Somos y seremos

Lori era alguien a la que no le costaba despertarse temprano, vivir en una casa donde cada pocos años aparece un nuevo bebe y conviven un buen número de menores de edad las enfermedades y lesiones no eran poco comunes, la atención que debía de darle a sus hermanas menores, preparar el desayuno para que pudieran empezar bien el día o simplemente velar que todo funcionase sin que nadie se lastimara le hacían estar pendiente de su entorno y el comportamiento de este.

No fueron pocas las veces en las que encontró a una lesionada Lynn intentando sobreexigirse, una Lana con alguna picadura o corte producto de sus incursiones a basureros, una Luan ocultando algún hematoma culpa de una trampa mal colocada, entre otras.

Pero en el ambiente que se encontraba esa mañana era evidente, ninguna quería ir a la escuela, había decidido que podían ausentarse de la escuela mientras ella seguía convaleciente de sus heridas pero ese miércoles ya no tenía excusa, había logrado encontrar un trabajo y temía dejar a las pequeñas solas con Rita por lo que, pese a la insistencia y dolor de las chicas, les tuvo que obligar a asistir, quizás no estarían recompuestas o estables siquiera, podrían algunas romper a llorar o provocar una pelea, pero era un riesgo que estaba dispuesto a correr, Rita era más peligrosa que todo eso, ella lo sabía perfectamente.

Durante toda la instrucción y poco más ella estaba algo perdida, aún sentía algunas punzadas de sus heridas pero intentaba que sus superiores no lo notasen, que su trabajo consistiese en reponer las despensas de una tienda solo provocaba que el dolor de subir artículos pesados se acumulara.

Aunque, si tuviese que pensar en quien peor se lo había tomado tenía que pensar en Lynn.

La chica que compartía el nombre de su padre era definitivamente la hermana que más se esforzaba por estar junto a su padre, insistiendo en acompañarle siempre que podía, invitarle a entrenamientos deportivos o anhelando cualquier muestra de cariño que este le diese, asumía que tener el mismo nombre le hizo tener un vínculo especial con él, asumía que todas esas extrañas competencias en las que se metía era por cualquier signo de aprobación en el adulto, le hecho de que fuese la primera en llorar cuando en su colera les dio la noticia sin el menor atisbo de delicadeza solo le hacía sufrir más.

Que la chica se culpara por el divorcio de sus padres solo le preocupaba más.

Las menores que habían crecido con la familia dividida estaban acostumbradas a ese ambiente, era el único que conocían, las gemelas se aferraban más a ella que a cualquiera de sus padres, sobre todo Lola.

Lola... todavía era incapaz de perdonarse lo que le había hecho, su descontrol le llevo a hacerle la mayor atrocidad que le había hecho a alguna de sus hermanas durante toda su vida, le había levantado la mano cuando ella solo quería refugiarse en sus brazos, ella le hirió sin motivo, sin medirse y aun así, cuando le volvió a ver, esta se arrojó a sus brazos mientras se disculpaba por lo que había hecho.

Su corazón se retorció al escucharla culparse por algo que ella no había hecho, rogando por su perdón cuando ella había sido quien había cometido mal.

La pequeña había comenzado hace un tiempo clases de pasarela, intentaba mostrar una actitud fuerte tal como le había dicho su padre pero cada vez que lo intentaba ella fallaba, no porque dijese mal, no porque la actitud fuese incorrecta, sino porque no podía mantener aquella personalidad, ella era quien le llevaba a sus clases y siempre terminaba buscándola con la mirada tras hacer cualquier acción, buscando alguna señal aprobatoria suya que le indicase si lo había hecho bien, incluso las compañeras de la pequeña rubia se habían dado cuenta al igual que las madres de estas, simplemente era demasiado dulce para retener esa forma de ser.

Y aun con eso, con lo mucho que le costó ganar unos pocos certámenes, el poco dinero que había obtenido con su esfuerzo y sudor.

Ella no dudo en dárselo en el momento que Rita le grito sobre el problema de dinero.

Aun cuando ella le había agredido.

No hubo duda, no hubo condiciones extrañas, solo le pedía que no se alejara de ella.

Su mente se centró en esas dos hermanas, a su manera eran las que más le preocupaban.

Lisa no entendía que ocurría.

Lana se apoyaba mucho en Lola.

Lucy es bastante independiente para su edad.

Luan se apoyaba en Luna, era su principal confidente.

Luna se apoyaba en ella y en Sam, la mejor amiga de Luna, la conocía, agradecía que fuera buena persona y confiaba en la madurez de Luna.

Por eso ellas eran la prioridad, tenía que velar extra por ellas.

Pensando en eso el día se acabó y salió del lugar, su primer día había terminado sin mayores incidentes a los esperados por alguien que está empezando por lo que se encamino tranquila por las calles bañadas en aquel oscuro tono que cubría su caminar, normalmente a esa hora ya estaría en casa o acompañando a alguna de sus hermanas en una actividad que requiriese supervisión de un familiar, preparándose para el viaje de vuelta o, como ocurría a lo lejos, con algún resultado de algún concurso, pero ahora se encontraba caminando a ese lugar.

Sentía tanto silencio en su caminar, tan diferente al entorno que acostumbraba a mediar, cuando todo iba sus hermanas gritaban, jugaban, peleaban, hacían una y mil cosas a su alrededor mientras ella evitaba que la casa se viniera abajo en la espera de la siguiente visita de su padre, cuando sus risas se apagaban solo significaba que las cosas iban a mal, y el silencio que aquella avenida tenia se sentía pesado...

Tal como el día donde se enteró de aquella horrible noticia.

Aquel momento, aquella llamada.

El sentimiento volvió a ella y sintió como el dolor volvía a su corazón.

El recuerdo de su padre le dolía, ni siquiera había pasado mucho tiempo desde que se enteró de la noticia y el hecho de que siquiera pudiesen celebrarle un entierro le frustraba y apenaba por igual.

A su recuerdo había sido un buen padre, siempre intentando estar con ellas pese a todo y que su último recuerdo fuese aquella horrorizada expresión presa del pánico ante un desahogo completamente justificado era algo cruel.

Aun así, la melancolía, rabia y tristeza que aquellos recuerdos le daban debían ser apagados ahora que se encontraba frente a su hogar, ya había actuado mal abandonándolas cuando se entero de la noticia, provocando aun más preocupación de la necesaria terminando en el hospital, no se podía dar el lujo de darles más problemas a sus hermanas.

Por ello una vez ingreso en aquella casa intento componer lo más que pudo su rostro, el silencio que podía percibir incluso desde el exterior no le agradaba y realmente no se sentía capaz de encarar cualquier clase de pregunta, pero seguía siendo su hogar, así que solo ingreso.

No considero mucho a quienes pudiese toparse en su trayecto, no se sentía capaz de mantener su apariencia si alguna la interceptara por demasiado tiempo por lo que en pocos momentos ya se encontraba encerrada en su habitación, notando como su hermana menor directa cepillaba con clara duda su cabello.

- Hola Leni.

- Ah, hola Lori.

Ambas jóvenes se miraron fijamente por unos momentos sin decir nada, sin moverse o siquiera hacer alguna clase de ademan, como si les fuera imposible encontrar una forma de continuar aquel rutinario dialogo.

Tras unos pocos minutos que sintieron como si hubiesen pasado horas Lori pudo articular unas pocas palabras.

- ¿Todo bien?

- Yo... no estoy segura.

- ¿Paso algo en la preparatoria?

- No.

- ¿Paso algo en casa? – Leni en ese momento rompió el torpe contacto visual que ambas tenían, Lori podía asumir que algo paso en su ausencia – Puedes decírmelo Leni.

- Hubo una discusión entre Luna y Lynn, algo sobre la primaria, como que no lo entendí bien, y luego Lucy... m..me asusto, nada grave.

- ¿Le dijiste a mamá?

- No, te hice caso y me contuve, no le he ido a contar nada.

- Buena chica, iré a conversar con Luna, gracias Leni.

- Aja.

Lori sabía que algo más le había pasado a ella, le era evidente, la conocía literalmente de toda su vida y aunque hubiese guardado algo de resentimiento poco a poco con los años seguía siendo su hermana, la seguía queriendo y protegiendo de ser necesario, no necesitaba las amenazas de Rita para hacerlo, pero ahora tenía que priorizar, cuando los problemas eran muy grandes intentaba disminuir el problema hasta que llegaba su padre tal como lo había hecho desde aquel fatídico día, pero si algo comprendió cuando hablo con aquel hombre que se supone era su tío era que estaba sola, conversar con su madre solo lo corroboro, ya no era una opción esperar, no si quería que su familia siguiera estando unida, por lo que tragándose sus problemas nuevamente abrió la puerta y se dirigió a la habitación frente a ella, tocando gentilmente la puerta solo para recibir una única palabra aprobatoria y que entrase sin mayor problema.

- Luan, me permites un momento con Luna.

- Entiendo.

La muchacha de coleta se retiro sin quejarse como acostumbraba, eso fue una mala señal para Lori.

Para que la chica supiera que se venía una charla privada y personal con Luna sin querer ser participe en post de su madurez le indicaba que algo muy malo había pasado, que la chica en cuestión estuviese recostada mirando a la pared en su lugar de la litera solo empeoraba el sentimiento.

- Luna.

- Ya te debieron contar lo que paso, no quiero que me critiques tú también.

- Haber, literalmente acabo de llegar, no sé nada de lo que ocurrió y quiero partir por tu versión de los hechos.

- ¿En serio nadie te hablo? Bah, no importa.

- Luna, a mi si me importa, se que son momentos difíciles y por eso, más que nunca, debemos estar unidas, más cuando se trata de Lynn, (Apenada) has visto lo mal que ha estado estos días.

Luna pudo notar la expresión dolida que puso su hermana mayor al momento de mencionar aquello, era evidente que Lynn se encontraba devastada, pero aun detrás de ese rostro duro y comprensivo sabía perfectamente que Lori debía de estar mucho peor que Lynn y aun así prefería preocuparse por esta.

- No quería que te preocuparas, ya discutí sobre lo que paso con Lynn y me prometió que no lo volvería a hacer, puedes ir a descansar, estoy segura de que lo necesitas.

- Si me voy a la cama sin enterarme no podre descansar tranquila, por favor Luna, dime que ocurrió o tendré que ir con Lynn.

- Sigh, está bien – Dicho eso la castaña se incorporo de su cama y descendió saltando una vez se encontraba sentada en el borde de la litera, quedando justo frente a su hermana – Lynn se escapo de la primaria después de encontrarse con el niño.

- ¿Se escapo? – Lori no estaba feliz de escuchar eso, más cuando sabe de todos los problemas que hay sumarle una posible suspensión a la muchacha de pecas es algo que no le agrada... más cuando la situación escolar de Lynn es tan irregular – Lynn...

- No es necesario que le recrimines nuevamente Lori, ya discutí con ella sobre eso y realmente lo siente, a sus propias palabras no quería causarte problemas pero no se pudo controlar en el momento en que se encontró con el niño.

- El niño... ese niño... ese peliblanco...

- Hermana, calma, el chico no tiene la culpa.

- ¿Y ese extraño interés en él? Te recuerdo que por su culpa tengo 5 puntos en el brazo.

- Después de que lo patearas por todo el cuerpo mientras él ni se defendía.

- Eso es... yo estaba... no importa.

- Lori, he pensado mucho en él, cuando le conocí y le restregué en la cara lo mismo que tú... su rostro se descompuso de una forma similar a la de nosotras, según me conto Dawkins...

- Luna, si ese niño tenia o no las intenciones de hacer lo que sea no me interesa, en este momento esta junto a ese viejo psicópata y Leo se lo llevara en cuanto pueda – La expresión de Lori se endureció, Luna lo noto perfectamente, podía sentir aquella fría visión en la mirada de su hermana, una que solo había visto reflejada en su madre biológica y le lleno de preocupación – Lo que ocurra con él no nos interesa, es lo mejor para todos.

- Pero... sigue siendo nuestro...

- Luna, sabes tan bien como yo lo mal que están las cosas y voy a priorizar a nuestra familia a como de lugar, un niño salido de la nada – Comienza a encaminarse fuera de la habitación – No significa nada para mi ahora.

Aquella palabras fueron pesadas para Luna, entendía el punto de su hermana, con su padre muerto y aun sintiendo aquella opresión en su pecho culpa del dolor del descubrimiento acercarse a un chico del que casi no sabían nada y del que siquiera estaban seguros en su totalidad si era su hermano no era sensato, pero las palabras del hermano de su padre seguían resonando en su mente, pues entre más lo pensaba más cierto era.

Lori al llegar a la puerta dio un último vistazo a su hermana antes de abrirla.

- No nos acercaremos a él, pero creo que tu discusión con Lynn ya debió ser mucho para que vaya yo a molestarla y hacerla sentir peor así que conversare con ella mañana, no quiero que repruebe otro año más, no es bueno que desperdicie sus oportunidades para estudiar ni menos ahora.

Luna pudo sentir algo de pena en aquellas palabras, más ahora que tuvo que acceder a abandonar sus estudios.

Le molestaba que se hubiese reusado tan fácilmente a los deseos de Rita, pensaba que ella debería de haber peleado con mayor fuerza por su derecho a estudiar y que su "madre" debería apoyarle, en su mente rondaba el tomar una decisión similar pero conocía lo suficiente a Lori para saber que ella sería la primera en enfurecerse con esa decisión, al menos podría dejar de lado algunos pasatiempos y tomar algún trabajo de medio tiempo para ayudar, solo sería alejarse de la banda y... Sam.

Había sido una conversación corta y aun así sentía un enorme cansancio, la extraña calma de su hermana mayor no le terminaba de agradar esta vez, quizás aquella expresión firme funcionase en las demás pero después de lo que presenció y el poco tiempo transcurrido desde que todo exploto solo le hacía dudar de su hermana.

Sintiéndose cansada decidió ir a lavarse la cara antes de dirigirse a la cocina e intentar hacer algún platillo sencillo, Rita no lo haría, su padre no volvería y lo mínimo que necesitaría Lori sería otra carga más, pero al salir de la habitación noto como Lori bajaba por la escalera, no era nada que debería de importarle realmente si no fuera por una figura que se encontraba bajando frente a ella, una figura rubia más alta que su hermana y que pudo distinguir perfectamente.

- (Molesta) Al menos deberías dejarla descansar.

El por qué Lori seguiría en silencio a Rita era un misterio, más el hecho de que su "madre" había estado considerablemente irritable desde el domingo por lo que el llamar a su hermana sin mayor alboroto era simplemente extraño, más eso por más raro que fuese le daba la oportunidad perfecta para hacerse cargo de la cocina y darle, aunque fuese, un momento agradable a la chica de cabello rubio.

Bajando una vez que ya no había rastro de las dos mayores del hogar caminaba concentrada directo al refrigerador pensando en los pocos platillos que conocía y que sabía no arruinaría de cocinar solo para encontrarse con una escena la cual jamás espero.

- ...agua y... ¿Sal?

- ¿Segura que no lleva azúcar? Recuerdo que tenia un sabor dulce, si es dulce es porque lleva azúcar, estoy segura Lana.

- Pero aquí dice que no lleva azúcar... creo.

- Tú dijiste que sabías leer.

- Dije que entendía palabras – Revisa nuevamente un pequeño libro que tenia en las manos – Haber, ca..ca..carne, si, dice carne también, y... ¿Q..Quso?

- Ahí dice queso Lana.

La aparición de Luna detrás de las gemelas provoco que ambas dieran un enorme brinco ante su pequeña frase de presentación, Luna ante eso no pudo evitar reírse y preguntarse si no debería comenzar a decir suspiro cada pocas palabras.

Cuando ambas pequeñas lograron recomponerse del susto que la rockera les causo se bajaron de las sillas en las que estaban paradas para alcanzar la mesa de la cocina donde tenían un claro desastre de alimentos revueltos entre cantidades excesivas o mezclas que estaban por caerse y manchar la mesa.

Luna podía hacerse una idea de lo que estaba ocurriendo pero prefería asegurarse preguntando, sobre todo porque lo consideraba bastante tierno a su parecer.

- Niñas, ¿Qué intentaban hacer?

- Lola dijo que podríamos hacer feliz a mamá Lori si le dábamos algo rico de comer.

- ¡Lana!

- Pero si fue lo que tu dijiste.

- ¡Pero...!

- ¿Es verdad Lola? ¿Querías cocinarle a Lori? – La pequeña de ropaje rosado asintió con algo de pena – Niñas, no es necesario.

- Mamá Lori no ha sonreído durante estos días, pero siempre sonreía y decía que le gustaba la comida de papá y, bueno, con Lana encontramos el libro que papá usaba cuando cocinaba así que creí que si hacíamos algo de lo que hacía papá ella se alegraría.

- El libro de recetas de papá – Aquel libro siempre había pasado desapercibido para la familia siendo muy pocas las ocasiones en las que alguna de ellas había tenido real interés por mirarlo pese al cariño con la que el adulto castaño lo trataba y se los intentaba enseñar, pero ahora sentía que tenia otro significado, uno mucho más especial - ¿Saben qué? Hagámoslo, creo que Lori se lo merece.

- ¡Yiiii! – Ambas gemelas chillaron al unísono - Gracias Luna – Dijeron hablando en perfecta sincronía.

El resto de la tarde paso rápidamente para la familia, para Lori fue una sorpresa encontrar un horrible desorden en la cocina el cual tuvo que ayudar a limpiar antes de comenzar a realizar la cena para la familia mientras unas muy apenadas gemelas intentaban ayudarle con tareas sencilla que la rubia les dejaba para evitar que llorasen, más algo que termino por sorprender a Luna fue que Lori no deseo ver el libro aun cuando propuso que esta lo guardase, por lo que una vez que la cena había concluido y cada hermana estaba en su respectiva habitación esta solo dejo el libro sobre el velador de su habitación antes de recostarse y mirar el techo para meditar los sucesos.

Luan quería opinar respecto a la seriedad con la que se había mantenido su hermana desde que termino la cena pero sobre todo su atención había sido captada por aquel libro que más de una vez le había mostrado su padre, más jamás le había prestado la suficiente atención, momento en el que decidió darle un vistazo.

Muchas de las recetas las recordaba de nombre o por algún juego de palabras que hubiese hecho junto a su padre al respecto cuando este las nombraba, intentaba imaginarse la apariencia o el sabor de estas pues, por más que las hubiera visto y conversado con su padre, muchas de ellas ni siquiera las había visto prepararse, más concentrada en el adulto o algún movimiento extraño con el que rematar una broma, algo que ahora comenzaba a dolerle.

Entre más recetas leía esa sensación en su pecho de "pude haberle preguntado por su día" o "pude haberle ayudado haciendo eso" surgía, con todo lo que ocurría no quería alarmar nadie por lo que cuando la tensión le ganaba sollozaba en silencio hasta que retomaba su compostura y continuaba con los textos, llenos de ingredientes, juegos de palabras y anécdotas sobre como llego a dicho platillo.

Era una faceta que ella no conocía, una mucho más viva de la que podía recordar en las cansadas expresiones y respuestas habituales del castaño.

Como si la poca vida que le quedase hubiese sido derramada sobre esas hojas con la esperanza de transmitir aquella pasión con ellas, y lo peor, claramente iba dirigido a alguien... y ella estaba segura de que esas notas le pertenecían.

Los juegos de palabras, las expresiones, el sentimiento y la fraternidad.

Los momentos donde dejaba de centrarse en la receta y comentaba sobre su vida, eran reacciones cargadas de emoción y sentimiento, posiblemente lo estaba guardando para el momento donde ella demostrara una relación más estrecha con la cocina, pues aparte de Lori quien solo preparaba cosas básicas, era ella quien demostraba más interés en el arte culinario cuando podía con su padre por más que fuese ella aprovechando para mejorar sus habilidades en repostería con el fin de mejorar sus bromas con las tartas.

Por lo que con cada experiencia contada comenzaba a sentirse más unida a su padre.

Aquella mirada llena de amor y devoción, el abrazo paternal que siempre estuvo allí, el consuelo de esa presencia que intentaba mantener su sonrisa cuando pocos apreciaban su comedia.

En ese pequeño libro se sintió querida, un recuerdo de que aquello que vio y comenzó a ser corroído por las palabras de una de sus hermanas solo era una molestia debido a la confusión del momento, que la verdadera esencia del autor se transmitía a través de esas páginas escritas a puño y letra por un hombre que se dedico en cuerpo y alma a ellas.

¿Acaso importaba si había otra familia?

¿Acaso importaba si el hombre sucumbió por un mal juego del destino?

Entre más amor leía en ese libro más se despejaban sus dudas, él las amaba, ella lo sabía, todas lo sabían.

Y aquellas recetas llenas de amor eran la prueba.

Llegando a las últimas recetas, aquellas que eran más simples y por alguna razón... parecían ser las más dañadas.

- Huevos frynn a la mantequilla, calentar mantequilla en un sartén y colocar un huevo encima, poner especias a gusto y bañar constantemente el huevo con la mantequilla... se que no he sido él mejor en esto de la paternidad, pero quiero que sepas que todo lo que hice, fue, es y será siempre con la mejor de las intenciones, se que no siempre estuve allí, pero fue porque creía que era lo mejor para ti, pues siempre te veía sonreír.

- Papá, no tenías que tratarte así, siempre fuiste una buena persona, siempre nos amaste.

- Lynndeos con salsa, puedes preparar tu de forma natural la salsa o puedes comprarla preparada, aunque una buena salsa siempre será hecha con cariño en vez de buscar dinero... a quien quiero engañar, el dinero es útil, siempre es útil, solo mírame a mí, el dinero siempre fue corto para nosotros y no podía hacer nada para remediarlo, día tras día... no te di la vida que merecías... y no sabes cuanto lamento eso.

Luan notaba como la tinta de algunas de las letras estaban ligeramente borrosas, como si la tinta se hubiera expandido por culpa de la humedad creando algunas letras que se habían ensanchado del espesor normal, cosa que pudo sentir al pasar sus manos por aquellas zonas notando una ligera rugosidad distinta al tacto común de esas hojas.

- Papá...

Cada receta era una disculpa diferente, era una situación diferente.

Perdóname por no pasar suficiente tiempo contigo.

Perdóname por apenas si compartir unos pocos gustos.

Perdóname por todas las veces en las que no pude acompañarte.

Eran pedidos que aumentaban con las páginas hasta el punto en el que ni siquiera había recetas, eran solo mensajes, cada cual más internado en una profunda depresión, no era experta en el tema y no estaba segura, pero aquellas arrugadas hojas que expresaban como se sentía de miserable y como se alejaba más de su propio ideal de padre le dolían.

Sentía como aquel risueño y cansado padre que conocía, tal vez, no era el padre que realmente estaba junto a ellas.

Por lo que cerro el libro y levanto la mirada en profunda meditación solo para notar como la oscuridad había cubierto en su totalidad el cielo o el hecho de que su hermana yacía dormida.

Esta tuvo la amabilidad de siquiera apagar la luz del cuarto... o tal vez estaba tan sumergida en su pensamiento que solo se quedo dormida, no estaba segura, solo sabía que necesitaba un consejo y un vaso de agua.

Aun con el dolor en su pecho se encamino a la habitación donde sabía que podría obtener un sabio consejo, abriendo con calma la puerta de su cuarto para notar como la casa se encontraba en completa penumbra, por lo que rogando que su hermana mayor siguiese despierta se encamino al cuarto de esta, desplazando la puerta con suma calma para evitar despertar a cualquiera que estuviese sumida en un profundo sueño.

Si Lori ya había caído rendida solo iría por un vaso de agua antes de seguirle el paso a sus hermanas, pues aquella lectura había golpeado severamente su alma, pero al ver dentro de aquella habitación pudo notar que su misión no podría verse realizada.

Lori yacía profundamente dormida mientras era tiernamente abrazada por una de las gemelas, la tenue luz de la luna lograba denotar ligeramente aquella tonalidad magenta en el pijama de una pieza de la chica que conciliaba una enorme sonrisa al encontrarse sujeta de la mayor de las hermanas, por lo que en el mismo silencio y calma que entro, se retiró.

Su mente estaba centrada en aquella nueva perspectiva que conoció de su padre y necesitaba un consejo, pero no podía acabar con el descanso de su hermana de esa forma, ni menos de aquella pequeña, no se lo permitiría, debía mostrar aquel mínimo de madurez y entender el cansancio de su hermana por lo que termino realizando su segunda acción programada antes de volver a su cama e intentar conciliar el sueño, cosa que no pudo realizar.

Las ideas, los sentimientos, aquellas palabras no dejaban de atacarla.

No lograban dejarle conciliar el mismo sueño que sus hermanas.

Por lo que decidió que podría encontrar consuelo si leía aquellas memorias hasta el final, pues, solo quedaba una última página de aquella reveladora literatura:

Se que prometí muchas cosas, cosas que tal vez nunca logre concretar y se acumulen entre las miles de promesas que he realizado a lo largo de mi vida, hay gente que nunca te presente, gente con la que en mis más cálidos sueños pude ver cerca de ti, cerca de mí, todos juntos como siempre debió ser, pero entre más pasa el tiempo y más te veo crecer, más creo que es solo un hermoso sueño con el que tendré que aprender a vivir que jamás se hará realidad.

Aun así, pese a todo el mal que hice, quiero que seas feliz, quiero que disfrutes tu vida como la mereces y que jamás te lamentes de lo que haces, ese es el único sueño con el que no me rendiré.

Las lágrimas nuevamente se acumularon en la muchacha, aquella escritura se notaba que distaba bastante de ser una despedida programada, aquella fue una marea de sentimientos que exploto dentro del castaño en algún momento que ella ni siquiera podía imaginar, solo era él intentando plasmar para ella el inmenso amor que sentía por estas, por lo que no pudo evitar abrazar el libro antes de volver a posicionarse y comenzar a leer la última hoja.

Estas recetas alguna vez representaron mis sueños, pero ahora tú eres mi mayor sueño, realmente lamento tener que dejarte de lado y si pudiera dejar todo lo demás para concentrarme en darte una buena vida lo haría.

Tus hermanas, se que pudieron a tus ojos ser una perdida de tiempo y quizás tengas razón, lo veo cada vez que se me acercan con sus sonrisas y se alejan sin siquiera preguntarme como me fue, mientras tú, ni siquiera se cuantas veces lo intentaste, perdóname por preferirlas a ellas.

Lincoln, hijo mío.

Yo realmente te amo.

Perdón por todo.

- Papá.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top