doce
Hola, de nuevo Hunter. Quería agradecer nuevamente por los votos y los comentarios diciendo que es su historia favorita. Enserio me alegro mucho, creo que cada vez que crece esta historia y los alientos que me dan producen en mí muchas ganas de seguir.
Quería dedicar este capítulos a los nuevos usuarios que se animaron a poner un comentario. Confío en que si quieren que les dedique un capítulo sólo tienen que comentar qué les pareció el capítulo.
Dedicado a: emyfeel15 MillarayCarvajal Pau_neko_fujoshi FunckingPanchis Xx_AndreaTorres_Xx y con mucho gusto y apoyo a AlexiAgustina quien a tenido la molestia de pasarse por otras de mis obras, enserio, muchas gracias.
También quería mencionarles a cada uno, lector y fantasma, que si quieren pueden pasarse por una nueva obra mía. Se llama Aullido de Guerra. Gay, por supuesto, por que es más cool. Jia :)
Besos sangrientos de Hunter.
—¿Necesitas algo más? —escuchó la voz de Hunter detrás suyo. Tyler se volvió, encogiendo sus hombros y abrazando la toalla con fuerza. Negó con la cabeza—. Está bien, cachorro. Yo.... Iré a matar a la comida.
Tyler frunció el ceño—. ¿Vamos a desayunar pescado?
Hunter se puso a un lado de la puerta dejando que sólo la mitad de su cara se viera. Sus ojos negros brillaron por alguna razón y la cicatriz que recorría toda la piel lo hizo lucir más enfermo de lo que Tyler había pensado. Una sonrisa entera se formó en el rostro del cazador, negando con la cabeza lentamente.
—¿Entonces q-qué?
—Sorpresa.
Sorpresa. Está bien. Una sorpresa. Una bonita sorpresa de Hunter.
Tragó saliva.
—Está bien —murmuró y se quitó la ropa lentamente, escuchó la puerta cerrarse y su cuerpo estalló en miedo interno. ¿Qué traería? ¿Sería otra ardilla podrida? Qué asco.
Se miró las manos.
¿Y si a Hunter le iba el canibalismo? No, no podía ser eso. Aunque lo dejó muy marcado esta vez y lo vio tragar su sangre no lo consideraba anormal. Bueno. Tal vez. Cuando su cuerpo quedó desnudo dejó su bastón a un lado y se sentó en el borde de la tina, su pecho estaba cubierto por grandes marcas violáceas, las mordidas habían sido suaves cuando las sintió, sin embargo estas tomaron un color un tanto fuerte.
Pero definitivamente, ya no habían tantos cortes como antes.
No sabía si era porque Hunter se volvió más bueno o porque él dejó de criticarlo a cada segundo. Prácticamente lo dejó solo en la cabaña, cuando antes pasaba sus días atado a una camilla con alambres de púas en cada extremidad. Y ahora se encontraba sentado en una tina, con el cuerpo cubierto de marcas y mordidas, la sangre seca cubría su piel.
Se metió a la tina, el agua del lago estaba tibia y eso le gustaba. Su cuerpo estaba muy marcado, tanto que le daba asco. Frotaba su piel en el agua con fuerza, la sangre seca salía y su piel se concentraba en un tenue rosáceo claro. Las heridas apenas sangraban, cuando terminó salió del agua y bendijo en su interior por la toalla que le dejó el maníaco. Observó la remera gris que había, estaba arrugada y olía al agua del lago. Se la colocó y arremangó las mangas, no antes de vendar las heridas más grandes y que requerían mayor atención. Se colocó el pantalón holgado, sin ropa interior. No le importaba andar en pelotas, puesto que no tenía pudor alguno en pedir prestado alguno a Hunter.
Su cabello estaba mojado, las gotas caían en su rostro. Tyler sacudió la cabeza con rapidez y salpicó las paredes. Se balanceó y se sostuvo de la puerta para no caer.
Salió y caminó hasta la habitación. Las sábanas estaban cubiertas de sangre seca, y semen. Rápidamente arrancó las sábanas y las tiró al suelo. Ni muerto volvía a dormir en una cama mugrosa con el estúpido semen de Hunter por toda la pelvis. Tyler se paró decidido a buscar un par de sábanas limpias por los pocos muebles que había en la habitación.
Sin embargo, cerró con fuerza el cajón del último mueble, tan frustrado y cansado. Sólo quería tirarse y dormir. Esperar a que Hunter regrese con su puta comida y vaya a saber Dios qué pasaría después. Sólo podía rogar que no fuera tan salvaje. Escuchó un gran estruendo, y se inclinó a ver la macana nueva que se había mandado. Vio una caja pequeña en el suelo, abierta y con las cosas revueltas en el suelo. Se inclinó con cuidado y la tomó. Estaba vacía. Estiró el brazo debajo del mueble y alcanzó a tomar algo.
Lo miró. Era madera tallada, su corazón latió despacio y sintió como su piel se erizaba. Era pequeño, mucho más que el suyo, estaba cortado, tenía cerca de cinco grandes y gruesas cortadas en su forma. Tyler hizo una mueca cuando olfateó el horrible olor a sangre seca, esta cubría los cortes, cambiaban de tono con cada diferente tajo. Miró con atención el objeto.
—¿Una... Una Liebre?
Frunció el ceño.
¿Acaso Hunter había tenido a otras personas aquí? Además del suyo, había sólo otro animal y era ese. Miró debajo del mueble y no encontró más, se preguntó si esto era un tipo de tradición entre enfermos.
Y no se extrañó que Hunter la cumpliera.
Escuchó la puerta principal ser abierta y rápidamente metió el animal de madera en la caja. Se volvió y tomó su bastón, fue hacia donde estaba Hunter y se apoyó en el marco. El hombre enfrente de él se estaba quitando la cazadora, Tyler vio con claridad como dejaba el hacha ensangrentada en la mesa. Hunter se volvió y le sonrió.
—Cachorro —susurró caminando hacia él. Lo tomó de las mejillas y Tyler levantó la mirada, observando a Hunter. Los ojos negros de aquél lo veían sonriente, la cicatriz del rostro ya no le aterraba, incluso, tuvo el valor de elevar su mano y acariciar esa piel deformada.
Hunter parecía una pantera negra. Su acto era tan tenebroso, y sin embargo, tenía una bondad extraña en su ser.
—Mi animal... Mi nene.
Tyler levantó una ceja, notó como Hunter veía sus labios. El día anterior los había mordido con tanta fuerza que ahora el chico tenía sangre seca en ellos. Estaban hinchados y sin embargo Hunter no podía despegar su vista de ellos.
—Tu animal... —susurró. Entre cerró los ojos y lo miró, aún tomando la mejilla de Hunter, sintiendo como este presionaba sus manos en su cuerpo—. ¿No hubo ningún otro... Animal antes?
Preguntó, sin embargo no se sintió tan extrañado al referirse animal a una persona. Hunter clavó su mirada en él.
—Sí. Sí hubo.
Hunter besó su frente, y Tyler se quedó en su lugar. Lo observó cuando tomó la bolsa de caza y fue a la cocina. Tyler no lo siguió y se acostó en la cama donde dormía.
Hubo otra persona para Hunter.
Otro chico o chica que lo acompañó, que sufrió las heridas que él mismo estaba viviendo en carne propia. Se volvió y tomó el cachorro de madera que estaba debajo de la cama, lo miró por un tiempo.
Si él llegaba a morir algún día, si Hunter llegaba a matarlo... Lo único que quedaría de él sería ese objeto.
Y rápidamente sería reemplazado por otra persona.
Por otro animal.
Observó a Hunter asomarse por la puerta, lo llamó y Tyler se guardó el cachorro de madera en el bolsillo del pantalón. Se sentó en la mesa y miró su plato. Realmente se veía bien.
—¿Te gusta el estofado cachorro?
Hunter le sonrió y Tyler tomó la cuchara, tomando una generosa ración. Probó bocado y saboreó el gusto que tenía.
—Está bueno —susurró. Aunque no sabía qué tenía. Comieron en silencio y cuando terminaron Tyler preguntó—. ¿De qué animal es la carne?
Hunter rió y se inclinó.
—Si te lo digo ya no lo vas a considerar comida.
Tyler arrugó el entrecejo.
—¿Qué tiene?
—Carne.
—Hunter.
—¿Y tú qué crees que sea, tonto?
—Tú...
—¡Vaya! Pero que Cachorro tan preguntón me agarré —Hunter se levantó y fue hacia Tyler. Este se paró con rapidez, retrocediendo,dando contra la pared de la cabaña. Hunter lo tomó nuevamente de las mejillas y presionó su cuerpo contra el chico—. Mi animal, algún día tus palabras te traerán muchos problemas.
—Tu animal... —comentó molesto, y posó sus manos en el pecho de Hunter, lo empujó y escuchó su risa socarrona en sus oídos—. ¿Quién era aquél otro animal?
—No te interesa Cachorro. Ven aquí, dame un abrazote —Hunter estiró los brazos y Tyler apartó la mirada—. Gordito.
—¿Tú... Hunter, quién era tu antiguo animal?
—Era un chico.
—¿Dónde está? Acaso tú... ¿Lo... Lo mataste?
—No aguantó.
—¿Lo mataste?
—Él no aguantó.
Tyler bajó la mirada. Hunter lo miraba y se acercó al chico, acariciando la mejilla de este suavemente.
—No era como tú.
Tyler centró su mirada en ambos ojos.
—Él era muy inteligente. Listo, demasiado para no caer en una trampa para osos.
Levantó las cejas.
—Pues no era demasiado listo como para durar. Yo me encuentro aquí.
—Cachorrito... —susurró Hunter, y se acercó al chico. Lo besó con fuerza metiendo su lengua en la boca de Tyler, lo tomó de la cintura y lo alzó. El chico lo agarró del cabello, mientras sentía su espalda presionar la pared, las manos lo apretaban con fuerza. Lo rodeó por completo con sus piernas y apretó los cabellos de Hunter.
Sintió los dientes morder su barbilla, descender por su cuello y marcarlo con fuerza. Se separaron y Tyler observó a Hunter, estaban tan cerca que podía sentir su respiración en la barbilla.
—Márcame —susurró Hunter—. Puedes hacerlo.
Volvieron a besarse, y Tyler ignoró el pedido hasta el momento en el que se encontraban en la cama, mientras sentía sus heridas abiertas y nuevas marcas en su piel. El calor era insoportable, y se sintió decidido cuando Hunter ya estaba haciendo fricción entre sus cuerpos, se aferró a su espalda y acercó más sus piernas a la cadera de Hunter. La sensibilidad era latente en él, y aquél hombre sólo empeoraba su temperatura corporal.
Con sus manos hizo a un lado la remera de Hunter y mordió con fuerza, sintiendo como este terminaba en su estómago, tan pegajoso, caliente y espeso. Cuando se separó pudo observar su mordida.
Era tan sangrienta. Se veía tan dolorosa, tan delicada.
Tan distinta a las numerosas mordidas que estaba viendo en el cuerpo de aquél cazador.
Febrero 2017.
HUNTER OBRAS.
ASK.FM//AZUL_HUNTER.
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