CAPÍTULO 8: El cuerpo tiene memoria.


Aclaración: Ninguno de estos personajes, ni el manga ni nada me pertenece, todo es propiedad de Koyoharu Gotōge, si la historia hubiera sido mía, Giyū y Shinobu hubieran terminado juntos.

Yo también a veces tengo esa sensación de deja-vu,
cuando conozco a alguien nuevo.
Me pregunto si ustedes también la tendrán,
cuando llegue ese momento...

CAPÍTULO 8: El cuerpo tiene memoria.

Eran las diez de la mañana del mismo sábado. Una niña de catorce años caminaba en dirección a la casa Kochō, el clima estaba bastante tranquilo, era un buen día para ver el hanami en flor, la temporada estaba muy cerca de terminar pero los árboles aún se veían en su punto máximo, eso gracias a que había llegado algo tarde hasta su ciudad.

La niña en cuestión tenía el pelo negro oscuro recogido en dos coletas con moños azules, de flequillo al medio y largo y unos ojos intensos como el océano.

Habían pasado solo unas horas desde que el gran suceso, la casa seguía alborotada con las hermanas Kochō pero por lo menos ya estaban vestidas apropiadamente para cuando el timbre sonó.

Como Kanae y Kanao estaban arriba arreglándose fue Shinobu la que abrió la puerta para sin saberlo encontrarse con una vieja amiga...

— Bienvenida Kanao bajará en un momento porfavor pa...— Shinobu atendió con una sonrisa pero en cuanto vio a la pequeña Aoi Kanzaki sin poder evitarlo un gesto de dolor apareció en su cara, una sacudida en todo el cuerpo, su corazón latiendo tan fuerte que sintió que podría estallar probando pequeños y constantes espasmos. Antes de que pudiera seguir hablando parecía que su cuerpo estaba queriendo dejar de funcionar, un mareo inminente estaba por dejarla en el piso. Pero para su suerte su super prometido la sostuvo antes de que su cuerpo pudiera tocar el piso.

—Shinobu estas bien? ¿Qué pasa? — pregunto Giyū algo asustado sin reparar demasiado en la presencia de la también preocupada invitada.

—Shinobu- nee san? ¿Estas bien? —Kanao había aparecido justo a tiempo, en el fondo Aoi suspiro aliviada.

Shinobu solo pudo asentir lentamente con la cabeza, mientras internamente luchaba por calmar su respiración. Creía reconocer los síntomas, mientras más rápido controlara su cuerpo más rápido pasaría todo...

—Kanao-chan no te preocupes llevare a Shinobu descansar un rato. — Giyū hizo un pequeño gesto con la cabeza a Aoi para mostrar que había notado su presencia y a modo de disculpa. Sin mucho más cargo a Shinobu en sus brazos y se dispuso a subir por las escaleras.

Antes de que pudiera abrir el cuarto de su novia Kanae interrumpió asustada al ver a su hermana toda pálida.

—¿Qué paso? Te la deje un rato y así la traes? — Giyū puso su cara más sincera, una expresión combinada entre fastidio e ironía. Kanae por otro lado abrió la puerta del cuarto y entró para ayudar a acomodar a su hermana.

—No sé, abrió la puerta y casi se desmaya. — Kanae saco las almohadas de adorno de la cama e hizo lugar para que Giyu pudiera acomodarla.

— Shinobu, ¿puedes escucharme?

La Kochō del medio que parecía tan blanca como un fantasma los miraba distante, por suerte no estaba lo suficiente aturdida como para perderse de la charla. — Si, solo necesito descansar.— Su voz era apenas audible y algo pausada pero después de una débil sonrisa Kanae y Giyū se calmaron.

—Iré por un poco de agua...

Giyū asintió y se sentó a un costado de la cama, posó su mano derecha en la frente de su novia para ver si había temperatura. — Tal vez no deberías ir a trabajar hoy...

Shinobu sonrió tiernamente.— Solo necesito un momento, sé lo que estás pensando y no.

Kanae había vuelto en tiempo récord, acompañaba una preocupada Kanao. Giyū ayudó a Shinobu a incorporarse en la cama para beber el agua.

— Arigato ne. — dijo casi en un susurro. Shinobu las miró fijamente a ambas. —Tranquilas, estoy bien. Solo fue un susto, no sé porque... ustedes sigan con sus planes, Giyū puede cuidarme hasta que tenga que ir a trabajar. — Y tomó la mano de su novio.

Giyū asintió mientras la ayudaba a volver a recostarse en la cama, por unos cuantos segundos pudo sentir la mirada fija de las hermanas Kochō en su cuello.— No la dejare ir si sigue así...

Bien, era todo lo que ellas esperaban oír. Un casi desmayo en Shinobu eso era algo completamente nuevo para ellas. Y algo aterrador, estábamos hablando de Shinobu, ella casi nunca se enfermaba.

La pequeña mariposa que ya iba cerrando los ojos volvió a murmurar.- Ya déjenme dormir un rato...

Giyū deposito un beso en su frente y se levantó. Decidieron seguir hablando en el pasillo.Kanae repasaba mentalmente la situación.

— Mmm ok, Kanao se irá ahora con sus amigos a ver el hanami en el parque Johoku, estará cerca de acá por las dudas, yo tengo que ir a la universidad en un rato y planeaba ir a la casa de Sanemi-kun pero puedo volver si Shinobu aun no se siente bien...

Mamá osa hablaba rápidamente analizando su día y la situación. Giyū tenía ganas de decirle que lo más probable fuera que después de una siesta Shinobu se encontraría mejor, después de todo no había dormido bien la noche anterior pero entendía que ahora Kanae se sentía en responsabilidad de asumir el rol del pilar de su familia para sus hermanas, nada ni nadie venía antes que ellas.

Giyū respiro profundamente, tomó a Kanae por los hombros y la miró fijamente. —Nee-san, yo me encargare de Shinobu, ustedes hagan lo que tengan que hacer en el día de hoy. Ve a ver a tu novio y relájate. Déjame ahora a mí cuidar de Shinobu-chan. —Sonrió.

Kanae asiente con la cabeza enternecida por las palabras de su cuñado pero algo la trae de regreso. — Oh pero Kanao quería invitar a Aoi a dormir hoy, tal vez sea mucho para Shinobu...

Kanao estaba a punto de interrumpir y decir que podría arreglar una pijamada para otro día pero Tomioka volvió a tomar la palabra.

—Yo puedo hacerme cargo de eso también, puedo cocinarles y mandarlas a dormir antes de las doce si es que Shinobu se siente mal.

Kanae estuvo a punto de reír. — Es una pijamada... ese no es el punto. — suspiro, se detuvo a pensarlo por unos segundos. — Está bien, confío en que podrás con ellas pero si algo llegara a pasar...

—Te llamaré enseguida.

— Esta bien. Kanao... ¿estás de acuerdo con eso? — Ahora ambos adultos responsables miraban a la menor de la familia.

Kanao sonrió tiernamente. — Si, ahora Giyū-san es nuestro nii-san.

Una explosión de ternura se pudo escuchar perfectamente, como un volcán que acababa de hacer erupción. Kanae no dudo en ahogarla en un abrazo mientras volvía a decir cosas sobre su hermanita y Giyū estaba a punto de llorar de la emoción, era oficial, ahora era un miembro de la familia Kochō con honores, ahora era su nii-san. 

Kanao tenía ese poder especial...

Las niñas se habían ido al parque diez minutos después de la tierna escena familiar, Tomioka estuvo cuidando el sueño de su novia por al menos una hora y media, hasta que decidió no despertarla aun y bajar de una vez para empezar a preparar el almuerzo.

Kanae por otro lado se estaba preparando para salir. Serían ellos dos por un rato más. Giyū empezó a imaginar o mejor dicho fantasear en cómo sería su vida una vez que Shinobu se mudara con él. Tendría infinitas oportunidades de tener días como hoy.

— Y Giyū-kun, una cosa más. — Kanae interrumpió su burbuja.

El cerro la heladera y volteo a verla despreocupado y con la guardia baja sin imaginarse lo que vendría...

— Nada de aprovecharse de mi hermanita en mi ausencia...

El pobre hombre casi se ahoga con su propia saliva. — ¿Q...que? Kanae ¿Qué estás pensando?

— Lo que escuchaste, nada de aprovecharte de la situación y de qué estén solos. — Pausa dramática. — Y menos con Kanao en la casa. — Kanae estaba algo roja mientras pensaba en una posible y desagradable situación. Había que dejar las cosa en claro.

Giyū volvió a toser. — Kanae... — Respiro. — Shinobu aun es menor de edad, podrían arrastrarme.

— Y yo podría denunciarte, así que mantén tus pantalones arriba. Ya vi como la miras después de besarla...-— Volvió a entrecerrar sus ojos dudando de toda la moral que conocía de Tomioka mientras se acercaba a él, apuntando con su mano derecha con el dedo acusador.

Ambos estaban avergonzados de esta charla, Kanae de darla y Tomioka de escucharla pero claramente el que más rojo traía la cara era él. Lo estaban acusando de algo que no hizo y por las duda amenazando. Aunque había algo de verdad en las palabras de su ahora "oficial" hermana mayor, últimamente el calor en sus besos se expandía cada vez más por todo su cuerpo pero era algo completamente entendible, el nunca había tenido una novia por obvias razones y siempre guardo toda experiencia para Shinobu. Ahora todo lo que se había perdido en estos años se agolpaba en su cuerpo y la realidad es que Shinobu tampoco ayudaba mucho. Ambos se daban cuenta de eso, a él le torturaba un poco la situación y ella parecía disfrutarlo, cada vez que el intentaba controlar el momento ella intensifican más y más las cosas, a veces pensaba que lo estaba castigando.

—Kanae-nee san yo...— suspiro. — no tienes porque preocuparte no haría algo así... aun. — Y río para romper la tensión. Kanae por su parte lo golpeó con todas sus fuerzas en el brazo izquierdo.

La joven mariposa que había entrado en al cocina en el momento justo, preguntó. —¿Aún no harás que cosa Giyū?

Los congelo, su presencia los había tomado por absoluta sorpresa. Kanae estaba haciendo su mayor esfuerzo por sonar amenazante ante un hecho que le causaba algo de pudor, la idea de pensar en ellos como personas sexualmente activas... No, definitivamente no quería tener esa imagen de su hermana nunca, ni aun estando casada o embarazada.

Shinobu por otro lado había escuchado toda la conversación, primero se sintió mortificada y después pensó en esperar al mejor momento para hacerlos sentir incómodos, después de todo también estaban hablando de ella. Aprovechando su cara de recién levantada fingió no entender lo que pasaba.

Por un breve segundo la Kochō mayor y Tomioka compartieron una mirada de complicidad y amenaza. —Shinobu-chan ¿ya te sientes mejor?

Shinobu sonrió. — Sí, les dije que solo necesitaba una pequeña siesta.

Kanae sonrió, ese era su pie para retirarse.— Que bien.—Suspiró aliviada y aprovecho para acariciar la cabeza de su hermana. — Ya me tengo que ir a la universidad pero Giyū-kun se ofreció a cuidarte por el día de hoy... y ¡Nada más!

Shinobu dejó caer su cabeza para su hombro izquierdo. — ¿Nani?

Kanae beso a su hermana en la frente y se encaminó hacia la entrada de su casa para ponerse los zapatos. Shinobu la siguió curiosa, junto con un Giyū divertido.

—Se me hace tarde, seguiré amenazando a Giyū-kun otro día. — Y abrió la puerta de su casa.

Giyū frunció el ceño, Shinobu los miro confusa aunque en el fondo quería reír.

—Saludame al ogro de tu novio. — Grito. Kanae no respondió, pero ella pudo ver perfectamente cómo su hermana revoleaba sus ojos con algo de enfado.

Shinobu cerró la puerta y noto que Giyū ya se había escapado para la cocina. Era la segunda vez en el día que lo veía cocinar en su cocina con el delantal floreado de su hermana mayor. Por un momento se preguntó si su vida de ahora en más seria así, esperaba que sí.

Siendo lo más cautelosa y silenciosa que pudo lo abrazo por detrás. Ella pudo escuchar como el corazón de su novio se detenía y se aceleraba, sonrió, le gustaba causar ese tipo de cosas en él. 

— ¿Porque mi hermana te estaba amenazando? ¿Qué hiciste ahora?— Pregunto curiosa.

Giyū se giró rápidamente para distraerla con un corto beso. — Creo que sigue enojada por lo de los anillos. — Bien salvada, pensó pero corto estos pensamientos de auto-apoyo moral por preocupación. — ¿Hay algo que quieras contarme? 

Shinobu separó el abrazo y suspiro. Ella tampoco lo entendía bien, ¿cómo explicarlo? se acomodo en una de las sillas de la derecha, apoyo su cara en su brazo derecho sobre en la mesa con la vista fija en ningún lado.

— Esa chica...

— Creo que Kanae se refirió a ella como Aoi— interrumpió Tomioka.

Shinobu asintió pensativa. — Si, Aoi. — Se interrumpió y comenzó a hablar lentamente. — Me dio una sensación de dejavu, como si la conociera desde hace mucho tiempo.

Tomioka frunció el ceño. — ¿No es amiga de Kanao?

Ella volvió a asentir. —Si es una amiga muy reciente que nunca pude conocer. — Dejo de hablar para intentar encontrar las palabras. — Y cuando la vi tuve una sensación muy extraña como...

Pasaron unos segundos y la oración no se completaba. Giyu carraspeo.- ¿Como...?

Shinobu abrió los ojos como si una burbuja acabara de explotar en su casa. — mmh como si me hubiera dado un ataque de pánico.

—La amiga de Kanao... ¿te causo un ataque de pánico? — pregunto crédulo. Un momento, pensó. — ¿Sufriste un ataque de pánico? ¿Eso fue un ataque de pánico? ¿Ya habías tenido uno? ¿No deberías quedarte en casa? — Antes de que pudiera darse cuenta, él ya la estaba sosteniendo por los hombros mientras la examinaba con una mirada meticulosa.

"Tal vez no debería haber dicho eso" pensó Shinobu, suspiro al escuchar cómo la palabras no paraban de brotar de la boca de su novio.

Decidió ignorar todas las preguntas y siguió hablando. — No me di cuenta cuando la vi pero mientras descansaba la recordé, ella aparece en cada uno de los sueños donde mis hermanas mueren o están heridas...

Tomioka no supo qué decir. ¿Cómo era posible soñar con alguien que realmente no conoces? ¿Por que alguien que acabas de ver te despertaria un ataque de pánico? ¿Esta situación podría volver a repetirse? ¿Debería estar así o aun más preocupado por su novia?

Shinobu se dio cuenta de lo que estaba pasando en el interior de Giyū, él era tan simple de leer a veces, gracias a cielo eso no había cambiado para nada, le daba una gran ventaja en su vida.

— Estoy bien, voy a estar bien. —Sonrió. — Pero si crees que soy demasiado rara, aun estas a tiempo de huír.

Sus palabras tuvieron el éxito que esperaba, Giyū cambió su cara de preocupación por una de indignación. Ni en un millón de años volvería a separarse de ella.

Después de almorzar, decidieron evitar el tema por un rato. Giyū anunció que la llevaría al trabajo con la excusa de que necesitaba pasar por una tienda de libros que curiosamente estaba cerca del café. Volvió a su casa en busca de lo necesario para pasar la noche en la casa de las mariposas y por su moto.

A Shinobu se le hacía muy sexy verlo arriba de ese vehículo, su parte favorita era cuando se sacaba el casco. Pero nunca se lo diría porque también le daba algo de miedo, los accidentes en motocicletas eran los más probables, estadísticamente hablando, la idea de que algo también le pasara a él le aterraba. Sabía que era un gran conductor, con grandes reflejos pero aun así...

Abrió la puerta para que él pudiera pasar rápidamente y mientras se quitaba los zapatos, ella aprovechó para sacarle la mochila y una bolsa de su manos. Frunció el ceño, en la bolsa se podía ver claramente un casco femenino y parecía de su tamaño, sin preguntarle nada lo saco. Era rosa y violeta, lleno de brillos y unas pequeñas mariposas blancas en los costados y...si, efectivamente era de su talle.

— ¿Para mí?— pregunto extrañada pero alto enternecida.

Se puso la pantuflas y volvió a tomar su mochila. — No puedo llevarte en mi moto si no usas casco. — dijo como si fuera lo más obvio posible.

Ella sonrió. — Aun así ¿podrías considerar comprar un auto en algún momento?— pregunto mientras lo seguía por las escaleras.

— ¿En Tokio? Tal vez cuando tengamos hijos...

Un tono carmín empezó a esparcirse por las mejillas de la joven. En todos estos años imaginando volverlo a ver para ya nunca soltarlo, jamás se había imaginado niños en el medio pero él sí. Hijos... tener hijos con Giyū-kun... desvió su mirada al piso mientras seguía pensando en esa imagen.

....

El café donde trabaja Shinobu estaba a menos de diez cuadras de la estación de Ikebukuro, aun dentro de la zona comercial y el constante ajetreo de la gente. Era la primera vez que Giyū la llevaba, así que tomó nota de todo mentalmente.

Al entrar en su trabajo después de cambiarse todos sus compañeros repararon en el pequeño detalle que Shinobu tenía en su mano. ¿Qué significaba ese anillo? Ella anunció sin mucho detalle que se casaría y se fue rápidamente a empezar a su turno laboral. El día se fue entre clientes, mesas sucias y estrategias para evitar las preguntas que ella consideraba innecesarias.

A una hora de que su turno terminara, escuchó la campana de la puerta abriéndose. Un nuevo cliente había llegado.

—Irasshaimase... — Se frenó. Tomó aire y se pregunto ¿era realmente necesario?

Los otros meseros que se encontraban cerca de ella notaron un brusco cambio en su tono de voz. Shinobu no pudo ocultar su cara de fastidio pero volvió a sonreír rápidamente. Mientras lo seguía con la mirada. Maldición, había escogido una mesa de su zona, le tocaría atenderlo.

Tomo uno de los menús de la barra, caminó lentamente con una sonrisa y una vena levemente hinchada en su frente.

— Giyū-kun...—Canturreo dulcemente.— ¿Qué estas haciendo acá?— Y dejó caer el menú sin el menor tacto posible.

Él alzó la cabeza algo confundido, mientras apoyaba lentamente dos libros en la mesa.

— Decidí esperarte a que termine tu turno acá mientras empiezo unos ensayos.— repuso con mucha simpleza y una mirada totalmente inocente que había aprendido a controlar hacía muy poco.

Shinobu suspiro y aparto la mirada. 

Tomioka 1, Kochō 0. 

Volvió a tomar la carta y se fue sin siquiera permitir que la leyera. A los minutos volvió con un café negro y una porción individual de una tarta de frambuesas.

La campana volvió a sonar una vez más. Era el cliente habitual de las siete treinta de la tarde.

— Irasshaimase — Dijeron esta vez a coro los meseros.

Shinobu se acercó a la maquina de expresos y empezó a preparar el café. El joven muchacho se sentó a dos mesas a la derecha de donde se encontraba Giyū, sobre la silla de al lado depositó una bolsa de compras y mientras esperaba que su café llegará, sacó una pequeña libreta y empezó a dibujar con una lapicera.

El joven en cuestión era alguien que no aparentaba más de veinte años. De pelo verde corto con las puntas negras, de mirada seria y ojos rosados claros, con una tez clara casi de porcelana. Vestía con mucha pulcritud una camisa rayas azules oscuras, pantalones negros y mocasines oscuros.

Shinobu depósito con mucho cuidado la pequeña taza de café en la mesa.

— A veces me pregunto si realmente eres un vampiro...—Sonrió esperando alguna respuesta pero él seguía concentrado en su cuaderno. — Siempre apareces sin falta cuando el sol ya desapareció.

Finalmente despegó sus ojos de su boceto. — Ya te dije que soy algo parecido a un vampiro. Algo como un demonio. — arqueo sus cejas mientras acercaba la taza de café a sus labios.

Ella río. —Tal vez un día de estos te crea, Yushiro-san.

Shinobu pudo sentir la mirada de su novio clavada en ellos sin ningún disimulo pero no le dio mucha importancia al darse cuenta que Yushiro se había quedado mirando su anillo. ¿En serio era algo tan obvio? ¿Todo el mundo va a reparar en ese pequeño e ínfimo detalle?

— ¿Un anillo de compromiso? — pregunto incrédulo. Kochō asintió. — Felicitaciones, ¿Quién es el afortunado?

Shinobu sonrió maliciosamente. — Ese idiota de la mesa de al lado. — respondió mientras apuntaba hacia la mesa de Tomioka con su cabeza.

Giyū quien estaba atento a la conversación, bajo su la cabeza abruptamente, estaba levemente avergonzado por haber sido descubierto por su novia. Pudo sentir la mirada de ambos en el por unos cuantos segundos mientras pretendía escribir algo en un cuaderno, sin despegar la vista de uno de sus libros.

Yushiro sonrió genuinamente. Un susurro escapó de sus labios. — Finalmente lo encontraste...

Shinobu fijo su vista rápidamente en el. —¿Como?

Yushiro se dio cuenta de inmediato del error que había cometido, nada escapaba de esa muchacha. Volvió a sonreír — Que, que bueno que lo hayas encontrado. Se ve como una persona muy decente, espero sean muy felices.

Ella frunció el ceño, estaba muy segura de que había dicho "lo encontraste" pero ella estaba segura de que nunca le había contado nada de Giyu, como sea decidió no darle tanta importancia, hizo una leve reverencia y volvió a la barra.

Ese día no volvieron a hablar más, por lo general sus visitas eran así, nunca se quedaba más de media hora, siempre venía cuando oscurecía, solo tomaba un expreso, la mayoría de las veces venía a dibujar bocetos y otras simplemente a ver por la ventana como si esperase encontrar a alguien entre la multitud. Tal vez a la mujer que siempre estaba dibujando. Ella nunca se atrevió a preguntar por ella, lo sentía como algo muy privado, la poca charla que tenían era porque durante todo el verano en que Shinobu estuvo trabajando en el café, el iba todos los días y según sus compañeros le contaron aun lo sigue haciendo. Yushiro-san el cliente habitual. Otra persona que también le daba una ligera sensación de deja-vu.

Lo que quedaba de su turno había pasado rápidamente, hoy no le tocaba cerrar el local así que podía irse temprano, Giyū ya la estaba esperando afuera para cuándo se fue a cambiar.

El día de hoy había sido muy largo y tenía la sensación de que aun no terminaba. Eran las ocho, Kanao seguramente ya debería estar de regreso en la casa, tal vez debería mandarle un Line antes de subirse a la moto y preguntarle que le gustaría cenar, como sea por lo menos llevaba el postre favorito de su hermana menor en recompensa por haberla asustado hoy.

— Ya estoy lista.— Anuncio mientras observaba a su novio escribir rápidamente por su celular. — ¿Deberíamos pasar por el supermercado?

El sonrió. —No, Kanao me acaba de decir que ya están cocinando.— contestó mientras se subía a la moto y se colocaba su casco.

Shinobu frunció el ceño. — ¿Quienes? ¿Kanae volvió?— extendió una de las bolsa que llevaba en sus manos para que Giyū la sostuviera mientras ella también sé preparaba. De la otra saco su pequeño y nuevo casco rosa, se lo puso y rapidamente subió ella también a la motocicleta.

— Kanao y Aoi, su amiga se quedara a dormir hoy ¿no te dijo Kanae?

Un gran "OH" aparecía en su cara. Qué bueno que su novio estaba de espaldas.

— Lo había olvidado. — Rodeo la cintura de su novio con sus brazos preparada para arrancar, esta ahora también era su parte favorita. Sentir el calor del cuerpo de Giyū, la velocidad y el viento trayendo hacia ella su aroma varonil, uff ya estaba empezando a gustarle esa estúpida motocicleta.

Llegaron a su casa antes de que ella pudiera darse cuenta. Estaban a cinco estaciones de metro, usualmente ella hubiera tardado unos veinte o veinticinco minutos en llegar a su casa desde el café pero con Giyū llegaron en menos de quince, otro punto a su favor, tal vez dos... empezaba a disfrutar del viaje.

Desde el hall de entrada, mientras cambiaban sus calzados podían escuchar varias voces, las chicas no estaban solas. Ahora era Giyū el que fruncía el ceño preguntándose quién sería, mientras por otro lado Shinobu sonreía. Esa voz chillona y gruñona... solo podía ser su vecino.

Se apresuró a entrar en la cocina lo más sigilosa posible para poder asustarlos — ¿Qué está haciendo el pequeño Inosuke aquí hoy?

Los tres dieron un salto.

El joven niño que parecía también tener la edad de Kanao corrió a abrazar a Shinobu.

— ¡Shinobu- nee san! Kanao-chan me dijo que hoy te desmayaste y vine a ver como estabas.— Sonrió burlonamente y apunto con su dedo gordo a las dos muchachas.— No confío en ellas para cuidarte.

Giyū se preguntó quién demonios era ese niño y porque tenía tanta confianza con su novia. Era un chiquillo con una belleza algo impactante, casi que parecía un modelo, de ojos verdes, pelo lacio y negro recogido en una coleta con sonrisa blanca perfecta como de comercial.

—¿Y quién es ese? — preguntó el niño mientras miraba con desdén a Giyū.

Shinobu sonrió y acarició el pelo del niño. — El es Tomioka Giyū, mi prometido.

— Inosuke-kun ya te lo había dicho hoy, no era necesario que vinieras porque Giyū- nii san está cuidando de nosotras. — Interrumpió Kanao con algo de cansancio en su voz.

Aoi quien se encontraba junto a Kanao cocinando, no podía parar de ver la escena algo divertida. Sentía mucha curiosidad por la hermana mayor de Kanao y también por Inosuke, no sabía que ellos eran tan cercanos, tal vez sintió algo de envidia.

Inosuke se paró frente a Tomioka y lo miró de arriba a bajo, este volvió a fruncir el ceño una vez más.

— Así que tu eres Tapioka-san...

— Tomioka-san.— Le corrigió rápidamente Giyū con una voz de pocos amigos, sin desviar los ojos del joven muchachito.

Inosuke gruño. — No me agradas Tapioka-san...

Sus miradas estaban en un duelo, las chicas casi que podían ver cómo las chispas salían de los ojos de los chicos.

— Entonces somos dos.—Argumento secamente Tomioka aun en la guerra de miradas.

Shinobu volvió a reír y palmeo las espaldas de ambos con toda la fuerza que tenía. — Ara, ara mina-san portense bien por favor que hay visitas, que va a pensar Aoi-chan de nosotros.

Aoi sacudió su cabeza como diciendo que no importaba. Kanao suspiro.

Y finalmente Giyu pregunto. —¿Quién es este niño? —

—Es nuestro vecino, Inosuke Hashibira.— Shinobu puso su mano en su mentón y se quedó pensando por unos segundos. —¡Ah! Seguro lo recuerdas, él era el niño que siempre se la pasaba haciendo bromas con una máscara de jabalí.

Tomioka dejó escapar un leve "aaaah" y asintió. Volvió a mirarlo y sonrió maliciosamente.

— Aaah si, una vez te golpee por haber hecho llorar a Kanao.—Se jactó divertido Giyū. — Y si lo vuelves a hacer, te volveré a golpear.

Inosuke estalló al momento y se lanzo hasta Tomioka pero Shinobu fue más rápida lo sostuvo del cuello de su camisa, cuál perro chillón con su correa.

— ¿Quieres pelear Tapioka?— Pregunto aun balanceando su cuerpo hacia delante.

Kanao por otro lado estaba mirando un punto ciego intentando recordar ese momento con exactitud. Inosuke fue su vecino y amigo toda la vida, casi como un hermano menor y toda su infancia desde que le regalaron esa máscara de jabalí se la pasaba haciendo broma, si recordaba que una vez lloro muy fuerte del susto y momentos después recordaba a Inosuke llorar pero no el porqué...

La pelea en curso y la cara de preocupación de su amiga la sacó de su burbuja. Para sorpresa de todos, tomó un cucharón de madera del rincón de la mesada y golpeo a Inosuke en la cabeza.

Shinobu justo había soltado a Inosuke para recriminarle a su novio que lo dejara en paz y la sorpresa del accionar de su pequeña hermana la tomó de sorpresa, tanto que no pudo evitar abrir los ojos al igual que Aoi, por otro lado Tomioka cubrió su boca para no descostillarse de la risa.

—Inosuke-kun compórtate o no cenaras con nosotros.—El tono de voz de Kanao era tan serio y filoso que Tomioka pudo afirmar que era una Kochō genuina.

Inosuke se quedó rígido por unos segundos y giró para ver a Kanao. Pero no dijo nada...

Shinobu aprovechó el momento también para golpear a su novio en el brazo. — Giyū-kun también tienes que comportarte o te iras a dormir sin la cena.

La sonrisa burlona en la cara de Tomioka desapareció en ese instante.

— Esta bien.— Murmuraron a la par los reprendidos, para luego volver a desafiarse con una mirada llena de odio.

La cena ocurrió sin ningún otro percance entre esos dos. Kanao y Aoi insistieron en que no necesitaban ayuda, así que para el pesar de Giyu, los tres esperaron en la mesa mientras conversaban, o mejor dicho mientras Shinobu hablaba con el grupo de amigos, en tanto él guardaba silencio. Después del postre y con mucho pesar Inosuke se fue a su casa. Kanao y Aoi quedaron en el living en pijamas para empezar una maratón de películas mientras Shinobu preparada su cuarto y Giyū terminaba de lavar los platos.

Para cuando él llegó a la habitación de su novia, lo primero que vio fue un futón al lado de su cama, se la quedó viendo con los ojos achinados por unos cuantos segundos... Shinobu río tanto que casi se le escapan las lágrimas... 

Por más de que había preparado un futón para dormir separados, a mitad de la noche Shinobu no pudo evitar caer en la tentación y se dejó caer junto a su novio. Esa noche estuvo libre de pesadillas. 


Continuará...

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*Se esconde atrás de una columna y saca una bandera blanca en señal de tregua* 

Perdón mina-san!!! Les falle, tarde muchísimo en actualizar por eso le traigo este capitulo bien largo! Espero sepan perdonarme pero me agarro una semana complicada, un poco de bloqueo y las responsabilidades de siempre. 

Espero no los haya decepcionado.

Gracias a toda la gente nueva que estuvo votando por esta historia, me hacen muy feliz <3!

Bueno finalmente aparecieron Aoi, Inosuke y Yushiro! Esto nunca lo aclare pero bueno en mi versión sus vidas pasadas si pasan como en él manga pero hagan de cuenta que el cap 205 no existió. Realmente me rompe un poco el corazón pensar en las hermanas Kochō sin Kanao así que estoy torciendo todo a mi voluntad(?
Se me hizo muy sexy pensar a Giyū en moto y ademas como el se mueve mucho por el centro de Tokio, no le vi sentido que tuviera auto por una cuestión de practicidad, o sea ya es difícil tomar un taxi, ustedes imaginen no mas... 
Y obvio se me hizo muy necesario poner a Inosuke como el vecino hermano menor de las Kochō porque realmente disfrute mucho de la poca relación que se mostró en el manga y sobre todo al momento de la muerte de Shinobu, pensé mucho en ellos como familia ensamblada. 

Espero no haber cometido mucho errores al redactar este capitulo (aunque intento checarlos igual se me pasan), realmente necesito una beta pero mientras tanto les pido disculpas.

Bueno este es un estreno de madrugada, por lo menos por acá son la 1:07 am, no se si alguien lo leerá a esta hora pero por las dudas me despido diciendo...

Oyasuminasai mina-san! 

No quería irme a dormir sin publicar. 

Una vez más gracias por darme la oportunidad de leerme, por sus comentarios y sus votos! Les mando mucho amor.

Jaa-ne!

S.

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