capitulo 61

Cómo si de sonambulismo se tratase, medio consistente y medio dormido, Dariel volvió a colocarse el anillo en el dedo anular de su mano izquierda, cuando vino abrir sus ojos ya pasan más de las siete de la mañana, algo que preocupo a Víctor.

Dariel a las cinco y media ya está despierto alistándose para bajar a desayunar y luego irse a realizar su trabajo en la empresa. Pero hoy se le había pegado la cobija.

Lentamente e inmenso en muchos pensamientos, Dariel abrió sus ojos, en ese color solo puedes ver un profundo abismo de tantas emociones causadas en una sola noche. Si te quedas mirando mucho tiempo, serás arrastrado por esa inmensa tristeza e impotencia.

¡¿Que fue eso?! ¿Un sueño?! Pero, todo fue tan vivido. Mi mano aún puede sentir esa sensación al sostener esa frágil y pálida mano de Alen ¿Son tantas mis ganas de verlo que estoy creado una fantasía en mi cerebro?

"Con que estoy muriendo" Su voz ya no podía ser más rota porque era imposible de lo que ya esta. "Lo que tanto temía se hizo realidad, como son las cosas, no. Antes quería morir, pero ahora que se me cumplió, ya no quiero"

Sin expresión en su rostro, Dariel escucha cada palabra de Alen. Esta recordado cuando lo vio dormido en esa camilla con sus brazos lastimados por el catéter, deseguro se alteró cuando se lo estaban poniendo y salió un poco de sangre.

"Tengo tantas cosas por cumplir, mi sueño de ser actor se esfuma cómo la vida misma. Pero quizás en si, no le tengo miedo a la muerte o esos sueños incansables, si no qué, a morir en soledad. Sin que nadie le haya importa mi existencia" Se soltó en llanto.

Dariel cubre su cuerpo al mismo tiempo que se pone en modo fetal, otra vez sus lágrimas no pudieron ser controladas y solo las dejo salir con aquel enojó que te hace erizar la piel por lo adolorido.

Ambos lloran de la manera más rota posible, se ahogan con sus propias lágrimas e intentan respirar para sentirse menos sofocantes. Pero respirar solo acelera su asfixia.

Tras la puerta Víctor solo apretaba sus puños, en su rostro se refleja una expresión indescifrable. Los gritos de dolor, enojó, provenientes de los labios de su maestro. Fueron escuchados a la perfección por los agudos oídos del guardespaldas.

—Maestro—No podía solo escuchar y no hacer nada—¿Me dira que pasa?—Cerro la puerta. Su mirada esta fija en Dariel—Ya no puedo ignorar su comportamiento.

Desconozco a esta persona, o solo es que estoy acostumbrado a ver su versión arrogante e imponente que no me había puesto a pensar que, mi maestro también es humano, el también puede verse vulnerable. ¿Pero quién es el que lo está llevando al límite y dejándolo caer en esa desesperación?

—S-Se está muriendo—Decir eso fue vomitar sangre con pequeños vidrios—Víctor...el se está muriendo—Sollozo más agonizante—¡Y yo, yo no puedo hacer nada!—Grito

Victor se sobresalto, no entendía del todo pero tenía sus sospechas. Solo que está esperando a que, Dariel le cuente bien el desarrollo de esta misteriosa historia.

—Ya lo está haciendo, aunque no entiendo lo que sucede. Pero puedo decirlo con seguridad que, está haciendo de todo para obtener un resultado favorable.

—E-Eso no es suficiente—Se puso de pie—¡NO QUIERO VERLO SUFRIR, NO QUIERO QUE SUS ÚLTIMO RECUERDOS SEAN EL DE UNA VIDA MISERABLE!—Comenzo a golpear la pared una y otra vez, solo así, podía sacar todo lo que tiene atorado en su corazón. Eso causó que sus nudillos volvieran a lastimarse.

"¿Cuántos años podré vivir si me someto a las quimioterapias? No lo sé, tengo miedo de preguntarle al médico, estoy evadiendo esa conversación lo más que pueda"

Las vendas que fueron puestas ayer mientras el descansaba, se mancharon de sangre nuevamente. Víctor con tristeza en sus ojos, solo pudo ponerse enfrente de Dariel, y abrazarlo para que dejara de lastimarse.

Ahora mismo Víctor es como el fuerte hermano mayor que, consuela a su hermanito por las dolencias que en este momento está sintiendo.

Al principio Dariel quiso alejarse, puso mucha resistencia, no quería ser consolado por Víctor. Él quería abrazar a la persona que robo su corazón. Pero al final termino rindiéndose porque por más que golpeara a Víctor. Este no lo soltó.

Víctor mordió sus labios para no llorar, en verdad le afectaba mucho ver en ese estado a su maestro, el admira mucho a Dariel, como persona que es, y como el gran Ceo cuando se trata de los negocios y darles el respecto que se merecen sus empleados.

—N-No quiero escucharlo morir—Abrazo con fuerza a Víctor—Tu maestro tiene miedo...Víctor—Los colmillos están empezando a incrustar en sus labios, sus ojos es ver la sangre —Morira...sin poder decirle cuánto lo amo.

Puedo sentir las frías lágrimas mojado mi comisa, también puedo escuchar sus gruñidos que indican su fuerza de voluntad para no entrar en la locura y hacerse dañó así mismo, aunque en éste momento eso es lo que más desea, lastimarse.

—Duele...Duele mucho.

Pero este dolor no se compara en nada con el dolor vivido y sigue viviendo, Alen. Tenia la esperanza de que la madre de Alen estuviera tuviera equivocada, y poder tener el tiempo suficiente para poder hacer algo cuando se cumplan los diez años.

Solo entonces podré tener la oportunidad de cambiar el destino de ambos. Pero, ¿Y si muere antes de que pasen los cinco años restantes?

Las feromonas de Dariel están volviendo a descontrolarse, con solo olerlas te harán sentir mareado.

—Maestro, me disculpo. Puede castigarme después—Le metió un puñetazo en el estómago—Este momento no está para desmoronarse, esa persona lo necesita. Se que le duele pero este no es momento adecuado para perder el razonamiento.

Ese puñetazo había dolido un poco, pero no lo suficiente para sacarle un quejido a Dariel.

—Por esta vez te daré un poco de razón.

—¡Uhg!—Víctor gimio de dolor al recibir tremendo puñetazo por parte de su maestro.

—Solo no vuelvas a tomarte ciertas libertades—Lo fulminó con la mirada, más que tenía un poco de rojo, daba mucho más miedo.—Ve a preparar el auto.

No podía descuidar el trabajo que su padre levanto con tanto esmero, aunque este adolorido tiene que caminar por las espinas que desangran sus pies.

—C-Como ordené—Salio de la habitación con sus manos sosteniendo el maltratado abdomen.

El semblante arrogante del alfa volvió a decaer, su ancha espalda seve tan lamentable. No caminaba, si no que,  arrastraba sus pies hacía la ducha.

"No podré irme de este lugar por un tiempo, ya me explico el médico que si me voy, perderé la oportunidad de vivir un poco más. ¿Debería solo rendirme?"

—¡No!—Gritó.

Su voz hizo eco en la ducha, el agua cayendo sobre el cuerpo de Dariel, se vuelve uno con las desbordadas lágrimas del alfa.

—No te rindas, se que duele pero no te des por vencido. Solo aguanta un poco más, estoy haciendo lo imposible por romper nuestro desastroso destinó.

"Ya deje la nota dónde les hago saber que me iré de viaje, tampoco creo que me busquen. Voy a intentar sobrevivir por un tiempo más, pero si, en algún momento me siento cansado. Solo me rendiré"

Con un gran suspiro, Dariel apago la llave de la regadera, seco su cuerpo para luego ponerse una bata. Ese color Azul-Violeta de sus ojos está vacío.

"Estos medicamentos me están causando sueño, dormiré un buen rato. Espero que al despertar mi almuerzo sea más agradable que el desayuno de hace un momento"

—Descansa. Ansío que anochezca para poder estar contigo.. aunque sea en mis sueños, allí puedo sentirte más cerca que nunca.

Dariel se vistió con más lentitud de lo usual, no tenía ganas de lidiar con los inversionistas y los accionistas de la empresa como lo hace todo los lunes.

Es mejor que se cuiden porqué en este momento, Dariel es más destructivo de lo normal.

Antes de salir de la habitación, Dariel vendo sus nudillos solo con una vuelta para que los guantes negros en sus manos no se vieran abultados.

—Maestro, ¿No comerá algo?—Pregunté, ¿Por qué lleva lentes de sol con este clima?

—No hay tiempo para eso, debí de estar hace dos horas en la empresa.

—Entiendo, tenga un viaje seguro—Fue bueno que le entregue la lonchera a Víctor.

Mi maestro se ve muy decaído y más pálido de lo usual, hace poco se veía muy emocionado con un semblante de un gran árbol fuerte, pero ahora es uno que si no lo riegan con agua, se marchitara en unos segundos.

Dariel subió al auto, Víctor se puso en marcha. Solo que antes le pasó el desayuno, era un comida simple, fácil de digerir.

—No tengo hambre—Lleva su mirada hacia la ventana.

—Aunque sea solo un sándwich, pero comerlo. Las reuniones son muy largas con esos viejos zorros.

—Son un fastidio—De la lonchera tomo un sándwich y el termo de café medio caliente negro sin azúcar—Esto te sonará loco pero, en mi cabeza puedo escuchar la voz rota de alguien que no sabe que existo.

Víctor estuvo por frenar bruscamente, eso no se lo esperaba. Sospechaba de diferentes cosas, solo que esas no estaba en ellas.

—Me esta diciendo que enloqueció—Expresó sin miedo a hacer golpeado.

—No—Bebió un buen trago de café—Hace cinco años atrás lo creía, pero luego de leer lo que mi madre dejo para mí. Entendí que no lo estaba.

—¿La persona que ama es el dueño de esa voz?—Pregunta cauteloso.

—Si—Susurró—Entregué mi corazón a esa voz, él merece toda la felicidad del mundo—Felicidad que le daré, así, pierda mi vida en el proceso.

—Puede explicarse mejor, sigo sin entender.

Dariel le dio la versión corta, no entró en tantos detalles. Víctor cada vez quedaba más asombrado por esas palabras que el creía, espeluznante.

—Nunca quiero estar en su lugar, maestro!—No sería tan fuerte el saber todo eso, creo que perdería la razón mucho antes de encontrar una solución.—¿Es por eso entonces que va todas las tardes al jardín de Asturias?

—Si, con la esperanza de poder encontrar a ese anciano.

¿Debería decirle lo que sucedió ayer? Qué el alfa en el,  tomo por completo el mandado para no entrar en la locura? No, no puedo agregarle más estrés. Ya tiene suficiente en qué pensar.

—Espero y encuentre la manera—Expreso con sinceridad.

Víctor estacionó el auto, Dariel suspiro profundamente. Bajo del auto, caminó hacia el ascensor. Su fiel guardespaldas lo sigue muy de cerca.

—¡Hey, ¿me escuchan?!—Pregunta el guardia del estacionamiento.

—Si, ¿Que pasa?

—El Ceo Simmons va subiendo en el ascensor, repito, el Ceo Simmons está subiendo. Tenga cuidado, no se ve de buen humor como los últimos días.

—Te escuchó fuerte y claro—Dejaron lo que estaban haciendo para recibir a su jefe.

Al bajar del ascensor, todos los empleados lo recibieron con un "Buenos días Ceo Simmons" Dariel solo dio un asintió con su cabeza.

—Ceo—Wilber lo recibe con los pendientes de este día—Los inversionista y accionistas están esperando en la sala de juntas desde hace un buen rato—Informa.

—Ya puedo imaginar sus caras—Le entregó su abrigo al asistente.

Dariel entro a la sala, los pares de ojos se fueron a su cuerpo. Analizándolo muy detenidamente, fruncieron su ceño cuando notaron que no tenía la mas mínima intención de quitarse los lentes.

—Dejen sus discusiones e indirectas a un lado porque ahora mismo no estoy de humor para lidiar con eso. Digan rápido lo que tengan que decir.

Les paró el carro mucho antes de que estos empezarán con la misma charla de siempre, Dariel había echo una limpieza muy profunda en la empresa, dejado solo a las personas que no habian hecho nada fuera de la ley o abuso de poder, no iban a tocarle la cola al león, ya que, sabían que perderían más de una extremidad en el proceso.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top