CAPÍTULO 2: Con el pie izquierdo.


Aclaración: Ninguno de estos personajes, ni el manga ni nada me pertenece, todo es propiedad de Koyoharu Gotōge, si la historia hubiera sido mía, Giyū y Shinobu hubieran terminado juntos. 

Para L, ¡Feliz cumpleaños dónde quieras que estes!
Todos nos estamos esforzando mucho cuidando de L, 
Pero aun yo sigo enojada contigo. Maldito bastardo.

CAPÍTULO 2: Con el pie izquierdo.

Ya eran cerca de las tres de la tarde cuando Giyū empezó a arreglarse. Hoy después de muchos años volvería a ver a Shinobu, verla realmente no como el cruce lejano de esa mañana, volvería a hablar con ella pero ¿Qué le diría? ¿Qué le dirá ella? ¿estará enojada? Seguramente este enojada pero y si está ¿Decepcionada? Giyū tenía el leve presentimiento de que Shinobu guardaba rencor contra él por casi desaparecer de su vida después de tanto tiempo, no era realmente lo que él había prometido. Kanae-nee san le había contado que Shinobu a veces era difícil de tratar y que últimamente estaba teniendo muchos días malos, lo cual puso en absoluta preocupación a Giyū apresurando todos sus planes. Mientras todos estos pensamientos se agolpaban en la mente de Giyū de manera desesperada y mortificante, la alarma de su celular empezó a sonar.

Ya era la hora, todas sus preguntas serían contestadas en unos momento, tomó la bolsa de dulces que había comprado ayer y salió de su casa. 

La casa de las hermanas Kochō se encontraba a exactamente cinco cuadras de la suya todo derecho. Se sentía raro volver al viejo vecindario parecía que nada había cambiado pero a su vez sabía que todo había cambiado, después de todo seguían estando en Tokio. Específicamente hablando, el barrio Hikawadai se encuentra dentro de la ciudad de Nerima, al noroeste de la metrópolis Tokiota, lo suficientemente lejos de los alborotados y transcurridos puntos turísticos como Shibuya, Harajuku o Ikebukuro pero lo suficientemente cerca como para tomar el subte (metro) y combinar con cualquier linea. Pero lo que más le agradaba de volver al viejo barrio es que estaba lejos de los interminables rascacielos, departamentos sin mucha intimidad y el constante bullicio, estaba viviendo en una casa de verdad nuevamente, estaba en un barrio donde todo era silencioso después de las ocho de la noche y por sobre todas las cosas volvía a estar cerca de la pequeña niña de la que se había enamorado en su infancia y de la cual guardaba los mejores y más dulces recuerdos.

Estaba llegando a su destino, la casa parecía igual a la de sus recuerdos, sus piernas empezaron a pesar y cada paso se sentía más lento (aca entre nos, le sudaban las manos). Giyū respiró profundamente, tenía el leve presentimiento de que tal vez no todo iría color de rosas. A pesar de todo toco el timbre rápido antes de que pudiera arrepentirse y volver a su casa para cambiarse de ropa.

Con un poco de suerte Kanae- nee san seguramente lo recibiría y eso calmaría un poco sus nervios. Después de todo este encuentro también fue alentado completamente por ella.

La puerta del portón gris se abrió pero para la desgracia de Giyū no era Kanae la que apareció frente a él.

Ahí estaba ella, el gran amor de su infancia había crecido. Efectivamente era la joven que había visto correr esta mañana y efectivamente estaba aún más hermosa de lo que recordaba. Pero había algo en su mirada, una rudeza que lo asustaba y a la vez lo ponía triste, no eran los ojos tiernos y llenos de amor que él recordaba y que esperaba encontrar.

Lo único que pudo atinar a decir el joven protagonista fue un débil - Tadaima Shinobu-chan. - tras una bella y dulce sonrisa.

Por su parte lo único que pudo atinar Shinobu fue a cerrarle la puerta de un golpe. Sip, definitivamente este reencuentro no sería nada fácil.

- Ara? Shinobu-chan que fue eso? - Una voz femenina se escucho del lado de adentro algo preocupada.

- Nada. - respondió Shinobu.

Por la cara de Shinobu, que era una mezcla de confusión con felicidad con enojo con muchas otras cosas más, Kanae supuso que Giyū-kun había llegado.

- Ara, ara Shinobu-chan, será mejor que te calmes y actues mas amablemente con nuestra visita, acaba de volver después de mucho tiempo. - Y acto seguido Kanae le abrió la puerta a un muy apenado Giyū. - Okairinasai Giyū-kun.

Giyū suspiro aliviado, por lo menos alguien abogaría por el. - Tadaima Kanae-nee san

Shinobu revoleo los ojos mientras Kanae le hacía un gesto con la mano a Giyū indicando que podía pasar. La mayor de las Kochō no había cambiado casi en nada, su sonrisa seguía siendo igual de calida y sus ojos violáceos claros seguian irradiando amor y tranquilidad aun así una sombra de tristeza era visible aún para alguien como Giyū.

El living de la casa ya estaba preparada para su llegada, el té ya estaba esperando por ellos para ser servido junto con unas porciones individuales de tortas (pastel).

Antes de tomar asiento Giyū le entregó la bolsa de chocolates a Kanae y mirando a Shinobu dijo - Traje tus favoritos, rellenos de menta.

- Eso era cuando tenía siete años...- respondió secamente Shinobu con la vista fija en Giyū a modo de intimidación.

- Ara, ara Shinobu-chan si aun te gustan.- Kanae dejó escapar una silenciosa risa que solo fue captada por Shinobu, quien le clavó una dura mirada de reprimenda. - Iré a buscar una bandeja para poner los chocolates.

El incómodo silencio no se hizo esperar. Giyū sentía la extraña necesidad de decir algo pero nada salía de su boca, si pudiéramos poner en palabras lo que pasaba por su cabeza sería algo "rápido, deci algo, lo que sea...AHORA"

- Se que ha pasado tiempo desde la última vez que te vi Shinobu-chan...

- Demasiado tiempo. - interrumpió Shinobu. Su cara era como un mapamundi, por un lado podíamos ver enojó, por otro lado podíamos ver desesperacion, frustracion y muy escondido estaban la excitación y la alegría frenados por un intento de contención.

- Si.. lo se...-murmuro Giyū entendiendo por donde iba la mano.

Pero por suerte Kanae volvió justo para salvar las papas del horno. - Pero lo importante e que después de todo ahora estas aca Giyū-kun, de vuelta en el barrio...

- ¿Que? - preguntó casi en un hilo de voz Shinobu.

Kanae sonrió gentilmente a su hermana, mientras se disponía a servir el té. - Si, Giyū-kun acaba de mudarse de vuelta a su vieja casa, no es así?

Giyū asiente con la cabeza. - Si, hoy por la mañana vino el camión de la mudanza a acomodar todo...

Shinobu no reaccionó, hoy por la mañana había pasado por ahí pero no había notado nada. Tampoco es que había prestado demasiado atención, le preocupaba profundamente el hecho de que Giyū la hubiera visto en esas deplorables condiciones.

- Y ya estas aca visitandonos, eso es muy considerado de tu parte, no es así Shinobu-chan?- Kanae no era nada sutil cuando quería.

Shinobu seguía sin reaccionar.

- Ne Giyū-kun come uno de los pedazos de torta, son de la pastelería donde trabaja Shinobu-chan, son exquisitos.

Esto había tomado con completa sorpresa al joven Tomioka, quien no pudo evitar abrir un poco los ojos. - ¿Tra... trabajo? Pero y... la escuela?

- Es un trabajo de verano y mientras esté en la escuela será algo parcial de fin de semana.

Giyū las miro con el ceño fruncido, por supuesto que conocía la situación de las hermanas Kochō en parte era por eso que estaba ahí, así que sin mucho cuidado dijo. - Si necesita dinero yo pue...

- No necesitamos tu lastima ni ayuda, nosotras estamos bien así.- Sentenció Shinobu con una profunda irritación en su voz.

- Nee, en eso estoy de acuerdo con Shinobu, estamos bien no tienes porque preocuparte Giyū-kun.-Kanae sonrió amablemente, Giyū creía en su sonrisa y lo que decía pero no significaba que estuviera de acuerdo, él quería ayudar en lo que pudiera.

Shinobu lo miraba desafiante, Giyū podía observarlo con toda claridad, por la mente de la joven pasaban todas aquellas frases que quería escupir de la manera más venenosa posible. Estaba dolida y peor aun se sentía traicionada por los viejos recuerdos y promesas inconclusas.

Apretó sus labios y muy despacio pero tajante empezó a decir. - Si estas aca para cumplir ese estúpido acuerdo entre nuestros padres quiero que sepas que estás perdiendo tu tiempo. No pienso casarme por conveniencia de nadie y menos con alguien que desapareció de mi vida en los últimos diez años...- las lagrimas estaban a punto de salir pero Shinobu estaba intentando controlarlas con toda su fuerza así que para evitar que la vieran se dio media vuelta y encaro para su habitación.

- Bueno, salio mejor de lo que esperaba.- Dijo Kanae mientras toma un sorbo de té.

Giyū se paro en señal de seguirla hasta que se dio cuenta que estaba en una casa ajena.- Puedo..?

- Deberías... - concedió Kanae y Giyū fue directo tras los pasos de Shinobu.

Antes de que Shinobu pudiera abrir la puerta de su habitación Giyū tomo su mano derecha, había escuchado sus pisadas apresuradas al subir las escaleras, era lo mínimo que Shinobu esperaba de él pero no estaba dispuesta a admitirlo. 

- Shinobu espera. No vine a obligarte a nada, yo volví por ti, tal como te lo prometí.- Giyū fue lo más sincero y concreto que pudo.

Shinobu maldijo mentalmente sus lágrimas no podían aguantar más y empezaron a salir sin control. Ella sabía que las palabras de Giyū eran sinceras pero no alcanzaban, no eran suficientes para reparar todo lo que ella estaba sintiendo.

- Nee ¿no te parece que volviste un poco tarde?- preguntó con un tono irónico que después se transformó en ira - ¿Dónde estabas hace un mes y medio cuando te necesitaba en el funeral de mis padres?...- Shinobu tomó el picaporte y abrió la puerta.

Touché, era un muy buen punto. -Yo... no pude entrar...

Shinobu lo miro estupefacta por una fracción de segundos y acto seguido Giyū recibió el segundo portazo del día.

Giyū se acercó a la puerta sin intención de entrar, decidió respetar la privacidad de la pelimorada pero no se iría sin dejar las cosas en claro aunque sea por un momento. - Shinobu, lo que dije de niños era verdad, no era simplemente un capricho, lo que sentía...- Giyū suspiro.- Quiero volver a sentirme así, quiero dejar de sentirme vacío sin ti, perdón si te lastime pero...- su voz se puso firmo. - No me rendiré, hoy ya no te molestare, pero no me rendiré volveré por ti y esta vez no pienso volver a soltarte.

Del otro extremo de las escaleras se encontraba una Kanae sujetando a una Kanao que acababa de llegar a su casa sin entender nada y mucho menos sin entender a su hermana mayor.

- ¡Si! Asi se habla Giyū-kun!- Kanae salto y agitó su brazo derecho al escuchar las últimas palabras de su vecino.

- Nee san? - Pregunto confundida Kanao.

Kanae se giró ante su pequeña hermana y con una sonrisa puso el dedo índice de su mano derecha sobre sus labios. Kanao inclinó su cabeza para el lado derecho de su cuerpo en señal de pregunta y confusión pero la única respuesta que tuvo de tu hermana fue señalar el living.

Para cuando Giyū termino de bajar pesadamente encontró al resto de las hermanas Kochō tomando el té como si nada. Estaba confundido, no sabía si debería irse a su casa, quedarse por cortesía o si estaba invitado a quedarse. Pero antes de que pudiera decidir algo por su propia cuenta Kanae fue de nuevo al rescate.

- Tranquilo Giyū-kun, creo que lo has hecho bastante bien.-

Giyū suspiro

- Ara ara, que modales los míos, Giyū-kun, ¿recuerdas a nuestra hermana menor Kanao?- Giyū reparo finalmente en su presencia y se acercó a ellas. 

- Hai pero no creo que ella me recuerde a mi. - dijo pensando. - Konichiwa Kanao-chan.- e hizo una pequeña reverencia.

- Yoroshiku onegaishimasu Giyū-san.- Y Kanao devolvió la reverencia.

- Es verdad, ahora que lo dices Kanao tendría unos cuatro o cinco años... Kanao-chan, ¿lo recuerdas?- preguntó intrigada su hermana mayor.

Kanao volvió a inclinar su cabeza mientras lo observaba, algo en él se le hacía familiar, no tenía recuerdos de haberlo visto personalmente o haber crecido con el realmente pero sabía que era un amigo de la infancia de sus hermanas mayores.

- Aaa! Es el niño de la foto que Shinobu-Nee san guarda en su cuarto!- respondió la pequeña emocionada al descifrar de dónde recordaba su cara.

Giyū se sonrojo completamente, Kanae dejó escapar una gentil risa, ambos sabían a qué foto se refería Kanao. Antes de que la familia Tomioka se mudara del barrio, Giyū le regaló a Shinobu una foto enmarcada de ellos dos para que lo recordara cuando más lo extrañara, el tenía la misma foto y nunca se había despegado de ella. Era una foto donde él tendría unos once o doce años y ella siete, ambos estaban tomados de la mano sonriendo el uno al otro, vestían unas yukatas muy lindas y de fondo parecía haber un matsuri. Y ella la había guardado. No estaba seguro si eso era bueno o malo, ¿podría tener esperanzas?

- Yo creo que no todo está perdido Giyū-kun, solo tendrás que ser perseverante con el corazón de mi hermana...- Kanae a veces parecía ser una bruja capaz de leer su mente pero la realidad es que la cara de Giyū era algo mucho más sencillo de leer.

Giyū quiso alegrarse por esas palabras pero sin embargo no era suficientes.- Nee-san, ¿realmente rompí su corazón?

Kanae intento ser cuidadosa con sus palabras, la realidad es que si, Shinobu estaba pasando por una montaña rusa de sensaciones, años de abandono de un amor infantil, la muerte reciente de sus padres y la creencia de un matrimonio arreglado por conveniencia para que la compañía farmacéutica de sus padres no se disolviera en lo que Kanae tomaba su lugar.

- Creo que fue el conjunto de todo lo que pasó en los últimos tres meses- Kanae sonrió amargamente, no había otra forma de decirlo, tomó un sorbo de té y continuó- tu ausencia, el accidente, sus pesadillas... pero aun estas a tiempo de repararlo. Yo realmente creo que aun puedes devolvernos a nuestra Shinobu-chan.- La esperanza en los ojos de Kanae hizo que a Giyū le volviera el alma al pecho.

Kanao que se sentía fuera de esta conversación y levemente incómoda entendió de inmediato a lo que su hermana se refería. Algo en su hermana mayor había cambiado tras la muerte de sus padres, todas habían sido afectadas por supuesto pero algo en Shinobu se rompió de una manera más profunda. Ahora empezaba a entenderlo... por lo cual no sabia que pensar sobre Giyū.

Este por otro lado suspiro pesadamente, no era la respuesta que quería escuchar pero tampoco era una tan mala. Todavía había algo que necesitaba saber. - Nee-san por qué confías en mí? ¿por qué me estás ayudando?

Kanae sonrio, esa pregunta por lo menos era más fácil de responder. - Por que recuerdo muy bien cómo la mirabas, recuerdo muy bien tus palabras y volví a confirmarlas el día que te vi en el funeral de nuestros padres, a pesar de todo creo que tus sentimientos con Shinobu-chan no han cambiado.

Kanao sonrió, tal vez Giyū-san no era una mala persona.

Continuará...

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Holi, holi amiguitos! 

El primer capitulo quedo medio corto, así que estuve intentando arreglar el segundo capítulo para subirlo rápido estos días, creo que ahora me convence más. 

Spoiler alert con el capitulo 3 se van a morir de amor pero también quedo algo corto, corto pero bonito.

Gracias a todos por los mensajitos y los votos, espero no decepcionarlos con el transcurso de la historia. Les mando mucho amor en estos tiempos de incertidumbre en forma de GiyūShino.

Besos!

S.

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