𝐈𝐧𝐭𝐫𝐨𝐝𝐮𝐜𝐜𝐢ó𝐧
Sonidos repulsivos de Bill enojado por algo. . . realmente no se lo que es, bueno, tampoco es que me importe. El Sr. Axolotl me dijo que esperara aquí, en el gran comedor, dudo que mucha gente coma en esta mesa, a excepción, claro, de su esposa.
Unos meseros con cabezas de peces, acomodaban la mesa, poniendo comida de todo tipo, aun que solo vayamos a comer; una humana, una deidad, y Sr. Axolotl.
Pensar que. . . me debo casar con un ser divino. . . es agobiante.
Pero no cualquier ser divino, no, este en particular es uno cruel, al que no le importa cuanto daño haga a los demás, siempre lastimara si un poco de entretenimiento es su recompensa.
Es por eso que estoy aquí, para, según palabras de Sr. Axolotl;
"Parar las maldades de Bill, tu debes ser su luz, el que haga florecer a una nueva entidad"
Claro, de pequeña, era un sueño, algo pan comido, una fantasía hecha realidad, ¿un hombre apuesto al que debe ceder a mi voz? ¿Dónde firmo?. Pero ahora, estando sentada en esta silla, en frente de mi triangular esposo. Debo enfrentar la triste realidad.
Espera ¿Que? Abro los ojos sorprendida, me contaron que Bill era un triangulo amarillo volador, ¡no un humano raro! con un parche. . . se ve ridículo. . .
—Tu te ves ridícula
¿Qué me acaba de decir?
—¿Acaso no escuchaste bien? TU TE VES RIDICULAA
—¿Ah? ¡Por lo menos no voy vestida para una pasarela!
—Mmmh, no tienes sentido de moda. Estos humanos de hoy en diaaa.
Lo voy a matar.
—Inténtalo.
—¡Por favor! Cálmense, empecemos a comer tranquilamente.
Bill y yo nos damos una ultima mirada de odio para después probar lo que teníamos en nuestro plato.
Los arboles es el único paisaje que veo a través de la ventana, no alcanzo a ver bien que es lo que esta detrás de estos, ¿es eso un rio?. En un intento de descifrarlo, afino mi vista, que no me ayuda en nada. Suspiro rendida. ¿Qué será de mi luego de este matrimonio? ¿Bill cambiaria por mi? ¿Una humana? ¿No es la especie a la que mas rencor le guarda? De todos modos, tendré que convivir con él, por los últimos. . . ¿Qué será? Ah, si. Mis últimos respiros. Para esos momentos mi atadura con este enfermo de mierda estarían rompiéndose de poco a poco.
—Seré de todo, menos un enfermo.
¿Eh? Dirijo mi vista a su lado del carro, separándonos el reposabrazos, su cabeza estaba apoyada en su mano, él también veía lo monótono que era el paisaje.
—Puedo escuchar tus pensamientos.
Sus ojos observan los míos con una sonrisa picara, pareciendo obvia la respuesta. Se me olvidaba ese pequeño detalle.
—Mmm, seguramente. . .
—¿Que? ¿Cómo que "seguramente"? ¡Es obvio! Piensa en un numero.
—Siete
—¡Dije piensa, no que lo digas! La raza humana esta cada vez peor
Esa fue nuestra primera conversación a solas antes de hundirme en un pozo sin fondo, un pozo sin ninguna cuerda a la cual pueda tomar, aferrarme a ella como si vida dependiera de ello, por que, realmente dependía de ello.
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