3
Mentir
De nuevo, sentada al borde la cama escuchando las mentiras de este hombre mientras se alista, ¿Acaso no se cansa? No te creo que me ames ¿Acaso amar es matar por esa persona? Claro que no. ¿Acaso amar significa dañar psicológicamente a esa persona? Por que si, aquella escena sigue guardada en mi mente, y en los momentos mas inoportunos regresan. . . Vuelven como si de un búmeran se tratara, y siempre termino llorando. Me tiro en la cama envolviéndome en la cobija blanca ¿De verdad fue mi culpa? ¿Qué hubiera pasado si aceptaba que debía quedarme en este lugar? ¿Debería llamarlo casa a este punto no? No sé. . . Estoy cansada. . . No he podido dormir bien y mis ojeras están horribles.
—Linda, ¿Me estas escuchando?— Se pone encima mío, tapándome la luz del foco, sus brazos largos marcan distancia, su cabello se divide en pequeñas partes. Esa sonrisa filosa, cínica a mi punto de vista.
¿Habrá leído mis pensamientos?
—Por favor no me llam-
—Dime. . . linda, yo soy el único que te puede llamar así. ¿Entendido?
. . .
—¿ENTENDIDO?
No llores, no llores ¡No llores!
—¿Eh? ¿Por que llora la princesa? —Habla burlón. Soba mi mejilla jugando con las lagrimas que salen rápidamente.
—No. . . Aléjate de mi por favor. . . no quiero. . . n-no. . .
Su suave toque se extiende hasta tomar mi mentón, lo toma fuertemente elevando mi cara.
—¿No que?— Sus venas resaltan por la fuerza en la que me toma. Mis lagrimas no piden permiso, y salen como tsunami.
Suelta de mi, de la nada, rebotando en la cama. Intento reponer una postura, apoyándome en mis codos dándome una mejor panorama del cuerpo alto de Bill arriba mío.
—Ah. . . mira lo duro que me pones linda. . .
Tengo miedo. . . Mucho miedo. . . ¿Qué hice para merecer esto?. . .
¿Cuál fue mi error?
ah. . . Ya. . . Ya me acorde. . .
Haber nacido. . . Ese fue mi error
¿Cómo pude olvidarlo?, pero que tonta soy. . .
Aparta su mirada profunda, dándome un pequeño alivio, checando su reloj. En un milagro se separa de mi y acomoda su moño. . . ¿Se ira? Pensé con una chispa de esperanza.
Tal pasó, aquel hombre mas alto que yo, enfermo, con sed de sangre. . . Se fue, dejándome sola con mis pensamientos
¿El me hubiera tocado? ¡¿Violado?! ¡No! no pienses eso. . . tapa tu boca. . . tapa tu mente. . . ¿Él seria capaz de hacer eso. . .?
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top