Capítulo quince: "Ya es hora de presentarle"
Edit, 28/10/2021: Pongo esto aquí porque como comenté en el capítulo 16, hubo un problema con wattpad y me cambió de lugar el capítulo 15, es decir este. Afortunadamente los capítulos están enumerados y nadie debería perderse, pero coloco esto de todos modos, porque siento que alguien no se fijará en los títulos y los números. Me dio el presentimiento...
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Ahora es el momento de recordar cómo fue la noche en la que le reveló a Kagaya Ubuyashiki quién fue el denominado espía que le dio a Kyōjurō la información. No vale la pena describir la mañana y la tarde, ya que la noche por obvias razones era lo importante. Había acordado reunirse con Akaza cerca de su hogar apenas el sol perdiera su presencia en el cielo e inmediatamente fueron con Ubuyashiki.
Recuerda su paso apresurado mientras que Akaza lo seguía, estando justo a su lado en cada momento. Tiene presente todavía como el viento chocaba contra su rostro cuando incluso habían elegido correr. El sonido de sus pies sobre la tierra, que era lo único que alejaba el silencio, y las miradas disimuladas que se daban él y Akaza ocasionalmente hasta llegar a la ubicación de Ubuyashiki. Todas esas cosas estuvieron presentes hasta que por fin se encontraron frente a la entrada de la finca en la que Kyōjurō había tenido que ir en el día. Un suspiro salió de él antes de mirar a su acompañante, para nada más decirle:
"—Sígueme" —ya que por obvias razones Akaza no sabría dónde se encontraría su líder, así que hasta con señas le indicó que caminara a su lado. Nuevamente el silencio, ya tortuoso, cabe agregar, se hizo presente entre los dos. Bueno, en realidad no del todo, nuevamente el sonido de sus pasos fue el único alivio en el vacío de los pasillos. Lo fue durante menos tiempo del que por lo menos Kyōjurō hubiera querido, pues sabe perfectamente que no puede caminar para siempre con tal de retrasar lo que hará en tan sólo unos segundos.
De pie frente a la puerta corrediza, mira al demonio que yace tan serio como él y en un susurro que estuvo a nada de rozar lo inaudible, dijo un sencillo "Espera un momento", para después pasar primero que él a la habitación.
"—Oyakata-sama" —dijo con la voz tan firme como podía para mostrarle que estaba allí y claramente no solo.
"—Es bueno tenerte aquí tan pronto" —saludó tan sereno como en la mañana. Internamente desea tener su mismo nivel de calma— "Él también vino, ¿Cierto?" —preguntó recordándole para qué estaba allí en primer lugar. Seguro que él sabe qué le dirá, pero debido a la carencia de sonido, es entendible que quiera una confirmación.
"—Sí, está aquí" —respondió mientras volvía a mirar al demonio que todavía no se movía ni siquiera medio paso de su posición—. "Puedes pasar" —le indicó mientras le daba el camino libre para entrar junto a él. Luego observó a Ubuyashiki, quién de forma casi imperceptible movió la cabeza al escuchar el sonido de los nuevos pasos en la habitación.
Ya estaban dentro, ya estaban frente a él y aunque la tensión fuera palpable, los tres hombres presentes, curiosamente alfa, omega y beta, permanecían en una calma que parecía absoluta. Así debía de ser.
"—Le presento a Akaza, la luna superior tres. Él es quien me ha dado la información de la sexta luna superior" —dijo mirando fijamente a su líder, antes de colocar por un segundo uno de sus ojos sobre el demonio junto a él.
"—Un gusto conocerlo, aunque el sentimiento no llegue a ser mutuo" —saludó Akaza más tranquilo de lo que pudo haber esperado. Ahora debe esperar que todo salga bien desde aquí.
"—Sinceramente nunca pensé que en algún momento podría llegar a tenerte en frente" —comentó igual de calmado que el demonio.
"—Puedo decir lo mismo" —respondió Akaza mientras mantenía su mirada al frente.
Bien, no parece que las cosas estén yendo mal... por ahora.
"—De acuerdo. Kyōjurō, prosigue" —pidió mientras dirigía sus ojos hacia él, recordando dónde fue que lo había escuchado.
"—Bien, como verá traje a Akaza como un apoyo para los cazadores de demonios. Fue por él que obtuvimos la información de la sexta luna superior que se encontraba en el distrito rojo y pudimos eliminarla. También está dispuesto a dar la información del resto de lunas superiores. Si me permite decirlo, no podemos perder esta oportunidad" —dijo mostrándole la clara ventaja que era tenerlo como un aliado en lugar de como enemigo, o simplemente cortar su cabeza.
"—Entiendo a lo que quieres llegar. ¿Quieres que él se quede, cierto?" —preguntó siendo más directo que antes.
"—En resumen, sí. Busco darle todas las razones posibles para que considere esa opción, pues la ayuda de Akaza llega a ser indispensable" —respondió sincero, nada más mencionando la obvia ventaja que es tenerlo dispuesto ayudarlos. Es el mejor argumento que tiene, pues no puede decir otra cosa sin que suene personal.
"—Sabes que su caso es diferente al de Nezuko" —respondió Kagaya para recordarle que la situación sería más complicada que la de la otra demonio—. "Como ya ha probado la carne humana, sería más complicado mantenerlo bajo control... no es que quiera ofenderte, Akaza" —le dijo ahora al demonio nada más para recordarle los hechos.
"—Puede estar tranquilo con eso" —respondió la tercera luna superior— "Lamento que la siguiente imagen suene desagradable, pero desde hace ya bastante tiempo he estado devorando otros demonios para controlar el hambre, incluso recurriendo a la carne de los animales. No he asesinado a ningún humano en más tiempo del que piensa".
Son buenas palabras, aunque también debe estarle dando una idea de cuánto tiempo ha sido el que ha estado conviviendo con el cazador.
"—Y en el caso de que él hubiera dañado a alguien, yo ya habría cortado su cabeza y luego me habría cortado el cuello a mí mismo. O incluso atravesar mi corazón o abrir mi abdomen, lo que usted imagine" —dijo de inmediato para mostrarle que tan en serio iba con el tema de estar tan cerca de un demonio como Akaza.
"—Sinceramente no quiero imaginarlo, Kyōjurō" —respondió el azabache con un tono que mostraba algo similar a la tristeza. Sabe que no le gusta imaginar la muerte de ningún cazador.
"—Lamento haber sido muy explícito, pero es lo que hubiera hecho, y lo haré si llega a pasar algo como eso" —respondió también de forma inmediata, pensando en que también pudo resultar muy imprudente de su parte declarar que desde hace rato se pudo haber quitado la vida si Akaza cometía un error.
"—Veo que parecen haber estado hablando por más tiempo del que hubiera imaginado, pero... ¿Él realmente hubiera dejado que...?" —ni siquiera termino su pregunta antes de que la voz de Akaza se escuchara cortando su diálogo.
"—Tengo una idea de lo que va a decir y déjeme informarle que si yo rompiera mi palabra hacia Kyōjurō, me corto la cabeza yo mismo o me expongo al sol" —dijo sin apenarse mucho por interrumpir las palabras del contrario.
Bien, eso llegó a sorprenderlo hasta a él porque Akaza nunca habló de su alimentación y por esa obvia razón Kyōjurō no estaba ni enterado de su canibalismo, aparte de lo que pareció ser una promesa de la que el demonio tampoco había tocado ni por asomo en su presencia. Aunque ahora que lo piensa, eso pudo venir de forma implícita en el momento donde le dijo que él tendría que realizar varios cambios para estar a su lado. Ahora entiende qué otras cosas hizo.
Y no parece ser el único que se dio cuenta de las cosas que Akaza puede hacer.
"—Veo que parecen confiar mucho el uno en el otro, tanto como para ofrecer sus vidas así sin más" —dijo con lo que parecía ser sorpresa, incluso con una pequeña curva en sus labios que nada más comenzaba a llevar alivio a su corazón.
"—Sí, personalmente me atrevo a decirle que sí" —respondió Akaza con seriedad para dejarle en claro que tan importante llegaba a ser eso para él.
Sentía cómo su corazón se mantenía estable, cómo hasta sus músculos se relajaban. Parecía que todo estaría bien luego de todo eso, realmente sentía que todo estaría totalmente en orden. Y en sí lo estuvo, al menos hasta que escuchó la voz de Kagaya mencionar lo siguiente.
"—Si soy sincero, estoy intrigado por cómo surgió esa confianza, pues no por nada Kyōjurō te trajo y supo que no intentarías hacer nada" —dijo remarcando una verdad. Él ya sabía que podía contar con Akaza, desde hace tiempo sabía que las cosas estarían en orden desde que comenzaron a convivir más.— "Eso muestra que él ya contaba tu ayuda, pero realmente quiero saber cómo estaba seguro de que contaba con ella. Akaza ¿Cuál fue tu motivo para ayudar a los cazadores en primer lugar?".
Bien, debe admitir que esa pregunta la esperaba. La veía venir desde el comienzo de la noche, pero escucharla ahora, hizo que su cuerpo se congelara. Probablemente no debería haber una razón para eso, pero él nada más estaba tratando de pensar en una respuesta que ni siquiera era suya; pues era cierto que él conocía los motivos que Akaza tenía para ayudar a los cazadores, pero el problema era el siguiente: "¿Qué le dirá a su líder?".
No puede decir algo como "No es asunto suyo", ya que eso levantaría sospechas al mantener sus intenciones "ocultas", pero tampoco podía decir algo como... No. No quiere considerar ese tipo de respuesta como opción. Sería demasiado personal y no tenía idea de cómo reaccionaría Ubuyashiki con ella. Lo único que podía pedir era que Akaza no dijera algo que les costara el cuello y que pudiera ser tomado en serio.
No ha dicho estas palabras en mucho tiempo, pero... por favor, por favor que Akaza no dijera una "tontería".
Bueno, no es que realmente él diga una verdadera tontería, pero realmente esperaba que su respuesta no fuera algo similar a lo que estaba pensando.
"—Kyōjurō" —fue la palabra que abandonó su boca mientras observaba directamente a Ubuyashiki. No dudó, no tembló, no vaciló, no titubeó de ninguna manera al momento de responder. Quiere decir que es increíble que dijera eso en esta situación. Realmente lo quiere decir.
Porque Akaza ya dijo lo que él estaba pensando y lo que no quiso considerar como una verdadera respuesta.
No pudo evitar mirar al demonio fijamente apenas escuchó su nombre. Sus ojos se abrieron hasta donde más podían por culpa de la impresión y se dio cuenta de que su boca está levemente abierta. De no ser porque ya procesó parte de la situación, su mandíbula definitivamente hubiera quedado colgando totalmente.
"—Kyōjurō..." —repitió el propio Kagaya, quien de manera admirable pudo disimular la sorpresa que se le reflejó por un segundo en el rostro cuando escuchó el motivo del demonio para brindar su ayuda a los cazadores.
El ya mencionado cazador nada más mira y escucha atentamente lo que sea que Akaza vaya a responder.
"—Sí, mi motivo es Kyōjurō" —repitió sin ninguna molestia mientras su rostro se mostraba tan neutral como desde hace ya varios minutos— "Amo a este hombre y haría lo que sea con tal de estar a su lado. Si los ayudo a todos ustedes, lo estoy ayudando a él. Si lo ayudo a él, habrán menos cosas que me impidan acompañarlo. No es porque quiera ser correspondido, sino porque simplemente quiero estar junto a Kyōjurō sin que nada me lo impida" —continuó hasta colocando una mano sobre el corazón al momento de decir la totalidad de sus planes, aunque no todos sus pensamientos— "Y es por eso que también voy a demostrarlo haciendo lo que quieran pedirme. Eliminar demonios, dar información de las lunas superiores; lo que sea que quiera. Dígalo y le mostraré que tan en serio voy con mis palabras".
De acuerdo, una cosa es ser sincero, honesto, directo... y luego estaba Akaza. ¿Cómo podía decir esas cosas como si fuera un motivo tan común? No tiene sentido para él y seguramente menos sentido le va a encontrar si todavía intenta verlo desde sus ojos. Sabe que debería tratar de entenderlo desde la perspectiva del demonio, pero no puede. Menos cuando ahora el nerviosismo se apodera de él después de escucharlo. Siente que su piel comienza a arder, su respiración comenzó a perder el ritmo tan calmado que tenía hace tan solo segundos y hasta ya puede sentir a su corazón perdiendo el control en su caja torácica. No sabe si es miedo o si es el propio efecto de esas palabras, pero ya luego puede tener tiempo para averiguarlo. Ahora debe ver la reacción, la respuesta de su líder.
Verlo tan tranquilo, por primera vez en todo su tiempo bajo su servicio, lo hizo sentir más nervioso que nunca.
"—Ni siquiera imaginé qué razón podrías tener en primer lugar, y escuchar que ese es tu motivo, realmente me sorprendió" —confesó sereno. Por un momento Kyōjurō quiso mencionar que sintió envidia por la calma con la que se tomó la situación, pues él todavía sentía que su corazón estaba que se le salía del pecho—. "No pensé que ustedes fueran tan cercanos, pero las cosas que estas dispuesto a hacer, la forma en la que hablaste, sonando tan sincero. Siento que puedo confiar en ti y no solamente porque confíe en Kyōjurō" —dijo recordando la confianza que no solamente le tenía a él, sino a todos los pilares por igual. Algo le dice hay más palabras por decir, y no parece estar equivocado—. "No veo razón para no tenerte como aliado" —Lo dijo. ¿Lo dijo? ¡Realmente lo dijo! ¡Acaba de decir las palabras que más anhelaba escuchar ese momento. El deseo que consideró imposible, hecho realidad. Quería sonreír, suspirar, sentir la calma apoderándose de él, aunque eso tendría que ser para después—. "Como Kyōjurō te trajo, tendrías que quedarte con él para tenerte con un ojo encima, ¿De acuerdo?" —preguntó tanto para el demonio como para el humano.
"—Más de acuerdo no puedo estar" —respondió Akaza.
"—Y yo no pensaba traerlo sin hacerme responsable" —dijo el cazador inclinando la cabeza. Parece que ya estaba por llegar al final— "No lo decepcionaremos" —prometió ya más que dispuesto a pagar hasta con su vida cualquier resultado que su líder no esperara. Como ejemplos estaría una situación ya mencionada, que sería el que Akaza terminara lastimando a alguien, pero estaba más que claro ¿No?
"—Cuento con que no lo harán" —respondió calmado y aparentemente más que convencido luego de cerrar sus ojos por un segundo—, "aunque hay unos detalles más que les debo mencionar antes de que puedan retirarse" —comentó colocando inmediatamente al par en alerta otra vez. Si quisiera exagerar ¿Cuántas veces estuvo a nada de tener un infarto esa noche, y cuántas veces más su corazón estará a nada de salir de su pecho por la presión que se iba y volvía de golpe? No está seguro de querer averiguar, no se quiere amargar la noche—. "Tu conexión con Muzan no está del todo rota todavía ¿No?" —preguntó recordándole algo total y definitivamente relevante para toda esta situación.
Bien, por alguna razón creyó escuchar la voz de su madre en alguna parte. No sabe si es para pedirle que vaya con ella o para decirle que se quede allí porque no aparenta ser el final.
"—No, todavía no totalmente" —respondió Akaza para luego comenzar a apretar las manos. Kyōjurō no pudo evitar verlo por la preocupación, nada más por eso pudo ver como el demonio sujetaba fuertemente la tela de sus piernas, quizás para encontrar una forma de calmar un naciente nerviosismo, una nueva preocupación.
Ve a Kagaya sonreír como lo hace desde hace ya unos cuantos momentos. ¿Es buena o mala señal? Está a nada de saberlo.
"—Llegué a imaginarlo" —comentó el azabache. Bien, su corazón está a nada de salir de su cuerpo, el frío que recorrió su piel de forma tan repentina no hacía nada más que confirmarlo— "Kyōjurō" —lo llamó gentilmente. Tanto que apenas le daba esperanzas para que el final no fuera trágico.
"—¿Sí, Oyataka-sama?" —preguntó nada más aparentando ser firme. Por dentro estaba tan preocupado, que se esforzaba el triple de lo normal en no aparentarlo.
"—Necesitaré que lleves a Akaza con una mujer llamada Tamayo. Ella podría ayudarlo con ese detalle. Luego te diré dónde está para que lo lleves en unos días" —respondió tranquilamente, entregándole el alivio que tanto anhelaba. Aunque... ese nombre, suena familiar.
"—¿Tamayo?" —preguntó con la ya no muy maldita curiosidad, incluso dejando que su intriga se manifestara en su rostro. Su líder seguía tranquilo, y aparentemente dispuesto a explicar.
"—Ella también ayuda a los Kamado y también pudo romper lazos con Kibutsuji. Seguramente puede ayudar a Akaza a hacerlo" —respondió como si fuera normal que hubiera una demonio ayudándolos desde lo que parece ser bastante. Una demonio. Entonces aparte de él y su alumno, hasta su líder hablaba con uno... ¡Y uno que hasta él debió de conocer antes! Pues ahora que recuerda, en una ocasión en la que él no tuvo la idea de cómo ni porqué, habló con Tanjirō y tocó el tema de una cura para su hermana Nezuko ¡Y en esa conversación mencionó a una mujer con el mismo nombre! ¡Con razón le sonaba familiar! Diablos, aquí es donde él maldice no ser tan bueno con los nombres. Porque eso es algo que no sabe si ha mencionado en toda la noche que ha estado recordando su pasado, pero sí, a veces es malo para recordar nombres y apellidos. Seguiría con eso, pero ahora debe responder.
"—Entonces iremos apenas usted diga" —dijo ya no solamente aparentando seguridad, sino sintiéndola totalmente—. "¿Hay algo más que deba decirnos?" —preguntó ahora él recordando que dijo "detalles", en plural, no singular.
"—Que como mañana tenemos una reunión, esta se hará más tarde para poder presentar a Akaza como nuestro nuevo aliado. Puede escucharse repentino, pero siento que mientras más pronto se sepa, será mejor. No podrán negarlo, ya que con la ayuda de Akaza; tú y Tengen ya pudieron encargarse de una luna superior" —respondió contando ya su segundo detalle. Una reunión... cierto, al día siguiente se haría una reunión para mencionar los sucesos más recientes, probablemente hasta el próximo retiro de Tengen, pues aunque el nombrado se lo había dicho en persona, parecía que aún no era oficial.
"—Estaremos allí sin falta" —respondió apenas escuchó las palabras de Kagaya. Tampoco es como si tuvieran la opción de faltar en primer lugar.
"—Cuento de más con eso, Kyōjurō" —dijo el azabache tranquilamente— "Y para finalizar, como te harás responsable de Akaza, me imagino que ya sabes que él tendrá que quedarse contigo ¿Verdad?" —comentó recordándole una idea que hace días había llegado a su cabeza. Parece que Senjuro verá a su "nuevo amigo" más pronto de lo que esperaba.
"—Sí, lo he tenido presente" —respondió con la más pura verdad. Aunque Akaza todavía tuviera que aparentar lealtad a Muzan y no pudieran estar todos los días y noches al pendiente de él, tampoco es que pudiera quedarse solo, sin un ojo encima.
"—Bien, entonces luego de la reunión de mañana, te daré una carta para notificarle a tu familia de esto. Dudo que reaccionen bien si ven a Akaza en este momento" —dijo mostrando que ya tiene una idea de cómo reaccionaría su padre y hermano si vieran que en ese momento aparece un demonio del calibre de Akaza.
"—Coincido con usted, sinceramente" —respondió el cazador ya con un escenario formado en su cabeza, uno que definitivamente preferiría no imaginar en ese instante. Ya luego quiere pensar en eso, pues siente que será hasta más difícil poder a Akaza frente a su familia, que frente los pilares. ¡Y eso que debería ser al revés!
"—Entonces, mañana arreglamos todo sobre este asunto. Ya se pueden retirar" —dijo su líder finalizando esa pequeña reunión y por fin dándole un final a la situación en la que el alma de Kyōjurō iba y volvía a su cuerpo.
"—Muchas gracias, Oyakata-sama" —dijo el rubio antes de ver al demonio junto a él. Unos segundos después él y Akaza se levantaron, listos para salir de la habitación y de la residencia. Todo hubiera terminado allí, de no ser por una cosa que se apoderó de su mente, incluso sin ser el momento para ello— "De hecho... ¿Me permite hacerle una pregunta antes de retirarme?" —preguntó haciéndole a Akaza una seña para que se adelantara a la salida.
"—Por supuesto ¿Qué quieres saber?" —respondió afortunadamente dispuesto a aclarar su duda.
"—Bueno, es una pregunta estúpida, pero... cuando le hablé del espía, dejando claro que era un demonio, uno que aunque yo dije que no haría nada y usted nada más tuviera mi palabra; aceptó sin dudarlo. ¿Por qué?" —preguntó pensando en que el contrario no le tomó mucho tiempo aceptar la idea de conocer a un demonio que tenía altas posibilidades de ser peligroso, incluso si nada más tenía su palabra para asegurarle que estaría tranquilo frente a él.
Ve a su líder mantener la compostura como siempre. Parece que ya tenía una respuesta para él, incluso.
"—Primero, no es una pregunta estúpida. Si ese demonio nos ayudó antes, fue por algo y si tú dijiste que él no haría nada, es porque ya lo conocías y sabías que él no atacaría. Además..." —hizo una pequeña pausa antes de seguir con su típica expresión pacífica— "hubiera sido muy hipócrita de mi parte no querer conocerlo, cuando yo también hablo con Tamayo" -respondió con lo que parecía ser el final de su diálogo-. "¿Algo más?" —preguntó nada más por si las dudas.
"—No, muchas gracias. Tenga buena noche" —respondió antes de despedirse y escuchar un "Nos vemos", por parte de Ubuyashiki.
Eso explicaba todo. Y vaya, si debía ser sincero, no se esperaba que su líder hablara con una demonio, con la misma que estaba dispuesta a ayudar a su alumno a encontrar una cura para su hermana menor. Ya había dado un paso fuera del cuarto y al poco tiempo le tomó cerrar la puerta detrás de él, aunque si le tomó más de tres segundos abandonar por completo el tema que hace poco y nada había tocado, y que justamente en ese mismo segundo le hizo pensar en la posibilidad de que ya hubieran hasta más de tres personas, claramente contándolo a él, que tenían contacto con un demonio que resultaba ser más pacífico de lo esperado. ¿Será así? Al igual que muchas preguntas que ha tenido a lo largo de su vida, no lo sabe, no lo sabe y menos sabrá si alguien le responderá.
"—Kyōjurō..." —lo llamó la voz de su acompañante haciendo que abandonara la posibilidad de perderse en su propia mente. Cierto, sigue dándole la espalda a la puerta que acaba de cerrar.
"—Ya podemos irnos, no te preocupes" —respondió ya colocándose a su lado para salir del sitio— "si con suerte las cosas salen bien mañana, habrán menos cosas de las que preocuparnos ¿Cómo te sientes con eso?" —preguntó para sacar otro tema de conversación mientras daban ya varios pasos por los pasillos.
"—Hm, bien, supongo..." —dijo mirando el piso al momento de responder. Eso no lo hace sentir muy tranquilo, menos cuando lo ve cruzar los brazos y mantener silencio por más de unos cinco segundos.
"—¿Sucede algo? Dime" —pidió luego de identificar lo que desde su punto de vista parecía ser preocupación. Si era por lo que estaban pasando, lo entendía, él también está angustiado aunque se esfuerce por parecer lo contrarío.
Ve al demonio tragar saliva, suspirar y todavía observando el suelo que están pisando, estando ellos todavía muy lejos de la salida.
"—No es nada importante" —respondió. Lo único en lo que le dice su mente es un inmediato "No es cierto", porque si lo fuera, Akaza lo estaría mirando a la cara, no se encontraría observando el piso.— "Es sólo...".
"—¿Hm?" —preguntó sin necesidad de alguna palabra mientras buscaba cortar la distancia entre ellos, para dejar en claro que lo escucharía. Ya le pidió que le dijera, si Akaza está dispuesto a hacerle caso, lo verá ahora.
"—Él... es más frágil de lo que esperaba" —comentó cruzando los brazos, sacudiendo sus hombros por un segundo. Eso fue un escalofrío, uno que Kyōjurō por el momento no puede entender.
"—¿Él?" —preguntó repitiendo sus palabras. A lo mucho puede imaginar que se refiere a Ubuyashiki y su mente, apenas un segundo después de esa suposición, le dice con certeza que no se equivoca.
"—Sí, él" —respondió mientras sus manos se aferraban a su propio cuerpo. Definitivamente habla de su lider— "No sé porqué, pero... me sentí extraño al verlo" —dijo ahora frunciendo un poco el ceño, pero no por algo que parezca rozar el enojo, la molestia, el fastidio o algo similar. Es distinto—. "Tal vez sea porque no me imaginé que estuviera así, pero... no, ni siquiera sé qué decir. Simplemente me siento extraño".
"—¿Extraño?" —preguntó con preocupación por su estado. No es normal ver a Akaza así, en todo el tiempo que ha estado con él, apenas lo ha visto con ese tipo de expresión en contadas ocasiones.
"—Sí, es extraño... pero también es familiar" —comentó marcando más su expresión—. "No sé en qué momento lo sentí, pero es familiar... y sinceramente no me gusta. No tengo idea de porqué, pero se siente como si hubiera algo que me preocupara" —dijo por primera vez buscando sus ojos.
"Preocupación", quizás eso sea lo que ve en los orbes de tonalidad ambariana que parecen buscar ayuda sobre cómo tratar esa peculiar situación. Si puede hacerlo, claro que le dará esa ayuda.
"—¿Crees que esto tenga que ver con tu pasado?" —preguntó sin pensar, si tomarse muchos segundos para enlazar adecuadamente las ideas y tapar cada hueco que podría haber en su idea, para que resultara ser totalmente acertada. A lo mucho puede pensar en que hace no mucho Akaza le dijo que las cosas que le han ocurrido como demonio, las podría recordar perfectamente; y que ahora, en lugar de describir un escenario en específico y nada más dándole el nombre de "familiar" a la sensación que lo aflige, solamente le hace pensar en esa posibilidad.
Y ver que Akaza suaviza su expresión con lo que parece ser sorpresa, hace tomar aquello como única respuesta.
"—Eso... puede ser" —respondió manteniendo sus brazos aferrados a él, desviando sus ojos de los suyos para pensar adecuadamente.— "No tengo nada más en mente, así que sí, puede que tengas razón" —comentó otra vez mirándolo a los ojos. Vaya que era rápido para organizarse mentalmente.
"—Quizás así sea" —dijo sin tener otra idea de qué responder. ¿Qué más podía decirle? No podía decir nada a la ligera, menos cuando desconoce totalmente el pasado de Akaza, pues para sentirse de tal manera, para incluso llegar a temblar aunque fuera por unos segundos, probablemente sea una sensación amarga la que logró persistir durante las décadas, para luego volver a mostrarse en el presente.
"—Si así fuera... ¿Quién habrá sido, para ponerme de esta forma?" —le preguntó o quizás hasta se preguntó a sí mismo para ver quién sería el primero en decir algo. Si sería Kyōjurō o si sería el pasado que volvía a verse poco a poco en el presente.
"—No lo sé..." —fue la lamentable respuesta que llegó a darle. Aunque quizás era mejor eso a decir "Tal vez tu madre", "Tu padre", "Algún amigo", o como resumen "Alguien que simplemente fue amado". La idea de pronunciar esas posibilidades hacía que su garganta prefiriera no emitir sonido alguno, pero su corazón no soportaba la idea de que un frío silencio fuera su respuesta.
Ve al demonio sonreír, quizás nada más para dejar de lado la sensación que probablemente se estaba volviendo desagradable para él.
"—¿Sabes? No sé porqué, pero... si así me siento ahora, y eso que ni siquiera tengo idea de qué pudo pasar... creo que no estoy seguro de querer recordarlo" —comentó manteniendo la curva en sus labios mientras miraba la puerta que los llevaría al exterior. No estaban lejos ahora.
Ni siquiera le importó eso. No cuando luego de escuchar eso nada más sintió como algo comenzó a doler. Hay algo en su pecho que no le gusta y que al igual que Akaza, le resulta familiar, pero a diferencia del demonio, él sí sabe que es. Es algo doloroso, tanto que incluso si fue solamente por un instante, ya lo había hecho sentir melancólico. Quizás triste.
No tiene idea de porqué, pero a su mente llegó una duda, una que sin demora escapó de su boca.
"—¿Qué pasaría si por alguna razón lo recordaras?" —fue la pregunta que salió de él mientras observaba la sonrisa que el demonio por alguna razón no dejaba de mostrarle.
"—No lo sé" —fue el inicio de su respuesta mientras seguía caminando, estando a metros de la salida—, "pero algo me dice que probablemente me dolería" —puede imaginarlo. Él ya ha pasado por una situación como esa, él ya ha visto la fragilidad de un ser querido y recordarlo hasta el día de hoy le duele. Ahora, imaginar que Akaza, alguien que no recordaba su pasado, recuperara la amargura de ese momento de golpe, y que incluso ya esté teniendo más que por seguro la idea del dolor de la memoria... hace su propio corazón duela. Más al verlo con esa sonrisa— "Sonará estúpido, y la verdad no tienes que responderme, pero... si me dolería ¿Estarías conmigo?" —preguntó atreviéndose a restarle importancia a sus propios sentimientos con aquel gesto tan bonito que sus labios ofrecían. Sigue caminando, ya a nada de tocar la puerta para irse con o sin respuesta.
Está muy mal si cree que podrá irse así sin más. El cazador frenó sus pasos, colocó una mano en el hombro ajeno y lo detuvo también. Ya con eso debería dejar en claro cuál sería su respuesta.
"—Por supuesto. Sé cómo se siente, así que si lo recuerdas y duele, cuenta conmigo. Ya dijimos que estaríamos juntos ¿No?" —respondió ofreciendo el mismo gesto que el demonio, una sonrisa. Una donde nada más esperaba dejarle perfectamente claro que estarían juntos, incluso revelando algo de su propio pasado mientras dejaba su mano sobre Akaza, incluso acercándose más.
La expresión del demonio cambió inmediatamente, pero lejos de quedarse así, los labios del contrario volvieron a tomar la forma de antes, con la diferencia de que esta vez, comenzó a mostrar la misma sonrisa que le dejó en claro al rubio que hasta ese demonio podía parecer humano. Esa era la sonrisa... que él amaba tanto. ¿Estaba bien usar esas palabras? No encuentra unas más adecuadas, no cuando "gustar" y "encantar", se quedaban cortas.
"—Tienes razón, ambos dijimos eso" —respondió sin intentar distanciarse del contacto que el hashira inició—. "Entonces contaré contigo si es que pasa" —dijo nuevamente mostrando cuánta era la confianza que se tenían, llegando a dejar en claro que si su pasado dolía, entonces podría dejar su corazón en sus manos. Y Kyōjurō estaba más que dispuesto a cuidar de él cuando llegara el momento.
"—Ya dijiste que confiabas en mí" —le recordó mientras que sin pensarlo demasiado, su mano buscó la contraria para reanudar su caminar— "Ahora vámonos, mañana será un día ajetreado y no quiero ponerte triste" —respondió mientras abría la puerta para por fin ir al exterior.
Siente los dedos de Akaza aferrarse a su mano. Es un agarre firme, deja en claro que no lo soltará y esa idea lo hace sentir bien, más tranquilo. Definitivamente aliviado.
"—De acuerdo" —fue la respuesta del demonio mientras lo seguía, aunque se llevó la pequeña sorpresa de nuevamente ver su andar interrumpido por el humano.
Todavía hay algo que debe decir.
"—Por cierto, antes de que se me olvide..." —comentó mirando los ojos color ambar directamente— "No vuelvas a decir que lo que sientes es estúpido. Prómetemelo, Akaza" —pidió tranquilamente. No dejará que le vuelva a quitar el valor a ninguno de sus sentimientos. Jamás dejará que haga eso.
La mano de Akaza sujeta la suya todavía, se le acerca un paso. Se le nota seguro, muy seguro.
"—Te lo prometo, Kyōjurō" —respondió tan honesto como lo conoce. Sabía que lo haría y sabe que una vez hecha esa promesa, él la cumplirá.
Lo conoce demasiado bien.
"—Ahora vámonos, tenemos bastante que hacer" —dijo antes de salir de allí todavía de la mano de Akaza. No sabe cuando la soltará, pero tampoco le interesaba hacerlo.
Si debía ser sincero, no se esperó que esa noche aparte de sentir una de las mayores tensiones de su vida por estar junto a un demonio justo frente a su líder, tampoco que hubiera formado parte, aparentemente indirecta, de una causa que hizo que Akaza tuviera lo que parecía haber sido un "flash" de alguna cosa pudo haber visto en su pasado. Todo por simplemente haber visto a su líder sentado en su futón, seguramente haciendo un esfuerzo enorme para no perder la tranquilidad al momento de hablar con ellos, porque sí... esa noche, Ubuyashiki Kagaya estaba más delicado que antes.
Sabe que es estúpido no haberlo mencionado anteriormente, sabe que que no hay excusa para no haberlo mencionado antes, pero simplemente se le hizo doloroso de recordar cómo las marcas que yacían en la piel de su líder habían crecido, llegando al punto de incluso cubrirlas con vendajes que nada más dejaban ver los ojos del azabache. Sabe que debió decirlo antes, pero simplemente no pudo, no encontró lugar en donde mencionar la descripción que le daba pesar en su corazón y que el único alivio que tenía, era que al menos su líder todavía, nada más todavía, no llegaba al punto de toser sangre frente a él. Agradecía a todo dios existente que todavía no había ocurrido algo como eso. Si debía ser totalmente sincero, no lo soportaría, no podría y el disimular su sentir con ese tema sería una de las cosas más difíciles de su vida. Eso lo tiene más que seguro.
Quiere dejar ese tema de lado, ya lo dijo y no encuentra un porqué mencionarlo más, menos cuando recordó que Akaza probablemente había visto a una persona en un estado de fragilidad similar.
No es que pensara en faltar a su palabra sobre consolarlo si es que experimentaba dolor por la posibilidad de ese recuerdo, sino porque quería creer que la persona que Akaza vio no se encontrara igual o peor. No sería justo que así fuera, definitivamente no lo sería, nada más es por eso que pedía que aquella persona que no conoció, no hubiera experimentado algo como lo de su líder. Nada más y nada menos por eso, ese simple resultado era el que quería esperar, porque si debía tocar el tema de qué cosas esperaba o no, pues una de las cosas que tampoco se esperaba, era que en algún momento de su vida él tuviera que consolar a Akaza si es que su corazón salía herido, aunque el nunca haberse esperado eso en algún momento de su vida, no significaba que no estaba dispuesto a cumplir con su promesa.
No porque fuera algo sorpresivo, no iba a recibir esa situación en su vida. Hay muchas cosas que uno simplemente tiene que afrontar, sea algo impactante, alegre, triste, fastidioso o difícil. Y hablando de "difícil", la noche siguiente a esa sí resultó difícil. Bastante.
Suelta un suspiro mientras que su cerebro prepara el recuerdo del día, mejor dicho la noche, de la reunión. Hasta su cuerpo ahora se siente cansado de solamente recordar el momento más complicado de esa vez. Si quisiera, o si en realidad tuviera la gana de describir todo, pero todo lo sucedido durante ese día, definitivamente estaría más cansado de lo que recordaba. A lo mucho puede y quiere mencionar que al salir de casa donde el sol todavía estaba presente en el cielo, le dijo a su familia que ese día volvería tarde a la casa; luego, ya en la tarde, pero verdaderamente tarde, ya se encontraba con Akaza para que fueran juntos a su destino una vez cayera el sol, y ya cuando aquel astro se ocultó, en lugar de hablar sobre la larga caminata, prefiere ir directamente a la acción.
Habla del momento donde ya a solamente una puerta y una indicación para pasar, comenzaba el verdadero reto. Luego de escuchar un resumen sobre qué temas se tocarían esa noche, luego de la mención de una persona nueva que los acompañaría, escuchó un "Pueden pasar" y a los dos segundos tanto él como Akaza habían entrado a la habitación, entrando el primero nada más para que sus compañeros mantuvieran la calma por los primeros instantes, los que no duraron demasiado; pues apenas el demonio cruzó por la puerta, apenas su cabeza se había asomado, vio los rostro de sus ocho compañeros caer preseas de la más pura sorpresa. Sí, "ocho", porque Tengen estaba presente todavía.
Pero dejando eso de lado, "vamos a lo que vamos, que es a lo que venimos". Ni siquiera pudo hablar cuando a los tres, quizás cuatro o con suerte cinco segundos, había sido Sanemi el primero en tomar su arma para ir inmediatamente por la cabeza de Akaza. ¿Qué tenía con ser precisamente él, quien se alterara primero en todas las reuniones? Dudaba que alguien más lo hiciera realmente, pero ese es el punto, preguntarse porqué tenía que ser él.
Ya luego podrá pensar en eso, el ver a Sanemi con su nichirinto en mano, corriendo ágilmente entre los presentes para luego nada más intentar ir a cortarle la cabeza a Akaza, lo tenía bastante ocupado. Ah, y sí, dijo que Shinazugawa nada más "intentó" cortar su cuello, porque afortunadamente Rengoku había realizado una de sus ya conocidas imprudencias, en la que sin importarle lo que le pudiera ocurrir allí, apenas el albino había dirigido la hoja de la nichirinto hacia el demonio; el rubio se había colocado justo frente a Akaza y en contra a toda advertencia del obvio peligro, ya había hecho que sus manos desnudas sujetaran firmemente la navaja de su compañero, quien todavía estaba empujando dicha hoja hacia el frente.
Ya podía sentir la piel de sus manos comenzar a cortarse por el contacto con la cuchilla, aunque no solamente sus manos, pues lamentablemente no pudo detenerla adecuadamente, pues la punta de la katana ya estaba rozando su rostro. Su mejilla derecha ya podía sentir el frío de aquel filo, y si no tenía cuidado, probablemente también sienta una abertura más en su piel. Aunque tampoco le importa mucho eso, no cuando debe recordarse que no puede permitir que lastimen a Akaza, no cuando por fin habían llegado hasta allí. Por muy mal que lo mire Sanemi o algún otro pilar presente, no dejará que lo hieran.
Sostiene la hoja de la nichirinto con firmeza y no se permite sonreír, al contrario de Sanemi, quien mediante la curva de sus labios, intenta ocultar el enojo por tan desagradable sorpresa. Lo conoce muy bien como para saber el porqué mantiene esa expresión incluso con sus siguientes palabras:
"—Primero Tomioka y ahora tú. ¿Quién sigue?" —preguntó con la misma voz que cuando se vieron por primera vez. Es comprensible que esté molesto, pues seguramente Ubuyashiki ya había mencionado que la nueva persona que los acompañaría, lo haría por idea suya, o incluso había interpretado aquello por simplemente haber sido el último en llegar y para colmo, junto al demonio que ahora incluso estaba protegiendo. Sí, con mucha razón es que está enojado, más si toma en cuenta que por lo general Kyōjurō hablaba mucho de cómo era el tema de los deberes de un cazador. Más que enojado, debe estar furioso, aunque admira que se contenga lo suficiente para seguir hablando y nada más soltar una palabra, en lugar de insultos—. "Muévete" —fue lo que dijo mientras empujaba la hoja de la espada, ya por fin separando su piel, no solamente de sus manos, su rostro también se vio afectado y la sangre tomó menos tiempo del que hubiera esperado en brotar.
Pero esta muy equivocado si cree que con eso se hará a un lado. Incluso sujetó con más firmeza el filo de la katana, aún si lo cortaba más, ya prometió proteger a Akaza.
"—No voy a dejar que lo toques" —negó totalmente decidido, ni siquiera se molestó en limitarse a las heridas y simplemente decir "No dejaré que lo lastimes", sino dejando en claro que negaría todo contacto entre Shinazugawa y el demonio que lo acompañaba. Ya lo dijo, no dejará que lo toque.
Ve como en el rostro de Sanemi se marcan las venas debido a la furia, es una pésima señal, pero si no huyó en ninguno de sus años como cazador de demonios, menos escapará ahora, porque además hay algo que repetiría con gustó. Prometió cuidar a Akaza.
"—Muévete o te cortaré las manos" —conociéndolo eso no es una amenaza, es una advertencia o hasta una promesa, y el que el corte comience a hacerse lentamente más profundo y el sangrando hasta más abundante, confirma que está a nada de cumplir su palabra. No le interesa.
"—Hazlo, ya me escuchaste" —respondió sin temor alguno. En su primera misión estuvo a nada de perder la audición, a los dieciséis perdió el órgano que los omegas varones tenían para tener una vida en su interior y en la misión donde conoció a Akaza estuvo a nada de perder un ojo, quizás hasta un pulmón u otro órgano; ¿Qué interesa si se arriesga a perder las manos? Sería muy ingenuo de su parte, o hasta estúpido, creer que como cazador de demonios uno no se arriesga a perder algo. Es aterrador, pero no todos logran mantener sus cuerpos intactos con el pasar de los años, sobretodo en un trabajo como este.
Sanemi ni siquiera se molestó en decir otra cosa, a lo mucho llegó a gruñir mientras sujetaba más fuerte su espada para cumplir con lo que había dicho, y Rengoku, nada más dejándose llevar por lo que ya parecía ser su imprudencia, siguió sujetando la nichirinto aún si terminaba perdiendo los dedos, gran parte de la mano o como mínimo sus tendones. Se arriesga demasiado, lo sabe, aunque la verdad es que siempre lo ha hecho.
Se ha arriesgado tanto, que hasta olvida que debe cuidarse; se ha arriesgado tanto, que a veces olvida que hay gente que se preocupa por él, y justamente una de esas personas acababa de tomar la navaja que pudo hacer que el piso se manchara con su sangre. No sabe en qué momento soltó la hoja, pero ahora no puede evitar mirar como el demonio que intentó proteger, en el acto le devolvió el favor, llegando a contenerse momentáneamente con la nichirinto de Sanemi, pues por la forma en la que la toma, estando a centímetros del mango, sin duda podría romperla como si de una ramita se tratase.
"—¿Estás bien, Kyōjurō?" —fue una de las cosas que lo sacó de su pequeño trance, porque no solamente había sido el suave tono de su voz lo que lo hizo reaccionar, pues ahora que se da cuenta, el demonio está sujetando su mano con cuidado, incluso acariciando suavemente con su pulgar el borde de la herida que yace en su palma. Eso explica todo, Akaza fue quien lo hizo soltar la cuchilla y afortunadamente lo hizo antes de que la herida fuera peor y terminara perdiendo la movilidad o una parte de la mano.
Mejor ya no pensar en eso. Akaza lo está mirando sin soltar la navaja de Shinazugawa mientras espera una respuesta y en una situación como esta, no hay tiempo que perder.
"—Sí lo estoy, tranquilo" —respondió inmediatamente. Procesando que en lugar de haberle hecho daño a Sanemi, nada más había elegido detener la nichirinto. Esa muy prudente elección puede hacer que alguno de los pilares presentes se extrañe, pero con la suerte suficiente también van a pensar en que realmente se trata de un aliado y no de algún truco para entrar a la organización y acabar con todos. Ellos ya saben cómo actúan los demonios, dejar a Sanemi vivo y sin alguna herida, significaba mucho más de lo que un civil podría creer, más si es que era un demonio como Akaza el que elegía no hacerlo trizas allí mismo.
"—Me alegra" —respondió con la misma tranquilidad que con la que le había preguntando anteriormente, aunque el tono de su voz y la expresión de su rostro apenas cuadraba con sus acciones, pues justo un segundo después decir su respuesta, se escuchó el sonido de la nichirinto rompiéndose y la imagen de esta cayendo al piso, dos segundos después del sonido.
Tampoco podía esperar que Akaza se guardara todas sus molestias, y además, eso seguía siendo mucho más prudente que ir y arrancarle la mandíbula de un puñetazo. Mejor que siguiera así de "tranquilo" mientras tanto. Tanto él, como Sanemi, quien al ver el filo de su espada en el suelo, a pesar de su todavía notable furia, también los llegó a ver con intriga.
"—Te daré cinco segundos para explicar qué se traen ustedes dos" —dijo mientras le restaba al menos una raya a su nivel de agresividad— "o tomaré eso, y ya sabes lo que voy a hacer" —y a los segundos señaló la navaja que perfectamente puede tomar y volver a usar. Bien, se equivocó. Nunca debería pensar que agresividad de Sanemi bajaría aunque sea un poco en aquel escenario.
Hay que proceder con precaución.
"—¿Explicación?" —repitió el demonio, con algo diferente en su voz. Algo que en este momento puede ver perfectamente en Sanemi. Él también está molesto— "¿Luego de lanzarte de esa manera? A mi parecer, él no te debe nada" —dijo mientras se paraba frente al pilar de las llamas, una acción para dejar en claro que ahora era su turno de protegerlo. No ve el rostro de Akaza, pero ya puede imaginar cómo comenzó a fruncir su ceño para hablar con Shinazugawa— "¿Por qué no mejor me explicas tú a mí, cómo te atreves a tocarlo? Con los demonios apenas y tengo más paciencia, pero tú eres su aliado, así que anda, dime cómo te atreves a hablar luego de lastimar sus manos. Dime, cómo te atreves a dañar su bello rostro".
Bien, hasta ahí llegó la prudencia. Hasta ahí llegó la precaución de no hacer o decir algo que resultara fuera de lugar. Hasta ahí llegó todo, el silencio se apoderó del cuarto por varios segundos, antes de nuevamente escuchar a Sanemi hablar, aunque esta vez sí sonaba relativamente más tranquilo.
"—Rengoku Kyōjurō, no me jodas y dime que estás bromeando" —fueron sus palabras al escuchar la descripción de Akaza sobre su rostro, dejando en claro que ellos definitivamente eran cercanos, y dando una idea de como aparentemente podría ser su relación. No es la primera vez que el demonio hace lo mismo, y al pensar en eso, nota que Akaza no sabe guardarse las cosas por muy tenso que sea el momento.
Una parte de él quiere meterse en un agujero y ocultarse allí por horas, pero por obvias razones no puede hacer eso, no cuando debe afrontar las cosas como el hombre y pilar que es. Debe permanecer de pie incluso luego de imaginar el rostro de sus compañeros.
Ya tenía una imagen mental de las expresiones faciales de los demás pilares. Puede imaginar a Mitsuri con los ojos y la boca abierta, quizás hasta con las mejillas rosas por la emoción de haber escuchado ese tipo de palabras por parte de un demonio que trató de protegerlo de Sanemi, quizás hasta se está formando uno y mil escenarios en su mente para saber qué relación tenían ellos; Tengen, que tal y como pensó asistió a la reunión, quizás esté en las mismas desde que lo escuchó decir "No dejaré que lo toques" y hasta puede estar uniendo los cables sobre el supuesto "amigo" que le dijo que le presentaría, sí, él definitivamente estaba pensando en que es Akaza la persona de la que le habló; lejos de ese tema, ya puede imaginar a Shinobu simplemente sorprendia; a Obanai de igual manera mientras busca que palabras decir sobre su situación y la reacción de Mitsuri, quien ahora que la ve, parece querer gritar de la emoción, y si ese era el caso, probablemente trate de calmarla; con reacciones totalmente diferentes, pues ya puede ver a Himejima pidiéndole a quién sabe qué deidad que se apiade de su alma y no le dé un final trágico luego de la imprudencia de Akaza; luego estaría Giyuu simplemente abriendo los ojos estupefacto y manteniendo sus emociones bajo control luego de ver que ahora fue él quien llevó a un demonio a la organización... y para finalizar, pues ya está pensando que Muichiro está viendo si hay alguna mosca volando o diciendo "¿Qué dijo ese demonio?" Por estar distraído.
Ah, y para finalizar, su líder. Ubuyashiki Kagaya definitivamente debía de estar manteniendo la calma, pues él ya sabe de los sentimientos de Akaza desde la noche anterior. Un problema menos del que preocuparse.
O eso quizo pensar una vez escuchó la voz de su líder hacerse presente.
"—Mis niños..." —unos segundos después de lo que creyó le traería alivio, se escuchó algo que en realidad hizo que los presentes se paralizaran. Fue una tos, una que saben que no es nada común ni para el azabache que los lidera. Es un ruido que incluso al demonio lo mantuvo en silencio hasta que la calma llegó al cuerpo de Ubuyashiki— "Lo siento por eso" —se disculpó por algo que en realidad no tenía control alguno, como para tener que pedir perdón—. "Sé que puede ser sorpresivo tener a Akaza aquí, pero les pediré que se sienten para explicarles la situación".
Oh, seguro que ya sabe que apenas volvió a hablar, ellos ya habían vuelto a su lugar tan rápido como cuando Sanemi se había levantado. Hasta Akaza estaba sentado respetuosamente junto a Kyōjurō para escuchar atentamente las palabras de Kagaya. Quizás está de más decir que nuevamente uno que otro pilar parecía extraño por ver a un demonio tan tranquilo ante un humano.
El silencio esta vez no duró más de cinco segundos antes de volver a escuchar la voz de Ubuyashiki.
"—Bien. Como verán, la reunión de hoy también es para presentarles a nuestro nuevo aliado, Akaza" —dijo tranquilamente presentando al demonio en la habitación. Quizás y hasta terminó dando el aire de haberlo conocido hace más tiempo del que realmente lo hacía.
Unos instantes luego de haber dicho el tema extra que se tocaría esa noche, nuevamente intervino la voz de cierto pilar generalmente salvaje, aunque esta vez estaba más calmado, incluso esperando el momento adecuado para hablar, en lugar de ser grosero.
"—Con todo respeto, Oyakata-sama, creo que hablo por la gran mayoría de nosotros al decir que no es buena idea tener a un demonio como él aquí" —comentó Shinazugawa. Por primera vez en años, Rengoku deseó que hiciera el favor de cerrar la boca—. "Claramente no es como la hermana de Kamado. Además ¿Quién dice que nos ayudará y no que planea matarnos en este instante?" —bien, tiene razón en su primer punto y obviamente tiene sus motivos para sospechar, pero por el amor de todo dios que los observe, que se calle.
Observa como Ubuyashiki voltea hacia donde escuchó al pilar del viento, casi pareciendo que hasta puede mirarlo a pesar de su ya conocida ceguera. Se puede apreciar una sonrisa perfectamente visible a pesar de los vendajes que cubren su rostro, permaneciendo tan tranquilo como siempre, no tardó en responder.
"—Si él quisiera matarnos, hubiera empezado con Kyōjurō y conmigo anoche, si embargo seguimos aquí "—respondió revelando que fue una noche antes cuando ellos se habían visto por primera vez—."Y si quisiera esperar a que estuvieramos todos reunidos, entonces ya nos habría matado apenas entró a la habitación, pero claramente seguimos con vida" —comentó antes de que el albino pudiera decir otra cosa. Seguro que eso no puede negarlo.
Y claramente no lo hace, aunque en lugar decir algo, lo primero que hizo fue dirigirle una mirada cargada de enojo al Rengoku. Quizás porque Kagaya estaba de su lado, o tal vez por haberlo arriesgado al hacer que se reuniera con Akaza un día antes... a quién engaña, conociendo a Sanemi, perfectamente pueden ser ambas. Las venas marcadas en su rostro están dándole la razón. Sorprendente que todavía no explote para intentar atacarlo otra vez, incluso puede decir que es admirable.
"—Siento decirle que sigo sin confiar en sus supuestas intenciones de 'ayuda'. Sigo pensando que tiene un plan entre manos" —comentó como se esperaba.
"—Dudo que esté en sus planes dar la información de sus compañeros, porque si no mal recuerdo en lugar de tender alguna trampa con la luna superior seis, dio hasta el detalle de que eran dos demonios en lugar de uno" —comentó mostrando algo que Kyōjurō le había dicho— "Y fue ese detalle el que hizo que Kyōjurō y Tengen no se llevaran eso como sorpresa, ¿No? Incluso lograron acabar con sus vidas exitosamente. Decir su información para que los maten, reducir el número de lunas solamente para conseguir acercarse y no aprovechar la oportunidad. Eso resultaría contraproducente" —dijo con tranquilidad, adelantándose a cualquier otro comentario sobre ese asunto, incluso revelando que Akaza ya los había ayudado con anterioridad.
Si con eso no callaba a Shinazugawa, no sabía con qué más lo haría.
"—¿Puedo preguntar con qué se alimentará este demonio? No porque intente ayudar puede hacer lo que le plazca" —comentó ahora tratando de mostrar más curiosidad, que una evidente razón para no aceptarlo como ayuda dentro de los cazadores. Antes ya había mencionado que Akaza no era como Nezuko, y tiene razón, tanta que hasta lo hará notar con uno de los detalles más relevantes al tratarse de un demonio. La alimentación.
Escucha a Akaza soltar el inicio y el fin de una risa, interrumpiendo quizás sin querer o tal vez a propósito la conversación de Oyakata-sama con el pilar del viento.
"—Eso perfectamente puedo respondertelo yo" —comentó sonriente, tanto como el día como en el que lo conoció—. "Generalmente recurro al canibalismo, pero también consumo animales. Cero humanos desde hace ya mucho tiempo, por si te interesa ese detalle" —respondió la duda sobre su dieta. No es muy agradable de escuchar la primera vez, pero luego de pensarlo, era preferible eso a que se alimentara de humanos.
O al menos así parecían pensar los otros pilares aparte de Sanemi, quien ya tenía un tic en el ojo derecho. Parece que le salió mal la jugada para encontrar una razón para decapitar al demonio. Le salió muy mal. Y no faltó mucho que lograra demostrar su frustración.
"—Eres asqueroso" —dijo apenas escuchó al contrario finalizar su diálogo. Se contuvo más de lo que esperaba, eso era bueno. Muy bueno... aunque, por alguna razón ese comentario, esa palabra le hizo sentir extraño. Sanemi, por muy sorprendente que parezca, él no suele usar esa palabra para todos los demonios que se encuentra.
"—Tú tampoco me pareces muy agradable a la vista" —fue la respuesta de Akaza. Bien, eso debe admitir que se lo esperaba—, "pero descuida. Ya puedes estar tranquilo, no te comeré. No como porquerías" —comentó todavía sonriente para hacer enojar a Shinazugawa. Se notaba desde lejos que esa era su intención desde que lo tiene en frente, cosa que probablemente surgió por las acciones de al albino cuando cruzaron la puerta.
Sabe cómo es Akaza, pero no puede permitir que se exceda en esta situación. Ya fue suficiente lo que pasó en su llegada.
Antes de que cualquier posible comentario del demonio, en lugar de darle algún golpe para convencerlo de guardar silencio, para ser más delicado eligió sujetar su mano y darle un leve apretón. El dolor fue inevitable debido a la herida todavía abierta, pero ver que el demonio se había tranquilizado valió la pena, aunque vaya que quería disculparse por estar manchando su piel con sangre.
"—Cálmate un poco" —pidió con suavidad y sin atreverse a soltar su mano. Ni siquiera obtuvo una respuesta verbal, con ver la expresión del demonio suavizarse resultaba más que suficiente para él. Eso es, lo necesitaba calmado para no hacer más tensa la situación. Ya era suficiente con tener la mirada de los ocho pilares sobre ellos, resultando ser la de Sanemi la que parecía más intensa. Como si estuviera buscando algo en su reciente interacción.
Ve como sus labios forman una curva a modo de sonrisa, una que se agranda por su lado izquierdo. Obviamente no es una sonrisa normal, algo llegó a ver para aparentar estar calmado antes de decir lo siguiente con un tono que logró eliminar la gran mayoría de su ya conocida agresividad.
"—Me resulta muy curioso lo cercanos que parecen ser" —dijo nada más aparentando estar tranquilo en ese instante. Definitivamente hay algo mal— "¿Sabes? Hubiera sido más fácil si nos hubieras dicho que se trataba de tu maldito amante" —comentó frunciendo el ceño mientras mantenía su expresión facial. Sí, definitivamente estaba mal. Más si es que interpretaba su relación de esa manera.
Con mucho gusto le dejaría en claro lo que Akaza y él eran. Sería estúpido no aclararlo.
"—No somos amantes" —respondió con seriedad, mirando a los ojos a Sanemi, aunque no se había molestado en soltar la mano del demonio. Eso en realidad lo ayudaba mucho a controlarse. Si debe ser sincero, está un poco molesto por un comentario tan imprudente por parte de su compañero ¿Con qué razón tiene que mencionar eso? ¿Acaso que no se puede preocupar por Akaza por simplemente tenerle un efecto sin nombre? ¿Qué buscaba al mencionar la posibilidad de ser "amantes"?
Tomando en cuenta la actitud de Sanemi, está a nada de saberlo.
"—Oh, tranquilo. Hubieras hecho las cosas más sencillas, de hecho, probablemente hasta me hubiera contenido contigo para no hacer enojar a tu... pareja" —comentó hasta soltando una risa, imitando un tono amigable para nada más tratar de ser hiriente, directo.— "A la que claramente no le podremos cortar la cabeza, no solamente porque sea nuestro 'aliado', sino porque lamentablemente elegiste encariñarte con ese estúpido alfa" —allí está. Ahora entiende qué era lo que estaba buscando entre ellos. Sanemi sorprendentemente fue bastante sutil con su principal razón para odiar a Akaza. "Eso" explicaba porqué había sido hasta más insistente que con Nezuko, y no precisamente porque fuera una luna superior.
No puede negar que está algo molesto por ello. Tanto, que incluso llegó a soltar la mano del demonio para cruzar los brazos y dejar ir una mirada tan seria como la de Shinazugawa. Y ni hablar del tono de su voz.
"—Sanemi sé honesto conmigo ¿Desconfías más de Akaza porque es un demonio, porque es un alfa, o ambas?" —preguntó sin filtro alguno, incluso llamándolo por su nombre para dejar en claro cuán serio se tornó el asunto. Debió ver las señales antes, pues no puede creer que había pasado por alto que el que el pilar del viento llamara a Akaza "asqueroso", cuando esa palabra solamente la utilizaba para ciertos demonios, por muy raro que suene. Shinazugawa Sanemi solamente utilizaba la palabra "asqueroso", para los demonios que eran alfas, y eso tanto él como otros pilares lo saben. Además, que también eligiera centrarse en su relación para decir en voz alta que Akaza era un "estúpido alfa", dejaba más que claro su odio. Ya debía esperar que eso pasara. Sabe cómo es su compañero.
"—Ambas" —respondió sin alguna molestia de ocultar sus razones para odiar al demonio. Una parte de Kyōjurō llegó a alegrarse por no estar equivocado con él.
"—Por lo que veo, es más una que la otra" —comentó sin algún filtro, al igual que el beta que tenía en frente. Ya era su turno de mencionar en voz alta los asuntos personales que otra persona tenía para hacer lo que hacía.
La tentensión aumentó de sobremanera en la habitación. Era tanta que seguramente podría cortarse con la cuchilla de la rota nichirinto de Sanemi que todavía yacía tirada en el piso. Incluso rozaba lo incómodo, pues no se sabe si Rengoku y Shinazugawa terminarán dejando ir más palabras que empeoren el ambiente, la intriga por saber si así será debe ser enorme, pero antes de que el pilar de las flamas y el del viento abrieran la boca, su líder hizo un sonido lo suficientemente audible para cada presente. Un "Ejem", para dar la idea de que nada más se estaba aclarando la garganta, en lugar de un "Basta".
"—Les pediré que dejemos ese tema de lado y sigamos con la reunión" —dijo tan firme como pudo, para luego volver dejar su vista en el frente y dejar en claro que le estaba hablando a todos—. "Por mucho que les cueste aceptar a Akaza, debo decirles que no se puede perder la oportunidad de tenerlo de nuestro lado, ya que seremos menos debido al retiro de Uzui" —y fue en ese momento que dio no solamente la noticia de la ausencia del pilar del sonido, sino que también pareciendo dar una indirecta a Shinazugawa sobre porqué no pueden dejar ir al demonio. Si faltaba gente, quienes salían perdiendo claramente serían ellos— "por cierto, lamento anunciar así tu retiro, Tengen" —oh, incluso llega a disculparse por lo que parece ser, haberlo usado como argumento para dejar en claro porqué Akaza estaría con ellos sí o sí.
Kyōjurō no sabe si aquello fue idea suya o no, pero a juzgar por la sonrisa de Tengen, parece ser que nada más había sido pensamiento suyo.
"—No se preocupe, fue la manera más extravagante de decirlo" —comentó con su característica frase. La verdad es que llega a tener razón, pues si es poco común, "extravagante" como él diría, el hacer mención de su retiro mientras comentan que un demonio como Akaza será un nuevo apoyo para los cazadores de demonios. Seh... "extravagante".
Y parece ser que esas palabras resultaron ser lo suficientemente agradables para hacer que Kagaya suspire por un aparente alivio, para luego recobrar su tranquilidad y hasta la expresión que generaba paz en los pilares cada vez que lo veían.
"—Entonces, hablemos de los últimos detalles y luego podrán retirarse" —dijo mientras que Rengoku también estaba tentado a dejar ir la tensión de su cuerpo con un suspiro, aunque por el momento no haría más que contenerse.
Como resumen del resto de la noche, Kagaya mencionó que Akaza brindaría la información del resto de las lunas susuperiores, ayudaría con el exterminio de demonios y además que se quedaría con la familia Rengoku. Está demás decir que apenas dio permiso para que se fueran, los primeros resultaron ser Shinazugawa, Himejima, Tokito y unos segundos después de ellos les siguió Tomioka, quien antes de irse, le dio una mirada que no pudo descifrar. Quizás porque había visto que él también había protegido a un demonio. No lo sabe y nunca lo supo directamente del pilar del agua, pero tampoco le pudo poner atención.
No cuando Shinobu en lugar de irse, atendió sus manos y su mejilla. Cierto, Sanemi lo había cortado y debido a la tensión olvidó hasta el dolor en su piel. Qué descuidado de su parte, incluso había terminado con las palmas llenas de sangre y ni cuenta se había dado; seguro que hasta terminó manchando la mano de Akaza cuando la tomó. Qué vergüenza. Nuevamente quiso buscar un agujero para meterse y no salir, pero como ya había dicho antes, no lo haría. Debía afrontar como todo hombre el sutil regaño que le dio Shinobu antes de irse.
"—Tienes que tener más cuidado, Rengoku-san" —pocas palabras y muy claras intenciones. No es la primera vez que le decían eso. Debía pensar seriamente en cumplirlo, aunque tampoco le pudo poner atención en su momento debido a un último detalle antes de que él pudiera retirarse.
Ubuyashiki Kagaya extendiendo una carta que le había mencionado con anterioridad para notificar a su familia de la estancia de Akaza en su hogar. Apenas pudo, con sus manos ya vendadas, no tardó en recibir el papel.
"—La entregaré apenas pueda, muchas gracias, Oyakata-sama" —dijo bajando la cabeza para expresar adecuadamente su respeto y su gratitud ante todo lo sucedido esa noche.
"—Espero que las cosas estén más tranquilas en tu hogar, que aquí, mi niño" —comentó el azabache entregando la carta. Oh, lo mismo estaba esperando Kyōjurō en ese momento y ni en broma lo ocultaría.
"—Lo mismo espero, señor" —respondió soltando un suspiro mientras levantaba la cabeza.— "Ahora, con su permiso..."
Bien, no pudo terminar de hablar. Antes de finalizar su oración, el de ojos más claros le mencionó un último detalle antes de poder irse a su casa.
"—Antes de que te vayas, hay algo que quiero decirte" —dijo con una sonrisa, una que hizo que Kyōjurō se quedara en silencio para esperar a que terminara—. "No sé hasta dónde llegue tu relación Akaza, pero quiero que sepas que les deseo felicidad" —finalizó quizás tomando en cuenta el comentario de Sanemi sobre su relación con Akaza, además de los sentimientos que el demonio le dijo que tenía por él.
Diablos. Es un deseo tan lindo que no se ve capaz de decirle "Lo siento, él y yo no tenemos ese tipo de relación", de alguna forma siente que sería muy cruel decir eso. Así que, tan educado como pudo, respondió:
"—Muchas gracias por sus palabras, Oyakata-sama" —y luego de eso, dio una reverencia antes de de despedirse hasta la próxima vez que se pudieran ver— "Tenga buena noche".
Y luego de eso, vio como el demonio que lo estaba esperando se encontraba hablando con una joven de cabello rosado. De acuerdo, eso lo sorprendió, aunque tampoco pudo hacer mucho, pues antes de acercarse, justo en el momento donde dio un paso al frente, vio a Mitsuri decirle "Adiós, nos vemos pronto" y se retiró con Obanai. Bien, parece que a ellos les gusta irse juntos.
"—Akaza" —llamó al demonio para que pudieran irse de la finca— "¿Pasó algo?" —preguntó intrigado mientras caminaba junto a él para dirigirse a la salida.
"—Digamos que descubrí que tu amiga es muy enérgica" —respondió respecto a su aparentemente animada conversación con la pilar del amor— "¿Y tú cómo te sientes?" —preguntó ahora él.
"—Sinceramente estoy cansado y creo que quiero dormir" —dijo sincero mientras dejaba ir el aire de sus pulmones—, "pero igualmente me siento aliviado. Demasiado".
"—Bueno, ya pasó lo más difícil" —comentó dándole una pequeña palmada en el hombro-, "puedes descansar hoy".
"—Eso quiero hacer" —respondió antes de ver el papel en sus manos. Ahora seguía mencionarle a su padre y hermano que tendrían a Akaza en su hogar para "mantenerlo vigilado" y por muy mal que suene, el pensamiento de hacer eso en la misma noche en la que ya había tenido una reunión en la que estuvo a nada de perder sus manos, lo hace sentir pesado, muy pesado. Aunque afortunadamente no tan "pesado", como para que sus pasos se detuvieran o hicieran más lentos. En realidad le tomó menos de lo esperado llegar a la salida y después al exterior— "Akaza" —llamó al demonio con una idea en mente.
"—¿Sí?" —preguntó digiriendo su mirada a la del rubio, atento a cualquier cosa que tuviera que decirle.
"—Disculpa lo que voy a pedirte, pero... ¿Puedes venir mañana a mi casa?" —preguntó un tanto apenado, aunque todavía no terminaba— "no quiero parecerte flojo, pero no me parece buena idea llevarte ahora" -trató de explicarse.— "Además, ¿Recuerdas que en una ocasión le mencioné a mi familia que les presentaría a mi 'amigo', un día de estos?" —preguntó recordándole algo que hablaron hace ya varias noches atrás.
"—Sí, lo recuerdo" —respondió quizás ya entendido a lo que se refería.— "¿Les quieres decir que iré?" -preguntó dando justo en el clavo.
"—Exactamente" —respondió mientras caminaba todavía tranquilo, sin prisa alguna— "así les aviso que vendrá alguien y habrá una sorpresa menos. Estoy más que seguro que tampoco estarán tranquilos, pero mejor avisar aunque sea una cosa" —comentó tratando de explicarse, esperando que se entendiera su punto.
Ve a Akaza sonreírle e incluso coloca una mano en su hombro nuevamente. Parece que hasta trata de calmarlo y decirle que todo estará bien.
"—Entonces iré mañana" —respondió haciéndole sentir aliviado— "con suerte nos va mejor que aquí" —y ahora hasta trata de animarlo. Oh, pero qué dulce podía ser.
"—Gracias, Akaza" —dijo apoyándose en su hombro por un segundo mientras caminaban en dirección a su hogar.
Luego, para finalizar esa memoria, la última imagen que Kyōjurō tuvo en la cabeza, fue él entrando a su casa para luego despedirse del demonio e irse a dormir.
Otro recuerdo finalizado por ahora y luego seguía el otro. Un recuerdo que resultó ser un tanto más atareado de lo que se esperó.
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Bien, aquí está uno de los capítulos que a tanto largos, a mí parecer, también resultó ser de los más tensos. Aunque igual me divertí, a pesar de trabarme para que los diálogos se vieran bien Xd. Como siempre, ahora les preguntaré qué les pareció y nos veremos hasta la próxima UwU.
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