Capítulo XXVII Segundo Mundo, Parte16

Percy Jackson a Rick Riordan, así como de cualquier otro elemento de cualquier otra obra, creación que aparezca, créditos a quien corresponda

Pensamientos

—Hablando—

<acción>

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Antes de que alguno pudiera profundizar en sus pensamientos, Hermes entro corriendo al salón buscando rápidamente refugió con Tritón, con este último quitándose de encima a su primo, cuando tuvo que voltearse para atrapar una flecha que por iba a darle en el hombro, entrecerró sus ojos en la culpable, que no era otra que Artemisa, quien al ver que su flecha no le iba a dar a Hermes sino a Tritón, por el forcejeo de estos dos, su rostro mostró su sorpresa, Apolo y las cazadoras llegaron segundos después, con su arcos listos y apuntando a Hermes que estaba cubriéndose con Tritón, el mensajero de los mares solo alzo una ceja ante los arqueros, como si los retara a que se atrevieran, con las cazadoras haciéndolo por poco, si Zoe no las hubiera detenido, al percatarse de quien cubría a Hermes a pesar de no hacerlo apropósito, y recordar como los atlantes habían actuado antes, además de hablarles, era obvio para la hija de Atlas que no les tenían la suficiente estima como para que pasaran por alto lo que estaban de hacer.

Artemisa se empezó a acercar a ambos mensajeros, con el del mar girando la cabeza para mirar a su primo que lo usaba de escudo,  el cual solo le dio una sonrisa, que luego se volvió incomoda y empezaba a ser forzada, debido a que los ojos de Tritón solo se entrecerraron. La diosa de caza dijo a Tritón que le diera a Hermes, el hacerlo con tono de demanda fue un error por parte de la diosa, ahora la mirada del príncipe del mar estaba en ella. Quien tardo en un momento en percatarse de ella, pero al hacerlo empezó a sentirse incomoda.

Tanto Hestia, como Anfitrite estaban por hablar cuando Persefone les gano, diciendole a su hermana que ya supera lo que la hacía enojar, que si enojaba por cada pequeño comentario no actuaba tan diferente de Zeus, quien seguía dormido gracias al poder de los dos dioses del sueño; lo dicho hizo enojar a Artemisa, ya que la diosa a pesar de que el destronado rey siempre le permitía salirse con la suya, no le tenía mucha estima por la clase de individuo que era, ya que Zeus representaba lo que odiaba, aunque nunca se lo dijo por temor, no es que lo fuera a admitir. El porque la reina del inframundo uso esas palabras cualquier a precio que tuviera hacia su padre murió el dio que se disfrazo de Hades para acostarse con ella, que por poco logró, si no fuera por que Hades llego en el momento justó.

Artemisa le respondió a su hermana que no se vio afectada, después de todo tenia una paciencia y tolerancia desarrollada por soportar las constantes quejas y discusiones entre Demeter y Hades por milenios. así que solo dejo a su hermana despotricar. Pero lo que iba diciendo iba molestando a varios lentamente. Cuando Artemisa finalmente termino, tanto Persefone y Anfitrite compartieron una mirada que por alguna razón le dio escalofríos a sus respectivos maridos. Llegaron a una especie de acurdo con la mirada antes de que ambas levantaran la mano en dirección a Artemisa, de donde salieron una especie de energía de cada una que choco con la diosa de la caza, flechas se dispararon a las dos reinas, pero con un simple movimiento de manos que hicieron las flechas se convirtieron en neblina que se disipo y en flores que cayeron al suelo.

Las dos reinas miraron a las cazadoras que fueron quienes dispararon, y repitieron lo mismo que con Artemisa, cuando terminaron todos observaron, a las cazadoras que no parecían estar afectadas, pero había algo apagado, varias de ella se estaban revisando ya que se sentían más débiles, incluyendo Artemisa, quien demando que sobre qué les hicieron, sola para que ambas diosas alzaran una mano cada una, cada diosa tenía un orbe plateado en su mano, ambas le respondieron que le quitaron su poder, y a las cazadoras su bendición, que solo se las devolverían cuando dejen de actuar como unas niñas mimadas y malcriadas.

El resto de la sala solo estaba callada, pero con un pensamiento claro, "NO HACER ENOJAR A LAS REINAS DEL MAR Y EL INFRAMUNDO", aunque Hades tenía recuerdo de que su esposa a veces usaba ese castigo con la hija de ambos Melinoe, en cuanto Anfitrite, su hija Kymopoleia la observaba y pensaba que debería comportarse mejor, al menos enfrente de su madre o terminará como su prima.

Otros se preguntaban como ambas pudieron hacer eso, pero mentalmente, ya que no querían atraer la atención de ellas.

La única cazadora que no estaba afectada era Thalia, pero porque AnnabethF y Jason la detuvieron de hacer algo.

Hermes fue advertido, junto con Apolo de comportarse, quienes asintieron rápidamente, la cazadoras tomaron asiento de mala gana. Entonces con todos en su lugares, regresaron su atención a la proyección que reanudaron, que en pocos momentos mostraba una imagen de parte de una ciudad en ruinas, lo cual disparo la preocupación en el publico, ante sea cuál sea la situación en la que se metió Perseo, varios ya estaban maldiciendo y alegando de que le dieran paz a su amigo.

Eran sumamente distintos los estilos de combate que presentaban el dúo en medio de una arruinada ciudad en llamas, batallando incesantemente contra hordas de esqueletos vivientes que a cierto Master le hacían recordar a los guerreros que enfrentó en su misión de rescate a la deidad lunar en su mundo de origen. Mientras uno se encargaba de la pelea cuerpo a cuerpo, la otra estaba ocupada despachando a los objetivos más grandes con sus habilidades fugaces.

Solo Thalia tuvo el mismo recuerdo respecto a los esqueletos, mientras que otros pocos se podían imaginar a qué clase esqueletos se referían, con algunos preguntándose cómo los destruyeron, y otros más hacían nota mental sobre preguntar más sobre esa búsqueda.

-Master, se encuentra bien? – Europa cuestionó desde el lomo de un mecanizado toro blanco, acercándose al pelinegro que respiraba agitadamente pues nunca creyó que sus enemigos fuesen tan resistentes.

Ver a un toro mecanizado no sorprendió a aquellos que conocían a Festus, al resto si.

-Aún puedo seguir, no te preocupes- tranquilizándola con una sonrisa, él replicó mientras veía curioso como su tableta adherida a la cintura parecía emitir sonidos con cada enemigo eliminado.

Ahora varios se preguntaban si el Jackson podía usar tecnología por estar en un mundo que no era el suyo.

-Se supone que usted no debe luchar, puede ser peligroso para usted- demostrando preocupación genuina, la Servant griega informó, dejando a un lado su lira.

-Estoy acostumbrado a pelear junto a mis compañeros. Además, sirve como entrenamiento ahora que estoy solo en este mundo- desligando una botella de agua que cargaba encima para beberla, le hizo saber el hijo de Poseidón.

El respeto al Jackson, se generaba en el publico.

No era la primera simulación de Singularidades pasadas en la que ambos participaban con el fin de incrementar sus experiencias y crear lazos, mas aun así le resultaba difícil de comprender a ella el hecho de que su Master fuese tan terco en algunos temas que implicaban principalmente su seguridad personal. Aceptando la botella con agua aunque en realidad no la necesitara, Europa tomó un trago, disfrutando del alivio fresco que brindaba en medio del infierno que los rodeaba, aunque internamente esperaba paciente hasta el final del entrenamientos para comer algunas de las galletas azules que recibía como recompensa.

Varios pensaban o sabían, que esa terquedad la debió sacar de su padre, a quien algunos voltearon a ver, y el dios solo ignoró las miradas. Otros en cambio hacían nota de hablar con el ojiverde. Y la pregunta sobre que tan sabrosas eran esas galletas volvía.

-Y yo no cuento como compañía ahora, Master? – buscando emplear a fondo su faceta inocente con el fin de conmover al pelinegro, la Rider inquirió mientras jugueteaba con la botella entre sus pequeñas manos.

Los atlantes pensaron que la actitud de Europa en ese momento se parecía a algunas de las hijas de Poseidon, que la mayoría fueron sirenas o nereidas; que tenían por momentos en que actuaban igual.

La consecuencia de dichas palabras resultaron en un doble bufido, tanto por parte de Percy como el toro blanco que cargaba a la princesa.

-Hasta que te dignes a llamarme por mi nombre...no- rascándose el mentón en una pose pensativa, el Jackson puso condiciones a su estado.

-No es justo, Master! – se quejó la blonda, dejando de lado su actuación adulta para fruncir el entrecejo.

-Dijiste eso también cuando maté a todos esos esqueletos con el agua del lago hace unas horas...- divertido con los manierismos de la Servant, él recuperó la botella con agua para guardarla.

Los atlantes ponían más atención ante los datos referentes sobre los poderes de Perseo y el nivel de estos.

-Pero ahí si tuve razón. Lo que hizo fue injusto en todo sentido de la palabra! – acusándolo con un firme dedo índice derecho, Europa se mostró complemente segura de su sentencia.

-Claro...porque atacar con Talos a una simple sombra es totalmente común, no? – mirándola como si fuera a reprenderla, Perseus bufó de nuevo antes de ver sus alrededores en busca de algún enemigo más.

-Conste que usted pidió ver mi Noble Phantasm- cruzada de brazos y con el mentón en alto, la Espíritu Heroico se lavó las manos con respecto a la discusión.

Varios pensaban que esa discusión/platica parecía ser una entre dos hermanos o buenos amigos, luego recordaron la relación entre los dos.

-Una vez, no cuatro! Y fue principalmente para derrotar a esa sombra que se parecía a Medea! – indignándose ante el recuerdo de las veces que atestiguo la magnífica presencia del gigante metálico, quien en un principio le trajo malos recuerdos, el semidiós exclamó.

Nico y Bianca se tensaron, lo que no paso desapercibido para Hades y Hazel.

-Ella se lo merece, lastimó a mi Talos en su talón tiempo atrás- orgullosa de sus actos, Rider dictaminó mientras deslizaba con suavidad sus falanges sobre las finas cuerdas de la lira, golpeando críticamente con magia a un par de esqueletos que surgieron de entre los escombros.

Los que conocían mejor al Jackson, ya empezaban a pensar que Europa era alguien con quien su amigo se llevaría muy bien.

El interés sobre las habilidades de la nieta de Poseidon, también era claro, en especial para los atlantes, que no tiene ningún recuerdo sobre que su Europa las tuviera.

Rodando los ojos ante dicha explicación, Anaklusmos se atacó con precisos movimientos mientras era empuñada por el Jackson, deteniendo una finta de su enemigo previo a desarmarlo y atravesarle el cráneo, teniendo que agacharse velozmente luego con el fin de eludir una mortal estocada a su espalda, barriendo las huesudas piernas del ser en consecuencia, separando la cabeza del cuerpo.

Sin embargo, todos apreciaron la habilidad que Perseo mostró, desde que se ilumino la proyección, con casi todos reconociendo que era un buen o gran espadachín.

-Costó, pero finalmente los acabamos- oyendo un tipo de pitido distinto por parte de la tableta que le obligaron a cargar siempre, Percy comprendió el significado de dicho sonido mucho mejor al ver el asentimiento tácito de su compañera.

-Hora de regresar a Chaldea, Master- viendo al pelinegro escuchar un comentario dado por Da Vinci a través de la pantalla del comunicador, Rider se aproximó a donde Percy estaba de pie, tomándolo por el hombro para evitar que el Rayshift le haga marearse de nuevo.

El recordar que se trataba de que todo era una simulación de entrenamiento, que les hacia cuestionarse como lograron ese nivel y clase de simulación. Algunos incluso pensaban que tal vez deberían hacer lo mismo, la pregunta era: ¿cómo lograrlo?.

El viaje de regresó no resultó ser tan movido para el semidiós, ahora que era auxiliado por su convocación. Mirando al frente, el dúo se topó con los expectantes rostros de la Master pelirroja de Chaldea y la Servant a cargo de la dirección del lugar. Así como también estaban presentes algunos de los Espíritus Heroicos que se habían amistado con el Jackson, comprobando su rendimiento en persona luego de verlo a través de las pantallas de seguridad junto a los demás, valorando el hecho de que sea un Master que elija luchar y no simplemente dar órdenes.

-Y bien? – Chiron inquirió a Europa.

-Un poco temerario e impredecible, pero buen Master al final- la blonda replicó mientras descendía del blanco animal mecanizado con ayuda del joven adulto a su lado.

Poseidon tomaba nota de hablar sobre precaución con su hijo, además de reprimir un dolor de cabeza, aunque la nota mental de Poseidon tambien la hicieron Rodas, Tritón, Anfitrite, Hestia y Quiron.

-Acaso estaban midiendo mi rendimiento en lugar del de ella? – descreyendo lo que acababa de oír, Percy quiso saber mientras guardaba su espada de bronce celestial en el bolsillo del pantalón.

-Agradece que la antigua directora de Chaldea no estuviese viva o te comería como casi lo hizo conmigo...- recordando a la mujer de blancos cabellos y ojos amarillos que fue traicionada por Lev, la Fujimaru murmuró audiblemente, siendo consolada por Mashu.

Leyendo el ambiente, Percy optó por entregar su tableta a la Caster renacentista para que revisara sus logros, consiguiendo que esta abriera grande los ojos antes de intercalar vistazos entre él y el objeto que sostenía. Inconscientemente, ambos decidieron no mostrarle nada a la pelirroja que había salido de su taciturna actitud, recordando perfectamente lo ocurrido el día en que Europa fue convocada y la rabieta que ella soltó ante las injusticias de su vida.

Las acciones vistas y escuchadas generaron curiosidad sobre los resultados del ojiverde, —¿qué tan bueno es?

-Cómo le fue? – compenetrada en su misión de averiguar el avance del pelinegro, Gudako indagó.

-Bien para ser su primera semana completa aquí. Estoy segura que con el tiempo mejorará y será como tú- las palabras y la mirada azul de Da Vinci eran dos cosas totalmente distintas, siendo que la primera sirvió para aliviar a la Fujimaru mientras que la segunda iba dirigida al Jackson con el mensaje de que había logrado más de lo imaginado.

El ver que una mujer le mentía a otra, les causó sorpresa a las cazadoras.

Aceptando de regreso su tableta y apagando la pantalla, Europa captó la indirecta que le transmitía su colega Servant, tomándole la mano a su Master y arrastrándolo de allí lo más rápido posible antes de que Gudako les obligara a enseñarles lo conseguido. Cruzando apenas el umbral de la habitación en donde estaban hacia el extenso pasillo, la dupla se echó a correr lo más rápido posible, dejando atrás a un séquito de otros Espíritus Heroicos que querían saber más sobre el semidiós.

Si esos dos se llevaban bien— pensaban los amigos del Jackson

-Algún día deberemos enseñarle la tableta, Master...- respirando agitadamente no por el apuro que tenían, sino por la sensación que le transmitió la joven Magus, Rider comunicó tras dejarse caer en la cama de este al esconderse en la habitación que le pertenecía.

-Sí, bueno...no lo creo. Prefiero enfrentarme de nuevo a Kronos mientras este me paraliza con su dominio del tiempo- teniendo escalofríos de solo pensar en enseñar dicho objeto que alojó la final de uno de los cajones que tenía el escritorio, Percy terminó recostándose en la reclinable silla que tenía.

Todos se tensaron y preocuparon, en especial los hijos del rey Titán, y los amigos del hijo de Poseidon

Enderezándose lentamente hasta apoyarse en sus codos, la blonda miró fijamente al único varón presente en la recámara, pensando detenidamente en todo lo que sabía de él desde que empezaron a trabajar juntos. Cada vez que le pedía escuchar una de sus aventuras, más increíble le hallaba, deseando poder continuar la buena relación que poseían...incluso si debía lidiar con un par de Medea que parecían haberse encariñado con el pelinegro.

Las dos Annabeth entrecerraron los ojos ante lo narrado sobre las Medea, con la más joven reprimiendo lo que sentía, Calypso y Reyna solo mantenían una mirada seria.

Los atlantes sentían el inicio de futuras migrañas que sin duda el joven príncipe en la sala les causaría.

Algunos otros de los griegos del futuro principalmente Rachel pensaban —Otras que caen

O quizás eran su fanatismo por las galletas que este regalaba.

Aunque de ser así, todos estarían pendientes de las acciones que realizaba el Jackson.

Pero ella no podía decir nada al respecto ya que su estatus continuaba en crecimiento gracias a la dichosa comida azul, convirtiéndose en la envidia de otros.

Los griegos del futuro podían identificarse con la envidia y el porque de esta.

-Europa...- el llamado de su Master la sacó de los pensamientos que tenía.

-Sí, Master? – ella miró de inmediato al poseedor de ojos verde azulados que le tendía un pañuelo.

-Estás pensando en galletas de nuevo- declaró él, conteniendo una mueca divertida tras el rubor que provocó con su observación.

-Y cómo lo sabe? Acaso me ha estado observando mucho? Debería tener más consideración con su tía, Master- queriendo dar vuelta el tablero imaginario de la plática, Rider usó la carta de ser familiar con el pelinegro.

Lo dicho por la raider trajo una gran incomodidad para los campistas, ya que ellos preferían no pensar sobre su árbol genealógico.

-Si crees que no soy considerado, deberías ver como tratamos todos a Lady Hera en los campamentos griegos y romanos...- ignorando la retorta, Percy empleó un sarcástico tono con el título que poseía la reina de los cielos.

Dicha diosa, seguía atada en su asiento, se podía ver el enojo e ira en su rostro, que fulminaba la proyección y después a todos, sus hermanas al verla, pensaron que tal vez se debería aplicar lo mismo que las dos reinas hicieron con Artemisa, con la ex-reina.

Teniendo que soltar un suspiro y darle una mirada de disculpa a la blonda por su desacato, Perseus estiró la mano derecha hacia ella con una tácita invitación para que se ponga de pie y caminar nuevamente hasta el exterior de la recámara.

-Venga, demos un paseo- decidiendo hacer algo que ella disfrutaba, el joven adulto dio inicio a su recorrido diario por Chaldea.

-Y después podemos tomar una siesta? – alegre por ver lo considerado que era el semidiós, Europa cuestionó.

-En serio, hay veces que pareces una anciana de verdad...- murmuró en voz alta él, recordando todos los gustos de ella tras sus charlas.

Algunos negaban la cabeza sobre las acciones de Perseo, sobre hablar de algo referente a la edad con una mujer, era algo que era mejor evitar hablar con ellas.

-Jeez...- rezongó la Servant, quien quiso lucir intimidadora pero terminó por darle un dulce al joven adulto.

-Lo ves?! Hasta me regalas caramelos como una abuela! – determinó él, sin negarse claramente al presente.

Pero también hubo quienes encontraron divertido la interacción entre los dos.

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