48 | el derby

Hoy era el día del Derby, y decir que Tessa estaba nerviosa sería quedarse corto.

Casi un mes antes del gran día, Tommy y Tessa tuvieron sexo, y desde entonces Tessa no pudo evitar la sensación de que había algo extraño en ella. Cuando le consultó a Polly sobre sus preocupaciones, no estaba preparada para que la mujer le agarrara sus senos abruptamente, y recordó haber dejado escapar una protesta cuando lo hizo.

—¡Polly! —dijo Tessa cuando los ojos de la mujer se abrieron y soltó los senos de Tessa.

—Felicidades —dijo Polly—. Estás embarazada de nuevo.

Tessa se sintió débil, sus manos descansaron sobre su estómago inconscientemente. Ella no podía estar embarazada de nuevo. ¿Por qué tenía que pasar esto el día en que Tommy derrotaría a Sabini?

Agradeciéndole a Polly por su ayuda, Tessa regresó a su propia casa y encontró a Mason esperándola.

—Ponte algo lindo —dijo Mason—. Es el día del Derby.

—No sabía que tenía permitido asistir —respondió Tessa—. Tommy dijo que es mejor que me quede aquí.

—Bueno, cambio de planes —dijo Mason—. Nos vamos en una hora.

—Cielos —suspiró Tessa, antes de agarrar el brazo de su hermano—. Mason... estoy embarazada.

La cara de Mason palideció y tiró el cigarrillo—. Estás bromeando.

Tessa negó—. Estoy embarazada otra vez, Mase.

—Por favor, dime que es de Tommy —imploró Mason.

Con un movimiento de cabeza, Tessa lo confirmó—. Claro que es de Tommy.

Mason abrazó a su hermana, soltando una carcajada alegre—. Estoy tan feliz por ti, Tess. Pero... no estás casada.

—Todavía no le conté a Tommy —dijo Tessa, alejándose del abrazo—. No se lo diré hasta que termine este día. Luego decidiremos.

—Lo juro, Tess, si él no acepta casarse contigo, lo mataré —dijo Mason.

Tessa le dio unas palmaditas en el pecho—. Depende de Tommy. Veremos cómo va el día. Pero no se lo puedes decir a nadie. Promételo, Mase.

—Lo prometo —dijo Mason antes de soltar un largo suspiro—. Mi hermana menor embarazada del heredero de Thomas Shelby. Cielos, nunca pensé que vería el día.



El viaje a Londres fue relativamente tranquilo considerando que Tessa se vio obligada por Mason a sentarse al frente con Johnny Dogs.

A Tessa no le importaba porque amaba a Johnny y le resultaba fácil hablar con él. Además, había traído consigo un montón de sándwiches que no se sentía inclinada a compartir con todos los chicos en la parte trasera del camión. Compartir con Johnny no fue un gran problema porque no comió mucho, sino que prefirió mantener sus ojos en el camino, y Tessa estaba agradecida por eso porque debe haber comido al menos seis de ellos antes de que se fueran de Small Heath.

Cuando llegaron a Londres, Tessa frunció el ceño confundida mientras Johnny pasaba el desvío hacia Epsom y se detenía frente a una prisión—. ¿Qué estamos haciendo?

—Tenemos que recoger un paquete —respondió Johnny cuando Arthur Shelby salió por las puertas de la prisión.

Tessa saltó del camión y corrió a saludar al mayor de los hermanos Shelby, saltando a sus brazos mientras soltaba un suspiro de alivio—. Cielos, me alegra que estés bien.

—Yo también te extrañé, Tess —rió Arthur, antes de que se acercara a la puerta delantera del camión y saludara a Johnny Dogs.

Cederle a Arthur su espacio parecía educado, por lo que Tessa caminó hacia la parte trasera del camión cuando Johnny volvió a encender el motor. John y Mason agarraron cada uno de sus brazos y ella apenas estaba en el camión antes de que Johnny condujera nuevamente, alejándose de la prisión cuando Tessa tropezó hacia un asiento. Se cayó al lado de Finn, a quien miró dos veces.

—¿Por qué estás aquí? —preguntó Tessa.

—A quién le importa —respondió Finn—. Simplemente estoy feliz de estar aquí.

John se rió—. Sí, pero Tessa es tu niñera.

Tessa le sonrió a Finn, inclinándose para susurrarle al oído—. No te preocupes, te daré algunas bebidas a escondidas.

Finn sonrió cuando el camión se detuvo una vez más, esta vez en una calle que Tessa no reconoció. Parecían estar esperando a alguien, por lo que Tessa se movió de su asiento para sentarse en el borde del camión mientras John se apoyaba a su lado. El olor a cigarrillo fue suficiente para que Tessa sintiera náuseas, a pesar de ser una fumadora.

Arthur se sentó a su lado y cuando saltó del camión, todo el vehículo se sacudió ligeramente. Acomodándose junto a Tessa, la miró con curiosidad, como si la viera por primera vez.

—Hay algo diferente en ti —dijo Arthur—. Pareces más feliz. Estás prácticamente radiante.

—¿No puedo estar feliz? —preguntó Tessa, intentando evitar soltar su secreto.

—Sí, por el amor de Dios, Arthur, déjala en paz —dijo John en tono de broma—. Dios sabe que ha sido una perra miserable durante las últimas semanas.

Tessa le dio una patada en la pierna—. Vete a la mierda, John.

En ese momento, Thomas Shelby apareció desde la esquina, dirigiéndose hacia ellos. John levantó una ceja—. Llegas tarde.

—Tenía asuntos que atender —respondió Tommy y Arthur se aventuró a abrazar a su hermano.

—¿Cómo diablos me sacaste de eso? —preguntó Arthur.

—Te necesito hoy, hermano —respondió Tommy—. Tiramos de algunos hilos. ¿Estás bien?

—Ahora lo estoy —respondió Arthur.

—Entonces, ¿Arthur vuelve a estar a cargo? —preguntó John.

—Él está a cargo de ti —asintió Tommy, y luego señaló a Finn—. Y ustedes dos están a cargo de él. Deberes de vigilancia solo por hoy.

—Tommy, me estoy cansando de esto —dijo Finn.

—Finn —dijo Tommy en voz baja—. No obedeces las órdenes, no vienes.

Tessa le palmeó el hombro con simpatía—. No te preocupes. Nos divertiremos.

—Johnny Dogs —saludó Tommy.

—Tommy —respondió Johnny.

—¿Tus chicos nos encontrarán allí? —preguntó Tommy.

—Los Lee estarán allí, Capitán —confirmó Johnny.

Tommy se detuvo—. ¿Capitán?

—Te he promovido —respondió Johnny—. Bueno, los chicos decidieron que ya no eres como un sargento mayor. Usando palabras elegantes y frecuentando mujeres ricas. Diría que eres más como un capitán en estos días. Tienes a tu chica y eres mucho más feliz.

—Bien, bueno, lo tomaré como un cumplido —sonrió Tommy—. Solo no me dispares. Vamos al Derby, muchachos.

—Bien —gritó Arthur—. Cárgalos.

Tessa intentó regresar a la parte trasera de la camioneta, pero Tommy la agarró por la cintura y la bajó, llevándola a un costado—. ¿Por qué estás aquí?

—Mason dijo que dijiste que podía venir —dijo Tessa—. Además, prefieron no quedarme al margen de nuevo.

Tommy pasó una mano por su mejilla—. Está bien, pero no te metas en problemas. ¿Y acabo de verte sentada en la parte de atrás?

Tessa asintió—. Bueno, Arthur tomó mi lugar en el frente.

—No lo creo —dijo Tommy—. Vamos.

Tomó la mano de Tessa y la condujo al frente del camión, donde ella se instaló en el asiento del pasajero. Johnny Dgos le entregó el papel de conducir a Tommy, quien se acomodó en el asiento y arrancó el motor. Tomó la mano de Tessa mientras conducían, y ella se preguntó si debería decírselo. Estaba intentando reunir el coraje para hacerlo cuando Tommy llegó a una carretera que atravesaba un campo, y Tessa vio otro camión delante de ellos.

—¿Son los chicos Lee? —preguntó Tessa.

Tommy asintió—. Prométeme que tendrás cuidado.

Tessa sonrió con una mano sobre su estómago—. Siempre.

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