2
Chantaje
Días después de aquellas bromas y comentarios empezó a escalar a cosas, que. . . me imagine en los peores casos en mis primeros días estando en aquella mansión.
Desde mentirme, ignorarme, culparme, HASTA. . . hasta mató a gente para amenazarme. . .
Me atraganto con la comida por mis pensamientos. De tan solo recordarlo me dan ganas de vomitar. . .
—Ama, ¿Se encuentra bien?
Uno de los sirvientes, se acerca rápidamente a mi, sirviéndome agua.
—Beba
Mi estomago se revuelve por mis pensamientos, los cuerpos explotados. . . llenos de sangre. . .
Escupo el agua alejando el vaso, respiro bruscamente en un intento de despejar mi mente. . . sangre y gritos. Tapo mi boca sintiendo algo venir, es amargo y espeso. . . vomito. Me paro rápido y corro al baño, vomitando todo lo que estaba acumulando. Me quedo en esa posición unos segundos mas, controlando mi respiración. Remuevo mi cabello de mi cara posicionándolo detrás de mi oreja. Tan solo recordar lo que paso hace 4 días me mata. . .
Me miraba al espejo sonriendo, me sentía linda, y eso me subía los ánimos de gran manera. Movía con diversión mis aretes colgantes, solté una pequeña risilla, ¡hoy iba a conquistar los corazones de la gente! extrañaba esa frase tanto, aunque no me salga igual que a mi madre. . . o a mis amigas. . . que cuando escucharon aquello salir de la boca de mi madre les encanto y nos la pasábamos diciendo entre nosotras, hasta que. . . tuve que cumplir con la parte del trato, trato que nunca quise firmar.
Pero aquí estoy, encerrada sin poder salir con mis amigas, solo puedo ir a lugares pocos concurrido. Pocas veces puedo ir a alguna plaza o alguna cafetería. Por que según;
"—¿Para que quieres ir a una cafetería? Aquí tenemos café de todo lo que te imaginas"
"—¿Para que quieres ir a la casa de tu amiga? Ella no se puede enterar que estas casada conmigo"
"—¿Para que quieres ir a una plaza? Todo lo que hay adentro te lo puedo dar yo con tan solo un chasquido"
No. . .
Aquí no se siente la comodidad de una cafetería.
No le contare eso a mi amiga, solo quiero pasar tiempo con ella.
En la plaza es diferente, poder ver a la gente pasar, las tiendas hermosas, deleitarme de los objetos y de los precios.
Jamás obtendré eso encerrada aquí.
¡Por eso hoy! ¡Frente a esta puerta, se encuentra mi libertad momentánea!
¡Saldré a visitar la inauguración de una nueva plaza!
—¿A donde vas?
Petrificada ante su voz, me volteo lentamente llena de miedo. . . sudando seco.
—Yo-. . . voy a una plaza nueva.— Tomo valor para hablar con fuerza ¡Si! ¿Por que estoy sudando por este tonto? Ni que me fuera a hacer algo.
—Ya te he dicho que no hay necesidad que vayas, ¿Quieres algo de ahí?
—Recorrer la plaza.
—ah. . . entonces iré contigo.
—¿I--iras?
—Si. . . igual no tengo nada que hacer.
Toma su suéter del perchero, deslumbrando sus largos brazos.
—Vamos.— Toma de mi mano y abre la gran puerta.
El helado de fresa es tan rico como lo recordaba, en mi brazo izquierda colgaban bolsas gigantes de diferentes tiendas a las que había ido, Bill por su parte, no cargaba absolutamente nada, se lo había dado todo a un sirviente que invocó de la nada.
—¡Bill! ¡Mira, vamos a la cafetería!
Bill se queda callado, pero sus ojos se fijan en los míos ¿Lo aprueba? Todo el día ha sido así, y no me ha reclamado por las cantidades que me ha comprado, supongo que no habrá problema.
Me abro camino entre la gente para entrar a la cafetería, es tan cómoda, caigo rendida en uno de los sofás, cansada de cargar con tantas bolsas. Bill se sienta en frente mío. Entreteniéndose en su teléfono. Veo el menú rápido viendo las opciones populares, tal vez una me convence uno. . . oh. . . ¿frappe de lavanda? Uhm que curioso. . . lo tomare.
—Disculpe, me daría un frappe de lavanda. . . ¿Y si esta bueno?
—¿Eh? Bueno, no lo he probado pero dicen que si esta bueno. Luego me dice que tal eh, ¿A nombre de quien le pongo, disculpe?— me pregunta en una sonrisa
—Ah-. . .
—¿Le puedo poner un apodo?
—Claro. . .
—¡Frappe de Lavanda para "Linda"!
Volteo de inmediato, viendo a aquel chico sonriente, me paro de inmediato a recogerlo, acompañado del roce de aquel chico, poniéndome los pelos de punta.
—Gracias. . .
El sonido de la campanilla de la puerta se hace mas presente, ¿Están entrando y saliendo muchos? Una mano con guantes pasa al lado de mi cabeza, siento como me rodea un brazo por los hombros. Es Bill, mi espalda pega con su pecho, el chico nos mira estático, hasta que Bill chasquea los dedos frente sus narices.
—¡AHHH!
—¡Corran!
—¡Hay un asesino!
Lloro desconsoladamente en el piso, negando con mi cabeza y mi mente, no. . . ¡no!, esto no puede estar pasando, veo a Bill con una enorme sonrisa, mostrando orgullosamente sus dientes afilados, de solo verlo me da una impotencia increíble, las lagrimas son muy saladas. . .
—Tu lo causaste. . . ¡¿Por que lloras?! ¡Si tu fuiste quien provoco esto!
No, no, no ¡no es verdad! ¡NO ES VERDAD!
—¡VAMOS! ¡SIENTETE ORGULLOSA DE TUS ACCIONES! GRACIAS A TI, ¡ESE HOMBRE ESTA MUERTO!
—N-no. . . — tomo una gran bocanada de aire —¡N-NO ES VERDAD! ¡Y-YO! ¡YO NO HICE N-NADA!
—¿Ah no?
Una mujer corría impactada por todo el desastre a la puerta, dispuesta a escapar a como de lugar. . . por favor escapa. . . no dejes que este monstruo-
El sonido del chasqueo resuena ante el momentáneo silencio.
Gritos. Sangre. Inunda por todo el local y por mi cara, como si fuera una explosión dentro de su cuerpo.
—¿Qué hubiera pasado si la pequeña mimada se quedara en casa, sin coquetear otros chicos?
Se agacha de cuclillas estando a la altura, nuestros ojos chocan, negros y blancos. Toma de mi mentón suave, y lo alza un poco mas.
—Dime. . . linda, yo soy el único que te puede llamar así. ¿Entendido?
. . .
—¿ENTENDIDO?
Mi mente va mil por hora ¿Qué se supone que deba pensar en este momento con dos muertes al lado mío, con mis crímenes respirándome en la nuca?
—NO TE HE ESCUCHADO
—S-Si-i. . .
—Bien. . .Responde linda. . . ¿Qué hubiera pasado si te quedabas en casa?
—N-nada. . . n-nada de es-esto. . . hu-hubiera pasa-do. . .
Limpia mis lagrimas con su otra mano, se relame sus labios mordiéndolos. . . llenándome de miedo mas. Esa mirada. . . no es normal.
Un gran escalofrío recorre toda mi espalda, recordar ese momento. . . me hace sentir tan débil y la culpa me carcome. . . ya han pasado 4 días desde aquel acontecimiento, las redes se fueron virales con aquel hecho ¿El Sr. Axolotl se habrá enterado? Tres días y tres noches en la que me pasaba encerrada en el cuarto. Hoy por fin, salí. . . solo a comer. . . pero algo cuenta. . .
En las noches y en las mañanas que Bill estaba en el cuarto, intento hablar conmigo pero lo rechazaba al instante.
¿Cómo podría hablar con él, después de su berrinche?
—¿Mi berrinche? Fue tu capricho bebe, reflexiona.
Volteo a otro lado presionando mas la cobija que me cubre hasta la cabeza.
Tu deberías reflexionar sobre tus acciones. . .
—Tomate un descanso.
Su voz se vuelve profunda, se acerca a mi penetrando sus ojos negros profundos en mis blancos planos, me alejo por inercia, siento las lagrimas volver a salir, acumularse dentro de mis ojos. Lo ultimo que recuerdo ese día fue un pequeño dolor en mi nuca. Luego en la mañana me entere por uno de los sirvientes que Bill había salido a no se donde, solo preste atención que se había ido. Se repitió esa pequeña rutina por los últimos dos días, omitiendo la platica, no pienso hablar con ese maldito monstruo.
Tocan a la puerta, sacándome de mis pensamientos. Limpio rápidamente mis labios y lengua escupiendo agua.
—Ama, ¿Esta bien?
—¡Sisi!— Salgo del baño alejando a la mucama —¿Tu estas bien? Creo que te escupí agua. . .
—Si, no se preocupe. Nosotros sólo estamos para servirles. Tome esto como muestra de gratitud
Se inclina ante mi, como un japonés lo haría, se me hacía raro ese acento que tenían y su piel blanca blanca. . . Demasiado blanca. . . Nunca pude ver su cara por la máscara que llevan puesta. Que es una de kitsune. Oh. Demasiada coincidencia. Sumando a que al Sr. Axolotl le gusta la cultura japonesa. Me pase de ingenua.
—Uhm, disculpe. . . ¿Podría ver su cara?
Se tensa al instante ¿No puede? Espero su respuesta mientras sigue temblando.
—N-no ama, discúlpeme, el Sr. Axolotl no quiere que nos vea.
—Está bien, ya te puedes parar.
—¡No!
¿Eh? Se aferra mas al piso, tocando su frente al suelo. ¿Eso no significaba que estaba sumamente arrepentido o algo así. . .?
—¡Gracias a que no puse atención a su estado! ¡Usted. . .! ¡Está enferma!
—No, no lo estoy. Simplemente recordé algo asqueroso. Ya puedes pararte.
—Oh, discúlpame.
—No te debes preocupar. Vamos a comer
Se queda quieto y niega con la cabeza, levanta su mano con respeto y sentencia: —Yo no comeré hasta que los amos terminen. Es regla general entre los sirvientes
. . . ¿Son humanos?
¿QUERÍAN SU ACTUALIZACIÓN? AQUÍ LA TIENEN JAJAJAJ 1520 PALABRAS DE PURA DESGRACIA (no incluyendo este texto claro)
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top