Extra 1

6:30 AM

Jung Hoseok

Tristeza y enojo, eran las emociones que sentía en este momento. Perder a un compañero es bastante doloroso y más cuando se trataba de un amigo que era como tú hermano de otra sangre, pero perder a casi todos, a todos los amigos con los que pasé muchos momentos, que nos conocimos desde el primer grado de la primaria, era muy triste y no solo para mí sino también para... Jungkook y Jin.

Todos nosotros éramos muy unidos, nos consideramos como una familia de otras madres. Pero luego caí en cuenta de que...ya no éramos aquella familia que se hacía bromas, ya no contamos alguna ridiculez que nos haya pasado en nuestra adolescencia, ya no comíamos juntos, ya no hacíamos nada de eso, pero eso no cambió por sus muertes, todo empezó a cambiar desde que el mundo fue invadido por un virus. Me gustaría pensar, o al menos, creer, que ésto solo era una pesadilla, una jodida pesadilla, y que todo aquello fue solo provocado por mi mente y por estar viendo películas de terror. Pero no, está era la realidad... Era la maldita realidad y eso nadie lo podía cambiar.

Suelto un suspiro y apoyo mi frente contra el volante del auto.

Nosotros nos habíamos separado, cada quien por su lado, y sí, aquí estaba yo, desplomando me y torturando me por la muerte de... mis amigos. Ver qué están siendo devorados por aquellas cosas que solo se dedican en matar y comer... Había visto todas las muertes de ellos, una a una, viendo cómo sus pieles fueron desgarradas por los dientes de los caminantes, dejando ver la carne viva y parte de sus huesos, ver cómo se comían sus órganos, uno tras uno, escuchar sus gritos de dolor y los gritos de satisfacción de aquellas cosas, ver cómo morían en unos segundos, ver sangre esparcida en todo el suelo, ver cómo los caminantes se peleaban por un pedazo de carne... pedazo de carne de un ser humano. Y lo peor, es apreciar todo eso y luego tener que huir para no ser el siguiente, pensaba que era un egoísta por ver primero a mis amigos ser devorados y luego huir y no dejar que también muriera.

Parecía que fuera un cobarde pero no, era un instinto... un instinto que me decía "huye de ahí. Si no lo haces date por muerto" ¿Ridículo? Tal vez, lo único que sé es que viviré con ese tormento... día a día. Ahora mi pregunta era ¿Qué hago?, No sé a dónde ir o donde quedarme, no tengo a nadie a mi lado y eso se siente tan jodidamente feo. Pero así lo decidimos todos "cada quien por su lado" nadie quiso hablar sobre lo sucedido y mentalmente había agradecido por ello, por esa razón llegamos hasta ese punto, separarnos y ya. No podíamos vernos las caras y seguir como si nada hubiera pasado.

Mi preocupación ahora es como estarán los chicos, que estarán haciendo y... si están bien. No teníamos como comunicarnos los unos a los otros, en parte es bueno y en parte no, en parte bueno porque así evitamos problemas o algo parecido, lo malo... lo malo era tener esos pensamientos de que sí están bien o de que... siguen vivos.

— Oh Dios...

Murmuré cerrando los ojos con fuerza y agarrando el volante con mis manos.

Realmente estaba preocupado por ellos y no tenía la remota idea de que hacer.

Abro los ojos de golpe cuando escuché que algo golpeó la ventanilla del auto. Miró hacia todos lados y ví que alguien estaba parado ahí con un pasamontañas. La persona señala con su dedo índice la puerta y luego apunta hacia abajo, quería que bajara la ventanilla. Así que lo hago, bajo el vidrio y aquella persona se inclina, apoya sus brazos en la puerta y se quita el pasamontañas.

Un momento...

— Yo te conozco — dije mirándolo con mi ceño fruncido. Lo miré de arriba hacia abajo mientras que él solo sonreía —. Tú eres el amigo de t/n ¿No?.

— No lo llamaría de esa forma... Conocidos — recalcó —, es la palabra apropiada.

Hice un gesto — Sí, lo que sea. Que haces aquí ¿Me estabas siguiendo?.

Él negó.

— No te creas tan importante — dijo en un tono de burla, a lo que yo lo miro entre cerrando los ojos —. Yo no sigo ni mucho menos espió a alguien, solo que ví todo y... siento mucho por lo que pasó.

Suspiré — No... no quiero tu lástima ahora. Ahórrate eso para alguien más.

Él se encoge de hombros. Luego rodea el auto y se sube al asiento del copiloto. Lo miré perplejo.

— ¿Oye que haces?.

—No es obvio, estoy subiendo a tu auto — dijo mientras cerraba la puerta.

— Entonces — lo miré de reojo —, ¿Cómo te llamas?.

— Para tí y para tus amigos soy un don nadie — me miró y luego sonrío —. Les tengo que contar algo a ustedes.

— ¿Les?.

— Sí es sobre t/n.

— Si sabes que nos separamos verdad.

— No soy tan estúpido Hoseok.

Abrí mis ojos como platos.

— ¿Cómo es que sabes mi nombre?.

— Se todo sobre ustedes. Ahora, te gustaría empezar a conducir.

— Y... ¿A dónde vamos?.

— A casa.

— Perfecto, ¿Dónde queda tu casa?.

— Amigo, creo que no me has entendió, me refiero a su casa.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top