Capítulo cinco: "Hay sorpresas fastidiosas y otras peculiares"
Un cielo azul oscuro, afortunadamente con algo de luz gracias a la luna que para bien o para mal, esa noche lucía hermosa. Una misión finalizada, una aunque no quiera mencionarlo, se complicó gracias a que el demonio que enfrentaba corrió y lo llevó al bosque en un intento de huida o quizás para tener ventaja en combate. No lo sabe y duda saberlo, pues afortunadamente para él y desafortunadamente para su oponente, terminó muerto. Ahora podría hacer un reporte, volver a casa tranquilamente y hasta dormir un poco, aprovechando que todo terminó; sonaba como un maravilloso plan, sinceramente.
Y lo hubiera sido de no ser por algo que lo molestó, y eso fue un simple diálogo:
"—Qué alegría verte aquí, Kyōjurō".
Sí, esas palabras no tenían nada de malo realmente, el problema era otro, y era el quién decía aquellas palabras que en otra situación podrían ser bonitas y hasta dejar una alegría en el corazón.
"—Akaza" —dijo sin agrado alguno ¿Cómo tenerlo en primer lugar? Akaza le rompió las costillas y casi perdía un ojo por su culpa, la evidencia de ello sería la marca que el rubio tenía en el párpado luego de haber salido de la finca mariposa. Qué molestia, y pensar que la noche se veía tan agradable, tan tranquila, tan bonita. Qué desperdicio de ambiente. Pero dejando eso lado, colocándose nuevamente en guardia, y olvidando la posibilidad de volver a casa temprano o con vida, eligió la acción de hablar e interrogar al demonio— "¿Qué es lo que quieres?"
"—¿Así me saludas después de tanto tiempo? Qué cruel eres" —comentó aparentemente "ofendido" mientras se acercaba con total tranquilidad al rubio, pero manteniendo una distancia lo suficientemente prudente para que Kyōjurō no intentara cortarlo de inmediato. Ambos estaban teniendo total cuidado, pero eso por alguna razón no le estaba agregando tanta tensión al ambiente— "Y pensar que yo te extrañé tanto" —mencionó con una sonrisa suave, una expresión tranquila; algo que Kyōjurō con gusto podía decir que era extraño. Apenas lo conocía, pero parecía saber lo suficiente como para saber qué podría estar "bien" y qué era "extraño".
Así que, buscando dejar los juegos de lado, el rubio habló con seriedad:
"—¿Qué es lo que quieres?" —repitió sin ánimos de perder el tiempo con el demonio que pudo matarlo de no ser por su repentino cambio de parecer.
Lo vio soltar un suspiro, pero sin dejar esa curiosidad tranquilidad de lado. Bien, esto ya se estaba volviendo cada vez más extraño.
"—Vine a hacerte una propuesta" —respondió dando un solo paso al frente, para cortar la distancia. Una parte se Kyōjurō ya lo sabía, recordaba perfectamente la miserable propuesta que Akaza le dio la primera y casi última vez que se vieron. Sabe perfectamente que no le interesa en absoluto, ya dijo que "No", en más de una ocasión.
"—Se perfectamente lo qué vas a decir. No me convertiré en un demonio, conozco bien tu propuesta" —dijo inmediatamente en negativa, apuntando su arma inmediatamente hacía Akaza.
"—Entonces déjame decirte que esta es una propuesta diferente" —reveló con una sonrisa un poco más grande, con un poco más de emoción en su voz, pero aún manteniendo la tranquilidad.
Bien, lo logró, aparentemente capturó algo de su atención al decir eso. Logró extrañarlo y hasta lo está tentando a preguntar inmediatamente de que se trata, cosa que en realidad logró con lamentablemente existo.
"—¿A qué te refieres?" —preguntó apenas pudo dejar la sorpresa de lado.
"—A eso. Mi propuesta es diferente" —respondió con simpleza, aparentemente divertido de saber que le está ocultado información, sabe que esa no era la respuesta que esperaba.
"—¿Y cuál sería esa propuesta?" —interrogó nuevamente, siendo incluso más específico con la información que quería escuchar.
"—Bien, te lo diré" —respondió con calma y con aparentes buenos ánimos mientras se acercaba más. Paso a paso, lentamente, sin prisa y en silencio hasta estar peligrosamente cerca de la navaja de la nichirinto del pilar de las flamas— "Sé mi pareja" —dijo por fin.
Un segundo, sólo un segundo... Un momentito.
¿Qué?... ¡¿QUÉ?! ¡¿Era broma, cierto?! ¡Porque no podía tomarlo en serio! ¡Incluso perdió la compostura por un momento! ¡Sus ojos se abrieron más de lo que ya estaban, su boca también, una leve abertura era lo que mostraban sus labios por el peso de su mandíbula! Ese demonio realmente podía impactarlo de gran manera, no lo va a negar en adsoluto. Incluso llegaba a agradecer el que Akaza tuviera tanta paciencia, quizás amabilidad, como para dejarlo procesar la información recibida, sólo para oír:
"—¿Estás bromeando?" —cuestionó el rubio recuperando su postura firme, pero no dejando la incredulidad de lado en ningún momento.
"—¿Te parece que lo hago?" —preguntó ahora Akaza con una risa amistosa, como si esperara esa reacción.
"—Sí" —dijo sin más el de puntas escarlata. Debía ser puro juego, porque era imposible que algo así pasara ¿Cierto?
"—Entonces con gusto te digo que no lo estoy haciendo" —habló el demonio manteniendo su distancia, pero todavía mirándolo fijamente y aparentemente sin alguna mala intención— "Te digo la verdad, Kyōjurō" —le aseguró con calma. Con una expresión que definitivamente era totalmente impropia de ese demonio tan animado— "Así que ¿Qué me dices?" —preguntó nuevamente, dando sólo un paso más hacia el frente. Estaba demasiado cerca, tanto como para que resultara peligroso para ese demonio por la cercanía con la navaja.
La mente de Kyōjurō era un verdadero conflicto por la cantidad de confusión en sus pensamientos, por la cantidad de impacto y sorpresa. Pero si algo tenía seguro, era esto:
"—No" —esa era su respuesta, mientras movía su arma para cortar a Akaza, quien reaccionó a tiempo como para evitarla, apenas recibiendo una rozadura.
"—¿Y por qué no, Kyōjurō? No tienes idea de lo mucho que he querido decirte esto" —dijo el demonio apenas sorprendido por su rechazo y sus acciones, tomando más distancia para no caer decapitado por el rubio. ¿En serio lo estaba preguntando? No puede ser.
"—¡¿Cómo que 'por qué no'?!" —exclamó sin mucha paciencia, con incredulidad— "¡¿En serio me estás preguntando eso?! No, mejor esto ¡¿Por qué me estás pidiendo que seamos pareja en primer lugar?!" —preguntó listo para recibir el "porqué" de los disparates de Akaza.
"—Porque estoy enamorado" —dijo como si nada, impactando más a Kyōjurō. Un demonio conoce más de esos sentimientos que él, vaya. Quién lo diría.
"—No puede ser" —dijo de inmediato mientras trataba de no soltar su espada por la sorpresa. A ver ¿Ahora qué? No, mejor no preguntar, no quiere provocar al destino más de lo que inconscientemente ya lo ha hecho.
"—Sí, sí puede ser. Estoy enamorado de ti y por ello quiero pedirte que seas mi pareja" —explicó y repitió el demonio con calma, como si fuera algo tan fácil de decir. No hacía más que molestarlo, bueno, sorprenderlo y molestarlo. Sí hacía más cosas.
"—¡Pues ya te dije que no!" —repitió su respuesta— "¡No confío en ti, ni en nada de lo que dices!"
"—Dame una oportunidad. Puedo ser mejor de lo que piensas" —pidió Akaza con calma, mirando a Kyōjurō a los ojos, dando un paso más al frente, como antes.
"—Por el amor de..." —ni siquiera pensó en terminar esa frase. No va a fastidiarse más de lo que ya lo hace, pero a ver ¿Qué debería decirle para dejarle en claro que no quería nada con él? ¿Algo como: "Lo siento, no me gustan lo hombres"? ¿"No me gustan los alfas"? O quizás intentar con el más obvio "¡No me gustan los demonios!" Por muy tentador que suene, la verdad no pudo decirlo, porque ahora que lo piensa... ¡Ni siquiera sabe qué le gusta y qué no! Y ahora que lo piensa mejor ¡Es injusto que ese demonio lo ponga en esta situación! ¡Y más al ser un demonio que por lógica no debería comprender sentimientos como aquellos para luego decirlos como si nada! ¡Es un fastidio peor del que esperaba!— "¡Además no te conozco lo suficiente como para tener una relación!" —dijo una de las cosas más obvias, algo que para él, influía mucho. Si no lo conocía lo suficiente, no podían tener algo tan íntimo.
"—¡Entonces puedes conocerme! ¡Dame una oportunidad para ello!" —fue la respuesta de Akaza, completamente determinado a acercarse de cualquier forma.
Ahora era más que obvio lo que pensaba Kyōjurō: "Maldita sea...".
"—¡¿Y cómo podría dartela?! —exclamó todavía exaltado, trantando de hallarle el sentido a la actitud de Akaza, porque no tomó demasiado entender que hay algo muy raro en todo esto, así que mientras respiraba, se calmaba y pensaba en una respuesta, su mente unos momentos después le dio la respuesta más "coherente" que pudo pensar— "De hecho ¿Qué me garantiza que eso es lo que realmente quieres?" —preguntó ya nuevamente tomando la compostura, mostrándole sus dudas, su obvia desconfianza.
"—¿Qué más podría querer?" —preguntó ahora el demonio, quien parecía estar visiblemente extrañado por ese comentario. Ahora Kyōjurō sólo puede pensar en una cosa: Que no se haga el inocente.
"—No lo sé ¿Qué tal devorarme?" —respondió de forma inmediata, pues aquello sería los más obvio ¿No? Si no había aceptado su propuesta, perfectamente podría matarlo, luego devorarlo; aparte ¿Por qué no hacerlo? Era perfectamente posible pues...— "Digo, la carne de omega debe saber muy bien ¿No?" —comentó con un rumor que escuchó en su adolescencia, que la carne de las personas con su mismo subgénero era "realmente deliciosa" o eso fue lo que escuchó por parte de otro cazador, uno que temblaba mientras lo decía; un pobre muchacho que probablemente formó él mismo la teoría o lo escuchó de otra persona. No lo sabe, pero probablemente lo confirme ahora, todo depende de la reacción de Akaza.
Quien ahora lo miraba con sorpresa, con los ojos abiertos, inmóvil. Aparentemente descubrió la verdad tras "su nueva propuesta" o eso pensó hasta verlo siguiente: Akaza sonreía y no sólo eso, también comenzó a reírse.
¿Por qué lo hace? ¿Qué es tan gracioso? ¿Ser descubierto daba gracia? No lo sabe... ¡Pero sí tiene claro que esa risa estaba siendo muy, pero muy molesta!— "¡¿De qué te ríes?!" —interrogó seriamente al ver que el contario estaba perdiendo casi todo el aire de sus pulmones, cerraba los ojos y casi temblaba en el suelo mientras soltaba sonoras carcajadas.
"—Oh, lo siento, lo siento" —se disculpó la tercera luna demoníaca mientras tomaba nuevamente la compostura— "Pero primero dime, Kyōjurō ¿Dónde oíste eso? ¿Algún rumor?" —preguntó con calma, sin malicia; cosa que claramente extrañaba al cazador demonios.
"—¿Estoy equivocado?" —cuestionó Kyōjurō, aparentemente dándole una respuesta a Akaza, quien trataba de calmar una carcajada emergente. En serio ¡¿Cuál es el chiste?! ¡Que lo diga! ¡Ha sido una larga noche y también quiere reírse un poco! Aunque aparentemente tendrá que ser después, ya que Akaza con una expresión aparentemente amistosa, respondió:
"—Como no tienes idea" —fue su respuesta mientras finalizaba su risa— "Vaya, no me había reído así en décadas" —comentó para restarle importancia al asunto, aunque mientras que él estaba notoriamente alegre por una situación que por lo menos a él le pareció cómica, ahora Kyōjurō estaba más confundido que antes. No sólo por el tema de que Akaza parecía no planear nada que se pudiera esperar de cualquier demonio, sino que ahora estaba confundido por el tema del rumor que lo había acompañado desde adolescente.
"—¿En verdad es tan divertido?" —preguntó extrañado ¿Acaso el tema era tan tonto para un demonio que podría sacarle tales risas? Bien, ahora quería saber la verdad del rumor.
"—Claro que lo es. Es decir ¿Por qué creerían que la carne de los omega tenía algo así de especial para tenerle preferencia? ¿Por su aroma? ¡Eso no tiene nada que ver! ¡No influye en el sabor de ninguna forma!" —respondió aparentemente tentado a reírse más, pero tratando de mantener la calma. Bien este tipo por poco y parecía ser más amistoso de lo que esperaba, o eso podría pensar al verlo tan extrovertido— "Mira, con gusto te explico el tema ¿Bien? Porque no tengo ni la más mínima idea de hace cuánto lo escuchaste" —dijo, quizás pensando que era un gesto "amable", el explicarle el asunto, en sí lo era, no lo negará. Así que lo único obtuvo como respuesta por parte de Kyōjurō, fue verlo asentir con la cabeza— "Es fácil de entender, así que sólo te diré esto: Lo que menos importa es si un humano es alfa, beta u omega; lo que afecta el sabor es cómo se cuida, su alimentación es lo que juega un papel más importante en el sabor" —explicó con calma, con simpleza ¿De qué otra forma lo iba a hacer? ¡El tema era mucho más simple de lo que espera!— "No es que sean omegas, como tú pensabas, simplemente es que son humanos. ¿Comprendes?" —preguntó al finalizar.
Vaya, en la mente del rubio ahora sólo estaba el pequeño conflicto de si era retorcido o si era "amable de su parte", el que desmintiera ese rumor explicándole lo que hacía verdaderamente delicioso a un humano. Quizás una muestra de ambas.
"—Comprendo" —respondió ya con una duda resuelta, pero sin bajar la guardia en ningún momento.
"—Y ahora que lo sabes ¿Puedes confiar en mis intenciones?" —preguntó recordándole su propuesta, la que le había generado una notoria desconfianza— "Yo te quiero, realmente te quiero, Kyōjurō" —le repitió sus sentimientos, dando nuevamente un paso hacia él, nuevamente arriesgando su seguridad sólo para hablar de lo que había en el corazón que aparentemente sí tenía.
Era molesto, ya estaba inrritándolo mucho. No lo toleraba y su seria expresión, el firme agarre de su espada y el estar en posición, completamente listo para arremeter contra él para matarlo; debía mostrarlo a la perfección.
"—No importa cuánto digas eso o cuan 'puro' resulte lo que sientas. No puedo aceptarte" —respondió con seriedad, severo; esperando que con esas palabras Akaza entendería de una buena vez por todas— "Si intentas dar un paso más, te mataré y no podrás decir que no te no te lo advertí" —sentenció luego de observar como el demonio descalzo había avanzado lentamente hacia él, quedándose en pausa al oír esas palabras por parte de su "amado" humano.
Era tan sencillo de cumplir, sólo debía quedarse quieto, incluso irse, ¡Moverse a cualquier lado mientras que no fuera hacía a él! ¡Ya lo tenía muy confundido, muy fastidiado, incluso harto y por ello no quería verlo nuevamente. Pero quiero saber ¿Akaza sería capaz de irse y punto? ¡¿Podría hacer algo tan sencillo como no mencionar sus sentimientos y marcharse?! Quería creer que sí... Pero lamentablemente obtuvo un no, al verlo avanzar nuevamente hacía él, cruzando la línea invisible que los separaba, pasando el límite donde el demonio estaría seguro del enojo de Kyōjurō y donde el cazador también estaba a salvo de ser herido nuevamente en un combate con altas posibilidades de ocurrir.
Vio como Akaza incluso trató de estirar un poco su mano, quizás en símbolo de alcanzar otra oportunidad de hablar con él, no importaba para qué fuera, pues fue inmediatamente amputado en un corte limpio, a lo que sin sorpresa alguna, con la extremidad ya regenerada, el demonio dijo:
"—Vaya, qué agresivo".
"—¿Qué esperabas? Metiste la mano al fuego, y qué sorpresa, te quemaste" —fue la respuesta que el rubio le dio.
"—No me importaría seguir haciéndolo" —fue la respuesta que recibió mientras lo veía ponerse en posición, parece que se dio cuenta de que no piensa hacer más que cortarlo.
Y así fue, Kyōjurō no dudó ni un segundo en lanzarse contra el demonio, perfectamente podría pelear, hacer que se marchase, pelear y matarlo o pelear y morir, pues nada le dice que Akaza no perderá la paciencia y lo lastimará en esta situación. Es un demonio después de todo, no puede esperar nada más aparte de la violencia.
Y este era el escenario luego del intercambio de palabras: Kyōjurō movía su espada en dirección a las extremidades y el cuello de Akaza, quien se encontraba en pura acción evasiva; también usaba las manos para desviar la navaja que amenazaba con decapitarlo, incluso terminaba por usar los brazos para cubrirse, siendo estos cortados en el proceso, mas no amputados para su buena suerte. No le costaba entender que Kyōjurō estaba molesto, se le notaba en el rostro y en los movimientos cada vez más rápidos, producto del hecho de que el rubio estaba concentrando su respiración para mantener el aguante.
Había muchas cosas que le generaban fastidio al cazador y una de esas era ver que Akaza parecía disfrutar la situación, pues este sonreía aunque sus extremidades fueran dañadas, incluso si llegaba a perderlas, incluso si por estas pérdidas su torso, su rostro y por poco su garganta era rajada por la navaja. Qué demonio tan raro ¿O acaso era así por "estar enamorado"? Pues vaya cambios lo que generaba el sentimiento.
"—Aunque vine en paz, la verdad no me importa volver a pelear contigo ¡En verdad ansiaba verte!" —comentó alegre mientras bloqueaba los cortes de la nichirinto— "Y no me imaginaba verte así, en verdad hay tanto que me falta por conocer de ti" —dijo ahora con calma, quizás tratando de apaciguar el claro enojo de Kyōjurō.
"—¿Por qué tienes que ser tan insistente?" —preguntó severo, aguantando las ganas de gritarle por el desagrado que le generaba esa actitud tan extraña, no sabe si intenta ser simpático o si trata de ser juguetón o hasta coqueto. Le cuesta identificar aquello, pero sí sabe algo y aunque suene muy repetitivo: ¡Es molesto! ¡Fastidioso! ¡Y quién sabe que otras palabras más sirven para describirlo, porque ahora está muy ocupado como para pensar en ellas! Y el hecho de que Akaza le hablara más, no ayudaba nada.
"—¿Y tú por qué tienes que ser tan cerrado? ¿Iba en serio eso de que me odiabas?" —preguntó mientras evitaba que Kyōjurō le cortara el rostro, por poco y le quitaba un ojo, probablemente quería venganza sobre eso, aunque sea de forma inconsciente.
"—¡Sí, lo iba! ¡Y te aviso que lo sigo haciendo!" —respondió mientras movía su espada con más rapidez, aparentemente el enojo era un buen motor.
"—Eso parece, ¡Pero no creas que por ello me rendiré contigo!" —le dijo recordándole su insistencia o quizás perseverancia, no está seguro, pero se inclina un poco más por la primera que por la segunda, por lo menos según Kyōjurō— "Así que ¿Qué te parece si intentamos algo diferente?" —preguntó mientras que tomaba la hoja de la kanata con una de sus manos, hiriéndose en el proceso, comenzando a sangrar desde la palma— "No suelo hacer este tipo de cosas, pero tratemos de hablar en vez de hacer esto. Me encanta hablar ¿Sabes?" —mencionó, mostrando nuevamente esa actitud que no parecía ser propia de él. La verdad es que si Kyōjurō no supiera que lamentablemente se había enamorado de él, probablemente hubiera pensando que ese demonio no era Akaza.
"—Ahora lo sé y no me importa" —respondió sobre aquel diálogo por parte de Akaza, poco le
importaba conocerlo. Quería hacerlo notar.
"—Para ser el pilar de las llamas, eres muy frío" —comentó el demonio al ver la actitud aquel humano, incluso para tener una apariencia similar a la del fuego, le parecía casi tan frío como las noches invernales. Era un gran cambio, comparado a cómo se mostró cuando se conocieron, según Akaza. No es que fuera muy "cálido" con él, pero Kyōjurō si se mostraba "ardiente" hasta cuando hablaba.
"—¡Tampoco me importa!" —exclamó mientras empujaba su espada para profundizar el corte en la mano del demonio.
"—Eso veo, pero ¿Sabes? Estoy notando algo y dudo que sea idea mía" —comentó mientras movía su otro brazo en su primer ataque, dejando su oración a la mitad para usar su otra extremidad para impactar contra las manos ajenas, haciendo que estas perdieran su arma, tirándola lejos de él, haciendo que su dueño también se alejara por precaución— "Sólo estoy tratando de hablar contigo y más que 'distante', te veo a la defensiva" —continuó con sus palabras mientras se acercaba lentamente hacía Kyōjurō, este no supo para qué, pues no lo dejó seguir cuando le dio una respuesta.
"—Perfecto... " —dijo ante las palabras de Akaza, apretando su mano derecha, acercándose rápidamente al demonio— "¡Díselo a mi puño!" —exclamó dejando un certero puñetazo en el rostro del contrario. Con su respiración concentrada, con buen impulso, con su de por sí buena musculatura, sería difícil que Akaza no se llegara a siquiera mover luego de eso. Cosa que no pasó y lo supo cuando vio, escuchó y sintió, cómo el demonio se movía por culpa del impacto y no sólo eso ¡También lo escuchó quejarse del dolor de su golpe! No pudo negar que fue algo muy satisfactorio... Pero no puede centrarse en eso ahora, no cuando tenía que ir por su arma, cosa que no tardó en hacer apenas pudo golpear a Akaza.
Perfecto, armado nuevamente y en posición, igual que Akaza, quien ya recuperado, tomó una postura defensiva... Ja ¿Quién estaba "a la defensiva", ahora? Bueno, el contexto era diferente... ¡Pero eso daba igual ahora! ¡Tenía que ver su próximo movimiento, tenía que ver cómo cortar su cabeza, tenía que ver si Akaza atacaría o no! No podía bajar la guardia y con eso, se refería también a no perder la compostura por que ese demonio le repitiera sus sentimientos ¡Porque realmente estaba haciendo que perdiera la paciencia! ¿Por qué tuvo que decir eso? ¡¿Por qué tuvo que "enamorarse" en primer lugar?! ¡No lo entiende! ¡Realmente no lo comprende y no sabe si arriesgarse a pedir una respuesta! O al menos, pedirla directamente, porque ahora que lo piensa, podría tratar de obtenerla con sutileza...
"—He peleado e incluso hablado con varios demonios y tú eres el más molesto que he conocido hasta ahora" —comentó recordando combates anteriores, ha visto demonios animados, calmados, agresivos y rencorosos, pero hasta ahora nadie tan fastidioso como Akaza. De hecho, hasta era el primer demonio que parecía odiar realmente ¡Ni siquiera Hairo, la segunda luna inferior a quien enfrentó hace más o menos dos años, le había generado alguna gana de odiarlo! ¡En cambio Akaza, ni hablar!
"—Y espero ser el único que te amara, porque no sé si lo notaste, pero soy un demonio un tanto egoísta" —cometó aumentando la molestia de Rengoku por haber hecho justo lo que no quiera que hiciera, también mostrando otra característica suya. Bien, ahora sabe que es insistente, molesto, que le gusta hablar y que es un demonio "un tanto egoísta".
"—Sí, lo noté. Eres tan egoísta como para pensar que te aceptaré luego de lo que hiciste" —respondió recordando que casi mataba a Tanjirō, que a él le rompió las costillas y casi hace que pierda un ojo. Sí, se nota que es egoísta.
"—Sí, lo soy" —dijo apenas tocó el tema, lo reconoce perfectamente, lo admitió hace sólo unos segundos— "Pero tampoco soy tan desgraciado como para venir sin pensar en lo que pasó. No he olvidado nada de lo que dije, ni de lo que hice. Lo tengo presente, no lo he olvidado... Y lo lamento" —dijo sorprendido al rubio, no sólo ha reconocido su egoísmo, no sólo admitió que recuerda lo que le ha hecho a él, lo que por poco le hace a otro muchacho y probablemente hablando también por lo que le hizo a más personas. Ese detalle no lo sabe, o si sólo habla de él, pero sigue impactado. Akaza... ¿En serio lo hizo?
¿De verdad se disculpó?
Imposible. No puede estar pasando.
"—¿Qué dijiste?" —cuestionó al oírlo. De no ser porque este era un momento serio, probablemente hubiera dicho "¿Quién eres? ¿Y qué hiciste con Akaza?" Pero no viene al asunto y menos al ver que con esas preguntas hasta estaría mostrando preocupación por un demonio.
"—Como resumen, que lo siento y que sé perfectamente que no ibas a aceptarme tan fácil luego de todo lo que pasó. No soy idiota" —respondió con seriedad mientras cruzaba sus brazos por un momento, algo que Kyōjurō sí conoce, algo qué sí puede decir que es propio de él por ya haberlo visto. Ese rostro, ese tono... Para bien o para mal, parece verdad.
"—¿Y por qué dices eso? ¿Por qué diablos te disculparías en primer lugar?" —preguntó con claras dudas, con molestia, una obvia confusión por aquellas palabras. Con sus ideas y ya mencionado sentir en un gran conflicto, para calmar aquella tormenta sólo se está arriesgando a pedir un "porqué" a la actitud de Akaza, un "porqué" que realmente podría arrepentirse de pedir y recibir.
"—Ya te lo dije" —respondió mientras mantenía su postura, brazos cruzados, manteniéndose tranquilo, incluso haciendo contacto visual—. "Estoy enamorado" —repitió el porqué de todo aquello mientras sus ojos se encuentran fijos en él. Con tanta seguridad, que si no fuera por el contendido de sus diálogos, podría tomarlo incluso más en serio.
Las manos de cazador fortalecen el agarre sobre su arma. Aprieta los dientes, casi frunce su ceño, respira profundamente. Quiere calmarse, mantener la cabeza fría en lugar de dejarse llevar por el hartazgo, quizás por la frustración, al recibir no sólo la misma respuesta, sino "esa" respuesta. Debe repetirse un "cálmate" y nada más. Si su cuerpo expresara su total molestia, si su mente no se apacigua para luego comunicarle a sus manos que se sujeten a la empuñadura de la nichirinto, ya estaría sintiendo sus manos sangrar de lo mucho que se aferraba a su espada.
Estaba tentado a decir "Eres molesto", quizás también "fastidioso", "hartante", "desesperante" y probablemente muchas palabras más para describir al demonio que tenía frente a él, pero aún no puede hacerlo. No cuando los insultos no lo llevaran a ningún lado. Sería inútil, un desperdicio de aliento y saliva, así que eligió ir por otro lado. Si no puede decir palabras para herirlo, si no puede hacer un ataque tan personal, mejor hablar de otro tema.
Uno que sabe que realmente le interesa.
"—Eres extraño. Y no sé si lo que quieres llega a ser ingenuo, tonto o hasta imposible; ya debes saber porqué" —dijo no sólo queriendo describir la verdad de ese demonio, recordándole lo arriesgado que sería su deseo al tratarse de un demonio y un humano, específicamente un cazador con el rango de pilar y una luna demoníaca; sino usando esas palabras como una introducción al tema que tanto tiene que tocar ahora— "Pero incluso si tomaste en cuenta los riesgos, ya que sabes que aunque te aceptara, habrían muchas cosas que no podrías tener conmigo" —comentó tranquilo, listo para recibir la respuesta de Akaza, la que de por sí ya puede predecir.
"—No me importa" —respondió tal y como se esperaba— "Conozco los riesgos, mantener el secreto no sería problema" —habló seguro, formando una sonrisa, dejando de cruzar los brazos, quizás para mostrarse menos serio, menos reservado— "Y tampoco me importaría no poder estar bajo el sol contigo ¡Estoy más que acostumbrado! ¡No me interesa lo que 'no podremos tener', estar contigo es más que suficiente!" —dijo con una sonrisa que casi tan brillante como la luna de esa noche.
"—¿Y si desearas más? Después de todo, según tú, eres egoísta" —dijo recordándole una característica que él mismo había dicho.
"—¿Y no prestarle atención a esas cosas, con tal de estar contigo, no te lo parece?" —preguntó mostrando un punto diferente— "Si a quien quiero es a ti, y rechazo lo demás, sin importar qué tan bien suene o qué tan común sea entre los humanos ¿Eso no te parece egoísta también?" —volvió a preguntar.
"—Pero claro que lo es" —respondió tranquilo, listo para dar otra pregunta para el demonio— "Y ahora que lo mencionas, quiero que me dejes claro esto: Si yo estuviera contigo, si tanto te intereso; ¿No te interesaría nada más? Incluso si te encontraras con alguna sorpresa, ¿Realmente no te importaría?" —preguntó dejando una clara duda en el rostro de Akaza, algo de sorpresa que fue retirada inmediatamente con una expresión segura, esa que mantuvo desde el inicio.
"—En adsoluto. No me interesa" —respondió seguro, listo para todo lo que Rengoku tuviera que decirle, pero aparentemente no para ver lo siguiente: Kyōjurō sonreía tranquilo, incluso cálido. Ahora es Akaza quién no entiende su reacción.
Y al rubio, eso le encantó.
"—En verdad eres curioso" —dijo al recibir la respuesta de Akaza, manteniendo la amistosa curva de sus labios— "En verdad me sorprende lo mucho que te interesaste, más en alguien como yo" —continuó generando una pequeña intriga— "Porque siéndote sincero, no me imaginé que alguien reaccionará así, no me imaginé que hubiera alguien que reaccionaría tan bien, al encontrar un omega infértil" —finalizó manteniendo su expresión tranquila, revelando un dato que lo acompaña desde hace más o menos cuatro años.
Ahora puede ver el estupefacto rostro de Akaza, su boca y ojos levemente abiertos; tal y como los tenía Kyōjurō hace tan sólo unos minutos, cuando el demonio había revelado sus sentimientos. ¡Ahora ambos habían dicho algo de ellos! ¿No era interesante? Para Kyōjurō sí y más al ver la sorpresa en el rostro del demonio, el alfa, llamado Akaza.
¿No se lo esperaba?
Aparentemente no, porque como respuesta sólo obtuvo segundos de silencio.
"—Entonces a esto te referías con tu pregunta ¿No?" —supuso al escuchar tal revelación, borrando la mayoría del impacto en su rostro. Ahora era su turno de ver la sonrisa en el rostro del cazador.
"—Exactamente" —confirmó con una sonrisa incluso más grande— "Tiene sentido que no lo supieras, así que entiendo la sorpresa" —trató de darle a entender que ya se esperaba el que Akaza se impactara al escucharlo— "Y ahora hay algo más que quiero saber, Akaza" —habló inclinando un poco la cabeza hacía la derecha— "Lo que acabo de decirte ¿No te importa?" —le preguntó al demonio con una sonrisa que no suele usar, una casi pícara. Quiere saber qué le responderá primero, si los sentimientos de ese demonio o el desinterés al ver no tendrá lo que muchos humanos, ya sean alfas, betas u omegas, quieren: Un fruto de dos.
El rostro del contrario, anteriormente "en blanco" por la sorpresa, se muestra tranquilo, da un paso al frente, sonríe nuevamente y responde:
"—¿Debería importarme siquiera? Porque ya te lo dije, te quiero a ti" —dijo recordando a quien desde el inicio ha sido su deseo: Él. Kyōjurō y nada, ni nadie más.
Bien, aparte de estar nuevamente impactado, Kyōjurō no sabía que más decir. Ni contándole algo de esa magnitud logró que ese demonio se alejará, ya no sabe si decir "¡Maldita sea!" Para expresarse de una forma explícita o decir "¡Oh, genial!" Con un obvio sarcasmo para disimular su naciente frustración por no haber logrado alejarlo. No, la verdad ninguna de esas formas servirían para expresar lo que siente ahora, pero de todas formas tratará de decir algo, porque no es bueno para quedarse callado. Eso simplemente no se le da.
"—Eres raro" —comentó sin intenciones de insultarlo realmente, sólo lo estaba describiendo. No se le ocurrió hacer otra cosa, no pensó en decirle otra cosa. Pues ver que no había perdido su interés, ver que no le importó en realidad fue su infertilidad, era raro. No sabe si "peculiar" o "curioso", pueden describirlo también, pero la palabra que más sintió que cuadraba para Akaza, era esa: "Raro".
"—¿Raro?" —preguntó casi juguetón— "No soy raro, tengo mis prioridades claras" —se explicó con simpleza, sin darle importancia a su aparente "rareza".
"—¿Y entre ellas estaba esta? ¿Declararte?" —cuestionó al no poder tomar eso con la seriedad que probablemente se merezca. Porque ahora realmente se sentía intrigado por el gran, pero GRAN, cambio de Akaza con sus deseos.
"—¿No te lo dejé claro? Porque no tengo problema en repetirlo" —respondió confirmando nuevamente el porqué de sus acciones y de su actitud. No importaba mucho cuánto lo hiciera, para Kyōjurō en realidad era complicado de digerir— "Pero dejando eso para otro momento, como ya dije lo que tenía que decir, me voy" —comentó estirando un poco sus brazos, quizás como señal de cansancio, para luego darse la vuelta y comenzar a dar pasos lo suficientemente lentos como para que de mantuviera todavía a la vista.
Costaba creer que se iba así de fácil.
"—¿En serio?" —se escuchó por parte del rubio al ver que se marchaba así como si nada más importara.
"—¿Quieres que me quede?" —preguntó el demonio volteándose hacía su "amado" cazador. Nuevamente esa sonrisa juguetona, la que vio apenas pudo verlo, siquiera conocerlo. Bien, debió cerrar la boca y no volver a abrirla. Acaba de arruinar la oportunidad perfecta de tener paz en esa noche.
"—¿Tengo cara de querer eso?" —respondió con otra pregunta, una con respuesta tan obvia que no tenía ni que decirla.
Se escuchó una risa luego de su comentario, de no ser porque ya estaba aburrido de repetirlo, Kyōjurō con gusto hubiera pensando nuevamente lo que opinaba de Akaza... Ok, en realidad no se va a cansar de decirlo: "Molesto". Akaza es molesto. Y duda mucho, ¡Pero mucho! Cansarse de repetirlo.
"—Me dolería más serte sincero que mentirte con eso" —dijo como respuesta antes de verlo nuevamente cara a cara— "Pero dejando eso de lado, fue una noche maravillosa" —comentó alegremente, aunque estaba más que claro que el sentimiento no era mutuo en adsoluto— "Y me alegra que no sea la última, no cuando hay tantas cosas que me muero por saber de ti" —finalizó antes de desaparecer de un segundo para el otro, aparentemente haciendo referencia a la no tan pequeña revelación de Kyōjurō. Parece que eso en lugar de generar desinterés, causó todo lo opuesto.
Al pensar en eso, Kyōjurō sólo pudo decir una cosa mientras intentaba no apretar los dientes al ya no sentir su presencia cerca: "Maldito imbécil".
Luego pensó en volver a casa, estaba agotado y realmente quería recuperar la energía perdida, también pensar en qué hará si lo vuelve a ver más pronto que tarde. Definitivamente una de las noches más fastidiosas que pudo tener.
Ese fue su pensamiento al vivir la primera visita de Akaza. Ahora suelta una risa al recordar la actitud del demonio y su reacción a la confesión de sus sentimientos. Ver las imágenes pasar nuevamente por su mente le causaba gracia, ¡Y ni hablar de la cara que Akaza puso cuando le rebeló su "peculiaridad"! Eso era lo más divertido, incluso lo había expresado cuando le sonrió al verlo así de impactado. Era un buen recuerdo...
Aunque la historia del porqué Kyōjurō era así, en realidad no lo era. Deja las risas de lado y su sonrisa se hace pequeña al recordar ese tema, esa historia, la historia de "esa" noche, que ocurrió hace aproximadamente cuatro años atrás. Puede sentir perfectamente un escalofrío recorrer su cuerpo al recordar una parte de la historia, la que al ser nuevamente mencionada, pedía ser recordada... Y no iba a dejarla de lado, no ahora que la tiene como siguiente recuerdo.
No es como si pudiera olvidarla de todos modos, así que ¿Qué tiene de malo recordar ese suceso? De todos modos, ya pasó mucho tiempo como para que le afecte.
Suelta un suspiro y mientras intenta relajarse, sus recuerdos retroceden unos cuatro años, aproximadamente, luego recopila lo que ocurrió en cierto momento y lo que siguió después de aquella noche. En realidad era una historia un poco más larga de lo que se esperaba, pero estaba listo para volverla a ver.
____________________
Bien, ya llevo unos capítulos sin aparecer, pero realmente estoy curiosa ¿Qué les pareció mi pequeña sorpresita respecto a Kyōjurō? En verdad quiero saber.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top