-Ya se terminaron las tres semanas que el Hokage me dió libre para tu adaptación -iré a misión, serán dos días, deje comida en la nevera, sólo debes calentarla como ayer te enseñé, debes tener cuidado y apagar la estufa al final, no vayas a incendiar mi departamento -Naruto asintió con velocidad, estaba asustado -te dejé dinero, sé que no te gusta salir, pero la fruta y la leche se acabó, debes ir por cinco manzanas, cinco plátanos y un bote de leche, te dejé exacto, con tu máscara y el gorro no debes tener problemas, cualquier cosa el Hokage está en la torre, ¿recuerdas cómo llegar? -el pequeño asintió, lo vió tomar su equipo, colocar su máscara anbu, su chaleco táctico, observó cómo tomó su libro y salió levantando la mano despidiéndose silenciosamente de él, suspiró ligero, debía ser valiente, el Hatake tenía una vida y no podía ser un estorbo, se sentó en la mesa, continuó con sus estudios con calma, repetía pequeñas vocales con su boca y con el lápiz, Kakashi le había traído el nuevo libro de práctica ayer por la mañana, le explicó los sonidos, sus piecitos se movían bajo la mesa con emoción al ver que entendía, practicó una y otra vez, sonrió divertido.

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Había terminado de lavar sus platos, se aseguró que la estufa estuviera apagada, subió de su cuello su máscara, colocó su chamarra, gorro y bufanda, tomó las llaves y las colocó bajo el tapete, suspiró lentamente absorbiendo aire, tomando valor, cerró la puerta a su espalda, comenzó a caminar, bajó del edificio con calma, observaba a la gente pasar, sólo debía llegar al puesto de fruta de siempre, al llegar al lugar pidió la fruta, la leche y los pagó, el pequeño cargaba con difícultad las compras, estaba por regresar cuando un pequeño chocó con él tirando sus compras - tch ¿qué demonios te pasa?, fíjate -Naruto abrió sus ojos bastante, se puso nervioso recogiendo la fruta, no quería problemas -tch te estoy hablando, discúlpate -el rubio levantó su mirada con algo de miedo, otro chico mayor llegó junto al azabache -otouto, fue un accidente, no debes hablarle así a los demás niños, quien se debe disculpar eres tu porque ibas corriendo -el pequeño azabache abrió sus onix bastante, infló su mejilla ofendido, giró su mirada hacia el rubio que veía con atención al mayor, no le agradó ni un poco -deja de ver a mi anikii así -Naruto salió de sus pensamientos, ese chico significaba problemas, debía alejarse o lo descubrirían, tomó sus bolsas sin hablar, avanzó hasta la entrada del edificio con velocidad, ambos azabaches lo vieron con duda, más al verlo girar y verlos con cuidado, el pequeño rubio apretó el ceño en evidente rechazo, se giró dispuesto a irse, pero una vez más cayó -es un idiota anikii, vámonos de aquí -el azabache mayor suspiró con cansancio, se acercó al pequeño rubio, el de ojos azules abrió sus ojos con miedo gateando lejos de él, Itachi vió con sorpresa su reacción, la había visto en algunas víctimas de violencia que había salvado en sus misiones -oye, ¿estás bien?-

Naruto tragó pesado viendo los ónix verlo atentamente, asintió ligero, el azabache no estaba tan seguro, recogió la fruta y la metió en las bolsas -te acompaño a tu departamento, espera aquí otouto -Sasuke apretó el ceño con molestia, Naruto negó, pero fue imposible, Itachi subía con las compras en sus manos, caminó tras de él -¿Este es tu piso? -el rubio negó, subieron otro y después otro, el pequeño al ver que no había amenaza caminó más tranquilo hacia el departamento, levantó sus manos abriendo la puerta, giró con algo de desconfianza levantando sus manos, las abrió y las cerró pidiendo sus compras, el azabache vió el lugar con duda -¿Vives con kakashi-senpai? -Naruto lo observó con seriedad, asintió ligero, el azabache lo veía con duda, nunca lo había visto, pero parecía estar acoplado, tenía meses sin venir, esto era extraño, lo vió con cuidado una vez más, el rubio lo observaba del mismo modo, sus manitas se movieron pidiendo las bolsas nuevamente abriendo y cerrando sus manos -¿Estás seguro? -el pequeño asintió -¿Cómo te llamas? -el rubio se sintió nervioso, sus ojos se aguaron, movió sus manos pidiendo las bolsas una vez más, como no se las daba dió un paso al frente tomándolas de las manos del mayor con velocidad, realizó una reverencia para agradecer, entró al departamento nuevamente, Itachi lo veía con seriedad sin entender su comportamiento, suspiró con cansancio al verlo cerrar la puerta en su rostro, se dió la vuelta bajando con su hermano, aunque la duda sobre la identidad del pequeño lo cubrió, pensaba en ¿quién podía ser?, sacudió su mente, siguió su camino.