Capítulo 8: ❝Bodas & Coronaciones❞ [Parte 2]

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  Por otro lado, las únicas chicas que seguían en la suite que Rosie compartía con sus mejores amigas en la residencia eran la futura reina de Auradon y su Consejera Real, ya que las demás ya se habían ido al Castillo de Bestia.

—No se lo digas a Evie pero este vestido de novia es tan hermoso... que me da pena usarlo con la persona incorrecta. —Habló la castaña, quien estaba mirándose en el espejo de cuerpo completo. —No sé cómo estaré un año entero con él.

—Realmente esa chica se esmeró en hacer ese vestido. —Le dio la razón la descendiente del mayor Mason, mirando el atuendo de arriba hacia abajo y viceversa, hasta que pensó en algo que logró angustiarla. —Debe de ser muy valiente al hacer un vestido para alguien que se casará con la persona que supuestamente quiere. —Comentó ella, mordiéndose el labio inferior con fuerza.

—Sí, es precioso, no sé cómo agradecérselo... —Admitió Rosie, tomando el velo para luego colocárselo. —Ella sabe que no lo quiero, y si pudiera hacer algo para impedir esto lo haría, pero una reina tiene que hacer lo que tiene que hacer.

—Realmente deberías al menos darle un beso de agradecimiento hoy como mínimo, pero no creo que te sea fácil así que olvida la idea. Ya se lo agradecerás lo suficiente algún día. —Sugirió su mejor amiga, sonriendo a pesar de que no se sentía del todo bien después de todo lo que había sucedido en su vida. —Por alguna razón me siento insegura hoy. —Confesó, bajando la mirada.

—Sí, yo también creo que merece un beso, lo intentaré pero... no quiero que ella crea que es un beso de despedida. Quiero estar con ella cuando pueda divorciarme de Ben, pero esto no es justo para ella, no quiero que sienta que tiene la obligación de esperar a que cumpla 18 y ya no exista algo que me obligue a seguir con Ben. —Exclamó la futura reina de Auradon, triste, dio media vuelta para encarar a su compañera de habitación. — ¿Insegura? ¿Por qué? Si eres hermosa, si eres todo lo que cualquiera desearía tener a su lado... ¿O es porque tus ataques de ansiedad regresaron?

—Son muchos factores los que influyen en mi estado de ánimo, Ro, entre ellos los ataques de ansiedad. —Murmuró Carter, bajando la mirada hacia el suelo debido a la vergüenza que sentía.

—Cuéntame, sabes que tus secretos están a salvo conmigo. —Pidió la reina de Costa Luna, levantando su mentón para hacer contacto visual con ella, tomó sus manos y entrelazó sus dedos. —Necesitas desahogarte con alguien.

—No te preocupes, Ro. —Dijo la morocha, separándose de ella velozmente para luego mirarla a los ojos y forzar una sonrisa. —Todo está bien.

—No, sí me preocupo, no vas a mentirme en la cara. —Se opuso su mejor amiga, negando con la cabeza. —No habías tenido un ataque de ansiedad desde hace muchos años, creí que te iba a perder, así que no te atrevas a guardarte tus sentimientos porque no me voy a casar hasta que hablemos con sinceridad de todo lo que está sucediendo contigo. —Exclamó con decisión, logrando que Carter comenzara a pensar en Mal y en lo que había pasado con ella cuando la vio por última vez.

—La desaparición de mi diario me tiene inquieta, me está afectando de gran manera, solo eso es lo que me sucede. —Respondió la chica que solía vender cebo en Luisiana, llevándose las manos a la cabeza debido a la frustración que la invadía en ese preciso momento.

—Respira conmigo, ¿si? —Pidió Rosie, comenzando a inhalar y exhalar para luego ser imitada por su compañera de misión. —Tranquila Car, lo vas a encontrar, además... no hay manera de que alguien se entere de lo que escribiste ahí; tú misma te encargaste de eso. ¿No hay nada más que quieras contarme?

—Mal va a volverme loca. No sé qué mierda le vi. —Confesó la Consejera Real, mordiéndose el labio inferior mientras llevaba sus manos hacia sus caderas. — ¡No sé qué me pasa, Ro! ¡No la puedo sacar de mi mente! ¡Minuto a minuto su maldito recuerdo invade mi mente y mi mundo se desmorona! —Gritó, desesperada, mientras sus ojos se llenaban de lágrimas.

—Yo sí sé lo que te pasa. Estas enamorada, Car, y no puedes engañar a tu corazón ni a tu cabeza. Tienes que aceptarlo, amas a esa villana. —Afirma la futura reina de Auradon, a pesar de que detestaba ver tan triste a su chica. —Hey, si realmente quieres dejar de sufrir por ella, no puedes ignorarla por siempre. Tienes que decirle todo lo que sientes antes de que te vayas...

— ¡Yo no la amo! ¡No, no y no! —Alzó la voz la morocha, cubriéndose el rostro con sus manos para evitar que Rosie viera cuanto le dolía decir esas palabras. — ¡De ninguna manera voy a ir a hablar con ella! —Se opuso inmediatamente, sentándose en su cama. Su compañera de habitación suspiró hondo mientras negaba con la cabeza.

—No puedes negar tus sentimientos, si lo haces seguirás sufriendo y tendrás más ataques de ansiedad. —Insistió la descendiente de la ex reina Sophia, tomando asiento a su lado en la cama y colocando una mano sobre su hombro. —Ok, no le hables, yo lo haré por ti. ¿Qué quieres que le diga?

— ¡No le dirás nada! ¡Ella no merece nada de mí! ¡La odio! ¡Es una maldita que me utilizó solamente! —Gritó Carter, cerrando los ojos con fuerza para no llorar, logrando sobresaltar a su mejor amiga. — ¡No la quiero ver nunca más! ¡Absolutamente nunca más! —Prosiguió mientras empezaba a llorar, inmediatamente Rosalinda la rodeó con sus brazos.

—Car, tal vez ella no tuvo la intención de perder tu diario, tal vez fue un accidente... ¿No has pensado en que existe esa posibilidad? De todas maneras, ella no merece tus lágrimas. —Susurró la prometida de Ben, intentando consolarla, pero lo único que logró fue aumentar su llanto. —Tranquila, no la verás más cuando te vayas a casa, tranquila...

—Pero es que... Es que me duele Ro... —Sollozó la hija del mayor Mason. —De solo pensar en que estaba llena de marcas en el cuello aquella noche en que perdió mi diario... ¡Me pongo mal! ¡No puedo evitarlo, maldición!

—Hey, eso lo hizo para darte celos, pero... ¿con quién estaba? Porque toda esa situación me parece muy rara. —Dijo su mejor amiga, quien seguía abrazándola con fuerza, pero tenía el presentimiento de que algo extraño estaba sucediendo. —Car, escúchame, sí puedes. Yo lo sé, tú lo sabes, tu padre lo sabe. Eres Carter Mason, la hija de un agente secreto, la misma chica que se arriesgó a renunciar a todo lo que tenía para salvarme, la chica que literalmente engañó al general que había tomado el poder en Costa Luna para impedir que él me secuestrara, la chica que sabe lo fuerte que es y que no se rinde jamás. Esa Carter Mason que conozco jamás dejaría que una villana jugara con su corazón, esa es la persona que quiero que seas cuando comience mi casamiento.

— ¡Con esa princesa con una obsesión por el rosa! —Responde la morocha, separándose de ella, furiosa. — ¡Esa maldita! ¿¡Cómo se atreve a marcar a mí Mal!? ¡Si yo pudiera hacerlo, la mataría, desgraciada hija de puta! —Gritó, comenzando a caminar en círculos por la habitación, ignorando todos los halagos de su compañera de misión.

—Gracias por prestarle tanta atención a mi discurso motivacional. —Murmuró la futura reina de Auradon, sarcástica. Se cruzó de brazos mientras oía las quejas de su mejor amiga, comenzó a analizar sus palabras y no tardó en pensar en una teoría, por lo tanto se incorporó de la cama y detiene a la chica que solía vender cebo en Luisiana, tomándola por los hombros. — ¡Carter! ¡Cállate y escúchame, por favor! Audrey estaba prestando atención a la pelea que tu padre inició en el día de la familia, luego estuvo a solas con Mal hasta que los VKs y tú intervinieron, y la invitó a tener sexo en su habitación durante esa misma noche, que es la misma noche en la que tu diario desapareció... ¿Entiendes lo que estoy intentando decirte?

— ¡Esa puta! —Alza la voz la chica de Luisiana al comprender las palabras de su mejor amiga, caminó hacia la puerta y le dio un puñetazo. — ¡Primero se acuesta con mi chica y luego se roba mi diario! ¡La voy a enterrar viva! ¡La voy a matar por perra! —Grita, furiosa.

— ¡Carter, te harás daño! —Le recriminó Rosalinda, haciendo una mueca de dolor al ver que ella golpeaba la puerta, entonces caminó hacia ella para apartarla de ahí y tomó sus manos. — ¡Tranquilízate! No puedes ir a mi boda estando tan enojada, no voy a permitirlo. Por favor cálmate, eres mi Consejera Real, no puedes matarla. Además, recuerda el código del PPP, ningún agente puede dañar a otra princesa. Tienes que comportarte durante todo el evento así que te quedarás cerca de mí para que no hagas ninguna estupidez y luego veremos cómo recuperaremos tu diario. Ah, y tienes que disculparte con Mal, porque tú y tu padre se equivocaron: ella no es una ladrona.

— ¡Audrey no es ninguna princesa! ¡Es una víbora! —Se quejó la morocha, indignada.

—Car, no dejes que tus sentimientos nublen tu juicio, te guste o no ella sí es una princesa y tienes que tratarla como tal. —Habló la hija de la ex reina Sophia.

— ¡Si fuera por mí, me disculparía muy bien con Mal! —Accedió la descendiente del mayor Mason, pero luego se arrepintió de cambiar de tema tan abruptamente. —No, no me voy a disculpar con esa villana, ella me lastimo. —Dijo, bajando la vista hacia el suelo.

— ¡Te vas a disculpar con ella porque es lo correcto, además tú también la lastimaste muchísimo! —Exclamó la castaña, intentando hacerla entrar en razón.

— ¡Te odio Rosalinda! —Protestó Carter, soltándose de su agarre y cruzándose de brazos, apartando la mirada de su chica.

— ¡Sé que me amas! —Replicó la futura reina de Auradon. —Por favor, si no quieres hablar con Mal para sanar tu corazón, hazlo por mí. No quiero que te vayas sintiendo rencor hacia ella. —Insistió, logrando que la chica de Luisiana la observara de reojo para luego volver a ignorarla.

—Lo voy a hacer pero solo porque eres mi reina, Rosalinda, y si no lo hago no me dejarás venir a verte nunca más. —Se excusó la morocha. — ¡Pero yo no quiero hablar con ella! —Mintió inmediatamente.

—Y porque eres mí mejor amiga y me adoras con toda tu alma, no sé que demonios harías sin mí. —Alardeó la prometida de Ben, quien era consciente de que su mejor amiga la estaba engañando. —Sí, claro, no quieres hablarle... Pero sí quieres besarla y hacerla tuya hasta romper la cama; ¿no es así? —Añadió, guiñándole el ojo, logrando que su compañera de habitación se sonrojara.

— ¡Nunca! ¡Yo no la volveré a tocar ni aunque entre por la puerta con un ramo de flores! —Volvió a mentir Carter, aún sonrojada y nerviosa, logrando que la castaña se riera.

—Deja de mentirte a ti misma, hermosa. —Pidió Rosie, tomó su celular para mirar la hora y frunció su ceño al ver que ya casi era hora de que su casamiento comenzara, el tiempo realmente se le había pasado muy rápido. —Oye, ¿no es hora de que vayas al castillo para verificar que todos ya llegaron? Además de que sabes que tu padre me llevará hasta el altar... Y es tu oportunidad para hablar con Mal.

—Yo no hago eso. —Habló la castaña, negando con la cabeza mientras caminaba hacia ella para ver la hora en su celular. — ¡Rayos! ¡Tengo que moverme! —Dicho esto, abrió la puerta de la habitación y salió corriendo de allí sin siquiera mirar atrás.

— ¡Claro que sí! —Aseguró la futura reina de Auradon, entre risas. — ¿Qué haría sin ella? —Murmuró la castaña mientras caminaba hacia la puerta para cerrarla, se recargó sobre la misma y suspiró hondo.

Here comes a beast, meant to break me away. —Empezó a cantar para luego comenzar a caminar por su habitación hasta que llegó a su escritorio en donde había un retrato de Ben junto a ella, lo dio vuelta. —A king that is taking me under. Broken again, left with nothing to say, my voice drowned out in the thunder... —Dijo y se llevó la mano al corazón, luego miró su diario íntimo que también estaba sobre el escritorio.

But I can't cry, and I can't start to crumble, whenever they try to shut me or cut me down. —Prosiguió la joven agente del PPP, cerrando el libro y avanzando hacia la ventana, a través de la cual podía ver todo el reino que a partir de hoy sería suyo; incluyendo la Isla de los Perdidos.

I can't stay silent, thought they wanna keep me quiet, and I tremble when they try it. —Murmuró la chica de Costa Luna, caminando hacia el balcón de la suite mientras admiraba el paisaje. All I know is I won't go speechless...

♛♛♛

 Mientras tanto, en el salón principal del Castillo de Bestia, todos estaban reunidos para la boda, que comenzaría en cualquier momento.

—Hija, quería preguntarte algo. —Habló Aurora, logrando captar la atención de la princesa de Auroria, quien estaba acomodando su vestido. —La chica de la que te enamoraste... que te recuerda mucho a ya sabes quien... ¿es posible que Mal sea su hija, mi amor? —Cuestionó, refiriéndose a Maléfica, o como la Bella Durmiente solía llamarla hace años: su hada madrina.

—Madre...—Empezó a hablar su descendiente, nerviosa, pues la pregunta la había tomado por sorpresa. Debió haberse dado cuenta de que su progenitora iba a suponerlo tarde o temprano, pues la ojiverde se había esforzado por ocultarlo, pero la verdad era que era bastante obvia. —...sí, tienes razón, lo es. —Admitió, viendo como sus mejores amigas caminaban tomadas de la mano hacia ella.

— ¡Te ves hermosa, Audrey! —La halagó Jane cuando ambas aparecieron frente a ella, entonces la reina de Auroria se alejó para buscar sus asientos junto al resto de su familia. —Y recibimos tu mensaje, ¿de que querías hablar?

—Sí Audrey, te ves linda, pero ¿de qué se trata esto? —Inquirió la descendiente de Mulán, curiosa.

—Gracias, ustedes también se ven preciosas. —Exclamó la rubia, sintiéndose orgullosa de su look. —Debo hablarles de un asunto serio así que quisiera que nos apartemos un poco de la gente. —Pidió, bajando el tono de su voz.

— ¡Vamos al baño a hacer un trío! —Sugirió la pequeña hada con emoción, pero al sentir que las personas a su alrededor la observaban, se sintió incómoda y comenzó a jugar con sus manos. —O podríamos ir afuera, necesito un poco de aire fresco.

—Sí, podríamos hacerlo y deberíamos invitar a Mal... —Añadió la princesa de Auroria, considerando llevar a cabo esa propuesta, pero al percatarse de sus palabras no tardó en sacudir la cabeza para alejar esos pensamientos. —Salgamos de aquí ya, chicas. Este bullicio de gente me hace asfixiarme y no puedo sudar, ¡o mi hermoso maquillaje se arruinara! —Ordenó mientras comenzaba a caminar hacia la salida, siendo seguida por sus amigas.

—Si quieres te doy una tocadita en este preciso momento, Jane. —Murmuró Lonnie en el oído de su novia, acariciando su pierna mientras caminaban entre la gente.

—Mejor hazlo después de que Ben & Rosie se casen, así festejaremos de una vez por todas por este día increíble. —Susurró la menor, dirigiéndose hacia la puerta principal, disfrutando de las caricias que su pareja le brindaba.

— ¿De qué ruecas endemoniadas hablan tanto, par de pervertidas? —Preguntó Audrey, mirándolas de reojo al escucharlas murmurando. —Muévanse ya que debemos hablar urgentemente.

—Me alegra que Ben se casará con Rosie en lugar de hacerlo con Audrey, así podemos hacer tri... salir siempre juntas como amigas sin interrupciones. —Se corrigió inmediatamente la hija de Mulán, sonriendo con nerviosismo.

— ¿Desde cuándo tú hablas así, Audrey? —Inquirió la descendiente del hada madrina, sorprendida ya que la rubia jamás utilizaba ese tipo de lenguaje que no era propio de una princesa como ella. — ¡Lonnie, ya entendimos, cariño! —Dijo para luego salir por la puerta del palacio, siguió caminando hasta que las tres estuvieron lo suficientemente alejadas de aquel edificio.

—Desde que soy rebelde. —Contestó simplemente su mejor amiga, mordiéndose el labio inferior al recordar todas las expresiones que la chica de cabello morado había dicho mientras gemía y se sonrojó.

—Eso es nuevo, pero me agrada. —Admitió la chica de ojos azules. — ¿Y qué deseas contarnos?

—Quiero hablarles de algo muy serio chicas, pero tienen que mantener la calma, ¿creen que podrán hacerlo? —Exclamó Audrey, observando a su alrededor, vio como las dos asentían con la cabeza y respiró hondo. —Hay villanos en Auradon ahora mismo.

— ¡¿Qué?! —Dijeron sus mejores amigas al unísono, tan shockeadas como sorprendidas.

—Pero ¿cómo es posible? ¿Por qué? ¿Quienes son? ¿Por qué nadie hace nada? ¿Y tú cómo lo sabes? —La interrogó la pequeña hada, llevándose la mano al pecho.

— ¡Audrey! ¡Habla de una vez, mujer! —Exigió su pareja cuando la rubia se quedó callada.

— ¡No me den órdenes! —Gruñó la hija de Aurora, sacudiendo la cabeza para salir de sus pensamientos, luego suspiró hondo. —Hay cosas que desconozco, en fin, ellos están muy cerca de nosotros; honestamente están cerca de la futura reina. —Comenzó a explicar, pronunciando la última palabra con odio.

— ¿Cerca de nosotros... y de la futura reina? —Repitió la chica de ojos azules, asimilando sus palabras. —Dinos quienes son porque ¡tenemos que hacer algo! ¿Advertirle a Ben? ¿O a la señorita Carter?

— ¡Nunca le avisaría a esos dos estúpidos, mal vestidos y patéticos! —Gritó Audrey, alterada. — ¡No vuelvas a mencionar a Carter delante de mí, Jane! —Exigió, señalándola con el dedo.

—Cálmate Audrey, no te enojes por solo dos nombres. —Intervino Lonnie, colocándose delante de su novia.

—Perdón, lo lamento, no lo volveré a hacer. —Se disculpó la pequeña hada, abrazando a su pareja por detrás. —Pero... ¿Quiénes son los villanos? ¿Qué podemos hacer nosotras para evitar que nos lastimen?

—Cuéntanos quienes son las personas que vienen de la Isla de los Perdidos. —Pidió la joven guerrera, sin dejar de observar a la rubia, pues defendería a su chica si ella quería golpearla.

—Muy bien, pero manténgase calladas por nuestro propio bien. —Accedió la chica de vestido rosado, mirando a sus amigas quienes asintieron con la cabeza. —Ellos son los chicos que le hacen escolta a Rosalinda. Supongo que no tengo que decir sus malditos nombres. —Dijo, colocando sus manos en sus caderas.

—No... No puede ser... Pero son tan... amables y respetuosos... ¿¡Y nos estuvieron engañando todo este tiempo!? —Habló Jane, separándose de la descendiente de Mulán para colocarse a su lado. — ¿Crees que la futura reina lo sepa? —Dudó, logrando que Audrey sintiera ganas de ahorcarla por haberse referido a Rosie de esa manera.

—Claro que ella no sabe nada, es una maldita estúpida como su consejera, que es una arpía maldita... —Gruñó la descendiente de la Bella Durmiente, molesta.

— ¿Por qué odias tanto a Carter? —Inquirió Lonnie, curiosa, pero su mejor amiga la observó con odio y ni siquiera contestó ya que no deseaba cometer un asesinato durante una boda.

—Y yo no creo que deberías faltarles el respeto, sobre todo en el día del casamiento de Rosie... —Añadió la pequeña hada, mirando de reojo a su novia. —Eso no interesa Lo, ¿crees que ellos... tengan malas intenciones? Porque si es así, no podemos quedarnos sin hacer nada.

—Ok, cállense ya las dos. —Exigió Audrey, quien había dejado de oírlas. —Lo que pasa es que me involucré demasiado con alguien y descubrí que en realidad es mi peor enemiga, pero por si fuera poco, esa persona me vuelve loca. —Confesó, mordiéndose el labio al pensar en la hija de Maléfica, logrando sorprender a las chicas de Auradon.

—Ese alguien es Mal, ¿no es así? —Sugirió la chica de ojos azules, captando la atención de las jóvenes que la acompañaban, Jane se encogió de hombros. — ¿Qué? Soy hada, no estúpida, yo también las vi besándose en el día de la familia.

—La chica de cabello morado sí que sabe cómo besar... —Murmuró Audrey, recordando aquel momento en el que unieron sus labios por primera vez, pero luego se dio cuenta de lo que estaba haciendo. — ¡¿Eres una espía, Jane?! —Gruñó, acercándose peligrosamente a ella.

— ¡No la toques! —Le advirtió la descendiente de Mulán, interponiéndose entre ambas para evitar que se lastimen. — ¡Mi chica no tiene culpa de que seas una descuidada!

¡Claro que no lo soy! —Aclaró la hija del hada madrina, sintiendo algo de miedo al ver a su mejor amiga tan enojada con ella. —El jardín es enorme y yo estaba paseando y las vi, fue pura casualidad, pero no le dije nada a nadie; ¡te lo juro! Como sea, concentrémonos en lo importante por favor, ¿tienes un plan para detener toda esta locura?

—Sí, tengo un plan que consiste en huir de Auradon cuanto antes porque sospecho que tarde o temprano aquí se va a armar un desastre. —Contestó la rubia, quien respiró hondo antes de proseguir—: Además de que dentro de poco querrán matarme.

— ¿Huir y... dejar todo atrás? ¿Para siempre? —Dudó Jane al escuchar aquella idea, no parecía estar muy convencida de que eso era lo que tenían que hacer, pero se preocupó aún más cuando escuchó las últimas palabras de la princesa de Auroria. — ¿Cómo que van a querer matarte? Por toda la magia, Audrey, ¿en qué carajo te metiste? —Le recriminó, haciendo una mueca, intercambiando miradas con su novia pues no podía creer todo lo que sucedía.

—No entiendo qué esta pasando en este momento, pero si hay que pelear yo busco espadas. —Exclamó la joven guerrera, decidida.

—Yo tampoco entiendo, aunque si hay que luchar yo tengo mi varita mágica. —Se ofreció la pequeña hada, sonriendo, pero luego comprendió las intenciones de la hija de la Bella Durmiente. —Oh, amor, ella no quiere luchar; quiere escapar... sin que nadie lo sepa, ¿verdad?

— ¡Vamos a pelear! ¡Tengo ganas de demostrarle a mi mama que puedo ganar guerras como ella! —Continuó alardeando Lonnie, alzando su puño con una sonrisa victoriosa.

—Y lo harás mí amor, porque eres fuerte, decidida y capaz. —Le aseguró su novia.

— ¡Silencio! —Intervino la chica de vestido rosado, harta. — ¡Tenemos que huir de aquí porque me robé algo muy importante para alguien y a esta altura ya lo arruiné todo! ¡Además de que descubrí que Mal es hija de Maléfica y para mi desgracia estoy enamorada de ella! —Alzó la voz, sin siquiera pensarlo dos veces.

—Ok, ok, ¡cierra la boca antes de que alguien te escuche! —Exigió Jane, comenzando a ponerse nerviosa. —Bien, nos iremos, pero ¿cuándo nos vamos y a dónde?

— ¡Si supiera a donde huir, te lo diría! —Protestó Audrey, llevándose las manos a la cabeza, hasta que se le ocurrió una idea. — ¡Lo único que se me ocurre es escaparnos a la Isla de los Perdidos!

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