capitulo 57

Víctor detuvo a Wilber, negó con su cabeza. Le advierte que no entre a esa sala. Su maestro no estaba de buenas, está a si de mal humor desde la mañana.

No hace mucho mando a construir un mini-Gimnasio para sacar toda esa furia aguardada en su interior, cada vez que no puede controlar algo, viene a golpear ese saco de boxeo.

—Tengo que hablar con él—Susurra, Wilber—Tiene que firmar unos papeles.

—Si quieres morir, haya tú—Abre la puerta—Maestro, Wilber necesita hablar con usted—Se aleja a un lugar donde la furia de su maestro no lo alcance.

Wilber al ver lo grave de la situación, el solo pudo tragar la poca saliva de su boca, suspiró profundamente, caminó hacia adentro. Despidiéndose mentalmente de su familia, pues ya había visto esa mirada oscura de su maestro.

Dariel lleva solo un short, deja al descubierto parte de su cuerpo. Su cabello lo llevá enrollado en una coleta, perfectamente peinado, ni un solo mechón suelto.

—¿Que necesitas?—Se quita los guantes, limpia su sudoroso cuerpo.

—Estos papeles necesitan urgentemente su firma—Baja su presencia, esa mirada lo está sofocado—Si no fuera importante no vendría hasta aquí, maestro—Hizo su aclaración.

—Pluma.

—Aqui—Le entrega una.

—Date la vuelta—Iba usar la espalda de, Wilber. Cómo una mesa de escritorio.

El asistente no refutó, ¿Cómo refutar con semejante aura oscura que lo rodea? Eso seria cavar su propia tumba.

"¡Déjame, no quiero jugar. Dije que te detengas!...Le voy a decir a mi padre y a tu madre si sigues molestándome"

Wilber se tensó al sentir un poco de frío, todo a su alrededor se había vuelto escalofriante, tenía temor de ver los ojos de su maestro. Podía asegurar que se veía como el mismo demonio, está más que arrepentido por no verle hecho caso a, Víctor.

—¿Eso es todo?—Pregunto con aquella voz que te hace erizar la piel.

—Si—Sostiene los papeles nuevamente—Es todo, con permiso—Salio casi corriendo.

"Es más que claro que mi padre no me creerá nada, venir a esté lugar solo me está causando más dolor, asfixia. Hubiera estado mejor en una casa hogar"

Dariel volvió a ponerse los guantes, quiere golpear, destrozar cada parte de esas personas que lastiman a, Alen.

Lleva más de dos meses en la casa de ese malnacido llamado "Padre" desde que llegó su vida se volvió más infernal de lo que ya era, ese hermanastro llamado finge tan bien enfrete de esas dos personas.

Estoy más que seguro que, sin importar lo mal, lo doloroso que sea para Alen. A Ese viejo no le ha de importar darle cariño a esa persona que no es su propio hijo, Mientras tiene enfrete al verdadero.

"Estás tijeras se ven bonitas, ¿Que tanto profundo sería un corte? ¿Dolerá? ¿O es lo más relájate posible?"

El cuerpo de Dariel se volvió un témpano de hielo, helado helado. Su corazón comenzó a latir ferozmente, podia escuchar ese ruidoso sonido de desesperación en sus oídos. Hasta tragar su propia saliva se le volvió difícil.

"¿Debería terminar con esto? Ya estoy cansado, cansado de ver, escuchar como padre dice estar orgulloso de alguien más que no es su hijo, que lo ama más que su propio hijo. El padre que una vez conocí ya no existe"

—¡NO LO HAGAS!—Grito aterrorizado—Por favor no lo hagas—Suplico. En ese color azul-violeta hay mucha desesperación, temor, impotencia.

"No tengo a nadie en éste mundo....vivir solo se a vuelto una tortura, por más que anhele el amor de mi padre, que me vea...no sucederá. Si sigo aquí, solo me causara más daño. Un daño que puede volverme alguien que no quiero ser"

—¡No estás solo!—Dariel desea que su voz también sea escuchada—Estoy aquí contigo—Cae de rodillas al suelo—Estoy buscado una manera de poder cruzar a ese lugar, solo espera un poco más. Por favor, deshecha esos pensamientos—Suplica.

Aproximadamente más de una semana, Dariel comenzó a investigar todo lo relacionado con fantasía, paranormal, todo lo que tenga que ver con sucesos extraños.

Solo que está buscando en el lugar equivocado, todas las respuestas están en las pertenencias de su madre. En ese lugar aún no busca. Ella le dejo parte de una historia que no había contado en aquel entonces.

"Aquíen engaño" Solloza "Soy un maldito cobarde. No tengo las agallas suficientes para quitarme la vida, soy patético"

Dariel sintió que su alma volvió a su cuerpo, ya podía respirar sin sentirse ahogándose. Solo imaginar escuchar el último respiro de, Alen. Le aterra más allá del entendimiento. En ese momento cayó en cuenta de algo que desde el principio fue inevitable.

—¡Estoy enamorado!—Sonrie con dolor—Me enamoré de Alen—Con sus manos cubre su rostro.

Cuando se dio cuenta que entregó su corazón a una persona que, esta a miles de kilómetros de distancia, o en otra órbita diferente. Dariel no se sintió de todo feliz por eso, amaba a alguien que no podría salvar por mas que lo quisiera.

¿Cómo podré soportar esto? El destino me está jugando sucicio, me hace escuchar el dolor de esa persona, me tortura con el hecho de no poder ayudarlo, me está haciendo saber que de un momento a otro puedo perderlo, y el jamás sabría que nunca estuvo solo. Que habían alguien esperado aquí por él.

El cuchillo ensartado en mi pecho evita que, mi corazón se desangre de un momento a otro, ¿Que pasa si lo retiro? Moriré desangrado muy lentamente o será rápido? No lo sé.

Lo único que si sé es lo siguente; Quiero darle un abrazo, mirarlo a los ojos mientras le gritó con todas estas emociones que se desbordan desde lo más profundo de mi corazón. Gritarle que hay alguien que lo ama, que ese alguien soy yo.

"Cof, Cof, Cof" una fuerte tos comenzó a sonar en los tímpanos de los oídos de, Dariel. Este dejo de estar en el piso para ponerse de pie.

Lo que el alfa escucho fue una tos reseca, una de esas que provocan un gran ardor, te hace pensar por un momento que escupíras sangre en vez de saliva.

—¡¿Que estás pasado?!—Se sobresalto.

"¡SANGRE!...¿Que le pasa a mi cuerpo? ¿venirme caminando bajo la lluvia, Me enfermo?...." De sus labios salían preguntas preocupantes.

Los ojos de Dariel casi se le salen de sus cuencas, podía visualizar a Alen de pie frente a el. Con las esquinas de sus labios cubiertas de sangre, al igual que sus manos.

En ese momento el corazón de, Dariel. Dejo de latir por unas milésimas de segundos, el miedo está grabándose en cada molécula de su cuerpo.

En rostro pálido de el alfa, podías ver cuan impotencia siente ahora mismo, sus preciosos ojos se tornaron llorosos, sus pupilas se mueven con un gran temor.

"¡Papá, puedes venir....Por favor!" Solo que no recibió la respuesta que esperaba, termino por resignarse y no volvió a llamarlo.

Dariel se enfureció a un más, salio de la sala con una expresión de poco amigos. Víctor intento no respirar para que, Dariel no lo viera.

No quería lidiar con el enojo de su maestro. Pero todo eso cambió cuando vio esos ojos llorosos, se sorprendió porqué ni en la muerte de sus padres había llorado, no podía verse débil frente a los demás. Victor comprendió que esté momento Dariel podría necesitarlo más que nunca.

—Dariel—Es la primera vez que le habla casualmente, sin honorífico—¿Que sucede? Si quieres hablar estoy aquí. Soy tu sombra, amigo—Por más miedo que le tenga, Dariel es su amigo antes que su jefe—Si es algo que no puedes resolver solo, déjame ayudarte. ¿Si?

"Fui un idiota en llamarle, el no vendría así me estuviera muriendo. El no comer bien tal vez me está pasado factura, estoy seguro que esto se trata de gastritis, o úlcera. ¿Pero como iré al hospital sin un adulto?..tendré que infórmame que se come y que no cuando tienes gastritis "

—Necesito algo que hasta para ti también sería imposible conseguir—Se gira para mirar fijamente a Víctor—Pero gracias por tus sinceras intenciones—Vuelve a retomar su camino hacia su habitación.

Alen está asustado, puedo escuchar como su voz se quiebra. Intenta sonar desinteresado pero muy en el fondo está temblando, puedo distinguirlo por el sonido de su respiración al hablar.

Con solo ver sangre tiembla de miedo. De seguro le recuerda los días dónde su madre no paraba de toser sangre. ¿Cómo hago para ayudarlo? Alguien envíenme un señal, estoy tan desesperado que podría dar mi vida por unos segundos con el.

—Maestro—Susurró, Víctor.

Se ve más lamentable que nunca, ¿Que hago para quitarle esa desesperación?, Si sigue así terminara por derrumbarse. No puedo permitir que se desmorone.

Fue entonces que Víctor recordó las cosas que, Dariel. Ha comprado, en ese mismo momento algo vino a su mente. Una cosa que la señora Simmons le dijo una vez.

"Si un día ya no estoy, y Dariel se encuentra perdido. Quiero que le entregues esto. Te lo doy a ti para que lo mantengas a salvo, sabrás cuando dárselo. Solo puedo confiarte en ti. Cuida de mi niño, por favor" eso fue lo que ella dijo.

Víctor salió corriendo a su habitación, este era el momento exacto para dárselo a su maestro. Iba maldiciendose por no prestar más atención y dárselo hace unos meses atrás desde que comenzó sus cambios de humor.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top