está llevando bastante tiempo, pero la verdad lo estoy disfrutando. Creo que es imposible dejarlos tal y como estaban, me gista leerlos una vez más e ir modificando cosas en el proceso para que queden mejor.
Paralelamente ando también muy ocupada, pero intentaré seguir editando algo en estos días.
Disfruten del capítulo y no se olviden de votar si les gista la historia 🌈
Tengan buena semana 😘
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