Compartiendo experiencias

La gente caminaba de un lugar a otro revisando los diferentes artículos que se hallaban puestos en ya sea en los múltiples estantes o perfectamente apilados en el centro de alguno de los pasillos de aquella tienda, algunas de estas personas se tomaban con calma para observar elementos, comparar precios y calidad, sacar cuentas si les alcanza para algún otro elemento o simplemente se han olvidado algo de la lista.

Cada quien tenia su propia misión, incluyendo a los pequeños acompañantes que tenían algunas de estas personas.

- Mamá, me puedes comprar el cereal por favor?

- No hijo, ya te he dicho que era el cereal o las barras de chocolate, ambas no

- Pero mamá

- Sin peros jovencito, tanta azúcar te hará mal

- Bien - dijo en tono casi de berrinche, cruzándose de brazos mientras inflaba sus mejillas, aunque para suerte de su madre no empezó a gritar ni patalear como habría hecho antaño, algo que le aliviaba profundamente ya que no estaba de humor para soportar otra de esas pataleta

Viendo que su hijo realmente estaba tranquilo pudo suspirar aliviada y volver a enfocarse en su lista de compras, ya que el muchachito estuvo unos minutos insistiendo en la compra de diversas golosinas y parecía que finalmente se había calmado, aunque el tenue dolor de cabeza que este le había producido seguía allí al menos no iba a empeorar.

Por su parte el joven se quedo mirando la sección de cereales cuestionándose el repentino trato que había hecho con su madre, pensando cual de las dos opciones era mejor para él intentando pensar que era mejor, si aquellas barras de chocolate o la caja de cereal y mientras observaba las diferentes cajas un niño se acerco a su posición, pues en ese momento él estaba justo frente a uno de los últimos cereales que habían sacado al comercio hace unas semanas, uno que le había gustado bastante y quería volver a comer, siendo la razón por la que tanto había insistido a su madre.

Le era un tanto curioso que el niño solo se hubiese quedado mirando la caja junto a él, aunque lo que más le llamaba la atención era la expresión seria en su rostro y el gorro de color blanco que este tenia puesto, además de que no hacía el menor esfuerzo en tomarla como si solo la analizara, lo que ciertamente le ponía nervioso.

Cuando ya no soporto más los nervios que le producía el chico y en un impulso de confianza se dirigió a este.

- Oye, no vas a tomar la caja?

- Uh? eh, no, solo quería ver la caja, la vi en la televisión hace unos días y quería verla ahora que acompañe a papá a comprar cosas

- Y por qué no le pides a tu papá que te la compre? 

- No lo hará, no vale la pena

- Así que tu papá es igual que mi mamá, vaya, en ocasiones los papás pueden ser bastante molestos no?

- No lo sé

- Vamos, nos están negando el mejor cereal del mundo, son adultos así que deberían poder comprar estas cosas como si nada

- Necesitan dinero para eso

- Bueno, si, es verdad, pero te digo, son adultos, tienen mucho de eso y una que otra caja de cereal no es nada, en vez de eso compran esas cosas horribles como el brócoli o las zanahorias - el chico al mencionar estas dos últimas no pudo evitar hacer una arcada 

- Las zanahorias saben bien - uso un tono bajo, esperando que el chico no hubiese escuchado

- Espera, comes esas cosas? 

- S...si, me gustan, además son baratas y papá puede comprarlas

- Entonces si son baratas quiere decir que no gastas en otras cosas, por lo que deberías tener para comprar el cereal

- Aun así papá no lo compraría, es más barato comprar cosas como pan, huevos o leche

El chico realmente se estaba fastidiando, por más que escuchaba a el que debería ser su compañero de cruzada en la adquisión de esa delicia azucarada solo estaba poniendo problema tras problema, incluso se sentía como si estuviera hablando con su madre mientras le  recriminaba.

- Eres sumamente aburrido, vamos, acaso ni siquiera compras dulces?

- A veces mi profesor de artes me da algunos cuando saco buenas calificaciones - no pudo evitar usar un tono algo apenado al mencionar eso

- Tú... profesor? Y tú papá qué? - dijo un poco más frustrado que antes

- Papá... no puede, es muy caro y no me lo puedo permitir 

El chico ya estaba hasta el borde de sus nervios solo por escuchar al chico que tenia a su lado, pero al escuchar esa frase se sintió sumamente molesto, no entendía mucho pero una furia interna empezaba a crecer al pensar en lo que ese chico con gorro le estaba hablando, y no estaba dispuesto a tragarse dicha furia.

- Tu papá es un tacaño - dijo con tono molesto

- Oye, no hables mal de papá, él... hace lo que puede 

- Pero no te permite comprar dulces, mamá se enoja a veces pero también tiene sus momentos donde me regala cosas, tu papá parece que nunca te da nada

- Papá me da para comer y me compra ropa, quisiera que estuviera más tiempo en casa pero siempre me dice que si no trabaja no tendremos para comer

- Suena como si no quisiera estar contigo 

Eso molesto al muchacho, bastante.

- Oye, ya te dije, papá solo esta ocupado, él me quiere

- Y si tanto te quiere donde está?

La molestia que se mostraba en el rostro del chico con gorro se esfumo en parte, pues sabía que su explicación era a medias y no tenia como debatirle esa última parte, por lo que volteo dándole la espalda al chico que le estaba encarando con el objetivo de irse, algo que se vio frustrado debido a que este muchacho le agarro del brazo.

Estaba molesto y algo triste por aquel comentario así que no se iba a tomar muy bien que el chico le hubiese tomado impidiéndole caminar con tranquilidad por lo que, frustrado, se volvió a dar vuelta en su dirección, solo para ver al chico con una cara arrepentida.

- Yo... lo siento, no debí decir eso

- Sonabas muy convencido de lo que casi me gritabas - tanto su tono como mirada mostraban su molestia, algo que era en parte apaciguado por la expresión del chico

- Si, y no me siento muy feliz por eso - suelta el agarre de su brazo - sabes, tanto mamá y papá se esfuerzan para que yo este bien, sobre todo papá... yo no debí decir eso, fue tonto de mi parte

- Si tu papá se esfuerza tanto, porque insultaste al mío?

- Papá también trabaja mucho, tanto que no lo veo desde hace años, mamá dice que su trabajo en el cielo es muy demandante y por eso no ha podido venir a verme en todos estos años, por lo que cuando dijiste que tu papá pese a que trabajaba tanto estaba aqui... yo... creo que sentí celos...

Eso volvió el ambiente incomodo para ambos niños, sobre todo para el chico que había comenzado con aquella discusión que solo había terminado abriendo una herida en ambos, debido a eso la conversación murió rápidamente, incluso algunos compradores que pasaban por ahí vieron las incomodas miradas que intercambiaban los pequeños de seis años.

Incluso la madre del muchacho quien estaba observando los acontecimientos estaba en silencio tras esas palabras,  fingiendo que no veía a su hijo, había escuchado todo y casi intervenido un par de veces cuando sentía que las palabras estaban subiendo de tono, pero al escuchar a su hijo sintió un pequeño dolor en el pecho, sobre todo por el tono dolido que había usado este, pero apreciaba como este se había dado cuenta de su error e intentado enmendarlo disculpándose, por lo que decidió velar por qué su hijo supiera manejar hasta el final eso, dando media vuelta y alejándose a seguir con las compras.

Le iba a dar ese pequeño voto de confianza.

- Tú al menos sabes donde están tanto tu papá como tu mamá, yo solo se donde esta papá, jamás me ha hablado de mamá, creo que no tengo de hecho

Ese fue el momento donde el muchachito sintió un enorme vació en su estomago.

- Creo que por eso tú mamá puede darte cosas, aun cuando tu papá no esta cerca les apoya, mientras que yo solo tengo a papá, y parece que eso ya es mucho para él - gira su cabeza para mirar la caja que había comenzado esa pequeña discusión - yo creo que por eso me voy a tener que conformar con ver el cereal como siempre - vuelve a mirarle a fijamente a su rostro - pero no te preocupes, no sería la primera vez y ya estoy acostumbrado, además que ya se me hace tarde y si no encuentro rápidamente a papá puede que se olvide que le acompañe a comprar y tenga que volver a pie a casa

Dicho esto se volteo y comenzó a alejarse rápidamente, aunque fuera un momento pudo ver como la expresión de ese niño volvió a la de seriedad con la que le había visto en un inicio y solo le causo más dolor al pobre chico, quien ya se sentía horriblemente mal por haberle insultado de esa forma cuando el conoce ese mismo dolor, sabe que más de una vez por su propia forma de hablar había herido a otras personas terminando con las pocas amistades que antes había formado y si le había hecho tanto daño a sus "amigos", ni siquiera quería imaginar cuanto daño le había hecho a aquel desconocido.

Giro su cabeza y volvió a ver la caja de cereal, solo que esta vez lo hizo con una mirada decidida.

Solo esperaba que todavía tuviese tiempo.


20 minutos después 

El chico y su madre salían del local con la madre empujando el carrito con las bolsas de su compra y el chico observando a todos lados con la esperanza de encontrar al chico del gorro, al no encontrarlo en la zona de los cajeros se había llevado una ligera decepción, pero al salir y tampoco encontrarlo la decepción le domino por completo.

Mientras su madre guardaba los abarrotes en el coche el estaba por dirigirse hacia la puerta trasera del mismo, solo que al aproximarse a esta pudo ver una pequeña mancha blanca que resaltaba desde un arbusto cercano, lo que le llamo profundamente la atención y sin dudar se dirigió a este.

Al llegar pudo notar que tras el arbusto había una banca donde estaba sentado el chico que había estado buscando, mirando hacía la calle tranquilamente mientras jugueteaba con sus piernas suspendidas en el aire, al verle no tardo mucho antes de tomar la decisión de acercarse. Cuando estuvo lo suficientemente cerca el chico se dio cuenta de su presencia y le miro fijamente, deteniendo en el acto su juego con las piernas.

- Hey, te vuelvo a ver chico del gorro

- Se te olvido decirme algo? - su tono fue seco, tanto como su mirada

- Ok, me lo merezco - se acerca y se sube a la banca para quedar sentado junto a él, al ver que este no le rechazo ni se alejo termino suspirando aliviado - sigo arrepentido de lo que te dije

- Ya no importa, al final puede que tuvieras algo de razón

- Y por qué dices eso? - no pudo ocultar la sorpresa en sus palabras

- Él no estaba, se olvido que me trajo para comprar las cosas, además me había advertido que una vez llegara con las compras tendría que ir a trabajar así que tampoco estará en casa, quizás no mentías y de verdad no quiere estar conmigo

- O...oye, lo que dije fue una tontería, estoy seguro que tú papá esta preocupado por ti y te quiere, quizás, ya sabes, solo es tonto o tiene sueño

Al decir esto tardo unos segundos en darse cuenta que acababa de insultar nuevamente al padre del chico, sintiendo una profunda vergüenza y rabia contra si mismo cerro los ojos, esperando que el chico estuviera tan molesto ahora que quisiese golpearle y lo aceptaría, pues sentía que se lo merecía.

Espero por unos segundos pero al no sentir nada abrió lentamente uno de sus ojos, solo para ver como el chico reía levemente, abriendo de golpe el otro y poniendo una rostro de incredibilidad absoluta.

- Jejeje, puede que tengas razón - decía con un tono suave, demostrando que no estaba molesto

- La tengo? - decía sin ser capaz de salir de ese estado de estupefacción

- Papá me quiere, solo es tonto y tiene sueño no? él no me ignora porque quiera, solo esta cansado, no es así?

- S...si, supongo

- Entonces - le regala una sonrisa al chico, mostrando su prominente diente frontal - todo esta bien, aunque ahora debo caminar a casa

- Si quieres - era claro el tono de duda en su voz - puedo pedirle a mamá que te lleve, ya sabes... - con un tono arrepentido - como disculpa

Al escuchar se quedo pensante unos segundos, no había duda que las interacciones con ese chico habían empezado fatal, pero las últimas palabras le habían quitado un peso de encima y ahora le podría hacer un enorme favor, y por como era su situación realmente no tenia mucho que perder.

- Yo, bueno, acepto

- Genial, le preguntare a mamá, ven conmigo - y sin pensarlo mucho le toma de la mano solo para jalarlo hasta donde estaba su madre

Para suerte del chico la madre acepto inmediatamente al notar que era el mismo de antes, además que le causo gracia la apariencia de este ahora que pudo verle en detalle, pues pensó que si el gorro del niño fuese de un color dorado y en vez de pantalones cortos fueran largos sería casi idéntico a su hijo, pese a esto ninguno de los niños comentó sobre ello manteniendo una conversación más bien pobre durante el camino, algunas cosas casi al azar, pero que poco a poco tomaban más confianza para hablarse, no fue demasiado tampoco, pero ya no había tanta incomodidad.

Al llegar al edificio donde vivía el pequeño del gorro blanco este agradeció por el viaje tanto a la mujer como al chico, solo que este último le tomo del brazo nuevamente mientras intentaba salir del coche.

- Sabes, estuve pensando que yo realmente no me porte muy bien contigo

- Oye, ya lo hablamos, no hay problema, además me trajeron a casa, eso ya es mucho

- Aun así, yo... - se sentía como se avergonzaba ligeramente - quería disculparme otra vez y pensé... ya sabes, no es justo que solo veas las cajas de cereal... y bueno, yo ya lo he probado, pero tú no... y, bueno - se acerca a una de las bolsas con abarrotes y saca la caja de cereal que el chico había visto en el mercado - yo creí que te agradaría probar el cereal

Tanto la madre como el muchacho estaban sumamente sorprendidos del ofrecimiento que había hecho el muchacho además de ver lo avergonzado que se encontraba en ese momento mientras ofrecía aquel envase de cereal, sobre todo el pequeño quien no esperaba tal regalo, ni menos de alguien que apenas si le conocía, provocando un silencio que duro unos minutos de completa incomodidad para el muchachito rubio.

- No es justo

- Uh? cómo? no quieres el cereal?

- No es eso, no es justo que hagas todo esto y te quedes sin nada

- Pero ya te dije que yo he probado el cereal y...

- Aun así... YA SÉ 

Pese al pequeño sobresalto que le provoco al muchacho del cereal este no dejo de ver al chico, quien se llevo una de sus manos a la cabeza sacándose aquel gorro blanco que llevaba mostrando una blanca cabellera de color similar, algo que sorprendió un poco a la pareja madre hijo, pues no esperaban que ese fuese el color del cabello del muchacho.

- Tu me das el cereal y yo te doy mi gorro, te parece? - dijo con una nueva y radiante sonrisa en su rostro

- Es...estás seguro? Después de lo que te dije? 

- Bueno, si me dolió, pero ya me di cuenta que no eres mala persona, así que - le vuelve a acercar la mano con el gorro blanco - mi nombre es Lincoln

No lo iba a pensar mucho, por lo que puso una sonrisa en su rostro y con una mano tomo el gorro mientras que con la otra le dio la caja del cereal.

- Jayden

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