Capítulo 20: ❝Ceder ante la oscuridad❞ [Parte 1]
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Audrey y Dizzy estaban caminando por las calles de Auroria, la pequeña estaba comiendo un helado y mirando todo a su alrededor pues todo era realmente precioso y adoraba estar ahí.
— ¡Esto es muy divertido! ¡Todo es tan colorido! ¡El sol brilla, los pájaros cantan y todo es maravilloso! —Dijo la hija de Drizella alegre mientras comía su helado. —Cualquiera sería tan feliz aquí... —Añadió, emocionada, entonces una nube de humo celeste apareció frente a ellas; dejando ver a Uma, quien tosió varias veces hasta que el humo se disipó y frunció su ceño al verlas allí, luego giró la cabeza para darse cuenta de que no había ningún dragón siguiéndola y de que ni Jane ni Gil estaban con ella, su pecho subía y bajaba más rápido de lo normal debido a lo asustada que estaba pero se obligó a sí misma a serenarse pues no quería preocupar a las chicas.
— ¡Hola! —Las saludó la pirata, esbozando una enorme sonrisa falsa. —Vine a hacerles compañía, teníamos que robar el cetro de Jafar y nos dieron un par de horas libres para descansar así que decidí venir aquí, espero que mi presencia no sea inoportuna.
Audrey observó a la recién llegada y sonrió levemente, en cualquier otro tipo de acontecimiento similar hubiera echado a quien osara aparecer de sorpresa; pero en el caso de la pirata no... Uma era algo especial.
—Hola, Uma —Habló la reina de Auroria dibujando una sonrisa sobre sus labios—. Es un gusto tenerte aquí.
— ¡Uma! —Chilló la pelirroja y la abrazó, la hija de Úrsula sonrió y le correspondió el abrazo, acariciando su cabello. La chica de cabello turquesa se apartó de ella para entonces mirar a la descendiente de Aurora.
—Hola, Aud. —Exclamó ella con una sonrisa antes de hacer una reverencia ante ella y luego abrazarla—. Desde que salí de la Isla, quise conocer el resto de Auradon, y ahora finalmente puedo hacerlo. Quiero conocer el reino en donde nació una rubia muy bonita, así que ¿me lo enseñan?
—No seas tan cortés, ya tenemos confianza —Admitió la AK con una sonrisa y se volteó para ver a Dizzy—. ¿No te molestaría que Uma viniera con nosotras a dar un paseo?
—Eres una reina, debes ser tratada como tal. —Se justificó Uma, separándose de ella y mirando a la hija de Drizella.
— ¡Claro que no me molestaría! —Dijo la niña. — ¡Eso sería fantástico! Y... Debe probar el helado. —Añadió y le acercó el suyo para que lo probara, la joven lo hizo.
— ¡Mh, esto está riquísimo y muy frío! —Exclamó la capitana del Lost Revenge, sorprendida. —No sabía que existía algo tan delicioso, en la Isla... no teníamos eso.
—Benjamín, Benjamín, Benjamín... —Gruñó Audrey, corriendo los ojos y le dio la espalda a ambas chicas avanzando hacia el puesto de helados y sacando su monedero—. Uno de menta azul, uno de vainilla y otro de fresa —Pidió y enseguida le sirvieron.
—No puedo entender cómo estuviste con un chico como él, ¡ni siquiera lo conocí, pero en casa no lo querían! —Comentó Dizzy, viendo como Audrey iba hacia el puesto de helados mientras que la niña terminaba el suyo.
—Bueno, tampoco teníamos frutas frescas en la Isla. —Le recordó Uma y luego frunció el ceño al escuchar eso. —Espera, ¿de verdad estuviste con él? ¿Y eso cuando pasó? No lo puedo creer. —Dijo sorprendida y la miró cuando le dio un helado de menta. — ¿Esto es para mí? —Dudó, sorprendida y empezó a comerlo, desesperada.
— ¿Más helado? Eres la mejor, Aud. —La halagó Dizzy y tomó su helado de vainilla para entonces comenzar a comer el suyo. —Pero sí quiero saber cómo es que estuviste con Ben.
Audrey suspiró y se pasó delicadamente la mano por los cabellos, era muy difícil hablar de esas cosas.
—Matrimonios por conveniencia —Masculló la joven y comenzó a lamer su helado de fresa mientras caminaba—. Nunca hubo amor; aunque yo lo intenté, pero sencillamente él sólo quiso destruirme y me creó una repulsión hacia los hombres —Confesó y dio un pequeño salto de bailarina por encima de un charco.
— ¿Matrimonios por conveniencia? —Repitió la hija de Drizella mientras lamía su helado y caminaba. —Él no te merecía, entonces. No fue digno de ti.
—Ugh... Eso suena a que él solo te quiso para tenerte como trofeo a su lado, ¡eso no es justo! —Protestó Uma, dándole una rápida lamida a su helado. — ¿¡Benjamín te destruyó y te creó una repulsión hacia los hombres!? ¡Maldito sea! ¡Quisiera ir a escupir su tumba, ugh! ¡Él no te merece, tú mereces a alguien mejor, alguien como yo! —Dijo indignada hasta que se dio cuenta de lo que había dicho y se sonrojó. —Digo, sin duda alguna mereces a alguien mejor, pero ¿qué opinaba tú familia sobre esto? Y... ¿él te hizo daño? Porque si es así, te juro que lo haría pagar si pudiera, le diría a Celia que haga un trato con Hades para revivir a ese maldito gusano estúpido y hacerlo mierda con mis propias manos: ¡lo secuestraría y lo lanzaría a los tiburones! —Exclamó furiosa y se puso a saltar en el charco mientras que Dizzy solo lo rodeó mientras comía su helado.
Un suspiro salió de los labios de Audrey mientras se detenía y comía su helado observando a Uma.
—Como dije era un casamiento por conveniencia —Habló la rubia luego de comer un poco de helado—, y eso quiere decir que era arreglado entre nuestras familias. Mi abuela quería que yo fuera la reina de Auradon... —Murmuró mirando hacia el charco con una expresión de tristeza—. Mi madre nunca supo con exactitud todo lo que él me hizo, mi abuela me chantajeaba con desheredarme si hacía algo para evitar casarme con él, por lo que no tuve otra opción que callarme todo lo que sentía y aguantar a su lado... Hasta que un día todo terminó.
—Eso suena horrible. —Dijo Dizzy, horrorizada. —Un casamiento por conveniencia es algo que mi familia haría, nunca creí que la tuya podría estar de acuerdo con algo así. —Hizo una mueca y siguió lamiendo su helado, mirándola con tristeza.
—Tu familia es casi peor que la mía. —Gruñó Uma y la hija de Drizella le pisó el pie porque eso había sido innecesario. —No puedo creer todo lo que tuviste que soportar al lado de ese monstruo... Tú no mereces eso, tú mereces toda la felicidad del mundo entero, linda. —Dijo y le acarició la mejilla lentamente para luego darle una gran lamida a su helado, ensuciándose los labios.
— ¿Dónde mierda estaba el PPP cuando tú estabas pasando por esa mierda sola? —Se lamentó Dizzy, haciendo pucheros. —Déjame adivinar, ¿todo terminó entre ustedes cuando forzaron a Rosie a casarse con Benjamín? —Sugirió e hizo una mueca.
—Sí, gracias a Rosalinda no estoy muerta a causa de los golpes y los ataques de histeria de esa bestia —Dijo la reina de Auroria y miró que Uma se había ensuciado con su helado—. Te ensuciaste —Comentó, señalándole para que se limpiara.
—Deberías agradecerle por eso cuando la volvamos a ver. —Sugirió Dizzy, encogiéndose de hombros, río al ver a Uma.
— ¿Lo hice? —Preguntó la hija de Úrsula, arrugando la nariz, se limpió bruscamente con la palma de su mano y luego volvió a comer más helado, ensuciándose aún más. —Listo, problema solucionado.
—No puede ser. —Exclamó Dizzy, soltando una risita y mirando a Audrey, le guiñó el ojo para que aprovechara la oportunidad para ayudarla.
—Eres un desastre —Confesó la rubia y se metió en el charco, acercándose a Uma y limpiándole el helado con su dedo pulgar—. Hecho. Ahora sí estás limpia —Habló sonriendo y mirándola a los ojos.
—Soy un desastre al que te alegra tener cerca. —Replicó la pirata, mirándola con una sonrisa pícara. —Gracias, bonita.
— ¿Y a dónde vamos ahora? —Preguntó Dizzy, impaciente. — ¿Hay algún lugar que recomiendes, Aud? ¿Algún lugar al que tu madre te llevara o algo por el estilo? ¿O van a seguir coqueteándose mientras que yo me termino mi helado? —Dudó, alzando una ceja y volviendo a lamer su helado.
—¡Qué dices, Dizzy! —Chilló la descendiente de Aurora y sin querer le metió la nariz al helado por el brinco que había dado—. ¡Ves lo que logras! ¡Me ensucié!
—Solo fue un comentario inocente. —Se defendió la pelirroja, tratando de contener la risa. —Perdón, perdón, no fue mi intención.
—Ow, pero si eres adorable así. —Dijo Uma al ver su nariz repleta de helado. —Te ayudaré pero solo si cierras los ojos. —Puntualizó.
—Y preparas esos labios. —Añadió Dizzy y comenzó a hacer sonidos de besos, divertida, Uma la miró de reojo; pues no era mala idea.
Audrey cerró los ojos y se sonrojó inconscientemente mordiéndose el labio inferior, no podía negar que estaba muy tentada.
—Ya, ahora límpiame. —Murmuró la reina, casi temblando de los nervios.
Uma sonrió al verla sonrojada y se acercó más a ella, estando muy nerviosa, lamió lentamente la punta de su nariz que tenía el helado; le dio un beso en la nariz y luego miró sus labios con deseo pero se apartó, temiendo arruinar todo lo que tenían.
—Listo, preciosa. —Dijo la pirata. —Y, para que lo sepas, te ves hermosa cuando te sonrojas. —La halagó, mientras que Dizzy las miraba con la boca abierta, sin poder creer que no se habían besado.
Audrey abrió sus ojitos y sonrío de medio lado, feliz y sonrojada.
—Sé que soy preciosa —Dijo la rubia, con su ego alto por los halagos de Uma—. Tú también eres preciosa, ¿sabes? —Confesó y le dio un besito en la mejilla, tomándola de la mano y caminando—. Vamos Dizzy, iremos al bosque y no quiero que te quedes atrás.
—Eres la más preciosa de este reino. —La corrigió la hija de Úrsula y sonrió cuando le dio el beso en la mejilla, entrelazó sus dedos y comenzó a caminar mientras le daba más lamidas a su helado. — ¿Voy a conocer un bosque de aquí? Grandioso.
— ¿Un bosque? ¿Y qué hay ahí? ¿Mosquitos? —Dudó Dizzy, viéndolas avanzar y bufó. —Ugh, voy a tener que pensar en un mejor plan para que ellas terminen juntas. —Dicho esto, fue tras ellas.
—No hay mosquitos, Dizzy —Dijo Audrey volteándose y mirándola con una mueca—. Pero hay animales malos que te comerán si sigues pensando cosas perversas en esa cabecilla tuya... ¿Verdad Uma? —Le preguntó a la pirata, sonriéndole con algo de picardía.
—Si, tienes razón, rubia. —Concordó la pirata, divertida, mientras caminaba junto a ella y comía su helado.
— ¡No tengo pensamientos perversos! —Replicó la pelirroja, indignada. —Y si no hay mosquitos, ¿qué hay?
—Bueno, pues hay... Osos y... Calamares en los ríos. —Contestó Uma, aunque la verdad era que no tenía ni idea de que estaba diciendo. —También hay pirañas y... Monos.
—Hay criaturas mitológicas —Respondió la rubia y se detuvo en la entrada el bosque, terminando de comer su helado—. Aunque no sé si ellas me obedezcan...
— ¿De verdad? —Murmuraron Uma y Dizzy a coro, sorprendidas, mientras terminaban de comer sus respectivos helados.
—Yo te obedecería. —Habló la pirata. —Si fuera una criatura mágica dejaría que me montes y...
—Ugh, Uma, no quería saber eso. —Dijo Dizzy, haciendo una mueca, entonces miró a Audrey. — ¿Qué clase de criaturas mitológicas hay ahí adentro?
La gobernante de Auroria abrió los ojos de par en par y tosió sin poder evitarlo ante aquella indirecta.
—Bueno, es que aquí hay... —Dijo ella y se trabó por los nervios, por lo que avanzó al bosque rápido para que no le vieran las mejillas—. Emmm... ¡Caballos mágicos! —confesó totalmente desconcertada.
— ¿Caballos mágicos? —Repitió Dizzy, frunciendo su ceño mientras la veía caminar, así que fue tras ella junto a Uma.
— ¿Y qué tienen de especial esos caballos mágicos? —Cuestionó la chica de cabello turquesa, extrañada. — ¿Que tienen más cuernos que Mal y Evie? —Sugirió, por lo tanto Dizzy no pudo evitar soltar una carcajada.
—¡Son caballos mágicos! —Le gritó la rubia e infló los cachetes, caprichosa—. ¡Mi mamá sabía llamar a uno! ¡Ahora voy a llamar a uno!
— ¿Llamar a un caballo mágico? Eso sí que no me lo creo. —Dijo Dizzy, negando con la cabeza. —Debería verlo para creerlo, y dudo que tu mamá realmente supiera cómo llamar a algo que no existe.
—Sí, dudo que esas criaturas sean reales. —Le dio la razón Uma, ladeando la cabeza. — ¿Estás segura de que tu madre no te dijo eso solo para que te durmieras feliz y tranquila en tu cama cuando eras una niña?
—¡Ella lo llamó delante de mí! —confesó Audrey, intentando que le creyeran—. ¡Lo juro! ¡Era blanco e inmenso! ¡Hasta me subí en él!
—Mh, eso es difícil de corroborar, cariño. —Insistió Uma, divertida. — ¡Y yo quiero subirme en ti y no me dejas, así que hasta que no me cargues y llames a ese animal que puede o no aparecer, no te creeré! —Dicho esto, le sacó la lengua.
—Yo tampoco te creo. —Replicó Dizzy.
—¡¿Quieres apostar a que si existe?! —Gruñó la reina de Auroria, acercándose a la pirata y mirándola muy cerca, mezclando sus respiraciones.
—Apostaría lo que sea contigo, rubia. —Accedió la hija de Ursula, mirándola y disfrutando de la cercanía entre ambas. —Excepto mi virginidad porque esa ya la perdí en la Isla.
—Ay, por favor, ya besense. —Murmuró la pelirroja.
—¡Entonces pide lo que quieras! —Chilló la rubia, apretando los dientes muy cerca de sus labios—. Esto es una apuesta, y yo voy a demostrarte que ese caballo mágico existe.
— ¿Lo que yo quiera, eh? —Repitió Uma, interesada. —Entonces, si no existe, me darás un beso y tendrás que cargarme de regreso al castillo.
—Trato hecho, pero si yo gano tendrás que... —Murmuró la joven reina y luego hizo silencio—. Ya te diré cuando gane —dijo y caminó hacia adelante, mirando a todos lados buscando al caballo mágico—. ¿Dónde estás? —gritó alto y su voz hizo eco en el follaje de los árboles; sin embargo nada aparecía.
—No vas a ganar, pero igual me lo dirás cuando pierdas. —Exigió la hija de Úrsula mientras que Dizzy y ella la miraban expectantes, la menor comenzó a observar a su alrededor pero nada pasaba, Uma sonrió victoriosa. —Creo que tenemos a una ganadora.
Audrey apretó los dientes y suspiró concentrándose; las criaturas mágicas y mitológicas no respondían a llamados llenos de ira, respondían a llamados puros. La reina de Auroria se quedó en silencio, escuchando la melodía de los pájarillos al trinar y del viento al chocar contra las hojas, en segundos sin poder evitarlo estaba totalmente concentrada en la armonía interna que sentía.
—Eres tan adorable que te voy a dar otra oportunidad. Llámalo de nuevo. —Dijo Uma, mirando a su alrededor mientras que Dizzy miraba las flores.
La descendiente de Aurora ignoró todos los sonidos y se concentró en la apariencia de aquel caballo mágico: un unicornio. En menos de unos segundos más, el trote fuerte de algo se acercaba hacia ella. Audrey permaneció inmóvil mientras la criatura corría hacia ella y frenaba en sus narices; era un imponente y blanco unicornio.
— ¡Es un unicornio de verdad! —Dijo Dizzy, aplaudiendo con emoción, sin poder creer lo que veían sus ojos.
—Wow, es precioso. —Exclamó Uma, acercándose a Audrey para mirar más de cerca a la criatura mágica. —Y eso significa que tú ganaste, así que dime lo que deseas. —Añadió, pues un trato era un trato. Uma solía estafar a la gente con sus tratos, pero sería incapaz de hacer eso con Audrey, jamás la engañaría.
La rubia sonrió y acarició la cabeza del unicornio con dulzura, hacía mucho que no se sentía tan feliz.
—Ya te lo diré cuando lleguemos a donde las llevaré —Dijo ella, mirando a Uma y luego observó a Dizzy—. ¿Quién quiere subir?
— ¿Al cielo? Porque no creo que pueda entrar. —Bromeó la pirata y soltó una carcajada, levantó la mano con emoción. — ¡Yo quiero!
— ¡Yo quiero subir! ¡Yo! ¡Las enanas van primero! —Chilló Dizzy, empezando a dar saltitos en su lugar. — ¡Yo quiero subir primero!
—Pueden subir las dos —Replicó la rubia, acariciando el lomo del unicornio y luego se acercó a Dizzy para cargarla y subirla, luego avanzó hacia Uma y la tomó de la cintura para cargarla y subirla—. Bien, bien. No le agarren el cuerno o se enojará. Pueden sujetar la crin, pero no muy fuerte —Dijo y comenzó a caminar guiando al unicornio.
— ¿Y el cuerno brilla y te da poderes mágicos o te concede deseos? —Inquirió la hija de Drizella una vez que estuvo sobre el unicornio, se aferró a la cintura de Uma, quien iba delante de ella y solo río ante su inocencia.
—Creí que tú también subirías, Aud. —Habló la pirata mientras sujetaba la crin del unicornio con delicadeza.
—Estoy esperando a ver una piedra para subirme —Comentó la gobernante de Auroria, mirando por el terreno hasta que localizó una piedra y se subió—. Hagan espacio que la reina va a subir —Anunció con una sonrisa y se subió encima del unicornio, pegándose a Uma y mirando hacia Dizzy—. Agárrate bien que vamos a... ¡Correr! —Chilló emocionada y sujetó la crin con suavidad antes de que aquel unicornio comenzara a correr.
—Sea usted bienvenida al viaje en unicornio, su majestad. —Dijo Uma con cortesía para luego reírse una vez que la rubia había subido, se sostuvo con fuerza de ella, Dizzy hizo lo mismo. — ¡Esto es genial!
— ¡Esto es lo más divertido que hice en toda mi vida! —Anunció la niña, sorprendida, mirando a su alrededor con una enorme sonrisa.
Audrey sonrió e hizo que el unicornio acelerara, brincando por encima de unas piedras y avistando un río.
—¡Sujétense bien! —Gritó ella, estando tan feliz que acarició a la criatura para que saltara por encima del río y pisara fuerte y claro en la tierra del otro lado.
— ¡Esto es extraordinario! —Dijo Uma, feliz al estar con ambas en ese preciso momento, disfrutando de su libertad.
— ¡Todo es maravilloso! —Añadió Dizzy, feliz.
La rubia soltó una carcajada de diversión y finalmente el unicornio se detuvo frente a una cabaña en el bosque; la cabaña donde había sido criada Aurora por las tres hadas.
—Aquí estamos. —Murmuró la chica de Auroria, bajando del unicornio y dándole la mano a Uma.
Uma sonrió cuando llegaron a su destino y aceptó la mano de la hija de Aurora para descender de la criatura mágica, luego se giró para tomar a Dizzy y bajarla del animal, mirando la cabaña con curiosidad.
— ¿Cómo conoces este lugar, Aud? —Dudó la chica de cabello turquesa, mirándola con atención.
—Es preciosa. —Añadió la menor de las VKs, feliz. —Gracias por traernos aquí, Aud.
—Es la cabaña donde Flora, Fauna y Primavera criaron a mi madre por el maleficio de Maléfica —Dijo la rubia, estando algo nostálgica y se acercó al unicornio para pegar su frente a la de la criatura mitológica—. Muchas gracias... —Murmuró y le dejó un besito en el hocico, seguido vio lo vio marcharse y se volteó observando a Uma y a Dizzy—. Mi madre me trajo aquí, también Ben... Aunque esos no son mis mejores recuerdos del lugar... —Susurró, intentando no parecer obvia con todo lo que significaba decir eso.
La pirata la miró al escuchar aquello y asintió con la cabeza pues ahora todo tenía sentido, miró a la rubia y le sonrió.
—Haremos que tengas mejores recuerdos de este lugar, ¿si? —Afirmó la brujita del mar. —Te mereces todo lo mejor del mundo, Audrey, no descansaré hasta que tengas todo lo que mereces.
—Aw, son tan tiernas. —Dijo Dizzy, sonriendo. —Entonces... ¿Podemos entrar?
—Sí, vamos —Dijo la rubia y sin despegar su mirada de Uma avanzó hacia la cabaña, abriendo la puerta con cuidado y entrando—. Como ven, es un lugar acogedor, a mí me gustaba mucho venir aquí cuando era niña, encontraba la paz que no tenía entre las paredes del castillo.
Las dos VKs la siguieron hasta la cabaña y entraron a la misma luego de que Audrey lo hiciera.
—Es muy bonito. —Le dio la razón Dizzy, mirando a su alrededor. —Se ve muy pacífico.
— ¿Y podías ocultarte aquí para no quedarte en tu castillo? Wow. —Dijo Uma, mirando a la rubia de reojo. —Quisiera poder quedarme aquí para siempre. —Añadió y se acercó hacia las escaleras, curiosa.
—Es muy lindo —Dijo la hija de Aurora, caminando hacia Uma—. Sobre todo porque está en medio del bosque, hay mucha paz aquí, los animales son muy agradables —Confesó y vio a unas ardillitas entrar por la ventana.
—Si quisieras desaparecer, ¿vendrías aquí? —Cuestionó Uma, mirándola cuando la vio caminar hacia ella. —Realmente parece ser muy acogedor.
— ¿También hablas con los animales, Aud? —Preguntó Dizzy al ver a las ardillitas y se acercó lentamente.
—Me agradan los animalitos. —Dijo la AK, sonriendo mientras veía a Dizzy con las ardillitas—. Me gusta más estar con ellos que con los humanos —Confesó y luego miró a Uma—. Y en cuanto a tu pregunta: sí. Si quisiera desaparecer vendría aquí de seguro.
—A mi también. —Concordó la pelirroja, mirando a las ardillitas.
—Adoro los animales, quisiera tener un caballito de mar, pero en la Isla no hay. —Dijo Uma e hizo pucheros para luego tomar su mano. —Cuando quieras desaparecer, podemos hacerlo juntas y venir aquí... si quieres, claro.
—¿Un caballito de mar? —Preguntó Audrey con una sonrisa y le acarició la mejilla, estando media boba—. Son lindos, como tú —Murmuró sin pensar y se sonrojó.
— ¿Ah sí? —Exclamó Uma, mirándola con una ceja alzada. —Tú también eres hermosa, no importa lo que te hayan hecho creer en el pasado, lo eres y no solo en el exterior.
Audrey se mordió el labio inconscientemente y miró hacia Dizzy antes volver a observar a Uma, muy tentada.
—Soy hermosa, pero para ti estoy segura de que más —Murmuró la rubia, acercándose a ella tentadoramente.
Dizzy las miraba expectante, tratando de disimularlo, pero no podía.
—Tienes razón, preciosa. —Dijo la chica de cabello turquesa. —Yo sé que eres... mucho más de lo que aparentas.
—Eres muy dulce —Confesó la hija de Aurora y sonrió, observando hacia atrás y notando que Dizzy las estaba mirando—. Pero no se me ha olvidado que yo gané, así que quiero que cumplas tu castigo —Dijo y sonrió de lado, dándole un ligero empujón para que subiera las escaleras y así buscar privacidad.
—Eso no me lo dicen muy seguido. —Admitió Uma, un poco sorprendida. —Oh, así que ahora le llamas castigo... Bueno, una apuesta es una apuesta. —Dijo divertida y empezó a subir las escaleras.
— ¡No giman muy alto! —Exclamó Dizzy, divertida, mientras las veía irse.
Audrey la empujó dentro del cuarto y cerró la puerta, recostándose en ella y mirando fijo a Uma, con muchas dudas acerca de lo que sentía.
—No soy una persona cruel —Dijo la reina, estando algo nerviosa—, así que no te haré hacer nada que no quieras —Confesó y tragó en seco—. Regálame un beso.
Uma sonrió de lado cuando la escuchó decir eso.
—Vaya, vaya, vaya. —Dijo la pirata, divertida. —Al parecer las dos queremos lo mismo, pero... no sé que puede llegar a significar esto. —Exclamó antes de darle un beso corto.
—No seas mala... —Murmuró la AK, pasándole las manos por el cuello—. ¿No quieres besarme?
—Ser mala está en mi ADN, Audrey. —Replicó Uma, volviendo a mirar sus labios con deseo. —Claro que sí, pero... No estoy acostumbrada a besar a la realeza.
—¿No? —Murmuró la rubia y se acercó a sus labios, atrapándolos en un cálido beso—. Pues ya es hora de que te acostumbres... Porque tienes a la reina a tus pies... —Susurró y la besó lentamente pero de forma apasionada, la volvía loca.
Uma la miró sorprendida cuando escuchó sus palabras y le correspondió el beso, cerrando los ojos y disfrutando de tenerla tan cerca.
—Lo mejor que Carter hizo en su vida fue sacarte de esa Isla... —Murmuró la descendiente de Aurora en sus labios y se separó, chocando sus frentes y mirándola a los ojos—. Te quiero mucho, Uma.
—Sí, tienes razón, pero jamás se lo dirás a ella; ¿verdad? —Dudó la pirata pues la conocía bastante bien, mirándola a los ojos cuando chocaron sus frentes. —Yo también te quiero mucho, Audrey.
—No veo necesidad para decirle nada a ella —Contestó la rubia, separándose de ella y mirándola con una sonrisa—. Además, ahora ella no importa, ahora importas tú —Murmuró y volvió a besarla con suavidad, mordiendo sus labios con delicadeza.
—Tal vez si deberías agradecerle por liberarme, no sé. —Uma se encogió de hombros y sonrió para entonces seguirle el beso de la misma manera.
—Es una tonta... Déjala... —Murmuró la reina en sus labios y le acarició el cuello con suavidad.
—Supongo que esto significa que ya superaste a Mal... —Dijo la VK en sus labios y luego dejo de pensar en eso. —Olvídate de que dije eso. —Murmuró y siguió besándola.
—Sí... Ahora me importas tú... —Habló la AK y se pegó más a ella, mordisqueando sus labios y todavía dejando suaves caricias en su cuello.
—Es bueno saberlo. —Susurró Uma mientras dirigía sus manos hacia su cabello, despeinandolo ligeramente, deseaba más pero no era el momento ni el lugar; sin embargo no quería detenerse.
—Podría pasarme horas así... —Murmuró Audrey y se separó para mirarla a los ojos—. Pero creo que debemos bajar, Dizzy debe estar pensando que estamos haciendo cosas... "Malas".
—Yo también... —Concordó Uma y la observó, ladeando la cabeza. —Dizzy no pensaría eso jamás, pero está bien, deberíamos detenernos y bajar... —Hizo pucheros.
—Dizzy debe estar pensando en que hacemos horrores acá arriba —Confesó la rubia y le tomó la mano a Uma para abrir la puerta y bajar las escaleras, viendo a la pequeña—. ¡Antes de que preguntes, no hicimos nada indecente!
—Mh, no lo creo. —Dijo Uma y chasqueó la lengua antes de entrelazar sus dedos y abandonar la habitación, bajó las escaleras y miró a la pequeña para entonces guiñarle el ojo.
—Seguro que no... Pero están agitadas y tienen el labial de la otra en el rostro. —Mencionó la hija de Drizella, divertida.
—¡No te voy a comprar más helado si sigues diciéndonos cosas! —Chilló Audrey corriendo hacia ella para cargarla y hacerle cosquillas—. ¡A ver ahora quién tiene labial! —habló emocionada y comenzó a dejarle besos por toda la cara.
— ¡No! ¡Yo quiero mi helado! —Exclamó Dizzy y soltó una carcajada cuando ella comenzó a hacerle cosquillas—. ¡Yo, yo tengo labial! ¡Ya entendí la lección! —Dijo entre risas.
—Aw, son tan tiernas. —Mencionó Uma, mirándolas con una sonrisa divertida.
Audrey la bajó y le dio una nalgada con maldad, luego salió corriendo hacia Uma.
—¡Eso es por portarte mal! —Gritó la descendiente de Aurora y miró a la hija de Úrsula con una sonrisa—. Aunque la que hoy se portó mal fue otra...
— ¡No hice tal cosa! —Se defendió la menor y alzó las cejas al escuchar la última frase de Audrey pero no dijo nada, simplemente se metió las manos en el bolsillo de su chaqueta.
—Ay sí, la gente hoy en día se porta terrible, no lo puedo creer. —Disimuló la chica de cabello turquesa.
—Intenta disimular tus indirectas de hoy... —Murmuró la reina de Auroria señalando a Uma con un dedo—. Te conozco sin conocerte, Uma...
—Yo no dije nada indebido, bonita. —Se defendió la hija de Úrsula y se le acercó, tomándola por la cintura—. ¿Quieres conocerme mejor?
Dizzy las miraba atentamente, con una sonrisa pícara.
—Sí —Afirmó Audrey mirándola con altanería—. A ver de qué eres capaz, capitana.
—Resulta que... mi idea para que me conozcas mejor es algo... privada y algo que las menores no deberían ver. —Dijo Uma y se mordió el labio inferior, entonces señaló hacia la salida. —Así que Dizzy, lárgate. —Bromeó.
—Si yo me voy, ustedes me siguen. —Mencionó la pelirroja, divertida.
—A Dizzy no la eches... —Dijo la rubia, sonriendo perversa—. Aquí mando yo, Uma.
— ¿Y la reina qué quiere hacer, entonces? —Cuestionó la hija de Úrsula, elevando una ceja. —Aquí mandas tú, igual que mandas en mi corazón.
Audrey se quedó perpleja y sonrió vencida totalmente, la pirata le había dado un buen golpe.
—Vaya, eso no me lo esperé. —La AK se inclinó y le dio un beso en los labios—. Te lo mereces.
—Claro que no, soy impredecible. —Dijo Uma, divertida, le correspondió el beso—. Gracias por eso.
—Aw, son tan lindas. —Exclamó Dizzy y soltó un pequeño grito de felicidad. —Y por más que me encantaría quedarme aquí a verlas besarse y todo eso... ¿podemos volver al castillo? Tengo hambre y quiero un helado.
—Dizzy tiene razón. Vamos al castillo —Ordenó Audrey y sonrió a la pequeña—. Alguien quiere acabar con los helados de Auroria...
—Yo solo quiero comerlos todos porque son deliciosos. —Se justificó la menor.
—Si comes muy rápido todos los que te pides... —Empezó a hablar Uma, desviando la mirada hacia la hija de Aurora y frunciendo su ceño. — ¿Qué era lo que te pasaría? ¿Te dolerá la cabeza o te crecerá un tercer brazo helado? —Dudó, buscando la aprobación de Audrey, mientras que la menor comenzaba a caminar hacia la salida de la cabaña.
—Mejor no digas estupideces, Uma —Dijo la rubia, saliendo de la cabaña y mirando hacia atrás con nostalgia.
—Lo siento, es costumbre. —Se excusó la VK y se encogió de hombros mientras caminaba hacia la salida, le ofreció su mano a la rubia. —Puedes volver aquí cuando quieras. —Le susurró mientras Dizzy iba unos pasos adelante de ambas.
—Es muy lindo venir... Al menos con ustedes... —Murmuró Audrey, tomando la mano de Uma y caminando detrás de Dizzy—. Aunque tampoco puedo andar mucho tiempo lejos del reino, ahora soy la reina.
—Pues puedes invitarnos cuando quieras, yo estaré en el reino... por ahora. —Susurró Uma, suspiró e hizo una mueca, aún estaba preocupada por Harry. —Lo único bueno de no estar en la Isla es... que estoy aquí contigo.
—¿Pasa algo? —Preguntó la joven reina, mirándola a los ojos y frunciendo el ceño—. Creo que te preocupa algo...
—Es que... —Empezó a hablar Uma y suspiró, nerviosa. Desvío la mirada y luego volvió a verla, bajando la voz para que Dizzy no las escuchara—: ...Mal tiene a Harry, no sé dónde está Gil y... Y no sé qué hacer.
Audrey abrió los ojos de par en par y miró a Uma algo nerviosa.
—¿Qué? —Preguntó la primera, deteniéndose—. ¿Cómo es que Mal tiene a Harry y que tú no sabes dónde está Gil?
—Fuimos a robar el cetro de Jafar y... —Comentó la chica de cabello turquesa y presionó levemente la mano de la rubia, mirando a su alrededor con desconfianza y miedo. —... esos dos tarados se fueron a follar y me dejaron buscando sola el báculo, cuando lo encontré fui a buscarlos... y estaban con Mal, ella tenía a Harry, lo estaba quemando... Y n-no supe que hacer, todo pasó tan rápido, Gil me hizo saltar por la ventana, Mal hipnotizó a Harry, luego quiso hacerse dragón; Jane estaba fuera y... bibidi babidi bu... yo aparecí aquí porque esa hadita deseó que fuéramos a un lugar seguro y creo que tú eres mi lugar seguro pero n-no sé nada de Gil y... Tengo miedo.
—Por Dios, pero... ¿Estás bien? —dijo la hija de Aurora y la miró de arriba abajo preocupada, tocando sus brazos y luego dándole un abrazo—. Mal no se cansa de destruir vidas... Alguien tiene que ponerle un alto a ese monstruo de ojos verdes...
—Y-yo estoy en... per... perfecta salud, pero Ha-Harry... no lo sé. —Dijo Uma y le correspondió el abrazo, asustada—. Si el PPP no lo hace, lo haré yo con mis propias manos cuando vuelva a ver a esa maldita, pero primero tengo que encontrar a Gil. —Exclamó con rencor.
—Seguro que no está lejos —Aseguró la AK y le acarició la espalda para luego observar hacia adelante y ver que Dizzy se había alejado—. Vamos, antes de que se nos pierda en el bosque esa chiquilla.
— ¡Nosotros no conocemos Auradon, Aud! ¡Gil llora si no me ve, es como un cachorrito, necesita amor! ¡Me necesita a mí y a Harry! ¡Somos su familia! —Dijo Uma, bastante desesperada—. Andando, no quiero perder a nadie más.
—No me grites, Uma —Advirtió la rubia, caminando y brincando por encima de unas ramas—. Seguro que las estúpidas de PPP pueden hacer algo; sino, yo misma voy y estrangulo a Mal.
—Lo siento, estoy alterada y siempre me desquito con las personas que tengo cerca, lo lamento. Es... una costumbre de la Isla que tengo. —Se disculpó la hija de Úrsula mientras caminaba y pateaba las ramas, furiosa—. ¡No quiero que te pongas en peligro! No puedo perderte, ¿ok? No voy a arriesgarte a ti. Me importas demasiado y no quiero que salgas herida.
—No me va a pasar nada —Aseguró la reina de Auroria—. Pero alguien debe detener a esos cretinos ya, estoy cansada de que todos se queden de brazos cruzados admirando a "Mal la imparable" y a "la diosa Evie".
— ¿Cómo estás tan segura? ¡Mal es un puto dragón enorme! —Masculló Uma, aterrada, aferrándose a su mano mientras caminaban—. Los detendré cueste lo que cueste, pero primero... debo recuperar a mis piratas.
—¡Tu madre podía transformarse en un pulpo enorme! —Chilló la rubia en tono de protesta—. ¡Seguro que puedes hacer lo mismo! ¡Un pulpo inmenso contra un dragón! ¡No tienes razón para temerle tanto!
— ¡Soy consciente de eso, pero no puedo convertirme si no hay un lago cerca! ¡Es inútil, a menos que los metas a esos cuatro en un barco! —Dijo Uma e hizo una mueca. —Y no le tengo tanto miedo, solo... me tomó por sorpresa toda la situación. Creí que moriríamos, eso es todo.
—Ahg, qué difícil es todo cuando tienes en el bando contrario a un dragón y a una bruja loca —Gruñó la chica de Auroria y pateó una piedra para seguir avanzando—. Lo mejor será que Cartercita se encargue de todo ya, porque Mal tiene que pagar por lo que hizo.
—Y a dos tarados que solo follan todo el día... Aunque ellos no serían un problema, no ahora que Jay no tiene la Vara de la Serpiente.—Bufó la chica de cabello turquesa y acomodó su cabello mientras continuaba caminando, dando fuertes pisadas debido a la furia que trataba de contener. —Quiero recuperar a mis amigos y lo voy a hacer, cueste lo que cueste.
— ¿Falta mucho para salir de aquí? —Dudó Dizzy, haciendo una mueca mientras caminaba delante de ellas. —Me estoy cansando y este bosque parece ser interminable, ¡ugh! —Se cruzó de brazos.
—Es fácil cuando lo atraviesas encima de un unicornio —Confesó Audrey, mirando a la hija de Drizella—. Pero a pie es largo; aunque ya queda poco.
—No sé por qué no lo volviste a llamar. —Dijo la pelirroja, encogiéndose de hombros mientras seguía caminando. — ¿Acaso Uma te hizo gemir tanto que ya no tienes energía?
— ¡Dizzy! —La regañó Uma, sonrojada. —No te quejes, caminabas más que esto cuando querías huir de tu familia en la Isla.
—No lo llamé porque no me gusta molestar a los animales, tampoco a las criaturas mágicas —Se justificó la rubia y miró a Dizzy con el ceño fruncido—. Y deja de decir groserías o te mando a la Isla de vuelta, con el gato apestoso ese.
—Oh, tienes un buen punto. —Dijo la nieta de Lady Tremaine y la miró frunciendo su ceño cuando le dijo aquello—. ¿¡Qué!? ¡No quiero volver! Lo siento, mejor me callo. —dijo y siguió caminando, indignada.
—Que gran manera de callarla. —Admitió la descendiente de Ursula, sorprendida.
—Una reina siempre tiene buenos métodos —Alardeó la rubia con una gran sonrisa y observó hacia adelante—. Miren, allí está la salida de este inmenso bosque.
—Tendrás que enseñármelos. —Sugirió la chica de cabello turquesa y le guiñó el ojo mientras caminaban—. Al fin. —Dijo aliviada.
—Cuando no estés preocupada por todo el caos que Mal provoca siempre, con gusto te enseñaré todo lo que quieras. —Accedió la hija de Aurora mientras las tres jóvenes abandonaban el bosque, le guiño el ojo a la pirata y entonces una nube celeste apareció frente a ellas, presentando a Carter y a Jane; quien aún sostenía la Vara de la Serpiente en su mano derecha y la varita mágica en su mano contraria, la cual guardo.
—Eso fue desafortunado, pero estoy segura de que no tardaremos en localizar a U... —Dijo la pequeña hada y percatándose de la presencia de las VKs y a la reina de Auroria.—...creo que ellas nos encontraron a nosotras.
—Bueno, eso nos ahorró tiempo y energía. —Exclamó la prima de Alex Russo, aliviada de tenerlas en frente. —Tenemos que irnos de aquí, hay que volver a Northern Wei. —Ordeno.
—Este es mi hogar, no me iré a ningún lado. —Replicó la descendiente de Aurora, seria.
—No era una sugerencia, era una orden. —Masculló la morocha.
—No puedes darme ordenes, este es mi territorio y yo soy la reina. —Se opuso la rubia, acercándose a ella. —Este es mi reino y aquí tengo todo lo que quiero: mi trono, mi corona, a Uma y también a Dizzy; así que no me voy a marchar.
—No pueden hacer eso porque ustedes tres ya no están a salvo aquí. —Comentó la descendiente del mayor Mason. —En cualquier momento Mal vendrá por ustedes tal y como me advirtió que lo haría y... —Habló rápidamente, desesperada. La descendiente del hada madrina la miro, confundida.
— ¿Y tu como sabes eso? —Cuestiono la chica de Auroria, frunciendo su ceño. Uma elevo una ceja, de repente esto se había puesto interesante.
—Carter, ¿que es lo que no nos contaste? —La interrogó Jane, mirando de reojo a Dizzy, quien se mantenía callada.
—Hace tiempo, Rosie intentó escapar de Auradon y trato de contactarme pero no pudo, así que la llame pero Mal fue quien contestó, ella nos amenazó con que el incendio arrasaría con Auroria y entonces Evie tomó el teléfono para... —Comenzó a explicar la mejor amiga de Rosie, la menor de las AKs se cubrió la boca con una mano, horrorizada.
— ¿¡Que te dijo que!? —Chillo Audrey, shockeada, retrocedió un paso y la pirata colocó una mano en su hombro. — ¡No hiciste nada para evitarlo cuando tuviste la maldita oportunidad! Pero ¿¡qué clase de agente eres!? ¡Si no hubieras sido tan incompetente, mis abuelos estarían vivos! —Alzó la voz, la nieta de Lady Tremaine bajo la mirada cuando recordó ese día, la chica de cabello turquesa se estremeció.
— ¿Que? —Pregunto la pequeña hada, shockeada. — ¿Que le ocurrió a tus abuelos, Aud?
— ¡Ese dragón mal nacido los mato! ¡Los apartó de mí como lo hizo con mis padres! —Dijo la rubia, llena de rencor.
—No, mi dragoncita sería incapaz de hacer eso. —Susurro Carter, negando con la cabeza para luego mirar a la descendiente de Aurora. —Estoy segura de que Mal no lo hizo con la intención de quitártelos, ella solo... —Empezó a defenderla, pero pronto se quedó sin argumentos.
— ¡Claro que lo hizo con esa intención, estúpida! ¡Acepta de una vez que te enamoraste de un monstruo y eres incapaz de ver sus errores! —Gritó la reina de Auroria, furiosa. — ¡Ella me los quito y ahora estoy sola! —Añadió con los ojos llenos de lágrimas, entonces las VKs la abrazaron por detrás.
—No estas sola, me tienes a mi. —Aseguró Jane, dándole el cetro de Jafar a la agente del PPP y acercándose a su mejor amiga para abrazarla, pero la ultima solo la empujo.
— ¡No me toques! —Le advirtió la rubia, mientras las lágrimas caían por sus mejillas, la menor solo retrocedió; sorprendida y dolida. — ¡Tienes a tu padre y a tus hermanas, no necesito tu lastima falsa! —Gruño.
—Tranquila, bonita. —Murmuró Uma, apartándose de ella. —Te prometo que nos vengaremos de Mal.
—No, nadie se va a vengar. Ese no es nuestro objetivo. —Replicó la morocha, señalándolas con la Vara de la Serpiente. Dizzy chillo de miedo y la agente del PPP volvió a darle el báculo a la pequeña hada, pues no quería asustar a la pelirroja. —Además, ¿que mierda harían ustedes dos contra un dragón? —Dudo, ladeando la cabeza.
—Al menos nosotras tenemos las agallas para hacerlo, no como tu que te escondes como la cobarde que eres. —Le echó en cara Audrey. —Además, tu no haces lo que deberías hacer por el "amor" que le tienes a esa maldita.
— ¡Yo tengo las agallas para hacer cualquier cosa que me proponga! —Grito Carter, hartándose de la actitud prepotente de aquella joven. — ¡Y ahora lo único que me propongo es romperte esa cara! —Dicho esto, quiso golpearla, pero Jane las detuvo usando su magia.
— ¡Basta ustedes dos! ¡Estamos perdiendo el tiempo! —Sentenció la novia de Lonnie, ya cansada de tanto drama, no podían quedarse allí. —Noble corcel, fuerte y capaz, a Northern Wei nos llevarás. —Recito el encantamiento y agito su artefacto mágico, una nube de humo celeste las rodeo para teletransportarlas, mientras que Audrey tenía una sola certeza rondando en su cabeza.
Se terminó la Audrey que todos conocían, no me queda nada así que no tengo nada por perder, pensó la hija de Aurora, que se preparen; van a conocer mi verdadera cara.
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