Parte única

Era la segunda vez que a ChanYeol se le cortaba el merengue italiano que estaba preparando, o intentando preparar, para el pastel de cumpleaños de su querido novio, tenía planeado algo sencillo y muy romántico para su pequeño de ya veintiocho añitos. Sin embargo, sus pocos dotes, o mejor dicho; nulos dotes para cocinar no le ayudaban en nada, se sentía frustrado y tenía ganas de lanzar la batidora contra el piso, pero no podía porque luego su novio se enojaría y tendrían que comprar otra, cosa que realmente no le agradaba, pues esos artefactos eran muy costosos y él y su tarjeta de crédito terminarían llorando.

Soltó un suspiro luego de cerrar los ojos para calmarse y no entrar en una crisis existencial por no saber hacer un jodido merengue sin que éste se cortara, es decir, YiXing lo hacía ver tan fácil, solo unas cuantas batidas, un poco de amor y listo, al contrario de él, que casi sale volando al suelo con todo y batidora. Botó al cesto de basura su fallido merengue y luego se dedicó a lavar los platos, con un puchero y ceño fruncido decorando su rostro, a veces le disgustaba que el talentoso culinario fuera su novio y no él, pero no hay que exagerar, ChanYeol no era inútil y ya tenía bastante tiempo de haber aprendido a preparar platillos básicos sin quemar o incendiar la cocina o algún artefacto de la misma. Pensó un poco que podía hacer para sorprender a su novio, había logrado que la su vecino SiCheng le ayudara a preparar las recetas natales favoritas de su novio, por lo que lo único que faltaba por hacer era el pastel y terminar la pequeña y tierna decoración que había empezado a colocar en la sala de estar del apartamento que compartían.

-Supongo que tendré que comprar el pastel antes de que Xinggie llegue -murmuró el alto para sí mismo mientras miraba las nubes negras a lo lejos en el cielo a través de su ventana.

Si quería salir del postre de cumpleaños y llegar a tiempo para terminar lo demás debía moverse rápido, así que sin pensarlo dos veces, se vistió con la primera sudadera de su pareja que encontró en el armario, se colocó unos jeans negros de su pertenencia y zapatos converse del mismo color que la prenda vistiendo sus largas y chuecas piernas, guardó todo lo que necesitaba en su bolso y salió a prisa de su hogar, corriendo por las escaleras y casi cayendo para el momento en que pisó el tercer escalón que separaba el primer piso de la planta baja, se agarró de la barandilla hasta que pudo salir del edificio. Las nubes en el cielo parecían tener una guerra entre las blancas y las grises que asustaban a las otras por la lluvia que pronto dejarían caer.

ChanYeol cruzó la calle y caminó por varias cuadras hasta que encontró una bonita pastelería, entró a la misma observó las vitrinas con detenimiento, en las mismas se hallaban toda clase de postres modelando para él, comenzaba a desesperarse un poco puesto que se encontraba algo indeciso en cuanto al pastel que compraría, debido a que tenía cientos de sabores, colores y combinaciones a su alrededor y todas eran buenas. Continuó pasando por toda la colorida pastelería hasta que encontró el pastel perfecto para su pequeña ovejita china, sonrió emocionado imaginando la expresión que haría el mayor al ver el pastel, éste era un de diferentes tonos, uniéndose para así formar un arcoíris muy suave en degradé de colores pasteles, había cerezas decorando el betún, algunos suspiros y caramelos skittles por los lados del dulce, simulando una linda y azucarada guirnalda a su alrededor. Ordenó el mismo, pagó el precio correspondiente para así recibir el postre en una caja de regalo que traía unas cuantas velitas consigo, agradeció nuevamente y salió del local para pasear un poco y ver que más se encontraba en su camino para darle al mayor a parte de sus otros regalos, claro. Fue así como un rato después llegó hasta una floristería y compró un ramo de girasoles y rosas azules, junto a unos adorables peluches de animales que su novio no dudaría en ponerlos con los otros que tenía ubicados en la cama que compartían, finalmente cuando pagó por todo, miró su reloj y sus ojos se abrieron como platos al notar que faltaban tan solo diez escasos minutos para que su novio saliera del trabajo como profesor de baile y llegara a su humilde hogar, ChanYeol tragó saliva entonces, pues tendría que salir corriendo a casa y esa era otra de las cosas en las que no era tan bueno como le gustaría, observó nuevamente las agujas en su reloj y tomando una honda respiración, inició a correr hasta el apartamento, el problema es que de la nada comenzó a llover sin compasión alguna, ChanYeol en ese momento maldijo a las nubes, sabría que iba a llover pero no esperaba que fuera tan pronto.

Lo peor no es eso, por supuesto que no, sucede que el alto había olvidado el paraguas cuando salió con rapidez, no le importaba el hecho de mojarse y llegar hecho una sopa a su casa, o arriesgarse a pescar un resfriado, le enojaba el hecho de que las flores estaban empezando a estropear y la caja del pastel se mojaba con la intensidad de las gotas gélidas al chocar. ChanYeol quiso morirse por ser tan descuidado, teniendo en mente que el arrepentirse no le traería su paraguas mágicamente, así que, importándole poco el estar empapado de pies a cabeza, corrió con la velocidad que sus piernas le daban, abrazando la caja del pastel y las flores a su pecho como si su vida dependiera de ello.

La lluvia parecía no querer apiadarse de él, cuando faltaban dos calles para llegar a su destino, tenía mucho frío, lo cual le impulsó más al llegar a su hogar, hecho un desastre de ropa mojada, algunos pétalos esparcidos por su cuerpo y con lo que quedaba seco de la caja rosa. Tiró su ropa mojada en la lavadora cuando entró a la cocina y dejó el pastel en la encimera junto con el ramo de flores, o lo que quedaba de ellas, sacó el dulce de la caja y observó el mismo hecho un desastre de betún, dulces y cerezas en uno de los costados.

Genial, lo que faltaba

Reprochó mentalmente, mientras con sus dedos trataba de acomodar un poco el desastre de crema y fallando en el intento, bufó con notoria impotencia y lavó su ropa mojada para así dirigirse al baño y hacer lo mismo con su cuerpo. Unos minutos después, estaba ya vestido con una pijama y pantuflas, al menos la ducha logró que se relajara un poco, caminó a la cocina con la disposición de terminar la sorpresa de su novio cuando encontró al mismo, sentado en una de las sillas rodantes de la encimera, comiendo un buen trozo del pastel arruinado.

-¡ZHANG YIXING! -exclamó ChanYeol, logrando asustar al antes nombrado, maldición se estaba comiendo el pastel que no tuvo tiempo de acomodar en lugar de la comida que había preparado para cenar.

-¿Así me felicitas por un año más de vida? Vaya, gracias Chan, también te amo mucho -comentó el cumpleañero con un puchero en sus labios cubiertos de betún arcoíris, el cual ChanYeol besó para después formar un puchero también en sus propios labios.

-No se supone que así sería el pastel, ni la sorpresa -comentó con tristeza y su novio rió leve.

-Cariño, no importa si el pastel se estropeó, o si la sorpresa no se dio como querías, ya es regalo suficiente el tenerte a mi lado y que te hayas preocupado por preparar algo, además que estropeado o no, está delicioso -respondió con una sonrisa y hoyuelos bonitos incluidos mientras chupaba sus dedos con gusto, saboreando la dulce crema.

El contrario sonrió también, tomó las velitas y las colocó en el pastel, encendió las mismas e inició a cantar felizmente la canción de cumpleaños para su novio, dejando algunos besitos en sus mejillas, hasta que terminó y dejó otro beso pero en sus labios.

-Pide un deseo -le indicó y YiXing miró la llama de las velas, sopló las mismas luego de meditar su deseo y llevó algo del betún a los labios rosas del menor, dejando un beso muy muy muy dulce.

aYiXing deseó muchos cumpleaños como éste, con pastel, comida china y besitos de su pequeño orejón, esa era su definición de un cumpleaños perfecto. 

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