1._Vino

En el imperio de Freezer no se vivía tan mal. Incluso se podía decir que el emperador llevaba progreso a cada país que conquistaba. Sin embargo, ningún territorio, persona o cosa parecía ser indispensable para él. El más próspero de sus territorios podía convertirse en un vertedero de un momento a otro. O pasar a ser el campo de batalla predilecto por su ubicación o geografía. Pero a grandes rasgos en el imperio se vivía bastante bien. El crimen era escaso, lo mismo los vicios y la pobreza. Está última casi no existía, puesto que cualquiera que no fuera capaz de pagar los impuestos pasaba a forma parte de las filas del ejército o de la mano de obra del imperio donde eras tratado como un animal, pero tenías tres comida y una cama bajo techo.

Temido y respetado, un sujeto bastante diplomático si se le rendía la pleitesía adecuada; así era Freezer de quien su afición a los buenos vinos era célebre. De tanto en tanto reclamaba una buena cantidad de esta bebida a las regiones que lo producían. Tenía su suministro favorito en una zona de buen clima. Un valle fértil donde solo había un pequeño pueblo de blancas casas y habitado por gente de mente un poco estrecha. Fue allí donde está historia tuvo su inicio.

En aquel pueblo una mujer incitó a los demás a exigir al emperador les pagara por los vinos que se llevaba cada año, pues la gran cantidad de botellas que Freezer confiscaba al lugar representaban una gran perdida económica para todos allí. Algunos estuvieron de acuerdo, pero el insurrecto ánimo no duro demasiado. Pronto los oficiales del imperio sofocaron el amago de revuelta, mas no pudieron dar con la cabeza del atentado por lo que ofrecieron a la gente del pueblo un sencillo trato: si para cuando el emperador fuera allí por las primeras botellas de vino (él iba personalmente todos los años) no se entregaba también a la mujer que inició el conflicto, el pueblo sería destruido con todo y sus habitantes. Para cuando estás palabras fueron dichas, la cabecilla de la rebelión estaba a kilómetros de allí, así que los pobladores se vieron en una situación desesperada y como tal dieron al problema una solución igual de extrema.

En aquel lugar, hacia unos cuentos meses, había llegado a vivir una mujer joven sola. Era perfecta para inculparla. Así fue como esa mañana varios hombres irrumpieron en la casa de la muchacha, la golpearon un poco por su resistencia, la ataron y llevaron hasta las viñas donde se entragaba el vino al emperador. Con las manos encadenadas tras su espalda, sucia y con el humor de un demonio, Mary (como se llamaba la mujer) comenzó a maldecir a todo el pueblo, pues sabía que lo mejor que le podía pasar sería acabar como mano de obra del imperio gracias a esos cretinos y cobardes bastardos que le entregaban como un sacrificio para salvar sus vidas. Podía entenderlo, pero era su vida la que estaban transando y eso le tenía furiosa.

Solo por estar sola allí, por no tener una familia o amigos que se opusieran a ello, por no contar con alguien que lamentara su posible muerte y los hiciera sentir remordimiento, ella fue considerada la idónea para ser entregada al emperador cargando la culpa de alguien más. Todos vieron sus vidas y la de ella fue la que menos valor tenía, la que no importaba si era destruida. Ante la indignación de ser considerada un animal de matadero, Mary no solo los insulto de tal manera que sus palabras perseguirian a las siguientes diez generaciones de ese pueblo, sino que también empezó a vociferar los secretos que conocía de esa gente. Infidelidades, robos, mentiras, hipocresías, estafas; todo lo que observó por meses y nunca le importó porque no la afectaba lo soltó durante esas horas. Lo hizo hasta que se canso y comenzó un descenso a la resignación respecto a su suerte.

Después de un rato consiguió liberar una de sus manos del grillete y así alcanzar una de las cajas de vino y posteriormente una botella. Mary trabajo con vinos un buen tiempo, sabía como abrir una botella con tacto y elegancia, en ese momento simplemente rompió el cuello del recipiente. Cuidando no cortarse con los filosos cristales y no tragarse un trozo de vidrio, Mary bebió de la botella. Mientras el sol bajaba detrás de las colinas los pobladores aguardaban temerosos el arribo del emperador, teniendo algunas discusiones producto de todo lo que esa mujer reveló. En cuanto a ella... bueno su poca tolerancia al alcohol y la buena calidad del vino la condujeron a una rápida y muy amarga embragues.

-Cuando rajés los tamangos, buscando ese mango que te haga morfar...La indiferencia del mundo, que es sordo y es mudo,
recién sentirás- cantaba Mary medio riendo, medio llorando-
Verás que todo es mentira,
verás que nada es amor, que al mundo nada le importa... gira, gira... Pero que hijos de puta ¿yo qué les hice? Ojalá Freezer los dejé vivir solo para hacer de ustedes sus conejillos de indias o algo peor ¡Se lo merecen, bastardos! Aunque te quiebre la vida, aunque te muerda un dolor, no esperes nunca una ayuda, ni una mano, ni un favor... ¡Los odio a todos! Odio a este pueblo, a este mundo, a este pueblo y a todo el maldito universo...si, odio todo...

La voz de Mary se oía cansada y amarga como la hiel. Siguió cantando ese tango mientras recordaba todas y cada una de sus desdichas. Se acordó de hasta la cosa más insignificante que padeció. Tanta pena, tanto dolor y ¿para qué? Para terminar de chivo expiatorio de un montón de infelices que ni siquiera sabían cuál era su nombre. Nadie jamás reconoció sus esfuerzos, sus buenas acciones y menos fue capaz de apreciar todo su amor. Mary fue leal y fiel a los que creyó sus amigos, era capaz de hacer grandes sacrificios por quienes amaba y sobretodo se valía de todo para conseguir lo que anhelaba. Y se equivocó muchas veces si, pero en lo posible enmendó el daño y cuando no le fue posible simplemente evitó volver a hacer aquellas cosas a otros. Cambiaba siempre intentando ser mejor, nunca le reprochó a nadie el mal que le hicieron aunque si lo lamento y le dolió. No responsabilizó a nadie de sus grandes errores aprendiendo de ellos, pero de qué carajos servía pelearse con su oscuridad si siempre terminó siendo culpable de más errores de los que en verdad cometió. Quizá no la eligieron por estar sola, sino porque se valió de su astucia para llegar al puesto que alcanzo en ese viñedo, logrando en meses lo que a otros tomó años, pero qué rayos importaba. Todo el mundo usa a todo el mundo por igual... Que vida de hipocresía, se dijo Mary cuando tiro la botella con un resto de vino con pedazos de vidrio dentro. Mirando el cielo se dijo que todo le daba igual. Que si Freezer la mataba le estaría haciendo un favor. Vivir en un mundo de mierda como ese era un esfuerzo cuya recompensa no valía la pena.

-Verás que todo es mentira, verás que nada es amor, que al mundo nada le importa...Aunque te quiebre la vida, aunque te muerda un dolor, no esperes nunca una ayuda, ni una mano, ni un favor...- canto en voz baja mientras veía aparecer un elegante automóvil escoltado por otros dos de los cuales bajaron un total de cinco sujetos elegantemente vestidos.

Del vehículo del medio descendió un tipo pequeño que no parecía llevar nada encima. A él lo acompañaba un tipo alto, bien parecido y con cabello verde. Estos dos se acercaron a ella con una actitud solemne, pero el pequeño acaparaba toda la atención. Cuando estuvieron a unos metros de Mary, esos dos, observaron a su alrededor. No había nadie más que esa mujer atada por una mano a un poste, en medio de unas docenas de cajas de vino.

-Tal parece que está mujer es la responsable de la sublevación de haces unos días- comentó el tipo alto viendo a la muchacha con desprecio y algo de asco.

-¿Una mujer? Vaya sorpresa. Las hembras, aunque débiles en muchas tareas, suelen ser más sensatas...- comentó el más pequeño.

-Apuesto que usted es soltero- exclamó Mary ganándose la atención de esos dos- No diría eso si fuera casado- agregó y se echo a reír.

-¿Eres tú la insurgente?-le cuestinó el tipo de cabello verde.

-No- respondió Mary.

-No tiene caso que...

-¡Te estoy diciendo que no soy yo la...la, la, la rebelde!- exclamó la chica bastante molesta. Después balbuceo algo inentendible.

-Al parecer está mujer se estuvo bebiendo su vino, señor Freezer- le comento el tipo de cabello verde, en voz baja, a su compañero.

-¡Freezer!- exclamó Mary con sorpresa- Así que usted es nuestro emperador, Freezer...

-Así es...y debo decir que estoy bastante decepcionado. Hace mucho que no surgía un amago de revuelta en mi imperio y pensé que este sería encabezado por alguien un poco más a la altura de tal empresa...

-Claro...y es que hallar alguien de la estatura suya no a de ser muy fácil- le respondió Mary-Yo también estoy decepcionada. Esperaba a alguien más grande.

La cara que hizo Freezer al oír eso desató las carcajadas de la muchacha y la indignación del tipo de cabello verde, que le reclamo su atrevido comportamiento estando dispuesto a darle una lección. Freezer lo detuvo diciendo que la ignorara. Era solo una mujer borracha que muy pronto estaría lamentando cada una de sus acciones. Fue entonces que Mary reitero ella no era la persona que debían llevarse.

-Esa mujer huyó apenas su plan fue frustrado y sin la cabeza, de pobre inteligencia tengo que decir, el pueblo se quedó revolcándose en el suelo como un animal decapitado- agregó Mary desbordando hiel en sus palabras.

Zarbon, como Mary oyó se llamaba ese sujeto, la ignoró y señaló a los demás que levantarán las cajas. Freezer, en cambio, se acercó a la mujer haciendo un cuatro con los brazos para sostener su mentón mientras sonreía de forma amigable, pero al mismo tiempo amenazante.

-Suponiendo que lo que dices es verdad...me veré obligado a destruir tu pueblo como castigo por tratar de engañarme- le dijo.

-Adelante- le contestó Mary sin temor o remordimiento- ¿Cree que me importa esa gente que puso su vida por encima de la mía? Verlos morir sería una gran satisfacción...

No era la respuesta que Freezer esperaba por lo que su sonrisa se borró y se sintió tentado a sacar su revolver para solo dispararle a esa mujer insolente.

-Además no se pierde de mucho destruyendo este lugar- continúo Mary- El vino de este valle no es tan bueno como lo han hecho creer. El mejor viene de los campos del oeste. Ese vino es un tinto de color guinda muy vivo. Con una profundidad y concentración excelentes. Su  aroma a frutas rojas es intenso.  La fragancia a frambuesa madura y trufa mas esas notas florales y toques especiados despiertan las papilas gustativas. Y su sabor es fresco, refinado con un final largo y aterciopelados taninos... verdaderamente exquisito. No como está porquería que me acabo de tragar...

Freezer escuchó con atención lo que ella dijo y por poco se le hace agua la boca de imaginar tan exquisita bebida derramándose en su lengua. Ciertamente el vino que sus hombres estaban levantando no tenía punto de comparación con el que ella describía, pero ¿le estaría diciendo la verdad?

-Sí ese vino que mencionas es tan bueno ¿Por qué nunca he oído hablar de el?- le cuestinó Freezer.

-Estara usted sordo- rio Mary logrando molestar al emperador, pero ella no se intimido ni con su expresión ni su amenaza de terminar su vida ahí mismo- Llegó tarde para infundirme temor. He sobrevivido a cosas que ni imagina- le señaló la mujer con un tono cansino- Y respecto al vino, pues es culpa del gobernador. Ese sujeto no permite que otro vino entre en los catálogos para conservar el renombre de este y así hacer que usted venga aquí cada año por su dotación anual. En resumen... publicidad. Si el resto del imperio sabe usted consume este vino, pues muchos querrán beberlo también. Más dinero entra a la industria y más engorda nuestro político favorito. Usted seguro entiende mejor de esas cosas.

-Pareces saber bastante de política y de vinos- comentó Freezer.

-Soy sommelier- le respondió Mary medio riendo- Bueno ¿me va a matar y usar mi muerte como advertencia para cualquier amago de rebelde, me enviara en primera fila al campo de batalla, me pondrá a picar rocas en la carretera o qué hará conmigo? Dígame pronto porque no tengo todo el día...

-¿Qué no tienes todo el día? ¿Acaso crees que puedes ir a alguna parte?

-Al infierno- respondió Mary volviendo a reír para después quedarse murmurando una canción.

-Es una buena opción...- le contestó Freezer con cierto disgusto por esa mujer que no le mostraba ni respeto, ni temor- Veremos si sigues con esa temeraria actitud cuando...

-¿Le gustan las apuestas señor Freezer?- le preguntó Mary de forma abrupta- Le propongo una. Veamos que es más poderoso ¿El destino o mi suerte? Considerando que estoy atada aquí, apunto de ser liquidada por algo que no hice...no debería confiar tanto en mi suerte- agregó Mary viendo a Freezer de manera ladina, un poco desafiante también.

Ella no tenía nada que perder, él tampoco. Pero por alguna razón Freezer se mostró un tanto intrigado ante esa inusual propuesta.

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