Miraculous, les aventures de Ladybug et Chat Noir y sus personajes son propiedad de Thomas Astruc y Zag Entertainment.

Palabras: 1168.

11.- Inverso

Le dolía el corazón. Las páginas arrancadas y arrugadas en el suelo le hacían más daño que ver a Nathaniel alejarse enfurecido. Ni sus palabras le habían llegado a herir tanto. Se arrodilló en el suelo, recogió el cuaderno y lo abrazó contra su pecho con fuerza. Ignoró el cálido cosquilleo de las lágrimas que le rodaban por las mejillas, no le quedan fuerzas para intentar contenerlas. Nathaniel había leído sus sentimientos y los había rechazado del modo más cruel posible.

Recogió las páginas arrancadas, una a una, no quería que el viento se las llevase y alguien más se viese en la necesidad de ser cruel con él. Volvería a casa y se escondería bajo las sábanas esperando a que todo pasase y el mundo entero olvidase su existencia.

—Inverso. Soy Hawk Moth.

Desde que el supervillano hiciese su primera aparición en París había tenido miedo a oír su voz alguna vez; ahora, sin embargo, con la desolación dominando sus sentimientos, la sintió extrañamente tranquilizadora. Era como si Hawk Moth fuera la respuesta que necesitaba para solucionarlo todo y antes de darse cuenta había aceptado el trato que le ofrecía. Los prodigios caerían en sus manos, así Ladybug dejaría de ser la fuente de inspiración y admiración de Nathaniel. Seguro que con los prodigios podría solucionarlo todo.

Buscaría a Marinette y le daría su merecido, la convertiría en la persona más odiada del mundo. Ella vino a él, estaba a punto de cumplir con su cometido cuando un policía le interrumpió, al volver a girarse para invertirla, Marinette, ya no estaba.

No importaba, daría con ella. Podía encargarse primero de Ladybug y Chat Noir, lograría que fueran ellos quienes le entregasen a Marinette y a Nathaniel.

Invirtió a Ladybug. La heroína a la que tanto admiraba Nathaniel se convirtió en alguien torpe. Se sintió satisfecho al verla tropezar y caer. Ladybug ya no era alguien a quien admirar. Estaba a punto de quitarle el prodigio cuando Chat Noir intervino. Bien, de acuerdo, no importaba convertiría toda aquella valentía en cobardía. Y fue fácil, porque el minino se distrajo viendo la torpeza de su compañera. Ambos cayeron al Sena. No había prisa para recuperar los prodigios, primero se encargaría de Marinette y Nathaniel.

Su primera parada fue la escuela, no estaban allí. La segunda parada el Hotel Le Grand Paris, tampoco estaban allí, pero aprovechó para invertir a Sabrina y Chloé, así le daría a Sabrina el buen trato que merecía. Tercera parada, el ayuntamiento en el que invirtió al alcalde. Por último, fue a la Torre Eiffel, la prensa estaba allí, así que lo haría más fácil. Sólo tenía que exigir que se presentasen ante el Marinette y Nathaniel y añadir que quería los prodigios.

Esperó planeando por allí, moviéndose impaciente. Quería que llegasen ya, quería castigarles por haber sido crueles con él. Pasarían de ser persona apreciadas a ser personas odiadas. Sólo tenía que esperar. Sólo esperar.

—¡Inverso! Estamos aquí —la voz de Ladybug resonó llamando su atención—. Hagamos un trato, te entregó a Chat Noir, ¿de acuerdo? A cambio invierte al alcalde para que devuelva la basura al espacio. Después te entregaré mi prodigio y a Nathaniel.

—Si quieres que invierta al alcalde quiero a Nathaniel además de a Chat Noir. Le invertiré y así estará obligado a hacer un cómic conmigo.

—De acuerdo.

Perfecto, todo iba sobre ruedas. Pronto tendría a Nathaniel con él. Lo único que tenía que hacer era esperar a que el ascensor acabase de subir, preparó el avión de papel para invertir de nuevo al alcalde tal y como había prometido. La puerta se abrió, pero quien salió fue Chat Noir, agarrado a una especie de cometa y que saltó al vacío. Le esquivó, le habían engañado, estaba furioso. Se defendió usando sus aviones de papel, pero fue en valde.

Gritó mientras caída al vacío, ya no quedaba rabia, sólo un pánico intenso que no se alivió ni cuando Chat Noir detuvo la caída y le dejó con cuidado en el suelo. No mejoró cuando Nathaniel, acompañado del alcalde se plantó a su lado. Se frotó el brazo nervioso, quería irse.

—Marc y Nathaniel —les llamó Ladybug—. Espero que hayáis visto que ha sido un malentendido. Daos una oportunidad estoy segura de que formaréis un buen equipo.

Nath sonrió y le tendió la mano. Marc se llenó de valor para hacer lo mismo y encajársela.

—Lo siento. Debería haberte escuchado y no reaccionar así.

—N-no importa.

Pero sí que importaba.

Ladybug y Chat Noir les dejaron allí a solas con Alix, que se retiró lo suficiente como para que pudieran hablar de sus cosas con tranquilidad.

—No me estaba burlando de ti, yo...

—Se han burlado tantas veces de mis sentimientos que he reaccionado sin pensar —le interrumpió—. Sé que eso no justifica mi comportamiento, pero te debía una explicación.

Marc dibujó una sonrisa efímera, sus ojos verdes se clavaron en el suelo y volvió a encogerse sobre sí mismo. Lo entendía, pero eso no lo hacía menos doloroso.

—Préstame el cuaderno un momento.

Lo abrazó con más fuerza. Si se ponía a arrancar más páginas no creía poder soportarlo. Silenció su temor y suspirando se lo ofreció. Nathaniel acomodó las páginas arrancadas intentando que no sobresalieran, lamentándose por no tener cinta adhesiva con la que poder volver a colocarlas en su lugar, y buscó la primera página, aquella en la que Marc había escrito «El diario de Ladybug» a modo de título. Se sacó un lápiz del bolsillo de la chaqueta y escribió al pie de la página. Se lo mostró, era una serie de números.

—Es mi teléfono —declaró. Las manos de Marc asieron el cuaderno que volvió a estrechar contra su pecho como si pudiera protegerlo de todo el mal del mundo—. Marinette y Ladybug tienen razón, creo que podríamos hacer un buen equipo si aún quieres trabajar conmigo. Puedes llamarme o escribirme.

»Yo, de verdad que lo siento —continuó al ver que no decía nada.

—No importa.

—¿Nos vemos mañana en el insti?

—Sí, claro —susurró Marc, aunque no estaba seguro de si sería capaz de pisar el instituto después de aquello—. Nos vemos mañana.

Continuará

Notas de la autora:
¡Hola! Cerramos Inverso, me ha costado una barbaridad adaptarlo, pero una vez cerrado volvemos al hilo del tema.
Nos leemos.