tercer descanso.


Brunhilde anuncio el tan esperado tercer descanso y ya ni siquiera se molesto en dar recomendaciones ni nada, ya que sabía la iban a mandar muy lejos.

- ¡Vuelve aquí maldito idiota! - Grito Okita con espada en mano correteando a cierto dios de la fortuna.

Y el dios escapaba para proteger su integridad física y porque quería tener a su hija, mientras Geir iba detrás de Okita y trataba de detenerlo, la pequeña hija de la pareja sólo miraba de lejos a sus padres interactuar.

Mientras en otra parte, ciertas parejas interrogaban a sus hijos sobre con quien estaban saliendo, Ares y Leonidas tenían una lanza y una espada cada uno, y Hermes y Qin aunque se mostrarán un poco mas tranquilos estaban muy molestos porque quien se atrevió a tocar al "niño", no fue hasta que ambos jóvenes se acercaron y se tomaron de la mano que ambas parejas lo entendieron.

- Esto no me lo esperaba - Comentó Hermes viendo a su hijo.

- Supongo que todo queda en familia - Dijo un poco mas tranquilo Ares y sonriendo viendo a su hijo orgulloso.

- Eso no quita que le haré daño a tu hijo si lástima al mío - Dijo Qin cruzado de brazos viendo a su "hermano".

- No te preocupes, se que él no le hará nada malo - Leonidas volteo a ver serio a Alexander - ¿Cierto?

El chico sólo trago saliva y asintió.

- Si ma... Padre - Se corrigió a tiempo, ya que sabía que no le agradaba mucho ser llamado "madre" en público.

Mientras Kintoki estaba horcando a Beelzebub controlando su fuerza, mientras lo sacudía y le gritaba cuanto improperio se sabía, mientras las gemelas reían de lo graciosa que era la escena.

Pero como siempre había una excepción a la regla y esa eran cierta familia de tres que se la pasaban muy bien.

- ¿Quien crees que sigue de conocer a sus hijos? - Se pregunto Cheng curioso.

- Bueno sólo quedan dos humanos - Dijo Forceti pensando un poco - Pero no se de quien tendrán bebés ellos.

- Lo "bueno" es que siempre nos sorprendemos con esto - Dijo riendo un poco Cheng.

Mei sólo sonrió viendo a sus padres felices, se alegraba que no se estuvieran medio matando como la mayoría de sus tíos.

Finalmente, y después de calmar a quienes tenían deseos homicidas toda la convivencia pudo estar en paz, hasta que apareció Brunhilde para reanudar la "reunión familiar"

Todos regresaron y se sentaron en sus respectivos lugares... Sin saber lo que vendría después.

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