Tus recuerdos

Antonie a los quince años decidió escapar de casa, intentando huir de su pasado, intentando olvidar aquellos recuerdos dolorosos. Tomó su mochila y se puso como objetivo conocer el mundo y así comenzó su odisea.

Conoció culturas, paisajes, idiomas, personas, vivió lo qué cualquier adolescente desearía, comer el mundo a mordiscos.

Todo era genial en su vida, hasta qué cierto día se enteró qué a la qué más ha amado, aquella mujer qué le dio la vida, aquella mujer qué era su todo, qué lo protegía contra viento y marea, dispuesta al sacrificio, había muerto. Aunque el deseó haber estado en su lecho de muerte, eso no le fue posible, el deseó estar a su lado los ultimos años de su vida pero sus pasos lo llevaron a otro lugar; y no era su culpa, no era culpa de nadie, sencillamente de la vida, la cual nos brinda tragos amargos.

Estos recuerdos guardo en un cajón, y al abrirlo se llenaba de dolor, aunque sabia que ella siempre lo amaría. Le dolia perder a aquella mujer qué le había dado tanto en su vida, aquella qué le infudia fuerza, aquella qué siempre lo protegía.

Pero lamentablemente en la vida real no todo lo qué deseamos se nos concede.

Y así siguió su camino, ahora solo por el mundo, estudió lo qué más le apasionaba, la biología, y en verdad esto le fascinaba, podía quedarse horas y horas sentado frente a un arroyo, observando la naturaleza; esto le transmitía paz, tranquilidad y regocijo.

Este hombre era interesante, podías hablar con él horas, días, meses y años y siempre habría temas de los cuales platicar. Hablaba cuatro idiomas Frances, Portugués, aleman y español. Gracias a sus múltiples viajes podria contar un sinfín de anécdotas.

Era diseñador gráfico, y cómo no lo iba a ser, siendo qué era muy observador y eso, lleva a la inspiración.

Podría haber tenido fama, fortuna y prestigio, pero nada de esto era su interés, él era un hombre sencillo, qué aprendió a valorar las cosas hermosas qué la vida le daba, él se conformaba con una simple sonrisa, un simple reconocimiento.

Decidió la reclusión en sí mismo, ¿La razón? Solo él la conoce, prefirió el bosque al ruido de la ciudad, prefirió la compañía de los animales a la compañía del hombre, prefirió los amigos virtuales a los amigos reales.

¡Si tú, o querido lector!, conocieras a un hombre en el bosque ¿te atreverias a ser su amigo?. A veces los humanos perdemos la oportunidad de conocer a personas geniales por temor, por desinterés o sencillamente por no darles la oportunidad.

Y así seguirá este hombre refugiado del bosque, en espera de aquella persona valiente qué se atreva a descifrarlo, a descubrir aquellos secretos escondidos dentro de este gran hombre y esperando la oportunidad de cual hoja al viento dejarse llevar por el mundo...

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