Capítulo XXIX Segundo Mundo, Parte17

Percy Jackson a Rick Riordan, así como de cualquier otro elemento de cualquier otra obra, creación que aparezca, créditos a quien corresponda

Pensamientos

—Hablando—

<acción>

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El ultimo mundo los había dejado confundidos, dando preguntas como qué pasaba exactamente, sobre la historia/pasado de ese Perseo, de su traje de buzó, si también era humano o no, ¿que era Big sister?, ¿la pequeña niña realmente era su hija?, ¿esa ciudad era Atlantis de ese mundo?; esas y muchas más preguntas rondaban en la cabeza de todos, pero se hacían la idea de que Perseo estaba en una situación muy problemática.

Poseidon junto con el resto de los Atlantes estaban más centrados sobre el alcance de los poderes el joven príncipe del mar tiene o tendrá; los descendientes heredaban alguna conexión con los dominios de sus padres divinos, pero solo unos cuantos. Ellos sabían que el chico tenia algunos de estos, el hablar con los equinos y seres acuáticos, un cierto control sobre el agua, sanar con ella, tener un impulso pal la misma; pero el detalle es que el chico solo tiene 12 casi 13, la mayoría de los semidioses que tiene dones suelen mostrarlos a mitad de su adolescencia, otros a una edad más joven como Thalia Grace, de quien se enteraron, que demostró algo de control de la electricidad cuando llego al campamento, antes de convertirse en árbol, pero estos casos es porque se enterar a una edad muy temprana de que son y empezaban a ser perseguidos por monstruos.

Pero Percy Jackson se mantuvo oculto hasta hace unas semanas que se descubrió lo que es, y en solo unos días empezó a mostrar que heredo varios dones, pero ¿esos serán los únicos que tendrá?

Aunque Poseidon también tenía otros pensamientos, como el que tal vez habría que hacer una ciudad submarina para los semidioses, claro que no termine igual que la que estaban viendo, aunque era más por su hijo, pero recordaba que cuando Sally estaba embarazada trató de convencerla de que fuera a vivir a Atlantis, dónde ella y su hijo estarían a salvo, pero la madre de su hijo se negó, porque quería que su hijo creciera como humano, una persona normal, y porque no quería causar problemas con Anfítrite. Podría hablar nuevamente con Sally, Percy, y el resto de su familia, de invitar a su hijo y su madre a vivir en Atlantis, pero algo le decía que Sally y Percy no lo aceptarían. Así que si construye una ciudad donde puedan vivir los semidioses, en especial porque no tienen una larga vida, podría convencerlos si es para todos, donde puedan vivir; eso o hace una isla como lo hizo con Delos para que Leto se resguardara de Hera, pero la isla debería estar protegida.

...

...

Siguieron en sus pensamientos unos minutos más antes de reanudar la proyección, vieron que regresaban son el mundo más visto. 

El cruce de miradas entre dos personas era algo común para todos en Chaldea, ya sea por motivos infantiles como la expropiación de comida, hasta motivos serios como las discusiones familiares. Básicamente, podían decir que si un día faltaba la clásica colisión visual, era una jornada fallida. No obstante, la ocasión fue diferente esta ocasión debido a los partícipes de la riña, siendo cierto Master pelinegro que fulminaba con sus orbes verde azuladas al enorme ser de extensa melena blanca y dos grandes cuernos rojos.

Quiron pensaba que Chaldea era algo parecida al campamento, donde ello ocurría con frecuencia, aunque principalmente por los hijos de Ares o los orgullosos hijos de Atenea, y que si ese Perseo estuvo en el campamento varios años, aunque fueran solo los veranos, entonces no tendrá problema, después de todo el joven de ojos verde mar ya se estaba adaptando ha ello. Aunque también sentía compasión para quien sea que este a cargo, porque sabe lo difícil que es evitar que termine en desastre.

Reyna pensaba algo parecido, pero que en su caso y el campamento romano era más sobre quien dirigía, la jerarquía en la legión.

Los dioses que conocían mejor la situación de los campamentos tenían pensamientos similares.

Pero todo aquel que conociera y recordara la relación de Percy con el minotauro, podía entender las acciones de Perseo

Muchos se preguntaban cómo inició todo, y solo algunos sabían dicha respuesta, concluyendo en que sencillamente se produjo con el simple hecho de que cruzaron caminos en un pasillo mientras iban en direcciones opuestas. Para los que estuvieron presentes el día que las pertenencias del semidiós fueron expuestas, comprendieron la razón del enojo mutuo con facilidad.

Uno porque delante de él estaba el Servant que secuestró a su madre y luego tenía el vicio de ir a pelearle tras reformarse.

Ahí estaba su confirmación, aunque no la del ese minotauro, que parecía más humano que de su mundo.

Percy apoyaba a su contraparte.

El otro porque descubrió que el Master novato tenía en su posesión un cuerno de él como trofeo de batalla.

Ahora la tienen, varios pensaban que ese ser sería fácil de derrotar para Perseo, después de todo derroto al de sus mundo a los 12, por lo que solo había cautela en vez de preocupación.

Un tenso ambiente se construía alrededor de ellos, creando expectativas en los testigos que aguardaban una lucha que nadie sabía el final ya que según ellos conocían de los entrenamientos en las Singularidades simuladas que tenía el hijo de Poseidón junto al Espíritu Heroico que convocó, aunque por otro lado estaba el mitológico y reconocido hijo de Pasifae en su clase Berserker, los cuales se caracterizaban por ser una fuerza temible si la recepción de prana era considerable en estos.

Pero lo ultimo narrado, hizo que algunos empezaran a preocuparse, pero también curiosos sobre el prana, que solo algunos asumieron que se refería a la magia, debido a lo entendido sobre lo servants que son convocados por magia.

Poco a poco ellos se iban acercando con hostiles intenciones si la inclinación hacia delante de la cabeza de Asterios enseñaba algo, o que Perseus estuviese a punto de desplegar su fiel espada antigua. Y la situación claramente hubiese escalado a mayores de no ser por un grito que rápidamente desconcertó a todos con la respuesta que generó en el dúo de temerarios griegos.

-Master! / Asterios! – una exclamación dual al unísono repercutió en todo el pasillo sin importar que proviniesen de sentidos opuestos.

Un llamado que súbitamente hizo que los implicados dejaran sus diferencias y se abrazaran como si fuesen muy buenos amigos, generando estupefacción en los demás, así como también miedo cuando estos les dirigieron una peligrosa mirada de advertencia que fue ignorada por la dupla de mujeres que llegaron hasta ellos.

El publico reacciono igual que los individuos vistos en la proyección que reaccionaron a Perseo y el servant, tanto como estupefacción y ligero miedo al ver las miradas de los dos. Pero también hizo que los del presente junto con varios de los romanos, amazonas, cazadoras se cuestionaran la mentalidad del ojiverde, ¿Acaso tenía unos tornillos sueltos? se preguntaban ya que pasa de un momento de querer luchar y tal vez matar a abrazar a su oponente como si fueran dos viejos amigos.

Solo los griegos del futuro no estaban tan sorprendidos, sabían que su amigo era ... peculiar.

-Europa! / Euryale! – al igual que ellas, Percy y Asterios replicaron en sincronía, manteniendo unas forzadas sonrisas nerviosas ya que no deseaban hacer enojar a las susodichas.

Ahora estaban mas curiosos, a Percy y Asterios les faltaba un tornillo o las mujeres eran de quien debían preocuparse, ¿Acaso eran muy peligrosas o aterradoras?

-Master...está bien? – la blonda Rider inquirió con preocupación.

-Sí, por qué lo preguntas? – veloz para hallar una réplica que le evitara un enojo como la última vez que lo vio a punto de romperle los cuernos al Berseker, habló Percy.

La mayoría pensaba que debió ser con su espada, unos cuantos se preguntaba si fue de otra manera.

-Mmh...nada. Olvídelo, Master- frunciendo levemente en entrecejo, Europa terminó por creerle antes de tomarlo de la mano izquierda y llevárselo lejos de cierta bruja que parecía acecharlo cada vez que ella lo descuidaba.

Algunas féminas fruncieron el rostro. Los atlantes solo suspiraron, Apolo y Hermes sonreían.

-Sucedió algo, Asterios? – esta vez fue la pregunta proveniente de la hermana mayor de Medusa la que se oyó en el pasillo.

-No...Todo en paz...- mostrándose exteriormente tranquilo el Minotauro respondió, deseando más que nada obviar de nuevo el regaño que se ganó cuando en su última pelea con el Jackson ella lo descubrió en el instante que estaba por empalarlo con sus extensiones óseas.

De inmediato fulminaron a la contraparte del minotauro. Algunos incluso haciendo promesas de venganza si se atrevía a dañar a su amigo, los que escucharon a estos les recordaron que veían una proyección de otro mundo.

-Te creeré en esta ocasión. Venga, vamos a buscar a mi hermanita. Últimamente ha estado desapareciendo mucho- entornando la mirada para escudriñar al gigante ser, Euryale jaló de la gran mano derecha de él para tratar de encontrar a Gorgon.

Desconocido para las dos féminas, sus acompañantes miraron disimuladamente por encima de los hombros con gran rencor, prometiendo una trifulca para la posteridad si la mueca de degollamiento de Percy y el súbito brillo en las puntas de los cuernos de Asterios, significaban algo.

—Hombres— dijeron varias cazadoras, lo que se gano que las fulminara Rodas, si seguían así sin duda a sugerir la idea que tuvo antes.

Otros miraban entretenidos, curiosos o del lado de Perseo.

-Master...- fue clara la llamada de atención que la mitológica Servant griega le brindó al pelinegro.

-Vamos, Europa. Sabes bien que yo no comencé esta pelea, fue él con su queja de que tengo un cuerno suyo entre mis pertenencias- intentó defenderse el semidiós, dejándose llevar ciegamente hasta unas salas de entrenamientos que rara vez usaba Gudako Fujimaru.

-Es cierto, pero parece que ni siquiera puedo tomar mis siestas porque tú siempre desapareces...- replicó ella, demostrando su verdadera preocupación.

Hubo varias cejas que se alzaron, se preguntaban si Europa se preocupaba por la seguridad de su familia, su tío en este caso o si era porque creía que su maestro no podría con el minotauro

-En mi defensa, heredé un molesto déficit de atención- alzando las manos en señal de inocencia, el Jackson sonrió levemente al ver el aún adormilado rostro de la mujer.

—Todos— dijeron la mayoría de los semidioses, pero los griegos del futuro admitían que Percy eran de los que lo tenían peor o quien lo tenia peor de todos

Compadeciéndose de su nueva compañera de aventuras, el hijo de Poseidón la orientó hasta unas banquetas cercanas, tomando antes unas cuantas colchonetas para que le sirvan de mejor comodidad, para posteriormente obligarla a recostarse allí y taparla con la campera que llevaba encima debido al frío clima del blanco continente en el que estaba actualmente.

Las cazadoras vieron sorprendidas la muestra de caballerosidad. Otros en cambio se preguntaban cuando aprendió modales/caballerosidad su amigo.

-Venga abuela, duerma un poco mientras yo entreno en silencio. Le parece? – burlándose de ella como lo hacía habitualmente por culpa de los manierismos que tenía, Percy le pidió.

Algunos tenían rostros de diversión por lo dicho del Jackson, otros solo bufaron, siendo mayoría de mujeres con lo ultimo.

-No se supone que nuestra relación sea así- bostezando por reflejo primero, la mirada magenta buscó enfrentarse a la verde azulada en calma, queriendo usar su carisma con el propósito de convencerlo.

Cejas curiosas se alzaron por lo dicho por la nieta de Poseidon, —¿solo se consideraba una sirviente?— pensaron

Solo para que este le regale una mueca lúdica y con su dedo índice derecho empuje la frente de ella hasta la colchoneta, demostrando la ineficacia del encanto en sus palabras, ya que después de todo el semidiós había presenciado el poder de Afrodita, Silena, Drew y Piper más de una vez, consiguiendo una resistencia tras el tiempo.

Silena, Piper, la joven Drew, se ganaron miradas del resto, algunos empezaron a burlarse de las dos primeras que si acaso no les bastaba con Charles o Jason, haciendo que el segundo se sintiera celoso tanto por lo narrado en la proyección, como por las burlas; Charles en cambio no dijo nada, él y Silena no eran novios, solo amigos, por si estaba sonrojado y un poco molesto por las burlas.

La joven Drew a pesar de que tenía 13, tenía otros pensamientos en su mente, sobre robarle a la hija de Atenea su novio en los siguientes años o evitar que se convierten en novios, al enamorar al hijo de Poseidon, las dos Chase por alguna razón sintieron molesta con Drew, así como otras féminas.

AnnabethF miraba a Piper quien solo alzaba las manos y le decía que nunca le robaría a Percy, no era esa clase de Persona, y que tenía novio. La joven versión de Annabeth trataba de no sentirse celosa, ya que Percy solo era su amigo, pero estaba fallando.

Calypso, Reyna, también miraban a las hijas de Afrodita. Thalia también las fulminaba, pero en especial a Piper porque quisiera lastimar a su hermano menor.

El joven Percy estaba totalmente rojo por lo que decían los demás campistas.

Los Atlantes sentían de vuelta los dolores de cabeza, pero fulminaban a la dormida Afrodita, de que se entrometa con Percy.

Las cazadoras no sabían que pensar, aunque su mayor parte estaban inclinadas a creer que tenían su confirmación de que Perseo era como cualquier hombre, que engañaba a las mujeres, pero el escuchar de que era puesto bajo el encanto de Afrodita en sus hijas, y que desarrollo resistencia, fue lo que evito que siguieran esa linea de pensamientos, y en cambio pensaran que las semidiosas resultaron como su madre, igual de ....

Una vez asegurado que la Servant estuviese descansando como lo hacía todos los días desde su llegada, el joven adulto llevó a cabo lo dicho antes, desplegando su espada y realizando unas fintas a imaginarios contrincantes como método de calentamiento. El transcurso de los minutos perdió importancia en la mente del semidiós, enfocándose en el entrenamiento arduo que necesitaba si quería definitivamente vivir entre seres que relativamente arrojaban rayos láser por encima de su cabeza para destruir monstruos.

La mayoría encontraron difícil o imposible de creer lo ultimo, pero aplaudían ante las acciones de Perseo, de no hacerse más fuerte para sobrevivir. Los del futuro se preguntaban que tan fuertes eran esos servant, para que el ojiverde crea que se queda atrás.

Incluso si se negaba a creerlo, Percy sabía que sus posibilidades de regresar a casa eran casi nulas, volviendo intangible su deseo de besar nuevamente a su novia o abrazar a su madre y futura hermana que pronto nacería. Lo llenaba de tanta furia su situación, al punto en que algunos Espíritus Heroicos juraban haber escuchado el rugir del agua que provenía de lejos, obligándolo a calmarse y buscar liberación en la sala que actualmente usaba.

Sentimientos de tristeza por Perseo se empezaron a sentir, aunque los dioses estaban también curiosos en cuanto lo del agua.

No obstante, el enojo que poseía, lo demostraba en privado, en su interior. Se negaba a dejar que Europa lo viese de tal forma, ya que su amable actitud infaliblemente le recordaba a Hestia, siempre cariñosa con los demás héroes de origen europeo, al punto de darle caramelos como recompensa.

Hestia se preguntaba cuanta interacción tuvo con su sobrino, así como otros dioses. Y también admitían que actuaba parecido.

-Necesitas un compañero de entrenamiento? – una voz sacó de su mundo mental al semidiós, siendo el origen de este un determinado Lancer de cabellera verde.

De manera innata, Perseus Jackson se llevó un dedo a los labios en clara señal de silencio antes de indicar a la soñolienta Rider. Comprendiendo a lo que se refería, Achilles vio como aceptaba el joven adulto aceptaba su oferta, invitándolo tácitamente hasta donde él estaba con crecientes ánimos, haciéndole sospechar que encontraba grata su presencia.

Un ligero sentimiento de envidia sintieron los campistas, en especial los griegos de que Perseo tenga la oportunidad de entrenar con Aquiles.

Desconocido para la dupla que se tomaba todo el tiempo del mundo para entrenar, o mejor dicho para que Percy se dedicara a esquivar las estocadas del héroe troyano, un par de ojos color magenta observaban a través de sus párpados semi abiertos a su Master pelinegro. Ella despertó al escuchar el agudo silbar de las armas cortando el aire, reconociendo el lugar que la rodeaba y el calor que la cubría, así como también rememorando inevitablemente los sueños que conseguía durante los descansos que le brindaba el Jackson.

Estaban sorprendidos por el nivel de habilidad mostrado por el peliverde, en especial aquellos que veían que parecía contenerse, eso no era un nivel da habilidad que hayan visto, esta por encima de cualquier guerrero en su panteón ... de su mundo.

Imágenes de aventuras que acarreaban temor y acción le enseñaban a la Servant sobre la vida del hijo de Poseidón, entendiéndolo mucho mejor y enterándose de detalles que eran dejados en alto durante sus pláticas. Aún le causaba gracia el rostro que adoptó la versión alterna de su esposo cuando un joven Perseus Jackson rechazó la inmortalidad a cambio de otros favores, sorprendiéndole incluso a ella misma con ello.

El hecho de que esa Europa se casara con Zeus lo dejo en shock, después de todo el dios del rayo la rapto en su mundo, acaso ese Zeus ¿era diferente?, lo encontraron difícil de creer, pero recordaron a las Medusas, ¿sería posible?

Hera era la única que estaba llena de furia tanto con la nieta de Poseidon, como con su dormido marido

Europa sabía que su Master necesitaba ayuda, después de la perturbadora travesía que realizó por Tártaro junto a su novia. Era notable el menester de hacerse más fuerte para evitar algo similar de nuevo, sobre esforzándose e inclusive llegar al punto de pelear a su lado en las simulaciones de las Singularidades. Por ese mismo detalle, la blonda Rider cerró los ojos de nuevo con una última imagen de su convocador logrando barrer las piernas de Achilles, prometiéndose internamente el ayudarlo en todo lo posible e incentivarlo a tener más Espíritus Heroicos a su lado.

Se tensaron y preocuparon de nuevo ante el futuro de Percy con el Tartaro, pero también el respeto al chico aumentaba sobre no dejarse frenar, de ser mejor.

Después de todo, era su deber el servir lo mejor posible al pelinegro.

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YA NO PODRE ACTUALIZAR TAN SEGUIDO, TENGO OTRAS IDEAS QUE QUIERO ESCRIBIR Y OTRAS COSAS QUE TENGO QUE HACER

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