Dolorosa realidad
Estando de pie en ese la entrada a ese lugar múltiples recuerdos invadieron su mente, algunos buenos, algunos malos, algunos terribles y luego el último recuerdo que tuvo de aquel pueblo que le vio nacer, razón por la que decidió abandonarlo hace tantos años.
Su objetivo era simple, encontrar un lugar para su estadía de unos días, esperar a su padre y luego ir a visitar al pequeño bebé que conoció por tan poco y hace tanto tiempo.
Realmente no era como se esperaba recordar aquellos sucesos tan lejanos o el objetivo por el cual volvía, pues siempre tuvo aquella pequeña esperanza de ser llamado por su hermano menor e intentar recuperar aquella vieja hermandad que algún día tuvieron, pero eso ya no era el caso, ya nunca lo sería, solo quedaba una forma de hacer la diferencia y ese niño era la clave.
Lo lamentaba por sus cinco sobrinas pero ellas ya eran un caso perdido, tanto tiempo con Rita ya debería de haberlas dejado marcadas y no solo eso, probablemente habrían condenado su existencia entre relatos de odio para ser poco más que apedreados si siquiera lo intentase, por lo que no valía la pena.
Con ello en mente dio una última bocanada de aire antes de entrar nuevamente a su coche, tenía la dirección de aquel que estaba cuidando del muchacho en ese momento y no era débil la tentación de conocer al pequeño sin esperar la llegada de Leonard, pues no sabía nada más y lo mínimo que quería era saber el estado del último recuerdo de su hermanito.
Desde allí solo encendió el motor y piso el acelerador.
No negaría que en ese momento una botella de lo que sea le haría muy bien.
En ese mismo momento, zona residencial
Si pudieses definir su estado en ese momento, solo podría describirlo en una palabra: pánico.
Había invertido mucho tiempo en ese lugar con una pista vaga, enemistándose con su hermana mayor quien cada vez se notaba más dedicada a que tenían que estar juntas más en esos tiempos extraños, sino que inclusive las excusas se estaban acumulando con sus amigos, les noto comprensibles pero al mismo tiempo preocupados por el misticismo, era una tarea que a la que ella no deseaba involucrar a nadie y el hecho de que haya sido inútil solo aumentaba ese agujero en su estomago que le tenía al borde del colapso.
Había ido de domicilio en domicilio, preguntando incluso varías veces con el objetivo de corroborar aquellos vacíos en su primera pregunta o evadido aquellos que se mostraban violentos a su interrogatorio, había tenido que escapar más de una vez solo por el miedo que le daba esa zona a altas horas de la noche o abandonar a sus amigos nada más sonase la campana que indicaba el termino de las clases, pero aún así no había encontrado nada.
Ni a su padre, ni a los pequeños de cabeza blanca.
Incluso ese día se había tenido que nuevamente enfrentar a su hermana mayor cargando esa amarga sensación en su corazón, pero no por eso había encontrado rastro de su padre.
Se encontraba desesperada, perdida, no solo había perdido su tiempo sino que su de por si complicada relación con Lori es vio más fracturada y no tenía nada que ofrecer siquiera como disculpa por lo que se iba a alejar de ese lugar para nunca más volver comenzando a bajar las escaleras, evadir a un niño con lentes y observar al inicio de la escala algo que acababa de perder toda esperanza de encontrar, pero se alzaba frente a ella, a unos pocos metros.
Ni siquiera lo pensó, en el momento en que noto aquella tan distintiva característica sobre su cabeza no lo medito, siquiera se detuvo a pensar el que tal vez no fuese el muchacho, que tal vez no le comprendería o el hecho de que no se conocían, estaba segura que en el muchacho habían respuestas y esta vez no las dejaría pasar.
- Finalmente, vamos a hablar chico.
No se dio cuenta cuando se encontraba frente al joven, le sacaba una cabeza y algo más de altura pero no le importaba.
El leve tartamudeo del chico logro amedrentar ligeramente a Luna, pero no se iba a detener, tenía que dejarlo en claro.
- Y no aceptare un no por respuesta.
El niño se notaba perdido e intimidado, ella estaba segura que no era la mejor forma de abordar a alguien ni menos siendo este menor que ella, la boca de este hacía vagos intentos por abrirse y exhalar el más mínimo atisbo auditivo pero se encontraba paralizado ante la fiera mirada que la desesperada castaña posaba sobre él.
Por ello, por el miedo de que le hiciesen daño, por el pánico por explotar como en la cafetería, por el susto que aquella repentina acción y el esfuerzo mental que le llevo el solo hecho de encontrarse en ese lugar el chico no quería soportarlo más... e intento huir.
Algo que Luna al darse cuenta no tenía la menor intención de permitir.
Por ello rápidamente tomo del brazo al chico peliblanco apretando con fuerza mientras de un solo y fuerte tirón le hizo perder su balance, lanzándolo contra la pared mientras se aseguraba de cerrarle el paso interponiéndose con su cuerpo, provocando que el asustado peliblanco solo se sintiese todavía más aprisionado por aquel ser que rápidamente se había convertido en su carcelera.
- ¿Acaso creías que podrías escapar como lo has hecho todo este tiempo? Me debes no solo a mi sino a toda mi familia un gran número de respuestas mocoso.
- (Voz baja) Y..Yo no... yo no s..se de lo q..que me habla.
- (Molesta) Entonces seré directa, estoy buscando un hombre adulto de pelo café, suéter verde, rostro cansado, alguien que debes conocer muy bien.
Noto como el rostro del pequeño se contrajo ligeramente antes de mencionar con mucha debilidad nuevas palabras.
- No quiero hablar de eso.
- ¿Cómo que no quieres? ¡¿A qué te refieres mocoso?!
- No quiero hablar de ese sujeto.
Sujeto... ¿Acaso se había referido de una forma tan banal al que debería ser su padre? ¿En serio su padre había escogido estar todo este tiempo oculto con alguien quien no le respetaba en lo mas mínimo en vez de estar con ellas en medio del caos que el mismo había desatado? Si antes no sentía motivos para estar enfadada, ahora los tenía.
- Eso no me interesa chico, lo conoces y es lo que importa. (Amenazante) Me vas a decir donde se encuentra, necesita responder por algunas cosas.
Con esas pocas palabras el color en el rostro del muchacho comenzó a drenarse, una señal que no le agradaba. Tras casi un minuto de silencio por parte del chico y desesperación por parte de la adolescente, Lincoln reunió suficiente fuerza para hablar.
- No puedo.
- ¿Cómo?
- No puedo.
Esto disparo la furia de Luna, sentía como su corazón se aceleraba, la fuerza con la que apretaba sus dientes le sobrepasaba y sus manos sentían la tentación de golpear con toda su fuerza el rostro del peliblanco que tenía en frente.
- ¡¿Cómo que no puedes?! ¡¿Acaso quieres acapararlo solo para ti ahora que por fin decidió abandonarnos a las demás?!
- ¡Ni siquiera se de que me hablas! ¡Siquiera te conozco o se porque quieres verlo! ¡Además ya te dije que no se puede así que déjame en paz!
- ¡Bien! ¿¡Quieres saber!? ¡Pues te lo diré! ¡Soy Luna Loud, tercera hija de Lynn Loud y quiero ver a mi maldito padre!
- ¿Q..Qué...?
- Así se siente la sorpresa y el golpe chico, tanto mis hermanas como yo sufrimos la misma puñalada a nuestro corazón cuando supimos de la existencia tuya y de tu hermano, incluso por tu reacción puedo entender que debes sentir, odio, miedo, celos, hay un montón de esas cosas y probablemente ahora solo quieras encararle y gritarle toda esa basura en su cara, así que si te sientes así creo que puedes sentir mi desesperación, todo ese tiempo que creíamos estaba haciendo cosas por nosotros no era más que una excusa para irse con el otro, tiempos donde lo justificábamos por el tamaño de la familia y eso, pero no era suficiente, verle estar lo justo con cada una de nosotras y a veces ni eso era molesto, que hiciese cenas rápidas y no comiéramos en la misma mesa, que muchas veces apenas si fuese un abrazo o una palabra de apoyo para irse con otra de mis hermanas... no, ni siquiera eso, tú lo tenías contigo, siempre tenías la última palabra y gesto mientras nosotras nos conformábamos con los restos, así que si tienes un mínimo de empatía llévame de una...
- ¡¡Cállate de una vez!!
- ¿Cómo? ¡Oye moco...
- ¡No! ¡Cállate de una puta vez, no me interesa y no me importa lo que quieras decir de el, solo cállate!
Luna sobrepaso su limite en ese momento, no solo ya la tensión y los nervios le tenían mal sino que la poca cooperación que parecía demostrar el niño era lo último que necesitaba en su estado y ser sermoneado por el ya estaba fuera de todos sus limites, estaba realmente a nada de azotar la cara del chico contra la pared con su puño pero en el momento en que comenzaba a mover su puño se tomo un momento y vio el rostro del niño.
- Por favor... cállate... no te quiero oír más...
El chico tenía la mirada más vacía que había visto en una persona en toda su vida, adultos, adolescentes, todo, incluso su expresión no se quedaba atrás de aquella mirada que no ansiaba nada ni demostraba nada la cual, ahora que la furia finalmente comenzaba a abandonar su cabeza ante el impacto de aquella visión se detuvo a observar mejor la figura del muchacho.
Su rostro aún mostraba algunas señales débiles del paso de lagrimas secas, lagrimas que claramente no eran las mismas que lentamente comenzaban a brotar en su presencia, algo que solo empeoraba al notar las enormes ojeras que el chico poseía y el ligero ahuecamiento de los pómulos, algo que el cabello despeinado y las ropas gastadas no ayudaba en lo absoluto.
Unos leves chillidos eran ahogados entre los sollozos que comenzaron a manifestarse cada vez peor mientras sus piernas habían perdido la capacidad para soportarle y se deslizaba por la pared hacia el piso mientras tomaba su cabeza con sus manos en un intento de tapar sus oídos.
Por primera vez, desde que le vio, Luna sintió lastima por el muchacho y sobre todo... recordó que era un niño mucho menor que ella.
- (Preocupada) Chico... ¿Estás bi...
La chica no pudo terminar su frase ya que en ese momento fue tacleada desde el lado, acción ante la que no pudo defenderse ni estar preparada por lo que solo se estrello contra el piso sin oponer resistencia.
- (Furioso) ¡Aléjate de mi amigo!
Luna había quedado sumamente aturdida por el golpe que se había llevado, tampoco comprendía o entendía de donde había salido aquel muchacho antes de darse cuenta que ya no lo tenía encima sino que estaba junto al peliblanco intentando moverlo del lugar pero rechazando cualquier clase de contacto.
- ¡Oye, por que....
- ¡¿Qué demonios le hiciste?!
- ¿Ah?
- ¡Te pregunte que demonios le hiciste!
Trent en ese momento intento tomar desde su polera en un intento de hacerle hablar, olvidando que la chica no solo era más alta que él, sino que más fuerte, por lo que esta fácilmente logro quitárselo de encima.
- ¡¿Qué demonios te pasa a ti para lanzarte así a la gente?!
- ¡No vengas con eso después de lo que sea que le hiciste a mi amigo!
- Y..Yo solo quería que me respondiera algunas cosas.
- ¡¿Entonces por qué está allí tirado sufriendo más de lo que ya a tenido que vivir?!
- ¡Y que se yo lo que ha vivido! ¡Él no es el único que ha estado sufriendo! ¡Además yo solo quería saber sobre mi padre!
Ese grito hizo reaccionar a Trent, recordándole incluso lo que iba a conversar con su amigo una vez llegasen a la casa de este para que se preparase, aunque ahora estaba seguro, ella era una Loud, hermana de la que le dio una paliza al rubio... una posible hermana de Lincoln.
- ¡Si solo querías saber sobre ese idiota no tenías que dejar así a Lincoln!
- ¡No le llame así si siquiera le conociste!
- ¡Claro que tuve la desgracia de conocerle y déjame decirte algo! - En ese punto no le importaba la repercusión, solo quería gritárselo en la cara - ¡¡¡Me alegra que ese idiota se haya muerto!!!
- ¡¿C..Cómo?!
- ¡Lo qué oíste! ¡Finalmente tuvo su merecido por todo lo que le hizo a Linc y como querías saber donde estaba y ahora ya lo sabes, déjalo en paz!
- ¡E..Estás bromeando! ¡N..No pudo haberse ido! ¡Incluso como intento de alejarme eso es caer muy bajo!
El castaño solo pudo contemplar como toda la expresión de la chica comenzaba a deformarse rápidamente, quizás podría haber sentido algo de culpa por dar una información así pero al voltearse y encontrar a su amigo en la misma posición rota con las manos en sus oídos pudo quitarse el peso de aquello, pues si la chica se largaba y los dejaba en paz con eso al menos sería lo mejor por el momento para su amigo.
Lo que no se esperaba es la furiosa reacción que tuvo la chica en su contra.
- (Desesperada) ¡Te dije que me digas que es mentira!
- (Serio) Si fuera mentira ¿Crees que mi amigo hubiese reaccionado tan mal a tu pregunta?
Aquello fue un duro golpe al corazón de la castaña, quien al ver la seriedad en la expresión del castaño comenzó a creer que tal noticia podía ser verdad.
- No... No... No... NO... NO... NO - A este punto fue el turno de que las lagrimas se comenzaran a agrupar en sus ojos - ¡Dime que es una mentira! ¡Te juro que no me enojare, solo dime que no es cierto! - Al notar como la expresión del chico seguía igual comenzó a agitarlo con violencia - ¡¡Dímelo!!
- ¡Solo acéptalo! ¡Él esta muerto!
Y con ello su agarre perdió finalmente la fuerza liberando al castaño de lentes quien notando el deshecho estado en el que se encontraba la castaña sabía que lo mejor era irse lo más rápido posible de ese lugar con su amigo, por lo que se dirigió rápidamente donde este con el objetivo de llevarse aun si necesitaba arrastrarlo. Luna por su parte no era capaz de procesar aquella información, era algo dicho de la nada de alguien salido de la nada pero el rumor que había escuchado esos días, la cinta policiaca y el degradado estado en el que se encontraba el muchacho no hacían sino jugarle la mala pasada de creer en aquellas horribles palabras, sintiendo como sus propios sentimientos se arremolinaban en su interior levanto no sin mucho esfuerzo su rostro y contemplo nuevamente al deshecho niño peliblanco.
Era claro que era un desastre, muy posiblemente peor que ella, eso era evidente, no solo ella había perdido a un ser querido sino que el también, no conocía los detalles ni el momento, no sabía nada más mientras que él posiblemente lo vio y vivió todo, solo para que le escupieran en la cara ese momento.
Le dolía y mucho, pero su relación con su padre no era perfecta y aquel desahogo fue más uno por toda la situación en su hogar, una que ahora no tendría solución, una espera por una esperanza que ya no existía y tendrían que lidiar ellas solas contra esa existencia a la que hace mucho su cariño se había agotado y no debía nada, pero ahora se sentía sola, era un último amparo encontrar a su padre y le prometiese que todo estaría bien tal como el lo había hecho muchas veces antes, pero ahora veía el fruto de aquella cara que no conocía, alguien quien ella misma se había encargado con el calor de su furia de dañar al que claramente le hacía mucha más falta la figura de ese hombre abrazando mientras le prometía que todo estaría bien.
No conocía su historia, pero si entendía su dolor.
Por ello se levanto para pánico del castaño quien se intento interponer entre el sentido de caminata solo para ser fácilmente apartado y arrodillarse frente al peliblanco.
- (Susurrando) Lo siento.
Y con esa última palabra pronunciada por los labios de Luna abrazo al pequeño, llorando junto a este.
- (Susurrando) Lo siento chico.
Y ambos hermanos se quedaron allí, lamentándose por el dolor que les corroía por dentro.
Pero al menos, no estaban solos en eso.
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