capítulo 27

11:30 AM

Narrador omnisciente

T/n se acercó hacia la computadora que aún seguía encendida.

— Necesitamos a Irina — dijo ella observando la pantalla.

Y como si ella la hubiera escuchado, aparece en la pantalla de esta.

— ¿Qué necesitas?.

— Albert — susurró t/n mirándolo —... Antes de morir me pidió que yo misma me hiciera una revisión, que enlazara a Jill con el satélite y que reprogramará a Alice.

— Te lo digo con todo respeto, pero... ¿Que tengo que ver en ello?.

— ¿Ayudarme?.

— ¡Bien!, Entonces dime... Por dónde empezamos.

— Lo que me dijo Albert es que todo está en la computadora y...

T/n se calló cuándo vio que Irina controlaba la computadora.

— Él tenía razón. Todo está aquí.

— Adelante, dime que tengo que hacer.

— Para reprogramar a Alice tienes que cambiar algunos códigos, nombres de algunos bloques y... Lo más importante, tener los recuerdos de ella. ¿Los tienes, verdad? Alguna carpeta o algo.

Valentine se quedó mirando un punto fijo.

— No...

— Oh, espera. Aquí ya está la carpeta. Se te facilitan más las cosas. Ahora cambia los códigos, pero primero agrega la contraseña.

— ¿Cuál es?.

— En la carpeta dice.

T/n le da clic en la carpeta y está se abre, dejando ver cantidades de archivos, documentos, videos y un archivo nombrado como contraseña. Ella le da clic y este se abre dejando ver la contraseña del sistema de Alice.

— Familia Valentine — murmuró t/n. Inconscientemente una sonrisa se forma en sus labios.

Ella escribe la contraseña y luego da Enter, unos segundos después aparece el sistema de Alice, archivos, grabaciones y demás.

— Listo. ¿Ahora?.

— Haz lo que te dije.

Ella empieza a teclear unos números con letras. En cada bloque cambiaba los códigos y luego los guardaba.

— Ajá — murmuró Valentine terminando de teclear.

— Muy bien, ahora solo reescribe una contraseña nueva o si quieres guardar la misma.

— Prefiero dejar la misma.

— Entonces escribe la y le das clic en guardar.

T/n teclea la contraseña y luego lo guarda, en la pantalla apareció un círculo que giraba y giraba, en la parte de abajo decía loading.

Unos segundos más tarde, el círculo cambió por una pequeña palabra: guardado.

— Y luego...

— Valentine — dijo Alice apareciendo en la pantalla, haciendo que los presentes dieran un brinco —... Gracias.

La nombrada sólo respondió con un movimiento de cabeza.

— Sigues tú, Jill — murmuró Martina.

— Tú eres su... Hermana.

— ¿Cómo sabes eso?.

— Mientras que ella me creaba, ella me comentaba gran parte de su familia. Sobre todo de tí, Jessica te amaba, cada vez que hablaba de tí se le iluminaban esos ojos y siempre andaba con una sonrisa que nadie se la quitaba. Hasta que un día, no sé muy bien que pasó, pero me di cuenta que ya no hablaba sobre sus seres queridos, nada. Le hacía preguntas pero ella las evadía. Nunca supe el porqué, hasta ahora que dices que a Jessica le borraron parte de su memoria, la pregunta es ¿Porqué?.

— Eso mismo me preguntó yo — murmuró ella.

— Bueno... Vamos a enlazarte con ese satélite. Irina, ¿Qué tengo que hacer?.

— Su contraseña es lo primero. Luego activa la conexión de su red.

T/n asiente para después teclear.

— Listo, ya. Pero necesito la contraseña.

— cero ocho cero siete.

Una vez que ella entra al sistema de Jill, ubica la conexión, escribe de nuevo la contraseña y aparece el círculo con una palabra loading.

Esperó varios segundos hasta que apareció la misma palabra cuando reprogramó a Alice. Guardado.

— Dime Jill, ¿Puedes buscar algo?.

— Sí, muchas gracias.

— Ahora sólo faltas tú — dijo Irina.

— ¿Cómo se hace?.

— Está más complicado. Tienes que entrar al chip 1 y mirar que es lo que está pasando, si están bloqueando algunos recuerdos o que.

— Yo lo puedo hacer — intervino Martina —. Estudié un tiempo tecnología y me fue muy bien, digamos que tengo el mismo talento  que... Mi hermana. Si quieres lo puedo hacer, tú decides t/n.

Ella asintió.

— Siéntate en la camilla.

Valentine mira el cuerpo de la caminante, quien es levantada por Minho. Lo sigue con la mirada hasta que ve como él la pone en el suelo, entre los cuerpos de Albert y John.

— Necesito a uno de sus sistemas inteligentes, como es que era su nombre, Jill... Irina... Mejor dicho, ¿La que fue reprogramada hace unos momentos?.

— Alice... Mi nombre es Alice.

— Si, gracias por recordarme lo. Ahora necesito tu sistema.

— Adelante.

— ¿Y que le harás a Alice? — preguntó Taehyung.

— A ella, nada. Pero necesito el sistema para ver el chip de Valentine. Se supone que ellos lograron controlar su mente, no. Entonces aquí debe haber un pase para la entrada al chip.

Los chicos se miraron entre sí. Ellos tenían una duda pero prefirieron guardar silencio y preguntar después.

— Bien, aquí hay una copia, sólo necesito la contraseña. ¿Alice?.

— Doscientos cincuenta.

Martina asintió.

— Preciso. Ellos estaban bloqueando tus recuerdos.

— ¿Puedes devolverlos?.

— Claro, sólo que te tendría que dormir ya que los recuerdos llegan de golpe y no es muy bueno para una persona.

— ¿Eres enfermera? — preguntó Jungkook.

— ¿Tengo cara de ser una?.

— Pareces saber mucho del tema.

Martina se acerca hacia Jungkook. Ambos estaban cerca del uno al otro y mirándose mal.

— ¡Oigan, oigan, oigan! — intervino Dylan separando los —. No sé peleen, de acuerdo.

— Ella empezó.

— Idiota, ¡Tú empezaste!. Cobarde.

Dicho eso Martina toma una inyección, dentro de ella había un líquido transparente. Ella se acerca hacia t/n y le introduce la aguja.

— ¿Qué es eso?.

— Tranquila, esto te dormirá. Me será más fácil para devolverte esos pequeños recuerdos. ¿Está bien?.

Ella asintió. Luego vió como Valentine poco a poco cerraba sus ojos, hasta llegar al punto de dormirse.

— Martina...

La nombrada suspiró.

— ¿Qué? — contestó de mala gana.

— Lo que pasa es que cuando mencionaste sobre  que ellos controlaban la mente desde el sistema de Alice. ¿Tú cómo sabías eso?.

La chica al escuchar aquellas palabras palideció, se puso tan pálida que es como si hubiera visto algo escalofriante y perturbador.

— ¿Yo... Dije eso?.

— Sí, y no nos vengas con ese cuento de que no recuerdas — respondiendo Jungkook.

Ella se quedó mirándolo fijamente, no decía nada. Más sin embargo, Martina seguía palida, hasta empezó a sudar, tanto, que tuvo que limpiarse las manos en su remera.

Luego de unos segundos habló, dejando a todos los presentes impactados.

— Yo... Yo era la novia de Leon.

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