capitulo 65

Estos últimos dos años le he hecho la vida imposible al malnacido del hermanastro de Alen, después de enviar esos videos, esa familia perfecta quedó más que rota. Al principio intentaron ocultarlo pero yo, seguía subiendo esos vídeos en los foros de todas las universidades para que no fuera aceptado en ninguna otra.

Fue tanto así que, esa noticia fue nacional, no había un rincón en ese lugar donde nadie supiera lo enfermo que estaba el hijastro por su padrastro.

Greg se sentía tan sucio que no le quedó de otra que separarse de su ex esposa, por más que intentarán que su relación no terminara, no se pudo. Xiomara le suplico y le prometió que metería a su hijo a un internado lejos de ellos dos, pero Greg, siguió con el divorcio.

Creyó que todo había terminado y que podía comenzar desde cero, pero no fue así. El acoso constante por parte de su ex perfecto hijastro, incrementaba con el pasar del tiempo, Greg terminaba mudándose.

Yo, "como un buen ciudadano que ama al prójimo" le seguía envíado la nueva dirección a ese bastardo, me encantaba la idea de saber cómo se destruían los dos.

La manera en la que Greg despreciaba a ese malnacido, y de como este, llegó casi atropellar a Greg, para poder secuestrarlo y hacerle las fantasías que tanto soñaba, me emocioné saberlo que iban a sufrir más, pero fue una lastima enterarme que, el hijastro fue internado en una institución siquiatra, la familia de Xiomara no podía seguir perdiendo prestigio por las estupidezes de su nieto.

Se todo esto porque contraté un investigador privado, ya qué no podía hacerlo por mi mismo, pero el dinero gastado no fue en vano, la información era muy agradable y satisfactoria de leerla. Mi Alen no era el único sufrido, esas tres personas también estaban en desesperación, como debe de ser.

—¿Por qué viste de negro?—¿No se supone que va adormir? ¿Entonces porqué vestirse de traje?

Desde la mañana no ha salido de la habitación, lo único reconfortante es que, a comido las tres veces al día. Pero su expresión es muy agotada y agonizante, sus ojos están rojos. Ha estado llorando hasta que sus ojos se quedaron sin lágrimas que derramar. ¿Cuando dejara de verse tan lamentable.

—Mi corazón está...de luto—Su voz flaqueo por unos segundos—Hoy es el peor y el mejor día de toda mi existencia.

Hoy acabará el dolor que atormenta a mí amado, y hoy también comenzará su nueva vida, cuando cierre sus ojos y de su último aliento de vida, volverá abrir sus ojos como una persona nueva, una donde podrá recibir todo el amor del mundo, y yo, iré a buscarlo para enamorarlo cómo debió de ser desde el principio. Me describió como un descarado, entonces dare lo mejor de mí.

—¿Es hoy su último día en ese lugar?—Preguntó con cautela.

—Si—Susurró—Me tocará verlo partir—Aunque sabe que solo será por unos momentos, eso no quita el hecho que se sentirá morir, que su corazón dolerá y se partirá en mil pedazos.—Dile a Wilber que despejé mi agenda, estaré muy ocupado persiguiendo a mi futura esposa y señor de este lugar.

Toda mi energía estará en Alen, no pienso perder el tiempo en el trabajo, tengo que llegar primero antes que se enamoré de alguien más, no podría vivir sabiendo que en está vida tampoco podemos estar juntos. Pero me alegría que sea feliz, aún cuando yo, no sea esa persona que lo hace sonreír.

—Comprendo. Deje la información de la señora y el señor Astor en el despacho, justo como pidió. Solo los investigué a los dos.

—Bien, puedes irte a descansar—Entra a la habitación.

Los investigué a último minuto, quiero asegurarme si son lo suficiente buenos para ser dignos del amor de Alen, tengo la rara sospecha de que su alma puede llegar a uno de sus dos hijos, no los conozco, porque a las reuniones siempre asiste mi asistente, y tampoco tenía el tiempo suficiente para buscarlos en las noticias.

Mi tiempo es muy valioso como para perderlo en eso, todas mis energías estaban en mi Alen, el es lo único quién puede tener todo mi tiempo.

Dariel se quitó los zapatos, subió a la cama, aún no esta preparado mentalmente para lo que verá acontinuación, no quiere ver morir al amor de su vida, eso quedara grabado en su cerebro. Abra momentos en los que despierte a medía noche con el temor de que todo fue una ilusión.

El alfa se quieto el anillo, sus ojos brillaron para luego cerrarlos de a poco hasta que el sueño lo venció. Cuándo volvió a despertar, estaba cenando con su familia.

Con el pasar de tiempo Dariel se acostumbró al cariño de la familia de su tía, disfrutaba poder compartir con ellos aunque sea por un momento, agradece que tuvo la oportunidad de conocerlos.

—¿Que pasa?—Pregunta su padre—¿La comida no es de tu agrado? Lo siento, pero no tengo el sazón que tiene tú madre.

—No es eso—Ya cene, pero comer un poco más no me hará daño, aparte este el último momento que compartiré con ellos—Solo...

—¿Es por tu amigo?—Pregunta su hermano menor—¿Volvió a ponerse mal?

Para que dejarán de pedir tantas explicaciones cada vez que salía, Dariel tuvo que decirles eso, por un momento creyó que sería descubierto cuando ellos le preguntarán algo de ésto al verdadero dueño del cuerpo, pero no, todo siguió igual.

—Si.

Vieron como el semblante de Dariel cambió en un momento, todo a su alrededor se volvió legumbre, en sus ojos solo veías tristeza.

—¿Estás enamorado de él?—Preguntó seriamente su padre.

—¿Eso es malo?—Apreta su puños, Dariel sabía que en este lugar eso no es bien visto.

Quería decirle que si, que lo amo, pero estaría decidiendo los gustos de este cuerpo y eso no está bien, no se las preferencia de mi primo.

—No tiene nada de malo—Dejo de ver la comida para ver fijamente a su hijo—No importa tus preferencias, nosotros como tú familia, solo nos interesa verte feliz, y si amar a un hombre te hace feliz, tienes nuestra bendición. Ahora que esperas, vete, el te necesita en este momento.

Al principio creí que era un viejo frío, con una educación donde le inculcan que la relación de dos hombres es una aberración, no esperaba este tipo de padre. Estaba muy equivocado, el es un padre cariñoso, compresivo aunque no lo aparenta.

Dariel lo abrazo con mucha fuerza sin llegarlo a lastimarlo, este hombre es como sería su padre si aún estuviera vivo, tuvo la oportunidad de convivir con ellos y llevarse unos bonitos recuerdos.

—Volvere tarde—Tomo su abrigo, llaves del auto, salió corriendo.

Cómo es de costumbre, pasa por un ramo de tulipanes violetas, un café para la señorita recepcionista que es una excelente persona.

—¡Dariel!—Corre hacia él.—Por fin llegas, te estado esperando desde hace un buen rato—Es una lastima que no tuviera como avisarle.

—¿Que pasa?—La incomodidad apreta con fuerza su corazón.

—Ve rápido, el...el está agonizando—Sus ojos están llorosos.

El café y los tulipanes cayeron al suelo causando un ruidoso estruendo, Dariel salió corriendo con aquella desesperación que corta el flujo de respiración, ya sabía que esto pasaría, pero como estar preparado para algo así.

Tengo que llegar, no te vayas aún mi amor, quiero que me vuelvas a escuchar una vez más como hace tres años atrás. Esa vez que tuve la oportunidad de escuchar y ver tu hermosa sonrisa.

—¡Alen!—Abre la puerta bruscamente, se veía como alguien que había envejecido en un solo momento.

Verlo ahí con una expresión de dolor, muchas vendas manchadas de sangre tiradas en el basurero, fue como perder mi alma, clavos se incrustan en mis pies, agujas en mi corazón.

—Tardaste—Expresa el especialista—Sigue sin darse por vencido, es como si inconcientemente te estuviera esperando—Ya hice todo lo que está en mis manos...—Pone su mano en el hombro de Dariel—Lo lamento, dile todo lo que tienes reprimido en tu corazón, y prepararte para lo peor—Salio de la sala, habían movido a los ancianos a otro lugar.

Dariel como pudo se sentó en la silla, su tembloroso cuerpo era un desastre, era tanto así, que ni siquiera podía tomar bien la mano de Alen.

—Alen—Lo llamo entre susurros—Ya estoy aquí, contigo....no tengas miedo...no estás solo—Las gotas de agua caen sobre las frágiles e pálidas manos del joven.

Apenas podía respirar, esta muy aturdido, intenta abrir sus ojos pero le es imposible, tiene demasiado dolor, los analgésicos ya no le hacen efecto.

—¿Quien eres?—Su frágil mano va en busca de un poco de calidez.

Su voz me parece conocida, ¿Donde la escuchado? ¿Por qué se escucha tan rota? El dolor es muy notable.

—Quien soy no es importante—Sostiene la mano de Alen—Solo debes...debes de saber que nunca estuvistes ni estarás solo—Sus dientes hacen mucha presión en sus labios, esta empezando a sangrar.

—¿H-Hemos hablado antes?...tu voz me parece conocida—¿Acaso esto es alucinar antes de ir al más allá? ¿Quién vendría a verme? Nadie, hasta el final, jamás recibí una llamada de ese señor alias mi padre.

—Si—Confesó—Fue hace un tiempo atrás—Besa la mano que sostiene con devoción—Estabas sedado, estoy seguro que lo olvidaste..pero esta bien—Sonríe débilmente.

Alen abrió sus apagados ojos, su mirada es confundida, triste, adolorida, muchas emociones en un solo momento.

Quería ver el rostro de Dariel, pero todo es demasiado borroso, el dolor que está sintiendo le es difícil diferenciar entre la realidad y la ilusión.

—¿P-Puedes acercarte?

—Si.

Dariel se estremeció al sentir la manos de Alen, tocado su rostro, estaban tan cerca que ambos podían sentir la respiración del otro.

—Q-Que color más inusual, tus ojos azul-violeta son preciosos.

El mayor se sorprendió, Alen había visto sus ojos reales no los del cuerpo que posee, pero no se iba a poner a pensar en eso "¿por qué?" No es el momento.

—Tú eres más precioso—Confesé—¿Puedes prometerme algo?—Aunque tu mente lo olvide, espero que tu corazón no.

—¿Q-Que cosa?—Puedo sentir como todo se va deshaciendo en mi interior, como si estuviera siendo derretido por ácido.

—Déjame amarte y ámame en tu segunda vida...Alen!!—El aparato que vigila sus signos vitales se disparo.

—¡Alen!

¿Que dijo? Quiero saber, en mis oídos se siente un fuerte zumbido, todo da vueltas, sigo escuchando esa voz desesperada. ¿Por qué llora? No quiero escuchar su voz agonizante.

—¡TE AMO!

Esa fue la frase más hermoso y desgarradoras que logré escuchar en toda mi miserable vida, era muy injusto, la sangre que no dejaba fluir por mi garganta no me permitió decir una palabra.

Quería preguntarle tantas cosas pero, ya no era posible, esta muriendo enfrente de ese hombre el cual no logro distinguir, solo escuchar su impotencia y sufrimiento porqué sabe que me estoy yendo.

Su temblorosa mano sostiene con fuerza la mía, por alguna razón me hace sentir seguro, no tengo miedo. Por fin podré descansar de esta dura vida, mi madre y abuelos me están esperando, nunca estaré solo...

Los triste y apagados ojos de Alen, se inundan con muchas lágrimas.

¿Entonces por qué estoy llorando? Mi corazón se estruja de dolor, peor que una bolsa de golosinas, ¿Es por la agonía de este hombre de ojos hermosos?

—¿C-Como..te llamas?—Preguntó con dificultad.

—.....

—¿Que?—No lo escuche.

—L-Lo sabrás muy pronto—Arrullo con su cuerpo la frágil figura de Alen, la ropa fue manchada de sangre—Todo estará bien, puedes descan....—Solloza—Descansa, cuando vuelva despertar, ya no abra más dolor—Besa la frente de Alen.

No entiendo de lo que esta hablando, pero sus palabras me hacen sentir bien, como si todo lo que dice es verdad y no una mentira para que no tenga miedo.

—G-Gracias—Susurró.

Las manos que se aferraban del mayor, cayeron como una ave que fue herida en pleno vuelo, Alen había muerto y la expresión de Dariel lo confirmó. Esos ojos no tenían vida y solo se dedican a dejar salir esas lágrimas de dolor.

—¡¡AAAAAAHH!!

Ese gritó escalofriante resonó por todo el hospital, por medio de el habían sentido el dolor agonizante que esta sintiendo Dariel, ahora mismo.

Se que podré encontrarlo en mi mundo, pero sigue doliendo, sentir su frío cuerpo sin respiración alguna está mas allá del dolor imaginable, puedo ver, sentir, como mi corazón es sacado de mi pecho sin compasión para luego ser mutilado pedacito por pedacitos de la manera más sádica posible.

Los segundos, minutos, horas, pasaban y Dariel seguía sin soltar el cuerpo de Alen. Le susurra dulces palabras con sus ojos manchados de lágrimas y los labios rotos por morderlos.

—Soltarlo—Ya no podía seguir viviendo como se destruye—Tenemos que prepararlo para que puedas llevártelo, ya que eres su única familia, tú serás quien le dará sepultura.

—Lo sé—Besa todo el rostro de Alen—¿Podrían entregarlo este misma noche?—Tenia que enterrarlo en el cementerio junto a su madre y abuelos.

—Seguro, sal para que podamos hacer nuestro trabajo, te iré a llamar cuando esté todo listo.

—Sean educados—Los vio con una mirada sanguinaria—Es un tesoro, tratarlo como tal—Advirtio.

—Asi lo haremos...mi mas sentir pésame.

—Gracias—Solto con gentileza el cuerpo de Alen, no quería irse, pero aún así, lo hizo—Estare en la sala de espera—Salio de la sala.

—Señor—Lo llama una enfermera.

—¿Si?

—El me dejó esto—Muestra una carta—Me pidio que la entregué a esta dirección, pero llame a ese lugar para poder comunicarme con esa persona, quería que por lo menos supiera sobre el estado de Alen, pero no respondió nadie. Puede entregarla por mi, después de todo se verán en el funeral...lo siento.

—Entiendo—La toma—Gracias, decirle al doctor que regresaré en un momento, espero que ya este todo listo para eso entonces.

Dariel con ese aspecto demacrado y con la camisa manchada de sangre salió del hospital, subió al auto, ya sabía dónde quedaba la nueva dirección de Greg.

Solo le tomo veinte minutos en llegar, está sería la noche en la que conocería en persona al hombre que tanto daño le hizo a su amado.

—Voy—Abre la puerta—¿Tu eres?—Detras de la puerta tenía un bate en la mano, cuando vio las fechas de Dariel, le entró temor que sea alguien enviado por su ex hijastro.

—Con que así es como te ves—Lo ve con odió—Eres el ser más despreciable que pueda existir en este mundo, destruiste el ser más puro y hasta el final el siguió pensado en ti, ¿Por qué? No lo entiendo, no te merecías su amor.

—No sé quién eres, si no te largas llamaré a la policía.

—¿Conoces a Alen Astor Grand?

—¿Cómo sabes el nombre de mi hijo? ¿Le sucedió algo?—Sacude el cuerpo de Dariel—¡Habla!

—Jajajajajaja—Su sonrisa es espeluznante—Tu hijo—Lo mirá con burla—¡AHORA ES TU HIJO!—Se liberó del agarré—¡Cuando lloraba y rogaba por tu atención, ayuda, ¿Dónde estabas? ¿por qué no fuistes el Padre que tanto anhelaba?! No vengas a llamarte su padre porqué ese título no lo mereces—Le soltó un buen golpe en la mera cara.

No vale la pena perder mi tiempo ni energía con este viejo, no se merece nada, mi amor me está esperando. Debo de ir por el para poder estar con el en mi mundo.

—Te entregó esto—Le entregó la carta—Atesorarla porqué es lo último que tendrás de él. Alen era tu verdadero y único hijo, la señora July tuvo la mala suerte de amarte hasta el último día de su vida, un amor que no supistes valorar. Te maldigo, maldigo tu existencia—Salio de la propiedad sin mirar atrás.

Greg no queria abrir la carta, su instintos le decía que lo que leera será muy doloroso y de lo cual se arrepentirá toda su vida.

"Hola...tengo tantas cosas que decirte, reclamarte, pero de tantas cosas no sé que escribir. Mi mano no quiere moverse, mi corazón duele.

¿Por qué me odias tantos? Soy sangre de tú sangre, ¿Que pasó con el amor que me mostrabas en mi infancia? ¿A dónde fue ese padre cariñoso que dormía conmigo cuándo estaba enfermo? ¿Cómo pudiste cambiar tanto? Nunca lo entenderé. Ahora tampoco deseo entenderte, me heriste tan que, me llegue a sentir más que solo miserable.

Estaba muriendo muy lentamente enfrente de ti, y tú solo te hicistes el ciego, dolía, tu indiferencia era un puñal en mi cansado corazón.

Te necesite tanto en mi vida, cada día anhelaba tu amor, que me dieras el mismo afecto que le dabas a el. Eras mi padre, mío, no el de él. Pero para ti, yo solo era un ser despreciable que cuidabas por obligación.

Ya no podía seguir en esa desgastante casa, así que, decide irme ese 31 de diciembre, pero no me fui de viaje como lo deje escrito en esa carta. Ese día casi morí por el infernal dolor que casi deshace mis entrañas.

No voy a largar mas esto, me pase dies años ingresado en una sala de cuatro paredes, oliendo a desinfectante, siendo torturado, si, las quimio fueron una tortura. Pero lo peor de todo es; Yo seguía teniendo la esperanza de que me llamarías y preguntarias; "Hola Alen, ¿Cómo estás? Vuleve a casa?" Que tonto de mí.

Llegó un día donde ya no me importas, deje de amarte y verte como mi padre hace mucho tiempo, te escribí está carta solo para que supieras todo el daño emocional como mentalmente que me causaste, yo solo era un niño, un niño que perdió a su madre y anhelaba el amor de su padre.

Cómo siempre lo deseaste, por fin dejo de ser tu hijo. Si estás leyendo esto, significa que mi cadáver se encuentra en una fría morgue, ya no tendrás que decir que eres mi padre, borrarme del registró familiar, como yo, lo hice de mi vida.

No te odió pero tampoco te amo, mi corazón ya está muerto como para tener el lujo de sentir algo por ti.

Adiós, hasta nunca señor Greg Astor.

~Alan Grand.

—¡No Puede ser! ¿Entonces de quién eran las cartas que recibía?—Cayo de rodillas—¡¿A quién fue al que le pedí perdón y me perdonó?! ¡¿AQUÍEN FUE?!—Greg abraza con agonía la carta en sus brazos.

Un año después de que se divorciara, intento llamar a su hijo muchas veces pero siempre lo enviaba al buzón, no había día que no le llamara. Solo que ese número no era el de Alen, su hijastro había entregado el número equivocado, y el lugar donde supuestamente Alen se había de viaje, también era una dirección inventada.

Greg fue demasiado confiado como negligente, puso muy poco esfuerzo y creyó muy rápido que Alen lo perdonaría solo por una disculpa atraves de una carta, carta que eran respondías por su ex hijastro. Perdió todo el tiempo con el hijo equivocado nuevamente.

El color abandonó el rostro de Greg, todo el está pálido, su corazón palpitaba anormal, el aire no pasaba por sus fosas nasales, todo su cuerpo le dolía, pero más su corazón que estaba haciendo aplastado muy ferozmente, le estaba dando un infarto.

—¡Señor!

—T-Tengo...que ir con el—Jadeaba, sus ojos están rojos como la sangre misma—A-Alen...perdón.

—No hable, señor—La empleada está asustada—La ambulancia ya vine.

No quiero una ambulancias, tengo que ir con el, verlo. No puedo creer que este muerto....maté a mi propio hijo, lo mate. Esta bien si voy ahora mismo con el.

No, no iba a morir tan fácil, tenía que vivir por muchos años, vivir en el arrepentimiento y con la culpa de todo el daño causado a la única persona que jamás debió lastimar.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top