Capítulo 15
Maldición de Grado Especial
Al llegar a casa vi a Nanami quien estaba sentado en las escaleras esperándome, volteo a verme y vino hasta mi a paso rápido.
- Qué pasó? -pregunto preocupado mientras me abrazaba-
- Nada, pensé que había visto a Getou
- Cariño -susurró mientras nos separábamos ligeramente para darle la oportunidad de depositar un beso en mis labios-
- Por un segundo creí que Gojo y Getou me habían hecho una mala jugada -hable al separarnos- esperaba con todo mi ser que fuera el y que regresaría de nuevo para que todo fuera como antes
- Se que sonare frío, pero tienes que dejarlo ir cariño, el ya no está con nosotros, Gojo tuvo que asesinarlo
Yo solté un largo pero pesado suspiró.
- Lo se -susurré- lo se -repetí pero esta vez más decaída-
Regresamos a la casa para entrar a mi cuarto.
- Me cambiare enseguida, no me tardo -dijo Nanami mientras yo me daba la vuelta-
- No te preocupes -susurré- me cambiare igualmente
- Claro -al estar listos nos dimos de nuevo la vuelta para vernos- podrás dormir?
- Realmente desconozco, espero que si, tú claro que tendrás que dormir, okay? -dije mientras el tomaba asiento en la orilla de la cama-
- No podré dormir sabiendo que estás despierta -me puse frente a él para notar como el tomaba mis manos- así que haré lo posible para que duermas
- Esta bien, me gustaría ver como lo intentas -sonreí y el soltó una ligera risa nasal, me pego a él juntando su rostro en mi pecho abrazándome con fuerza-
Durante la noche Nanami se mantenía abrazándome, consolando el dolor y las penas que se resguardaban en mi pecho. Acariciaba mi cabello y en algunas ocasiones depositaba ligeros besos sobre este.
Pensé que iba tener dificultad para conciliar el sueño pero enseguida caí dormida.
Gracias Nanami.
Siguiente día
10:30 AM
Me encontraba en el colegio entrenando a Yuji con pelea cuerpo a cuerpo, caminaba a su alrededor mientras veía como peleaba contra un peluche del director Yaga.
Sobre mi hombro se encontraba un osito de felpa quien se encontraba abrazado de un mechón de mi cabello y lo acariciaba de vez en cuando, me era relajante eso.
- Eres fuerte -hable, el se desconcentro por un momento haciendo que el peluche le de un golpe fuerte en la mejilla-
- Agh -se quejó-
- No podrás ganarle, es un peluche que siente la energía maldita de las personas, a menos que aprendas a manejar tu energía maldita correctamente te dejará en paz, por mientras, seguirá golpeándote -me puse de rodilla para ver como el peluche venía hasta mi para sentarse sobre mis piernas-
- Pero como logró manejar la energía maldita?
- Eso lo veremos más adelante -me acerque a Yuji para ayudarlo a que se levantara- lo lograrás, solo que será algo complicado ya que no se te inculco desde temprana edad este tema de la hechicería ni de la energía maldita -al estar de pie sonreí ligeramente-
- Usted es la maestra de Megumi-kun, cierto? -asentí- siempre es así de serio?
- Si, pero a veces sonríe -el soltó una ligera risita- serás un buen compañero para Megumi, Itadori
El volteo a verme sorprendido.
De repente mi alrededor se convirtió en un lugar oscuro, me encontraba sobre un charco de sangre, al levantar la mirada vi como Sukuna estaba sentado en una silla sobre una pila de huesos, cráneos, etc.
- Fukunaga -hablo mientras se levantaba de su trono-
- Ryomen Sukuna -dije mientras mantenía una pose relajada, mis manos dentro de los bolsillos de mi uniforme y mi espalda enderezada mostrando superioridad ante el rey de las maldiciones-
- Te crees mucho por ser una Fukunaga...-llegó frente a mi en segundos y yo conecte la mirada con el, sus ojos rojos recorrieron mi cuerpo con lujuria-
- Claro, soy la líder de mi clan -el sonrió ligeramente-
- Vaya, no sabía que tu abuelo ya había muerto -dijo acercando sus sucias manos hacia mi cintura, yo enseguida tome sus muñecas haciendo una pequeña vibración sobre el logrando que se aleje de mi-
- Esos idiotas ya están muertos, ahora soy yo quien lidera el clan Fukunaga, y lo hago mucho mejor que ellos -di un paso adelante con superioridad, intentando reclamar su expansión territorial-
- Vaya mujer -dijo con una enorme sonrisa- muy fuerte, con un gran almacenamiento de energía maldita, ademas del Fushiguro tu podrías ser mi otra opción
«Megumi? Que querría con el? Acaso quiere poseerlo para abusar de sus técnicas? Podría ser»
Tengo que tener cuidado con el.
- Por qué quieres a Fushiguro Megumi? -pregunte mientras lo veía con un rostro serio-
- No te lo diré -esquive el ataque que venía a toda velocidad haciendo que caiga sobre el agua rojiza-
El gruño molesto, yo baje la mirada para verlo, eso le molesto más.
- Ninguna perra voltea hacia abajo para verme
- Que lastima, yo no soy ninguna perra -dije, salí de ese lugar sucio y vi como Itadori estaba en un estado de trance- Yuji?
- Perdón! -gritó asustado- creó que no he dormido bien, por eso Sukuna pudo tomarme fácilmente -negué-
- No te preocupes -puse una mano sobre su hombro- aquí terminamos nuestro primer entrenamiento
- Chicos! -hablo esa voz molesta-
- Satoru -susurré molesta-
- Que linda forma de recibirme -sonrió- como les fue en el entrenamiento?
- Bien! Me agrada Hitomi-sensei -asentí para luego ver a Gojo de una manera algo seria y el entendió-
- Ve con Megumi, platicaré un poco con Hitomi -el de pelo rosado asintió para dirigirse a los dormitorios del colegio- Que sucedió?
- Sukuna me metió en su dominio -suspiré pesadamente mientras ponía una mano sobre mi pecho- mentiría si te digo que no tenía miedo, pero al solo tener un dedo no tuvo tanta fuerza, eso creo, y pude contra el -Gojo puso una mano sobre mi espalda- el chico es demasiado noble, Sukuna, la vida de los hechiceros lo corromperán -los brazos del albino rodeaban mi cuerpo-
- Tranquila Hitomi -susurró- necesitas descansar
- No -nos alejamos con cuidado- estoy bien -levante la mirada hacia el cielo, mi rostro fue golpeado por una ola de aire haciendo danzar a mi cabello- solo necesito aire
- Cualquier cosa, sabes que cuentas conmigo, okay? -acarició lentamente mi cabello-
- Gracias Satoru -voltee a verlo- muchas gracias
- No tienes porque agradecerme -nos separamos para luego ir hacia la cafetería-
Tome un cafe, lo necesitaba demasiado cargado, realmente habría deseado alcohol pero tengo que distraerme con alguna otra bebida.
Mi celular comenzó a vibrar, al sacarlo de mi bolsillo noté que era Galio.
— Que sucede? —
— Le llegó una misión, es en un hospital abandonado, está cerca del colegio señorita —
— Bien —
— Tenga cuidado, es de categoría uno —
— No te preocupes Galio, regresaré enseguida —
— Quiere que le avise a Nanami-san y a Maki? —
— Por favor —
— Su transporte ya está llegando al colegio señorita —
— Muchas gracias Galio, por favor, mantenerme al tanto de cualquier cosa que suceda en la casa —
— Claro que si señorita Fukunaga —
— Bien, hasta luego —
— Adiós —
Colgamos para luego levantarme de mi asiento.
- Oi, a donde iras? -era Gojo-
- Me salió una misión -tome mi vaso de café-
- Con cuidado pequeña -puso su mano sobre mi cabeza revolviendo mi cabello-
- Oi baka -el sonrió-
- No actúes de manera inconsciente por lo que sucedió ahorita -dijo un poco serio, yo baje la mirada- o sea, no hagas estupideces, tienes gente que te espera
Suspiré.
Es como si leyera mi cabeza, cada acto que haré, a veces me da miedo, pero lo agradezco. Tome aire y lo solté por completo, levante la mirada hacia su venda.
- No te preocupes Satoru, estaré bien -hable con rostro serio, el sonrió ligeramente-
- Entonces ve, ya está afuera tu carro
- Claro
Camine hasta la salida con Gojo a mi lado, al llegar al carro y entrar vi como el albino de despedía de mi a lo lejos, yo hice lo mismo.
Arranco mi chofer, así comenzando el recorrido al hospital.
Saque mi celular para ver el archivo que me mando Galio de la maldición, al estar investigando note algo raro, esta maldición siento que ya la había visto.
- No lo creo -susurré-
Ignore ese hecho para ver como ya estábamos estacionados frente al hospital.
- Hemos llegado señorita Fukunaga
- Gracias -baje del carro, saque de mi bolsillo un pequeño palo, el cual al quitarle el seguro quite mis dedos de las orillas para ver como salía mi arma-
Mi bello martillo de guerra.
Había hecho modificaciones en mi viaje, mi abuelo me enseñó muchas cosas para llevar una maleta más ligera en las misiones.
Al entrar al hospital el olor era pésimo, la suciedad y la sangre estaban impregnadas en las paredes.
Veía como habían pequeñas maldiciones, como si fueran crías de la de primer grado, a lo que los mataba con mi martillo.
- Es algo desestresante esto -hable para mi misma, amaba platicar conmigo, pero se que si alguien me viera haciendo eso me catalogarían como loca-
Una sonrisa apareció en mi rostro.
La voz y la calidez de los abrazos de Nanami se hicieron presente en mi cabeza, por un segundo creí que lo había visto frente a mi con sus brazos abiertos y con una bella sonrisa.
«Esperen...»
- Ven Hitomi-chan -escuche a mi izquierda- déjame darte un abrazo -regreso Nanami frente a mi-
Me extrañé.
- Nanamin? -el asintió-
- Te amo -me detuve al escuchar eso-
- Qu...?
No, esto no está bien, no es Nanami.
- Ven, dame un abrazo -ya no era Nanami, ahora era Geto-
Yo me quede congelada.
- Ge...to? -solté mi arma, el metal chocando contra el suelo fue lo único que resonó en el largo pasillo-
Pero algo en mi reacciono y vi como venía un ataque, a lo que enseguida tome el brazo afilado de la maldición.
«Con que se trata de una maldición ilusionista, tengo que saber como logro eso para no caer de nuevo»
Al tenerlo entre mis manos veía como la maldición intentaba zafarse pero lo tomaba con más fuerza, mi energía maldita comenzó a llegar con el monstruo haciendo que comience a tener una fuerte vibración causando que suelte un grito de dolor, lo solté para correr y tomar enseguida mi martillo.
- No uses a mis amigos para matarme, maldito -comencé a jugar con mi martillo dándole vueltas a mis lados y sobre mi-
Al tener la velocidad necesaria agarre fuerte el palo y desde arriba lo golpee en la cabeza llenando la parte del martillo con mi energía maldita partiendo así en dos a mi enemigo.
- Que rápido -susurré-
Este comenzó a convertirse en polvo a lo que espere para ver como ya no había nada de él, pero aún así no me sentía tranquila, algo no estaba bien.
- Creíste que con eso ganarías? -escuche por todo el pasillo-
Voltee hacia mi hombro, comencé a sentir una vibración en el lugar, era otra maldición. Ella fue la que me habló? No, no lo creo. O si?
Tome mi martillo para ir bajando lentamente hasta donde sentía los pasos de la maldición.
- Al fin -escuche- que linda mujer -era un hombre joven de cabello azul con cicatrices en varios lugares de su cuerpo-
- Quien eres? -el sonrió-
- Mahito, cómo estás, Hitomi?
Yo me extrañé, como es que el me conoce?
- Una líder del clan Fukunaga va pelear contra mi, es muy interesante esto
No respondí nada, clave mi martillo en el suelo rompiendo el azulejo blanco el cual estaba manchado por suciedad y sangre de la maldición que acabe hace minutos.
- Entonces tendré que exorcizarte -el sonrió con superioridad-
Se lanzo hacia mi, yo retomé mi arma para golpear su cabeza antes de que llegara conmigo, al encajar la parte del filo de mi martillo en su cabeza lo pase por arriba de mi para luego caer al suelo.
Quite el filó de su cabeza colocando mi pie sobre su cuello.
«Ya está muerto» pensé, me di la media vuelta comenzando a caminar pero la risa del pelo azul me alarmo.
- Eres mejor de lo que hablan -mi cuerpo se paralizó-
- Que eres?
Vi sus costuras, creo que tengo que fijarme en eso y atacar en esos lugares.
- Una maldición -contestó limpiándose la sangre de su rostro-
Bien, si es una maldición, este es de grado especial, tengo que tener mucho cuidado, le avisaré a Yaga cuando termine esto.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top