Capítulo trece: "Manos a la obra"
Para empezar con su nueva memoria, sería bueno recordar que apenas Akaza le dio la información de la luna demoniaca, Kyōjurō la entregó a los demás pilares para que llegaran a organizarse en cómo la matarían.
Lo primero que llegó a decir, fue el número de la luna y su ubicación, donde reveló que el demonio era la luna superior seis que estaba ubicada en el distrito rojo, y que no solamente era un demonio, sino que eran dos. Una pareja de hermanos, un alfa y una omega. La hermana se hacía pasar como humana bajo la identidad de Warabihime, una oiran de dicho distrito; mientras que el hermano estaba oculto junto a ella.
Está más que claro que hubiera dado hasta más detalles de la información que le dio Akaza, pero si daba absolutamente todo, sería demasiado sospechoso cómo habría descubierto esos detalles. Esa es la principal razón por la que no pudo contar que el hermano cuyo nombre era "Gyuutaro" en realidad estaba dentro del cuerpo de la demonio llamada "Daki".
Tuvo que practicar cómo diría las cosas, como llegar a comentar que hubo desapariciones en el distrito rojo, cosa que llegaba a ser cierta, y que el hecho de que no hubiera rastros de los cuerpos ya hacía sospechar de la presencia de un demonio. Y que a juzgar por la cantidad de gente, se trataría de una luna demoniaca. Mientras que respecto al nombre de la oiran, Kyōjurō mencionó que escuchó a más de una persona decirle que había algo muy "extraño" en el lugar donde "Warabihime" se encontraba, incluso mencionó que ella nunca salía a menos que hubiera poca luz del sol, aparte de que el aura que transmitía no mostraba nada más que peligro e incluso una sensación de muerte.
Inventó una buena parte de lo que dijo sobre cómo se enteró del demonio, pero como sonaba tan similar a los testimonios que los cazadores recibían diariamente, no mostraron sospecha alguna. Fue algo realmente útil que confiaran tanto en él, cómo para no pensar en lo preciso que resultó ser al momento de dar hasta el nombre de la casa en la que se escondía la demonio. Tuvo suerte, demasiada. Y esperaba que esa suerte se mantuviera hasta que tuvieran que pelear, porque por lo que recuerda de las palabras de Akaza, "Gyuutaro es muy protector con su hermana, y Daki es bastante letal, aparte de que los obis que maneja son molestos". Tuvo cada una de esas palabras en cuenta cuando fue al distrito rojo acompañado de Tengen, quién sin dudarlo fue con él, sin siquiera llegar a pedírselo. Era buen amigo y compañero sin duda.
Aunque dejando eso momentáneamente de lado, comenzaron a organizarse sobre qué harían para tener la ventaja contra su próximo enemigo, pues atacar sin una estrategia sería directamente un suicidio; también hacerlo solamente ellos dos sin algún apoyo, por lo que lo primero que hicieron fue buscar una ayuda más y aunque al inicio la idea de Tengen fuera buscar alguna chica para vigilar desde dentro del escondite junto a sus esposas, que también estarían participando en el plan para encontrar el momento perfecto para atacar a la demonio, pues en lugar de poder tomar a una cazadora de demonios, ellos... tuvieron otros voluntarios. Uno que llevó a dos más con él, sí "él", porque ya estaba más que claro que la persona que se ofreció a ayudar era alguien del género masculino, igual que los otros muchachos que lo acompañaron. ¿Quiénes resultaron ser estas personas? Pues resultó ser su alumno Kamado Tanjiro, junto a los chicos llamados Inosuke y Zenitsu.
No puede negar que claramente no se esperaba eso, pero en lugar de mencionar algo, pues él junto a Tengen ya estaban alistando a los muchachos para entrar al distrito rojo. Fue la primera vez que trató de maquillar a alguien y aunque quisiera ser optimista, pues llegó a dudar mucho, pero mucho, sobre si había hecho un buen trabajo o no.
De acuerdo, si debía ser sincero no tenía muchas ganas de recordar lo complicado que había sido colocar el maquillaje en el rostro de su alumno, para luego todavía sentir una pequeña frustración al pensamiento de que pudo haber quedado mejor. Prefiera mil veces recordar cuando dijeron que la estrategia sería la siguiente: Vigilar los movimientos de "Warabihime" por unos días, saber por dónde se movía durante el día y durante la noche, para luego ver en qué momento podrían atacarla. Aunque si la encontraban a punto de atacar a alguien, ya dejaron en claro que podrían poner las manos a la obra.
Y después de repasar ese plan por quién sabe cuántas veces ya, por fin se dirigían a su destino.
Kyōjurō había tratado de mantener la calma, pues estaba preocupado por la idea de cuanta gente podría terminar herida, en el mejor de los casos, y muerta, en el peor escenario. No pensaba dejar que pasara lo segundo de ninguna manera, por lo que con mayor esfuerzo tuvo que buscar la calma, recordarse que tampoco es como si dejara que lo peor fuera a ocurrir en primer lugar. Usará toda su fuerza para cumplir su misión, usará todo el tiempo en el que estuvo entrenando con Akaza para proteger a los civiles y a sus compañeros. Dará absolutamente todo de sí para cumplir su deber, y una vez cumpla, podrá poner en marcha el plan que nada más guarda para él y para cierto demonio.
Teniendo en cuenta que si ganaba ahora, esa sería su recompensa, nada más hizo que sus labios formaran una sonrisa. Claro, cuando uno hace algo y hay otra cosa esperándolo, por muy mal que suene, es eso lo que lo motiva a trabajar mejor. No es como si la seguridad de los civiles y salir con vida no fuera suficiente para motivarse, sino que agregando ese pequeño extra, sin duda está hasta más determinado a cumplir. Su sonrisa ahora lo demuestra.
Y cómo no se molestó en ocultarlo, hasta llamó la atención de Uzui, quién inmediatamente se lo hizo notar.
"—Te ves muy contento ¿Emocionado?" —preguntó el pilar del sonido.
Bueno, si debía ser sincero, lo estaba.
"—Un poco, pero trato de calmarme. Creo que estoy algo nervioso" —respondió apenas pudo, eso contaba como estar "emocionado" ¿O no? Esperaba que sí.
"—Hm, no se te ve 'nervioso', si te soy sincero. En realidad creo que se te nota algo más" —comentó llamando la atención de Kyōjurō, ¿De verdad no es nerviosismo lo que ve en su rostro? Es algo bastante raro— "¿En qué piensas, Rengoku?".
"—Diría que en nada, ¿Por qué?" —preguntó ahora él, pues no podía contarle tan fácilmente qué tenía en la cabeza.
"—Estás sonriendo mucho" —mencionó. Alto ¿Eso era algo tan peculiar acaso?
"—Siempre lo hago, Uzui" —le recordó. No debería ser nada nuevo.
"—Se te ve alegre" —otra cosa que no debería ser peculiar.
"—Casi siempre estoy alegre" —le recordó. ¿Qué tenía eso de nuevo? Por favor que hablara de una vez.
"—No intentes engañar al Dios de las festividades" —respondió con parte de su característica presentación. Al menos va directo al punto—. "Se te ve hasta más alegre que de costumbre estos días, incluso ahora que iremos a acabar con una luna demoniaca. ¿Qué tienes en mente?" —preguntó un poco más directo. ¿De verdad se me veía más alegre que de costumbre? ¿Tanto como para preguntar si había un motivo para mostrar esa diferencia?
"—Bueno...".
"—Y sé honesto conmigo, sabes que te preguntaré tanto cómo deba de hacerlo para saber".
De acuerdo, ¿Debe admirar o maldecir la persistencia de su amigo? Primera vez que tiene esa duda y no está seguro de querer responderse.
"—Espero que todo termine bien luego de esta misión, hay algo que debo hacer" —respondió sin dar suficientes detalles, pero entregando una respuesta de todos modos.
Ve como Tengen cambia su expresión por un segundo, incluso cómo aparece un peculiar brillo en sus ojos. Conoce esa mirada desde que la vio por primera vez. Algo despertó la curiosidad del autoproclamado Dios de las festividades, y sabe que si no la sacia, no lo dejará tranquilo. Definitivamente quiere maldecir eso en este momento, solamente este momento, nada más por esta vez.
"—Algo" —repitió con una sonrisa—. "Y ese 'algo', ¿Se puede saber qué es?" —volvió a preguntar. Nota un tono juguetón, tal vez ya se imaginó una o hasta mil cosas con sus palabras. Sí, definitivamente va a maldecir la situación.
"—Hay alguien con quien tengo que hablar" —respondió. Ni siquiera puede mentir y la tentación de maldecir a viva voz era cada vez más alta. Por ahora, detesta la curiosidad de Uzui.
"—Alguien" —volvió a repetir mientras llevaba una amano a su mentón—. "Estás más alegre que de costumbre y tienes a 'alguien' a quien ver" —resumió la situación. Desde allí el rubio puede ver venir muchas cosas— "¿Y quién sería ese alguien? ¿Un hombre, una mujer? ¿Un amigo... o un amante?" —sí, definitivamente lo veía venir. Cada una de esas preguntas las había imaginado hace tan sólo unos segundos. Todo porque había pasado bastante tiempo desde que Kyōjurō le había mencionado a Tengen que llegó a conocer a alguien, y como según el pilar del sonido, él se veía "más alegre de lo habitual", pues no era difícil adivinar que le preguntaría qué relación tenía con la persona que aparentemente lo alegraba tanto.
"—Te contaré de él luego ¿Te parece?" —propuso para mantener sus asuntos en privado, pero de la misma manera darle una respuesta a Uzui sobre el género de quien "lo hacía ver más alegre".
"—Hecho, ahora tengo otra motivación para salir vivo de esto" —respondió con una sonrisa. ¿De verdad le importaba tanto como para decir eso? Apreciaba un poco el interés de su amigo, pero ¿El hombre, el beta "más extravagante del mundo", el "dios de las festividades", buscaba ser el "dios de los chismes" también? No quiere ser grosero, pero es inevitable no pensarlo.
"—Estás muy curioso ¿No?" —preguntó al ver todo su interés.
"—Podría ser, puede que por fin llegó la persona indicada a tu vida, ¿Recuerdas que una vez lo hablamos?" —dijo recordándole el tema que aparentemente lo había llevado hasta donde está ahora con Akaza.
Claro que lo recuerda.
"—Sí, ya que me lo mencionas, sí" —respondió pensando en eso. No está seguro de si deba perderse en sus pensamientos sobre ese asunto, pues no tiene tiempo para eso y menos tiene interés, ahora que reflexiona un poco más.
"—¿Entonces es el indicado? —preguntó claramente interpretando a modo de broma que la respuesta de Kyōjurō no era una afirmación a si todavía tenía en la memoria cuando hablaron sobre tema del amor. Oh, sí será hijo de... No. No, no, no. Mejor no decir nada sobre eso.
"—¡Sabes perfectamente que no me refiero a eso!" —exclamó con una sonrisa que hacía el mayor esfuerzo para mantener su naciente molestia oculta. Lo único que recibió fue una carcajada, sí, su querido compañero lo sabe perfectamente.
"—Tranquilo, tranquilo solamente te molesto" —aclaró mientras movía su mano derecha, quizás una manera de echar hacia un lado la molestia o para restarle importancia al asunto.
"—Algo me dice que no debí mencionar esto" —comentó tratando de mantener su sonrisa lo más amistosa posible.
"—Pero lo hiciste y luego me vas a contar más" —le recordó lo que habían dicho hace tan sólo unos minutos. Ahora se estaba arrepintiendo de mencionar a su querida alegría.
"—Tú lo dijiste, será luego" —comentó ya queriendo dar por finalizado el tema. Debía tener su concentración en otro lado y ese lado claramente era su misión.
Luego de otra risa proveniente de Tengen, se dio finalizado el tema o mejor dicho dejado de lado para mucho después. Tal y como habían concordado, lo dejaron para otro momento, para luego de la misión en la que definitivamente planeaban salir con vida. Y que por cierto, comenzó ese mismo día con la primera fase: Infiltración y vigilancia.
Hay muchos detalles que no quiere mencionar debido a lo monótono que resultaron en el trascurso de la misión, pero en resumen: Pasaron varios días en los que observaron los movimientos de la oiran. Al principio fue un tanto complicado, pero lograron obtener buenos resultados... en la mayoría del tiempo, porque poco tiempo antes de la noche en la que comenzó lo más complicado de la misión, estuvieron una que otra vez a punto de ser descubiertos por la demonio. El alivio apenas llegó a sus cuerpos cuando nada más por milagro, ella elegía dejar pasar cosas como estar viendo como Zenitsu, quien había entrado bajo el nombre de "Zenko", se encontraba muy a menudo a hablar con Hinatsuru, que por cierto, había entrado mucho antes que Zenitsu, para que no los vieran relacionados. Cosa como esas les habían sacado uno que otro susto, y cuando estaban por terminar en una situación similar, el alma se escapaba de sus cuerpos por menos de medio minuto.
Aunque fue peor cuando un día de esos, Hinatsuru había "enfermado" y se vio forzada a irse. Eso claramente no era una enfermedad, luego de un tiempo descubrieron que en realidad había sido veneno. ¿Cuando descubrieron eso? La noche en la que se habían enfrentado a la demonio llamada Daki, anteriormente conocida como "Warabihime". Hubieran ido a darle tratamiento antes, pero la razón por la que no lo hicieron, fue dicha mediante una pequeña nota que la joven había dejado de la forma más discreta posible. La vigilaban.
Perdieron una persona, y luego perdieron dos, casi de la noche a la mañana. Era más que obvio que aquello fue producto de Daki. Kyōjurō rezó por que ella no haya matado a las dos desaparecidas y se puso a hablar con Tengen sobre qué tan pronto deberían actuar.
La respuesta se dio sola, una noche en la que los tres muchachos que quedaron intentaron hallar rastros de Makio y Suma, donde no solamente las llegaron a encontrar... sino que también hallaron como sorpresa por parte de Daki, que esta había intentado matarlos a todos. Allí fue donde él junto a Tengen habían entrado en acción y observaban la verdadera forma de la demonio.
Ahora que recuerda la primera vez que la vio cara a cara, se da cuenta de que tenía una pequeña opinión sobre ella. Era una mujer bastante hermosa a pesar de su actitud tan orgullosa. Fijándose nada más en su apariencia, ya entendía cómo pudo permanecer oculta por tanto tiempo, fuera de su actitud, no había nada más que la hiciera encajar en la palabra "demonio". Es una observación irrelevante, carente de alguna importancia, pero bueno, es un comentario hecho ya luego del combate. No interesa.
Y ahora que se da cuenta de cuánto tiempo se ha tomado para describir el inicio de la misión, se dio cuenta de que es demasiado largo para un "resumen". Y eso que todavía falta recordar el combate... por alguna razón se llega a sentir cansado por esa simple idea.
Mejor saltarlo o mencionar a grandes rasgos lo que había pasado allí. No es que quiera ser perezoso, pero describir una pelea completa si daba cierto nivel de agotamiento, más cuando en realidad no está interesado en ella. Prefiere decir las siguientes palabras para dar una idea de cómo fue aquella noche en el distrito rojo: Caos, sangre, heridas, agotamiento, falta de aire y sorpresa por ver que Gyuutaro intentó cuidar a su hermana con uñas y dientes cuando la atacaron, ah y también mucha, pero mucha, pero en verdad mucha sorpresa al ver cómo el cuerpo de Nezuko cambió para enfrentar a la luna superior y cómo Tanjiro tuvo que calmarla para no causar más destrozos de los que de por sí había en ese lugar. Por un momento le recordó a la misión que tuvo en Tokio, pero la diferencia entre esa misión y esta, era que en lugar de bombas y un demonio lleno de rencor; aquí habían dos demonios, uno que manipulaba más de un obi y otro que utilizaba armas con una navaja envenenada. Fue bueno que Akaza le diera los detalles, pero fue una lástima que no pudo evitar uno que otro corte, bueno, en realidad nadie pudo.
Todos estaban terriblemente mal durante la pelea y ni hablar de cuando tras cortar el cuerpo de Gyuutaro, este, como su último ataque, había dejado ir numerosas ráfagas de cortes que habían destrozado gran parte del distrito. De puro milagro fue que ninguno de ellos murió por eso... apenas podían moverse, pero al menos seguían vivos. Hechos mierda, pero vivos. Aunque aparte de "vivos", luego de haber terminado en el suelo sobre los escombros de varios locales, por poco y al menos Kyōjurō terminaba noqueado por culpa del impacto que lo tiró allí, aunque no es como si se hubiera permitido cerrar el ojo, aparte de que hubo otra cosa que no le permitió juntar los párpados y eso resultó ser el sonido de varios gritos. Gritos realizados por las voces de los demonios que acababan de decapitar y que estaban en camino al más allá.
No pudo evitar intentar levantarse para observar qué se supone que estaba pasando, aparte de que debía asegurarse de que ese par muriera. Luego de poner más atención a sus palabras, se dio cuenta de que se trataba de una discusión y una que hasta a él le dolió escuchar al recordar que esos demonios eran hermanos. No pudo evitar sentir una gran amargura al escuchar sus gritos y por poco las últimas palabras del hermano de Daki, que por suerte fue detenido por Kamado. No se había dado cuenta que había llegado junto a él, pero al menos lo hizo después, y omitiendo la última conversación de los hermanos Gyuutaro y Daki, fue a ver cómo se encontraba Uzui y en sí grande fue su sorpresa al ver que él terminó con un desatino que de milagro él mismo había evitado. Desde allí Rengoku ya estaba pensando en que Uzui definitivamente había perdido el ojo, pero mejor eso a otra parte. Además, ya había sido suficiente susto que Nezuko unos momentos antes le haya prendido fuego fuego para eliminar el veneno de Gyuutaro, porque sí, admite que fue descuidado no mencionarlo anteriormente, pero incluso antes de escuchar los gritos de los hermanos, le habían comentado cómo eliminaron el veneno del cuerpo de su compañero. Intentará recordar las cosas bien a partir de ahora, vaya qué problema.
Pero bueno, dejando eso de lado, luego de acercarse y tratar de hablar con Uzui para ver su estado, se lo encontró de un mejor humor del que esperaba.
"—Entonces salimos vivos de esta" —fue lo que dijo incluso estando hecho un desastre. Kyōjurō simplemente trató de sonreírle, el dolor ya comenzaba a hacerse presente en su cuerpo.
"—¡Afortunadamente sí, Uzui!" —fue su respuesta, mostrándose tan enérgico como podía. Esa noche fue más agotadora de lo que había imaginado, y eso que ya se estaba haciendo una idea de cómo sería un enfrentamiento contra dos demonios.
"—Y supongo que ya sabes de lo que me acabo de acordar" —comentó con una sonrisa al verlo tan alegre.
Sí, lo recordaba perfectamente... Oh, Tengen, se notaba tanto que le gustaba ser inoportuno. ¡Porque vaya, qué buen momento para andar de chismoso con sus asuntos! Quiere repetirse lo mucho que valora a Uzui, pero ahora mismo realmente quería decirle una que otra cosita.
"—Sí, lo recuerdo... y no pudiste decirlo en otro momento más inapropiado" —respondió acercándose a su amigo para sentarse en el suelo, por ahora no quería moverse.
"—Salimos con vida, tal y como dijimos. Cumple y cuéntame" —le recordó incluso señalándolo con su mano buena, a modo de "tú lo dijiste, tú lo cumplirás sí o sí", y conociendo a Tengen, definitivamente va a insistir.
"—Cuando me recupere" —respondió dejando ir casi la totalidad de su aliento. Sabe que tendrá que decirle... ¡Pero no en este momento! Y se va a asegurar de aplazar tanto como pueda el momento en el que deba contarle sobre su relación con su "nuevo amigo".
Luego de eso, Kyōjurō junto a los otros muchachos se fue con los kakushi, mientras que Tengen había elegido irse con sus esposas. Ahora iban camino a la finca mariposa y la tranquilidad que sentía ante esa idea era muy difícil de describir, por lo que dudaba mucho que alguien le entendiera si por alguna razón le llegaran a preguntar cómo se sentía en esos instantes.
La noche transcurrió tan tranquila como todavía se le podría llamar, pues ya con dos demonios eliminandos, no habría otra cosa aparte de esa mencionada calma. Bueno, en realidad sí y eso era el dolor que su cuerpo sintió a las horas después, pero trató de ignorarlo mientras pensaba en las cosas que había logrado con un trabajo exitoso, lo que sería la protección de una gran cantidad de civiles, el cumplimiento de sus deberes como pilar y... se acaba de cumplir uno de los pasos que necesitaba para su pequeño plan.
Eso había sido lo que logró hacerlo sentir más feliz, por muy curioso que suene, hasta sintió que el dolor de su cuerpo hasta parecía disminuir aunque sea solamente un poco. Ahora debía esperar a su siguiente reunión con Akaza.
La que llegó más pronto de lo que esperaba. Eso fue rápido hasta para él, porque debía ser honesto al decir que no esperaba encontrarse con el demonio, cuando por mera casualidad en la noche terminó por abrir los ojos, dándose cuenta recién allí que se había dormido o hasta desmayado.
"—Lo siento, no quise despertarte" —fueron las palabras del hombre junto a la camilla, agachado a la altura de su rostro para que lo escuchara mejor. No sería bueno que alzara la voz.
"—Ni siquiera sé si fuiste tú" —respondió con una sonrisa y voz cansada. Era tarde y claramente estaba agotado luego de todo lo ocurrido esa noche.
"—¿Cómo te sientes?" —preguntó con suavidad manteniendo su bajo volumen para que no sea ese ruido el que lo delate de alguna manera.
Ante tan considerada duda, manteniendo la curva de sus labios y la tranquilidad en su ser, con suavidad y en susurros también, respondió:
"—Adolorido, si quisiera quejarme más, con gusto te diría que me siento terrible" —respondió con toda honestidad. No piensa mentir de ninguna manera sobre su dolor, menos con él. No ve ninguna necesidad de hacerlo.
Ante sus palabras, ve al contrario devolverle el gesto, quizás para hacer que su situación sea un poco más amena y tratar de apoyarlo mediante ese gesto. Vaya, qué detalle.— "Por cierto, ¿Cómo me encontraste?" —preguntó ahora él apenas recordó que Akaza no parecía saber con anterioridad la ubicación de la finca.
"—Me gustaría decierte que buscaría por todo Japón con tal de verte, pero mejor te digo que una vez vi cómo te traían aquí" —respondió tan directo como se le conoce. Por un momento Rengoku quiso reír, de no ser porque eso le dolería.
"—Espero que eso no hubiera pasado mientras me acosabas" —comentó con jugueteo, aunque aquello claramente era una gran posibilidad, debido a la expresión que Akaza estaba haciendo en este momento, una un tanto exagerada debido a la inclinación de su cabeza junto a la forma en la que abría los ojos. Lo estaba haciendo a propósito— "No debí decirlo" —dijo al ver la expresión del demonio, era un definitivo "sí" que apenas pudo disfrazar de broma.
"—Tarde o temprano hubieras preguntado" —respondió el de ojos ambarianos para restarle importancia al asunto—, "pero bueno, dejando eso de lado, disculpa la tardanza. Hubiera venido antes, pero 'ya sabes quién' nos mandó a llamar a todos para mencionar la muerte de Daki y Gyuutaro" —comentó mostrándole el porqué había llegado a esa hora.
"—Ya veo" —respondió pensando en cómo pudo haber afectado la muerte de esos hermanos— "¿Estás bien? ¿Él no te ha hecho nada?" —preguntó preocupado ante la idea de que Muzan haya decido meterse en la cabeza del demonio, pues él le había contado que podía hacer eso. Ve como los ojos de Akaza siguen tranquilos y su sonrisa se muestra imperturbable.
"—Tranquilo, él no sabe nada y me aseguraré de que siga así" —fue su respuesta mientras se mantenía a la misma distancia de antes— "haré todo lo que pueda para romper la maldición de ese tipo, así estaremos mejor" —comentó aparentemente intentando tranquilizarlo. Cierto, eso posible, aunque todavía no sepan cómo romper esa conexión, la idea era descubrirlo tan pronto como se pudiera.
"—Eso espero" —respondió soltando un suspiro, intentado dejar ir la preocupación y dejando entrar el alivio que su acompañante trataba de brindarle.
"—Por cierto, Kyōjurō" —lo llamó todavía sonriente— "Hiciste un trabajo asombroso, tal y como esperaba de ti" —comentó mientras colocaba una mano en su cabeza, ¿Es una forma de darle afecto? ¿Hacerlo sentir seguro? ¿O simplemente lo hace porque quiere? No lo sabe, pero no es desagradable.
No sabe por cuánto tiempo Akaza lo habrá estado acompañando, pero sus manos están tibias, lo que hace el contacto más agradable. Le terminó gustando tanto que incluso cerró los ojos mientras dejaba ir todas sus preocupaciones.
"—Gracias, pero no estuve solo" —comentó. No puede olvidar la participación de Tengen, sus esposas y los tres muchachos que fueron inmediatamente a ayudarlo con esa misión.
"—Eso no cambia lo que dije" —respondió mientras comenzaba a mover lentamente su dedo pulgar sobre la piel del rubio, ya no siendo un simple contacto entre su mano y su rostro. Era una caricia, quizás sí era para hacerlo sentir tranquilo— "y dejando ese tema de lado, te haré compañía" —avisó mientras se acomodaba en el piso.
"—¿No tendrás problemas con eso? ¿Cuánto falta para que amanezca?" —preguntó pensando en el tiempo que estuvo desconectado del mundo.
"—Todavía falta, no te preocupes por eso ¿Bien?" —dijo haciendo su mayor esfuerzo para dejar ese asunto en segundo plano— "Por cierto, Kyōjurō" —lo llamó.
"—¿Sí?" —preguntó eligiendo hacerle caso con el tema de olvidarse del eventual amanecer.
"—Te extrañé" —respondió todavía sonriendo, incluso mostrando sus colmillos, pero dándole un aspecto totalmente opuesto a lo que podría describir la palabra "aterrador". Era lindo, incluso adorable y hasta resultó ser contagiosa.
"—Yo también lo hice, Akaza" —respondió mientras inclinaba la cabeza contra la mano del demonio, buscando quedarse un momento más en aquella caricia.
"—Entonces vamos a recuperar el tiempo perdido" —dijo el demonio alegremente. Cierto, llevan mucho tiempo sin hablar y a Kyōjurō le encantaría poder hablar tanto como de costumbre.
"—Bien, porque tengo varias cosas que contarte" —respondió pensando en lo que se tenía guardado para Akaza, incluso su sonrisa se había hecho más grande que antes.
"—¿Y eso qué sería? —interrogó curioso al verlo de buen humor.
"—Lo primero sería decirte que cuando me recupere, podríamos ir al siguiente paso de nuestro plan, solamente sí así lo quieres" —respondió casi mostrándose ansioso por la idea de avanzar, pero tampoco podía ir tan rápido si no antes hablar con Akaza, pues esto no es solamente cosa suya, sino de los dos.
"—Estaré listo para cuando tú quieras, cuenta con ello, Kyōjurō" —dijo más que decidido, incluso acomodando su mano en el rostro del cazador para dejar en claro que ya estaba con él en todo sentido.
"—Sabes que lo hago" —fueron las palabras del rubio, quien ni siquiera hizo el esfuerzo de alejarse del tibio contacto que tanto disfrutaba.
Entonces está hecho, apenas sane, hablará con el patrón de dónde obtuvo la información y a quién le estarían debiendo victoria por los detalles entregados.
Luego de ese pequeño acuerdo, ellos decidieron seguir hablando tal y como comunmente hacían. Incluso olvidaron que en algún momento deberían separarse por causa del amanecer que habían elegido ignorar.
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