Capítulo 4

Al dar un paso dentro del lobby todos nos observaron dejando de hacer lo que creaba el ruido en el lugar.

- Fukunaga, Hitomi -se escuchó en todo el lugar- hija de Fukunaga Fugaku e Itomi Fumiko -un reflector nos atrapó a los tres- bienvenida

Una ola de aplausos se escuchó.

- Recién promovida a hechicera de Primer Grado -hablo ahora mi padre- mi primogénita y heredera de líder del clan Hasegawa -al llegar frente a ellos hicimos una reverencia- un orgullo verte de nuevo con estas noticias hija mía

- Padre -susurré-

- Levántense -autorizó el hombre a lado de mi padre-

- Buenas noches señor Hasewaga, es un honor conocerlo

- Profesor Yaga -ambos estrecharon sus manos- Gojo Satoru, siempre he escuchado de ti pero al fin te puedo ver en persona -sonrió enormemente mi padre- Hitomi -su rostro paso de ser amigable a uno serio-

- Padre -chocamos miradas, el ambiente entre nosotros fue convirtiéndose en uno tenso, podía sentir como sus ojos negros entraban a mi cabeza teniendo todo el control de mi cuerpo-

- No creas que por este ascenso puedes estar más tranquila, aún eres débil -sus palabras se incrustaban en mi mente- mañana te quiero ver a primera hora en la casa para ver cuánto has mejorado.

- No -respondí fríamente- he estado entrenando con mis compañeros y profesores.

- Permítanme un momento -le dijo a Gojo y a Yaga-sensei para tomarme de la muñeca, llevándome al balcón del lugar- como te atreves perra? -me dió un fuerte golpe en la mejilla haciendo que pierda el equilibrio- a mi jamás me vuelves a decir que no, soy tu padre, debes tratarme con respeto

- No me importa si eres mi padre -puse mi mano sobre mi mejilla la cual se encontraba roja por el golpe-

- Tienes las mismas costumbres que la idiota de tu madre, que bueno que ya esta mu...-yo me iba lanzar contra el pero unos brazos me tomaron de la cintura-

- Suéltame, déjame asesinar a este hombre con mis propias manos -patalee pero no me soltaban-

- Tranquila -era Gojo-

La mirada con la que veía a mi padre era de odio, quería asesinarlo.

- Tiene que venir un hombre a que te calmes porque tu no puedes controlar tus emociones? -soltó una pequeña risa- espero que restablezcas el clan con este excelente chamán

Mi sangre hervía.

- Prefiero morir a seguir siendo tu hija -escupí las palabras con enojo mientras que el abría sus ojos sorprendido- lo único que me has dado es dolor, cuando mi madre murió fue por tu culpa -sentí el agarre de Gojo más fuerte ya que me intentaba zafar- mi hermano por eso se largo del clan, tú eres solo uno más de este mundo.

- Cállate -dijo levantando la mirada- tu madre murió por débil, su energía maldita era un pobre, tu hermano se largo del clan porque no se sentía apto -yo solté una sonora risa- tu eres la siguiente líder del clan, compórtate como tal y deja de decir estupideces.

- No son estupideces -me dio otra bofetada-

- Hazle caso a tu padre -la mariposa que tenía de adorno en mi cabello se cayó-

Flashback

- Hija, estás allí? -escuche por el otro lado de la puerta-

- Pase -una ligera voz salió de mi garganta, limpié mi rostro mientras mi madre entraba-

- Hija -susurró para sentarse en la orilla de mi cama- yo se que es duro pero quiere que seas fuerte, la mejor del clan

- Pero es demasiado -susurré apoyando el rostro en la almohada-

- Lo se mi amor -la voltee a ver y ella me abrazo- mira, para que te sientas mejor te traje un regalo -sonrió- cierra los ojos -lo hice para luego sentir como tomaba mis manos y ponía algo sobre ellas- ábrelos

Al hacerlo vi un adorno para el cabello de mariposa, era de color morado.

- Morado, como tus ojitos -toco mi nariz delicadamente haciéndome sobresaltar pero luego sonreí- así quiero verte, con una sonrisa

- Gracias mamita -nos abrazamos-

Flashback

El sonido de la mariposa quebrándose por la fuerte pisada de mi padre me rompió el alma, era lo único que tenía de mi madre. Mi padre se mantuvo serio al quitar su pie.

- Reúnete con el directivo ahora -el se adentro al lugar mientras que yo estaba intentando analizar lo que estaba sucediendo-

- Estas bien? -pregunto finalmente Gojo soltando su agarre causando que me cayera al suelo- Hitomi!

- El...-susurré-

- Tranqu...

- No -levante la mirada para luego acercarme a la mariposa ahora hecha pedazos-

Gojo Satoru

- El...-susurró viendo al suelo-

Me rompía el alma verla así, ya no era ella, parecía como si fuera una persona vacía.

- Tranqu...-me interrumpió-

- No -levantó la mirada para verme pero luego la bajo para acercarse a la mariposa y comenzar a recoger sus piezas poniéndola en su mano- no quiero estar mas aquí -hablaba con voz baja-

- Nos iremos de aquí, le explicaré todo al profesor Yaga -la ayude a levantarse- te llevaré enseguida

- Déjame despedirme -asentí para llevarla con nuestros brazos entrelazados frente a los directores-

- Señores, me retiro -hablo con firmeza-

- Ha sido un gusto verla, tener a su padre y a usted con nosotros fue un honor -dijo uno mientras estiraba su mano hacia ella pero simplemente los ignoro-

- Hasta luego señores, hasta luego Fugaku -se despidió para luego desaparecer y reaparecer enfrente de la escuela-

Ella no dijo nada, solamente empezó a caminar pero luego de cinco pasos ella comenzó a tambalear.

- Oi oi -fui con ella para tomarla de la cintura antes de que cayera de nuevo al suelo-

- Ya no puedo Gojo, puedo llorar frente a ti?

- Eso ni se pregunta, hazlo -ella en el momento que termine de hablar se pego a mi pecho soltando un grito de dolor-

Comenzó a llorar sobre mi, la abrace con fuerza, no me gustaba verla llorar.

- Te llevaré a mi cuarto -reaparecimos ahora en mi pieza para luego llevarla a mi sofá- quieres sentarte? -ella asintió sin separar su rostro de mi pecho a lo que nos sentamos-

Mi corazón se apachurraba cada vez que ella lloraba de nuevo, no sabía como hacerla sentir mejor.

«Nanami sabría»

- Pequeña -llame su atención- ahorita regreso, puedes esperarme un momento?

- Si, perdón -negué-

- No te disculpes, no tienes porque -le deposite un beso en su frente para luego irme de allí corriendo-

Salí desesperado en busca del cuarto de Nanami, era cerca del cuarto de Hitomi así que no era para perderme.

Al llegar golpee la puerta varías veces.

- Nanami, por favor responde -decía mientras golpeaba-

- Que sucede? -abrió la puerta con su pijama- es Hitomi?! -asentí y ambos comenzamos a correr de vuelta a mi cuarto-

Al llegar entramos para ver cómo Hitomi estaba acostada de espaldas a nosotros.

- Gojo? -se sentó para vernos- Nanami -susurró sorprendida-

- Hitomi, que te pasó? -al hacerla recordar comenzó a llorar de nuevo- No, no, Hitomi no llores -se acercó lentamente para abrazarla-

El volteo a verme y le señale la mariposa que estaba sobre mi mesa a lado de mi cama.

Al verlo el cerro sus ojos, al parecer sabía que significaba ese adorno para ella.

Nanami Kento

Era el broche que le dio su madre, Hitomi siempre atesoraba ese broche ya que era lo único que tenía de ella.

- Hey -susurré en su oído- como te sentirías si te dijera que lo puedo arreglar?

- No te creería -hablo sobre mi pecho-

- No me creerías? -acaricie su cabello-

- No

- Entonces tengo que mostrarte que lo puedo hacer para que me creas -ella se separó de mi para verme sorprendida, parecía una tierna niña pequeña-

- Yo te ayudaré Kento -hablo Gojo y asentí- le avisaré a Yaga-sensei que no nos ponga misiones para mañana

- Claro, traeré mis cosas, Hitomi, enseguida vengo, no me tardo nada -sali corriendo a mi cuarto para tomar lo necesario y ayudar a Hitomi-

Sus mejillas estaban carmesí, al igual que su nariz, pero su mejilla derecha estaba muy roja, como si alguien la hubiera golpeado.

Qué pasó en la reunión?

Fukunaga Hitomi

- Nanami lo arreglará pequeña, no estes triste -dijo Gojo acariciando mi mejilla donde antes mi padre había golpeado-

No podía decir nada, no sabia que decir realmente, solamente podía ver al suelo. Me sentía vacía, como si ya nada importara.

- Llegue -Nanami entró- puedes entregarme el broche, Hitomi? -pregunto con una voz calmada, ya no era su típica voz neutra y fría-

Al levantar la mirada el estaba de cuclillas frente a mi con sus manos estiradas a mi para recibir el broche.

Lo tome de la mesita para con desconfianza dárselo.

- Gracias, no tardaré mucho -se sentó a mi lado para poner una pequeña tabla sobre sus piernas- ve a dormir Hito-chan, tienes que descansar

- No -susurré-

- Escuche mucho ruido, que sucede Satoru? -era Geto-

- Llévate a Hitomi, Gojo, yo terminaré esto

- Claro, ya regresó -asintió para ver como Geto me cargaba-

- Geto llévala a su cuarto, cuídala por favor

- La cuidare muy bien -asintió para luego irnos de allí- ahora, quieres decirme lo que sucedió?

Yo solo me mantuve escondida en su pecho.

- Bien, no tienes porque hablar si no quieres pequeña -me apretó más fuerte- sabes que siempre estaremos cuando nos necesites -susurró cerca de mi-

Al llegar a mi cuarto el me puso con cuidado en mi cama para yo colocarme en una posición fetal abrazando mis piernas.

- Hitomi -dijo mi nombre con un tono algo serio- quiero saber que esa mejilla está roja porque estabas llorando y no porque te pegaron, es cierto? -yo no respondí- quién fue el imbecil?

- Mi padre -susurré para sentir como el se sentaba a mi lado-

- El te golpeo? -asentí- creo que tendremos que encargarnos de algunos asuntos -yo solté una pequeña risa-

- Gracias Geto -me senté en la cama para de repente sentir como el me abrazaba-

- Nadie tiene el derecho de ponerte un dedo encima, ni siquiera tu padre -tenia una mano en la parte de atrás de mi cabeza y la otra en mi cintura- nadie, entendiste? Y si pasa otra vez ruega para que no esté allí presente -ambos nos separamos- porque lo mataré

- Yo también desearía hacerlo

- No te preocupes, pronto le llegará el karma -me volvió a abrazar- ahora tu tienes que descansar

- No puedo -susurré-

- Entonces que puedo hacer para distraernos? -el sonrió para ir a mi cajon- Ya se -sacó unas mascarillas a lo que yo solté una sonora risa-

- Como sabias que estaban allí?

- Porque te conozco baka -sacó la lengua-

- Oi -sonreí para luego ambos reír-

Suguru Geto

Al terminar la película noté que ella estaba recargada sobre mi brazo, al bajar la mirada vi que estaba completamente dormida. Ya hace rato nos habíamos quitado las mascarillas, en caso de que ella siguiera sin poder dormir íbamos a ir por helado, pero creo que ya no será necesario.

Con cuidado la tape con su colcha y la acomode para que durmiera cómoda.

Acariciaba su cabello morado claro, a veces se veía azul, realmente le quedaba ese color, sus ojos son morados oscuros, su piel blanca como la nieve, es hermosa.
Pero se que no es para mi, desde que la conocí ese día en la pista de entrenamiento lo supe, al ver a Nanami quien llegó por ella sus ojos brillaron como dos hermosas estrellas.

Ella merece ser feliz, y yo dudo poder otorgarle esa alegría.

Me levante de su cama para salir del cuarto e ir con Gojo y Nanami para ver como iban.

- Puedo pasar? -pregunte golpeando la puerta dos veces-

- Claro -entre viendo a un Nanami muy concentrado y un Gojo acostado-

- Vaya, eres de gran ayuda -hable con sarcasmo y me acerqué con Nanami- como vas?

- Ya casi lo terminaré, el problema es el broche, esta roto, necesito uno nuevo.

- Mañana compramos uno, le pediré a Yaga-sensei que distraiga a Hitomi con una misión sencilla para poder tenerlo listo cuando llegue -dije para ver como Nanami asentía-

- Perfecto, entonces terminaré esto pronto

- Tomate tu tiempo -dije mientras me sentaba a lado de Nanami intentando no moverlo bruscamente-

Fukunaga Hitomi

Siguiente Día
10 AM

Iba en camino a una misión que me dejó el profesor Yaga, dijo que era algo sencillo a lo que termino y podré irme a comprar algo de comida ya que no he desayunado nada.

Al entrar al edificio abandonado tuve que subir varios pisos.

Saque el martillo para recargarlo sobre mi hombro por si acaso me sale una maldición por sorpresa, al llegar al piso vi como habían varias maldiciones los cuales eran dos grandes.

- Hare esto rápido -suspiré para golpear el suelo haciendo que comenzara a retumbar-

Una maldición se lanzó sobre mi pero como si mi martillo fuera un bat, lo golpeé en la cabeza con energía maldita acumulado en la punta exorcizándolo enseguida.

- Ahora faltas tú -señalé con mi martillo y el quiso huir pero me lance hacia el-

Vi como había saltado del edificio, recordé a Nanami cuando tuve una misión con el.

Me tire sin pensarlo para al llegar con la maldición dejar mi martillo en el aire y reunir una gran tonelada de energía maldita en mi puño.

Un destello negro se hizo presente exorcizando a la última maldición que quedaba, al llegar al suelo logre caer sin lastimarme, vi como mi martillo ya llegaba a mi a lo que lo tome con ambas manos.

«Me voy» pensé y le marqué a un taxi para que venga por mi.

Esperaba el taxi cuando veo un tipo grande en el suelo, yo me extrañé a lo que fui con el para checar que estuviera vivo al menos.

- Oi, estás...-acerque mi mano a él pero en un segundo noté como tomo mi muñeca con fuerza- tsk

- No deberías ser tan confianzuda -logre zafarme de su agarre para golpearlo con mi rodilla en su rostro-

- No te atrevas a tocarme de nuevo

El soltó una risa para luego levantar la mirada lentamente analizando todo mi cuerpo.

- Fukunaga, huh? -dijo suspirando-

- Quien eres?

Se levantó con dificultad, no volvería a ayudarlo, vi como el me doblaba la altura. Tenía su cabeza hacia abajo para seguir haciendo contacto visual conmigo.

- Volveré a preguntar, quién eres?

- Me gustaría pelear contigo -comento, la sangre caía de su mentón en pequeñas gotas- pero ahorita mismo me ganarías

- En todas las maneras posibles te ganaría -el sonrió-

- Eso me gustaría ver -se acercó a mi rostro pero el cayó al suelo débil-

- Oi -lo intente cargar antes de que tocara el pavimento pero fue inútil ya que era demasiado grande-

Llame al taxi cancelando el viaje para llevarme arrastrando el cuerpo del azabache desconocido a donde antes había peleado con las maldiciones.

«Intentaré algo, espero me salga»

Puse ambas manos sobre su cabeza para comenzar la Técnica de Maldición Inversa.

Ya lo había probado con Ieri ya que ella fue la que me apoyó y enseño para lograrlo.

Al ver como las heridas cerraban yo comencé a sentirme algo mareada.

- No, tengo que seguir -susurré pero en un momento a otro ya estaba apoyando ambas manos en el suelo a lado del extraño tomando fuertes bocanadas de aire ya que estaba demasiado agotada-

- Por qué me ayudaste? -se despertó para luego sentarse-

- No lo se, pero no me reconozcas con el clan Fukunaga

- Vaya, otra que odia a su clan -susurró- pero no perderé mi tiempo, ahora te matare

Sonreí.

Saco una cuchilla al pararse.

- Hazlo -caí al suelo golpeando mi costado-

El se abalanzó contra mi pero al momento de estar a mi lado se detuvo.

- Por qué te detienes? -pregunte mientras abría mis ojos para verlo-

- No te importa -se sentó para seguirme viendo- eres extraña

- Cállate -intente levantarme pero no tenía la fuerza suficiente para hacerlo-

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