Un paso atrás
Esa mañana había despertado observando a su mamá con una expresión que no era usual ver en ella, no al menos en el último tiempo, sus facciones estaban relajadas mientras su mirada parecía tener una tranquilidad absoluta, su boca estaba curvada de forma ascendente en lo que podría pensar que era felicidad, cuando la gente sonreía era porque estaba feliz, ¿No?
Mientras le observaba y acariciaba su cabellera rubia todo lo que podía notar en Lori era que le observaba con cariño, con felicidad, estaba feliz a su lado, alguien era feliz porque estaba en su presencia y aquellas suaves caricias a su cabeza eran la mejor prueba de ello, y si estaban dándole esa muestra de cariño no había razón para no acurrucarse a su lado con tal de seguir recibiendo aquellos mimos, acercar lenta y deliberadamente su cabeza para que aquel tacto se incrementase mientras fingía seguir dormida.
- Mi pequeña Lola.
Con la calma de una madre y el mismo amor esas palabras fueron susurradas por Lori durante aquellas caricias, la pequeña las escucho pero no reacciono, un nombre tan doloroso de escuchar dicho nuevamente con el cariño más sincero que había escuchado en mucho tiempo, sintió el deseo de levantarse y abrir sus ojos para buscar a la persona a la cual le habían pronunciado esas palabras pero su corazón fue incapaz de romper el encanto en que ese tacto y juego con su cabellera la había sumido.
Deseaba más.
Quería más de ese cariño sincero.
Tanto como quería volver a ver a Lola.
Pero sentía que si abría demasiado sus ojos o expresaba alguna palabra el encanto se rompería y Lori se alejaría, no quería eso, quería tanto ese calor que le transmitía como encontrar a su otra mitad, no fue hasta que Lori decidió levantarse de la cama y escucho la puerta cerrarse que se atrevió siquiera a abrir sus ojos y tomar su cabeza con fuerza en la zona que había sido acariciada, como si intentase preservar ese calor transmitido desesperadamente tanto como empezó a buscar por toda la habitación en búsqueda de cualquier señal de Lola, hallándola nuevamente frente a ese espejo a los pies de la cama de Lola, la cama donde había dormido esa noche, de un color pomposo que no terminaba de agradarle pero que se sentía mucho más vivo que el sector donde usualmente dormía, uno que veía tal como el desastre que siempre había sido, el lugar de Lana.
- Ella decía Lola, me lo decía mientras me miraba, - Apretó más sus manos sobre su cabeza. - Pero yo me llamo Lana, pero me hizo dormir donde Lola, ella no dormía conmigo, Lola dormía conmigo, pero ella dormía con Lola.
Sus ideas eran todo menos algo consistente, cientos de interrogantes comenzaban a surgir en su cabeza mientras comenzaba a caminar por la habitación observando ambos lados de esta, Luna había sido su contacto con el resto de la familia durante ese tiempo llevándola a desayunar o preguntándole que tal, pero no recordaba haberla llamado jamás "Lana", solo era "pequeña", "sis" o "hermanita", nunca Lana, en cambio Lori la había visto e inmediatamente la había reconocido, no dudo en llamarla "Lola".
¿Era "Lana" o era "Lola"?
En los cuentos que le leían a Lola podía recordar que los espejos revelaban la verdad en las personas, la verdad se suponía que eran las cosas que si ocurrían versus la mentira que eran las cosas que no ocurrían, si esos cuentos decían eso de los espejos y ella al verlo veía a "Lola", ¿Quién era ella?
Le faltaba Lola, ella siempre le respondía a todas sus dudas sin faltar, ¿Por qué ya no tenía respuestas de ella? ¿Y que fue esa despedida de hace tanto? Ella se despedía de Lana, lo que sintió en su corazón era una despedida de Lana, ¿Quién se fue ese día si ella seguía allí y la habían reconocido como "Lola"?
Tímidamente volvió a mirarse en el espejo, su cabello que usualmente era recogido en dos coletas ahora seguía suelto, aquella ropa rosa envolvía su cuerpo, era la misma visión que ayer, era la persona que había estado buscando por tanto tiempo observándola fijamente.
- Lola.
Su mano se acerco al espejo y finalmente fue capaz de tocarlo, de tocarse, su palma chocaba con la helada superficie y calzaba perfectamente en tamaño, en forma, ambas palmas se habían impactado perfectamente en la superficie mientras su expresión de confusión se incrementaba.
- ¿Quién soy?
Dio media vuelta con intención de recostarse una vez más, pero al mirar las camas, dudo en que cama usar.
- N..No, yo soy Lana, yo no uso... rosa...
Termino por quitarse el pijama rosa y se coloco el overol azul que tanto le "gustaba", una mirada rápida le hizo fijarse en el espejo, era ella, era "Lana", su expresión esta vez se torno agresiva, no le gustaba lo que estaba viendo, siempre era feliz junto a Lola, pero al usar esa tonta ropa ella se había marchado, ¿Tanto odiaba su ropa para irse en el momento en que la vestía?
Molesta termino dirigiéndose a su cama nuevamente, su cabeza le ardía y no quería seguir pensando ya que eso parecía hacerle más y más daño por lo que se dirigió a la cama de tonalidades azules y se cubrió completamente, intentando escapar un poco de todo aquello.
- Ayúdame Lola.
Así estuvo varias horas, se sentía demasiado enferma para salir de ese lugar y por más que deseaba que alguien le ayudase no quería destaparse y enfrentarse otra vez a ese espejo que solo había logrado enfurecerla, ni siquiera Luna quien usualmente aparecía para asegurarse de que comiera había aparecido durante el día y ya para el medio día, incluso con el malestar en su estomago por el hambre acumulada de todo el tiempo en que no había comido se negaba a asomarse nuevamente, el aire bajo la manta comenzaba a asfixiarle, el calor y la humedad estaban volviéndose molestas incluso para ella, todo lo que deseaba era que alguien viniese y pudiese sacarla enfrentándose a esa molesta e irritante imagen, y eso termino siendo de la mano de Lori, quien la observaba con el mismo cariño que había percibido en la mañana.
- Hola mi pequeña, ¿Qué haces en esta cama?
Lenta pero consistentemente comenzaba a retirar la manta, descubriendo inicialmente su cabeza la cual podía notarse su incomodidad, pero Lori estaba tranquila, pues creía imaginar cual era la causa de que ella se sintiese así.
- Ya volví Lola, solo era una ausencia momentánea, no es nada grave.
- Mamá Lori.
Al escuchar el tono de voz afligido de ella, Lori dejo de retirar la manta para proceder a acariciar su cabellera una vez más con la misma ternura que lo había hecho en la mañana, para la niña aquella era una sensación casi asfixiante, no importaba lo sudada o sofocada que hubiese terminado, ese contacto parecía controlar todo lo que estaba mal, como si esa caricia aliviase inmediatamente cualquier dolencia y le hiciese desear más, acercando su cabeza sutilmente para que no le fuese complejo a Lori seguir haciéndolo, para que tuviese un mayor aliciente por el cual continuar, cerrando sus ojos para dejarse llevar por ello y nada más, olvidar todo lo que le acomplejaba y solo dedicarse a ser acariciada.
- ¿Todo bien?
- N... Si mamá Lori, solo me sentía algo... cansada.
- ¿Cansada?
- (Algo decaída) No sabría explicarlo, lo siento por eso. - Aunque sentía necesitar más de ese mimo, la niña se apartó ligeramente, temerosa de haber arruinado el momento debido a su respuesta.
- Bueno, ¿Y por qué no descubrimos juntas que eso que no sabes qué es? - Aquella voz gentil estaba impregnada en las palabras de Lori, siendo casi tan suaves como las caricias que continuaba haciéndole a la niña.
- Está bien mamá Lori.
- Que bien.
Momento en el que Lori termino por destapar a la niña, notando que era lo que cubría su cuerpo: aquel overol azul.
- ¿Qué haces?
La niña solo pudo mirarle con confusión ante aquella, casi automática, pregunta que carecía del amor que le había profesado hace solo unos instantes.
- No me mires así, es extraño que te vistas así.
- Pero si es mi overol, el que uso a diario.
- No mi pequeña, ese overol no es tuyo, a ti te gustan los vestidos, te encantan los vestidos y las ropas rosas.
Observándola, verla con aquella ropa no terminaba de convencerle haciendo una disimulada mueca ante aquella imagen frente a ella, deteniendo su avance por un instante.
- (Susurrando) No está bien, ella es... es Lana.
El susurro alertó ligeramente a la pequeña quien enfoco su mirada en su hermana mayor.
- ¿Mamá Lori?
La suavidad con la que había dicho aquella palabra había embriagado la mente de Lori, había sido aquel timbre de voz y la quietud que recordaba, su mente pudo rebobinar hasta el recuerdo más cercano de Lola casi de forma perfecta, casi como si pudiese superponer aquella imagen, algo que no fue muy difícil dadas las características de quien tenía en frente relajando su expresión una vez más y finalmente termino por destapar a la niña, tomando con calma hasta frente a ese espejo, quitándole la ropa con delicadeza sin consultarle a esta, tampoco es que se resistiese a las acciones de ella, no lo hacía de una manera brusca ni tampoco le dolía, había sido sumamente amable mientras lo removía y la dejaba solo en ropa interior antes de tomar otro de los vestidos rosas en el armario y comenzar a colocárselo, solo que este no era el último vestido comprado a la niña, era uno ligeramente más pequeño el cual le quedaba ligeramente ajustado, pero para esta esta niña quien era ligeramente más robusta el vestido se notaba ajustado, diferente del vestido usado el día anterior que le quedaba ligeramente holgado.
Cuando la adolescente pudo notar eso, su expresión calmada se vio entorpecido por una pequeña mueca de disgusto.
- Me aprieta un poco.
- No, no era así. - Su voz no había tenido ninguna emoción, tampoco había sido dirigida a la niña, había sido una expresión que se había escapado de su boca y ya.
- ¿Mamá Lori?
Lola y Lana si bien se parecían tenían pequeñas diferencias, Lana pese a ser más introvertida era mucho más activa y gustaba de comer más que Lola, esta última había intentado comenzar a usar un tono más alegre y elocuente para hablar gracias a las clases que tenía para sus certámenes, Lana en cambio era más directa para hablar ya que no tendía a hacerlo demasiado y los modales de Lola no estaban lo suficientemente desarrollados para que pudiesen ser bien imitados por su gemela, fue en esa pequeña queja donde Lori pudo notarlo, aquella diferencia en el tono, el pequeño carraspeo en el timbre de voz, algo que cuando la pequeña bajaba la voz desaparecía y se mimetizaba con la voz de su gemela. Pero eso no le agradaba en lo absoluto a Lori.
- Lola, así no habla una damita como tú. - Las similitudes eran eso, entre más observaba a la niña, aquella imagen de su recuerdo le hacía encontrar más diferencias, incomodándole por momentos, pero no era suficiente para detener la idea que se había formado.
- ¿Hablo mal?
- Si, - La adolescente se agacho, quedando justo detrás de la niña de modo que en el reflejo del espejo sus caras podían verse al mismo nivel, observándole con una expresión no tan alegre como antes pese a que una sonrisa seguía dibujada en su cara, envolviendo lentamente sus brazos alrededor del cuello de la niña. - Lola hablaba más delicadamente, como una dama, ¿Acaso no eres una dama?
- Pero... pero...
Lori no miro nuevamente a la niña, sino que sus miradas se encontraron en el reflejo de aquel espejo.
Sus manos apretaron ligeramente a la niña en los sectores de los cuales se estaba aferrando a ella, sintiendo un extraño vacío en su estomago antes de negar con la cabeza y volver a relajar su mente, centrando su mente en aquello que deseaba ver más y en lo cual podía creer que tenía frente a ella.
- Eres mi pequeña Lola, ¿No? Mi Lola no habla así, - Y la mano de Lori bajo, llegando hasta la zona del abdomen donde el vestido se notaba algo ajustado. - Y tenía una buena figura porque era hermosa, ¿No eres hermosa mi pequeña Lola?
Las palabras eran confusas para la pequeña, pero al ver que en el espejo "Lola" le miraba con algo de miedo termino por bajar la mirada.
Miraba su cuerpo, mamá Lori estaba desaprobando su cuerpo, su cuerpo de "Lana", ella no quería una "Lana", esas cosas que mencionaban era de "Lana", pero la vista que había visto en el espejo era de felicidad, el gusto de ver a "Lola".
Siempre que se trataba de Lola todo funcionaba, ella amaba a Lola, mamá Lori amaba a Lola, si tenía ese vestido "Lola" estaba presente.
- ¿Si soy hermosa me querrás mamá Lori?
- Por supuesto, mi pequeña Lola siempre era hermosa, una bella niñita, ¿Cómo podría no amarla?
Y con mucha delicadeza Lori giró su rostro, dando un pequeño beso en la mejilla de la niña.
Para esta todo era más claro.
Si todos querían estar felices, Lola tendría que seguir en la habitación.
Lucy solo podía observar desde la entrada de la puerta lo ocurrido, apenas podía escuchar lo que hablaban a excepción de cuando alzaban la voz pero no tenía demasiado interés en el contenido de esos gritos, le había ignorado cuando subió, como si no importase ante sus ojos, algo que no le era sorprendente por lo que se volvió a encaminar a su habitación, abajo pudo notar que ese anciano había retomado la conversación con Luna y Luan, podía escuchar pequeños golpes en la puerta de la habitación de Lori y Leni, de reojo había notado que Lisa estaba sentada en el piso de su habitación mientras intentaba leer el libro que tenía sobre sus piernas, se había ido y había vuelto pero a nadie le importaba su existencia, algo que no era nuevo.
Incluso cuando llego e ingreso al interior había escuchado a Luna preguntarle a Luan si había visto a Lincoln, su hermano había llegado hace pocos días y sin embargo Luna ya se preocupaba por él, ellas habían estado toda su vida juntas y no la había notado, algo que corroboro cuando minutos después Leonard entro a la casa mientras les comentaba sobre el desayuno que habían tenido junto a Lincoln y la clara respuesta de Luan sobre su desconocimiento de su paradero.
¿Tenía sentido que siguiese en una casa así? Ella no podía encontrarlo, solo cuando cometió ese terrible pecado y cuando descubrió ese cuaderno al parecer prohibido fue que existió para sus hermanas, resoplando enfadada volvió a ingresar al cuarto y siguió guardando algunas cosas en su mochila mientras pensaba en Lincoln.
Pensar en que él ya tenía una importancia en esa casa, Lisa parecía estar feliz a su lado, Luna se preocupaba por él, existía para mamá Lori, eso era más de lo que ella había logrado jamás, y realmente lo admiraba por eso.
Solo alguien increíble podría hacer tanto en tan poco tiempo, y esa persona le había pedido ser su hermano mayor, una persona así había decidido voltear a mirarle y dejarle caminar a su lado cuando bien podría haberla hecho a un lado como todos los demás, incluso esa mañana pudo haberla repelido pero en vez de eso intento calmarla, cuando se aferró a su pecho no la alejo violentamente, si podía permanecer a su lado podría haber una persona en el mundo que no se olvidase que estaba allí, que preguntase por ella al llegar a casa o quien le ofreciese un abrazo gentil como el que le daban a Lana, un oído que le escuchase sus problemas como lo había hecho antes, como mamá Lori lo hacía con las demás, alguien que la defendiese de los problemas como Luna lo había hecho tantas veces con Luan, que al estar a su lado no la tratase con aquella fría y cruel condescendencia con la que Lynn le había tratado todo ese tiempo.
No importaba como, si Lincoln se iba ella le tendría que seguir, era la única forma en la que podría realmente tener un hermano que la protegiese y la quisiese por lo que ella era, no la sombra de una familia que no la necesitaba.
Entre las cosas que tomo en su intento de guardar todo lo que podía termino notando que en sus manos estaba el cuaderno que decía aquellas que le habían lastimado, tomándolo con firmeza con sus manos, ignorante de que la puerta de la habitación había sido abierta al estar absorta en observar la portada del cuaderno, una que no tenía ningún distintivo u elementos que le hiciese destacar, alguna referencia para saber de su contenido o distinguirlo de cualquier otro cuaderno similar por excepción de ese "Lynn" escrito, pensando en meterlo en su mochila, pero al final termino por lanzar el cuaderno sin mucho interés, uno el cual termino cayendo frente a los pies de Lynn.
Aquella acción provoco que ambas hermanas terminasen dándose un vistazo mutuo, ninguna hizo alguna reacción grande ante ello, pese a que compartían cuarto la cantidad de veces que habían conversado y que lo pudiesen recordar eran contables con una mano, habían pasado meses desde la última vez que se habían saludado siquiera, con Lynn siempre absorta en sus múltiples actividades el tiempo que pasaba en el cuarto lo dedicaba a practicar o entrenar alguna de ellas o simplemente llegaba a dormir, en pocas ocasiones le pedía alguna cosa a Lucy o terminaban conversando algún tema banal que no llegaba a nada, pues alguna discusión de Rita con alguien o la aparición de su padre intentando pasar tiempo con ellas por separado solo provoco que fueran con el tiempo dos conocidas que dormían en la misma habitación, algo que empeoro cuando Lynn dejo de aparecer, cuando Lola falleció, Lynn ni siquiera le volvió a hablar.
Lucy no necesitaba una hermana así, no podía llamar hermana a una persona así, incluso en ese momento en que se cruzaron sus miradas podía ver el nulo interés de Lynn por verla, ni siquiera era miedo u odio por lo que había hecho, era una mirada completamente estoica y carente de vida la cual solo parecía haber reaccionado por su repentina acción con el cuaderno.
Aun así, ese cuaderno ya no le interesaba, tampoco guardar o difundir el contenido, había encontrado algo que la hacía sentir bien y aferrarse a la memoria dañada que tenía de su padre no le interesaba, pero Lynn, en cambio, lentamente se agacho para tomar el cuaderno.
Lucy se volteó para seguir con lo suyo, sacando algunas cosas debajo de su cama, cuando sintió las primeras palabras de Lynn en todo ese tiempo.
- ¿Este cuaderno es real?
Tal como su mirada, su voz carecía de cualquier estimulo que le separase de una voz robótica, casi como si se hubiese obligado a hacerlo, pero Lucy no respondió, no le tomo demasiado pensarlo, sus cosas no eran respetadas después de todo, Lynn debería de haberlo encontrado en algún punto y haberlo leído.
- Lucy, esto...
Un atisbo de emoción se acumuló en sus palabras, depositando el mínimo interés en sus palabras como si persiguiese realmente iniciar una conversación y estuviese expectante a la respuesta de la niña quien no volvió a detener sus manos de la tarea de guardar las cosas que más le importasen en aquella mochila a la espera de volver a esconderse en el vehículo de su susodicho abuelo e irse donde sea que llevase a Lincoln, y a ella con él.
- Esa... cosa... no importa, ¿No? Eso que escribió papá...
Mientras intentaba hablar Lynn termino elevando su brazo izquierdo pegado a su pecho, apretando con su mano su brazo derecho mientras acercaba este otro al eje de su cuerpo, como si intentase concentrar su presencia y así disminuirla, volverse más pequeña de lo que ya era, no le importaba como se viese, en ese momento necesitaba de algo, de lo que fuese, se sentía a la deriva en todo, en su vida, en sus pensamientos, en su hogar, odiaba como se sentía, no podía dejar de pensar que era un estorbo y que no servía para nada, que nada de lo que hiciese estaba sirviendo en lo absoluto y aunque aún guardaba algo de miedo por su estoica hermanita incluso una palabra suya sería suficiente para poder sentir algo diferente, un pequeño apoyo o indicio de que podía cambiar algo, había dejado todo, sabía que no servía de nada cuando en todo ese tiempo nadie se volteó a mirarla, incluso ahora Lori había reconocido el problema que era ella para la familia, no sabía que hablar con las mayores, no sabía cómo hablar con las menores y ella era una persona con la que había convivido muchos años, necesitaba eso, una palabra, un saludo, una queja, lo que fuese, pero la niña solo parecía estarse preparando para irse y todo lo que pudo hacer Lynn para impedirlo... era nada.
- Hermanit...
Y sin devolverle la menor palabra, Lucy en su usual silencio tomo la mochila y camino con su sigilo usual recto a la puerta.
Y tal como había sido su relación los últimos años, no hubo un contacto real entre ambas una vez más.
Lynn se quedó pasmada por unos momentos, incluso cuando era usual que Lucy desapareciera de la nada gracias a su nula presencia esta vez la había visto alejarse sin voltearse o siquiera dirigirle la menor atención, casi como si no existiese. La castaña solo pudo morder su labio inferior mientras se aferraba con más fuerza a su brazo al punto de enterrar sus uñas, sintiendo como su cabeza se ruborizaba y sus ojos se cristalizaban, bajando lentamente su mirada ante el temblor de su cuerpo y aquella sensación cansina de su interior que parecía quemarle como si estuviese en un infierno propio.
Y ahogando el gemido de dolor con el que pensaba desahogarse, se quedó allí, resistiendo como podía, pues lo último que quería hacer en ese momento era llamar la atención y ser, otra vez, un incordio para las demás.
Lucy al bajar por las escaleras pudo notar que Leonard seguía hablando con Luna y Luan, por lo que avanzó sin importunarlos hacía la salida, solo que Luna, quien había estado observando hacia la escalera en todo momento de forma sutil esta vez fue capaz de captar a Lucy, levantándose para sorpresa de su hermana menor y abuelo.
- ¿Qué ocurre Luna?
- Vi bajar a Lucy, tengo que hablar con ella.
- Te acompaño.
- No, quédate con el señor, ya vuelvo.
Luan hizo una mueca de desagrado pero se volteó nuevamente hacia el anciano, hasta el momento la charla había sido principalmente amena contando anécdotas por ambas partes por lo que no le importaba continuarla, Leonard vio más seriamente a la mayor con intenciones de seguirla ya que quería hablar más seriamente, pero esta se alejó más rápido de lo que pudo reaccionar y Luan ya estaba reanudando las preguntas.
- ¿Y papá solía cocinar mucho esas recetas? Aquí solo hacía ese dulce de chocolate para fechas especiales como cumpleaños.
- (Distraído) Ah, bueno, realmente no recuerdo mucho, después de todo siempre tuvo muchos intereses simultáneos así que nunca pude determinar realmente que era lo que más amaba hacer entre todas las cosas que intento, lo único que puedo asegurar es que realmente amaba la cultura británica.
- Oh, oh, oh, ¿Y cómo supo eso?
- Niña, ¿Te puedo preguntar algo yo ahora?
- ¿Quiere saber más de la rutina de chistes que tenía con papá?
- No, lo que quisiera saber es, tengo entendido de lo que me conversaron hace poco que Lynn se divorció de Rita, ¿No?
La pregunta incomodo ligeramente a Luan, no era un tema que le agradase después de todo.
- Si, paso cuando yo era muy pequeña, tendría que haber tenido unos 3 o 4 años creo.
- Si, recuerdo eso por desgracia.
- Espere, ¿Usted lo sabía? ¿Entonces para que me pregunto?
- Quería confirmar que no se volvió a casar con Rita.
- Era imposible, siempre que hablaban terminaban discutiendo, - Confundida. - Aunque aun así seguía obteniendo hermanas.
- Veo que entiendes porque tenía mis dudas.
- Ajá.
Casi como si hablar de su madre hubiese cortado todo interés de Luan por hablar esta termino por desviar la mirada que todo ese tiempo mantuvo sobre el anciano, para Leonard era curiosa la gran diferencia de interés en la niña entre hablar de Lynn o Rita, además de todas las historias de su hijo conviviendo con la chica que parecía tener un humor similar, uno igualmente de extraño si tenía que opinar, y ajustando su garganta fue que nuevamente llamo su atención.
- Entonces, ¿Por qué tu hermana dijo que era la mayor? ¿No debería haber otra rubia?
- Leni no... es especialmente lo que se considera una figura de autoridad en esta casa, y prefiero no hablar de ella. - Dijo de manera cortante.
- Ya veo, entonces creo que esperaré a que vuelva alguna de tus hermanas mayores.
La expresión de Luan se endureció en el acto, mirando molesta al anciano.
- ¿Por qué? Si quiere hacer más preguntas puedo respondérselas yo.
- Niña, necesito hablar con la que este al mando sobre Lincoln, agradezco lo que me has contado de mi hijo, pero visto que te estoy incomodando, prefiero no extender la charla.
- Oiga, mamá Lori se ha estado comportando extraña y Luna debe estar ocupada, puedo responder por ellas en estas situaciones.
Ante el enojo de Luan, Leonard solo la observo en silencio, su vista se deslizo hacía la escalera en un intento de verificar que no era observado por Lori secretamente, o en su defecto si la observaba bajar para poder hablar directamente con esta y aclarar algunas cosas, pero la falsa tos de Luan le hizo devolver su mirada a esta.
- Escucha, no quiero tener problemas, solo quería saber de mi hijo y preguntar por la situación de mi nieto en esta casa, eso era todo.
- (Indignada) ¿Solo eso? ¿Y para ello necesitabas hablar con las mayores? Pues ese niño es un problema en esta casa, si se lo quiere llevar sería lo mejor.
- Vaya forma de tratar a tu hermano menor.
- Creo que lo habrá notado al ver el estado de la casa pero no estamos en una buena situación, - Decaída. - Luna de por si ya tiene problemas con todas y Lori quien siempre había sido más una madre para nosotras que Rita ha estado muy mal desde que falleció papá, yo... - Esta vez la expresión de la niña se volvió ligeramente más neutra, aunque Leonard pudo notar que en sus ojos había un atisbo de tristeza. - Luna se está esforzando mucho por nosotras y esta casi obsesionada con ese niño, como si tuviese una deuda con él, papá parecía quererlo más a él que a nosotras por lo que escribió de él y desde que llego a casa los gritos han ido en aumento, no... no lo quiero aquí, no me importa si eso es malo o no, - Esta vez levanto su mirada, cargándola de un poco de determinación. - Pero con todos los problemas que ya tenemos no es bueno para nadie que ese niño venga a darnos más, Rita fue la que lo trajo y si lo hizo estoy segura de que lo hizo por alguna razón no muy buena, ¡Estoy segura de eso y posiblemente todo se vaya al demonio si sigue aquí!
La boca de Luan temblaba al pronunciar esas palabras, los celos eran algo que le quemaba por dentro respecto a ese niño, tantas palabras y consuelos hacía su persona no hacían más que llenarla de molestia, incluso las últimas palabras de su querido padre fueron robadas hacia él, ¿Acaso era tan terrible haber deseado que todo ese amor fuese para ella? ¿Era un pecado tan grande codiciar ese cariño?
Ni siquiera era solo eso, en su breve instancia había descubierto un problema en Lisa, la posible causa de su apatía permanente, algo que en todo lo que llevaban conviviendo ni siquiera había notado, ¿Y que había hecho ella durante toda su vida? Bromas, muchas bromas, incluso a Luna parecía agradarle más ese niño que ella sino era incapaz de entender porque pensaba tanto en él, un completo extraño.
- Entiendo.
Leonard no quería responder lo que pensaba, no al menos a ella, todo lo que quería era información respecto a la situación de su nieto y de por si estaba agradecido de lo poco que había conseguido hasta el momento sobre este, aunque lo que más había notado era lo mucho que esas muchachas extrañaban a su hijo en comparación a su nieto quien ni siquiera quería hablar del tema, aunque no podía evitar pensar en todas las anécdotas que la chica le había comentado además de los horarios que comentaba, sentía que algo no cuadraba, peor cuando pensaba en que algunas de estas historias no eran solo de ellas.
- Aun así, necesito preguntarte otra cosa, eh... ¿Cómo te llamabas?
- Luan.
- Eso, Luan, ¿Cuándo fue la primera vez que viste a Lincoln?
- ¿Eso importa siquiera?
- Hay algo que no me termina de cuadrar con lo que me han contado, eso es todo.
- Y yo le digo que eso no me intere...
- ¡¿Eh?!
El repentino grito de Luna desde la entrada de la casa hizo que tanto Leonard como Luan se sobresaltasen al mismo tiempo, volteándose para encontrarse con la castaña mirando completamente aterrada en dirección hacia la parte superior de la escalera, algo que parecía recomponerse y parecía haber sido más una fuerte impresión momentánea, pero lo cual no quito que Luan se acercase lo más rápido que pudo hasta su hermana.
- ¿Qué paso Luna?
Pero esta fue ignorada por completo, pues los ojos de Luna estaban clavados en lo que estaba viendo: a su hermana mayor con una de sus hermanas menores quienes estaban bajando la escalera tomadas de la mano.
- ¿Por qué está vestida así?
- ¿Cómo que por qué? Le queda bien.
- Pero Lori, ella hasta hace poco estaba devastada, ¿Cómo...? ¿Por qué se puso ese vestido?
- Ya te lo dije, le queda bien.
Luan al presenciar la idea entendió el miedo que mostro su hermana mayor en cuanto vio a la gemela vestida con aquellos colores pastel, la visión que había tenido de Lola con su rostro golpeado de esa noche era algo grotesco por lo cual se esforzaba en no pensar demasiado, pero ver aquello era casi un espejismo, como si eso no hubiese ocurrido, se fijo en lo que hubiese sido aquel ojo pulverizado por los escalones, aquellos severos moretones, pero todo lo que veía era a una niña en perfecto estado si no contaba con aquella expresión perdida que mantenía.
- (Confundida) ¿Lola?
- (Preocupada) No puede ser Lola, ella tiene que ser L...
- (Tranquila) Ella es Lola, ¿Qué no pueden verlo?
Aquella paz con la que Lori había dicho eso no hacía más que preocupar a Luna, había intentado varias veces animar a Lana pero esta parecía como si una parte de ella se hubiese ido con Lola, por esa razón intentaba no exponerla demasiado a cosas que la rememoraran, pero verla con el pelo suelto tal como lo usaba ella y usando sus ropas hacía parecer que era la mismísima Lola, algo que no ayudaba con la calma que Lori lo había dicho, peor cuando consideraba la actitud fría que tuvo cuando subió. Lucy podía esperar, no importaba si se le volvía a escapar, aquella escena había quitado cualquier cabida en su cabeza de lo que podría o no estar haciendo su oscura hermana.
- Lori, sabes... sabes que ella no es Lola.
Lori apretó con más fuerza la mano de la niña, pero no era un gentil agarre que transmitiese cariño, había sido un impulso que había afectado a esta, pero la niña solo resistió, Lola siempre buscaba transmitir felicidad, por lo que si ella lo hacía, Lola lo haría, ¿No? - No creo que sea algo de lo que debamos hablar ahora.
- ¡Si es el momento! ¡Entiendo que estés dolida, pero esto no es una solución!
La expresión de Lori se volvió severa, aumentando ligeramente el agarre de su mano causándole un poco más de dolor a la niña, Luna solo observaba como la expresión de su hermana mayor solo cambiaba para volverse más seria en su dirección, podía descifrar lo que estaba pensando, o al menos eso creía, se estaba molestando, esas palabras habían tocado algo muy sensible dentro de su ser y no parecía responder adecuadamente, lo peor era que estaba involucrando a la pequeña por lo que avanzó hacia la escalera con la idea de alejarla, pero en cuanto Luna puso el pie sobre el primer peldaño Lori avanzó y antepuso su cuerpo delante del de la niña, extendiendo sus brazos como si estuviese buscando proteger a la niña de cualquier otra persona en la habitación.
- No des un paso más Luna, te lo advierto.
- Lori, esto no está bien, definitivamente esto está muy mal, solo mira la expresión de Lana.
- No me interesa lo que me digas, y solo vamos por algo de agua a la cocina, aún tengo mucho que hablar con ella.
- ¿Qué le vas a hablar? Ya la estás llamando Lola, eso no... nuestra Lola está...
- No te atrevas a decirlo. - Lori bajo otro escalón, soltando la mano de la niña. - ¿Te crees con derecho de darme ordenes o de saber qué es lo que necesitan las demás solo porque lograste verme débil? Se perfectamente lo que hago Luna.
- Lori, no quiero discutir esto nuevamente, ni menos con todas viendo.
Luna intento retroceder, pero Lori fue más rápida y la alcanzó, quedando frente a frente, con sus rostros a pocos centímetros de distancia, sintiendo la respiración de la otra, aquella furia contenida de Lori y el pavor que ahora estaba sintiendo Luna por su hermana.
- Entonces me vas a dejar pasar y hacer las cosas que se perfectamente hacer, tuviste 14 años para aprender a ser una hermana mayor y los desperdiciaste, no me vas a enseñar como cuidar a nadie. - Luna no quería seguir allí, no quería discutir, no quería agravar la situación convirtiéndola en una pelea así que decidió resistir, aunque en su interior no sabía si era por el bien mayor o porque realmente su hermana mayor y ejemplo a seguir ahora le estaba aterrando, sentimiento que empeoro cuando sintió que su mentón era tomado por la mano de Lori obligándole a acercar su rostro un poco más. - Ni menos cuando no puedes cuidar a una pequeña niña.
Las palabras de la noche anterior habían sido extrañamente similares, podía justificar esa acción por el estado alcoholizado con el que ella había llegado pero ahora estaba perfectamente lúcida y consciente, su boca no apestaba a alcohol después de todo, esas eras las palabras salidas de lo más profundo del interior de Lori.
Luna quería cerrar los ojos y no seguir observando, simplemente retroceder y no pensar más, pero el rápido movimiento de Luan termino por llamar su atención, observando como ahora la chica apuntaba a Lori con una pequeña botella negra directo a la cara.
- A..Alejate ma... Lori, a..alejate de Luna o t..te bañare con este spray de p..pimienta, ¡Arde mucho, eso te lo juro!
La sola acción de cambiar la dirección de sus ojos sin siquiera mover su cuello o cuerpo para fijarse en Luan fue todo lo que necesito esta para sentir que su convicción disminuía, esa mirada fría había hecho tambalear la poca determinación que había almacenado y ahora quería desistir, dar media vuelta y correr, pero no podía, no debía, una persona madura... no lo haría.
- ¡T..Te lo advierto!
El sudor comenzó a caer por la frente de Luan y Lori era imperturbable en todo sentido, sus ojos parecían atravesarla cual lanza y el frío comenzaba a invadirla, sus manos temblaban y apretó los dientes, temerosa de realmente accionar aquella botella ante esa cosa que de todo el respeto y devoción que le guardaba pero que ya había demostrado no estar bien, no sentía el mismo cariño y respeto que siempre al verla, más bien, ese sentimiento estaba comenzando a ser reemplazado por el miedo.
- ¡Lori, por favor, aléjate de Luna!
Las manos le temblaban con mayor fuerza entre más mantenía los brazos levantados en dirección hacía los ojos de su hermana, pero sintió repentinamente que su mano era bajada lenta pero consistentemente, algo que le tomo unos momentos lograr procesar para darse cuenta que era el anciano quien había puesto su mano sobre la suya y obligado a bajar aquel artefacto de defensa personal, notando la mirada severa que le daba no a ella, sino a Lori.
- No creo ser una persona bien recibida en este lugar, pero si pueden escuchar mi opinión, esto no debería seguir escalando. - La mayor no dejo de enfrentar la mirada del anciano en ningún momento, algo que entre más se extendía más le costaba separar la imagen de Rita de la de su primera nieta. - Niña, creo que nos tardamos demasiado en conocernos.
- ¿Y eso por qué me lo dice?
- Nada importante, ya logré más de lo que creía hoy, Lincoln volverá más tarde aquí por su cuenta así que no les quito más tiempo.
- ¿No querías llevarte a ese niño? A Rita le quedan unos cuantos días más en el hospital, posiblemente ya ni se acuerde de él por estar desesperada de ver a Leni y ella ya está lo suficientemente inestable por lo que no lucharía mucho en caso de que partieran luego, ¿Suena bien no? Incluso puedo molestarla un poco para que se enfoque en mi lo suficiente para que usted se vaya lo suficientemente lejos.
- (Preocupada) ¿L..Leni está tan mal Lori? - Luna aún con el miedo que le estaba produciendo ahora su hermana no pudo dejar de cuestionarse ello, el hablar tan fríamente de alguien de la familia, incluso si ese alguien era Leni.
- No la pueden ver, no necesita visitas ahora, es una orden.
- ¡Pero Lori!
- ¡Es una orden te dije!
Leonard observó como ambas hermanas retrocedieron, la pequeña detrás suyo ni siquiera reacciono, ¿Era miedo o ni siquiera sabía cómo reaccionar? El estómago del anciano parecía querer revolverse por aquella cosificación de su propia familia, reforzando aún más su creencia.
- No puedo llevarme a Lincoln ahora, no queda mucho antes de que acabe la escuela y podría tener problemas para pasar de año.
- Entonces llévatelo donde vives o lo que sea, si igualmente se irá contigo es lo mejor, ¿No?
Incluso cuando hablaba de sus hermanas había un ligero recelo o molestia al hablar, pero al tratarse del niño solo era apatía, una absoluta falta de interés, algo que revolvía el interior de Leonard.
- Supongo que lo mejor sería acabar la conversación ahora, como dije, Lincoln volverá más tarde, ya conversaré con él sobre esto a futuro.
Pero al voltearse.
- No te agrado, sabes que ese niño no me agrada, ¿Y te vas dejándomelo para que haga lo que quiera con él? ¿Estás seguro de tu elección?
- Estoy seguro de la elección que hizo mi hijo cuando las prefirió a ustedes por sobre mí.
Y con ello dio los pasos finales, mirando por última vez aquella postal de varias de sus nietas mirándole perplejas.
- Me pregunto que pensaría Lynn al verlas.
La puerta fue cerrada con calma tras eso.
Leonard ya no tenía nada que hacer en ese lugar después de todo.
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