Amparo
- (Llorando) ¡Ahg!
- ¿Qué no te gustaba la idea de golpear a alguien menor que tú? ¿Acaso no disfrutaste dominarlo sabiendo que no tenia nada que hacer en tu contra?
- ¡¡Ahhhh!!
Albert con una mirada totalmente divertida en el espectáculo que a su ojos era ver sufrir a la chica que tenia en frente, incluso ahora el hecho de pisar su mano tras reducirla, de verla sufrir como el lamentable ser que ella era al punto que su visión se había nublado, si bien podía ver la figura de una joven rubia el rostro que sus ojos encontraban no era la mayor de sus nietas, era un rostro más definido, más adulto, era uno que durante mucho estuvo tentado a hacerlo sin importar que su vida terminase en ese momento, frente a la visión del anciano no se encontraba Lori Loud sino, para desgracia de esta, a Rita Loud, su hija.
- ¿Dime que se siente ser tan patética... (Voz desquiciada) "Querida"?
La chica se encontraba sumamente adolorida, sangrante no solo por la herida de su brazo sino por una pequeña fisura que el borde del despertador había hecho en el costado de su rostro cerca de la oreja y el intenso dolor abdominal el cual hizo sentir como la bilis de su interior quería escapar por su boca el cual le provocaba una severa nausea, sentía el terror y la muerte misma frente a el con esos ojo clavados en su miseria. Su nublado juicio luchaba por querer evadir a la bestia que tenia en frente más parte de este le gritaba, le rogaba que se alejara, que no valía la pena continuar más cuando ya no tenía nada que ganar, incluso el hecho de recordar las devastadas expresiones en la mayoría de sus hermanas le hizo por un momento pensar en ellas.
Se suponía que había ido a buscar a Luna, se suponía que "su madre" le había enviado con ese objetivo, sabía que no estaba en el mejor de los estados cuando Leni comenzó a indicarle aquella orden dada por la matriarca... ¿Acaso era capaz de recordar como aquella discusión escalo y su nuevo objetivo era ese niño?
El hecho de que el anciano hubiese ejercido presión nuevamente en su mano rompió aquella corriente de pensamiento, el dolor que aquel anciano le propinaba le había ayudado en parte a centrar su mente, aquella sed de sangre era parcialmente reemplazada por un instinto de supervivencia, ver el cuerpo del muchacho tras su posible verdugo provocaba una furia que desconocía poseer pero una nueva pregunta se alzo en mente una vez el anciano levanto el pie de su mano.
¿Qué estaba realmente haciendo allí?
De reojo observo nuevamente aquella sádica sonrisa, pero con eso pudo notar algo que le lleno de horror.
Luna, su hermana menor, su segunda al mando y muchas veces confidente, a la que le había gritado e insultado hace poco mientras era dejada a su suerte llena de miseria, horrorizada cargaba en dirección al anciano en lo que posiblemente era un burdo intento de protegerle mientras el anciano preparaba su puño para colisionarlo con su propio rostro.
Si alertaba a su hermana no podría evitar el golpe, pero si prefería evadir en la embestida podría incluso evadir al anciano unos segundos más para terminar el trabajo con el niño, muy probablemente provocando una golpiza en su hermana.
El adulto de bufanda que había golpeado previamente se encontraba paralizado, era evidente, pudo notar el miedo en su mirada aun cuando le observo de reojo, el adulto de lentes parecía ignorarla mientras se dirigía al pequeño, pero no se encontraba lo suficientemente cerca para llegar a este antes que ella.
Su mente trabaja más rápido que nunca, el mundo parecía haberse detenido y tenia que tomar una decisión.
- Perdóname... - Fue lo último que su mente pudo pensar una vez su decisión había sido tomada, pues sabía que no había marcha atrás - ¡¡Luna detente!!
Aún adolorida con una voz rasposa y débil sintiendo como su cuerpo ardía al comenzar a perder ligeramente la consciencia debido al profundo mareo, observando como era ignorada por los otros adultos y su único apoyo era aquella castaña que intentaría detener al anciano que estaba por destruir su rostro con aquel puño decidió que debía detenerla.
Quizás ganaría unos segundos para intentar hacer algo más con el muchacho pero rápidamente sería atendido, en cambio el anciano se fijaría en su hermana y aquella golpiza pasaría a ella. Ya le había dañado por teléfono, no solo a ella sino al resto también, pero no se merecían eso. Si alguien ya no tenía porque estar allí era ella, pero su querida hermanita debía de estar bien... o eso es lo que pudo rogar los pocos segundos que le quedaron antes que todo fuera oscuridad.
El golpe fue solido, todos quienes se encontraban en aquella habitación pudieron sentirlo.
Albert se encontraba extrañado, pues aquel grito le devolvió parte de su raciocinio notando que aquella chiquilla no era la mujer que más odia, sino que era otra persona mucho más joven, una que incluso llego a querer durante un tiempo la cual ahora se encontraba apoyada e inconsciente frente a él.
Luna por su parte fue capaz de ver la decisión en el demacrado rostro de su hermana, aquel lastimero grito fue una orden directa a su ser, una que por toda la furia y horror que acumulo en la golpiza que presencio ante su hermana mayor le detuvo, había una intención que no detecto sino más bien una voluntad en aquella palabra, por lo que hizo caso.
El anciano en ese momento roto su cuerpo con el fin de observar a la adolescente que tenía detrás, viendo como en su mirada había odio, asco y miedo hacía su persona, dándole sentido a la última frase de esta antes del impacto.
- Así que realmente estaba detrás - Su pensamiento fue combinado con una seca mirada en contra de la castaña la cual duro lo suficiente para notar como esta mordía con fuerza su labio, muy probablemente intentando resistir el impulso de saltar sobre él y tomar justicia por su propia mano - Realmente luce como si quisiera matarme y aun así se quedo allí, la chica evito que me atacara... ¿Por qué lo hizo? ¿Por qué prefirió detenerla antes de ser ayudada? ¿Por qué le hace caso pese al daño que le hice a su hermana? - Sus pensamientos hacían eco en su mente al punto que inconscientemente retrocedió un paso de la muchacha, acción que Luna aprovecho rápidamente para evitarle y acercase horrorizada a su malherida hermana.
- Te veo después de casi 10 años y ya estás golpeando, no estoy impresionado viniendo de un salvaje como tú - La voz de Leo no ocultaba en lo absoluto su asco mientras seguía atendiendo las heridas de Lincoln.
- ¿Eh? - Albert al entrar había ignorado muchas cosas después de notar el grito de un niño, entre esas la presencia de todos los que no fueron su nieto y su agresora, pero su pensamiento estaba más centrado en aquella acción que la chica había realizado - ¿Y tú quien demonios eres?
- ¿Acaso importa? Lo que importa es que estoy atendiendo a mi sobrino.
Eso hizo funcionar la mente de Albert quien no tardo en recordar quien era y que le hizo.
- Espera... te recuerdo, eres el hermano de ese cobarde (Serio) ¿Qué demonios haces aquí?
- Soy su tío, esa pregunta es ridícula, por otro lado ¿No crees que fuiste algo brusco con tus "solecitos"?
Aquella insinuación centro el pensamiento de Albert, enfureciéndolo considerablemente.
- Creo que no aprendiste bien tu lección la última vez, tampoco se por que estás aquí pero...
- Tanto una ambulancia como la policía vienen en camino, hace algo estúpido y me asegurare que no tengas un solo día de paz en lo que quede de tu lamentable vida.
Con solo un brazo el anciano logro levantar al adulto quien se encontraba terminando de limpiar la herida en el costado del pecho de Lincoln, acción por la cual Leo encaro por primera vez en todo su dialogo a Albert.
- (Molesto) Mi vida ya es lo suficientemente lamentable niño rico, no me tientes.
- (Serio) Si siquiera te importa algo MI sobrino, déjame terminar de limpiar su herida, no confió en los médicos de este pueblo perdido en medio de la nada.
- (Desesperada) ¿U..usted sabe primeros auxilios?
La discusión fue interrumpida por una aterrada Luna, quien veía como su hermana seguía sangrando por las heridas producidas por el muchacho mientras veía como la tonalidad de las zonas donde había sido golpeada comenzaban a adquirir nuevas tonalidades las cuales solo aumentaban el miedo en Luna pues no solo hacia unas horas se había enterado que había perdido a su padre sino que ahora veía como la chica que consideraba su madre por sobre quien le engendro parecía perder su vida lenta pero constantemente en sus brazos.
El anciano estaba molesto con el castaño que tenía sujeto, pero el desesperado lamento de la chica y el recuerdo de la acción de Lori volvió a su mente, no lo entendía, esa era una acción que distaba mucho de lo que Rita hubiese hecho y ellas eran sus hijas, deberían comportarse como aquella despreciable mujer... aquella duda realmente se había instaurado poderosamente en su mente ¿Por qué deshecho su ventaja deteniendo a su hermana? ¿Por qué la castaña decidió quedarse allí junto a su hermana cuando hubiese sido más conveniente acudir a los vecinos y tener más testigos que perder el tiempo y rogar por ayuda a gente que no conoce? Ante esas dudas soltó al castaño y dio un paso atrás, necesitaba entender que estaba ocurriendo realmente.
- (Desesperada) S..Suena a que tiene conocimientos médicos, e..el muchacho se ve en un mejor estado, p..por favor, está perdiendo mucha sa..sangre.
- Estoy terminan...
- ¡Él se ve bien, mi hermana está mucho más dañada, por favor!
- Después de ver lo que le hizo a mi sobrino ¿Crees que siquiera me importa?
- ¡Si dices que es tú sobrino, eso quiere decir que eres mi tío y por ende tío de ella! ¡¡Tiene que ayudarla!!
- (Voz seca) ¿Entonces por qué no ayudaste a "tu hermanito" cuando ella comenzó a golpearle? - Apuntando a Ethan quien seguía sin ser capaz de seguirle el ritmo a lo que estaba viendo - Él intento como pudo detenerla, yo priorice llamar a una ambulancia mientras tú ¿Qué hacías? Mirabas tranquilamente como golpeaban al chico hasta que golpearon a tu hermana ¿Ese era el momento de preocuparse por tu familia verdad? No niña, te preocupaste cuando te convenía, quizás hasta una parte tuya ansiaba que le pasara eso a Lincoln y por eso dejaste ser a tu hermana y no puede solo ser "tu hermano" ahora que te conviene para sacar provecho de mi.
- ¡¡Pero!!
- (Firme) No hay peros, tal como tú yo se a quien considero de mi familia y de quien me preocupare, y ustedes no son mis sobrinas, entre ustedes y yo no hay nada, así que...
- Oye - La voz de Ethan carecía de decisión, casi como si se sintiese un intruso de aquella situación - Se que lo que hizo la chica no estuvo bien pero podría desangrarse antes de que llegue la ambulancia, incluso yo puedo notar que Lincoln no corre peligro.
- (Incrédulo) ¿En serio te preocupa esta bruta que salió de la nada a golpear a mi sobrino?
- E..Ella sigue siendo una persona y no nos corresponde a nosotros juzgar.
- Mira tú...
- (Serio) Oye - La voz de Albert fue ronca y profunda - Creo que el cobarde tiene razón, Lincoln esta bien.
- (Molesto) ¡¿Tú también?! ¡¿Incluso sabiendo quien es ella?!
- No te lo voy a repetir, necesito preguntarle algunas cosas y muerta no me sirve.
- ¡¡Mi hermana no se va a morir!! ¡¡No puede morir!! - Los sollozos de Luna eran lamentables mientras se aferraba al cuerpo inconsciente de su hermana, como si intentase darle el calor que lentamente su cuerpo comenzaba a perder - ¡Por favor! Acabo de perder a mi padre... no me quiten a mi madre...
Los adultos intercambiaron sutilmente miradas, cada quien con sus propios pensamientos en sus mentes intentando procesar aquella situación, sobre todo Albert quien ver en ese estado a ambas muchachas solo le generaba muchas dudas, sobre todo un extraño peso en su acción al observar mejor las facciones de la chica inconsciente, quien sin su juicio nublado ya no observaba el rostro de su hija... sino de su difunta esposa.
Leo por su parte soltó un profundo suspiro, inclusive estaba por volver a negarse pero Ethan poso su brazo en su hombro, observándole con una clara expresión de suplica.
- (Serio) Tú amabilidad te va a destruir, es eso o eres demasiado inocente para ser un adulto.
Dicho eso se levanto mientras se dirigía hacia la desmayada adolescente.
- Tsk - Mirando a Lori - ¿Qué vio Lynn en ti? Seguro que por dentro eres igual a ella.
Nadie era capaz de procesar bien lo que había ocurrido y solo el sonido de los procedimientos del castaño de lentes resonaba por la habitación, independiente del resultado todos se debatían los sucesos ocurridos sobre todo por Luna quien escucho ese discurso lleno de molestia por parte del que sería su tío y había presenciado al anciano torturar con una sádica sonrisa, ahora uno estaba atendiendo a la su hermana y el otro les observaba con una expresión seria.
Aunque ciertamente lo que más pesaba en su mente eran las palabras de Leo.
¿Por qué no había detenido a su hermana?
¿Por qué dejo que golpeara al pequeño quien siquiera busco defenderse en un principio?
Ella ya se había hecho la idea que podía tener un hermano, que ese muchacho era su hermano.
Entonces... ¿Por qué no hizo nada?
Con esas y más dudas en su mente ni siquiera sintió cuando las sirenas comenzaron a opacar el incomodo silencio que cargaba el ambiente de ese lugar.
Un tiempo después, casa Loud
El retorno a su hogar no fue un momento ni sencillo ni agradable para ninguna de las hermanas, era una mezcla de sentimientos y sensaciones que no podían explicar pues solo las gemelas se encontraban al borde de un nuevo arranque de tristeza y llanto descontrolado siendo Lola quien se encontraba en el peor estado de ambas.
Lucy solo observaba con quietud desde el segundo piso mientras ellas casi arrastraban sus cuerpos dentro del inmueble, las demacradas expresiones solo podían indicar que algo había salido horriblemente mal y el hecho de que Lori o la van familiar siquiera hubieran vuelto con las demás le daba una horrible sensación, no un sentimiento macabro como el que disfrutaría redactar en un poema, sino algo que su cuerpo se negaba a reconocer como una sensación atractiva como las retorcidas promesas que intercambiaba con el busto de infantil romance, a su visión la única que mantenía una expresión más normal era Leni, la chica a diferencia de su usual expresión relajada lucía pensativa, centrada más en su mente que lo usual mencionando ordenes que carecían de motivación hacía las demás quieren carecían de emoción.
Ella definitivamente estaba entre las hermanas con las que peor se llevaba, no era que la odiara, era su hermana mayor después de todo y la quería, pero era incapaz de confiar en ella como una figura de autoridad dado el historial de la chica además de la serie de castigos infundados entregados por Rita a causa de sustos o cosas que le desagradaban de esta sobre "su forma de ser", los comentarios bajos duelen... más cuando son de tu propia familia, cosa en la que ninguna de sus hermanas se salvaba.
Viendo esa neutralidad en ella y la marcha lenta con la que el resto comenzaba a encerrarse en sus propias habitación sabía que si quería respuestas tendría que acudir a ella por lo que, muy a su desagrado, comenzó a dirigirse al encuentro de esta, pero al notar que Rita se dirigió rápidamente a esta decidió escuchar.
- (Preocupada) Cariño ¿Ocurrió algo? ¿Alguien te dijo algo feo?
- (Confundida) ¿Eh? No, no es eso... ¿O si? No lo sé mamá.
- Leni, tranquila hijita - Toma su mano y la presiona suavemente - Te juro que esa gente mala no te volverá a molestar, ya todo paso.
- Si... lo sé mamá.
La tonalidad de la adolescente se mantenía constante, no importaba lo afectivo que sonaran las palabras de Rita la expresión dubitativa no cambiaba.
- ¿No preferirías contarme que ocurrió cariño? Si esas personas malas te hicieron mucho mal te prometo que hablare muy firmemente con ellas.
- Mamá, no creo que sea buena idea.
- Cielo, ¿Alguna vez te he fallado? - La expresión de Leni se arrugo ligeramente, como si intentase buscar un argumento que sabía perfectamente no tenía, algo que solo provoco una suave sonrisa en Rita - ¿Ves? Puedes confiar en mi... cosa que por lo visto no puedo hacer en tu hermana mayor.
Tan rápido como soltó ese comentario al aire la expresión de Rita se endureció, algo que molesto enormemente a la chica de cabello azabache.
- Debió cuidarte como corresponde, sabe perfectamente que es su responsabilidad y no solo dejo que te dijeran cosas malas sino que hizo que volvieras a pie, no puedo creer lo irresponsable que puede llegar a ser, definitivamente saco mucho de Lynn.
- (Apenada) Mamá, con quien hable fue con Lori, no creo que pudiera protegerme de si misma... ¿O si puede?
Lucy en ese momento tuvo que morder su lengua para evitar insultar a su hermana, sabía que no lo hacía consciente pero las consecuencias de esas palabras eran algo a su gusto... horrible.
- (Furiosa) ¡¿Ella te hizo algo?!
- No... bueno, si, creo... ella estaba triste, todas lo estaban.
- Leni - Le toma de los hombros - Eso no es excusa para portarse mal, ni menos contigo (Molesta) Esa mocosa se las verá conmigo cuando llegue, ¿Cómo se atreve? ¿Qué te dijo? ¿No te pego verdad cielito?
- ¿Eh? No... el problema es otro.
- Nada justifica que te hiciera algo.
- Dijo que papá murió.
El tono que había usado distaba de ser lo suficientemente discreto para que las delgadas paredes pudiesen ocultar aquel aviso de los oídos de las adoloridas Louds quienes al escuchar aquella afirmación reanudaron nuevamente su ronda de lamentos, aquel dolor que les quemaba por dentro mientras cálidas lágrimas se remarcaban por sus mejillas o ahogaban sus gritos en la poca soledad que les permitían sus habitaciones siendo las gemelas las únicas en buscar algo de cariño en otra persona antes de intentar olvidar su dolor y su realidad por aquella perdida.
Pero para Lucy, era un caso más particular.
Ella amaba el concepto de la muerte y la soledad, era el abrazo pálido abrazo que le reconfortaba en aquellas solitarias veladas donde era olvidada por sus hermanas, Lori hacia todo lo que podía para rellenar ese vació, sus conocidos del club también eran otro intento de sobrellevar aquella carga que significaba ser Lucy Loud, pero su padre... su padre era quien le ayudaba a sentirse bien consigo misma, de quien jamás escucho un comentario malsonante y que aceptaba gustoso aquellos sustos como parte de su personalidad y no como un enfermedad que tratar. La muerte era para todos aquellos seres que la despreciaban, ese era su deseo, para eso eran sus rituales, no era para traer muerte a una de las pocas personas en quien sentía podía confiar.
- (Incrédula) ¿Qué?
Aquella palabra se había escapado de su boca sin el menor control sobre ella, fue una palabra que expresaba más de lo que ella misma entendía sobre aquella bizarra afirmación que su hermana mayor acababa de realizar y en cualquier caso normal eso hubiese servido para ser descubierta, pero como la cruel ironía de su vida, no importaba lo sorprendida o afectada que estuviera, no importaba cuan necesitada estuviese o cuanto agradecería un abrazo... nadie la escucho.
Rita por su parte abrió sus ojos todo cuando sus parpados le permitieron.
E igual de incrédula, hablo.
- Leni, cielito... ¿Estás segura de lo que acabas de decirme?
- (Decaída) Por como actúan todas, sobre todo Lori, parece que si mamá.
Rita al escuchar eso centro su mirada en los ojos de su hija mientras depositaba sus manos en ambos hombros de la muchacha.
- ¿Realmente... estás segura Leni? ¿Segura que no es juego extraño de tus hermanas?
- Yo... estoy segura mamá - La mano derecha de Rita cayo por su propio peso, deslizándose por el costado de su brazo hasta que la propia gravedad devolvió esta al costado de Rita, los sollozos eran el único ambiente que ahora se podía escuchar mientras la adulta mantenía fija su mirada - Por eso estoy tan confundida, Lori estaba furiosa, Luan se quedo muda por un buen rato antes de comenzar a llorar, Lynn comenzó a golpear el suelo y las gemelas se abrazaron mientras lloraban... pero yo no sabía que sentir, papá es papá, pudo haberte hecho cosas horribles pero sigue siendo papá y aun así... no puedo llorar, ¿Eso es ser una mala persona? ¿No deber también sentirme como ellas? De ahí me llego tu mensaje y se lo di a Lori, pero parecía que solo aumente su furia, ella no estaba bien... yo tampoco debería estar bien... no lo entiendo mamá.
- Ehh... ah, si Leni.
- ¿Mamá? ¿Estás bien?
- Cl..Claro cielo, pero esto es algo que necesito pensar ¿Podrías subir a tu habitación por favor?
- (Confundida) Si mamá.
Y con eso Rita termino de soltar a Leni antes de dirigirse rápidamente a su habitación dejando a la confundida adolescente en soledad.
- Entonces... mamá también se siente mal.
- ¿Qué esperabas sentir?
Leni al escuchar aquella repentina y monótona voz a su espalda no pudo evitar gritar por el susto al punto de tropezarse, algo que en otras circunstancias habría sido del agrado de Lucy, pero ahora esta se mantenía firme en su posición, con su cabello lo suficientemente separado como para que Leni viese ligeros retazos de aquellos profundos ojos que la chica ocultaba, unos que brillaban ligeramente debido a la cristalina acumulación que estos poseían en ese momento.
- ¿Sabes siquiera acaso lo que significan tus palabras?
- Lucy, no me asustes así.
- ¿Tienes siquiera idea cual daño pueden producir aquellas intenciones sobre otros? ¿O acaso eso es todo lo que puedes decir?
- Lucy, no entiendo de que me hablas.
- ¿Papá murió y es todo lo que puedes decir?
- (Molesta) ¿Y que quieres que haga? Me duele Lucy, realmente me duele pero no puedo sale.
- Puede que intentes engañar a los demás pero yo si vi lo que le hiciste - La voz de Lucy ahora comenzaba a temblar, sus ojos carmesí parecían brillar de furia mientras se centraban en quien tenia en frente tanto como sus labios tiritaban en un intento de soltar las palabras que la niña tenía almacenadas - Llevaste el máximo tormento a la pequeña luz de esperanza que tenía esta prisión, arruinaste a aquel quien nos amo libre de control - La pequeña parecía que cada palabra solo rompía más y más su voz, tanto que ni siquiera noto cuando comenzó a apuntar a la adolescente - Trajiste juicio a una buena alma, vi como lo dañaste, vi la expresión que provocaste en su rostro... tú... (Furiosa) ¡Tú! ¡Tú mataste a mi padre! Y por el descanso de su alma - Cada palabra era como si la masticara antes de escupirla con tanto asco como podía retener - Te juro... que te haré pagar Leni Loud.
Leni solo miraba con miedo a su pequeña hermana, chica que de por si ya le aterraba en varios sentidos ahora con esa amenaza se sentía en un genuino peligro al punto que ni siquiera noto cuando esta desapareció tal como si hubiese sido una pesadilla, una en la forma de una pequeña niña que no necesitaba del sueño para poder espantarla. Por lo que se encamino a su habitación en silencio, teniendo más cosas en su cabeza que pensar, sumiéndose también en aquella penumbra que ahora asolaba su hogar.
Para ese momento solo una persona se encontraba en calma dentro de ese hogar, mirando tranquila algunos de sus juguetes después de aquellas conversaciones, por lo que con un último suspiro susurro.
- Vaya.
Teorizando lo que aquella noticia estaba por causar en su cada vez más pequeño hogar.
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