CAPÍTULO 1: El reencuentro
Aclaración: Ninguno de estos personajes, ni el manga ni nada me pertenece, todo es propiedad de Koyoharu Gotōge, si la historia fuera mía, Giyū y Shinobu hubieran terminado juntos.
Este ff esta dedicado a L y y la memoria de L
Desde lo más profundo de mi corazón deseo que en la próxima vida se puedan volver a encontrar para volver a amarse en una vida más plena, sin demonios ni miedos.
Y que yo otra vez pueda volver a ser testigo de su amor.
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CAPÍTULO 1: El reencuentro
Era la madrugada del primero de abril, la casa estaba vacía y lista para la llegada de la mudanza en las siguientes horas. Tomioka Giyū de veintidós años estaba profundamente dormido en un cuarto vacío sobre un viejo futon.
Estaba soñando con un montón de desconocidos aunque en el sueño no los sentía asi, de hecho se sentían cercanos casi que familiares pero no podía verles completamente la cara ya que todos pasaban muy rápido vistiendo ropas muy raras, aunque ahora viéndose las manos noto que él también llevaba un ropaje muy parecido a el de los demás y un raro haori de dos patrones diferentes. Lo que sí podía ver con suma claridad era la casa donde se encontraba, una muy grande donde había una habitación muy parecida a lo que sería una enfermería, había niños jugando y gritando, todos se veían muy felices, parecía que algo grande había pasado. Afuera volaban los pétalos de las flores de cerezo, todos se veían felices menos el, Giyū sentía que algo le faltaba y no lo dejaba sentir esa felicidad que todos compartían. Su expresión en el mundo real cambio y de repente el sueño también, era de noche y todo brillaba cálidamente, había un pequeño lago el cual estaba iluminado por la luz de una luna llena y frente a él se encontraba una joven mujer también con extrañas vestimentas, lo que más le llamaba la atención era el haori con un patrón de mariposa, ahí también había un árbol de cerezos y la rodeaban muchísimas mariposas, más de las que podía contar con colores tan hermoso que no podrían ser descritos.
Ella sonríe al darse cuenta de que Giyū la está observando, le extiende su mano y pronuncia "Tomioka-san...Tomioka-san, por favor recuerdame, recuerdanos."
Hace varias semanas Giyū venía soñando la misma secuencia, el problema era que casi al instante en que despertaba olvidaba casi todo el sueño y esta vez no sería la excepción. Giyū despierta de golpe y agitado, tenía su mano derecha levantada como si realmente esperara poder sujetar algo. Sin saber porque empezó a llorar. Otra vez volvía a sentirse vacío, otra vez sentía ese recordatorio de una pieza faltante. Pero eso pronto iba a cambiar, estaba decidido a eso.
Eran las siete de la mañana cuando Giyū recibió el camión de la mudanza aún con un amargo sentimiento de angustia que el sueño de la madrugada le había ocasionado. De todos los servicios que se puedan encontrar en todo Japón el servicio de mudanza de "the 0123" debe ser de los mejores, Giyu había pagado por un servicio completo lo que significaba que mientras los trabajadores se ocupaban de bajar todo y ordenar sus cosas específicamente guardadas en bolsos medidos en los lugares ya designados, decidió salir a la puerta a terminar su té y esperar a que terminaran su trabajo, no necesitaba supervisarlos porque ya había dado las indicaciones generales de que quería. Mientras observaba como los árboles del vecindario empezaban a dar sus primeras flores de cerezo, una joven de contextura pequeña venia corriendo absorta en sus pensamientos.
Giyū sintió como el tiempo se congelaba por un instante para luego pasar en cámara rápida, su corazón parecía volver a latir después de mucho tiempo y todos los engranajes dentro de su cuerpo volvieron a funcionar. Y para cuando se dió cuenta la joven ya estaba doblando en la esquina.
Pero algo no iba bien, toda la sensación de calidez que por un momento lo embargo se fue. Ella estaba llorando. Con el semblante serio y perdido en sus pensamientos sus lágrimas brotaban como el agua que se escurre de una llave rota. Era como si ella no se diera cuenta.
Giyū sintió una infinita pena y un montón de sensaciones que no estaba seguro de poder procesar, cuando uno de los trabajadores lo sacó de sus pensamientos.
- Ya está todo listo, desea verlo por usted mismo antes de firmar el recibo? - preguntó el hombre de traje azul mientras sostenía una tableta digital.
Giyū lo miraba sin mirar aún intentando volver en sí. - No, está bien así. - firmó el comprobante y observó como al camión se iba o eso creía pero la verdad seguía viendo la esquina por dónde esa chica había doblado.
"Shinobu-chan... Era Shinobu-chan" - murmuro lentamente en un hilo de voz.
Por unos minutos el joven hombre volvió a quedar estático mientras pensaba un sinfín de posibilidades hasta que finalmente algo de sensatez entró en él, tenía que llamar a Kanae-nee san ya.
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En la misma madrugada pero en otra casa vecina, específicamente hablando a cinco cuadras de la casa de Tomioka se encontraba la joven Kochō Shinobu de 17 años de edad, quien curiosamente también batallaba en sus sueños pero estos eran un poco diferentes, un poco más intensos.
Shinobu se encontraba en una casa muy grande, una finca de estilo imperial que aún se puede encontrar en el interior de la prefectura. Era una noche muy cálida donde aun no siendo muy consciente podía sentirse en completa tranquilidad, estaba en el jardín de la casa y junto a ella la acompañaban seis chicas más, todas tenían un tocado de mariposa pero cada una llevaba un color diferente. Había una joven un poco más grande que ella que se parecía mucho a su hermana mayor Kanae y otra que se parecía mucho a su hermana menor Kanao pero las demas eran perfectas desconocidas, una tenía entre catorce y quince años la misma edad que Kanao y por último tres niñas muy parecidas de unos siete u ocho años vestidas de blanco. A todas podía verles el rostro perfectamente, a todas podía verlas sonreír y reir. Era un momento muy agradable de esos que te llenan el corazón pero de repente mientras hablaban Shinobu dejo de escucharlas, podía ver el movimiento constante de sus bocas pero nada salía de sus labios, algo andaba mal. Shinobu empezó a asustarse, mientras recorría con la mirada a cada una de las muchachas se dio cuenta que la chica que parecía ser Kanae empezó a sangrar, una herida se abría en su abdomen y cortadas estaban apareciendo en su rostro y su extraña vestimenta pero nadie parecía darse cuenta.
Shinobu empezó a asustarse, su respiración se volvió rápida entre jadeos en el mundo real, mientras que en el sueño se aproximo hasta Kanae, está la miraba pero seguía hablando con el resto como si nada extraño pasara, Shinobu podía sentir la sangre, la sacudió en un intento de romper la absurda realidad pero nada. Volvió a mirar a las demás integrantes de la reunión y una en una empezaban a desaparecer hasta que su mirada se posó en Kanao, su aspecto también había cambiado, ahora ella también estaba llena de heridas y su ojo izquierdo estaba completamente dañado. Shinobu la tomó del brazo sin soltar a su otra hermana intentando desesperadamente hacerlas reaccionar.
Para cuando se dio cuenta ambas se estaban alejando o mejor dicho ella se estaba alejando, una fuerza descomunal succionaba su cuerpo para atrás causando que soltara los brazos de sus hermanas quienes aún seguían completamente indiferentes de la situación cuando de repente sus miradas cambiaron y el pánico se apoderaron de ellas, parecía que le estaban advirtiendo de algo... Shinobu giro al ver sus señas horrorizadas cuando de repente lo vio... Un joven de unos veintitantos años, de pelo rubio con un flequillo para la izquierda y los ojos más extraños que alguna vez haya visto, de un color verde rojizos con kanjis en vez de pupilas estaba absorbiendola, absorbiendo su cuerpo dentro del suyo mientras le sonreía, dejándola con una nula posibilidad de escape.
Shinobu despertó abruptamente, el sol ya estaba batallando con sus cortinas para entrar en su cuarto, según el reloj de su mesa de luz eran casi las seis de la mañana. Completamente empapada de sudor con la respiración agitada comenzó a llorar. Otra vez los sueños extraños volvían a dominarla. Después de unos cuantos minutos Shinobu se obligó a calmarse, empezando por controlar su respiración para luego controlar los pequeños temblores que a veces aparecían.
En las últimas semanas había descubierto que solo había una cosa que podía sacarla completamente de este estado, o por lo menos aislarla del mundo mientras se tranquilizaba y era salir a correr.
Continuará...
Jojo, Holi!
Hace mucho que no escribía un ff, creo que desde los 15/16 años? o sea hace casi 11 años, también hace mucho que no escribo en prosa así que me disculpo por cualquier error que haya podido cometer, espero sepan entender.
No se cada cuando voy a poder actualizar, este ff lleva en mi imaginación hace algunas semanas ya, tampoco tengo muy en claro cuando va durar pero si tengo bastante definida la estructura.
Espero les guste.
Les mando mucho amor a todes.
S.
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