Recuerdos

—Ace, tengo miedo.

—¿Y qué quieres que haga? -digo molesto al ser despertado.

—¿Puedo dormir contigo?

—Ya estás muy grande Luffy, vete a tu cama.

—Pero tengo miedo, no me gustan los truenos, además solo tengo 4 años.

—Entonces porque no vas a molestar a Sabo, dejame dormir.

—Pero yo quiero a Ace.

—Y yo solo quiero dormir, vete de aquí y déjame, Sabo estará feliz de que duermas con él - el pequeño Luffy lo miro con los ojos pequeños y resignado se marcho del cuarto.

—¿Por qué no me quieres Ace?

Despierto sobresaltado por el trueno que acaba de escucharse, no se porque soñe eso. Me levanto de la cama y observo por la ventana la tormenta, el cielo se ilumina de vez en cuando por la luz de los relámpagos, aquella noche, la noche de mi sueño, era igual, había una tormenta y Luffy fue a refugiarse conmigo, siempre fui tonto e idiota con él y a pesar de eso me seguía más a mi que a Sabo, era su preferido pero yo no sabía como mostrarle el cariño que sentía y terminaba hiriéndolo, siempre lo lastimaba.

Vuelvo a la cama en un intento vano por dormir, volver a tener una vida como antes me parece algo muy difícil, es cierto que entrar a la universidad no será problema, como lo dijo Marco, el dinero logra cualquier cosa, pero no estoy bastante seguro de querer hacer esto. Aquella pregunta que me hizo Marco vuelve a mi cabeza, ¿a Luffy le gustaría ver la vida tan vacía que llevo? No, por supuesto que no, de seguro se molestaría mucho conmigo y también se pondría muy triste, se echaría la culpa de todo lo que pasa, aunque el mayor culpable aquí sea yo.

Algunas veces trato de imaginarlo, intentar saber como se vería con la edad que tiene ahora pero nunca lo logró, al final siempre termino viendo a aquel niño pequeño de 4 años que desapareció hace tanto tiempo.

Escuchó como llaman a mi puerta en repetidas ocasiones y me levanto con pesadez, observo el reloj que se encuentra sobre la comoda a un lado de mi cama, son las 8 de la mañana, no recuerdo en que momento me quede dormido, supongo que al final el cansancio me gano.

—¿Quién es? —dejan de tocar a la puerta y Marco entra.

—Vaya Ace, no te ves muy bien, ¿tuviste una pesadilla?

—No precisamente, fueron más como recuerdos, no pude dormir muy bien.

—¿Pensaste lo que te dije? —se recarga contra la puerta y me observa serio.

—Si Marco, lo pensé —camino hacía mi maleta y saco la ropa que me pondre hoy— solo lo hago por Luffy, él se pondría muy triste por todo lo que ha pasado.

—Es bueno saberlo Ace, nuestro padre ya se puso a realizar los preparativos para que puedas entrar a la universidad conmigo, ahora sólo queda que elijas que carrera deseas.

—¿Porqué ha hecho eso? Nunca le dije nada.

—Yo lo hice anoche, se puso muy contento por tú decisión.

—Si pero aún no la había tomado Marco, ¿y si hubiera decidido seguir igual que antes?

—Te conozco Ace, Luffy es tu punto débil, siempre lo será, ya sabía cuál sería tu respuesta mucho antes de que tú lo supieras, vamos que el desayuno esta servido y papá nos esta esperando.

—Bajo en unos minutos.

Tomo una ducha rápida y bajo 10 minutos después, Edward y Marco están sentados en el enorme comedor, ambos tienen sus platos completos, me siento junto a mi padre y les agradezco el haberme esperado.

—Dime Ace, ¿ya tienes planeando que estudiarás?

—La verdad es que no lo he pensado mucho -digo mientras juego un poco con la comida- pero creo que algo relacionado con el arte esta bien para mi.

Edward sonríe enormemente al igual que Marco, hace mucho que no me involucró en nada artístico, pero hace varios años el arte era una de mis pasiones más grandes.

—Vaya Ace, esto es grandioso, ¿cuándo fue la última vez que pintaste algo para mí?

—Creo padre, que fue cuando Ace tenía unos diez años, aunque en lo personal nunca me gustaron sus dibujos, siempre se te dio mejor tocar el violín.

—De hecho Marco, siempre fui muy bueno con el dibujo, el problema es que estabas celoso de mi talento.

Marco voltea la cara y Edward suelta una carcajada mientras coloca su mano en mi hombro

—Me alegro mucho por ti, espero que esto te ayude a seguir adelante.

Asiento y comenzamos a comer de manera tranquila, papá se queda un rato charlando con nosotros después del desayuno pero al final se retira, supongo que tiene otras cosas que hacer. Estoy a punto de irme yo también, necesito seguir investigando, pero Marco adivina mis pensamientos y me detiene antes de que pueda dar un solo paso.

—Ni creas que irás a encerrarte en tu cuarto todo el día buscando algo que no vas a encontrar.

—Marco...

—No Ace, no quiero escuchar nada, entiende que te hace daño, demasiado daño, tu solo estás acabando contigo, te estás matando. Dijiste que querías cambiar por el bien de Luffy, pues comienza desde ahora, vamos, invite a unos amigos y conocidos de la familia, a papá no le molestará, con tal de tenerte alejado de ese cuarto es capaz de aceptar cualquier cosa.

Suspiro resignado y sigo a Marco hacía los jardines de aquella enorme mansión, sólo lo hago por Luffy, sólo por él. No me sorprende ver a 4 tipos extraños y que nunca en la vida había visto, en la cancha de voley que se encontraba cerca de la piscina, la intención de Marco es mantenerme ocupado hasta el final del día.

—Ace te presento a Thatch, Izou, Vista y Jozu, son buenos amigos míos.

Observó a los 4 extraños que están frente a mi, el primero en presentarse y estrecharme la mano es Thatch, un tipo bastante simpático y agradable, después Izo, alguien algo extravagante a mi parecer, por último Vista y Jozu, ambos son bastante altos y fornidos, sobre todo el segundo, es imposible no sentirte un poco intimidado por su presencia.

Debo admitir que me la pase bastante bien, hacía mucho tiempo, demasiado realmente, que no disfrutaba de un día como hoy, todos fueron bastante amigables y realmente me divertí. Entre bromas, partidos de voley, competencias y una película toda la mañana y gran parte de la tarde paso volando.

—Hace mucho que no te reias de esa manera —Marco se sienta a mi lado, había decidido estar unos minutos a solas— me alegra ver que te diviertes como antes lo hacías.

—No recordaba lo bien que se siente tener compañía, la soledad puede ser devastadora —observo divertido como mis cuatro nuevos amigos luchan dentro de la piscina— aunque no puedo evitar sentir culpa.

—¿Porqué sentirías culpa por vivir tu vida?

—Porque tal vez Luffy no este disfrutando de la suya, fue mi culpa Marco, por eso me aislé de todos y de todo, como puedo vivir mi vida si por mi culpa mi hermano no vive la suya.

—Vives estancado en el pasado Ace, deja de culparte por algo que ya fue, no te sirve de nada, tú lo sabes, a Luffy no le gustaría que te culpes por algo así, solo eras un niño, lo mejor que puedes hacer por todos es seguir adelante, sin remordimientos, ya no mires más atrás ni vivas falsas ilusiones con él que hubiera pasado si hubieras actuado diferente. Quieres encontrar a Luffy, entonces comienza por mirar hacía adelante y deja de mirar a atrás.

Marco se marcha con los demás sin darme tiempo para responderle, dejar de vivir en el pasado, tal vez sea esa la razón por la que no he hecho muchos progresos en todo este tiempo, me rehusó a dejar el pasado, porque dejar todo atrás también significa despedirme del hermano que una vez conocí, Luffy seguro ha cambiado en todo este tiempo. Estoy tratando de encontrar a un pequeño de 4 años cuando debería de concentrarme en buscar a un joven de 17 en su lugar.

Me pregunto si eso era lo que Sabo quería, no, él esperaba que olvidará por completo a Luffy y eso es algo que no estoy dispuesto a hacer, pero no puedo negar que tenía un poco de razón al reprenderme, soy un completo idiota sin remedio, tengo que hablar con él y pedirle disculpas, si quiero recuperar a mi hermano, debo comenzar por reconciliarme con él que tengo a mi lado.

Observó el atardecer con mucha nostalgia, las risas de Marco y los demás las escucho lejanas, por una última vez me permitiré soñar con lo que una vez fue mi familia y con lo que pudo haber sido, por última vez viajare al pasado y me hundiré en mis recuerdos.

Un pequeño Luffy sonriendo mientras me muestra un escarabajo, llorando porque se ha caído, riendo porque Garp lo pasea sobre sus hombros, asombrado porque Sabo le ha enseñado algo nuevo, maravillado porque Shanks ha hecho otro truco de magia, impresionado porque ha visto un animal increíble, contento porque ha hecho un nuevo amigo y triste porque yo lo he lastimado de nuevo.

Miles de recuerdos llegan a mi mente, recuerdos del pésimo hermano que fui, lo patán que me porte y lo mucho que te lastime y a pesar de todo, nunca dejaste de quererme, me seguías todo el tiempo, me tenías mucha confianza, siempre fui el primero al que le mostrabas tus descubrimientos, el primero al que le presentabas a tu nuevo amigo, el primero a quién recurrías por ayuda.

Me pierdo entre tantos recuerdos imaginando por última vez como hubiera sido todo si hubiera sido un buen hermano como lo fue Sabo, cuidandote cuando me pedias ayuda y sobre todo, sin obligarte a ir por aquella pelota. Garp nos hubiera acompañado, habrías comido tu pastel y seguido con nosotros, pero no te veo a ti, sino a una silueta ocupando tu lugar, es ahí cuando decido parar. De ahora en adelante me concentrare en el presente sin volver a lamentarme por lo pudo haber sido.

Las semanas pasan tan rápido que no me doy cuenta de ello, en todo este tiempo Marco me ha apoyado y no ha dejado que me aisle de nuevo, fue difícil unas cuantas veces no querer escapar de todo, pero mi padre y Marco siempre han estado apoyandome. Trate de hacer las pases con Sabo pero no resulto como me hubiera gustado, ahora soy un enemigo de la familia, hijo del enemigo, no soy bienvenido en la familia Monkey y nunca más lo seré, al menos eso fue lo que me dijo el que una vez fue mi hermano.

Marco me ha dicho que tenga paciencia, que no fue Sabo el que hablo, sino el dolor que mis acciones provocaron, no lo culpo por decir lo que me dijo, fui un idiota y aunque no me importa mucho el ya no ser bien recibido en la casa donde me crié, me duele más el hecho de que definitivamente perdí a Sabo, él admira y quiere demasiado a Dragon como para perdonar tan fácil la ofensa que le hice, al menos ahora Marco esta conmigo y me consuela un poco saber que aún tengo un hermano en mi vida.

Garp me ha marcado unas cuantas veces en este tiempo, pero solo para regañarme y recordarme lo malagradecido que fui, no me molesta, se que es su manera de mostrar que sigue preocupado por mi, Shanks no ha tratado de establecer contacto conmigo desde que me marche, pero hace poco alguien depósito una gran cantidad de dinero en una de mis tarjetas de débito, no dudo que haya sido él.

Y así en estos días, he perdido a mi familia de toda la vida, a mi otro hermano menor y a mi abuelo, pero increíblemente a pesar de todo eso estos días han sido los mejores que he vivido en mucho, mucho tiempo, hice nuevos amigos, tengo una nueva familia y otra motivación más para seguir adelante.

Marco me da un codazo para llamar mi atención, estamos en el cine esperando a que inicie la pelicula que escogimos para ver y de nuevo me perdí en mis pensamientos, Thatch y Jozu se están riendo de un chiste que no escuche, pero por la expresión de Izou y la cara fruncida de Vista no creo que haya sido del agrado de ambos.

—De nuevo andas ido, ¿en que tanto piensas?

—En Sabo y la que alguna vez fue mi familia —Marco baja los hombros desanimado y los demás guardan silencio, todos saben lo que paso y a su manera, todos se preocupan por mi, cosa que agradezco mucho.

—Se que te duele un poco Ace, pero un día van a recapacitar —Thatch me muestra una sonrisa de consuelo y yo la devuelvo.

—No se preocupen, la verdad es que no los culpo, yo fui una mierda con ellos, ahora que estoy más tranquilo me doy cuenta de todo lo que extraño de ellos y no creo que algún día me perdonen, pero si lo llegan a hacer estaré feliz de tenerlos de vuelta, a todos menos a Dragon, él si puede irse a la mierda.

Todos asienten y vuelven a retomar la platica que estaban teniendo antes, tomo el último trozo de pizza que queda y trato de retomar el hilo para poder entender de que están hablando, pero la verdad no me interesa demasiado. Apoyo mi cara contra mi mano y observó hacia afuera de forma aburrida mientras termino de comer la pizza, mis parpados pesan y el sueño me va ganando, me pregunto si faltará mucho para que comience la función que estamos esperando, de lo contrario me quedaré dormido.

Comienzo a cabecear un poco, aún con un trozo de pizza en la boca cuando lo veo, un chico de piel trigueña, un poco más joven que yo, cabello negro azabache y una sonrisa que me resulta muy familiar, bastante familiar. Me levanto sobresaltado sorprendiendo a todos que me miran desconcertados, Marco dice algo pero no lo escucho, mi atención esta centrada en aquel chico que va acompañado de otro pelinegro con ojeras y de un chico con un color de cabello bastante extraño a mi parecer, el corazón me late con demasiada fuerza y comienzo a avanzar hacia la salida sin perderlos de vista pero Marco me detiene.

—¡Ace! ¿Que diablos te pasa? —Marco me observa con un semblante preocupado, balbuceo algo ininteligible y regreso mi vista afuera, pero ese chico ya no esta— Ace no te entiendo, ¿que fue lo que viste?

—Luffy.

Es lo único que digo antes de soltarme de su agarre y correr fuera del cine, busco por todas partes desesperado, ese muchacho me recordo demasiado a Luffy, sobre todo su sonrisa, esa sonrisa que caracterizaba tanto a mi hermano. Corro en una dirección cualquiera con la esperanza de verlo pero el centro comercial es algo grande y no logró encontrarlo. Si pudiera verle la cara, solo eso necesito, ver aquella cicatriz bajo su ojo izquierdo que se hizo cuando cayo de quel enorme árbol.

Doy varias vueltas mientras mi desesperación aumenta y entonces los veo, él tipo del cabello extraño me ayuda a ubicarlos, camino despacio hacía ellos, sintiendo como el corazón me late con fuerza, él chico de las ojeras y él de pelo extravagante hablan distraídos, él chico de cabello azabache se encuentra de espaldas a mi. Estoy solo a unos cuantos metros de distancia cuando se voltea y me observa directamente, siento como mi corazón se detiene unos segundos y despues una punzada de decepción y tristeza me recorre todo el cuerpo, no hay ninguna cicatriz en su rostro.

Thatch toma mi hombro sobresaltandome y observa al chico que no ha dejado de mirarme en todo este tiempo.

—Ace...

—Lo siento Thatch —le digo sin dejarlo terminar— me he confundido, vamos la película de seguro ya comenzó y por mi culpa todos se perdieron el inicio.

Él no dice nada, solo noto su semblante abatido y preocupado pero agradezco que no trate de animarme, siento unas tremendas ganas de llorar, miro por última vez al joven y regreso con Thatch detrás de mi. Aquella sonrisa era igual a la de Luffy, incluso sus ojos pero tampoco puedo estar seguro, no se como se vería mi hermano en estos días, tal vez solo fue mi imaginación.

Nos reunimos con los demás y entramos a ver la película, Marco no me dice nada pero se que llegando a casa no me dejará tranquilo y la verdad es que no quisiera hablar del tema. Después de tantos años sentir una ilusión tan grande como la que acabo de sentir para después sufrir una terrible decepción no es algo muy agradable.

Llegamos a casa y me dirijo directo a mi cuarto, Marco me sigue sin decir nada y yo no se lo impido, nunca supe bien de que trato la pelicula ni cuál fue la historia, todos notaron que ya no me encontraba de humor para seguir con ellos y se marcharon sin hacer ningún otro plan. Me dejo caer en la cama y escucho como Marco cierra la puerta detrás de mi y se sienta en la silla reclinable de mi escritorio.

—¿Que sucedió exactamente Ace?

—No lo sé Marco, vi a un chico que me recordo a Luffy, por unos minutos pensé que era él, estaba seguro que por fin lo había encontrado y resultó que sólo me confundí.

—¿Cómo estás tan seguro? No has visto a tu hermano en años, como es que ese chico te pareció similar.

—Su sonrisa era la misma, no importan los años que pasen nunca olvidaré la sonrisa de mi pequeño hermano, además sus ojos, estaba seguro de que era él.

—Entonces por qué dices que no es él.

—Luffy tenía una cicatriz bajo su ojo izquierdo, se la hizo cuando cayó de un árbol y ese chico no la tenía —sin poder evitarlo un sollozo escapa de mis labios.

—Sabes Ace, una cicatriz es fácil de ocultar, sobre todo si no quieres ser reconocido —lo observo con lagrimas en los ojos y una nueva luz de esperanza creciendo dentro de mi interior.

—¿Quieres decir qué...?

—Tal vez, solo tal vez ese chico sea Luffy, no te ilusiones pero me parece un poco extraño, si fuera tan fácil confundir a alguien creo que ya te habría pasado esto en más de una ocasión, es probable que estemos cerca de encontrar a tu hermano, ¿recuerdas al chico?

—Claro que lo recuerdo y los jovenes que lo acompañaban.

—Hablemos con nuestro padre, tal vez podamos descubrir quienes son y así dar con ese chico.

Me limpio las lágrimas y sigo a Marco al estudio de Edward, tal vez al final realmente no sea él, pero por primera vez en tantos años tengo un avance un gran avance en su búsqueda, tal vez estoy más cerca de Luffy de lo que imagino.

"Continuara"

"Nami Scarlet"

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