+18 capitulo 42

Mis ojos están vendados, puedo oler diferentes fragancias proveniente de las flores y rosas del jardín de Garden royal. Desde que llegamos mi loco alfa me vendo los ojos.

La mano de Dariel sostiene la mía, puedo sentir seguridad. Yo le confío mi vida con los ojos cerrados, se que jamás me soltará pero si llegara un día donde tenga que elegir vivir o que Dariel viva, yo elegiría la segunda opción.

—Ya casi llegamos—Camina por un camino iluminado de pequeñas luces—¿Estás nervioso?

—Al principio si pero cuando tomaste mi mano eso se esfumó—Sonrie—Ya conozco Garden Royal no podrás sorprenderme.

Lo que me sorprendió fue que mis padres me dejaran pasar la noche aquí, mi padre solo frunció el ceño. El que hizo mucho escándalo fue Kole, por poco y se pelea con Dariel.

—¿Cómo estás tan seguro?—En su rostro se dibuja una sonrisa—Yo que me acuerde solo has visto el jardín de enfrente, el invernadero. ¿O ese día que nos conocimos no fue solo el invernadero el que invadistes?

—No lo invadí—Bueno si pero no lo voy aceptar—Si la villa es mía entonces Garden Royal también, eso significaría que no invadí nada—Se defiende.

—Si—Lo levanta en sus brazos—Todo lo mío es tuyo, un día no muy lejano serás Samuel de Simmons—Muerde la mejilla de Sam.

—Suena bien—Frotra su rostro en el de Dariel—Estoy feliz, muy feliz.

Habían llegado al lugar donde se realizaría una romántica cena, es una pequeña casa de una habitación con sala incluida y baño hecha de vidrio que solo se podría ver para fuera no para adentro. Esta a unos 40 metros de la mansión principal, escondida en medió de un bastó jardín de diferentes rosas y tulipanes.

El lugar es iluminado por la luz tenue de la luna dándole un toque más romántico.

—Quitarte la venda.

Samuel, retiró su venda cuando se la quitó por completo se quedó boquiabierto por lo que estaba viendo.

Es hermoso es como entrar al bosque de los elfos, sus casas adornas con la naturaleza y flores al rededor muy hermoso. ¿No escribí algo así? Tampoco sabía que existía un gran espacio detrás de la casa principal.

—¡Es precioso! Es elegante y a la vez sencillo me gusta mucho, cuando vivamos juntos podemos hacerlo aquí en vez de vivir en esa extravagante casa principal.

El corazón de Dariel se agitó como gelatina al escuchar las palabras de su amado, el rostro de Samuel brilla de felicidad.

—Donde quieras estar, yo estaré contigo—Antes de entraron al lugar, Dariel se quitó los zapatos al igual los de Samuel.

El piso está lleno de pétalos de rosa, en la sala había una mesa para dos con una elegante cena más una botella de champagne, enfrente está la cama decorada estilo nupcial con dos corazones hechos de pétalos de rosa roja y blanca.

El nerviosismo que anteriormente había desaparecido volvió con más intensidad, sus manos comenzaron a temblar, todo el lugar le indicaba que el día tan esperado había llegado. Tan nervioso estaba que dejó salir sus feromonas, Dariel solo las inhaló con deleite.

—Yo también estoy nervioso—Susurra cerca del oído de Samuel.

Al principio creí que eran mentiras que era solo para calmar mis nervios pero olí sus feromonas y están tan descontroladas como las mías.

—Te amo—Expresa con un inmenso amor.

—Y yo te amo a ti—Besa la bonita frente de Samuel, lo acomoda en la silla, el se sienta en la otra enfrente de Sam.

Los dos se miran fijamente para luego sonreír como dos tontos, acomodan las servilletas en su cuello y regazo, Dariel sirve el champagne en las copas.

—Quiero ser un brindis—Sam, levanta la copa de vino—Dariel, gracias por aparecer en mi vida. Había perdido toda esperanza de que algún día yo podría llegar a ser feliz, entonces apareciste tú como un tsunami llevándose todas mis inseguridades y a la vez llenándome de felicidad con el más mínimo de talle...yo no podría vivir sin ti.

La mirada de Dariel se cristalizó un poco, ver los bellos ojos de su amado sonreír con cada frase es tan gratificante.

—Sammy, puede que nos conocemos desde hace poco pero yo siento que te conozco desde hace mucho tiempo, me enamoré de cada gesto, voz, mirada y dolor, yo solo quiero mostrarte y darte mucha felicidad. Desde que te conocí mi corazón ya no me pertenecía porque ya es tuyo.

Sellaron el brindis con un casto beso en sus labios, entrelazan sus manos izquierdas, las copas hacen un clik al tocarse entre ellas, dieron un pequeño sorbo. Empiezan a cenar a un ritmo lento.

Cuando terminaron no dijeron nada más, solo le dieron un último sorbo a la copa con champagne, Dariel se levantó de la silla, extiende su mano para que Sam, la tomé y así fue Samuel la sostuvo con fuerza.

El alfa mayor levanta en sus brazos a Samuel, este rodea con sus brazos el cuello de Dariel. Con sus piernas se aferra de las caderas del alfa mayor.

—¿Estás seguro?—Lo mira fijamente.

—Si, estoy seguro—Sus alientos tenían una rica fragancia a dulce—Solo hazme el amor—Besa los labios de Dariel.

Dariel corresponde el beso con amor, sus manos están en las caderas de Sam, las masajea con suavidad. Samuel se frota en el cuerpo de su novio.

Este beso es más dulce, su respiración es caliente a la vez fragante mezclada con el champagne y nuestras feromonas, puedo sentir el inquieto miembro de Dariel, duro como el bambú. Quería salir de esos ajustados pantalones.

Mi cuerpo toco la cama encima de los pétalos de rosa, mi respiración se volvió irregular, no se que expresión tenía en mi rostro pero se que Dariel lo esta disfrutando como yo, mi alfa tiene una mirada ardiente. Se quita la camisa, el está modelado para mí.

Su figura es tan caliente, pectorales firmes, hombros anchos. Cintura estrecha, ver ese abdomen me hace desear pasar mi lengua por ese lugar.

Samuel tragó grueso al ver qué Dariel está por despojarse de su boxer, lamió sus labios cuando el Alfa mayor quedó como dios lo trajo al mundo, con sus manos temblorosas se despojó de su camisa y pantalón.

Dariel, deslizó con ternura la ropa interior de Samuel, lo lanzó junto a la demás ropa que está esparcida por el piso.

Subí a la cama, separé las blancas esbeltas piernas de mi seductor novio. Mi boca comenzó a producir más saliva de lo normal que se hacia agua, Sammy es hermoso, ardiente. Me arrodille en medio de ellas, a precio cada parte del cuerpo de mi Sammy.

Su mirada marrón verdosa me miran con timidez, mis dedos traza un camino que sube hacia su cuello rodea sus pezones, hace círculos en el marcado abdomen, Sammy se estremece a la vez que respira de forma pesada.

—No me mires tanto—Cubre sus ojos con su mano.

—Eres hermoso, quiero apreciar cada parte de ti, rozar tu desnuda piel.

—¡Ahg!—Dariel, frotó su miembro con el mío, fue un roce estremezedor.

Dariel deslizó su mano debajo de la almohada donde reposa la cabeza de Sam, de ahí saca un tira de preservativos con sabor a fresa y dos pequeños botes de lubricantes, Samuel abrió sus ojos en grande al contar los preservativos.

—No los vamos a usar todos—Besa la frente de Sam.

Eso no quiere decir que un día no los vayamos a usar, tal vez hasta necesitemos más.

El alfa mayor se puso el preservativo, Sam vuelve a ponerse más nervioso al ver qué tan grande es esa parte de su novio, se aferra de la sábana con un poco de miedo.

—D-Dariel, tienes que ser paciente—Mi corazón palpita más rápido.

—Lo seré, si me dices que pare pararé—Besa los labios de Sam, el alfa menor abraza el cuello de Dariel.

Mi mano frota el duro pezón de mi amado, Sam gime un gemido que muere en nuestros lujuriosos labios, su cuerpo bajo el mío, tiembla por mis toques es un sueño que jamás creí que podría cumplir ahora mismo está por hacerse realidad.

—Mm~—El frío pegajoso lubricante moja la pequeña y rosada entrada de Samuel, su cuerpo se tensa al sentir los dedos del alfa mayor rosado el lugar.

Los alfas nacieron sin poder sentir placer por ese lugar, no sé cómo será en mi caso solo sé que Dariel ya me hace sentir bien con solo besarme o tocarme mi cuerpo ya es una llama ardiente.

—¡Ahgm!.~—Dariel lame, muerde mis pezones con gentileza, me ha vuelto muy sensible tan sensible que mi falo ya está goteando pre-semen.

—Voy a poner un dedo—Susurra cerca del cuello de Sam, causado grandes escalofríos que le erizan la piel, el cuello es la parte más sensible de Sam—Si te incómoda me lo haces saber—Muerde la clavícula.

—Mm~. Yo...yo te diré...Aah!!—Dariel, iba introducido con gentileza su dedo índice.

Estrecho, puedo sentir sus paredes estremecerce por mi repentina intromisión. No sé si podrá entrar otro dedo, será difícil para mí Sammy, no quiero ponerlo incómodo.

Solo fue un dedo pero se sintió un poco doloroso a la misma vez raro, mis manos se sostiene de los anchos hombros de Dariel, el está haciendo un desatre en mi cuerpo con su boca, lame, succiona cada parte de mi de manera obscena.

No deja ningun momento en hacerme sentir bien para que mi cuerpo este relajado, así podrá insertar otro dedo en mi interior.

—!Aah~!—Mi cuerpo se tensó, un dedo era difícil dos dedos es mucho más. Mi respiración es caótica, cada vez que inhaló mi estómago se siente apresado.

—¿Me detengo?—Suena preocupado, con su mano libre acaricia los ojos llorosos de su amado—¿Es difícil?—Posa su frente en la de Sam.

—N-No—Pone más presión en su agarré en los hombros de Dariel—Quiero ser...ser tuyo en cuerpo y alma tenerte dentro de mí.

En un momento estaré embistiendote, voy a llegar hasta lo más profundo de tu ser, moveré mis caderas con diligencia—Pude sentir como el cuerpo de Sammy, se relaja, tiene dos espamos seguido, su interior se contrae.

Mi cuerpo se volvió un flan sin fuerza alguna, la voz de alfa de Dariel, inundó cada parte de mi ser. Me relaje demasiado tanto que mi alfa aprovecho para introducir un tercer dedo.

Sus dedos se mueven como de tijera dentro de mí, dilata ese lugar para poder recibir algo más grande, más duro y caliente.

—¡Aaah~!—¿Qué fue eso? Se sintió como corriente eléctrica—Ahgn~—Otra vez ese placer.

La mirada de Sam, es muy brumosa y cristalizada tiene una expresión tan excitada.

—Encontre..tu punto G—Habla entre cortado.

Esta muy delicado espero que sea suficiente para poder entrar sin lastimar a Sammy, si lo veo llorar me detendré.

—D-Dariel—No quiero sus dedos, lo quiero a él.

—¿Si?—Pone la mitad del lubricante en su falo para que se vuelva más deslizable.

Mi entre pierna ya quiere poder saborear el interior de mi Sammy, está muy duro que es incómodo solo quiero poder ser uno con la persona que tanto amo.

—Hazme el amor con esto—Con sus manos toma el falo de Dariel, abre más sus piernas. Lleva esa cosa dura a su entrada—Entra a mí, mi alfa.—Sus zafiros se volvieron verde sin el marrón, solo verde oscuro. Sus feromonas estaban cargadas de deseó por ser poseído por el hombro que lo mirá con una mirada tan oscura como el color negro.

Sammy, te amo—Con una mano sostiene la cintura de Sam, con la otra su miembro que hace círculos en la entrada del joven Alfa, a los segundos lo introduce muy suavemente.

Samuel gime de manera ruidosa al sentir como sus paredes virginales se iban desgarrado suavemente y un poco doloroso, muerde su labio para no hacer tanto ruido, sus ojos derraman lágrimas, su manos que se aferran de los hombros de Dariel, se hundía en esa piel de porcelana.

—¡Sammy!—Se asusta al verlo llorar, quiere salir. El no quería hacerlo llorar de dolor—Yo..lo siento, podemos parar.

—N-No—Detiene el movimiento de Dariel—Es nuestra primera vez es lógico que duela...si no lo hacemos la siguente vez va hacer igual—Sabia que iba hacer difícil—...Te dije que fueras paciente...

—Pero no quiero verte llorar—Limpia las lágrimas de su Sammy—Quiero hacerte feliz.

—Y estoy feliz—Con sus manos sostiene el rostro de Dariel, frota las mejillas con sus temblorosos dedos—Tu eres mi felicidad, estás lágrimas son de dolor pero también de alegría porque me volveré uno contigo.

—Sammy, no te merezco eres un angel.

—Eres la persona que más me merece, Te amo, solo márcame con tus caricias, deja tus huellas en mi.

Te amo mi alfa—Besa los labios del tembloroso Sam.

Tan caliente, puedo sentir como ese pequeño espacio se expanden de manera sorprendente, mi miembro está siendo devorado por esa cálida cueva.

—¡Aah~!Con una última estocada el Alfa entro por completo en el interior de Samuel.

El joven alfa se sostuvo con más fuerza de los hombros de Dariel, tanto que sus uñas hacen pequeñas muestras de amor en ellos.

¡Duele, duele maldita sea! Siento que algo se rompió ahí abajo. ¡¿Encerio entro toda?! ¡Esas enorme cosa entró! Espero que si porque si no, no sé si podré seguir.

—Respira—Debi detenerme, debí prepararlo más tiempo. Yo...

—¿P-Por qué lloras?—Sus lágrimas mojan mi pecho—No eres tú el que casi se parte en dos—Jala las mejillas de Dariel.

Se ven tan adorable, aún cuando llora lo hace con elegancia, soy yo el que debería estar llorando como un bebé no mi alfa.

—No quiero ver esa expresión de dolor, hace dolor mi corazón—Me recordó esas veces cuando soñaba que iba a visitarlo al hospital, no puedo olvidar esa desgarradora imagen.

Es como un gran león triste que lame su melena de manera vulnerable pero a la vez adorable.

—Mi amor—Besa los labios de Dariel—Eres demasiado lindo—Sonrie—Solo es un momento mientras me adaptó a tenerte dentro, luego pasará, ¿Si?—Vuelve a besar los labios de su amado.

Las cosas se tornaron al revés, yo debería ser mimado no el causante que hace que ponga está expresión pero pude volver a ver esa mirada hipnotizante que me pertenece solo a mí.

—¿Me moveré?—Sostiene la cintura de Sam, este solo asiente con su cabeza.

Dariel se movió lento para acostumbrar a Samuel y disminuir la incómoda de Sam, el joven alfa gime con cada pequeña estocada de las caderas de Dariel.

Todavía es muy estrecho, se me es difícil moverme a mi voluntad, su interior se contrae con cada movimiento opresando mi miembro con ferocidad, se siente demasiado bien ese placer mezclado con su cálido interior es la cuarta, no, la octava maravilla.

Sus movimientos son suave pero adentro se sienten fuertes al tocar mi próstata que sería mi punto "G" se supone que los alfas no se relacionan entre ellos solo por no oler las feromonas o por su interior que no es el de un Omega que puede mojarse, ¿pero entonces que es ésto que estoy sintiendo si no es placer?

Mi cuerpo se derrite como chocolate con cada embestida, besos y sus deliciosos toques en toda mi rojiza piel. Se siente muy bien, tan bien que todo yo soy una zona erógena. Nuestros cuerpos son elementos de fuego que se se conecta entre.si, ardiendo en llamas quemandonos por el placer que nuestros cuerpos genera.

Los dos cuerpos están envueltos en una epifanía, todo ese lugar es ambientando con sus excitas, emocionadas feromonas que cubre esos cuerpos que se besan, con cada embestida cargada de ferocidad y dulzura.

La espalda de Sam se volvió un arco, Dariel había golpeado dos veces seguidas su punto más dulce, sus ojos verdes oscuro se vuelven blancos por el placer, Dariel olfatea el cuello del joven Alfa, causado que el interior se contrae.

—¿P-Puedo morder?—Lame el lado derecho del pálido cuello de Sam.

Quiero dejar mi marcar aunque se que se borra en dos días máximo, a un así quiero encajar mis colmillos en ese lugar donde no hay glándulas las cuales no importan. Solo quiero morderlo.

—S-Si...si puedes—Dicen que dejarse morder es un acto de sumisión lo cuál me importa una mierda, yo solo quiero todo lo que provenga de mi alfa.

Sam movió su rostro a un lado para que el alfa tuviera mejor visión, los zafiros Azul-violeta se vuelve oscuros al mismo tiempo que encaja sus colmillos.

—¡Mm~!—Sus colmillos afilados penetran mi suave y blanda piel, es doloroso pero al mismo tiempo se siente bien, sus feromonas se volvieron más fuertes y fragantes.

Mi cuerpo convulsiona con una epifanía, escuchó como Dariel gime al sentir como mis paredes lo apretan con fuerza, como pudo se movió más rápido. Lame la mordida en mi cuello.

—Muerdeme—Jadea—Muerdeme, Sammy—Suplica, pone su cuello cerca de la boca de Sam.

Sam no se reuso el sacó sus colmillos, lamió ese lado derecho del cuello luego lamió sus labios.

Mordí esa hermosa piel de porcelana, el miembro de Dariel tembló dentro de mí, fue raro pero placentero. Mi boca tenía un gusto a hierro después de volver a lamer la marca dejada por los colmillos.

Dariel buscó los labios de Sam, lo besa con pasión, sus lenguas se mueven como un vaivén como ese movimientos de cadera, embistiendo con precisión ese mismo lugar que hace gemir de manera ahogada a ambos alfas.

Con un movimiento más ambos tocaron la cima del cielo, los volcanes habían erupcionado, la lava del cuerpo de Samuel había salpicado el abdomen de Dariel. Sus labios no dejaban de besarse sin importar qué sus cuerpos estaban débiles y sin fuerza.

Dariel, mira esa mirada hipnotizante brumosa—Te amo, Sammy—Sale de el, se acuesta a un lado atrayendo a Sam, a sus brazos.

—Te amo, Dariel—Ronronea de felicidad.

Ambos solo se quedan ahí mirándose a los ojos con una mirada éxtasiada de felicidad, no era necesario decir lo mucho que disfrutaron ese acto de sus cuerpos convirtiéndose en uno, trasmitiendo esos sentimientos que no podían decirse con palabras.

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