¿Avanzando?

Lori observaba como hablaba Rita, su vista se centraba únicamente en como los labios de esta se movía y nada más, podía imaginar la expresión arrogante de esta envuelta en el veneno de sus palabras luego del "reporte" de la situación en la casa, si podía destacar algo es que esa misma semana sería dada de alta aunque tendría que volver y guardar cama, fuera de eso todo lo que podía escuchar provenir de aquella nociva boca era estática, como si fuese un ruido blanco incapaz de entender.

Cuando notaba que parecía esperar una respuesta daba algún monosílabo afirmativo, bien podría estar aceptando ser vendida como esclava por dinero y estaría aceptando de lo más tranquila pero era lo de menos, estaba acostumbrada en ese punto de su vida a escucharla decir solo lo que le convenía, así siempre fue con su padre y había entendido que ahora ese lugar lo había abarcado ella, lo había comprendido bastante bien la noche anterior.

Mientras miraba a su hermanita había comprendido bastantes cosas, incluso el trato que hizo inicialmente con ella no servía de nada, alguien como Rita solo diría cosas convenientes de las cuales no podría fiarse ni siquiera cuando se tratase de la memoria de alguien tan bueno como su padre, de hecho, era peor porque se trataba precisamente de la memoria de ese buen hombre.

Al pensar eso el rostro de su hermanita comenzó a aparecer en su mente, ese rostro tan bello, tan puro e inocente, aquello si era algo por lo que una persona tendría que esforzarse, el día anterior al verla pensó que solo había sido un espejismo el cual desaparecería en el momento que la tocase pero recordar el tacto de aquellas suaves mejillas era suficiente para calmarla, despertar a su lado mientras la abrazaba con fuerza una absoluta confirmación que no era un cruel sueño, no, ella no era Lola, esa era Lana, pero era tan parecida, no lograba encontrar diferencias, ¿Realmente era Lana? Quizás todo el tiempo se confundieron...

Un leve suspiro termino con ese pensamiento, no lograba ganar nada pensando demasiado esas cosas, cosas tan simples de ver, tal como era ver el que aquella mujer frente a ella había dejado de hablar finalmente para mirarla seriamente.

- ¿Paso algo?

- ¿Realmente me estás escuchando Lori?

- Si, claro, por eso estoy aquí.

Rita miro seriamente a Lori una última vez.

- Entonces supongo que mejor me detengo aquí, la próxima pieza de información será cuando vuelva a casa en unos días, ¿Podrás con la espera?

- (Indiferente) Voy a tener que hacerlo, ¿No?

Aquellas respuestas monótonas no terminaban de convencer a Rita, pero si Lori no iba a cooperar correctamente tampoco tenía porque perder ella el tiempo hablándole a una estatua.

- Bien, recuerda llevar el retrato a la habitación de Leni, no lo olvides.

- También es mi habitación, no lo voy a olvidar.

- Ajá... entonces vete de una vez.

No habían más palabras que decirse, una despedida en ese punto era hipocresía pura entre ambas de un juego que ya no les interesaba continuar, las cosas habían quedado claras y solo buscaban perseguir metas donde la otra era necesaria de alguna manera, Lori lo sabía, finalmente lo veía tan claramente que se sentía estúpida por tardarse tanto en darse cuenta, pero si algo había aprendido de Rita es que no conseguía nada con enojarse por ello, después de todo, aquellas estupideces eran las que terminaban devolviéndose.

No era karma, no había una justicia a la que apegarse o moralidad que la defendiera, todo se trataba de como sacar beneficio a las situaciones y el como los demás podían servir a ello.

Su única justicia en ese momento era proteger al ángel que acababa de recuperar.


En ese momento, centro de Royal Woods

Si Leonard no hubiese convivido y hablado con Lucy antes podría jurar que era un maniquí o una muñeca muy realista lo que estaba sentado a su lado, la niña apenas si reaccionaba a los estímulos exteriores al vehículo y no había hablado en todo el trayecto, como si desde que Lincoln se había bajado en la casa de su amiguito esta hubiese perdido todo rastro de vida y estuviese esperando que una vez detenido el vehículo este la tomase y llevase a casa para dejarla en alguna vitrina.

Había soportado una dura vida en el mar, había visto la fuerza de la naturaleza atentar contra suya en más de una ocasión y a personas del tamaño de osos aproximársele con intenciones asesinas, pero en ninguna de esas ocasiones estuvo tan nervioso como el viaje con aquella muñeca que se hacía llamar nieta suya.

Llegar a la casa donde vivía la niña no dejaba de ser extraño, era extraño lo nítido que era su recuerdo del momento en que la compro y obsequio a su hijo y pareja de ese momento, lo que no terminaba de entender era como podría caber una familia tan grande en ese lugar, y sobre todo, intentaba imaginar cuantas memorias podrían haber sobrevivido en ese lugar que involucrasen a su hijo.

¿Había sido feliz allí? ¿Habría hecho algo agradable durante el tiempo que estuvo vivo? Sabía tan poco que era hasta desesperante, quería saber del último tiempo de su hijo pero su nieto parecía renuente a hablar, aquella fría forma de expresarse le había indicado que bien no lo había pasado pero también estaba toda esa barrera que mostraba contra las demás, si podía intuir algo es que Lincoln se había mantenido lejos de ese lugar, ¿Pero habían recuerdos de Lynn allí? Esa era su mayor interrogante en ese momento.

- Oye pequeña, se que no nos conocemos pero...

Cuando volvió a centrarse en el asiento pudo notar que estaba completamente vació, ni siquiera había sentido el momento en que la puerta se había abierto para dejar salir a la niña, todo lo que podía notar es que ahora el asiento estaba desocupado y él había hablado con la nada.

- ¿Cómo demonios lo hace? ¿Es un ninja o algo?

Si la persona con la que tenía un mínimo de lazo había desaparecido así realmente no podía esperar demasiado de cualquier otra fuente el obtener un mínimo de información por lo que arranco el motor con la intención de volver a donde se estaba quedando, preparar algo para Lincoln o lo que fuese, tiempo era algo de lo que tenía en una desagradable cantidad, pero al mirar de reojo una vez más a la casa termino apagando el motor.

- Si esa tipa no está, bien podría intentarlo.

Caminar por la acera de acceso no se sintió nostálgico como pensó que sería, el césped mostraba signos de no haber sido debidamente mantenido en un tiempo, polvo podía encontrarse distribuido por parte de la fachada y la casa mostraba signos menores de deterioro, solo la zona del acceso mostraba un mejor estado, un rápido vistazo al garaje solo reforzo su pensamiento sobre el descuidado estado del lugar y aun con todo, era incapaz de sentir alguna sensación de aprecio o agrado por esta, ni siquiera cuando intento emular sus recuerdos de visitar el lugar tanto tiempo atrás.

Si tuviese que ponerlo de otra forma, no podía encontrar nada que le asemejase a un buen recuerdo del lugar o la buena intención que tuvo tiempo atrás cuando lo conoció por primera vez, pasar su dedo por la empolvada mampara de acceso solo reforzo aquella poca sensación de apego que podía guardar por el edificio.

Pensó en retroceder, no había forma que algún habitante del lugar siquiera le conociese, pero era la realidad que vivió su hijo en sus últimos días y, quizás, viviéndolo podría encontrar algo que le hiciese sentir un poco más vivo aquel recuerdo que luchaba por recuperar, así fue como termino levantando su mano y pulsando el timbre.

- ¡Ahg!

Al pulsarlo sintió una descarga en su dedo, mirando enfadado el botón dio un paso atrás, momento en el que pudo notar como un poco de humo comenzó a salir de este.

- ¿Eh?

- ¡Cuidado!

Desde el interior de la casa pudo escuchar una voz que incremento su fuerza rápidamente, momento en que la puerta fue abierta por una muchacha castaña con una blusa morada la cual tomo el timbre con un grueso guante antes de tirarlo con fuerza la tapa que lo protegía y darle un rápido arreglo en forma de arrancarlo antes de lanzarlo a la acera de acceso.

- Lo siento señor, el timbre ha estado fallando desde que mi hermana menor intento modificarlo para hacerle bromas a las visitas y creo que el aviso de no tocarlo debió caerse.

La adolescente le miró con algo de pena, Leonard solo la observo en silencio por un momento muy fijamente, logrando incomodar a la castaña.

- B..Bueno, ¿Qué necesita señor?

- ¿Eres hija de Lynn Loud?

Al escuchar ese nombre pudo notar que la expresión de la adolescente se ensombreció ligeramente, mostrándose con cautela ante el hombre frente a ella mientras retrocedía lentamente rumbo a la puerta con la intención de cerrarla ante cualquier movimiento extraño.

- ¿Por qué pregunta?

- Me llamo Leonard Loud, padre de Lynn, lo que vendría a ser tu abuelo, ¿Podemos conversar?

Luna no conocía a muchos miembros de su familia fuera de sus figuras paternas, había escuchado algunas veces hablar a su madre de tener una tía por ahí y ya, su historia familiar se reducía a eso hasta que repentinamente conoció a un salvaje que le dio una paliza de muerte a su hermana mayor que resulto ser su abuelo materno y un hombre que parecía tratar todo con seriedad y lógica que resulto ser su tío paterno, si bien su visión de este ultimo había cambiado gracias a algunas conversaciones que tuvo con Lori y las palabras que aun resonaban en su cabeza por parte de este seguía siendo una persona relativamente desconocida para ella, su conocimiento de su familia fuera de sus hermanas era escaso y ahora tenía frente a ella a una persona que proclamaba ser su abuelo, su cerebro no terminaba de razonar que debía, más su brazo actuó más rápido que este y un movimiento repentino cerro la puerta, dejando al anciano fuera.

- Supongo que pudo salir peor.

Leonard no esperaba una cálida bienvenida, era un desconocido en toda regla y su presencia podía incluso ser inoportuna, por lo que en vez de lamentarse termino dando media vuelta, caminando hacia su vehículo pensando en cuál sería su siguiente movimiento, más al llegar al asiento del piloto su cerebro no respondió a su pregunta, quedándose allí como si se hubiese congelado por un momento solo mirando el manubrio frente a él.

- No esperaba ser recibido de buena manera, pero supongo que sigue doliendo un poco.

Mientras Leonard meditaba en el vehículo, Luna observaba de reojo desde el interior de la casa, aquella sorpresiva visita le había sorprendido y llenado de confusión, había sido una aparición sobre todo repentina y por lo que tenía entendido esa parte de su familia solo tenía como objetivo llevarse a Lincoln, o al menos su tío había demostrado eso, su contacto había sido nulo desde hace tiempo y Lori era quien mencionaba su nombre algunas veces por lo que si ese "abuelo" ya había interactuado con esta le era desconocido.

- ¿Sigue ahí? - Luan miraba a su lado sin mostrar mucha emoción, tampoco preocupación, era una mirada completamente analítica.

- Si, no quiere irse, quizás vino a buscar a Lincoln.

- Pero ese niño no está, le iré a decir que se vaya.

- Luan, quieta.

- ¿Por qué? Ya es extraño que este ahí quieto, quizás tenga algo extraño en mente.

- ¿Y quieres llamar a la policía acaso?

- No, pero al menos decirle que ese niño no está para que se aleje.

- ¿Y tiene otras intenciones?

- ¿Qué puede hacer un anciano salido de la nada?

Luna nunca había entrado en demasiados detalles con Luan sobre los eventos anteriores, incluso cuando habían decidido hablar más habían cosas que sentía eran demasiado para alguien como ella y uno de esos es el recuerdo que almacenaba de aquella pelea donde conoció a su abuelo materno y su tío paterno, no solo era un momento muy duro para ella por la noticia de aquel día, sino que recordar la brutal golpiza que su hermana recibió era algo que, aunque había decidido confiar en Lincoln, no era lo mismo con ese anciano, aquella silueta robusta golpeando a su hermana incluso se le había aparecido en algunas noches mientras descansaba en forma de una sombra vil que la amenazaba en sus sueños, había pasado tiempo desde la última pesadilla así, pero la idea de confiar tan fácilmente en otro anciano no le era sencilla, menos cuando no le terminaban de agradar las posibles intenciones que este podía tener con su hogar.

- Solo déjalo estar, ya se irá o tal vez Lori lo haga retirarse cuando vuelva.

- ¿Y volverá antes del anochecer? Estoy perdida respecto a sus turnos.

- No lo sé, ni siquiera... se si sigue trabajando.

- ¿Cómo?

- Eso no importa. - Luna fingió tener más confianza de la que realmente sentía y fingiendo estar más relajada se levanto y mostró una sonrisa a Luan mientras la tomaba de los hombros. - Si no te agrada yo iré a hablar con él, pero prométeme que no irás detrás de mí.

- ¿Por qué? Podría ayudarte.

- Luan, apreció la intención, pero no sabemos las inten...

Los ojos de ambas hermanas se encontraron, aquella expresión sería y llena de determinación de su hermana era algo casi nuevo para ella, Luan no destacaba mucho por ello, incluso en su mente solo podía verla como un agente del caos, pero, ¿Acaso ella no lo fue también? Negando con la cabeza a sus propios pensamientos Luna aflojó el agarre, pensando en que no podía romper su palabra de esa forma, no podía excluirla cuando tanto le serviría algo de apoyo en ese momento, por lo que una vez sus manos terminaron de caer por su propio peso estás se dirigieron a encontrarse con las manos de Luan, tomándolas con fuerza.

- Me cuesta recordar que te quieres esforzar en ser una mejor versión de ti hermanita, acompáñame por favor.

La mirada de Luan se ilumino por un momento, devolviendo el apretón de manos ante aquella muestra de confianza la cual lucho por rápidamente apagar y mostrar una expresión seria.

- Si, por supuesto, para eso estamos las hermanas mayores.

- (Pensando) Debería ser más honesta consigo misma. - A Luan. - Bueno, vamos.

- Espera, déjame ir por algo al cuarto.

- ¿Ok?

Tan rápido como pudo, saltando de a varios escalones a la vez, Luan llego velozmente al segundo piso y girando a la izquierda con rumbo a su cuarto, pero al acercarse a su habitación, la puerta frente a esta fue abierta, asomándose una temblorosa Leni quién al sentir el rápido movimiento de abrir la puerta de Luan termino por asustarse, algo que Luan notó, pues la joven rubia termino por caer hacía atrás, dando un pequeño quejido cuando su trasero impacto la alfombra.

Luan pensó en devolverse a ayudarla por un momento, pero no quería hacer esperar a Luna y, sobre todo, no quería meterse en problemas por hablar innecesariamente con... ella.

Dentro de su cuarto se dirigió al armario donde guardaba varias de sus artículos de broma y otras cosas personales, revolviendo rápidamente una de las cajas para sacar un pequeño bote de spray el cual metió en el bolsillo de su sudadera.

- Luna verá que no soy solo una niña indefensa y seguro que confiará más en mí.

Con el objeto en el bolsillo procedió a salir del cuarto, notando que Leni ya se había levantado para ese momento, solo que veía en dirección al pasillo con cautela.

- O..Oye, hermana.

- (Fastidiada) ¿Qué paso Leni?

- Ese vehículo, el de afuera, ¿O..Ocurre algo malo?

- Es solo un anciano extraño, iré a lidiar con él.

- ¿Un anciano?

Luan no se detuvo a contestarle, no quería hacer esperar a Luna por lo que Leni quedo con aquel hilo de voz saliendo de su boca sin respuesta, extendiendo su mano como si intentase aferrarse a la muchacha la cual se alejo antes de lo que esta pudo reaccionar.

- Un anciano, otro anciano, está fuera, está cerca.

Los pocos pasos que pudo dar fuera del cuarto fueron retrocedidos con velocidad antes de cerrar la puerta de golpe, apoyándose en esta mientras podía sentir como su corazón latía más rápidamente.

- Vino un anciano, vino un anciano, vino un anciano...

Su respiración se volvió irregular mientras podía sentir como en su frente comenzaba a acumularse sudor frío, su cuerpo reaccionaba sin que ella pudiese entender que ocurría su mandíbula inferior se negaba a detenerse y su visión se volvió borrosa, cerrando sus ojos a la par del temblor que comenzó a estremecer todo su cuerpo, tapando su temblorosa boca en un esfuerzo por ocultar cualquier sonido, luchaba contra su irregular respiración ya que no quería ser escuchada, comenzó a golpearse el pecho por el terror que ese potente golpeteo que escuchaba en su cabeza se callase, no necesitaba ser tan visible, tan escuchable.

Todo lo que necesitaba era no estar allí, ser invisible.

- Si ese anciano me escucha va a...

Desde fuera de la habitación, solo pudo escucharse algunos golpes contra la puerta, lastimosamente, tal como Leni deseaba, no había nadie allí que la escuchase.

Mientras cerca de la puerta Luna observaba como bajaba su hermana por la escalera, aunque algo que llamo su atención es ver como Lisa parecía asomarse desde el segundo piso, con gran parte de su cuerpo oculto tras el muro mientras le daba una de las miradas más serias que había visto en la niña, entendiendo ahora que se estaba esforzando por observar que ocurría a Luna le preocupo que esta pudiese intentar descender por la escalera sin ayuda, pero para el momento en que Luan termino de bajar la niña había desaparecido.

- Listo, vamos. - Preocupada. - ¿Luna?

- No es nada Luan, ¿Qué fuiste a buscar?

- Algo para estar más segura, eso es todo. - La muchacha solo sonrió, metiendo sus manos en su sudadera. - Vamos a hacerle pasar un mal rato.

Luna solo miró extrañada a su hermanita, algo que se pudo notar en su expresión.

- Solo iremos a ver porque no se va aún, por favor no le hagas ninguna broma pesada.

- Esta bien. - Y le guiño el ojo.

- (Pensando) Estoy preocupada.

Con más expectativa que seguridad, Luna abrió la puerta y se dirigió hasta el vehículo, se esforzaba por no pensar demasiado en las posibilidades que pudiese ocurrir, pero había centrado su mente en pensar que cuando le dirigió la palabra minutos antes el anciano no parecía molesto ni agresivo, le daba más una sensación de estar meditando, algo que pudo notar cuando se acerco lo suficiente y pudo notarlo nuevamente, observando fijo hacía el frente mientras se aferraba al manubrio pese a que el motor estaba detenido, como si se hubiese congelado allí en el momento en que adopto esa postura, para no exaltarlo Luna comenzó a hacer algunas señas con la mano para llamar su atención, pero a los pocos segundos de no resultar en una reacción de Leonard fue Luan quien comenzó a golpear el cristal de la ventana del vehículo, logrando finalmente llamar su atención.

Luna miro con algo de molestia a Luan, pero esta ni siquiera lo noto, inclusive se notaba más alegre por el hecho de haber conseguido la atención del anciano el cual las miró por un momento extrañado hasta que finalmente decidió bajar la ventana del asiento del copiloto que era donde las muchachas se habían congregado.

- Hola se...

- (Agresiva) ¿A que viniste anciano? ¿Viniste por ese niño acaso?

- (Molesta) Luan.

- ¿Qué? Es mejor aclarar las cosas directamente.

- Que... jovencita tan directa y maleducada.

- ¡Oiga!

- Bueno, él tiene un punto Luan.

- ¡No lo apoyes!

- Mejor déjame a mi hablar con él Luan. - Luna se volteó hacia Leonard, mirando que se encontraba algo aturdido. - Escuche señor, se que dijo que estaba relacionado con papá, pero tengo mis dudas con respecto a que está haciendo aquí.

- ¿Viene a llevarse a ese mocoso?

- (Molesta) ¡Luan!

La mencionada se cruzo de brazos, haciendo una mueca con la boca mientras Luna suspiraba cansada.

- Por favor respóndame, ¿A que vino exactamente?

- Bueno, dejando de lado que primero debiste presentarte, yo volveré a hacerlo, mi nombre es Leonard Keith Loud, padre de Lynn Owen Loud y Leopoldo Kieran Loud, si ustedes son hijas de Lynn, eso las haría mis nietas.

- (Simultáneamente) ¿El segundo nombre de papá era Owen?

- (Confundido) ¿No saben el segundo nombre de su padre?

- Bueno. - Luna tomo la iniciativa. - Papá no era de hablar mucho de él mismo.

- Aun así no saber el nombre... no importa, ¿Les basta eso para escucharme?

Ambas adolescentes se miraron confundidas por un momento aun asimilando esa situación, el como no sabían cual era el segundo nombre de su padre como para poder usarlo a modo de corroborar la cuartada de ese anciano, tampoco a ninguna se le ocurría algún documento o persona a la que preguntarle en ese momento para corroborar, siendo nuevamente Luna quien decidió tomar la iniciativa.

- C..Claro que lo sabía, solo era que... que hace mucho no lo escuchaba, eso es todo, Whatever! ¿A que vino señor?

- Vine a dejar a su hermanita pequeña, esta... no recuerdo bien su nombre... Lucy, eso, de alguna manera se había colado en el vehículo cuando vine por Lincoln en la mañana y tenía que traerla devuelta.

- ¿En serio quiere que crea que se llevo a dos niños pequeños de esta casa así como si nada sin que nos diéramos cuenta? Además de que saber el nombre de precisamente la niña con menos presencia en casa para justificarse, me huele a excusa. - Luan no dudo en usar un tono soberbio para hablarle, mostrando evidente hostilidad contra Leonard.

- ¿Se llevo a Lincoln? - Luna, en cambio, se mostro más preocupada. - Pero no me aviso, digo, le dije que podíamos hablar.

- Yo le llame de improviso para invitarle a desayunar y lo pase a buscar, actualmente esta en la casa de su amiguito, un muchachito de nombre Jeremy creo, o Jayden, no recuerdo bien.

- Bueno, digamos que efectivamente solo vino a dejar a esa niña, ¿Por qué sigue aquí? - Luan ante la nula reacción de su hermana fue quien retomo el mando de la conversación.

- Eso es... sigh, mi muchacho debió pasar tiempo aquí, tengo muchas dudas y yo... quería ver si podía darle un vistazo al lugar, me gustaría... saber qué vida llevo aquí.

- Una muy feliz, se lo puedo asegurar, papá fue siempre el mejor y siempre nos demostró mucho... amor...

La confianza así como la sonrisa con la que Luan inicialmente comenzó a decir esas palabras rápidamente se tornaron pesadas de pronunciar, el contenido de ese libro resonó en su cabeza cuando pensó en lo "queridas" que eran por su padre, aquellas notas de arrepentimiento por ese peliblanco también pesaron más en su corazón, sus recuerdos estaban inundados de acciones y gestos de su padre para demostrar el profundo amor que les tenía y con el cual ella podía suplir tranquilamente cualquier cosa, era su padre, su amigo, su refugio, no quería separarse de esa imagen que había formado en la memoria pero aquellas palabras cual corrosivo veneno parecían derretir lentamente esa protección, esa jaula en la que había encapsulado sus recuerdos.

- Ya veo, seguramente lo fue, ese niño aunque cruel siempre los prefirió a ustedes después de todo.

- ¿De que habla?

- Es una larga historia.

- A mi... me gustaría escucharla.

Aunque Luna se había mantenido callada ver esa reacción tan rápida en Luan le sorprendió, peor considerando la agresiva reacción con la que había recibido al anciano inicialmente, para Luan esas palabras fueron extrañamente reconfortantes, con la memoria de su padre cada vez más erosionada eso parecía un pequeño oasis en su mente, las palabras de alguien que proclamaba cercanía y conocer a esa persona que tanto amaba la cual podría reforzar su pensamiento sobre aquel amoroso padre eran más que suficiente para dejarle entrar.

- Entonces si gusta, - Luna hablo con un tono más calmado. - ¿Quisiera entrar a conversar?

- ¿Puedo?

- Le seré honesta, como están las cosas preferiría que no, pero creo que esto le haría bien a Luan.

- Entonces aceptare la oferta, además de que quería conversar con ustedes sobre el futuro de Lincoln, ¿Tú eres la mayor?

- N... Se podría decir que sí en este momento.

- Bien, entonces ahora tengo varias cosas que conversar con ustedes.


Minutos después, centro de Royal Woods

Lori observaba el cielo sin mucho interés mientras se dirigía a su hogar, otrora habría escatimado en sus gastos y bien hubiese caminado o tomado el bus para acercarse desde el hospital, pero no tenía tiempo para eso, la imagen de la pequeña seguía fresca en su cabeza y no tenía deseos de quitarla, quería disfrutarla, no le importaba si era un espejismo culpa del alcohol que bebió el día anterior o realmente había sido un milagro, pero era una imagen que necesitaba corroborar, quería pensar en aquella vista que tuvo al despertar, verla recostada a su lado mientras dormía plácidamente, ¿Era Lola? ¿Era Lana? Su mente parecía jugar con ella entre más lo pensaba y más buscaba aferrarse a una bella imagen del reencuentro deseado con aquel ángel que le había abandonado antes.

Podía ser un sueño ridículo, pero mientras no se asegurará, la esperanza era lo único que no quería dejar morir.

- Es algo tan irracional, Lola ya no está.

Aquellas palabras se deslizaron por su lengua sin siquiera meditarlo demasiado, pero fue el momento en que esta detuvieron su mente por un momento, si quería pensar en que todo era un sueño o un espejismo estaba bien, pero la realidad era otra, era una mucho más cruel y gris en un mundo que simplemente era horrible y asqueroso, uno que permitía que gente como Rita caminasen impunes por el mundo mientras que personas honradas como su padre eran victimas de estás, y lo peor de todo es que ya no podía hacer realmente nada, podía intentar olvidarse de Lola, podía intentar pensar que esa niña que vio en la noche era Lola, ambos pensamientos estaban llenos de remordimiento hacia su interior mientras que Rita le intentaba llenar la cabeza de ideas extrañas, se dejo llevar por sus sentimientos y no tardo en darse cuenta que todo lo que escupía era veneno, palabras desagradables de una mujer peor que eso, quería manchar la imagen de su padre, eso era un hecho, también quería preservar la integridad de su niñita especial, ver a Leni siempre había sido el ver a otra victima más cuya atención era extrañamente diferente al del resto de la familia y ya, pero ahora lo veía con más claridad, Leni no solo era su hermana menor, era algo importante en la vida de Rita, no era solo un informante o un grillete como llego a pensar muchas veces, era algo que realmente le importaba.

De otro modo, no habría preguntado por ella de forma sutil cada día durante su estancia en aquel hospital.

¿Cuál era su problema? Leni era su hermana menor, para dañar a Rita debería de atreverse a dañar a esa persona inocente, ¿Pero acaso su padre no era alguien inocente también? ¿Lola no era una niña inocente y gentil que se esfumo muy pronto?

Esa bella sonrisa, ese suave rostro... no tenía por qué perderlo.

Si seguía esforzándose tanto, al menos debería hacerlo con aquellos que si importaban, si era Lola o Lana, ¿Importaba acaso? Esa era una niña muy especial de la cual no estaba preparada para separarse y pudo obtener aunque fuese una pequeña visión de ella la noche anterior, ¿Eso será suficiente para ella?

Definitivamente.

Solo tenía que tener cuidado esta vez, descuido demasiado a esa pequeña la vez pasada, dejo que manos extrañas no capacitadas se preocupasen por ella y ese fue el resultado, no tenía porque cometer ese mismo error otra vez.

Si de esa forma podía recuperar aquella sonrisa que le daba confort en sus momentos más oscuros no tenía más motivos para seguir dudando sobre la integridad de aquello, no era una visión o un espejismo, era ella, su niñita especial, viva, cerca de ella, era tan extrañamente claro ahora.

Su expresión se aflojo mientras más pensaba en ello, era su Lola, no tenía necesidad de pensar más en ello, no iba a dudar, no iba a cuestionar, era una oportunidad que ella no iba a desperdiciar.

Pero debía protegerla, las demás eran incompetentes para cuidar a alguien tan delicado, Rita era un peligro viviente y ese niño solo traía problemas a donde sea que fuese, cuando su padre sufría ella solo espero que este solucionase todo como siempre lo hacía, cuando intento solucionar los problemas no pensó demasiado y lo siguiente que hizo fue tener que pedir que se cavase otra tumba, esta vez haría bien las cosas, de ser necesario, tendría que usar lo que Rita le lego durante toda su vida.

Y con una convicción renovada fue que llego a su hogar, pagándole al conductor se bajo y observo firme y tendido el edificio, Rita sería dada de alta en unos pocos días y la casa era un caos total, se había descuidado y tampoco tenía muchos recursos, mirando fijamente el hogar fue que deposito con calma su mano en aquel tatuaje que ahora cubría su brazo, casi como si hubiese hecho un pacto de sangre, jurando que desde ese momento no volvería a perder nada más, sin importar lo que tuviese que hacer, a lo que tuviese que recurrir o lo bajo que cayese, mientras su familia este bien, nada más importaría.

Después de todo, Rita le había enseñado bien hasta la fecha lo bajo que puede caer un humano.

Con eso en mente observo de reojo el vehículo estacionado frente a su hogar, no lo conocía pero podía hacerse una idea de quien podría ser por todo lo que su tío le había conversado, después de todo nadie más tendría el menor interés de acercarse a ese lugar ni menos en un vehículo que no se veía especialmente barato por lo que se encamino con una expresión severa dibujada en su cara al interior del hogar, abriendo la puerta con su llave solo para la sorpresa de que no había sido asegurada por dentro.

- Y después tenemos gente entrando y haciendo un desastre. - Escupió de su boca casi en un susurro para ella misma, entrando al lugar.

Luan se hallaba sentada junto a Luan quién se levanto de golpe al ver la puerta abrirse, a un lado, en uno de los sillones individuales, se hallaba sentado un hombre de aspecto sumamente avejentado el cual al revisar sus facciones pudo notar algunos rasgos similares a los de su difunto padre, tal como había dicho su tío antes, su abuelo había ido a visitarlos, muy posiblemente por ese niño peliblanco.

- (Preocupada) Lori, yo, esto...

El anciano se levanto con tranquilidad, mirando fijamente a los ojos a Lori.

- ¿Usted es Lori Marie Loud, cierto? Me presento, me llamo Leonard, soy tu abuelo paterno, finalmente nos conocemos.

- Mi tío Leo me ha hablado bastante de usted, debo admitir que también tenía ganas de conocerlo tras tanto tiempo.

Las palabras eran dichas con cordialidad y tranquilidad, pero algo en ese ambiente no terminaba de agradar a Luna quien sentía como la temperatura general decayó desde el momento en que su hermana menor puso un pie dentro del hogar.

- El abuelo nos estaba contando un poco de papá, ¿Quieres unírtenos? - Pero en cambio, Luan hablo con completa normalidad, mostrando pequeños atisbos de alegría al pronunciar tanto abuelo como papá.

- ¿Así que hablas de papá? Quién lo diría.

- ¿Acaso no puedo hablar de mi hijo en su hogar?

- Claro que puede señor, no era mi intención ofenderlo, ¿Acaso me golpeara por eso?

Luna sentía que su cuerpo había comenzado a sudar frío, no terminaba de entender aquella presentación tan agresiva entre ambas partes pero no quería tener que vivir nuevamente esa antigua experiencia, ni siquiera cuando su hermana había cambiado tanto en algo que no le estaba agradando.

- L..Lori, el señor Leonard nos estaba contando algunas cosas de papá cuando era niño, no es para tanto.

- Ajá, señor Loud, tengo que ir a revisar el estado de las menores ya que no las encuentro aquí siendo supervisadas, luego lo atenderé debidamente.

- Ellas están bien Lori, no te preocupes, - Luan finalmente había comenzado a sentirse intimidada por su hermana, pues aquel comentario fue hecho mientras le observaba junto con Luna, además de tener un punto, desde que habían entablado conversación con ese señor ninguna había subido para revisar como estaban Lynn, Lana o Lisa. - No han hecho ruidos raros... ellas...

- Revisare por mi cuenta, no te molestes.

- E..Está bien... lo siento.

- No te disculpes, nadie aquí esta recriminándote nada.

No espero una respuesta, no observo las reacciones de sus hermanas o del anciano, Lori simplemente se volteó y siguió su camino para subir las escaleras dejando a las dos adolescentes con expresiones nerviosas, Lori siempre había sido una voz de mando y una fuerza dura pero justa en el hogar, cuando no podían acudir a su padre era ella quien recibía sus dudas y daba los consejos u ordenes adecuadas para el caso, pero aquella frialdad con la que les había respondido era algo diferente, Luna incluso pensó que prefería a la Lori que alzaba la voz mientras expulsaba toda la rabia y la pena contenida por los últimos acontecimientos familiares, pero esa forma de expresarse, esa mirada, era casi como... Rita.

- Se parecen mucho.

Leonard dijo esas palabras más para si mismo que para ellas, Luan por la lejanía no alcanzó a escucharlas dada la fuerza de la impresión y el poco volumen con el que fueron pronunciadas, pero Luna si fue capaz de escucharle perfectamente.

Y tal como parecía estar volviéndose una costumbre para ella últimamente.

No pudo hacer nada por ella.


En ese momento, sótano de la casa

Lynn observaba la caldera sentada en el piso, no es que tuviese nada más que hacer, estaba demasiado cansada para hacer sus actividades, para entrenar para algún deporte, estudiar para alguna asignatura o practicar para algún club, frente a ella estaban todas las cosas que había acumulado con el tiempo en todas las cosas que había participado: libros, folletos, disfraces, pelotas, uniformes, herramientas, prácticamente todo lo que antes estuvo formando parte de su cuarto ahora yacía frente a ella, o más bien, dentro del objeto frente a ella.

- Ya no más.

Y dicho eso cerro el compartimiento.

Era solo cosa de tiempo para que todos sus inútiles esfuerzos tuviesen su correspondiente recompensa: el olvido.

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