Capítulo 8
Introducción de una Zenin al Clan Fukunaga
- No te muevas -hablo Getou, al bajar la mirada vi como una herida diagonal sobre mi pecho hasta mi tórax comenzaba a teñir mi ropa de rojo oscuro-
- Vaya -susurré- no podías aceptar tu derrota? Huh? -solté una fuerte risa- perdón madre, perdón Klaus -susurré mientras bajaba las escaleras del cuadrilátero- pero tendré que terminar esto, aquí y ahora.
- Hitomi! -gritó Klaus- ya detente! Ve como se encuentra! -me tomo del brazo haciendo que por todo mi cuerpo recorriera un escalofrío gracias al pequeño dolor de la herida-
- Ve como estoy yo, acaso no te importo? -el negó-
- Claro que me importas Hito-baka! Pero detén esto! Ya ganaste, míralo, no puede ni siquiera usar más energía maldita
Tiene razón.
- Mhp -voltee hacia mi padre- solo por el, te perdonaré la vida
Le di una patada en su rostro tirándolo al suelo por completo.
- Te llevarán a un lugar que amaras -sonreí-
- Ha! -escupió en mi zapato al sentarse de nuevo sobre el suelo- No tengo ningún lugar que ame
- Seguro, ahora que lo saque del cuadrilátero se declara oficialmente que soy la líder del clan, cierto? -el referí asintió- entonces llévenlo a nuestros calabozos-
- Calabozos? -comenzaron a susurrar-
- Recuerdas papá, a donde nos llevabas cuando no hacíamos lo que querías? -el comenzó a recordar ya que su rostro cambió de uno confiado a uno aterrado- si! Allí te llevarán!
- Hitomi, hija -dijo intentando que cambie de decisión pero negué-
- Ya no soy más tu hija, por favor, llévenselo al calabozo -avisé para que dos hombres fuertes lo tomaran por sus brazos-
- Hitomi tengo que revisarte eso ahora -dijo Ieri con preocupación-
- Tranquila -puse mi mano sobre su hombro- vayamos a algún cuarto, todos los presentes -llame su atención- fue un gusto haberlos tenido, se pueden retirar
La fuerza que tenía para seguir manteniéndome de pie es demasiado grande, mi cabeza me daba vueltas, siento que si sigo caminando me voy a desmayar.
- Deja de fingir -susurró Nanami en mi oído mientras me cargaba- Vamos Ieri
- Claro, chicos vengan -volteo hacia su hombro para que los dos jóvenes nos siguieran el paso-
Seguimos caminando hasta encontrar el primer cuarto, al entrar me acostaron en la cama.
- Creo que esto te dolerá, pero...-las puertas se abrieron dejando ver dos mujeres de gran edad-
- Una disculpa por la molestia señorita Hitomi, pero venimos a apoyarla -Ieri y yo nos volteamos a ver extrañadas-
- Bien -comentó dudosa y ambas mujeres se acercaron para ayudar a Ieri-
El dolor comenzó a inundar mi cuerpo causando que apriete mi mandíbula para no gritar.
- Ya casi está, calma -asentí a duras penas, mantenía mis ojos cerrados, pero luego sentí como alguien se ponía atrás de mi cabeza para cargarla y ponerla sobre algo cómodo-
Al abrir los ojos vi a Nanami quien me sostenía la cabeza, el azabache y el albino me tomaron delicadamente los brazos.
Las lágrimas comenzaron a salir, son demasiados tiernos.
«Los amo chicos»
En un minuto a otro ya no sentí nada, pude tomar una gran bocanada de aire para llenar al fin mis pulmones. Al soltarlo sentí como retiraban de mi rostro algunos mechones, levante la mirada para ver a Nanami quien me observaba con una ligera sonrisa.
- Ya estás mejor? -asentí para sentir como me daba un beso en la frente-
- Gracias -sonreí mientras las lágrimas seguían cayendo, me sentía muy afortunada de que tuviera unos amigos que me cuidaran y protegieran mucho-
- Tenemos que salir señorita, la gente tiene que verla -asentí para levantarme con ayuda de Nanami, Getou y Gojo-
Al soltarme pude mantenerme de pie y salí del cuarto con pie firme, este es un nuevo comienzo para mi vida y para el clan. Soy una líder, tendré que cuidar del mas pequeño y del mas anciano, se acabo la orden del viejo Fukunaga Fugaku, ahora habrá un renacimiento del clan Fukunaga.
- La nueva líder del clan, Hitomi Fugaku -avisó el antes referí- estamos a sus órdenes para cualquier cosa, señorita -cuatro hombres de gran tamaño se pusieron frente a mi haciendo una reverencia-
- Levántense, por favor -los cuatro me hicieron caso y al verme yo suspiré- hoy comenzará una nueva era para los Fukunaga's -estire ambos brazos hacia mis costados- los días grises de Fugaku se han ido -la gente anhelaba esto, lo se, se lo que sufrían, lo se porque yo lo sufrí toda mi niñez-
- Señorita Fukunaga, soy el administrador y secretario del señor Fugaku -hizo una reverencia con rapidez- quiero saber unas cuantas cosas
- Tranquilo Galio-san, yo no requiero cosas tan formales como los que usaba mi padre -sonreí- solo quiero el bienestar de mi gente
El se sorprendió.
- Galio-san -susurró con un ligero brillo en sus ojos-
- Los niños podrán escoger si quieren ser chamanes o personas normales, donde esta la tropa de chamanes Fukunaga?
- Ahorita mismo están entrenando -asentí-
- Bien, ellos se mantendrán cuidando nuestro lugar, también, creen un velo sobre nuestro dojo para que las familias que vivan allí estén seguros de las maldiciones, por favor
- Claro, en este mismo ire
- Perfecto, yo me iré a la escuela para avisar acerca de esto y vendré de nuevo para ver como le haré para estar administrando el lugar y seguir estudiando
- No se preocupe por eso señorita, usted enfóquese en la escuela, yo aquí haré lo que me diga
- Muchas gracias Galio -puse mi mano sobre su hombro, el solo acomodó sus lentes nervioso- bien, me voy, haga lo que le dije -hable mientras iba con mis amigos para regresar a la escuela-
- Claro, señorita Fukunaga? -hablo haciendo que voltee hacia mi hombro-
- Que sucede?
- Muchas gracias, creo que hablo por todos del clan al agradecerle por lo que esta haciendo -ví como todos me hacían una reverencia-
Yo cerré mis ojos por un momento.
«Es tu momento, hija, haz lo correcto» escuche a mi madre tras de mi para luego abrir los ojos.
- Levántense, por favor -demande- creo que ya era algo que tenía que hacer para vengar a mi familia
- De nuevo, muchísimas gracias Señorita Hitomi
- De nada -sonreí- entonces, me retiro, una disculpa por el desastre -tome mi martillo-
- No se preocupe señorita Fukunaga
- Nos veremos más tarde -salimos de la mansión viendo cómo comenzaba a salir el sol-
- Felicidades Hitomi -dijo Gojo abrazándome de lado-
- Gracias Gojo -sonreí-
- Felicidades pequeña -se asomó por el otro lado Getou con una gran sonrisa-
- Tendrás más responsabilidades ahora, pero felicidades -dijo Ieri a lado de Gojo-
Sentí las manos de Nanami en mi cintura y yo sonreí.
Al llegar a la escuela por medio de un taxi todos se fueron a sus cuartos para descansar. Nanami se quedó a mi lado pero le insistía que se fuera a dormir.
- Quiero acompañarte -el bostezo a lo que yo negué-
- Ve cómo estás, tienes mucho sueño -lo tome de la mano- vamos a tu cuarto
El no se negó, al llegar el se acosto pero me tomo del brazo para lanzarme con el a la cama.
- Nanami! -el comenzó a reír-
Su risa...
Es hermosa.
- Perdón, tenía que hacerlo -me abrazo, haciendo que mi rostro quede en su pecho-
Olía tan rico, su colonia es mi favorita.
El aroma de su piel era tan deliciosa, por accidente suspiré sobre su cuello haciendo que se le erice la piel.
- S...-iba decir algo pero se quedó callado-
En un momento a otro sentí como el me daba la vuelta para quedar acostada, se mantenía en cuatro viéndome directamente a los ojos.
- No hagas eso de nuevo -sus pupilas de habían dilatado-
- Perdón -susurré asustada-
El soltó un pequeño suspiró, el ambiente se comenzaba a tornar algo íntimo.
- Hitomi? -levante la mirada hacia el-
- Dime
El quería decir algo, pero no sabía como.
Su corazón latía fuerte.
- Que sucede Nanamin? -pregunte poniendo mi mano en su mejilla-
- Quédate conmigo, por favor -hundió su rostro en mi cuello-
- Claro que si Kento -susurré para acariciar su cabellera con delicadeza-
Escuchamos unos golpes en la puerta, cosa que nos hizo salir de nuestro bello momento.
Vimos como Gojo ya se encontraba adentro del cuarto, quien ahora estaba congelado viéndonos.
- Aprende a preguntar primero -hablo fuerte Kento lanzándole una almohada-
Gojo lo esquivo para luego irse corriendo.
Nanami se tiro a mi lado soltando su aire algo molesto.
- Ese idiota nunca me dejara solo -yo solté una risa nasal lo cual llamó la atención del rubio- acaso te dio risa?
- N...no! -respondí enseguida volteando a mi derecha para verlo-
- Mentirosa -se puso encima mío de nuevo para comenzar a hacerme cosquillas-
- Nanami! No! -decía entre las risas que me causaba- para Nanamin! -el se detuvo para agacharse y darme un ligero beso-
Al separarnos yo lo abrace, el se levantó junto conmigo para quedar ahora sentado, y yo sobre sus piernas.
- Kento, tienes que dormir -susurré- anda, descansa
- Pero...
- Nada de peros, tienes que -me separé un poco para poder darle un beso en la frente- yo iré con el profesor Yaga y luego unas cosas del clan.
- Esta bien -suspiró-
Se acostó arropándose con las cobijas de su cama y yo sobre ellas me encontraba a su lado acariciando su cabellera rubia.
El enseguida se quedó dormido, yo con cautela me levante de allí para irme a paso rápido con el profesor Yaga.
- Puedo, sensei? -golpee la puerta asomándome a su oficina-
- Claro -al estar dentro me pare frente a su escritorio- que sucede?
- Soy la nueva líder del clan Fukunaga -solté la noticia como si fuera algo normal, el se sorprendió, quitándose los lentes levantó la mirada chocando con la mía-
- Asesinast...
- No señor -interrumpí- disculpe por la interrupción, pero mi moral se interpuso y no termine con su vida, ya el obtuvo su merecido.
- Hitomi, pues, felicidades -dijo con una pequeña sonrisa- creo que tendrás más responsabilidades ahora, pero se que podrás sobrellevarlo
Asentí.
- Claro que si, Yaga-sensei, bueno, si no tiene alguna misión por asignarme iré a la casa para verificar algunas cosas-
- Entendido, te marcare en caso de que haya algún problema -asentí-
- Muchas gracias, sensei -hice una reverencia para luego irme de allí-
Al llegar a la casa del clan Fukunaga, fui a la oficina encontrándome a Galio frente una computadora escribiendo.
- Galio -hable fuerte llamando su atención-
- Señorita Fukunaga! -exclamó asustado para venir corriendo hacia mi-
- Calma Galio, solo quería ver si aquí estaba -visualize mi alrededor- alguna novedad?
- Si! El Clan Zen'in pide su ayuda para entrenar a una joven que nació sin poder ver maldiciones ni moldear su energía maldita
Que sorpresa, al parecer querrá que le enseñe combate con armas de su clan lo más seguro.
- Están aquí, quiere que los lleve a su pieza?
- Por favor Galio -dije mientras caminaba afuera de la oficina yendo a la habitación principal-
- Señorita Fukunaga -dijo un hombre algo viejo- le traigo a una niña para que la entrene y le enseñe sus excelentes habilidades para las armas y el combate de cuerpo a cuerpo
- Como se llama?
- Maki, Zen'in Maki -asentí-
Una joven de cabello de color verde oscuro con flequillo, su cabello llegaba hasta su mentón. Usaba un kimono de color oscuro con una faja negra.
Era muy seria, sus ojos me dicen que ha sufrido.
- Perfecto, entonces Maki, desde ahora te entrenaré
- Muchas gracias Señorita Fukunaga -asentí-
- No es nada señor -ambos nos pusimos de pie para luego llevarlo hacia la salida-
Al retirarse la niña estaba en donde mismo, solo que ahora veía su alrededor, observando las cosas.
- Vayamos al cuarto de entrenamiento, por favor -hable asomándome para que ella comenzara a seguirme- primero comenzaremos con lo básico, sabes golpear? -pregunte y ella me miró con un rostro de ¿en serio?- bien, mala pregunta -me mantuve seria- entonces, quiero que golpees y esquives los palos.
- Bien -susurró-
Lo hacía bien, me supongo que los Zenin la entrenaban con la misma intensidad que mi padre con nosotros.
- Sigue haciéndolo, te dire cuando pares
- Oi -se detuvo- como eres la líder de un clan? Y más, del segundo clan más importante en la hechicería
- Tuve un duelo a muerte con Fugaku Fukunaga -ella se sorprendió tanto que cayó al suelo de la sorpresa-
- Por eso tu herida? -pregunto señalando su ojo y asentí-
Baje un poco mi blusa para mostrarle un poco la herida del pecho haciendo que ella entreabriera sus labios, dejándome saber que estaba sorprendida.
- Estuve a punto de perder -solté una ligera risa- pero no lo asesine, estuve apunto pero mis amigos me hicieron recapacitar -me puse en cuclillas frente a ella- hazte fuerte Maki -le estire mi mano para que se levantara- se que eres fuerte, lo presiento
Un brillo sobre sus ojos me lo dijo todo, odiaba su clan.
- Reconozco el odio cuando lo veo, tanto aborreces a tu clan? -ella se levantó para luego bajar la mirada, apretó sus puños y sus dientes rechinaron-
- Ellos no son mi familia -dijo entre dientes-
- Quieres escapar cierto? -asintió- mi familia es tu familia, Maki, puedes venir con nosotros
Ella volteo a verme sorprendida.
- En serio? -asentí-
- No estaré a veces porque sigo estudiando pero te mantendré con un guardaespaldas para que te siga entrenando con mis enseñanzas... -ella se lanzó a mi cuello para abrazarme-
Sonreí de lado para responderle el abrazo.
- Gracias, muchas gracias -susurró-
- De nada pequeña
«Tōji, creo que otra persona seguirá tu camino»
- Sigue con tu entrenamiento -dije levantándome para tomar mi celular ya que comenzó a vibrar-
Al contestar la llamada ya me encontraba afuera del cuarto para poder hablar mas cómoda.
— ¿Bueno? —
— Hitomi, soy Nanami —
— ¿Qué pasó? —
— Tenemos una misión, ahorita a las 3 —
— Claro, ahorita me lanzo hacia allá, estoy algo ocupada —
— Todo bien? —
— Si, si, no te preocupes, te cuento cuando nos veamos —
— Bien, vente con cuidado —
— No te preocupes — sonreí.
— Bueno, adiós pequeña — me podía decir cualquier persona "pequeña" y me sentiría bien, pero que el me lo diga, causa que las mariposas en mi estómago se crearán.
— A...Adios — colgamos para luego sentir mi rostro arder.
Entre al cuarto viendo como Maki ya dominaba un poco mejor, avanzara con gran velocidad.
- Maki, te dejare a un guardaespaldas, yo ahora regreso, me salió una misión -ella asintió-
- Bien -susurró-
- Ahora, quiero que ataques de nuevo al tronco pero ahora con este palo de madera -le señale el que estaba recargado contra la pared- esquivaras los ataques con el mismo, luego ya el guardaespaldas te dirá lo que tienes que seguir haciendo o que hacer para mejorar
- Claro -asintió para luego caminar hacia la salida del cuarto- suerte
Me detuve para voltear a mi hombro.
- Gracias Maki -sonreí ligeramente para seguir mi camino-
Pedí que un guardaespaldas siguiera con el entrenamiento de Maki, durante el camino le expliqué lo que tenía que hacer, al llegar a la escuela logré terminar con mi plan del día de hoy.
- Muchas gracias Raito -el asintió para salir del carro y abrir mi puerta- vaya con cuidado
- Claro señorita Fukunaga
- Dígame Hitomi, por favor -dije mientras ponía mi mano sobre la suya con delicadeza-
- Esta bien señorita Fuku...Hitomi -asentí para luego el subir al carro e irse-
Vi como Nanami ya estaba esperándome, se veía tan apuesto.
- Nos vamos? -pregunte, el asintió-
- Entonces, me cuentas el porqué tan ocupada? -yo suspire con una pequeña sonrisa-
- Una niña del Clan Zenin me pidió que la entrenara, no puede moldear energía maldita, no puede ver maldiciones.
- Zenin? -asentí- dices que no puede ver maldiciones? Sorprendente -yo también tuve la misma reacción, una Zenin así, claro que el líder la trataría como si fuera una don nadie- que bueno que la estás entrenando -dijo con un tono de voz cálido y yo me sonroje a tope-
Vi como llegaba el carro.
- Vamos -dije para comenzar a caminar-
- Te puse nerviosa? -pregunto llegando a mi lado para subirnos al carro negro-
- Algo -susurré y el sonrió ligeramente-
- Dime acerca de la misión, que haremos?
- Es de categoría uno, ya ha asesinado a varias personas, tenemos que tener cuidado ya que es uno grande -llene mis pulmones de aire para luego soltarlo lentamente- posee tentáculos como brazos y se mueve en el agua
- Agua? -pregunte asombrada, que fastidio-
- Si, por qué?
Lo ignore por completo ya que comencé a crear planes de cómo poder vencer a la maldición si es sobre el agua. Podría usar mi vibración para hacerlo salir pero que fastidio porque me mojaría y tendría que lavar mi uniforme, aparte sería agua sucia, olería horrible. Si huelo horrible y Nanami se acerca sería la perdición.
- Oi -escuche a mi lado-
- Si? -voltee con Nanami quien me veía algo preocupado-
- Ya llegamos -nos bajamos para acercarnos a un lago- todo bien?
- Si, perdón -susurré-
El velo que cubría el terreno era algo grueso, me sorprende la cantidad de energía maldita que tiene la maldición.
- Ten cuidado Nanami, es fuerte -el asintió, saco su arma-
Yo mantuve mi martillo sobre mis manos frente a mi, conforme daba los pasos para buscar a la maldición intentaba buscar su presencia pero no lograba hallarlo.
Suspiré y puse mi mano sobre el agua negra para comenzar a crear vibraciones intentando ahora buscarlo por el agua.
- Lo encontré -susurré- estate atento -avisé para luego sentir como venía con gran velocidad- cuidado!
- Tranquila -se puso en posición de ataque y yo me fui hacia atrás para esperar la aparición de la maldición pero vi como salían sus tentáculos-
- Mierda -susurró-
- Los tentáculos, intenta cortarlos -dije para usar el lado del pico de mi martillo y encajarlo en el tentáculo para lastimar a la maldición-
Al lograrlo este levantó ambos tentáculos y los metió de nuevo al lago.
- Bien hecho -escuche de su parte y me sonroje a tope-
«¡No me debo de desconcentrar!»
La maldición salió con un gran salto hacia nosotros, nos separamos pero vi como caía una gran cantidad de agua sobre mi.
- Esto era lo que no quería -susurré molesta-
Vi como Nanami usaba su técnica maldita de 7:3 para cortar la mitad del tentáculo.
Este pego un fuerte grito pero yo con mi martillo golpee su tentáculo para luego manipular un gran pedazo de tierra, y la lance a su boca. Comencé a correr para al llegar con el tener almacenado una gran cantidad de energía maldita sobre mi martillo.
- ¡Técnica Maldita: Hammer Time! -grite para con el golpe hacer que vibre todo su cuerpo haciendo que explote por completo-
Sus entrañas se pegaron a mi cuerpo haciendo que quedara completamente sucia, la tierra me manchó mi ropa y mi rostro.
- Joder! Esto era lo que no quería! -grite molesta y patee el suelo levantando la tierra-
- Estas bien? -pregunto Nanami acercándose-
- No! Digo...si estoy bien, pero no te acerques, huelo pésimo -el soltó una risa nasal a lo que no me hizo caso y se acercó, saco un pañuelo para comenzar a limpiar mi rostro-
- El agua ya está limpia, el velo ya no está -ví el lago que ya estaba azul, me sorprende mucho ya que pensé que estaba sucia-
- Ya vengo -me quite mi chaleco para comenzar a limpiarlo metiéndolo al agua y sacándolo para tallar-
Al estar listo lo puse sobre una rama para que se secara, me saque mi falda e hice lo mismo. Lo bueno es que siempre tenía unas medias abajo de color negro para tapar mis piernas, a lo que no me puse nerviosa.
- Listo Nanamin -voltee a verlo luego de poner mi falda sobre otra rama y noté como el evitaba verme, su rostro junto sus orejas estaban rojas-
- B...bien -susurró- Ya llame a nuestro conductor, ya viene -asentí-
- Tengo tiempo para secar esto -sonreí levemente para comenzar a esperar-
Al recogernos yo mantuve la ropa sobre mi brazo para no manchar el carro, llegamos a la escuela e inmediatamente me metí a bañar para luego ir a lavar mi ropa, ya estaba cambiada a un leggin negro y una camiseta de Gojo del mismo color holgada.
Si se preguntan, por qué tengo una camiseta de Gojo? Es porque a veces el me la regala porque se consiguió otra del mismo estilo o porque ya no le gusto.
- Ya todo mejor Hitomi? -pregunto Nanami recargado sobre la orilla de la puerta-
- Todo mejor -sonreí- perdón por lo de la misión, realmente no quería verme tan mal -solté una risita-
- No te preocupes -me abrazo-
- Gracias -susurré- Gojo, Getou e Ieri no han regresado de la misión? -el negó-
- Les han puesto que cuidarán y asesinaran a una niña
- Que? -asintió-
- Dicen que será la siguiente recipiente de Plasma Estelar, para el señor Tengen -me sorprendí-
- Oh no -susurré-
- Oh no, qué? -pregunto viéndome extrañado-
- No...no es nada, eso espero -baje la voz por cada oración que decía y suspiré- vamos a tu cuarto, quiero descansar -me salió un bostezo mientras estiraba mis brazos hacia arriba-
- Esta bien pequeña -dijo con una ligera sonrisa-
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