Palabras del más allá

Para Leo cada viaje a Royal Woods era extraño y único, no podía dejar desatendida su propia vida y familia por resolver los problemas que quedaron detrás de su hermano y, si era completamente honesto, ya estaba cansado de no saber cómo darle un final.

Viajar tanto no era su estilo, su vida tenía muchos años que se había alejado de ese lugar y si bien sus intenciones iniciales relacionadas con la memoria de Lynn eran las que le habían impulsado a soportar tanto tiempo en ese pueblo aquella llama comenzaba a apagarse solo para quedar unos pequeños resquicios que eran amenazados por desvanecerse en cualquier momento, o al menos, tenía una razón para haber soportado tanto tiempo incluso cuando su empatía por su hermano y padre ya había empezado a menguar.

Lori le recordaba mucho a su hermano, la primogénita de este se le hacía alguien muy parecido a este pese a todo el prejuicio que pudo tener en el principio sabiendo que su relación comenzó por el beneficio mutuo de condenar a un hombre que había demostrado no ser una gran amenaza, peor cuando se había enterado que sin tener que hacer nada este había sido encerrado, algo que no le era satisfactorio pese al resentimiento que le tenía, era un anciano, llevaba una mala vida, solo tenía que dejar que el tiempo le hiciese caer por su propia cuenta pero eso era más de lo que deseo, más cuando su sobrino no mostró señales de empeorar su condición en ese tiempo por las pocas veces que le vio a la distancia.

Podría haber intentado cargar con todo o simplemente desentenderse, pero ver a su padre entender finalmente que Lynn no volvería le hizo soportar una última vez su deseo de simplemente tomar a Lori y desentenderse, no quería cargar con todos, no lo sentía ni correcto ni posible incluso con su holgada situación económica y suspirando fue que se detuvo por un momento a observar la entrada de ese olvidado lugar llamado su pueblo natal.

Mientras encendía un cigarro tomo su teléfono y observo su historial de llamadas, sus conversaciones con Lori pese a todo habían seguido de forma relativamente estable, quizás no tanto como antes pero siempre había un "hola" por allí o un "¿Qué tal tu día?", eran pequeños gestos que había comenzado a apreciar pese a las respuestas que esta le había dado a sus iniciativas, pero el hermetismo absoluto de los últimos días por parte de la chica le eran preocupantes.

No podía seguir aventurándose a ese lugar olvidado de la mano de dios, su padre ya se había determinado a llevarse a Lincoln en algunos días más una vez la escuela terminase y el chico no perdiese el año, si él podía conseguir lo mismo con Lori... las demás tenían a Rita, podrían encontrar la forma de quitarla de la ecuación, esa mujer bien podría vender a Lori por algo de dinero o si no apelar a una emancipación, no le deberían nada en tal caso y ya estaba por lograr vender el departamento de Lynn por lo que podría usar ese dinero para "comprar" a Lori, tampoco es que le gustase hacer algo cercano al trafico de infantes, pero considerando la persona con la que tenía que tratar una salida rápida pese a ser poco ética no le molestaba demasiado.

Pensando en ello fue que llamo una vez más a Lori, sintiendo como el tono de marcar se le hacía infinito solo para recibir la respuesta usual, su padre seguía renegando a la chica diciendo que encontraba mucho de Rita en ella y eso no era bueno, le era triste pensar el como había decidido aceptar la memoria de Lynn pero seguía siendo incapaz de aceptar a su nieta mayor, ciertamente el destino no parecía querer mucho a la chica.

Termino desistiendo de la llamada y mientras daba una larga calada a su cigarro que resto una buena parte de lo que le quedaba a este mando un mensaje a la chica haciendo sus preguntas usuales, algo en lo que tampoco tenía mucha esperanza de recibir una respuesta satisfactoria, pero para su sorpresa en el momento en que iba a bloquear su teléfono y seguir su camino pudo observar el primer contacto en varios días con la chica.

- ¿Va camino al hospital? ¿Le habrá pasado algo?

El mensaje había sido corto y preciso, sin ningún comentario adicional o los gestos usuales que tenía de cortesía cuando se hablaban, no necesitaba ser un genio para entender que algo había pasado por lo que apago su cigarro y se incorporo rápidamente a la ruta. Había perdido demasiado tiempo y si quería lograr sus objetivos lo mejor era atacar rápido.


Minutos después

Leonard no era alguien que gustara de hacer las cosas precipitadamente, nunca lo había sido, incluso en las peores tormentas de su época en la que navegaba trataba de tener la mente fría y se programaba para proceder ante la furia de la naturaleza, algo en lo que consideraba ahora que había pecado demasiado de precavido.

Tanto sus planes para acabar con Albert como el llevarse a Lincoln habían tomado demasiado tiempo al grado de que los sucesos se habían acabado antes de tener que intervenir, ahora tenia al niño y nadie que se opusiese directamente a que se lo llevase más allá del propio deseo del niño y su culpa por haber roto el lazo entre dos personas que se necesitaban. Quizás Albert había hecho daño a su familia, pero él no se sentía mejor que él y no lo haría hasta que lograra devolver el estatus quo en el que se encontraban antes.

Si bien le era extraño todo lo relacionado con Rita, la imagen de Albert era algo que podía recordar y no le agradaba, la última vez que intento visitarle había problemas y dejar pasar unos días era algo que encontraba era lo mejor para dejar calmar un poco la situación, más cuando Lincoln parecía no prestar demasiada atención a todo lo relacionado con Albert de las veces que habían estado conversando siéndole curioso que estaba más enfocado en algunas de sus hermanas y la escuela, si era un mecanismo con el que estaba evitando pensar en su dolor o si realmente había podido continuar tan rápidamente desde aquel momento no lo sabía, pero prefería no alterar más al muchacho el cual sentía que para su edad de por si ya había cargado con bastante del juego de los adultos y su jugarreta de enojo ya le había causado suficiente dolor.

Pensó en ofrecerle llevarlo otra vez, pero no sabía como reaccionaria ni Albert ni el propio Lincoln, su despedida había sido en pésimos términos después de todo, por ello tenía que hablar primero con el hombre que alguna vez odio con todo su ser, pues se sentía demasiado viejo para seguir guardando tanto rencor, algo que noto el día que se levanto frente a la tumba de su hijo menor.

No era fan de tener que visitar tanto un lugar como lo era una cárcel, pero no le quedaba de otra.

- ¿Albert Smith?

- ¿Hay algún problema para visitarlo?

- No, no, es solo que es extraño, yo mismo me encargue de tramitar su traslado y se supone que ya se habían contactado con su familia.

- ¿Qué traslado?

- Usted claramente no es familiar, no puedo entregarle esa información.

- Técnicamente lo soy, tenemos nietos en común.

- Puede ser, pero no es suficiente para que le pueda entregar más información, tendría que hablar directamente con la familia cercana de este.

- ¿En serio vas a dejar a un anciano con una duda tan grande el cual ya está frente a ti?

- Son las normas señor, yo no hago la ley.

- Oye, escucha, la familia de ese sujeto esta casi destruida y eso dificulta mucho el poder contactarlos, tenemos nuestras rencillas internas y eso no me dejará saberlo una vez me vaya de este lugar y son cosas que necesito resolver con él, solo te pido un poco de consideración y ayúdame a encontrarlo.

El guardia suspiro, odiaba escuchar las suplicas de la gente anciana más que cualquier otra cosa.

- Miré, yo no le puedo dar muchos detalles, pero el otro día hubo una situación complicada dentro y algunos reclusos tuvieron que ser hospitalizados en un lugar con mejor equipo, pero eso no lo escucho de mí, ahora por favor retírese y que tenga buen día.

Leonard entendió el mensaje y solo asintió con la cabeza, no iba a conseguir más información y tampoco la necesitaba, claramente su objetivo estaba actualmente en el hospital y si bien no sería tan sencillo hablar con Albert bajo ese estado, tampoco negaba que podría lograrlo.

- Maldito idiota, ¿En que idiotez te metiste ahora?

El carácter de ese hombre era impulsivo, era un desastre, eran esa clase de cosas por las que quiso alejar en primera instancia a su nieto de él, mientras conducía incluso pensó en esperar a que se recuperase y volviese a la prisión una vez más, aunque al pensarlo el tener en el historial una pelea que termino con hospitalización sería un pésimo antecedente para tratar de sacarlo antes, incluso buscando retirar los cargos por los que había sido ingresado lo cual tampoco sonaba como algo sencillo, solo le quedaba jugar con su edad y buena conducta de aquí en adelante para apelar pero eran cosas que necesitaba conversar y esta situación no ayudaba en nada, por lo cual tendría que hacer algo fuera de todo lo que le agradaba y tendría que sortear a la gente en el mismo hospital.

Entre más lo pensaba más se daba cuenta de lo impulsivo y estúpido que era lo que estaba por hacer, su propia prudencia le decía que esperase lo suficiente para poder seguir el conducto normal de acción para estas situaciones pero eso sería postergar más las cosas, en dicho caso llevarse a Lincoln sonaba mucho mejor que esperar a que Rita hiciera algo, eran demasiadas variantes y no lograba diseñar un plan a futuro funcional con tan poca información, algo que cuando se estaciono cerca del hospital peso en su mente al no encontrar una respuesta definitiva.

- Esperaste mucho por Lynn y paso esto, hiciste lo mismo con Lincoln y el niño resulto dañado, esta vez necesito actuar sin planear tanto.

Dando un último suspiro abandono el vehículo y se encamino hasta la entrada del lugar, algo en lo que, para su sorpresa, pudo notar a alguien que había conocido muy recientemente dirigirse hacía el interior del establecimiento.

- ¿Qué hace esa niña aquí?

Por más que su hijo le comentaba que encontraba en Lori alguien muy similar a Lynn su intuición le decía que había algo que no andaba bien con ella, incluso cuando decidió abandonar sus prejuicios de una buena vez al verla a los ojos pudo sentir que algo en ella estaba muy mal, dejándole una impresión efectivamente similar a lo que Rita le daba, que podría estar haciendo en ese lugar le hubiese sido un misterio de resolver pero la información del guardia en la prisión le había hecho conectar las piezas fácilmente.

Tenía sentido que llamasen a Rita si Albert había resultado herido y trasladado al hospital, y Rita no estaba en condiciones de ir, o quizás la propia Rita era la que habría invocado a Lori al lugar para llevarle cosas, fuese como fuese si seguía a Lori podría llegar bien donde Rita y sacarle información sobre el paradero de Albert o bien, en el mejor de los casos, llegar directamente donde este y poder tener la conversación que deseaba de una buena vez.

Solo rogaba que no hubiese guardias custodiando la habitación de Albert, pero ya vería como lidiar con eso de ser el caso.

Siguió a poca distancia a su nieta por el lugar, no lo suficiente para llamar la atención de esta pese a que tampoco parecía muy atenta a su alrededor hasta que finalmente llego a una habitación y se encerró en esta.

- La probabilidad de que sea Rita es del 50%, es un lanzamiento de moneda el tener que hacer todo un juego mental para no caer en su juego, mi ventaja es que ella no me espera aquí, su ventaja es ser una víbora, esperar a que Lori salga de allí me serviría... al demonio, ya decidí que no pensaría demasiado esto.

Y se acerco a la puerta, pudiendo escuchar a Lori hablar.

- ...entonces desfilo para mí, claramente no ha practicado en un tiempo así que su técnica esta muy deteriorada, pero la práctica la hará mejorar bastante y volverá a su nivel, ¿Qué crees? Puedo contar con ello, se que lo lograra, mi princesita es la mejor y la más bella de todas las niñas de Royal Woods después de todo, ay, no sabes lo que te pierdes por estar todo el día pendiente de esa bruja de Leni, mira que llorar y llorar, ¿Cómo la soportaste todo el tiempo Rita? ¿Ah? ¿Qué no hable así de ella? Perdón por tocar a tu favorita Rita, pero si quieres mi reporte completo te vas a tener que esperar, Leni siempre todo primero, todo, todo primero, jeje, ¿Y sabes qué? Ya no pregunta tanto por ti, tiene miedo, mucho miedo, ¿Qué cómo permití eso? Porque lo permitiste tú deberías decir, abandonaste a tu princesita a su suerte, ¿Y qué crees? A las princesitas que se quedan solas viene el dragón y se las come, así dice el cuento que le leo a Lola, no es tan desacertado después de todo.

Escuchar a Lori hablar sin detenerse era algo que Leonard no entendía, no había pausas, no había una respuesta de otra persona, era un monologo sin fin de parte de la adolescente quién parecía por momentos disfrutar cuando boca mencionaba a Leni o a Lola, ambas con una entonación completamente diferente, por lo que abrió la puerta con cuidado para no llamar demasiado la atención y observar.

Había dos personas frente a él, pero solo una de estas estaba consciente.

Solo Lori estaba despierta.

Rita estaba conectada a varios soportes vitales mientras sus ojos estaban totalmente sellados.

Lori realmente no estaba hablando con nadie.

- He cuidado a mis hermanas toda la vida, no crea que no puedo darme cuenta cuando alguien abre una puerta o me sigue con sigilo. - La expresión de Lori cambio a una agresiva, similar a la que pudo observar cuando se habían conocido el fin de semana pasado. - ¿Qué quiere señor Loud?

Leonard trago con fuerza, era la primera vez que se sentía tan intimidado por alguien tan joven.

Pues aquella idea que había surgido en su mente sentía que acababa de materializarse por completo.

Sentía, en efecto, que estaba por conversar con Rita de una u otra manera.


Horas después

Leni observaba la hora del reloj cada poco tiempo, sus parpados pesaban solo por tenerlos lo suficientemente abiertos para mirar la pizarra y cuando estos se desviaban por poco que fuese de esta podía notar como le miraban, todos le miraban, estaba segura de ello, no importaba si no la veían directamente alguien la estaba observando y aquello no lograba dejarle tranquila, su mirada cada tanto se intercambiaba con la de otro de sus compañeros y estos le devolvían una expresión que la joven quería creer que era amabilidad, ¿Pero realmente lo era? No lo sabía, solo estaba allí porque Lori se lo había ordenado y Luna había insistido, quería seguir en su casa, en su cuarto, no era un lugar seguro pero era definitivamente más seguro que estar fuera totalmente expuesta a que cualquier persona le asaltase y le hiciese pasar un nuevo infierno.

Una vez termino la clase ni siquiera se volteó hacía sus amigos y avanzó lo más rápido que sus piernas le podían hasta la salida, cosas como sus cuadernos o cualquier articulo escolar no le podía importar menos y la idea de estar rodeada por un montón de personas le aterraba, ¿Y si se ocultaba entre esa multitud para volver y terminar el trabajo? No podía permitir eso, no podía, no quería, no otra vez, esa tarde se había grabado en su mente y no dejaba de repetirla, despierta o dormida, podía recordar esa ocasión y cuando menos se lo esperaba...

- ¡¿Dónde está?!

Leni cubrió rápidamente sus oídos y aceleró, permanecer más tiempo allí era un error, haber salido de su cuarto fue un error, quizás tampoco estaba segura allí, su propio hogar había sido invadido por esas presencias malignas y no sabía que hacer, todo lo que podía pensar era...

- Mamá, sálvame por favor.

Apretando su pecho al intentar almacenar ese sentimiento al recordar a aquella figura que siempre la protegió pudo sentir algo de calor emanar de este, o al menos eso era al principio pues sus propias palabras quedaban ocultas detrás de las palabras de otro miembro cercano a ella.

"Estas sola, tan sola, a ella no le importas"

Quería creer en su madre, la persona que siempre estuvo para ella en las buenas y en las malas para asegurarse de que ningún mal cayese en su vida, la persona que bastaba con un abrazo para saber que todo iba a salir bien mientras sus manos se deslizaban por su cabello cual peine envolviendo sus extremidades en el más placentero de los contactos, aquella suave sonrisa en la que podía depositar su confianza y futuro sin el menor atisbo de duda pues si esta le prometía el cielo era capaz de bajarlo para ella, esa era la clase de persona que su madre era, alguien grandiosa, alguien benévola, alguien...

"Que te abandono"

Era como si Lori estuviese detrás de ella, constantemente, sus palabras siempre fueron más directas, más duras, muchas veces no entendía por que siempre parecía molesta pero el último tiempo sus conversaciones se resumían en escuchar sobre su situación, en recordarle que su querida madre ya no estaba y no podía rescatarla del infierno que estaba viviendo porque ya no aparecía.

Su caminar solo aceleraba entre más lo pensaba.

Ese anciano podía aparecer en cualquier momento.

Y su madre... no.

Había pasado bastante desde la última vez que la había visto y escuchado su voz.

Una que cada vez más era ahogada en el interior de su corazón al comprender una cosa:

"Ella no está, ya no le importas

Finalmente eres solo otro lastre más en su espalda.

Ya no le sirves, eres inútil a sus ojos.

Solo eres una herramienta desechada.

Ella realmente te odia."

No supo en qué momento llego a casa, podía sentir el cansancio en su pecho al haber corrido con todas sus fuerzas gran parte del último tramo pero no se detuvo a reunir el aire suficiente antes de subir las escaleras, el anciano podía seguir por allí, acechándola, y Lori quizás tenía razón.

Quizás estaba sola, ya no podía contar con su madre.

Quizás...

Quizás...

Su mente solo se llenaba de quizás, cada cual más diferente que el anterior, y con ello, cansada, se tiro en su cama no antes bloquear la entrada con varios de los muebles del interior, algo que se le hizo fácil considerando que no era la primera vez.


Minutos después

Para Lincoln el tener pegado a él siempre que le fuese humanamente posible a Lucy se estaba volviendo una costumbre bastante extraña, incluso había logrado verla de reojo en uno de los descansos durante la escuela, quizás fue porque estaba junto a Jayden que esta no se acercó, no la iba a juzgar, además de que prefería que las cosas que conversaba con su amigo quedasen entre ambos y no exponerla a sea lo que sea que terminaran hablando.

Al menos podía decir que ni siquiera se dio cuenta cuando la niña se le unió camino a casa, Luna le había pedido que le esperase ya que tenía que pasar por Lynn y Lana también, pero prefería no ir en un grupo tan grande, no se sentía cómodo entre tantas de sus "hermanas", quizás Lucy era un caso especial, pero respecto a los demás no podía terminar de formarse una idea, quizás de Lynn niña si, pero las demás seguían siendo un misterio, y si podía evitar a la mayor de todas era mejor todavía.

Aun así y por más que el viaje hubiese sido principalmente silencioso al llegar la niña había vuelto a desaparecer, algo que no terminaba de entender en el carácter de esta ya que simplemente aparecía y desaparecía a voluntad, si tuviera que compararla con algo...

- (Totalmente serio) Ella es un gato.

Luna quien había llegado un poco antes que él estaba sentada cerca, más concretamente haciendo su tarea en la sala mientras que Lincoln se hallaba parado a unos pocos pasos suyos cuando este hablo, algo que Luna no entendía porque tanta seriedad en aquellas palabras, ni mucho menos a quién o que eran dirigidas.

- ¿Quién?

La castaña pudo notar el pequeño sobresalto del niño al escuchar su voz, claramente no estaba acostumbrado a convivir allí todavía, o por la expresión de miedo que había puesto el chico, no estaba acostumbrado a que le respondieran sus monólogos.

- ¿D..Desde cuando estás ahí?

- ¿No estás un poco a la defensiva little guy?

- ¿Yo?

- Si, tú, ¿De quién hablabas?

- De Lucy.

- ¿Lucy?

- Si, ella es como un gato.

Luna intento mirar con seriedad al niño al escucharle comentar eso, pero por más que intentaba asociar a lo que ella imaginaba como un gato y lo superponía con Lucy... simplemente no funcionaba en su cabeza.

- Honestamente no entiendo como puedes compararla con un gato, los gatos son más, como lo digo, ¿Tiernos? ¿Adorables?

- ¿Criaturas impredecibles y que aparecen y desaparecen cuando quieren?

- Bueno, también, mmm, ahora si suena más a Lucy.

- ¿Ves?

- Aun así me sorprende lo bien que te llevas con ella, ¿Se ha estado cuidando?

- ¿Por qué me lo preguntas a mí? Pregúntaselo a ella.

- Tuvimos nuestras diferencias y creo que irónicamente solo se siente cómoda contigo, por eso no quiero presionarla.

- Ella dijo que ustedes no la querían, o al menos no parecía que le importase a nadie de ustedes.

- Eso no... no es del todo cierto, o al menos lo era.

Un suspiro fue la mejor respuesta que pudo dar para terminar esa oración, sus actos si bien llevaban un tiempo priorizando a sus hermanos no lo había hecho hasta que Lori empezó a cambiar para mal, si podía poner un punto ese sería cuando su padre falleció y culmino cuando lo hizo Lola, entendía que eran tragedias horribles, también seguía afectada por ellas, pero quizás no estaba tan íntimamente ligada a su familia para sentir realmente el golpe que si tuvo Lori y ahora estaba supliendo ese lugar, eso era lo que ella sentía, que era simplemente el reemplazo del puesto que Lori abandono el día que todo se fue finalmente al demonio.

Muchas veces se cuestionó el que, de haber intervenido antes, haber sido el apoyo que Lori necesitaba en ese entonces en vez de darle más problemas todavía quizás seguiría siendo la amable hermana que conocía, casi una madre para ella y las demás, quizás hubiese podido reaccionar mejor la noche que ocurrió el accidente con Lola y haber evitado el hermetismo de Lucy, una chica a la que nunca le dio mucha importancia, algo que realmente no había hecho hasta ahora que realmente su familia necesitaba de una figura que se levantase frente a ellos y pudiese resistir la tormenta que azotaba su hogar.

Si podía decirlo de otra forma, ella era un fraude.

Solo era un reemplazo de Lori ahora que ella parecía no importarle nada y saber que ese niño frente a ella había sido un mejor hermano para las dos pequeñas siendo que nunca fue un hermano mientras que ella, rodeada de hermanas y en teoría más madura que el chico, apenas podía con la situación era la clara señal de que ella no era ni la mitad de lo que alguna vez fue Lori o de lo que estaba siendo Lincoln en ese preciso momento.

- ¿Cómo lo haces?

- ¿Qué cosa?

- Ser un hermano, con Lucy, con Lisa, incluso me atrevería decir un poco conmigo, cuando nos conocimos te avente contra una pared y avise a Lori permitiendo que te dieran una paliza, si estuviera en tu lugar probablemente no hubiera vuelto a hablarme jamás.

- No se de qué me hablas, simplemente creo... que hago con ellas lo que siempre quise recibir de alguien cercano.

- Lo que hubiese querido...

Lincoln asintió, no era algo que hubiese pensado demasiado al momento de responder pero si era algo que había meditado antes.

Sus deseos de tener una familia a su lado habían terminado mal, paso con Lynn, paso con su profesor, paso con el anciano, sus expectativas en la actualidad eran nada, ni siquiera eso, sabía que posiblemente todo sería hostil desde que termino en ese lugar y hubo quienes no tardaron en hacérselo saber, ante todo podía imaginarse lo peor, pero no sentía que valiese la pena dejarse llevar por esa molestia y al pensar en todo lo que había pasado realmente no le agradaría saber que alguien tuvo que pasar por eso mismo.

- No puedo creerte, no sé de donde sacaste todo eso, pero no puedo creerte ni entenderte. - Para sorpresa de Luna, Luan comenzó a bajar la escalera mientras decía eso, su expresión no contenía ni una pizca de agrado, casi como si le molestara más a cada paso que daba rumbo a Lincoln. - Eso no es suficiente para ser una buena hermana, hay muchas más cosas que hacer para lograrlo sin contar con todo el sufrimiento que conlleva cargar la responsabilidad, todas las cosas que hay que dejar de lado y los sacrificios son los que vuelven a alguien más maduro y capaz de identificar lo que se debe hacer, ¿Cómo quieres que crea que un niño inmaduro como tú puede de la nada saber todo lo que necesitan unas infantes? ¡Eres un farsante!

La mirada de Luna se clavo en Luan, la actitud de su hermana quien pregonaba madures le demostraba todo lo contrario en lo que parecía ser un berrinche más de su parte mientras que Lincoln, quien todo lo que hizo fue responderles a las preguntas que ella le había hecho le devolvía una mirada desafiante, sin llegar a la molestia.

- (Molesta) Luan, esa no es forma de hablarle.

Luan apretó sus puños con fuerza ante la rápida toma de bando de parte de su hermana por ese perfecto desconocido, era su hermana más cercana, habían convivido toda la vida, sabían más de un secreto de la otra y aún así había escogido a ese aparecido por sobre ella, algo que solo pudo traducirse en empuñar sus nudillos tanto como le era posible.

Lincoln noto esto y aun así no retrocedió.

Si la comparaba con el anciano, ella no era más que una adolescente berrinchuda después de todo.

- ¿Y qué tiene de malo que esas sean mis razones? Eso es lo que pienso.

- Un pensamiento tan simple no te lleva a detectar que una tiene problemas a los ojos, o lograr que la otra se encariñe en tiempo récord contigo... o que papá te prefiriera por sobre nosotros.

Lincoln podía soportar muchas cosas, pero la idea de que alguien le dijese que Lynn le había favorecido le era, simplemente, el colmo de su paciencia.

- ¿De qué preferencia me hablas?

- Papá claramente te prefería, el siempre volvía para estar contigo, no puedo creer esa mierda que dijiste sobre el abandono, de ser el caso papá no hubiese ido donde ti la noche que murió.

- Él solo me hizo la vida imposible, ni siquiera puedo recordar un momento en paz entre ambos que no fuese arruinado por él mismo para que ahora me digas eso, tú eres la que no sabe por lo que tuve que pasar.

- ¿Qué tan codicioso puedes ser enano?

- ¿Qué tan estup...?

- Bien, basta. - Luna separo a ambos quienes ya estaban a pocos centímetros discutiendo, algo que Luna sentía que de no detener ahí la discusión fácilmente uno de los dos terminaría dando el primer puñetazo y desde ahí posiblemente ya no podría pararlos. - ¿Qué demonios les pasa?

- Ella es la loca que empieza, y algún día me va a encontrar. - El tono de Lincoln sonó especialmente molesto, algo que por un momento a Luna le recordó el tono de voz que hizo ese anciano el día que lo conoció cuando se enteró que su padre había fallecido.

- ¿Cómo que loca niñato del demonio?

- ¡Basta! ¡No quiero discusiones entre familia!

Ahora era Luna quien hablaba con fuerza en sus palabras, forzando a separar a ambos lo suficiente para meterse entre los dos.

- Son hermanos por el amor de dios.

- Pues díselo a la loca.

Luna negó con la cabeza, Lincoln le había parecido bastante maduro hasta la fecha por lo que le fue curioso verlo ser tan inmaduro.

- Lincoln, vete un momento, tengo que hablar con Luan, ya hablaré contigo sobre esto.

El peliblanco al escucharlo solo hizo un gesto de desprecio con la boca y se retiró rumbo a la cocina, Luna solo siguió mirando a su hermana hasta que se cruzó de brazos.

- ¿Qué? No dije mentiras.

- Luan, ¿Qué demonios fue eso? ¿Por qué peleas con él?

- Sabes lo que pienso, además me parece un niño molesto, mentiroso y capaz de envolverse en cualquier problema.

- Como cualquier otro niño quizás... Luan, por dios, él tiene 10 años, tú tienes 13, tú eres la mayor.

- ¡Ya lo sé! ¡No tienes que recordármelo!

- Luan.

- ¡Es que me irrita tanto! ¡¿Cómo lo hace?! ¡¿Por qué lo hace?! ¡¿Qué quiere hacer aquí si solo esta de paso?!

- Luan.

- ¡¿Qué?!

- ¿Por qué no puedes intentar ponerte en la posición de Lincoln?

Luan lo sabía.

Había llegado a la respuesta de esa pregunta hace un tiempo, pero no era algo que quería aceptar.

La información de ese cuaderno, las cosas que había mencionado, todo lo que se había dicho esos días y la propia actitud del niño, nada tenía el suficiente sentido para poder conectarlo en una única realidad, todo lo que podía hacer era mantenerse fiel a su propio pensamiento y manera de ser para poder seguir cada día y por más que lo pensase, más se daba cuenta que simplemente no estaba haciendo nada de lo que tanto pregonaba.

Pero si negaba todo eso, si renegaba de una vez de sus sentimientos y simplemente aceptaba que se equivocaba era admitir que tal vez estaba equivocada respecto a los sentimientos de su padre, la idea del hombre que había construido para defenderse de su realidad podría tambalearse, creer que ese niño era el problema era una forma de pensar que todo podría seguir como antes con la única variación de que él se alejaría, si solo fuese un desgraciado, una existencia vil absorbente de atención y del cariño de sus cercanos podría simplemente odiarlo y rechazarlo, pero...

Cuando contó su historia a Luna, esos no eran sentimientos inventados para generar empatía, tal como en el pasado alguna vez habría liberado todo lo que afligido corazón había acumulado en los brazos de su padre, pudo sentir esa misma emoción en las palabras y el dolor que ese día entrego en los brazos de Luna, si su historia era real las palabras que había dicho recién y sus actos tendrían sentido, era alguien que conocía la soledad y lo agradable que podría ser el tener a alguien que te escuchase, quizás por eso había aceptado tan abiertamente a Lucy, quizás por eso no le había importado soportar la actitud de Lisa o incluso descubrir aquellas características tan diferentes del estoicismo que todos creían era parte de la personalidad de la niña.

Lo había pensado demasiado, cada vez que lo veía, cada vez que lo renegaba, si el niño se hubiese ido pronto su propia determinación no hubiera vacilado tantas veces.

Aceptar a ese niño era renegar el recuerdo de su padre, aceptar que no fue una buena persona y no podía hacerle eso a la persona más especial en su vida.

No podía.

Se lo debía.

Pero...

- (Preocupada) Luan.

- Iré a hacer la cena, necesito estar sola.

Las propias palabras que había dicho en el pasado ahora sentía que condenaban a Luna, había decidido confiar en su hermanita, creer que podría asumir responsabilidades con sus hermanos menores pero esta parecía ensimismarse cada vez que surgía otro problema, retractarse en ese punto sería casi como traicionarla, pero su actitud empeoraba cada vez más.

No tenía una respuesta para esas ocasiones y la última vez que estuvo ante una situación así... se libero un puesto más en la mesa donde todos comían.

Como hermana mayor estaba fracasando, eso era lo único que podía entender en esos momentos, todo lo que sabía era que no sabía que decisión debía tomar por lo que volvió a su asiento deseando que la respuesta finalmente llegase a ella.

Luan por su parte necesitaba más que nunca sentirse cercana a esa cada vez más menguante figura de su padre, aquellas recetas que alguna vez los unieron era el ancla con la que finalmente detener su tormentosa mente cuando, para colmo de toda esa situación, noto que el niño ese estaba reuniendo algunos artículos para cocinar.

- ¿Qué crees que estás haciendo?

- (Seco) Tengo hambre, así que iba a prepararme algo para comer, así aprovecho de dejar hecha mi cena, así no tienes que preparar una porción para un aparecido.

- Este es mi espacio que compartía con papá, no tienes derecho a tocarla.

- Deberías escucharla hijo, definitivamente sabe de lo que habla, este era mi hogar, no el tuyo.

Lincoln apretó con fuerza sus puños, había intentado todo lo posible para no tener que cruzarse con ella sabiendo lo mucho que le molestaba, incluso pensó que con eso no se quejaría ya que le evitaría tener que cocinar para él, pero ahora parecía que ni siquiera le permitiría acceder a algo tan básico como lo era comer y eso era un limite que él no permitiría que le prohibiesen.

- Me haré algo simple, solo déjame en paz.

- ¿Qué no me escuchaste? Fuera.

- Maldita sea, solo déjame en paz.

No tenía deseos de seguir prologando esa charla inútil, era como hablar con alguno de los idiotas que se burlaban de él en la escuela, alguien que solo esperaba la menor oportunidad de molestarlo con la desventaja de que no le molestaban por una causa concreta de su apariencia o alguna cosa menor de la que se aburrirían al rato, él era una molestia por existir ante esa tipa y no veía la forma de cambiar eso, por lo que en vez de retirarse pensó en apresurarse, claramente no sería bienvenido en ese lugar pero no iba a dejar de lado sus necesidades. Luan por su parte al notar que el chico no parecía tener interés en retirarse se acerco a este, pues no iba a permitirle hacer lo que quisiese solo porque a él le nacían las ganas.

Lincoln busco algunas herramientas, pero cada que encontraba algo Luan lo tomaba y lo devolvía, si Lincoln tomaba algún producto Luan, frente a este, lo tomaría y lo devolvería a su ubicación solo para que Lincoln lo volviese a tomar y dejar sobre la mesa, algo que hizo mientras su mirada seguía clavada en la de Luan.

No fue hasta la tercera iteración de ese ciclo que Lincoln finalmente hablo.

- ¿Quieres dejar de ser tan idiota y dejarme en paz?

- Tú eres el imbécil que esta haciendo más de lo que deberías, esto es solo una lección para que entiendas.

Y mientras ambos se miraban Lincoln de la nada saltó hacía el refrigerador y saco varias cosas, las primeras que vio y tomo todo lo que pudo y dejo sobre la mesa, al verlo Luan intento devolver esas cosas, pero mientras intentaba tomar todo lo que el niño esparció sobre la mesa este volvió a sacar otro grupo de cosas al azar y las esparció sobre el mesón junto al lavaplatos, lo cual hizo que la atención sobre las cosas en la mesa se perdiese por ir al siguiente grupo, momento en el que el niño empezó a intentar preparar alguno de los alimentos tan rápido como podía antes de que Luan se abalanzara sobre él y volviese a perder parte de los ingredientes.

Este ciclo se repitió varias veces, cada vez ambos haciendo maniobras más bruscas que provocaban que el poco avance en la comida de Lincoln se repartiese principalmente por el piso y las paredes, manchándolos a ambos en el proceso, después de unos 20 minutos de ello, Lincoln, quién ya estaba más que harto de Luan, finalmente toco fondo y tomo la poca comida que había logrado preparar de forma consiste y, con toda la furia que había acumulado en esa carrera contra esa bruja loca, se la aventó hacia la cara, con olla incluida.

Lincoln resoplaba agitado, cansado física y mentalmente del acoso de la chica quien ahora tenia la cara embarrada de una extraña masa espesa y una olla en la mano que había logrado detener, sintiendo como pedazos grumosos de mezcla empezaban a caer al piso ante el enojado niño.

- ¡Déjame en paz loca!

Pero su respuesta no fue otra que toda la comida que Luan pudo recuperar de su cara aventada con la misma violencia hacía la cara de Lincoln.

- ¡Esa es mi jodida frase niño imbécil!

Y la respuesta de Lincoln: volver a aventarle la mezcla, solo que con una zanahoria adicional que había tomado del mueble a su lado donde estaba "trabajando", algo que Luan también comenzó a hacer, guerra que tomo unos minutos adicionales hasta que finalmente ambos estaban plenamente exhaustos, observándose todavía con molestia.

- ¡¿Qué mierda te pasa conmigo?! ¡¿Tanto te molesto que ni siquiera quieres que coma?! ¡¿O acaso necesitas que muera para estar en paz?!

- ¡¿Cómo se te ocurre pensar eso?! ¡Simplemente el hecho de que existas es molesto!

- ¡¿Te molesta que exista?! ¡¿En serio ese es tu odio?!

- ¡No te odio a ti escuincle del demonio, odio lo que significas!

- ¡¿Y qué se supone que significa eso?! No me puedes pedir que me lo tome bien.

- ¡Pues todo estaba bien hasta que apareciste!

- ¡Ya lo sé!

- ¿Lo sabes?

- Claro que lo sé, Lynn las amaba por sobre todo mientras que a mi con suerte se acordaba de que debía dejarme comida, ustedes tuvieron quien sabe cuanto apoyo mientras que yo le rogaba porque siquiera cenase conmigo, ¡Maldita sea, todo lo que signifique para él fueron problemas!

Ante las palabras de Lincoln, el corazón de Luan le molesto, tenía varias pruebas de que nada de lo que había mencionado antes tenía sentido, él era el amado, él era el preferido, siempre lo fue, su imagen de su padre... de ser así... tampoco...

- Eso no... es cierto... papá... no pensaba eso...

- ¡¿Eso crees?! Pues déjame decirte que no, no estuvo, nunca estuvo y tal como el anciano se fue dejándome muy en claro lo horrible que fue su vida conmigo.

Hablar de ello no era un tema agradable para Lincoln, incluso cuando creía haber cerrado esas cosas y poder continuar adelante parecía que el mundo le gustaba restregarle en la cara lo poco amado que era, algo que ya había visto tres veces y siendo dos de ellas gente biológicamente programada para amarlo.

Si bien Lincoln podía estar tan enojado como le era posible en ese momento, Luan solo pudo observar a alguien sumamente frustrado, completamente seguro de una aseveración triste, una que ella podía comprender.

Ese era el punto final para Lincoln, no iba a seguir insistiendo ni peleando contra una causa perdida, pero en ese momento pudo notar que las manos de Luan no estaban llenas de más vegetales o pasta listos para ser aventados en su dirección, más bien, en estas había un cuaderno.

- Puede que no me creas y no me importa, pero incluso alguien como tú merece saber lo que pensaba papá de ti.

Luan alzó el cuaderno, su más sagrada posesión el cual desde lo ocurrido con Lucy siempre llevaba consigo, ahora siendo expuesto ante una persona que no le agradaba, pero que lo supo al ver esos ojos adoloridos...

- Te odio niño, pero incluso tú mereces la verdad. 

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