Capítulo catorce: "Más de una persona quiere conocerlo"
Así fue como finalizó una parte de sus memorias, sí, "una parte" porque luego de la noche en la que cumplió la primera parte de su pequeño plan y se reencontró con Akaza, también hubo algo que ocurrió al día siguiente, donde tuvo suerte de de despertar y no la de terminar inconsciente por quién sabe cuántos días.
No quiere recordar mucho de las cosas que pasaron durante ese día, porque apenas tendría cosas que contar, como ejemplo estaría que Tanjirō seguía inconsciente y probablemente lo esté por varios días más, y no solamente Kamado estaba mal, sino que también Inosuke a quién por puro milagro, o mejor dicho fortuna por que su cuerpo fuera tan peculiar, se había salvado de que le clavaran una hoz en el corazón.
Tuvieron mala suerte, pero esa mala suerte, pudo haber sido hasta peor, llegando a convertir esas heridas en sus causas de muerte. Enterarse de eso fue su forma de empezar la mañana y si debía ser honesto, realmente prefiera pensar otros asuntos.
¿Pero cuáles? Pues ahora que lo piensa, perfectamente podría hablar de una situación que le resultaba bastante familiar, en la que él se encontraba tranquilo, con dolor y todavía recuperándose de sus heridas; escuchó un ruido, uno que a juzgar por lo rápido que se repetía el sonido, indicaba prisa. Eran pasos, y al escuchar cómo avanzaban hasta la puerta, lo llevó al menos unos cuatro años atrás. Sabía de quién se trataba y su suposición se confirmó apenas vio como la puerta de la habitación comenzaba a abrirse.
"—Hermano" —fue la primera palabra que escuchó. Era Senjuro. Luego de abrir la puerta, por fin había bajado la velocidad de su andar para entrar a la habitación.
"—¡Senjuro!" —saludó tan alegre como lo había hecho hace cuatro años, incluso llegando a sentarse para recibir a su hermanito con una buena cara, tal y como lo había hecho hace unos ya mencionados cuatro años más o menos, con la diferencia de que esta vez estaba con los brazos abiertos para recibirlo. Y su querido hermanito no tardó nada en ir a aceptar ese gesto, aunque con suficiente cuidado como para no hacer más presión de la necesaria— "Me alegra mucho verte aquí".
"—Es la segunda vez que te enfrentas a una luna superior, tenía que venir a verte" —respondió sin soltar el cuerpo de su hermano mayor.
"—Casi siempre lo haces" —comentó acariciando su cabeza mientras sonreía.
"—Sí, lo sé" —respondió mientras que comenzaba a separar de los brazos de su hermano—, "por cierto, hermano, hay algo que tengo que decirte" —dijo mientras volteada de forma disimulada hacia la puerta de la habitación, la que ahora que se da cuenta, no está totalmente cerrada.
"—¿Y eso de qué se trata?" —preguntó claramente desconcertado por el gesto y las palabras de su hermanito.
"—Bueno, vine a decirte que esta vez no vine solo" —respondió con una sonrisita que mostraba algo de nerviosismo— "no esperaba que acompañara, pero él hasta insistió en acompañarme para a verte" —comentó mientras que la mirada del mayor comenzaba a dirigirse hacia puerta.
Aunque también estaba tratando de imaginar a la persona de la que Senjuro estaba hablando, porque ¿"Él"? ¿Quién era? ¿Acaso Obanai? Entre personas cercanas, era el primer nombre que llegaba a su mente si buscaba posibles visitantes del género masculino.
"—¿De quién hablas, Senjuro?" —no se resistió a preguntar apenas pudo. Un extraño escalofrío lo recorrió cuando sintió como había alguien más acercándose a la habitación, incluso escuchó los pasos y hasta sintió que los reconocía.
"—Ah, pues..." —ni siquiera terminó de hablar antes de que tanto él, como Kyōjurō desviaran la atención y sus ojos hacía la puerta, para ver como esta se abría y dejaba ver a la persona que había insistido en acompañar a Senjuro.
La sonrisa de su rostro estuvo a nada de borrarse por causa de la sorpresa al entender quién era "él". Y si debía ser sincero, no se esperaba para nada que su padre fuera a ver junto a su hermanito para verlo, incluso le tomó unos segundos procesar que Shinjuro había entrado a la habitación, aunque todavía no se alejara mucho de la puerta.
Segundos después llegó a mirar a su hermanito, quien todavía nervioso lo observaba sin decir una palabra. Terminó siendo Kyōjurō quien luego de llevarse una mano a la frente, comentó todavía con una sonrisa en la cara.
"—Creo que me golpeé la cabeza" —palabras que hicieron que Senjuro se acercara con preocupación.
"—¿Acaso te duele?" —preguntó claramente tomando en cuenta todas y cada de sus palabras.
"—Oh, no, pero..." —hizo una pausa antes de volver a ver la imagen de su progenitor y después regresar la mirada hacia su hermano menor— "¿Él realmente está aquí?" —preguntó otra vez desviando uno de sus ojos hacia el otro Rengoku. Si debía ser más directo, con gusto hubiera dicho "¿Me volví loco o mi padre realmente quiso y vino a verme?", Lo hubiera dicho, pero ya con ver como su padre frunció el ceño por su anterior comentario, claramente dicho en voz alta, ya le estaba dejando en claro que sería mejor callarse, aunque no es como si eso le dejara claro si la situación era real o no.
Por muy estúpido que suene, no lo procesa.
"—¿Acaso no me ves?" —preguntó la voz del tercero en el cuarto, quien ya se había dirigido un paso hacia él.
Y no, no es que no lo vea, sino que no puede creer que lo está viendo, incluso si el sonido de su voz, el de sus pasos y la imagen del hombre frente a él, le indicara perfectamente que estaba en la realidad.
"—No es que no lo haga, es solo que no lo esperaba..." —admitió tentado a preguntar "¿Y por qué estás aquí?", aunque Senjuro ya le haya dejado claro el porqué: Vino para verlo. Aún recordando esas palabras, parece ser que le cuesta aceptarlo.
Lentamente sus manos se acercan a las mantas que cubren sus piernas, ni siquiera está pensando en porque quiere hacer lo que se le acaba de ocurrir.
"—Lo esperaras o no, estamos aquí" —respondió tanto por él como por su hermano menor. Dio otro paso en su dirección. Kyōjurō tomó la tela con más firmeza— "¿Cómo te sientes? Apenas supimos de ti cuando fuiste por ese demonio al distrito rojo".
Incluso tomó la iniciativa de preguntar por su estado. Ni siquiera Senjuro lo había hecho cuando llegó.
"—Bueno, todavía me duele el cuerpo" —respondió mientras comenzaba a retirar con lentitud la manta sobre su cuerpo. Trató de mostrar una expresión más segura antes de decir lo siguiente— "¿Y tú qué tal?" —devolvió la pregunta casi sin pensar.
Ojalá que no se notaran sus ganas de mencionar si su padre estaba bien, aunque la respuesta en sí la obtuvo sola, pues por algo Shinjuro había salido de la casa ¿No?
"—No deberías preguntar eso cuando eres tú quien está peor" —comentó su padre en respuesta, aún si eso no aclaraba su duda en absoluto.
"—No pude evitarlo" —respondió con la más pura verdad, ¿Cómo evitar preguntar eso cuando acababa de cruzar por su mente que su padre podría tener "algo"? Sería muy grosero decir eso en voz alta, pero si pudiera, definitivamente diría "No deberías salir de la casa si te sientes mal". Sí, por alguna razón que ni él entiende acaba de pensar que su padre estaría hasta mal para tener que ir a verlo. ¿Por qué piensa eso? No lo sabe, pero no puede evitarlo.
Tampoco puede evitar acomodar sus piernas bajo la tela que ya dejó de cubrirlo, ahora está sentado al borde de la camilla y no le está prestando atención a ninguna de las alertas que hay en su cuerpo, no hace caso a la posibilidad de que sus heridas se vuelvan a abrir. Parece que ni siquiera le interesa, pues por alguna razón quiere ver a su padre de cerca. Quizás quiere ver que esto realmente no sea cosa suya el que su padre pareciera mostrar preocupación, o tal vez es por otra razón que ni él sabe. ¿Por qué quiso levantarse realmente? Debe haber una razón.
Aunque ni siquiera puede dar un paso fuera de la camilla antes de escuchar los sonoros pasos de su progenitor, ver su ceño fruncido por intentar levantarse y lo que más destaca, el que colocara una mano sobre su hombro para mantenerlo en el colchón y su voz diciendo:
"—¡Apenas te estás recuperando, no seas tan imprudente, Kyōjurō!" —con un tono más preocupado del que se puso haber imaginado o del que pudo haber recordado luego de tantos años distante. Llegó a paralizarse por un instante al pensar en la última vez que lo vio de esa manera, y se quedó quieto por más tiempo una vez que lo vio suavizando su expresión, soltar un suspiro y comentar— "Mira, lo siento, pero solamente quédate quieto ¿Bien? Ya tuviste suficiente".
Esto está pasando justo frente a sus ojos. Lo acaba de escuchar y por alguna estúpida razón sigue tratando de decirse a sí mismo: "Reacciona, esto es real, y no deberías estar perdiendo el tiempo con pensamientos como estos, porque nada más quedas con cara de idiota". Por lo que tratando de ya dejar el inicial impacto de simplemente encontrar a su padre allí, se obligó a volver a conectarse con el presente.
"—Tendré más cuidado ahora, tranquilo" —respondió intentando sonreírle. Shinjuro tenía razón en ese momento, pues nada más por imprudente había tratado de levantarse... sí, nada más por imprudente, ¡Porque ni siquiera sabe porqué lo hizo en primer lugar! A lo mucho podría pensar en que nada más quería ver a su padre de cerca para asegurarse de que era él realmente y no estuviera mal de la cabeza, pero... rayos, se está perdiendo en sus pensamientos ¡Otra vez! ¿Cómo podía hacerlo en una situación así? Oh, por el amor de toda entidad conocida como Dios, esto es molesto, por no llamarle de otra forma.
"—Eso espero porque, maldita sea, ya es la segunda vez que terminas así por una luna demoniaca. No te lastimes más" —llegó a pedir mientras se sujetaba el puente de la nariz. Se está involucrando, dijo que se alegró por saber que estaba vivo, incluso fue a verlo junto a su hermano. Eso es algo que... debe ser sincero, no se espero que pasara, menos cuando la última vez que hablaron por más de un minuto completo, nada más habían llegado a discutir, gritar y dejar ir varias palabras que nunca se imaginó decir.
Es una situación que apenas llegó a mencionar, pero la razón es simple de porqué no contó los detalles de la discusión que tuvo con su padre luego de volver de su primer encuentro con una luna superior; ¿Cuál es la razón de no describir ni qué cosas llegaron a decirse? Simplemente esto: No quiere recordarlo y ni piensa dar detalles. Punto. Diablos, se está alargando demasiado con un tema innecesario otra vez.
"Maldita sea, Kyōjurō, céntrate" se dijo apenas se dio cuenta de que estaba repitiendo las cosas.
"—Seré más cuidadoso la próxima vez" —prometió mientras ahora miraba a su hermanito, apenas había escuchado su voz, y eso realmente llama su atención.
"—Espero que así sea" —dijo el menor de los Rengoku mientras iba a tomar las manos de su hermano mayor—. "No queremos verte tan mal, hermano. Me asusté esta vez" —comentó mientras se acercaba un poco más a él para luego susurrar—. "Hasta él se vio preocupado al enterarse a dónde ibas. No se lo pensó ni una vez venir aquí" —susurró mientras volvía a abrazarlo, para ocultar mejor su conversación—. "Te diré más de esto cuando estemos a solas, no te puedo negar que yo también estoy sorprendido por esto" —admitió mientras se negaba a soltar el cuerpo del mayor, quien acarició la espalda de su hermano menor para decirle "sí" a la idea de hablar de ese asunto en privado. Parece que Senjuro vio más cosas que él.
"—Estaré mejor la próxima vez, lo prometo" —dijo Kyōjurō en voz alta para no levantar ninguna sospecha por parte de su progenitor, incluso acarició la cabeza de su hermanito para aparentar que tenía otra razón para tenerlo tan cerca.
"—Espero que nada te impida cumplir eso" —respondió mientras que lentamente se alejaba de su cuerpo—, "por cierto, sé que es muy pronto para preguntar, pero ¿Cuándo crees que puedas volver a casa? Extraño verte allí" —dijo iniciando una conversación más "normal" a los ojos y oídos de su padre.
Y Kyōjurō inmediatamente eligió seguirla.
"—No lo sé, pero estaré tan pronto como sane" —respondió sonriente mientras buscaba más cosas que poder decir desde el fondo de su corazón, para mostrar que esa charla era más importante que los susurros de antes— "aunque me gustaría estar con ustedes en casa, también estoy alegre de verlos luego de estos días. Los extrañé" —comentó pensando en los minutos donde aparte de su "otro asunto", también tenía los rostros de sus familiares en la mente. Era verdad, los extrañó.
"—Y nosotros te extrañamos a ti" —respondió en un peculiar plural, bueno, no tan peculiar si es que trataba de pensar en que su padre quiso ir a verlo por una razón— "¿Y si me dices qué ha pasado estos días? Apenas me mandaste cartas" —dijo mientras se sentaba cuidadosamente en la camilla, cerca de su hermano mayor para dejar en claro que no le dará salida y que estará más que dispuesto a escuchar lo que pueda decir.
"—Bueno, ¿Por dónde empezar?" —se preguntó a si mismo mientras se acomodaba en la camilla.
"—Por donde sea" —dijo el menor de los Rengoku con una sonrisa. Eso la verdad no llegó ayudarle mucho, en realidad él mientras trataba de organizarse para contar algo interesante que contar, ya que su hermanito había dicho que podía empezar "por donde sea" y eso intentó hacer, buscar cualquier detalle que podría mencionar y simplemente decirlo, pero el problema es ese: no sabe por dónde empezar, solamente porque tiene la idea de que no por poder empezar por "donde sea", ese "donde sea" también conocido como "cualquier cosa", sea igual de interesante que algo que verdaderamente quiera contar.
"—No tengo mucho que decir, fuera de mi trabajo, no pude centrarme en algo diferente" —comentó dándole a entender que por más que quisiera, no podría cumplir su petición— "¿Qué tal sí tú me dices algo? ¿Qué hiciste tú?" —preguntó para dejar en claro que en esa ocasión prefería mil veces escucharlo a él.
Ve como Senjuro frunce por un sólo segundo y de una forma muy leve su entrecejo al escucharlo. Quizás realmente quería que le dijera algo para pasar el rato, aunque luego de verlo suspirar y emitir un "Hmm", antes de una sonrisa, se sintió más tranquilo.
"—Bueno, creo que hay algo que realmente te quería contar" —dijo con una notable alegría, emoción que llegó a contagiarse lentamente en el interior de Kyōjurō.
"—¿Y qué sería eso?" —preguntó interesado por el tema. Ha estado lejos por mucho tiempo y si debía ser sincero, le gustaría mucho poder escucharlo, pues ha estado lejos por varios días. El rostro de Senjuro le indica que obtendrá una respuesta.
Y más pronto de lo que espera.
"—Hace un tiempo conocí a un muchacho que me cayó bien, se llama Haruki" —respondió con mayores ánimos. Entonces él también tenía a alguien más en su vida y juzgar por su sonrisa, parecía tenerle un mayor aprecio al que se esperaba.
"—¿Un nuevo amigo?" —preguntó ya casi estando seguro de la respuesta.
"—Sí, diría que sí" —respondió sin medir el agrado que tenía por su relación con el muchacho—. "Hablamos mucho y realmente me divierto con él, es genial" —continuó emocionado. Era tan agradable poder verlo así, que no pudo evitar sonreír junto a su hermano menor y pensar en cómo debía sentirse al hacer un nuevo amigo, aparte de Tanjirō, con quien también estaba siendo bastante cercano—. Me alegra haberlo conocido" —oh, puede imaginarlo. Es tan bonito el sentimiento de encontrar a alguien con quien hablar y contar de las cosas se han hecho durante el día, es algo tan, pero tan agrada...— "¿Sabes? No sé porqué, pero hay algo que quiero preguntarte" —dijo sonriente. ¿Qué será lo que le dirá? Debe ser muy importante para él, ya que se demoró muy poco en hablar, incluso llegando a interrumpir sus pensamientos.
"—¿Y eso que sería?" —preguntó sin saber que la sonrisa de su hermano menor ocultaba una duda que mejor no hubiera conocido.
"—¿Has llegado a conocer a alguien últimamente? Me di cuenta de que uno puede hablar con gente nueva en casi todo momento, y por alguna razón quise saber si a ti te pasó también" —dijo con una expresión que nada más mostraba inocencia. Una inocencia que claramente no era consciente del escalofrío que surgió en el cuerpo de su hermano mayor al darse cuenta de lo peculiar que resultaba ser su pregunta, ahora que estaba con Akaza, y que justo en tiempos recientes, Tengen también le preguntara por "la nueva persona en su vida".
¿Qué tipo de maldita coincidencia era esta? ¿Qué tipo de "conveniencia" en su historia con ese demonio había sido el que tanto como su amigo Uzui y su hermano, preguntaran por la persona que le estaba dando tanta alegría? Como tantas veces había pasado, no sabe si quiere obtener respuesta o si incluso alguien podría dársela. No quiere tomarle tanta importancia a la existencia de esa posible respuesta, menos cuando su hermano sigue esperando que él le de una.
¿Qué le va a decir? ¿Qué le puede decir? No puede decirle la verdad. No cuando no es el momento de revelar la existencia de su relación con Akaza. La idea de pronunciar un "Sí", la idea de decir "Sí, ahora paso el tiempo con alguien", realmente hacía que en lugar de hablar, quisiera cerrar la boca y dejar a Senjuro con la intriga hasta el final.
¿Qué es más cruel? ¿No decir nada o...? Alto, ¿Qué es ese "o"? Claramente tiene que ver con otra opción diferente al silencio, ¿Pero por qué se pregunta qué es? La única idea que le llega a la mente, es que es una opción que normalmente no tomaría en cuenta ni por asomo, y esa era... la mentira. Sí, la ya perfectamente conocida mentira. ¿Por qué reacciona así, al considerar la mentira como una alternativa? Es sencillo y hasta el puede y esta de humor para responder.
Porque él nunca hubiera considerado llegar a mentirle a su hermanito. Nunca, pero nunca, jamás de los jamases, bajo ninguna circunstancia... bueno, lo hizo una vez con su "Estoy bien"... de acuerdo, lo hizo más de una ocasión, ¡PERO! ¡Pero, pero, pero...! Ese otro asunto... aunque al final fue descubierto de todos modos, ahora que lo piensa. ¡Ah, esto ya es mucho problema! Mejor pensar en qué decirle a su hermano. Debe ser sincero, haría una larga pelea interna consigo mismo sobre si debería mentir o decir la verdad, una pelea que probablemente tome tantos minutos que hasta podría dejar a Senjuro preocupado por su prolongado silencio, así que...
"—Hm, la verdad es que no" —sí, eligió lo que por primera vez en años consideraría mejor que la verdad, por lo menos en esta situación. No quiere excusarse con lo de una "mentira blanca", ya que mentira es mentira al fin y al cabo, por lo que simplemente admitirá que luego de ya años sin serlo, actuará como un intento de mentiroso. Porque debe reconocer que es pésimo para ellas.
Ve el rostro de su hermano menor mostrar una emoción que por el momento él no podría describir, pero que a lo mucho puede intuir en que está pensando en qué tipo de suerte tendrá luego de saber que supuestamente no la compartía.
Bien, sorprendentemente Senjuro no ha intentado buscar la verdad, quizás por la calma con la que logró decirlo. Eso fue una gran ventaja para él y aparte del alivio, consideró una gran victoria el no delatarse solo.
Una lástima que su sentimiento de seguridad se desvaneciera mediante la aparición de un fuerte sonido que se encontraba justo fuera de la habitación. Era una voz, una que reconocía perfectamente.
Y el dueño de esta hizo aparición justo cuando este abrió la puerta del cuarto y decía a viva voz:
"—¡Bien ya que ambos estamos aquí, cuéntame de tu amigo, novio, amante o lo que sea que sean!" —se le escuchó decir a quien definitivamente llamará "Dios de los chismosos". Ni si quiera se había limitado a tocar la puerta como una persona educada, y sí "persona educada", porque el único contacto que tuvo con la puerta, en lugar un golpe que le hiciera sonar "toc toc" fue el momento en el que tuvo que tocarla para abrirla y hablar de una manera imprudente sobre su pequeño secreto.
"—¿No que no, Kyōjurō?" —preguntó la voz de su padre, que para bien o para mal, eligió estar atento a la conversación.
"—Eh..." —fue el primer sonido que salió de su boca al escuchar esas palabras. Aunque la situación no terminaba aquí.
"—Oh, no sabía que tenías compañía" —comentó el pilar del sonido mientras observaba a las otras dos personas que buscaban una respuesta de su parte a sus palabras.
"—Entonces, ¿Mi hermano tiene un amigo?" —preguntó Senjuro mientras observaba a su hermano mayor, quien solamente podía mirar a Tengen.
"—¿Ellos no lo sabían?" —preguntó el otro pilar, quien solamente pudo mirar cómo su amigo negaba con la cabeza para darle una respuesta.
"—Por lo que veo, no pensaba contarlo" —comentó Shinjuro mirando a su hijo. No sabe si el tema le interesa o no, pero realmente le dejó un desagrado total el que su padre ahora sepa que tiene a un "nuevo amigo"—. "Aunque ¿Qué más dijiste que eran?".
Oh, mierda. ¿Por qué tenía que preguntar eso?
"—No sé si son novios o amantes" —dijo sin más mientras se acercaba por el otro lado de la camilla para acompañar a Kyōjurō.
¡¿Y él para qué le responde?!
"—¿Mi hermano tiene pareja?" —preguntó ahora Senjuro con curiosidad.
Tiene que intervenir en esto.
"—¡No es cierto! ¡No tengo pareja, él es... un amigo!" —dijo tan sonriente como nervioso para ya contar una parte de la verdad. Sí "una parte", porque realmente él no sabe si son amigos o no. Para él su relación en realidad resultaba ser carente de nombre, pero no estaría mal ponerle ese apodo para que ya nadie diga nada.
"—¿Sólo un amigo?" —preguntó Tengen cruzado de brazos.
"—Sí, un amigo" —respondió remarcando toda palabra recién dicha.
"—¿Y por qué te alteras tanto?".
"—Porque acabas de agregar varias cosas que no son verdad".
"—Esa cara que tenías al hablarme de él, no me pareció que fuera pura amistad".
Lo único que quiere decir ahora es "Maldito Tengen".
"—Pues lo es" —respondió para que ya dejara de insistir.
"—¿Y si es un amigo, por qué ni tu hermano lo conocía?" —oh, buena jugada, hijo de... no. No va a recurrir a ese tipo de insultos— "¿Acaso era tu secreto?" —bien, quizás insultarlo de esa manera al menos una vez, no sería malo.
Hijo. De. P...
No, mejor no ahora. Ya luego puede hacerlo. Ahora debe atender ese asunto.
La mirada de su hermano, quien estaba atento a las palabras de Tengen, parecía realmente confundido por que él intentara ocultarle su nueva amistad.
"—Bueno, ya lo dijiste. 'Era', Tengen" —respondió mientras apretaba su mano derecha en un puño y trataba de ocultar las grandes ganas que tenía de gritarle por su imprudencia.
"—¿Y por qué tenía que ser un secreto?" —preguntó el menor de los Rengoku mientras se acercaba a su hermano mayor.
Carajo, ¿Ahora qué le decía? "Porque ese 'amigo' es el demonio que casi me mata", esa respuesta estaba más que descartada.
"—Bueno, porque...".
"—Seguro porque es la primera persona con la que se involucra fuera del cuerpo de exterminio, o eso me imagino yo" —comentó Tengen con pura intuición— "A veces uno quiere mantener en privado su primer am...".
Está más que claro que esa frase no la iba a terminar. Razón la que le dio un codazo cuando seguramente iba a pronunciar la palabra "amor", en lugar de "amigo".
"—Amigo. Un amigo" —dijo Kyōjurō para corregir al exaltado Uzui por su acción repentina— "Y sí, quería mantenerlo en privado por un tiempo, más porque he estado ocupado" —respondió ahora él a la duda de su hermano, escuchando un "Aaah", que le dejó en claro que Senjuro lo había entendido.
"—¿En algún momento nos lo vas a presentar?" —preguntó recordándole que la existencia de su "nueva amistad" ya no era ningún secreto. Maldita sea la realidad de esa situación y también maldita sea la causa por la que no pudo tener solamente para él la existencia de su relación con Akaza. Sí, maldita sea la boca de Tengen.
"—No será pronto" —respondió esperando que eso quitara una parte de la curiosidad de su hermano.
"—Hm, supongo que es una lástima no poder verlo. Ese amigo tuyo explica porqué te ves más alegre estos días" —comentó la voz de su padre con palabras ya conocidas. Tengen dijo algo similar hace un tiempo... ¡¿En serio se le nota tanto?! ¡Además! ¡¿Realmente su padre se tomó el tiempo de verlo como para saber si estaba más alegre que de costumbre?! ¡¿Realmente él llegó a verlo?! No quiere alterarse, pero en serio, ¡En serio! está costando mucho.
"—¡Lo mismo le dije yo! La verdad dudo mucho que nada más sean amigos" —comentó el pilar del sonido cruzado de brazos. ¿Lo está haciendo a propósito? ¿Dice todas esas cosas para que su familia pregunte o qué rayos le pasa? Quiere una respuesta, aunque probablemente termine golpeando a Tengen luego de eso. No, en realidad va a hacerlo de todos modos.
"—Pues eso somos, amigos" —respondió más que tentado a darle otro codazo.
"—Amigo, novio o amante, ¿Igual podríamos conocerlo?" —preguntó Senjuro aparentemente tomando en cuenta más las palabras de Uzui, que las suyas. Está hecho, va a golpear a Tengen apenas pueda.
"—Si lo quisieras conocer, no podría ser pronto" —respondió con una sonrisa que ocultaba casi a la perfección sus ganas de decir "No. No lo vas a conocer porque probablemente termine mal". Ahora pide, ruega, reza y suplica que nadie más toque el tema.
"—Podría ser cuando sanes" —fueron las palabras que nunca, pero en verdad que nunca se hubiera esperado escuchar por parte... de su padre. ¿Qué era esto? ¿Qué tipo de broma era esta? ¡¿Qué tipo de chiste era el que su padre propusiera eso?! ¡No tiene ningún sentido! No sabe si sea correcto o no afirmar que su padre jamás le pondría atención a cosas como esas, pero nuevamente está pensando en que no logra procesar lo ocurrido. Solamente puede maldecir mientras mira con impacto nada disimulado a su padre— "Tampoco me mires así, es solamente si quieres" —continuó mientras se rascaba la nuca.
"—No sería mala idea" -si no fuera porque está con un demonio como "amigo"— "Lo podría pensar" —se acaba de condenar otra vez. ¿Qué diablos tiene contra él mismo? ¿Acaso es solamente para seguir la corriente y no levantar sospechas? Ojalá que sí, porque si no, no sabrá porqué habrá hecho algo tan tonto.
"—¡Genial!" —exclamó el menor de los tres Rengoku mientras miraba con brillo en los ojos a su hermano mayor—. "Espero poder conocerlo entonces".
"—Oye, también me lo tendrás que presentar a mí" —dijo ahora Tengen. Oh, genial, Senjuro no es el único que tiene esos ánimos ahora, aunque ahora que lo piensa. En realidad era el pilar del sonido quien los tenía desde antes.
"—Todo a su tiempo" —respondió tanto para Tengen, como para su hermano. Ve en sus rostros una gran sonrisa y en el de su padre, algo que parece muy similar a una. No sabe si es idea suya o si le está dando gracia la situación. Si debe ser sincero, no sabe muchas cosas, como ejemplo, no sabe ni está seguro de cómo sobrevivió los minutos que transcurrieron antes de que su familia tuviera que irse mientras le daban el deseo de que se recuperara pronto. Tal vez por lo que vendría una vez que lo hiciera o nada más por preocupación, no lo sabe.
Aunque si sabe algo, que el hecho de que su familia se haya ido, le da la total libertad a Tengen para preguntar más detalles sobre su "nuevo amigo", o como él también le llamó, "novio" o "amante".
"—¿Entonces...?" —dijo el pilar del sonido mirándolo con curiosidad y una sonrisa que perfectamente le quedaba para todo lo que era ahora. Un metiche.
Suspiró sonrió y sin sus ánimos característicos, le dijo:
"—Voy a golpearte cuando sane, Tengen" —mientras apretaba sus puños. Primera vez en sus veinte años de existencia que dice querer hacer eso. No se había imaginando golpeando a un ser humano desde los quince años y vaya sorpresa que sea ahora, que tenía un secreto que involucraba al hombre que le mostró que podía ser "egoísta", parece que también está siéndolo en este momento, pues ahora pensando en su propio coraje, quería darle aunque sea un golpe a su imprudente amigo Uzui, quien sorprendido por sus palabras, pero no atemorizado, respondió:
"—¡Hey, tranquilo! No sabía que estabas acompañado ¿Bien?" —y ante sus palabras, recibió lo siguiente.
"—Eso no te detuvo gritar a los cuatro vientos ¡Y seguir hablando aún con ellos aquí!" —exclamó con los brazos cruzados.
"—¿Te sirve si te digo que lo siento?" —una muy bonita intención, pero si debe ser sincero...
"—No" —respondió sonriente. No estaba furioso, pero sí molesto y eso no se iba a ir tan fácilmente con un "lo siento".
"—Bueno, lo intenté" —comentó dando una palmada en el hombro de su compañero— "Bien, no. En serio, no quise que las cosas fueran tan tensas" —dijo aparentemente un poco más dispuesto a disculparse.
"—Pues siento decirte que ya lo son" —respondió soltando un suspiro y dejando un poco de lado su molestia.
"—¿Por qué es tan malo que sepan de tu amigo, si solamente son eso?" —preguntó con la perfecta razón para hacerlo— "¿Por qué tenía que ser un secreto?" —preguntó con palabras similares a las de su hermano menor.
El rubio soltó un suspiro y miró a su amigo con ojos más suaves que los de antes.
"—Simplemente no quería que supieran" —dijo con las palabras más sencillas que logró organizar.
"—Creo que ocultas algo más que una simple amistad, si me permites decirlo" —comentó buscando una razón para sospechar de la verdadera relación que tenía con su "amigo".
"—¿Y por qué piensas eso?" —preguntó para que ya le dejara claro su opinión.
"—Porque ya te lo dije, se te nota en la cara que hay algo más, Rengoku". —respondió sin más mientras se apoyaba en su mano izquierda, la que por cierto, olvidó mencionar, estuvo a nada de perder. Puede ver la piel cubierta de ventas y ya imagina las cicatrices, pero es mejor eso a perder la mano junto al ojo—. "Hasta yo puedo ver que las mentiras no van contigo".
De acuerdo, en eso puede tener razón, puede... Ah, tampoco es que importe ahora, ese es otro asunto.
"—No es una mentira, es un amigo" —respondió tan sincero como pudo, lo único que le puede decir eso, pues tampoco es que tenga otro nombre para nombrar lo suyo con Akaza— "¿Qué es lo que, según tú, se me nota en la cara, para que sospeches eso?" —preguntó ahora.
"—Sonríes diferente desde que supongo estás con él, y es la misma sonrisa que tuviste cuando me contaste de él. Eso no es algo irrelevante" —dijo apuntando con el dedo de su mano restante hacia su rostro.
No pudo evitar llevar una mano hacía su boca, tocando lo que supuestamente llegó a delatarlo. ¿En serio eso también era diferente? ¿Tanto así lo era? No se lo puede creer.
"—Quizás solamente la paso bien y eso es todo" —comentó ya retirando su mano de su boca para hablar con claridad.
"—Tan bien que hasta tu padre lo notó" —agregó. Tal vez para mostrarle que hasta alguien a quien no parece interesarle muchas cosas, como lo sería su padre, notaría que está más alegre.
"—Debe ser coincidencia" —comentó pensando en lo más posible—, "tampoco es que importe mucho".
"—Eso crees tú" —dijo acomodándose en la camilla—. "Yo lo dudo, tanto como que tú y tu 'amigo', son solamente eso".
"—Solamente somos eso" —repitió como ya varias veces lo había hecho.— "A él lo aprecio mucho, eso es todo".
Sí, lo aprecia tanto que está dispuesto a dar su cuello por él. Por quererlo de cualquier forma en la que sea que él lo quiera, está dispuesto a hacer cosas como esas. ¿Acaso eso no cuenta como algo que se haría dentro de una amistad? Ojalá que nadie le diga que no si llega a decirlo en voz alta, porque si no, ya está más que dispuesto a mirar mal y quizás golpear a alguien... de forma leve, porque tampoco es que sea un bruto.
"—Yo también te aprecio y no ves que mi cara haya cambiado" —dijo el pilar del sonido ahora cruzado de brazos.
"—Bueno, conmigo no te cambia, pero seguro que sí con alguien más" —respondió el pilar de las llamas mientras imitaba su acción.
"—¿Sabes? De hecho sí. Hay un momento en el que lo hace" —dijo Tengen con una sonrisa por la que no tuvo tiempo ni de preocuparse.
"—A ver, ¿Y ese cuándo es?" —preguntó sin pensar.
"—Cuando veo a mis esposas" —respondió todavía sonriente mientras inclinaba un poco su cabeza.
Oh, sí será hijo de...
"—Me dan ganas de decirte 'bien jugado', Uzui" —dijo al ver su ejemplo—, "pero creo que entonces estás exagerando, ya te lo dije".
"—A mi parecer, tú le restas importancia" —comentó el albino.
"—Decir que lo aprecio no es restarle importancia".
"—Solamente decir que lo aprecias, para mí lo es, porque no es solamente eso lo que sientes ¿No?" —dijo nuevamente tratando de averiguar qué cosas sentía por su supuesto amigo.
Está harto de que se salga con la suya cada que él trata de ocultarlo. Está cansado y en lo único que puede pensar en ceder, en lugar de retrasar lo que parece inevitable. No le gusta la idea de rendirse tan fácilmente, pero ya no tiene mucho que hacer.
"—De acuerdo... admito que lo quiero" —respondió soltando un pequeño suspiro mientras desviaba la mirada, para tan solo un segundo después, devolverla hacia el contrario— "¿Contento?".
Es una pregunta estúpida. Ahora es a Tengen quien se le nota en el rostro su sentir.
"—Diría que sí, incluso que estoy muy feliz por ti" —respondió aparentemente satisfecho— "Ahora dime en qué sentido lo quieres" —sí, por eso dijo "aparentemente satisfecho" ¡¿Qué tantos detalles va a querer?! ¡Ya dijo que lo quiere y punto! ¡No interesa en qué sentido, si dijo que lo quiere, lo va a seguir queriendo! Condenado chismoso.
"—¡Lo quiero y punto!" —exclamó contando parte de sus pensamientos— "Ahora tú mejor dime ¿Desde cuándo eres tan chismoso?" —preguntó siendo ahora él el intrigado por la actitud del contrario.
"—Desde que mi querido amigo cayó en el primer amor" —respondió mientras fingía retirar una lágrima nacida de la alegría. Se notaba que estaba feliz, aunque Kyōjurō, más o menos por el contrario, eligió darle su ya merecido golpe antes de lo pensado. Un simple puño en el antebrazo, no debería ser demasiado.
"—¡Mejor dejémos ese tema de lado y hablemos de otra cosa!" —dijo mientras observaba al Pilar del sonido tocar su ya de por sí herido brazo... herido, "herida". Él también tiene heridas, ¡Sí, ese tema está bien!—."Por ejemplo ¿Qué tal tu mano?" —preguntó recordando el estado de la extremidad de Uzui. No valía la pena preguntar por él ojo.
"—Bueno, ya que me lo preguntas..." —comentó dispuesto a hacerle caso y dejar el tema por ahora- "me cuesta moverla más de lo que parece, pero como todavía la siento y no se me ha infectado nada, diría que esta bien" —respondió mostrando su mano izquierda. La que por cierto, de milagro se salvó de perder.
"—¿Crees que estará mejor en un tiempo?" —preguntó mirando como Tengen movía los dedos, apenas, pero apenas logrando cerrar la mano.
"—Hm, diría que sí" —respondió mientras la cerraba por completo. Al menos no quedó inutilizada.
"—Es un alivio" —dijo dejando ir una sonrisa más tranquilo- "puede que te tome tiempo sanar, pero cuando lo haga, te estaré esperando en el trabajo" —comentó ahora más alegre.
Aunque por alguna razón, la sonrisa de su compañero le hizo sentir algo muy, pero muy extraño en la espalda y hasta el estómago.
"—En realidad, pienso retirarme" —respondió mientras rascaba su nuca, todavía manteniendo contacto con la mirada del rubio, quien en el momento había borrado la curva en sus labios para darle paso a la sorpresa.
¿Había escuchado bien?
"—¿Qué?" —preguntó sin borrar su asombro. No podía procesar que él realmente se iría del cuerpo de exterminio.
"—No es que esté tan mal como para irme, en realidad es otro asunto" —respondió para intentar calmarlo. Si no era por la gravedad de sus heridas ¿Cuál era la razón, si se puede saber? No quiere ser tan chismoso como Uzui, pero necesita saber.
"—¿Puedo saber cuál es?" —preguntó incluso teniendo la cortesía de preguntar, antes de exigir una razón.
"—Una promesa" —respondió sin borrar la sonrisa con la que le dijo que se iría— "le hice una promesa a mis esposas, de que si lograba eliminar a una luna superior, me retiraría" —aclaró.
Ah, eso lo explicaba todo. Sí, todo porque él ya tenía una idea de qué cosas podría hacer por sus esposas.
"—Ya veo" —dijo procesando sus palabras e intentando aceptar la idea de ya no verlo con él en durante su servicio, y de paso, pensando en lo oportuno que fue haber elegido ir por una luna superior que estaba relativamente cerca de ellos, dándose cuenta que le había dado la perfecta oportunidad a Tengen para cumplir su promesa— "Entonces... ¿Fue por eso que no dudaste en acompañarme?" —preguntó sin contenerse al ver que no parecía ser el único en tener un motivo tan personal como para ir técnicamente corriendo a arriesgar el cuello para cumplir un objetivo más, aparte de proteger a la gente.
Ve a Uzui agrandar su sonrisa, sabe que le va a responder.
"—No solamente eso. Eres mi amigo y no podía dejarte solo a la hora cumplir el deber" —respondió. Vaya, por alguna razón se sintió extrañamente cálido saber que él también estaba en sus motivos para ir a combatir. Vaya detalle.
"—Me alegra que no lo hicieras" —dijo tranquilamente, e incluso agradecido, pues con su compañía había podido salir con vida y estar un paso más cerca de las cosas que quería hacer. Al final ambos se habían ayudado bastante.
Las tensiones habían bajado mucho luego de haber tocado ese tema. Tanto que no habían hablado del "amigo" de Kyōjurō hasta minutos después. Sí, porque Uzui en lugar de olvidar, había elegido dejar para el final recordatorio de que él ya había aceptado contarle de su supuesta amistad.
¿Qué le costaba guardarse las ganas de saber aquel chisme? Apreciará y respetará mucho a Tengen, pero ya lo tenía harto. Y lo demostró cuando al verlo salir de la habitación, soltó un suspiro.
"—Maldita sea" —murmuró cuando eligió recostarte en la camilla. Tendría mucho que hablar con Akaza si es que llegaba a verlo pronto.
Ahora no solamente tendría que hablar con Kagaya sobre Akaza, pues ahora a su cabeza le recordó que en algún momento habrán más personas que lleguen a conocerlo en algún momento. ¿Qué pasaría si tuvieran que presentar al demonio frente al resto de los pilares? Ya puede imaginar un desastre. ¿Y si por alguna razón que ni un sólo dios conoce, termina por cumplir con su palabra de presentar a su "amigo"? ¡¿Qué le diría a su familia?! ¿Algo como "Bien, les presento a Akaza, el demonio que casi me mata la primera vez que nos vimos"? ¡Eso no serviría! Ya puede imaginar a su padre gritando y quién sabe qué reacción en su hermanito Senjuro cuando vea a Akaza por primera vez. ¿Qué debería hacer para que eso no pase? ¿Pedirle que tome una forma humana? ¿Aclarar que es una pieza importante para derrotar a los otros demonios de las lunas superiores? ¡Tiene que pensar rápido, pero no puede decir cualquier cosa! El más mínimo detalle era importante en esta situación.
Cubre su rostro con ambas manos y deja ir un bufido. Debe ser la inseguridad llegando a su puerta para hacerlo sentir como un imprudente por no haber pensando en qué pasaría si llegaba hasta donde quería llegar.
"—Esto es un problema" —dijo para sí mientras veía el techo de la habitación. Tiene que hacer algo, debe organizarse cuanto antes. Teme que las horas que faltan para el anochecer se le escapen como el agua entre los dedos mientras piensa en sus preocupaciones y no obtiene algún alivio para estas. La última oración que salió de sus pensamientos fue "Maldita sea".
Ya luego fue más notorio el transcurso del tiempo, al ver como el cielo dejaba de ser llamado "azul". No interesa mucho lo que hizo luego de eso, lo que llega a recordar ahora es el inicio de la noche y como tiempo después de comenzar, se encontró nuevamente con el rostro que desde hace tiempo disfruta ver. Qué lindo de su parte ir otra vez a verlo.
"—Akaza" —lo llamó apenas lo vio cerca de él.
"—¿Sí?" —preguntó con los brazos cruzados una vez se puso cómodo en la camilla, sentado junto a él. Verlo así de tranquilo solamente es señal de que ya pudo percibir su inquietud.
"—Hay algo de lo que tenemos que hablar" —fue su respuesta mientras se mostraba tan tranquilo como podía.
"—Dímelo todo" —pidió el demonio. Tan directo como lo conoce y tan serio como cuando por primera vez dejaron los juegos de lado.
Está de más decir que apenas dijo eso, él le contó todo lo que pasó durante el día. Que las cosas podrían ser hasta más complicadas de lo que él había imaginado con una vista tan inocente en un comienzo y que eso le provocaba amargura y un escalofrío en la parte de atrás de su cabeza hasta descender por su columna vertebral. Akaza lo escuchó atentamente durante cada segundo que estuvo pronunciando alguna palabra. Y no demoró en hablar apenas terminó de oírlo.
"—Entiendo tu preocupación" —dijo con una mano en el mentón y sus ojos clavados en él.
"—¿Cómo te sientes con eso?" —preguntó obviamente preocupado por el sentir de Akaza, ¿Cómo estaría él luego de sus palabras? A juzgar por su expresión, apenas puede hacerse una idea.
"—Sabes que yo voy a seguir por mucho que quieran cortarme la cabeza, lo que no me gusta es que dudes tanto. Sí, tendrás tus razones, pero tampoco tienes que dejarte flaquear por ellas. Ese no es el Kyōjurō que yo conozco" —respondió con los brazos cruzados.
"—Los riesgos son mayores y fui idiota al no pensar en ellos. Como dijiste, tengo mis razones para preocuparme, Akaza; pero no dudo por seguir" —respondió también de brazos cruzados.
"—Sé que tipo de hombre eres, pero la forma en la que hablas es la que no me gusta" —dijo frunciendo un poco el seño—. "No quiero que hables como si estuvieras solo en esto, porque no lo estás. Yo también estoy preocupado por lo que puede pasarte, y estoy dispuesto a hacer lo que sea para que esto funcione. No hables como si tuvieras que hacer todo el trabajo y yo me sentara nada más a esperar".
"—No quise decir eso" —respondió tratando mantener la calma. Es cierto que se preocupa más por la idea de que lleguen a querer decapitar a Akaza, pero tampoco es como si pensara hacer todo solo. Nada más quiere cumplir con lo que le dijo a ese demonio hace ya varias lunas atrás.
"—Probablemente no, pero no quiero verte de esta manera y no hacer nada para evitarlo. Dijimos que ambos nos íbamos a cubrir la espalda ¿Recuerdas?" —dijo mostrando la verdad. Cierto... Akaza también dijo que lo protegería a él. Ambos iban a protegerse— "Haré lo que haga falta para cubrir la tuya. Sabes que ya estás haciendo mucho, pronto será mi turno de actuar y ya te dije que haré lo que sea para que tomen tu palabra en cuenta".
"—Akaza..." —trató de hablar al ver que era cierto que no podía hacer todo eso solo. Que en ningún momento pensó hacer eso solo tampoco.
"—Ya dijiste que confías en mí, ¿No? Por mucho que dudes, deja que me encargue. Si necesitan pruebas de que estoy de su lado, se las daré; si me piden que haga algo en específico, lo haré. No interesa, lo haré y punto final" —interrumpió un diálogo que ni siquiera tenía preparado. Lo ve acercarse más que antes, incluso siente como coloca una de sus manos sobre la suyas—. "Kyōjurō. Deja que me encargue" —pidió con esa decisión que hace mucho llegó a conocer también.
Ni siquiera tuvo palabras para responder cuando él nada más le recordó la realidad de las cosas, ¿Por qué las tendría ahora? A lo mucho elige suspirar mientras elige tomar la mano de Akaza, junto al gesto de querer transmitir que todo estaría bien si estaban juntos.
"—Confío en ti y no te quiero hacer pensar lo contrario" —dijo más tranquilo que en un inicio mientras lo miraba a los ojos—. "Lo siento".
"—Mejor no te disculpes y quedémonos con lo primero ¿Bien?" —comentó mientras que por primera vez en minutos sonreía con tranquilidad. Incluso se la llegó a contagiar.
"—De acuerdo, de acuerdo" —respondió sujetando más a gusto la mano del demonio—. "Seguiremos con lo primero" -dijo por fin seguro.
"—Y ese es el Kyōjurō que tanto amo" —comentó el demonio con su expresión característica. La extrañaba.
"—¿No te cansas de decir cosas como esas?" —preguntó verdaderamente intrigado por las palabras que Akaza por lo general elegía usar.
"—Por supuesto que no, si se trata de ti" —respondió despreocupado.
"—Debí pensar que me dirías eso" —comentó soltando un suspiro.
"—Es que ya me conoces" —una respuesta tan usada como acertada.
"—Demasiado bien" —una verdad innegable en este punto.
"—Y me alegra que lo hagas" —son sus pensamientos más sinceros.
"—También me alegra hacerlo" —una cosa que valora hacer aunque nunca lo hubiera pensado.
Esa conversación le quitó una gran parte del peso que tenía encima, pues tampoco podía quitárselo todo cuando todavía tenían cosas que hacer. Nada más tenía que sanar, pensar en qué decir y nuevamente comenzar a pedirle al destino que sea tan piadoso como para permitir que todo saliera bien. Lo pidió día tras día, en cada momento que sus heridas comenzaban a cerrarse y la cantidad de vendas en su cuerpo comenzó a disminuir hasta ya no quedar ninguna. Cada día en el que tuvo que comenzar a entrenar para recuperarse de los días de reposo, solamente estaba pensando en lo que vendría luego de eso. Sabe que será uno de los momentos más tensos de su vida, pero quería sentir que estaría listo, intentaba convencerse que estaría listo.
Sobre todo en la noche donde se puso de acuerdo con Akaza para pasar a lo que sería la parte más complicada hasta ahora, pues apenas llegara la tarde, él dijo que iría a hablar con Oyakata-sama para hablar de dónde obtuvieron la información, y si él estaba de acuerdo en querer saber más, entonces le diría mediante una carta cuándo tendría que ir con él para presentarlo como un aliado, ya que Akaza acababa de actuar como informante.
Si nuevamente tiene que hacer un salto en sus recuerdos para tener presente el momento de tensión, donde su corazón estuvo a nada de salirse de su pecho, pues perfectamente puede reconstruir el escenario donde el ya se encontraba pidiendo hablar con su líder a solas. Sentado lo más respetuosamente frente a él, mientras que este se mostraba tan tranquilo como la primera vez que lo conoció.
"—Entonces, ¿De qué es lo que necesitas hablar, Kyōjurō?" —preguntó con su apacible voz. Ay, si tan solo supiera que en lugar de calmarlo, nada más le ponía más peso en sus hombros.
Tragó saliva y aparentando estar tan tranquilo como lo estaría su líder, respondió:
"—Se trata de la misión más reciente que tuve con Uzui Tengen en el distrito rojo, donde eliminamos a la luna superior seis" —respondió mientras lo veía asentir con la cabeza, señal para que pudiera seguir hablando—. "Debo serle sincero. Pido disculpas si soy muy directo, pero a lo que quiero llegar es al tema de dónde obtuve la información y a quién le estaríamos debiendo esta victoria" —comentó ya más centrado, más serio y por fin con el corazón en calma en lo que latidos se refiere.
Ve a Ubuyashiki mantenerse sereno, no se ha alterado en absoluto. A lo mucho se mantiene derecho para hablar ahora que tiene su turno.
"—Ahora que lo pienso, tampoco habías mencionado específicamente de qué persona habías obtenido la información, Kyōjurō" —comentó recordando la mentira que él había dicho. Se siente un tanto culpable, pero no puede pensar en eso.
"—Eso es porque necesitaba estar en el momento justo para contarle esto, Oyakata-sama" —reveló mientras mantenía la misma serenidad que nada más aparentaba—. "La información de la luna superior seis fue dada por un espía que hay entre los demonios, con el que mantengo contacto desde hace un tiempo" —continuó logrando observar como la sorpresa lentamente aparecía en el rostro de su líder.
"—¿Y quién sería ese espía?" —preguntó todavía en calma. No puede evitar pensar que es admirable la paciencia que está teniendo para no hacer las seguramente mil y un preguntas que una persona normal haría.
"—Si gusta, lo traeré esta misma noche. Puede estar tranquilo, él es más calmado de lo que aparenta y no hará nada aparte de hablar. Tiene mi palabra" —respondió el pilar de las llamas estando más que seguro de depositar su confianza en Akaza.
El contrario mantiene su postura y justo en el momento donde abrió la boca, a lo mucho tardó dos segundos en dar su respuesta.
"—Que sea esta misma noche. Los estaré esperando, Kyōjurō" —dijo dándole las palabras que él a lo mucho pudo imaginar. Fue en ese momento donde por fin pudo respirar con más calma, pero todavía no obtiene su alivio.
"—Así será, señor" —respondió inclinando la cabeza.
Luego de que eso finalizara, ya estaba pensando en lo que colocará en la carta que hará que su cuervo le entregue al demonio. Una ventaja que Akaza se encontrara en una casa abandonada y no en otro lado más lejano. Ahora nada más tenía que esperar a que su confiable compañero aviar, a quien mediante su ya mencionada confianza, logró convencer hace rato de no mencionar la existencia de su relación con el demonio; le entregara el papel al demonio y llevara una respuesta de su parte luego de eso. Sabe que esa noche Akaza estará para él.
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Y como verán, nuevamente se presenta la tensión. ¿Qué les parece? Como saben, adoro leer sus opiniones :3.
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