capitulo 56
—Maestro, ¿Sucede algo?—No ha dejado de dar vueltas por casi cinco minutos.
Desde hace tres días a estado inquieto, se queda observando la nada, cierra sus ojos mientras sostiene su cabeza. Anhelado algo que no llega por más que lo desee.
—No sucede nada—Toma asiento frente a su escritorio—Dile a Wilber que me traiga un café bien espeso con media cucharada de azúcar.
—Como ordené—Salio de la oficina.
¿Por qué no he vuelto a escuchar su voz? En tres días no escuchado nada de el. ¿Cometio una locura? Quiero saber si esta bien. Este silencio me está torturando. Por favor, di algo.
Dariel se había más que acostumbrado a la voz de, Alen. El esta encariñado con una persona que ni siquiera conoce de frente o si de verdad existe. Pero de alguna manera el termino cayendo por ese adolescente vulnerable.
—CEO, su café—Lo deja a un lado del escritorio—Hace poco recibi una llamada del director, Amaro. Informa que las grabaciones de la mine serie están por concluir.
—¿Es así?—Solo tocaría promocionarla para luego estrenarla en la plataforma Wikey.
—También me envió el guión de este libro—Entregó—Dice que es de un libro muy popular entre los jóvenes, que lo lea.
—Lo leeré en otro momento....
"Dormi tanto tiempo, hubiera sido mejor si no despertaba. Despertar y no ver a mamá en la cama enfrente de mi, es agonizante"
El brillo en los ojos de, Dariel. Volvió. Podías ver lo emocionado y triste a la vez porqué las palabras que quería escuchar, no era exactamente unas que se podría considerar suicidas.
—¿Ceo?
—Nada, puedes retirarte si eso esto lo que tenias por decir.
¡El esta bien! Debe de comer para recuperar fuerzas, tres días dormido puede ser perjudicial para su salud.
—Con permiso—Salió de la oficina.
"Tengo hambre, no quiero levantarme, mi cuerpo se siente pesado. Pero tengo que, mamá estará enojada si no me alimento bien."
Dariel anhelo poder ir, cuidarlo como un pequeño bebé. Darle muchos mimos mientras susurra "todo estará bien" eran pensamientos que lo sorprenden por lo ilógico e imposibles.
Víctor ve esa leve sonrisa que se esconde tras la taza de café. El quería preguntarle si en verdad esta bien, esos cambios de humor le causa mal espina. Piensa que esta enloquecido.
—Dilo lo que piensas—Habla con molestia, Dariel.
—¿Como sabe que estoy pensando algo?—Siempre de perspicaz.
—Tu expresión lo dice todo, estoy seguro que piensas que estoy perdiendo la razón—Frunce el ceño.
Si Víctor me ve raro, el psicólogo aún más peor. Fue buena idea no ir, no porque me importe que piensen que estoy loco. Si no por temor...si, tengo temor de no poder escucharlo más.
—Si ya lo sabe, no es necesario que le responda—Mira hacia la ventana—Pero si quiere hablar, sin importa lo que diga, no voy a juzgarlo—Aveces yo también habló solo.
—Gracias—Apoya su espalda en la silla—Pero estoy bien, no te preocupes y concentrate más en ti. Estas por cumplir 20 años, y aún no tienes novia o novio—Sorbe un gran trago de café.
—Lo mismo podría decir yo, de usted.
Dariel lleva su mano al pecho, ese corazón palpitaba normal, pero al escuchar la voz de, Alen. Esos latidos se vuelven agitados, emocionados.
—Creo que me gusta alguien—Ahora si no tengo salvación, pedir al último pizca de cordura—Tu maestro fue hechizado, Víctor.
Dariel cierra sus ojos mientras supiera profundamente con aquella resignación de que, ya no hay vuelta atrás. Le gustaba una persona de la cual sabía poco y a la vez nada.
Víctor ve a su jefe y amigo con una mirada confundida, pues no entendía quien era esa persona. Dariel no ha salido a ningún lugar que no sea la empresa o la universidad, y en ambos lugares ni siquiera ve a las personas. Es como si no existieran.
¿Cuando conoció a alguien? ¿Estoy perdiendo mis habilidades? Dariel simmons, ¿saldría en las noches mientras no veo?
—¿Quien es esa persona?
—Ya tampoco lo sé—Susurra con frustración.
—¿Qué?
—Nada—Frota su ceño—Ve por mi almuerzo—Demanda. No quiere seguir escuchando más preguntas de las cuales ni el tiene la respuesta.
¿Como reaccionarían mis padres a saber que su frío hijo, gusta de alguien? Alguien que solo podría ser producto de su imaginación....
"Me gustaría tener un amigo y poder contarle todo lo que estoy sintiendo, creí que tendría llamadas perdidas de mi padre, pero solo había un mensaje diciendo que vendrá por mi, hoy en la noche"
La expresión de Dariel se volvió fría e asustada. Sabia que en esa casa, Alen no tendría una vida agradable. No con un padre como ese.
"Eso me da un poco de alivio, por lo menos no me envió a una casa hogar. Espero poder llevarme bien con su hijo adoptivo y su esposa"
¿Por que tengo un mal presentimiento? Siento mucha inquietud, mi estómago es un vórtice de malestar.
"Estaré bien, seamos positivos. Voy adar lo mejor de mi, tal vez viviendo con el. Su actitud cambia un poco."
¿Entonces por qué te escuchas tan roto? Tu voz es melancólica, no logro escuchar esa positividad. Muy en el fondo está más que consiente de que, su padre no lo verá como antes.
—Su almuerzo—Entró Víctor con una bandeja, con muchos aperitivos.
¿Ahora que lo hizo de caer? Hace unos minutos se le podía ver un poco feliz, pero ahora su cara da un poco de miedo. Es muy oscura, algo le estaba molestando.
—Ya no tengo hambre—Volvió a firma y leer las carpetas de trabajo—Puedes comerlo tú—Sugirió con un tono monótono.
"No puedo vender esta casa, aquí hay muchos recuerdos, unos muy cálidos y felices. La rentare, no me agrada la idea....pero si algún día soy echado por mi padre, tendré como vivir con ese dinero."
Bien pensado, al cumplir 18 años también puedes irte a un lugar donde puedas sanar por completo y luego vivir una vida de felicidad. Una de la cual quisiera ser parte.
Pero nuestros mundos pueden estar a miles años luz o tal vez uno paralelo, ahora mismo podríamos estar enfrente del otro, mirando en el mismo lugar pero a la vez no.
—Maestro, por favor.
—Solo servirme los camarones y verdura.
Chasquea su lengua, si no almorzaba, Víctor estaría todo el rato suspirando. Eso seria molestó para el alfa.
—El joven maestro Eder, le envió una invitación de cumpleaños—Le entrega la tarjeta.
—Entre los invitados, ¿quieres estarán?—Empieza a degustar de su comida.
"Quiero comer galletas saladas, si tan solo pudiera prepararlas. Madre dejó las intrucciones de como hacerlas, intentare hornear, antes de que vengan por mí"
¿Le gusta ese tipo de galletas? Ahora se una cosa más de él. Podre saber más con el tiempo, eso espero. Al igual que espero no se vaya a quemar.
Dariel se había adaptado tan bien a la voz de Alen, aunque al principio no siempre fue así. Habían veces que lo asustaba, haciendo escupir el vino, agua, lo que tuviera en la boca.
Aveces lo despertaba a mitad de la noche, solo para escucharlo susurrar todas sus inquietudes o tristezas.
Dariel creía que el solo escuchaba la voz de Alen. Pero no siempre hablaba, la mayoría de veces escucha lo que, alen. Esta pensado en su cabeza.
"Se me quemaron, soy pésimo en esto de hornear." Dariel se imagina la expresión de un abatido, adolescente.
De seguro sus pucheros son lindos, esas mejillas inflamadas como una ardilla, muy lindo.
"Cocinar y hornear son dos cosas muy diferentes, gracias al cielo estoy estudiando bellas artes."
¡Bellas artes! será muy bueno en ello. Con solo escuchar su tono, puedo deducirlo, es una voz un tanto emocionada.
Ahora esta sonriendo, ¿tengo que pedir ayuda? Estos cambios de humor son a caso nuevas intimidaciones para infundir miedo?
Víctor se está creado muchas fantasías en su cabeza, más no sabía que su jefe esta enloquecido de a poco. Enloquecido de una manera que a Dariel. Creía muy agradable.
—Creo que comeré un poco de carne—Mi apetito volvió.
—Eso es bueno—Recupere sus energías.
"Pero estoy seguro que mi padre querrá que cambie de carrera, ¿tendré que hacerlo?."
No, no tienes que complacerlo. Solo haz lo que te gusta, eso que te haga feliz.
—Ya no tengo apetito—Vacío la copa de vino en su boca.
Hay va de nuevo, ¿ahora qué demonios lo molesto? Esta por explotar de lo enojado que está. Cada día voy a entender menos a mi jefe. Tendré que decirle a Wilber que, despejé la agenda para que descanse, Dariel Simmons.
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