Capítulo 29: ❝Un cumpleaños especialmente extraño❞ [Parte 3]
En el Castillo de Bestia, Chad estaba volviendo a acomodar las almohadas en la cama de Audrey, en donde Rosie descansaba.
La chica de Luisiana había pasado por mucho, lo mínimo que merecía tener era algo de comodidad.
El rubio se apartó de la joven reina cuando la puerta del baño de aquella habitación se abrió, pues la hija de Aurora acababa de darse una relajante ducha y se había puesto ropa un poco más cómoda.
— ¿Necesitas algo? ¿Un té? ¿Algo de compañía? ¿O unas deliciosas galletitas como las que Auro...? —Sugirió el descendiente de Cenicienta, mientras la chica de Auroria caminaba hacia la ventana.
—No la nombres. —La interrumpió la Reina del Mal, deteniéndose frente a la ventana y observando hacia el exterior. —Vete a ver si Dizzy aún tiene pesadillas.
—Como desees, Su Majestad. Con su permiso, me retiro. —Accedió el AK, haciendo una reverencia y luego girándose para irse del cuarto, cerrando la puerta con cuidado. Chasqueó la lengua. —Ugh, a veces desearía seguir siendo un pez en lugar de tener que cuidar a la insoportable de mi prima. —Gruñó antes de comenzar a caminar hacia su nuevo destino, justo cuando Uma apareció frente a la puerta del cuarto de la chica de Auroria por arte de magia, decidió golpear la misma.
— ¿Audrey? —La llamó la chica de cabello turquesa. — ¿Estás aquí?
—Como desearía que nada de esto hubiera ocurrido. —Masculló la descendiente de Aurora, con la mirada perdida en la ventana, hasta que oyó aquel sonido y se giró lentamente, tomando el cetro que había dejado apoyado contra la puerta del armario. —Pasa. —Dijo, al instantes la morena ingresó al cuarto, sonriendo.
— ¿Cómo está la novia más hermosa y malvada del mundo? Creí que te agradaría que regresara aquí ahora que estamos bien... —Exclamó la brujita del mar, antes de cerrar la puerta con su pie, dirigió su vista hacia la agente del PPP que dormía en la cama de dos plazas. La sonrisa desapareció de su rostro, siendo reemplazada por una mueca de preocupación. — ¿De qué me perdí, mi reina del mal? ¿La mataste...?
—No está muerta... —Replicó la AK, tomando asiento en la ventana y dejando caer el Ojo de Dragón al suelo, frustrada. —Está dormida... La encontré saliendo de la Isla junto a Carter, Jane, Shang y Lonnie así que me pelee con ellos, la puse a dormir y la teletransporté aquí, luego apareció Mal; se hizo dragón y me distraje intentando matarla, al final los otros escaparon... —Explicó antes de volver a mirar por la ventana.
—Ay, gracias a Lucifer no está en un sueño eterno. —Comentó la pirata, sintiendo alivio, caminó hacia la AK para sentarse a su lado en la ventana. Le dio un beso en la frente. —Oh, así que esas estúpidas y Shang se escaparon, que mala suerte. Pero ya los encontrarás, no te preocupes. Ahora ¿qué te tiene tan preocupada, bonita? Estas... rara.
—No es nada... Solo... —Empezó a hablar Audrey, quien recostó la cabeza en el marco de la ventana y cerró sus ojos. —Sólo es inseguridad creo... —Murmuró, aunque tenía un mal presentimiento.
— ¿Inseguridad? ¿Por qué sientes eso, mi amor? —Inquirió la hija de Úrsula, a quien le dolía verla de esa manera tan desanimada. Tomó sus manos, entrelazando sus dedos. —Cariño, yo no voy a dejar que nadie te lastime, ¿ok? Te voy a proteger, no importa lo que pase.
—Sólo es una tontería... Como no pude matar a Mal hoy mi autoestima bajó mucho... Pero da lo mismo... —Dijo la chica de Auroria, mirándola a los ojos para luego sonreírle. —Tú tienes razón... Nadie nos hará nada, mi amor. —Aseguró antes de besar su mejilla, mientras aún sostenía sus manos.
—No, no es una tontería, peleaste tú sola contra un dragón; eso requiere de mucha valentía y estoy muy orgullosa de ti. —Masculló la pirata, sonriéndole con ternura. —Nadie nos hará nada, sé que pronto serás más fuerte y acabarás con Mal, pero mientras tanto... ¿qué vas a hacer con Rosie?
—Dejarla dormir... No quiero despertarla y que se ponga a molestarme... —Respondió la AK para luego bostezar, estaba un poco cansada. —Maldita Mal... Hoy esa cretina me hizo sudar... Últimamente estoy quemando muchas calorías... Entre Lucifer... Dizzy... Tú y Mal me tienen correteando y brincando de aquí para allá... Y esa cosa gasta más energía que nada... Estoy a punto de lanzarlo por la ventana. —Se quejó, mirando el cetro de reojo.
—Esa es una buena idea, pero me voy a poner celosa si ella duerme aquí contigo. Pero cariño, estás agotada. ¿Por qué no descansas, mí vida? —Sugirió, entonces desvió la mirada hacia el Ojo de Dragón. —Sí, podrías lanzarlo por la ventana para que duermas tranquila por una noche... O puedes pasar una noche conmigo.
—No estoy con la energía para mover a Rosie de ahí... —Gruñó Audrey, quien se soltó de la pirata para tomar el cetro, lo miró con el ceño fruncido. —Llévala al cuarto de Dizzy. —Le ordenó, pero el objeto mágico ni siquiera brilló, así que la Reina del Mal soltó un gruñido antes de lanzarlo al suelo con fuerza.
— ¡Audrey, cuidado! ¡Esa cosa se puede romper en cualquier momento y eso es muy peligroso! —Le advirtió la descendiente de Úrsula, preocupada.
—Basura de cetro, se nota quien es tu dueña original... —Protestó la chica de Auradon, estresada.
—Es un palo de mierda. —Concordó la villana, quien ladeó la cabeza. —Mira, yo llevaré a Rosie al cuarto de Dizzy, puedo llevarme el cetro también para que estés más relajada y puedas dormir. —Sugirió, buscando su aprobación.
—No. Déjalo aquí. Yo no quiero que lo toques. —Se opuso la Reina del Mal, decidida. —Y no lleves a Rosie con Dizzy, no confío en esa mocosa. Ni sé como aún no la he matado.
—Ok, ok, no lo voy a tocar. —Accedió la morena, elevando las manos. —Hey, no hables así de Dizzy, ella no merece que la dañes. Y si no la quieres aquí, puedo llevármela lejos de ti. También puedo llevar a Rosie a alguna de las habitaciones para huéspedes, hay miles aquí. —Exclamó, tratando de ser cuidadosa con sus palabras.
—La hija de Drizella sí merece que hable así de ella, yo soy la que no merece nada de lo que ustedes me hacen. —Le recriminó la Reina del Mal, testaruda. —No. Rosie se quedará aquí.
—No nos critiques, ya nos disculpamos por todo lo que te hicimos, ya olvídalo por favor. Tú dijiste que nosotras estábamos bien, pero eso no es lo que parece ahora mismo. —Pidió Uma, dolida. —Bien, si así lo quieres. —Exclamó, entonces una lágrima descendió por su mejilla, pero la limpió rápidamente.
—Sólo... Sólo olvídalo Uma... Vamos a otro lado. —Cambió de tema la chica de Auroria, levantándose de la ventana y extendiendo su mano izquierda. —El cetro, ahora. —Exigió, pero esta vez el objeto mágico salió disparado hacia ella con más potencia de lo normal, golpeándola en el pecho y haciéndola caer al suelo.
—Bien, ¿a dónde podemos ir? —Inquirió la brujita del mar, incorporándose de su asiento, frunció su ceño cuando el Ojo de Dragón hizo aquella acción inesperada. — ¿Estás bien? —Dudó, corriendo hacia ella y ofreciéndole su mano para ayudarla a levantarse.
— ¿¡Qué ruecas endemoniadas significa esto!? —Protestó Audrey, viendo como el cetro salió rodando en dirección opuesta mientras brillaba. Gruñó, indignada. —Esa porquería me golpeó fuerte pero sí estoy bien.
— ¿Qué carajo pasa con esa cosa? —Dudó la pirata, confundida.
— ¡No tengo ni idea! ¡La rebeldía de todos hacia mí es increíble! ¡Hasta el cetro se me rebela! —Se lamentó la Reina del Mal, tocándose el pecho de repente y aceptando la mano de la otra chica, incorporándose.
La villana llevó a la AK hacia la cama para que tomara asiento al lado de la chica de Costa Luna.
—Nadie se rebela contra mí chica, ni siquiera un estúpido palo lleno de magia negra. Tranquila, quédate aquí sentada, yo arreglo esto. —Protestó Uma, entonces hizo brillar su collar para combatir con la magia oscura del Ojo de Dragón. — ¡Cetro malo! ¡Eso no se hace! ¡No debes lastimar a Audrey! ¡Cetro malo! ¡Ven aquí ya! ¡Si quieres meterte con alguien métete conmigo, no con ella! —Lo regañó, caminando hacia el objeto mágico, el cual se incorporó y dejó de brillar para luego comenzar a hacerlo de manera extraña.
—Uma... Creo que el cetro está enojado porque lo uso mucho... —Sugirió Audrey, confundida. —Oye, creo que... —Insistió, viendo cómo el cetro resplandeció más fuerte, por lo tanto se lanzó sobre la pirata; haciéndola caer al suelo antes de que el Ojo de Dragón disparara una ráfaga de magia negra muy potente.
— ¿¡Cómo se va a enojar!? ¡Es un palo de madera con lucecitas como las de navidad! ¡Ese patético pedazo de madera no tiene sentimientos! —Lo insultó la morena, indignada. — ¡Hey, hey! —Chilló cuando el cetro las atacó.
— ¡Por todas las ruecas endemoniadas! ¡Esa mierda nos va a matar! —Masculló la descendiente de Aurora, el objeto mágico cayó al suelo, dejando de emitir aquel brillo. Ambas jóvenes se incorporaron, la AK tomó la mano de la morena. —Creo que lo mejor es que salgamos de aquí, Uma...
—Gracias por salvarme... Pero esa mierda está enojada, larguémonos de aquí pero tu nueva Bella Durmiente se viene con nosotras y no voy a aceptar un no por respuesta. —Exclamó la pirata, haciendo brillar su collar y concentrándose para lograr que la magia de aquel accesorio sea suficiente fuerte para que el cuerpo de Rosie las siguiera flotando. Sonrió cuando vio que eso sucedió, por lo tanto corrió hacia la puerta y se la abrió. —Ahora larguémonos de aquí, sal primero. —Dijo rápidamente, la chica de Auroria fue tras ella velozmente pues el cetro le asustaba.
— ¡A la sala del trono! ¡Plan huida del cetro! —Chilló Audrey, abandonando la habitación y riendo como una niña pequeña mientras corría.
— ¿Sabes qué? Esto es más divertido que todas las persecuciones que he tenido en la isla. —Masculló la morena, divertida, mientras bajaban las escaleras corriendo; siendo seguidas por el cuerpo de Rosie que flotaba tras ella. —Ese cetro no sabe con quién se metió.
—Últimamente todo lo que me rodea me causa problemas. —Se lamentó la chica de Auroria cuando finalmente las tres llegaron a su destino, se dirigió hacia el trono para sentarse ahí, quitándose la corona y lanzándola al suelo. —Me hacen falta vacaciones. —Se quejó.
—Pues me encantaría causarte placer en lugar de problemas. —Exclamó la pirata, cerrando las puertas de la habitación y haciendo aparecer un sofá para dejar a Rosie ahí, se acercó a Audrey para sentarse sobre sus piernas. —Pobrecita, ¿ser la reina del mal ya no te da tanto placer como antes? —La interrogó, haciendo pucheros y ladeando la cabeza, la otra chica soltó una risa.
—Lo que no me da placer es ese gato rompiendo mis vestidos, tú y Dizzy jodiendo y el cetro queriendo matarme... —Habló la descendiente de Aurora, burlándose de su su propia desgracia, mientras negaba con la cabeza irónicamente.
—Lucifer no volverá a acercarse a tus vestidos, ni Dizzy ni yo te molestaremos y siempre puedes renunciar al cetro antes de que intente matarte de nuevo. —Masculló la VK para luego encogerse de hombros.
—No. —Se opuso Audrey, mirándola con seriedad. —No voy a renunciar al cetro, mañana va a estar normal, y cuando eso pase lo tomaré otra vez... Estoy segura de que dentro de poco esas malditas vendran a rescatar a Rosie.
—Bueno, supongo que tienes razón, pero si vienen... las destruirás, ¿no es así? —Cuestionó la morena, quien era consciente de que la respuesta era muy obvia.
—Claro. —Aseguró la descendiente de Aurora, recostando su cabeza en el espaldar del trono. —Las acabaré sin dudar... Ninguna de ellas es capaz de vencerme.
—Así se habla, preciosa. —Le dio la razón la pirata, sonriendo con fingido orgullo, besó sus labios para luego levantarse de sus piernas. —Yo debería irme ya, te dejaré descansar. Todo este asunto del cetro me dejó algo aturdida y necesito un poco de aire. —Se excusó, pues sabía que era requerida en otro lugar.
— ¿Te vas? —Repitió la Reina del Mal, inconforme, hizo pucheros. —Pensé que ibas a complacerme.
—Estás agotada, necesitas descansar... Pero puedo quedarme unos diez minutos más. —Accedió la descendiente de Úrsula, volviendo a sentarse sobre ella y uniendo sus labios para luego comenzar a besar su cuello.
Mientras tanto, en la habitación de Audrey, el cetro se levantó del suelo y comenzó a brillar intensamente en la habitación. Empezó a flotar en el aire, haciendo que la puerta se abriera y saliendo al pasillo, por el cual comenzó a avanzar mientras brillaba con una luz muy intensa.
—El cetro, ahora. —Exigió una voz, el objeto mágico no tuvo más opción que obedecer, siguiendo aquel llamado. —Ven a mí... —Continuó la voz, mientras el cetro avanzaba, hasta que su luz se hace totalmente fosforescente y el objeto mágico se detuvo en el medio del pasillo.
—El cetro, ahora.
El Ojo de Dragón avanzó flotando mucho más rápido hacia aquella voz que lo llamaba de manera intensa, hasta que mágicamente abrió una ventana y salió del castillo, comenzando a volar para finalmente lanzar un rayo de magia negra en dirección hacia el cielo.
—Vuelve allí... —Exigió la voz, el objeto comenzó a descender y volvió a ingresar al palacio por la ventana, avanzando por el pasillo hasta volver a meterse en el cuarto de Audrey, en donde se cayó al suelo y dejó de brillar, apagándose totalmente.
Por otro lado, en el hogar –hurtado– de Evie, los VKs estaban muy ocupados; preparando los últimos detalles para la fiesta sorpresa de Uma.
—Espero que esto le guste, porque no cociné durante todo el día en vano. —Habló Carlos, quien se encontraba en la cocina, terminando de decorar el pastel. El hijo de Gastón estaba junto a él.
—Ay, sí que le gustará, es su primer cumpleaños fuera de la Isla y tiene que ser especial. —Aseguró el rubio, quien metió el dedo en la torta para llevárselo a la boca. —Está muy rica.
— ¡Hey! —Se quejó el descendiente de Cruella, entonces le dio un golpe en la mano. —Ya no hagas eso. —Exigió, indignado.
—Yo no hice nada, De Vil. —Mintió el pirata, haciéndose el desentendido, para luego mirar lo que estaban haciendo los demás. — ¡Harry! ¿Cómo vas con los globos y todo eso? ¡Jay! ¿Encontraste el alcohol? ¡Evie! ¿Colgaste el cartel que hicimos?
— ¡Explotaré cada globo con mi garfio! —Exclamó el chico del garfio, reventando un globo en el sofá. — ¡Así es como debe de ser! —Dijo, divertido.
— ¡Hook, no hagas eso! —Lo regañó el joven ladrón, quien tenía dos botellas de alcohol en la mano. —Miren, conseguí esto... O más bien, diría que me lo robé... —Comentó con orgullo, sonriendo de manera perversa.
— ¡Jay! ¡Mira esto! —Gritó Harry, tomando otro globo y acercándose hacia él rápidamente, usó su garfio para explotarle el globo delante de su rostro y soltó una fuerte carcajada malvada. — ¡Toma! ¡Soy perverso!
— ¡Hook, no hagas eso, imbécil! ¡Esos son los globos para Uma, no para que los destroces! ¡Al menos deberías esperar hasta que ella llegue para que te autorice a hacerlo! —Se quejó Gil, indignado.
— ¡Por todas las manzanas envenenadas! ¡Deja de joder de una vez con esa mierda, Hook! ¡Mis oídos sensibles no soportan ruidos fuertes como las alarmas de museo o globos siendo explotados ¡Ustedes son unos niños inmaduros! —Protestó la princesa malvada, quien estaba recostada en el suelo, pintando las letras del cartel para la chica de cabello turquesa. — ¡Uma está por llegar y ustedes aún no terminan nada!
—Me olvidé de ese detalle. —Se excusó el hijo de Jafar, haciendo una mueca, mientras que Harry continuaba reventando globos sin hacerle caso a los demás.
— ¡Evie, Jay! —Los llamó el rubio, captando la atención de ambos VKs, quienes lo miraron. — ¿Por qué no están usando los trajes de piratas que les hice? ¡Esta es una fiesta temática de piratas! —Les recordó, señalando los trajes que estaban encima de la mesa ratona en la sala de estar.
— ¡Ya voy a ponérmelo! —Gritó el joven ladrón, dejando las botellas de alcohol encima de la mesa de la cocina, tomó el traje que el rubio le había diseñado y corrió hacia el baño para vestirse ahí.
—Ay, por todos los dálmatas... Yo te ayudo con eso, E. —Habló Carlos cuando terminó de decorar el pastel, se dirigió hacia su mejor amiga para leer el cartel que decía «Feliz cumpleaños Uma la la Uma», tomó un bolígrafo y le dio más color a la última A. —Creo que ya es suficiente, cuélgalo con tu magia y ve a cambiarte antes de que mini Gaston te grite de nuevo. —Sugirió, la chica de cabello turquesa chasqueó los dedos para hacer que el cartel se colgara mágicamente en la habitación.
— ¡Ni muerta! ¡Yo no me voy a poner esa ropa! ¡La gran reina Evie sólo usa ropa que ella misma hace! —Se opuso la descendiente de Regina, tomando asiento en el sofá. —Nada me hará cambiar de idea, punto final.
—E, solo póntelo por cinco minutos. Nadie, a excepción de nosotros, sabrá que usaste ropa de piratas. —Pidió Carlos, tratando de hacerla entrar en razón.
— ¿Reina de qué? No me hagas reír, el único territorio que tenías te lo robó una princesa primorosa insoportable. —Le recriminó Gil, acercándose a ella rápidamente. —Harry me dará la razón, ¿verdad, Hook? —Dudó, dirigiendo su mirada hacia su compañero, quien aún reventaba globos.
— ¡Soy la reina Evie, maldito estúpido! ¡Me voy a casar con la reina de Auradon! ¡Y cuando eso pase, te tragarás tus palabras! —Se defendió la chica de la Isla.
—Si quieres que eso pase, primero tu reina tiene que salir de la Isla y eso no le será nada fácil, tú no tuviste problema en abandonarla. —Le recordó el rubio antes de sacarle la lengua.
—La sacaré de la Isla yo misma cuando acabe con Audrey... —Afirmó la VK, pensando en todo lo que debía hacer. —Se lo debo y lo haré...
— ¿Te gustaría usar tu magia para crear tu propia ropa de pirata? —Sugirió De Vil, cuando aquella idea brillante apareció en su mente.
— ¡Por fin alguien usa el cerebro, en serio! —Exclamó su mejor amiga, levantándose del sofá y chasqueando los dedos, transformando sus prendas en ropa pirata. —Así es como la gran reina Evie debe lucir, siempre fantástica.
— ¿Ves? Te ves sensacional, no fue tan difícil. —Le dijo el hijo de Gastón, alzando una ceja. —Tal vez lo hagas, pero dudo que llames la atención de la verdadera reina de Auradon.
— ¡Rosie no te ama! —Alzó la voz Harry, apuntándole con el garfio y luego arrojándole un globo que le dio en la cara. — ¡Ella ama a Carter, no a ti! —Bromeó, pues le estaba gustando poner a la VK de mal humor.
La joven diseñadora lo miro con odio y apretó los dientes, furiosa.
—Rosie me ama, estoy se... —Comenzó a hablar Evie, pero se quedó en silencio luego de recordar los últimos momentos que había pasado con ella en la Isla. — ...Segura. —Murmuró, sintiéndose totalmente insegura.
—Ya fue suficiente, dejen de molestarla. —Intervino De Vil, mirando a los piratas con seriedad, pues ya estaban siendo demasiado desubicados. — ¡Cariño, apresúrate, Uma no debe tardar demasiado en llegar! —Le gritó a su novio y se acercó a la ventana para ver si ella estaba cerca.
Unos instantes más tarde, Jay salió del baño, luciendo un traje pirata junto con un garfio.
— ¡Ahora sí me las pagarás, Hook! —Prometió el joven ladrón, entre risas, preparándose para lanzarse encima del pirata para golpearlo con el garfio.
— ¡Vaya, vaya! —Gritó Harry, esquivando al otro VK y apuntándolo con su propio garfio. — ¡¿Estás retándome!?
— ¿¡Acaso no es obvio!? —Replicó el moreno, lanzándose sobre él, ambos comenzaron a golpearse mientras jugaban con sus garfios.
— ¡Oigan, idiotas, dejen eso para después! —Ordenó el pecoso, quien aún continuaba observando por la ventana. — ¡Uma ya viene! ¡Escóndanse y apaguen la luz! —Exclamó al verla aparecer en el jardín delantero de la casa, entonces el menor de los VKs corrió a ocultarse detrás del sillón.
— ¡Que comience la fiesta pirata ya mismo! —Dijo Harry, separándose del otro VK y golpeando el interruptor de la luz con su garfio para apagarla, corrió a esconderse en el baño junto a Gil.
Evie y Jay se ocultaron en la cocina, permaneciendo en silencio.
La hija de Úrsula abrió la puerta de la casa y entró a la misma, encendió la luz y suspiró hondo.
—Este es el cumpleaños más largo que he tenido en mí vida. —Bufó la morena, pero frunció su ceño al ver los globos en aquella habitación. Cerró la puerta con el pie. —Pero ¿qué mierda pasa? —Dudó, confundida.
Harry y Gil fueron los primeros en abandonar su escondite, corriendo para abrazar a la recién llegada.
— ¡Feliz cumpleaños a la mejor capitana! —Gritaron ambos a coro mientras la rodeaban con sus brazos, usando su fuerza. — ¡Feliz cumpleaños a la capitana más valiente de los siete mares!
— ¿¡Ustedes hicieron todo esto por mí!? —Gritó la brujita del mar, correspondiendo al abrazo de sus dos mejores amigos y luego separándose de ellos. —Gracias chicos, no era necesario, pero muchísimas gracias.
La chica de cabello azul salió de la cocina junto a Jay, ambos sonrieron al ver la escena.
— ¡Feliz cumpleaños Uma! —Chilló Evie, caminando hacia los piratas junto al otro VK. Al llegar junto a ellos, Uma la abrazó, el joven ladrón arrojó unas serpentinas sobre la pirata.
— ¡Y así es como el camaroncito se nos pone viejo! —Bromeó el hijo de Jafar, soltando una pequeña risa. La chica de cabello turquesa le dio un golpe en el brazo.
— ¡Feliz cumpleaños, Umita! —Dijo Carlos al salir de atrás del sillón y le dio un beso en la mejilla. Uma simplemente lo abrazó con todas sus fuerzas, queriendo protegerlo de todo lo malo.
— ¿Cuál es mí nombre? —Dudó ella cuando ambos se separaron, entonces comenzó a despeinar al joven ladrón, quien empezó a reírse.
— ¡Uma! —Respondió Jay, feliz, antes de pasar su garfio por el cabello de la joven.
—Sí lo sabes. —Exclamó la brujita, emocionada, quitó aquel garfio de su cabello. —No me arruines el peinado, que dudo que Evie quiera hacerme otro si se lo pido. —Le advirtió, mientras Gil se dirigía hacia la cocina.
— ¡Vaya, vaya! —Habló Harry, acercándose a Uma con su propio garfio. — ¿Y ahora qué hará la capitana pelendo contra dos piratas con garfios? —La interrogó, pero su capitana le arrebató el objeto en un rápido movimiento.
—Desarmar al más idiota de los dos, querido. —Respondió la chica de cabello turquesa, aproximando el garfio hacia el cuello del chico, jugando.
Evie se aproximó hacia Carlos, entrelazando sus brazos y tomando su mano.
—Realmente nunca esperé vivir algo como esto. —Exclamó la descendiente de Regina.
—Yo tampoco, pero... Es lindo. —Concordó De Vil, mirando aquella escena con ternura.
—Sabes, pequitas... —Habló la joven diseñadora, mirándolo con cariño, suspiró hondo. —Extraño a M.
—Yo también la extraño, E, desearía saber si está bien... pero ya no podemos. —Dijo el chico de cabello blanco y negro. —Tal vez no debimos haberla dejado en la Isla. —Se lamentó, sintiendo nostalgia y arrepentimiento.
— ¡Pero el más inteligente te lo quitará! —Alzó la voz Jay, arrebatándole el garfio a la cumpleañera y lanzándoselo al pirata, quien lo atrapó. — ¡Somos un dúo invencible, capitana Uma! ¡Hook y yo somos muy hábiles! —Habló con una sonrisa.
— ¡Hey! ¡Me llamaste capitana Uma! —Exclamó la pirata, halagada, sin importarle que él acababa de desarmarla.
— ¿¡Lo viste!? —Chilló Harry, sonriéndole y apuntándole a la joven con su garfio nuevamente. — ¡Somos imparables! —Bromeó y soltó una risita para luego darle otro abrazo a su capitana, el cual fue correspondido por ella.
—Sí, son un dúo dinámico, par de ladrones. —Les dio la razón la chica de cabello turquesa.
—No debimos dejarla pero... Creo que Mal estará mejor en la Isla... Al menos no podrá usar magia y ese dragón ya no la dominará otra vez... Además ella siempre fue y siempre será una chica de la Isla. —Murmuró Evie, pensando en la ojiverde. —Aunque esté con Maléfica sé que puede cuidarse... Pero aquí... Aquí ninguno de nosotros supo cómo cuidarla...
—No puede usar magia ni ser dominada por ese dragón, pero... está sola, E. La dejamos con Maléfica y Hades, no creo que le vaya muy bien ahora... —Masculló Carlos, quien hizo una mueca. —E, lo que pasó no fue tu culpa ni la nuestra, iba a suceder de todas maneras así que por favor ya no te culpes. —Pidió, pues detestaba verla mal.
Pero, aunque ni Evie, ni Jay ni Carlos estuvieran listos para admitirlo en voz alta, los tres sabían que aquello era su culpa.
— ¿¡Quién quiere pastel!? —Dudó el rubio cuando salió de la cocina, llevando el pastel hacia la mesa ratona de la sala de estar. — ¡Vamos a cantarle el feliz cumpleaños a nuestra capitana!
— ¡Yo quiero pastel! —Masculló Jay, corriendo hacia el muchacho para ser el primero en recibir una porción de pastel.
— ¡Yo seré el primero que comerá pastel! —Gritó Hook, dándole un empujón al joven ladrón. — ¡Soy el mejor pirata de todos! —Alardeó.
— ¡Cuidado, tarados, que me van a hacer tropezar y van a comer pastel del suelo! —Protestó el rubio, quien supo esquivarlos y finalmente colocó el pastel sobre la mesa ratona, delante de la homenajeada.
—De verdad no puedo creer que organizaron una fiesta temática de piratas solo para mí, les quedan bien esos trajes... —Mencionó Uma, sonriendo al ver el pastel. —Antes de que me canten, hay... algo que deben saber y probablemente no les va a gustar. —Exclamó, caminando hacia el sofá para sentarse ahí, esperando a que los demás la siguieran.
— ¡Uma nos quiere decir algo importante! —Exclamó el hijo de Cruella, prestándole atención a la cumpleañera.
— ¿Qué pasó? —Inquirió Evie, acercándose al sofá junto a su mejor amigo.
—Resulta que averigüe información que nos será muy útil. —Comenzó a hablar Uma, entonces miró hacia el suelo, porque estaba a punto de confesar –casi– toda la verdad—: Jane, Lonnie y Carter fueron rescatadas de la Isla por el PPP, Audrey apareció para evitar que escaparan pero no lo logró así que durmió a Rosie y la tiene como rehén, además de que Mal apareció y se puso a distraer a la hija de Aurora para que las demás pudieran escapar así que ahora la descendiente de Maléfica está libre quien sabe dónde...
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top