capitulo 44
En la cama con sábanas blancas la mano izquierda del joven de cabello rojizo, se mueve en busca de una persona. Al no sentirlo abre sus ojos lo que están muy somnolientos, el cabello cae hacia bajo cubriendo parte de su rostro.
Se cubre con la frazada para no sentir frio, se sienta con cuidado en los talones de sus pies, eso causo un poco de malestar en su cintura. Fruño su rostros al sentir esa pequeña incomodidad.
Parecía un gatito con pereza esperado a su pareja, esa mirada marrón verdoso buscan por todos lados a la persona con la que esperaba despertar entre sus brazos.
Todo estaba arreglado como si los que destrozaron la habitación no hubieran sido ellos.
Mire con pereza atraves de ese vidrio reforzado, el sol brillaba mucho. ¿Cuanto tiempo llevo dormido? ¿Dónde está Dariel? Quería despertarme a su lado como lo hacemos todo los días.
Los ojos marron verdoso brillan con felicidad al ver que Dariel se acercaba al lugar, su expresión era un tanto molesta.
Dariel abrió la puerta encontrándose con la mirada aún somnolienta de Sam, no pudo evitar sonreír por la ternura que generaba verlo de esa manera.
—Buenos día amor mío—Mueve un poco el cabello de Sam, para poder besarle esa linda frente—¿Incómodo?—Masajea de la cintura hacia bajo.
—Serían buenos días si hubieses estado cuando desperté—Lo mira con reproche—Y si, es muy incómodo.
Siento que ahí abajo palpita un poco con irritación no duele solo es incómodo.
—Lo siento—Posa su mandíbula en el cuello de Samuel—Wilmer me llamo para hacer una videoconferencia con los socios y inversionistas ¿Me perdonas?—Lo levanta en sus brazos.
Sam abraza ese fuerte pecho, frota su rostro en esa camisa blanca de seda muy suave.
—No—Lo mira a los ojos—Primero tienes que hacerme un rico desayuno.
—Ya lo preparé, no tardaran en venir a dejarlo—Entran al baño, Dariel le quita la bata y ropa interior a Samuel para ponerlo en la tina.
Sam suspira profundamente al sentir como el agua tibia envuelve su cuerpo, olor esos aceites lo relajan mucho.
—Mm~—La mano de Dariel había tocado mis pesones cuando mojaba mi pecho—Duele—Lo mira con molestia.
—No lo hago apropósito—No estaba mintiendo, el solo quiere ayudarle, ya que su cuerpo está débil e incómodo—No te sorprendas—Avisó.
Dariel llevo su mano entre las piernas de Sam, con sus dedos toco esa parte quería comprobar que tan inflamado está, fue un alivió que la hinchazón ya había bajado pero no la molestia al sentarse.
—¿No piensas volver hacer el amor conmigo?—Pregunta con una mirada un tanto culpable por verlo hecho más de una vez cuando era su primera vez.
Dariel lavó sus manos en el lavado, tomo el cepillo verde para ponerle pasta dental. Volvió a arrodillarse enfrente de Sam.
Samuel tomó el rostro de Dariel en sus manos, lo mira fijamente con una sonrisa que llegaba a sus ojos.
—Fue doloroso al principio pero después se sintió bien, muy bien—Recalca con unas mejillas rojas—Era mi primera vez...
—Nuestra primera vez—Corrige—Contigo he tenido mis primeras veces y quiero seguir teniendo muchas más.
—¿No has tenido pareja?
—No, no podría estar con nadie que no fueras tú, yo soy solo todo tuyo y tu solo mío—Besa la palma de la mano de Sam.
—Si—Deja un casto beso en la frente de Dariel—Eres solo mío—Toma el cepillo para cepillarse los dientes y poder besar los labios de Dariel.
Dariel limpió la espuma de esos rojos labios. Sam se enjuaga la boca para luego escupir hasta que el agua salió clara.
Saboreó los dulces labios que he estado anhelando desde hace ratos, Dariel invade mi cavidad bucal con su inquieta lengua la cual se cruza con la mía mezclándose entre sí. Es un beso apasionado.
—Te amo—Confiesa con su voz pesada—Soy el hombre más feliz—Envuelve el cuerpo de Sam en una bata blanca, seca el cabello para luego sostenerlo en sus brazos y llevarlo a la cama.
Estando ahí, Dariel deliza hacia afuera la gaveta de enmedio de la cama, si, tenía esa función. Pone en sus dedos un poco de crema. Levanta un poco la bata al igual que separa las piernas de Sam.
Esto sigue siendo vergonzoso, me siento tan vulnerable con esa mirada hipnotizante Azul-violeta viendo esa parte mientras con sus dedos frota suavemente causando espamos en mi sensible cuerpo.
—D-Dariel—Lo nombra tímidamente—No me veas tanto es vergonzoso cuando me miras fijamente.
El rostro de Sammy esta rojo, podía ver qué estaba humeante por lo tímido o avergonzado que estaba. Lindo, muy lindo.
—Ya terminé—Besa los labios de Sam, al mismo tiempo que le pone ropa interior—No te sientas avergonzado porque siempre apreciaré tu alma y cuerpo con amor—Se abalanza sobre el, comienza a besarle toda la cara del alfa menor.
—Jajaja..me haces cosquillas.
Su sonrisa resuena por todo ese espacio como bellos ecos que regocijan de felicidad, el alfa mayor que no para de besarlo.
—Dariel—Con sus manos sostiene el rostro de Dariel, logrado hacer contactó visual, se miran tiernamente con aquella devoción que solo va dirigida a cada uno.
Sus corazones se vuelven uno al latir al mismo ritmo, los sentimientos devotos y sinceros se mezclan como sus feromonas al hacer contactó entre sí creando una conexión jamas vista, aquellas mordidas que se hicieron solo para pertenecerse se les fue concedido, no iban hacer borradas, se quedarán en sus cuellos como la promesa de su amor eterno.
—¿Sentistes ese sentimiento de hace un momento?—Pregunta Dariel.
—Si, mi cuello ardió un poco—Frota ese lugar—Creo que la mordida en mi cuello hizo contacto con la tela de la bata.
—Se borra en unos dos días—Comenta decepcionado.
—Puedes volver a morderme—Con sus manos se sostiene del cuello de Dariel—Y yo te morderé a ti—Da pequeños golpecitos con el dedo índice en la nariz del alfa mayor.
—Eso me parece bien—Lo levanta de la cama, Sam braza con sus piernas las cintura de Dariel—Vamos a desayunar.
Descaradamente mete sus manos bajo de la bata de Sam, amasa esa carne como amasar la masa a la hora de hacer galletas, con mucho cuidado y amor.
—¿Dónde desayunaremos? Todavía ando en bata.
—Como a tres metros de este lugar y no abra nadie cerca solo nosotros dos.
Debajo de dos pequeños árboles de sobra, ahí hay una mesa para dos personas con un rico desayuno, frutas cortadas, galletas especialmente para Sam, más un vaso de leche, y una taza de café.
—¿A qué horas despertaste para tener tiempo para hornear?—Dariel me deja con cuidado en la silla con un suave cojín.
—Las siete de la mañana.
—¿Ya es tarde?—Muy emocionado le di un pequeño sorbo a mi vaso de leche con temperatura media.
—Si, ya son las diez de la mañana—Lleva un pedazo de pechuga a su boca.
—Pase tres horas durmiendo solo—Sus mejillas se inflan como las de una ardilla, pero con un bigote de leche de gatito.
—Amor, no fue mi intención no es como que quería ir fui obligado porque mi asiente me amenazó que renunciará—Limpia ese bigote para después lamer su dedo.
—No me seduzcas—Le advirti con el cuchillo en manos, Dariel solo sonríe como tonto—El pobre debe de estar agotado por tanto trabajo en la empresa ya qué su jefe solo pasa en la villa—Saborea su desayuno.
—Debes de estar siempre de mi lado, mi amor—Finge estar herido—Su salario no es poco, es el único empleado que gana más de lo que es debido.
—Porque se lo tiene más que merecido con tantas horas extras—Lo contradice.
—Entonces voy a pasar en la empresa y Amaron se hará cargará del filme nos veremos solo los fines de semana.
—Me parece bien—Eso no era lo que Dariel quería escuchar.
El pensó que Sam diría que no, que no estaba bien eso que quería verlo todo los días pero no fue eso lo que escuchó.
—Sammy—Pone una mirada de animalito herido.
—Me pondría ansioso si las cosas cambian y te veo solo los fines de semana—Su presencia es lo que más me gusta—Asi que lo siento por Wilmer, pero solo podrá llevarte de mi lado solo cuando sea muy importante tu presencia.
El el rostro de Dariel se pintó con una gran sonrisa, su mano se entrelazó con la de Samuel, se sentía tan bien, mejor que nunca. Alimentaba a Samuel, con algo de timidez Sam abría su boca para complacer al alfa mayor.
—¡Joven maestro no puede dar un paso más!—No muy lejos se escuchaba la voz desesperada de Víctor.
—Victor, no quiero golpearte. Quiero ver a mi primo—La voz es aguda e irritada.
—Espere aquí yo iré por él, por favor—Suplica.
—¿Por qué no puedo ir ahora mismo?.
Dariel levanta a Sam en sus brazos para entrar a la casa antes de que llegará, no quería que viera a Samuel en esa manera que para el es sexi.
—¿Quién es?—Pregunta confundido.
—Es mi primo Hodei Simmons, hijo mayor de mi tío nos llevamos un dos años de diferencia—¿Por que está aquí? Debería estar en el extranjero.
—¿No saldrás a recibirlo?
—No, quiero estar contigo que espere o que vuelva al extranjero—Abraza a Sam.
—Vamos a recibirlo yo quiero conocer a tu familia—Peina el cabello de Dariel—¿Tengo ropa en este lugar?
—Si, iré por ella—Cruzo hacia la derecha llegando al armario, de ahí tomo un conjunto de ropa casual y zapatillas de lona.
Dariel como un fiel mayordomo vistió a su amo muy cuidadosamente, para el alfa mayor eso era un gran honor.
—¿Crees que le agrade?—Estoy nervioso.
—Si—Y si no, solo le daré una páliza para que regrese al extranjero y dejé de molestar—¿Estás bien? No quiero que te esfuerces, podemos dejar las presentaciones para otro dia.
—Si me siento mal te lo hare saber.
—Esta bien—Besa los labios de de Sam—Vamos.
Los dos salieron del lugar con sus manos entrelazadas, Hodei está sentado donde anteriormente ellos habían estado.
Los genes de la familia Simmons son muy dominantes, Hodei tiene un bonito cabello cobrizo que le llega por el cuello, cejas retas pobladas del mismo color al igual que sus tupidas pestañas. Su mirada Azul-violeta es seductora como juguetona, piel de porcelana.
Sus brazos son fuertes al igual que ese par de hombros anchos, pectorales definidos. Tiene un cuerpo envidiable, Hodei solo saco el cabello de su madre lo demás es como estar viendo a su padre de joven.
—¡Primo!—Corre hacia el intenta abrazarle.
—No te atrevas es asqueroso—Pone su gran palma de la mano en el rostro de Hodei, empujándolo hacia atrás—¿Que haces aquí?
—¿Que hago aquí?—Lo mira incrédulo—Mi papá me envió aquí para ver cómo estabas no creyó lo que dijites la última vez de que estabas bien, y de que no eras el de las noticias.
—Ya que comprobantes que estoy bien puedes irte.
—Que insensible por eso estás solo.....—Sus ojos se abrieron de par en par cuando se percató de Sam escondido detrás de la espalda de Dariel.
—Hola—Agita su mano, dejo de esconderse. Dariel lo abraza por detrás.
—¡Samuel Astor!—Ese gritó asustó un poco a Sam.
—Deja de gritar—Acaricia los oídos de su novio—Casi nos rompes los tímpanos.
—¡Como no estar emocionado! Cof, cof...digo como no sorprenderme, el es Samuel Astor uno de los modelos más famosos en el extranjero—¿Cómo reaccionara mis amigos si me tomo una foto con el?
¿Soy famoso en el extranjero? ¿Entonces mis fanáticos son más de allá que de aqui? Eso no me lo esperaba. ¿Les gustaba mi lado narcisista e egoísta?
—Entonces las suposiciones son ciertas, ¿Están saliendo?
—Si, si estamos saliendo—Responden al unísono.
—Entiendo, ¿Que le vio?—Le Pregunta a Samuel—Dariel es una persona con cero interés en las personas, frío más que le polo norte, podría jurar que hasta su corazón está congelado.
—No es así, Dariel es dulce, su corazón es más fuerte que un toro, pero muy cálido. Para nada es frío, tiene muchas cualidades. Es un descarado sinvergüenza pero es mío y lo amo.
Hodei mira con horror a Dariel, no podía creer que estaba sonriendo, fue tan rápido que le tomo una foto porque si no, su familia no le iban a creer que se volvió un estúpido enamorado.
—Joven maestro Astor—Habla Víctor.
—¿Si?
—Su hermano mayor....
—¿Por qué no respondes las llamadas?—Kole mira con un ceño fruncido a Dariel—Quedamos en que lo llevaría a casa antes de el almuerzo.
Tenían visitas inesperadas, ellos solo querían pasar una dulce mañana solo los dos, apreciando la naturaleza de ese lugar.
—¿Yo dije eso? No me acuerdo—Sonrio.
Maldito Leo albino, quiero golpearlo pero Sam se molestara si daño lo único bueno que tiene y esa es su cara.
—Kole.
—¿Si?—Cambia su tono de voz y expresión.
—¡¿Un perro?!—Puedo ver su cola.
—Vuleve arrepentir eso....—Kole se quedó un poco sin habla al ver a Hodei.
Sus miradas conectaron como un capullo al abrirse con suavidad hasta que el último pétalo queda suelto convirtiéndose en flor.
—¿Soy yo o lo veo todo en cámara lenta?—Susurra.
—No, no eres solo tú, yo también lo estoy viendo. Vámonos ante que vomité—Me recuerdan Eder y Silas.
—Si, escapemos de aquí.
Dariel levanta a Sam en sus brazos, intenta escabullirse sin que esos dos sientan su presencia.
—¡Samuel Astor!—Kole se expresa con algo de molestia—¿Dónde vas? Vine para llevarte a casa—Va tras ellos.
¿Que fue eso? Por un momento mi corazón se agitó un poco, sentí que su mirada hipnótica estaba viendo en lo más profundo de mi alma, era una mirada jamás vista y eso que he salido con varias personas pero está mirada fue muy diferente. Creo que me voy arrepentir de ver vendido a visitar a mi primo.
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